El árbol genealógico cartografia de nuestra familia

Anuncio
ESPECIAL
Psicoterapeuta Gestalt, Psicogenealogía,
Terapeuta Sistémico, PNL
Hipnoterapeuta Ericksoniana.
Colaborador de Alejandro Jodorowsky.
www.albertoarenales.com
SALUD
www.artedesanar.com
ALBERTO ARENALES
EL ÁRBOL GENEALÓGICO,
CARTOGRAFÍA DE
NUESTRA FAMILIA
INTERIOR.
a Psicogenealogía es un arte que
se sirve del árbol genealógico
como si de un mapa del tesoro se
tratara. Gracias a este mapa
podemos guiarnos en este
terapéutico viaje que nos ayuda a encontrar
solución a muchas de las dificultades
personales que se originan en el seno de
nuestro entorno familiar. Para resolverlas,
como si fuésemos el héroe de
uno de esos relatos de
aventuras en busca del tesoro
perdido, tendremos que
mantener un rumbo, seguir
pistas, resolver determinados
enigmas y descifrar algunos
secretos para acceder hasta el
gran tesoro que nos aguarda al
final del viaje.
L
vivo. Respira, siente, crece y se transforma
continuamente, esta en perpetuo
movimiento. El árbol genealógico no puede
ser solamente interpretado hay que vivirlo.
Dejárselo sentir, notarlo, percibirlo más allá
de una dimensión ajena a nosotros mismos.
Hay que ser prudente en su uso y no incurrir
en el error de pensar que el mapa es el
camino mismo. La realidad que muestra es
siempre otra que la que se abre en cada
momento ante nuestros ojos. Nuestro
mapa, nuestro árbol genealógico nos ayuda
a establecer ciertas coordenadas en el
camino, puntos de referencia, guía y
orientación. Pero confundirlo con el terreno
que pisan nuestros pies, confundirlo con la
danza siempre en movimiento de nuestra
familia, tomar por cierto y a pies juntillas su
leyenda haría naufragar sin
duda nuestra empresa.
“Un trabajo
terapéutico con
el árbol
genealógico es
mucho más
complejo que
un juego de
espejos o el
pasatiempo de
las siete
diferencias. ”
Nuestro mapa del tesoro es el
árbol genealógico y al igual
que todos los mapas indican el
territorio pero no son el
territorio. De la misma manera
que sucede en las novelas de
aventuras, el mapa (nuestro
árbol genealógico) es antiguo y
el territorio ha ido cambiando
con el pasar del tiempo.
Ciertas partes del mapa
estarán borrosas o
desdibujadas, otras quizás quedarán
confusas o incluso puede que nos falte
algún pedazo del pergamino y será nuestra
labor completarlo y reconstruirlo. Si el árbol
genealógico ilustra el camino recorrido por
nuestra familia, sin embargo no es nuestra
familia. Nuestra familia es un organismo
Tomaremos el historial del
árbol genealógico sólo como
punto de referencia, una guía,
un mapa al que mirar de vez
en cuando para situarnos,
apuntar datos en él y
contrastarlos en la travesía.
Actuando como el viajero que
sentado en la popa del navío
mantiene sus ojos atentos al
mar y solo de tanto en tanto
levanta la cabeza al cielo;
comprueba que la estrella
polar sigue marcándole el
rumbo en el camino para
volver su alerta mirada al
oceano que con su nave
surca. Del mismo modo
guardaremos a menudo y a
buen recaudo nuestra
genealogía y miraremos de frente lo que nos
brinda en realidad nuestro paisaje personal
y familiar en cada momento. No vaya a ser
que, sedientos, nos pongamos a cavar un
pozo en busca de agua cuando tenemos el
botijo al lado. No seria la primera vez que me
encuentro con alguien que atraído por la
Especial Salud / Arte de Sanar 1
curiosidad, empujado por su hipocondría o
deseoso de no tener que responsabilizarse
de lo suyo, decide escarbar en el pasado en
busca de supuestos males de los cuales él
es el único responsable.
Es necesario saber distinguir entre
dificultades o limitaciones propias de
nuestra personalidad de aquellas que
hunden sus raíces en el árbol genealógico.
Por lo tanto si se desea iniciar un trabajo
terapéutico en este sentido es muy
importante acercarse a un navegante
experimentado, ya que ante el auge actual
del llamado crecimiento personal, hay cada
vez un mayor número de personas que
afirman estar supuestamente preparadas.
Entonces, estos ante cualquier demanda o
dificultad personal argumentan o
persuaden, desde un principio, a sus
consultantes que es en su árbol genealógico
donde se esconde el problema. Este
proceder es precipitado y a veces equivoco
ya que presupone de antemano que el
conflicto personal hunde exclusivamente
sus causas en el árbol genealógico. Así de
convencidos muchos inician entonces una
búsqueda exhaustiva por toda la genealogía
hasta persuadirse de que ciertos indicios o
coincidencias encajan en sus hipótesis.
Parten, pues de una suposición que
fundamentan en algunos datos del árbol
genealógico.
En cierta ocasión llegó a mi consulta una
mujer que se quejaba de que le era muy
difícil encontrar pareja. Antes de que
pudiese hacerle pregunta alguna,
desenfundo delante de mi su árbol
genealógico y mientras me lo mostraba
señalando con el índice algún dato que allí
aparecía, pasó a informarme que le habían
asegurado que la causa de su infortunio con
los hombres residía en lo desdichada que
había sido su abuela. Cuando, sin prestar
mucha atención al árbol genealógico que
me mostraba con tanta insistencia, le
pregunté qué hacia ella para encontrar
pareja, fue que entonces que por primera
vez, levanto sus ojos para mirarme. Se hizo
un largo silencio y me contestó aturdida: Nada. Más bien me escondo -. Centrarme
en ayudar a esa persona a superar y
enfrentar su miedo a ser rechazada fue
esencial para que fluyesen sus relaciones
de pareja. Si hubiese atendido a la historia
de su abuela tal como a ella se la habían
planteado seguiría seguramente igual y sin
pareja. Tuve la oportunidad de comprobar
más tarde que no existía ninguna conexión
de esta naturaleza entre nieta y abuela y que
la razón de su desdicha arraigaba más bien
en otras cuestiones que salieron a la luz a lo
largo de la consulta.
Hay que saber que procederá ingenua y
equívocamente aquel que pretenda
vislumbrar las luces y sombras del árbol
genealógico basándose sólo por analogía.
Para alguien así, por ejemplo, llevar el
mismo nombre de un antepasado, compartir
fecha de nacimiento, semejanza o
diferencia de caracteres será prueba
suficiente para afirmar que allí hay conexión
y motivo suficiente para concluir que es allí
donde reside la fuente de nuestros pesares.
Recurriendo a formulas tan aventuradas
nos presenta verdades tan poco útiles como
la que asegura que los caballos y las
almejas se parecen en que no se suben a los
árboles.
Un trabajo terapéutico con el árbol
genealógico es mucho más complejo que un
juego de espejos o el pasatiempo de las
siete diferencias. Tampoco es una lectura o
análisis de su estructura. Entran en juego
muchos otros aspectos relativos a la
persona, sus propias vivencias, la manera
que tiene de afrontarlas, su entorno… Es
fácil terminar perdido por caminos estériles
si quien nos asiste en nuestro propio
proceso personal no esta lo suficientemente
sensibilizado y atento a las sutiles
circunstancias que nos acompañan.
Autor: Alberto Arenales
Psicoterapeuta Gestalt, Psicogenealogía,
Terapeuta Sistémico, PNL
Hipnoterapeuta Ericksoniana.
Colaborador de Alejandro Jodorowsky.
www.albertoarenales.com
Especial Salud / Arte de Sanar 2
Documentos relacionados
Descargar