Una dictadura sobre el proletariado (La Opinión, 2-10-2010) La acumulación por desposesión teorizada por Harvey muestra que la progresiva concentración de la renta en “los de arriba” se hace a costa de “los de abajo”. El neoliberalismo no es un juego de suma cero, sino que es un proyecto de restauración de un poder de clase con capacidad de imponer su visión del mundo hasta en las coyunturas mas adversas (como lo demuestra lo rápidamente que se desprendió de la atribución de responsabilidades de la actual crisis y consiguió restaurar una vez más su relato de las culpas: el gasto público, las pensiones, los derechos laborales y sociales). Otro libro imprescindible (¿saben nuestros gobernantes leer?) es el de Robert Castel “La metamorfosis de la cuestión social” (Paidós), una crónica del asalariado escrita en los 90, en la que demuestra que la condición salarial en estos tiempos se caracteriza por “la desestabilización de los estables”, “la instalación en la precariedad como único destino social”, y “la manifestación de un déficit de lugares ocupables en la estructura social”. Esta triple realidad es la que se reforzará con la aplicación de la actual Reforma Laboral aprobada por el gobierno socialista: golpea a los estables (abaratamiento de los costes de despido, que se une a la precarización del estatuto salarial de los trabajadores de la función pública aplicado desde junio); perpetua la temporalidad y degrada aun mas si cabe los convenios colectivos imponiendo la lógica del contrato entre individuos; y no ofrece ningún impulso de restauración de lugares ocupables y dignos para los millones de desempleados. A menudo se ha comparado la actual crisis con la “crisis del 29”. Un gran antropólogo e historiador de la economía, Karl Polanyi, demostró que la vía del autoritarismo y del fascismo fue una de las respuestas a la laceración del cuerpo social que había supuesto el despliegue del liberalismo económico. De esta forma Polanyi constató un terrible descubrimiento: dentro del liberalismo económico se acuna el germen del autoritarismo e incluso del fascismo como posibilidad. Afortunadamente la salida a aquella crisis que terminó imponiéndose fue por la izquierda: Estado Social, derechos de protección social a los asalariados, estabilidad y derechos de ciudadanía social, etc. Esta salida por la izquierda fue posible por el impulso de la movilización social (amplias luchas obreras, revolución bolchevique de 1917, etc.). ¿Qué dirección tomará la salida a la actual crisis? ¿Existen las condiciones de lucha de clases de los años 20 y 30 que posibilitaron entonces una salida por la izquierda? ¿Será más bien una intensificación del autoritarismo y de la xenofobia la salida más plausible? ¿No está acaso en las prácticas de desposesión del restaurado poder de clase neoliberal la evidencia de una “dictadura sobre el proletariado”?. De las respuestas a estas preguntas depende el futuro del inquietante mundo que nos ha tocado vivir. 1/2 Una dictadura sobre el proletariado (La Opinión, 2-10-2010) Andrés Pedreño es miembro del Foro Ciudadano y profesor de Sociología de la Universidad de Murcia. 2/2