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L
UZ Martínez, directora del proyecto
de FETE-UGT Las Maestras de
la República, recuerda que el
origen del proyecto se remonta
tres años atrás, cuando “revisando
nuestra propia historia, la de la Federación
de Trabajadores de la Enseñanza de la
UGT, y la de la educación en la República,
echábamos de menos la historia de las
mujeres, por lo que empezamos a llamar a
las Federaciones de las diferentes Comunidades para pedir el nombre de maestras
y dimos con historiadoras que habían detectado esa misma carencia”.
Con la información que reunieron, la
FETE-UGT organizó, junto a la Fundación
Pablo Iglesias, en enero de 2012, en la
Biblioteca Nacional, las jornadas “Maestras
republicanas: una historia para el
recuerdo”. “En estas jornadas pasó algo
muy bonito”, señala Luz; “se llenaron, mucha
gente tuvo que quedarse fuera y entre el
público había familiares de maestras republicanas que hablaron y dieron su testimonio,
contaron que durante cuarenta años de
franquismo habían callado por miedo o
porque pensaron que no era importante y
luego en la democracia, porque nadie se
había acordado de ellas”.
A raíz de esta experiencia, la FETE-UGT,
consciente de que, o se recobraba ya la
memoria a través de los familiares y alumnos,
o se perdía, decidió hacer un libro recopilatorio de estas jornadas, del que ya se han
impreso seis ediciones.
E
Un entramado de testimonios. El documental es el resultado de
El proyecto cinematográfico. Pero la FETE-UGT quiso ir más allá
y hacer un documental para poder contar
la historia de las maestras republicanas en
escuelas e institutos. “Tuvimos la fortuna”,
recuerda la directora del proyecto, “de
contar con Pilar Pérez Solano, que es una
buena documentalista que tiene varios
premios y trabajos muy interesantes”. En
un principio pensaron en hacer un documental de diez minutos, porque no había
presupuesto, “pero esos diez minutos fueron
ampliándose porque mucha gente nos
mandó sus fotografías, nos ayudaron fundaciones, la Filmoteca Valenciana y fuimos
tejiendo este documental de forma muy
profesional, pero con unos medios muy
artesanales”.
El documental de Las Maestras de la
República se estrenó el 7 de marzo de
2013 en Sevilla. Luz Martínez lo recuerda
como si fuera ayer: “En la sala había 250
personas. Cuando acabó el documental se
hizo un silencio total, por lo que pensamos
que no les había gustado nada, pero es
El resultado de este trabajo fue que en
la última edición de los Goya Las Maestras
de la República consiguió el Goya al mejor
documental. “En la entrega de los premios
estábamos en la Casa del Pueblo de Madrid
300 compañeros y compañeras y cuando
se anunció el Goya, la Casa del Pueblo se
cayó, fue muy emocionante. Pilar vino a
traernos el Goya, que ha viajado por toda
España porque pertenece a la FETE y a la
UGT, además de, por supuesto, a Pilar, la
directora, que ha hecho un trabajo
magnífico”.
Un documental que conmueve y remueve, así puede ser
calificado Las Maestras de la República, un proyecto de la
Federación de Enseñanza de la UGT, dirigido por la
documentalista Pilar Pérez Solano, que nació como un material
meramente didáctico, pero que, finalmente, ha obtenido un
Goya y ha sido uno de los documentales con más espectadores
de la historia del cine español.
que la gente estaba llorando, y después
del silencio vinieron los aplausos”. “En esa
sala había familiares de maestras que nos
cogieron de las manos y nos dieron las
gracias por devolverles la dignidad y una
historia que les fue robada”, añade.
A partir de ese momento, FETE-UGT
decidió ir por toda España para proyectar
el documental. “Hemos conseguido llevar
el cine donde el cine nunca soñó estar,
porque gracias a la UGT ha podido ir a
pueblos, a institutos y a colegios, pero
también a casas del pueblo, agrupaciones
y asociaciones. La han visto más de 110.000
personas en un año; eso para una producción española es alucinante, y para un
documental es lo no visto en este país,
nadie da crédito”, señala la directora del
proyecto.
“Cada vez que se proyecta el documental surgen nuevas historias por toda España,
por lo que vamos a intentar hacer la segunda
parte”, afirma Luz, que añade “con el documental volvemos a hablar de la libertad,
de la igualdad, de la educación; hemos
abierto la puerta a la memoria, pero también
a la ilusión en un momento en el que necesitamos una reactivación de los ideales, de
los principios democráticos y de los principios sobre los que construimos esta
organización”.
Un documental de Goya.
Luz Martínez reconoce que a los Goya les
llevó su propia osadía: “Viendo la aceptación
que estaba teniendo el documental, se lo
propuse a la directora, que me contestó
que era muy difícil, pero yo le dije que si
habíamos tocado el corazón de este país
por qué no íbamos a tocar el corazón de la
Academia de Cine”. “Entonces empezamos
un viaje apasionante”, recuerda Luz, “porque
pedíamos ayuda en las proyecciones, decíamos que si alguien conocía a un director
o a una directora les pidieran que votaran
por Las Maestras de la República y se
empezó a correr la voz”.
un entramado de testimonios, rescatados
por historiadores, por la propia UGT y aportados por cientos de voluntarios. “Ha sido
un trabajo inmenso, pero que ha ido fluyendo
y gracias a la red con la que cuenta la UGT
se ha podido reconstruir una historia que
nos había sido negada”, reconoce Luz.
Además de los testimonios orales de
familiares y alumnos de las maestras, el
documental se ha nutrido de los pocos
documentos que sobrevivieron al franquismo. De hecho, una de las principales fuentes de información han sido los documentos
de depuración que hicieron a todos los
maestros y maestras de la República al
llegar el régimen franquista. Se les apartó
a todos del Magisterio, se les hizo un expediente de cargos y sólo podían volver
a presentarse a oposiciones si llevaban
una carta de una figura de solvencia con
un expediente de buena conducta. De
aquellos maestros y maestras que fueron
juzgados, muchos fueron fusilados, otros
se marcharon al exilio y los que quedaron
fueron apartados del Magisterio hasta 30
y 40 años después. Estos maestros se
quedaban sin medios para vivir, porque
no podían trabajar y además estaban malditos socialmente, aunque eran muy queridos por la población. Luz resalta que
“cuando retiran a todos los maestros, el
régimen franquista no tiene a nadie para
dar clase, entonces tienen que poner a un
alférez, a gente de la iglesia, a gente sin
preparación a dirigir las aulas, por lo que
las familias que tenían relación con las
maestras republicanas, cuando terminaba
la clase, mandaban a los niños a dar clase
con la auténtica maestra”.
“A las maestras, además de ser “rojas”,
se les acusaba de ser mujeres de baja
moral porque se las veía alegres, enseñaban sexualidad en las escuelas, juntaban
a niños y niñas en las clases...”, señala
Luz, que destaca el papel que tuvieron las
maestras rurales “porque en pueblos donde la comunicación era difícil, ellas llegaban
de la ciudad cargadas de noticias y de
ilusión, rompían con el modelo de ser
mujer”. Entre los muchos testimonios que
recoge el documental, Luz Martínez resalta
el de Hilda Farfante, hija de maestros republicanos: “Hilda cuenta el caso extraordinario de una chica de provincias que
logra estudiar magisterio y que consigue
ser directora del grupo escolar en el que
trabajaba como maestro su marido”.
Como bien afirma Luz Martínez:
“Somos herederos de esta historia y al
hacer un homenaje a cada maestro y maestra de la república, estamos reconociendo
un pasado que nos va a ayudar a dibujar
el presente y el futuro”.
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