AÑO 15 N.º 168 noviembre de 2014 contenido 7 12 Crédito en el sector agropecuario. ¿Dónde está el problema? Congreso: inexplicables contradicciones sobre la seguridad alimentaria 10 14 Los paquetazos de reactivación económica amenazan el concepto del bien común Cambio climático y la COP20: ¿Qué está en juego? Bruno Revesz, descansa en paz Foto archivo Cepes Bruno Revesz falleció el pasado viernes 21 de noviembre. Nos deja uno de los personajes más queridos en el mundo de los agraristas por su compromiso social, su brillantez, su sentido de la amistad y por sus aportes al conocimiento del mundo rural. Francés de origen, sacerdote jesuita, piurano por decisión y cariño a esa tierra, fue un ejemplo de intelectual socialmente comprometido. Bruno va al reencuentro de varios agraristas que nos dejaron en tiempos recientes. Hace cuatro años falleció José María Caballero. Antes se nos había ido Bertha Consiglieri. Hace muy poco, Cucho Arias. Orlando Plaza, hace apenas unos meses. (Manuel Chiriboga no era peruano, pero como si lo fuera.) Tuvimos la inmensa suerte de vivir directamente una de las experiencias sociales, políticas y personales más ricas, en las décadas de 1970 y 1980. Fueron años en los que todos nos sentíamos parte de una lucha colectiva por ideales comunes de más justicia, más equidad, más 2 democracia, más ciudadanía; en los que había una real alianza entre partidos de izquierda, intelectuales de izquierda, campesinos y obreros organizados. Compartíamos la utopía de un Perú futuro sustentado sobre valores. Nos hicimos amigos en esas circunstancias. Más que amigos. No podría haber más distancia entre ese periodo de grandes ambiciones que movilizaba todas nuestras energías y los apolíticos años presentes, en los que toda utopía ha sido aplastada por un único objetivo: el crecimiento económico medido por el incremento del PBI. Ninguno de los mencionados, ni muchos de los que aún estamos en este mundo, nos sometimos a los nuevos sentidos comunes que consideran que el debate de ideas y el debate sobre valores son «ruido político» que interfiere con el engañoso objetivo de formar parte del «primer mundo» dentro de quince años. Fernando Eguren LA REVISTA AGRARIA / 168 editorial La agricultura familiar en América Latina. Coincidencias para tomar en cuenta l viernes 21 terminaron en Fortaleza (Brasil) tres días intensos de análisis de experiencias y evaluación de políticas sobre agricultura familiar. Convocados por el IICA1 y la Secretaría de Desarrollo Agrario del Estado de Ceará, especialistas del nordeste brasileño, de México, San Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Colombia, Ecuador y Perú, además de Etiopía, analizaron la problemática de la agricultura familiar, poniendo el acento sobre varios puntos de coincidencia. Se coincidió, en primer lugar, en que el eje de la cuestión agraria de la mayor parte de los mencionados países es la agricultura familiar: quienes la integran constituyen la inmensa mayoría de productores agrarios (97 % en el Perú; ver artículo de M. Pintado en esta edición); son la base productiva de la seguridad alimentaria; son portadores de conocimientos acumulados invalorables; desarrollan y mantienen la biodiversidad; mantienen vivas culturas diferentes que enriquecen las sociedades; practican una agricultura amigable con la naturaleza; y ocupan el territorio. En segundo lugar, la agricultura familiar es muy diversa desde muchos puntos de vista: herencia histórica, rasgos culturales, dotación de recursos, nivel de desarrollo y tipos de tecnologías utilizadas, vinculación al mercado, origen de los ingresos económicos, tipo de institucionalidad. La conclusión compartida fue que no puede haber una sola política de agricultura familiar; tienen que ser políticas diferenciadas, adecuadas a sus particularidades. En tercer lugar, las políticas de apoyo a la agricultura familiar deben ser multisectoriales. Deben intervenir de manera coordinada, articulada y complementaria, además del sector agrario, el sector de transportes y telecomunicaciones, de energía, E salud, educación; y ahí donde existen, también los programas sociales y de inclusión. En cuarto lugar, no puede esperarse el desarrollo de la agricultura familiar sin considerar el desarrollo del territorio en el que opera, pues se desenvuelve en un contexto económico, político, social y cultural que puede ser un freno o un estímulo para su propio desarrollo. Las políticas deben contribuir a dinamizar los territorios, a estimular la diversificación de las economías locales, a intensificar la relación entre los espacios rurales y las ciudades intermedias. Todo ello contribuirá a crear nuevas y mejores oportunidades para la agricultura familiar. En quinto lugar, la agricultura familiar es multiactiva, no se dedica solo a las actividades agrarias, pues los ingresos que se derivan de estas suelen ser insuficientes para garantizar un nivel de vida aceptable. Más aún, las familias que solo dependen de la actividad agraria son sistemáticamente más pobres que las que tienen diferentes fuentes de ingresos por actividades no agrarias. Esta es una de las razones por las que las políticas orientadas a su desarrollo no deben limitarse a mejorar la producción agraria. En sexto lugar, es preciso modificar las prioridades de muchos gobiernos que, más allá de los discursos oficiales y una retórica pro agricultura familiar, en la práctica fomentan la agricultura de exportación y los agronegocios, gracias a leyes y normas que los promueven y a subsidios abiertos u ocultos. Son estas importantes conclusiones las que deben ser tomadas en cuenta en la definición de lineamientos de una estrategia de apoyo a la agricultura familiar en el Perú. Fernando Eguren Director Desde Fortaleza, Brasil 1 Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura. Publicación del Centro Peruano de Estudios Sociales Av. Salaverry 818, Jesús María, Lima 11/ Perú Telf. (511) 4336610 Email: [email protected] Web: www.larevistaagraria.org www.facebook.com/LaRevistaAgraria Twitter: @RevistaAgraria noviembre de 2014 Directora fundadora Bertha Consiglieri (1950-2007) Director Fernando Eguren comité editorial Laureano del Castillo, Javier Alvarado, Beatriz Salazar, Ricardo Marapi, Pedro Castillo, Jaime Escobedo, Miguel Pintado Corrección/diagramación Antonio Luya / José Rodríguez Distribución gratuita con La República el último miércoles de cada mes. LICENCIA CREATIVE COMMONS Algunos derechos reservados Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar públicamente esta obra bajo las condiciones siguientes: - Debe reconocer los créditos de la obra - Debe ser usada solo para propósitos no comerciales - No se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esta obra. 3 agrodata Los agricultores familiares peruanos: ¿cuántos son? y ¿dónde están? Miguel Ángel Pintado1 A solo un mes de concluir el año, aún no se cuenta con información clara acerca de la localización de todos los pequeños productores cuyas unidades agropecuarias dependen, fundamentalmente, de la mano de obra de sus miembros. La importancia de conocer el número y la ubicación de los productores familiares va más allá de la conmemoración del Año Internacional de la Agricultura Familiar y responde, más bien, a las necesidades de información desagregada, con vistas a un adecuado diseño de políticas diferenciadas para el sector. Los dos grandes segmentos de la agricultura peruana Según información del Censo Nacional Agropecuario (2012), el total de productores con tierras en el Perú asciende a 2 213 506. Según el criterio de la FAO2, de todo el universo de productores de un país, un grupo se caracteriza por conducir unidades agropecuarias que priorizan la mano de obra de sus miembros, cuentan con limitado acceso a la tierra y a recursos naturales, poseen poco capital de trabajo (lo que reduce su capacidad de acumular excedentes), entre otros factores; mientras que otro grupo se caracteriza por conducir unidades agropecuarias que cuentan con al menos un trabajador permanente (además de trabajadores familiares y eventuales), poseen mayor acceso a la tierra y recursos naturales, generan mayores excedentes (permitiendo mayor capitalización), etc. El primer grupo de productores conforma la denominada agricultura familiar (AF), y el segundo, la agricultura no familiar3 (ANF). A partir del procesamiento de la información censal4, 4 podemos cuantificar cuántos son los productores familiares y dónde se ubican (cuadro 1). Los resultados revelan que el 97 % del total de productores en el ámbito nacional, es decir, 2 156 833, pertenecen a la AF, y tan solo el 3 % conforman la ANF. Si uno se concentra en las tres regiones naturales, también se observa su preponderancia; en efecto, numéricamente hablando, el Perú es un país de AF. Si atendemos a su localización, notamos que la región que alberga a la mayor cantidad de productores familiares (65 %) es la sierra, hallazgo que es particular- mente crucial porque en esta región se concentran las mayores tasas de pobreza, la desigualdad, la limitada infraestructura (vial, comunicaciones, etc.) y el poco desarrollo de los mercados. En cambio, en lo que respecta a la ANF, la costa aparece como la región que comprende al mayor número de productores no familiares (46 %); precisamente, las características de la costa son la otra cara de la moneda: menores tasas de pobreza, mayor infraestructura, menores costos de transporte, subsidios del Estado (obras de irrigación), mejor desarrollo de mercados, etc. El 97% de los productores peruanos pertenecen al sector de la agricultura familiar. El Estado tiene la responsabilidad de dictar políticas para promover el desarrollo de este numeroso sector. LA REVISTA AGRARIA / 168 agrodata Cuadro 1. Clasificación de la agricultura peruana, 2012 Región natural Agricultura familiar Agricultura no familiar % fila Productores Total % % fila Productores 26 137 46 7 350 500 99 15 000 26 1 1 407 032 20 97 15 536 27 3 455 974 100 97 56 673 100 3 2 213 506 Productores % Costa 324 363 15 93 Sierra 1 392 032 65 Selva 440 438 Perú 2 156 833 Fuente: Cenagro 2012. Nota: En la columna «%», los porcentajes se evalúan verticalmente (el 100 % es el total de la columna analizada); mientras que en la columna «% fila», los porcentajes se evalúan horizontalmente (el 100 % es el total de la fila analizada). Los productores familiares no son idénticos Un hecho irrefutable es que la mayoría de productores en el Perú pertenecen a la AF. Sin embargo, teniendo en cuenta la diversa heterogeneidad de la agricultura en el país (diferencias geográficas, vinculación al mercado, uso de tecnologías, etc.), ¿será adecuado mantener a todos los productores de la AF como un grupo homogéneo? Lógicamente, no. Nuevamente, siguiendo los criterios de la FAO, una tipología estándar distingue tres tipos de agricultura dentro de la AF: la agricultura familiar de subsistencia (AFS), la agricultura familiar intermedia (AFI) y la agricultura familiar consolidada (AFC). Los resultados de esta clasificación se presentan en el cuadro 2. El primer tipo (AFS) se define como aquella agricultura con mayor orientación hacia el autoconsumo, con disponibilidad de tierras e ingresos insuficientes para garantizar la reproducción familiar y donde los productores suelen recurrir al trabajo asalariado no agrícola para complementar sus ingresos. En esta categoría se encuentra la mayoría de productores familiares del país, es decir, 1 893 307 (88%), quienes se hallan en condiciones desfavorables y permanecen en un estado de sobrevivencia o subsistencia, antes que de desarrollo. El segundo grupo (AFI), como lo indica su nombre, conforman una agricultura de estado intermedio, pues si bien tienen mayor vinculación « ... la región que alberga a la mayor cantidad de productores familiares (65 %) es la sierra, hallazgo que es particularmente crucial porque en esta región se concentran las mayores tasas de pobreza, la desigualdad, la limitada infraestructura... Foto CEDAP » noviembre de 2014 al mercado y mayor acceso a tierras que la AFS, aún sufren dificultades para generar excedentes que les permitan desarrollar sus unidades agropecuarias. Un importante grupo de productores (217 961) pertenece a esta categoría; en conjunto, representan el 10 % del total de productores familiares que se encuentran distribuidos de forma balanceada entre las tres regiones. Por último, la AFC es aquella que explota mayores recursos 5 Foto Ayudaenaccion.org agrodata Una de las características de los agricultores familiares es la heterogeneidad. Los más de dos millones de productores familiares se enfrentan a diferentes problemas, situaciones y necesidades. Cuadro 2. Tipología de la AF, 2012 AFS Región natural Productores % AFI % fila AFC Productores % % fila Productores AF % % fila Productores Costa 213 398 11 66 77 208 35 24 33 757 74 10 324 363 Sierra 1 322 821 70 95 62 679 29 5 6 532 14 0 1 392 032 Selva 357 088 19 81 78 074 36 18 5 276 12 1 440 438 Perú 1 893 307 100 88 217 961 100 10 45 565 100 2 2 156 833 Fuente: Cenagro 2012. Nota: ibíd., cuadro 1. y posee mayor potencial, tiene acceso a más mercados (productos, capital, tecnología) y genera excedentes para la capitalización de la unidad familiar. Estas características, sin embargo, comprenden solo a un número limitado de productores, 45 565 (2 %), de los cuales, la mayoría se sitúan en la costa, lo que resulta lógico por las razones antes descritas (cercanía de mercados, mayor infraestructura, obras de irrigación, desarrollo de mercados, etc.). Los grandes retos El primer desafío que enfrenta el Estado tiene que ver con el tamaño de la población objetivo de las políticas para promover el desarrollo del sector agrario; los productores 6 familiares en el país no son una minoría o la mitad: ¡representan el 97 % de ellos! Además, el Estado tiene un segundo desafío: la heterogeneidad de esos productores. Los más de dos millones de productores familiares se enfrentan a distintos problemas, distintas condiciones de la actividad, distintas necesidades de financiamiento, etc., que deben ser exhaustivamente identificados para el diseño adecuado de políticas. La clasificación estándar sugerida por la FAO da cuenta de las grandes diferencias de estos tres tipos de agricultura, de su diferenciada localización y de la gran preponderancia de unidades familiares de subsistencia en todo el país. Nota 1 Economista. Investigador del Cepes. 2 Los dos estudios de referencia promovidos por la FAO son Caracterización de la agricultura familiar (Echenique: 2006) y Políticas para la agricultura familiar en América Latina y el Caribe (Baquero et al.: 2007). 3 Estudios de la FAO (citados en la nota anterior) también la llaman agricultura empresarial (AE). Dado que el concepto de empresa va más allá de la sola contratación de un trabajador permanente, se optó por el concepto más general de ANF. 4 La definición operativa —considerada en los dos estudios ya citados– de la agricultura familiar y la no familiar toma en cuenta dos variables: el tamaño estandarizado y la presencia de uno o más trabajadores permanentes. Así, la AF se define como todas aquellas UA menores a 10 hectáreas estandarizadas y que no cuentan con ningún trabajador permanente, mientras que la ANF comprende a UA mayores e iguales a 10 hectáreas y con al menos un trabajador permanente. LA REVISTA AGRARIA / 168 Crédito en el sector agropecuario. ¿Dónde está el problema? Javier Alvarado1 La importancia del crédito en el desarrollo agropecuario es un hecho reconocido por diversos estudios. El crédito permite realizar oportunidades de negocio, financia innovaciones tecnológicas o inversiones en capital físico o humano que permiten incrementar la producción, la productividad y mejorar los ingresos de los productores. En el Perú, entre 1994 y 2012, las unidades agropecuarias (UA) con crédito aumentaron en 72.8 %, y el volumen de créditos otorgado por el sistema financiero al sector agropecuario pasó de USD 207 millones a USD 939 millones, de los cuales el 65 % es otorgado por los bancos comerciales, seguidos por las cajas municipales, con el 14.2 %, y, luego, las cajas rurales, Agrobanco y las empresas financieras, con porcentajes de alrededor de 6% cada uno de estos (gráfico 1). Aparte de los importantes cambios cuantitativos señalados anteriormente, también han ocurrido cambios cualitativos que a nuestro juicio son más significativos. En Gráfico 1. Créditos directos del sistema financiero para la agricultura, ganadería, caza y silvicultura Fuente: SBS y Agrobanco. 1994, la principal fuente de crédito era el Estado, financiador del 52.5 % de las UA que recibieron crédito a través de los denominados Fondos de Desarrollo Agropecuario (Fondeagro) y los Fondos Rotatorios del Ministerio de Agricultura, seguido muy de lejos por los bancos y las cajas rurales, con el 11.6 % de UA (gráfico 2). El sistema financiero era marginal2. En 2012, la situación es diametralmente opuesta: de las UA con créditos, el 65.8 % son capitalizadas por instituciones financieras privadas reguladas, y, si incluimos a Agrobanco y las cooperativas de ahorro y crédito, tendríamos que casi el 90 % de UA que reciben crédito lo Gráfico 2. Cenagro 1994: Fuentes de otorgamiento del crédito Cenagro 2012: Fuentes de otorgamiento del crédito 52.50% 17.90% 11.60% 6.40% 17.90% 11.60% 6.10% 2.80% 52.50% 2.70% 6.40% Participación en el total de créditos otorgados 6.10% 2.80% 2.70% Participación en el total de créditos otorgados Fuente: Cenagro 2012. Elaboración: propia. noviembre de 2014 7 ¿Por qué no hay más créditos en el agro? Las razones que explican el poco uso de crédito en el sector agropecuario son complejas e incluyen tanto factores de oferta como de demanda. La información del último Cenagro nos muestra que el porcentaje de UA que pidió créditos es muy similar al que realmente lo obtuvo. Así, en 2012, el 9.2 % de UA demandaron créditos, es decir, apenas un 0.8 % más de aquellas UA que lo obtuvieron; en otras palabras, más del 90 % de los agricultores que gestionaron crédito lo obtuvieron. Gran parte del problema del bajo porcentaje de UA sin créditos se debería a que no existe mucha demanda por estos. Los motivos señalados por los agricultores (que se muestran en el gráfico 4) para no demandarlos tienen que ver con dos factores: las condiciones de los créditos (tasas de interés, garantías y trámites), que en conjunto representan el 51 % de las razones que indican aquellos, y el no necesitar créditos, motivo señalado por el 36 % de los agricultores. De estos motivos se puede inferir una serie de acciones que el Estado podría poner en marcha para incrementar la cobertura crediticia en el sector agropecuario. 8 Gráfico 3. Obtuvo crédito o préstamo en general, según tamaño de UA 20% 14.3% 14.1% 13.0% 10.8% 9.1% 9.1% 8.1% 7.7% 8.4% 6.5% 8.0% 8.4% 7.1% 6.2% 4.7% 2.7% 0% Menores de 1 ha De 1.0 a 4.9 De 5.0 a 9.9 De 10.0 a 19.9 De 20 a 49.9 De 50.0 a 99.9 has De 100.0 a más Total Fuente: Cenagros 1994 y 2012. Con respecto a las condiciones de los créditos agropecuarios, se podría revisar el marco regulatorio para ver hasta qué punto es posible dictar medidas que tiendan a reducir las tasas de interés. Pero más efectivo es dictar medidas para incrementar la rentabilidad de las actividades agropecuarias, pues hay que tener en cuenta que el crédito es una demanda derivada de los niveles de producción e inversión, y en la me- Foto internet perciben de instituciones financieras especializadas. No obstante, a pesar de estos notables avances, aún la gran mayoría de predios no utiliza crédito. Los datos del Cenagro muestran que, desde 1994 a 2012, el porcentaje de UA que usan crédito pasó de 6.2 % a 8.4 %, es decir, en términos de cobertura, hubo un avance modesto (gráfico 3). Cabe señalar que el uso del crédito es más frecuente en las UA de 5 a 20 hectáreas (donde alcanza alrededor del 14 %) que en las UA más pequeñas y las más grandes (estas últimas, probablemente, incluyen actividades ganaderas). Aumentar el número de oficinas de entidades financieras, privadas o públicas, sería una medida (Oficina de Agrobanco en Iquitos). LA REVISTA AGRARIA / 168 dida en que la rentabilidad aumente, será mayor la demanda por capital de trabajo e inversión que los agricultores estarán dispuestos a asumir. Cabe señalar que una mejora en la rentabilidad también repercutirá de manera positiva sobre la demanda de aquellos agricultores que no gestionaron un crédito porque no lo necesitaban, pues con más rentabilidad es probable que realicen más siembras o inversiones, para lo cual probablemente demanden más crédito. El gráfico 4 también nos proporciona información de cuáles medidas son las que menos impacto tendrían sobre la cobertura de créditos. Solo el 4 % de los agricultores que no demandaba créditos señaló que esto se debía a la falta de instituciones o prestamistas en su ámbito. De aquí Gráfico 4. Cenagro 2012: Razones por la que no solicitaron crédito ­ Fuente: Cenagro 2012. deducimos que un incremento en el volumen de recursos para créditos o en el número de oficinas de las instituciones financieras, aunque sería positivo, tendría un impacto marginal y sería mucho menos efectivo que medidas que se enfoquen en la demanda. En resumen, podemos señalar que la información disponible nos muestra que la oferta de créditos en el sector agropecuario y particularmente el sistema financiero ha respondido a la demanda, y de una presencia muy débil se ha pasado a una oferta basada en instituciones financieras; no obstante, la utilización de créditos es aún bastante baja, pero debido, principalmente, a un problema de demanda. En tal sentido, si se desea incrementar el uso del crédito en la agricultura y la ganadería, las políticas deben centrarse en promover la demanda de créditos antes que la oferta. Notas positiva; sin embargo, tendría más impacto implementar medidas enfocadas hacia la demanda. noviembre de 2014 1 Economista. Investigador del Cepes. 2 Los Fondeagro y los Fondos Rotatorios fueron mecanismos creados por el gobierno para financiar al sector agropecuario luego de la liquidación del Banco Agrario en 1992. El desempeño de estos mecanismos en términos financieros fue desastroso; en muchos de ellos no había ni registros de deudores, y, en donde los había, eran frecuentes las moras superiores al 50 %. 9 Los paquetazos de reactivación económica amenazan el concepto del bien común Laureano del Castillo1 En días pasados, el ministro de Economía, Alonso Segura, sustentó ante el Congreso de la República la propuesta del Poder Ejecutivo contenida en el llamado «cuarto paquete de medidas reactivadoras». Sin embargo, cada presentación de un nuevo paquete demuestra, una vez más, que se viene produciendo un cambio en los conceptos sobre el rol del Estado y la defensa del bien común. Para la mayor parte de los expertos políticos, el propósito o la finalidad del Estado es lograr el bien común, entendido como el mayor bienestar para sus ciudadanos. La definición de lo que es el bien común, en cada caso concreto y en cada momento histórico, está cruzada por diferentes factores, donde las ideologías juegan un papel importantísimo. Respecto de este tema, el artículo 44 de la actual Constitución se inspiró directamente en la Constitución anterior, por lo que señala que uno de los deberes primordiales del Estado es «promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la Nación». Luego de analizar y revisar las normas aprobadas desde el primer semestre del año pasado y, sobre todo, el proyecto de ley 3941-2014-PE2, llamado «cuarto paquete de medidas reactivadoras», se puede afirmar que los conceptos se han invertido: ahora parece que el fin del Estado es promover la inversión privada, facilitándola, o —como prefieren decir algunos técnicos y empresarios— «destrabar la inversión». 10 De paquete en paquete El D.S. 054-2013-PCM, publicado en mayo de 2013, buscaba ordenar los trámites para la obtención del Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA). Días después, el D.S. 060-2013-PCM aprobó disposiciones especiales para agilizar la ejecución de proyectos de inversión pública y privada, disposiciones que, en lo sustancial, establecían un plazo para que las entidades intervinientes en procedimientos de evaluación de estudios de impacto ambiental detallados y semidetallados definieran conjuntamente términos de referencia para proyectos con características comunes. También en mayo de 2013, la Ley 30025 modificó la Ley General de Expropiaciones y otras normas. El objeto de la Ley 30025 es facilitar los procedimientos de adquisición, expropiación y posesión de inmuebles requeridos para ejecutar «obras de infraestructura declaradas de necesidad pública, interés nacional, seguridad nacional y/o de gran envergadura, así como de las obras de infraestructura concesionadas». Esta ley faculta a Cofopri a tramitar el saneamiento físicolegal, incluyendo la rectificación de áreas de predios del Estado o de particulares, para su adquisición por trato directo o mediante el proceso de expropiación. Declara de necesidad pública la ejecución de las 71 obras de infraestructura de interés nacional y de gran envergadura señaladas allí (de infraestructura vial, aeroportuaria, ferroviaria, portuaria, turística, para pasos de frontera y diversa) y, en consecuencia, autoriza la expropiación de los inmuebles que resulten necesarios para tales fines. Esa declaratoria, literalmente «en paquete», se justificó bajo la necesidad de reducir la brecha de infraestructura existente, brindar conectividad a las poblaciones alejadas con fines de inclusión social y permitir la mejora económica de los ciudadanos beneficiados por las obras señaladas. Sin embargo, el paquete también plantea que «se busca asegurar el cumplimiento de los compromisos contractuales asumidos por el Estado peruano en el caso de las obras de LA REVISTA AGRARIA / 168 infraestructura que actualmente se encuentran concesionadas». En julio de este año, la promulgación de Ley 30230, criticada en sus efectos ambientales y tributarios, significó una amenaza a los derechos de propiedad sobre la tierra de los habitantes del mundo rural. Con el argumento de promover las inversiones para evitar la desaceleración de la economía nacional, el Ejecutivo crea procedimientos especiales para entregar derechos sobre la tierra a favor de proyectos de inversión —ampliación de la frontera agrícola, proyectos mineros, de hidrocarburos, forestales, agroindustriales, nuevos ejes viales, etc.—. El riesgo, dada la generalidad de varios artículos de esa ley, es que esas inversiones desconozcan los derechos de las 6069 comunidades campesinas y 1469 comunidades nativas en todo el país, pues el 72.7 % de ellas (5483 en total) no tienen forma de acreditar plenamente su derecho de propiedad. ¿El paquete final? El proyecto de ley 3941-2014-PE (el llamado «cuarto paquete») tiene por objeto, según sus promotores, «promocionar las inversiones para el crecimiento económico y desarrollo sostenible en las zonas de mayor exclusión social» y comprende a «todas las entidades públicas relacionadas al otorgamiento de licencias, permisos, autorizaciones y similares, así como las entidades vinculadas a las actividades de fiscalización ambiental, recaudación tributaria, promoción de la inversión, aprobación de servidumbres, valuación de terrenos, protección de áreas de seguridad y obtención de terrenos para obras de infraestructura de gran envergadura». El proyecto parece concentrar las normas antes mencionadas y supedita a todas las entidades aludidas a dichas normas para promocionar las inversiones en obras de gran envergadura. noviembre de 2014 El proyecto de ley crea la Certificación Ambiental Integrada, que consolidará en un solo procedimiento los distintos títulos tramitados por dependencias como la Autoridad Nacional del Agua —ANA— (aprobación de estudios para la obtención de licencia de uso de aguas, la autorización de ejecución de obras de aprovechamiento hídrico, la autorización para utilizar o desviar cauces, fajas marginales o embalses de agua, entre otras), la Autoridad Forestal Nacional (para la autorización de desbosque a titulares de operaciones y actividades distintas de la forestal), la Dirección General de Salud Ambiental —Di- « ... En julio de este año, la promulgación de Ley 30230, criticada en sus efectos ambientales y tributarios, significó una amenaza a los derechos de propiedad sobre la tierra de los habitantes del mundo rural... » gesa— (autorización sanitaria para tanque séptico), la Dirección General de Capitanía y Guardacostas —Dicapi— y el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería — Osinergmin—. Eliminar exigencias burocráticas y aligerar los trámites es positivo, pero el riesgo de establecer plazos muy cortos es que se restrinja a los funcionarios ejercer con el debido cuidado su labor de protección de los recursos naturales y del ambiente, a lo que se suman las modificaciones a exigencias ambientales que se han relajado en normas anteriores. El proyecto establece, además, procedimientos simplificados para imponer servidumbres y protección de derechos de vía sobre terrenos eriazos de propiedad estatal para proyectos de inversión, simplifica procedimientos para la obtención de bienes inmuebles para obras de infraestructura de gran envergadura y vuelve a modificar la legislación sobre expropiación de los inmuebles referidos en la Ley 30025. Preguntas incómodas No queda claro cómo esas grandes inversiones, sobre todo en infraestructura, van a cumplir el objeto del proyecto de ley 3941-2014-PE, de «promocionar las inversiones para el crecimiento económico y desarrollo sostenible en las zonas de mayor exclusión social», como no sea de manera muy indirecta. El déficit en obras de infraestructura es muy grande, pero su ejecución no siempre beneficia directamente a los pobladores pobres. Más aún, en el pasado reciente, hemos visto que se invierten fondos del Estado y hasta se subsidia a los inversionistas (como en el caso de la recientemente inaugurada irrigación de Olmos), sin beneficio para las zonas de donde se aprovechan los recursos (caso de los pobladores de la cuenca del río Huancabamba). ¿Cómo así esas inversiones lograrán el desarrollo de las zonas de mayor exclusión social? ¿Será que más importante que el bien común es facilitar las inversiones privadas? ¿Es el fin del Estado sólo facilitar la inversión? Las inversiones privadas son necesarias y, legítimamente, aspiran a obtener una ganancia. Pero el Estado no puede confundir su rol: procurar el bien de todos los peruanos, no solo de unas cuantas empresas. Notas 1 Abogado. Director ejecutivo del Cepes. 2 Ley de promoción de las inversiones para el crecimiento económico y desarrollo sostenible en las zonas de mayor exclusión social. 11 Archivan la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional, pero al mismo tiempo crean el Grupo Parlamentario contra el Hambre. ¿Quién los entiende? Congreso: inexplicables contradicciones sobre la seguridad alimentaria Duele constatar... que la lucha contra el hambre y la desnutrición se ve obstaculizada por la «prioridad del mercado» y por la «preeminencia de la ganancia», que han reducido los alimentos a una mercancía cualquiera, sujeta a especulación, incluso financiera. Y mientras se habla de nuevos derechos, el hambriento está ahí, en la esquina de la calle, y pide carta de ciudadanía, ser considerado en su condición, recibir una alimentación de base sana. Nos pide dignidad, no limosna. Papa Francisco, en la II Conferencia Internacional sobre Nutrición. Roma, 20 de noviembre de 2014 12 La Ley de Seguridad Alimentaria — cuyo proyecto había sido aprobado por unanimidad por la Comisión Agraria del Congreso y, luego, por el Pleno el 19 de diciembre de 2013— ha sido archivada el pasado 12 de noviembre por disposición del propio Consejo Directivo. Esto ocurre al mismo tiempo que se constituye el Grupo Parlamentario contra el Hambre, cuyo objetivo es, precisamente, luchar por la seguridad alimentaria. ¿Cómo puede ser tan contradictorio el propio Congreso, sobre todo en un asunto tan delicado como es el de la alimentación? ¿Qué ha pasado? Recordemos al lector que el año pasado fue muy especial debido a la relevancia que cobró el tema alimentario. El Ejecutivo declaró 2013 como Año de la Seguridad Alimentaria (coincidió con el Año Internacional de la Quinua, declarado por las Naciones Unidas); en mayo del mismo año se aprobó la Ley 30021, de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes; y en diciembre, también del mismo año, el Ejecutivo aprobó una nueva Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional y se presentó en el Congreso el proyecto de ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional. En contraste, en 2014 hubo estancamiento y retrocesos: a) después de más de año y medio, no se reglamentó la Ley de la Alimentación Saludable, que debía definir los parámetros para distinguir cuáles son alimentos saludables y cuáles no lo son; b) después Fernando Eguren1 de un año, aún no se aprueba un Plan de Acción para la implementación de la Estrategia Nacional; y c) la Ley de Seguridad Alimentaria se acaba de archivar. En conclusión, en la práctica, no se ha avanzado nada. ¿Por qué ha ocurrido todo esto? En el caso de la Ley de Alimentación Saludable, se sabe que la industria alimentaria y las empresas de publicidad se oponen a ella y tienen suficiente fuerza como para influir en el Ministerio de Salud, entidad encargada de reglamentar sobre los parámetros que diferencian los alimentos saludables de los no sa- Recientemente, el Congreso peruano instaló el civil. Uno de sus retos es retomar el debate sobre LA REVISTA AGRARIA / 168 consenso, dictamen que fue aprobado por el Pleno del Congreso el 19 de diciembre del año pasado y exonerado de una segunda votación. Sin embargo, en el mismo Pleno, la congresista Martha Chávez solicitó la reconsideración de la votación con el argumento de que el proyecto modificaba la Ley Orgánica de los Gobiernos Regionales y Municipales, y que, por tanto, se requería de una votación calificada (dos tercios del total). Consultado el oficial mayor del Congreso, Javier Álvarez Illman, el 24 de mayo, respondió que el pedido de la congresista no procedía. Pero, en cambio, afirmó motu proprio —pues nadie se lo había solicitado— que sí modificaría tácitamente la Ley Orgánica de la Defensoría del Pueblo al agregarle nuevas atribuciones, por lo que sí se requería la votación calificada. El Pleno volvió a rechazar la reconsideración solicitada por la congresista Chávez el 11 de junio, quien, no obstante, sostuvo que el proyecto de ley se tenía que archivar al no haber alcanzado los dos tercios de los votos. Dos semanas Foto FAO ludables. El entonces viceministro de Salud Pública, Aníbal Velásquez (convertido hoy en el nuevo ministro), ofreció que a fines de octubre el reglamento sería aprobado, pero hasta la fecha no hay nada. En el caso de la Estrategia Nacional, es posible que el interés del Ejecutivo de ejecutarla haya pasado a un segundo plano, concentrado como está en la realización de la COP20 y en la emisión de leyes orientadas a la promoción de la inversión privada para estimular el lánguido crecimiento económico. Por lo demás, los dos últimos ministros de Agricultura, entidad que lideró la comisión que elaboró la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria, no mostraron mayor entusiasmo por el tema y abandonaron ese liderazgo. En el caso del archivamiento de la Ley de Seguridad Alimentaria, las cosas no son claras. Tanto la Comisión de Inclusión Social y Personas con Discapacidad como la Comisión Agraria aprobaron un dictamen por después, el 26 de junio, la Comisión Agraria acuerda y comunica que se tramite la autógrafa al Ejecutivo para su promulgación, dado que la reconsideración había sido rechazada. Finalmente, el 12 de noviembre de este año el proyecto de ley es archivado, aunque se lo archiva con fecha de junio, que es cuando se rechazó la reconsideración. En su informe sobre todo este proceso, firmado el 30 de setiembre último, el oficial mayor, para quien la votación debió ser calificada, entra en una enrevesada y confusa disquisición sobre cómo las «voluntades colectivas» no representan a las «voluntades individuales», para justificar finalmente su recomendación de que la ley se archive. En un hecho insólito, el oficial mayor desestima tres votaciones del Pleno (una votación a favor de la ley y dos rechazos a la reconsideración), recomienda el archivamiento y el Consejo Directivo del Congreso aprueba dicha recomendación. ¿Y el Frente Parlamentario contra el Hambre? En catorce países de América Latina existen Frentes Parlamentarios Contra el Hambre para, entre otros objetivos, «aglutinar los esfuerzos del Congreso para el logro de la seguridad alimentaria y nutricional». Acaba de formarse uno en el Perú, multipartidario, presidido por el congresista Modesto Julca e integrado por los congresistas Claudia Coari, Tomás Zamudio, Wuilian Monterola (presidente de la Comisión de Agricultura), Wilder Ruiz (presidente de la Comisión de Inclusión Social), Marisol Espinoza, Yehude Simon y Héctor Becerril. Pues bien, ya tienen una primera tarea urgente e importante: retomar el proceso que dé pie a la promulgación de una Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional en el Perú. Nota Frente Parlamentario contra el Hambre, que trabajará de manera articulada con la sociedad una Ley de Seguridad Alimentaria. noviembre de 2014 1 Sociólogo, director de La Revista Agraria y presidente del Cepes. 13 Cambio climático y la COP20: ¿Qué está en juego? Beatriz Salazar1 El primero de diciembre se inicia la COP20 en Lima, y durante dos semanas nuestro país atraerá la atención de la comunidad internacional. ¿Por qué es importante esta reunión? ¿Qué discutirán exactamente los 195 países que participarán? ¿Cuál será el rol del Perú y qué propuestas lleva nuestro país a la negociación? El cambio climático ha sido objeto de preocupación mundial desde mediados del siglo XX, cuando empezaron a acumularse evidencias sobre el calentamiento de la atmósfera y sus riesgos. Las advertencias de los científicos sobre posibles efectos catastróficos si las temperaturas continuaban aumentando convencieron a los gobiernos a enfrentar el fenómeno, y en 1992 se aprobó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC)2, que entró en vigencia en 1994. Desde entonces, los países signatarios de esta convención se han reunido anualmente en las llamadas «Conferencias de las Partes de la CMNUCC», más conocidas como COP, para tomar decisiones que aseguren la implementación del acuerdo. La vigésima de estas reuniones se celebrará en el Perú en diciembre y será crucial para determinar si nuestro planeta podrá evitar que la temperatura suba más de dos grados, con su posible secuela de desastres, hambruna y conflictos. santes del calentamiento global. En COP posteriores se logró reactivar el proceso, con miras a que en 2015 —en la COP21— se pueda aprobar un nuevo Tratado Climático Global que reemplace al Protocolo de Kioto. Por esta razón, la COP20 en Lima es tan importante, pues si no se logran acuerdos sobre las características que deberá tener el nuevo tratado, será muy difícil que en diciembre de 2015 esté listo para ser aprobado. ¿Cuáles son los puntos en los que aún no hay acuerdo entre los países y que deben ser resueltos en la COP20? En primer lugar, debe acordarse qué información se incluirá en las «Contribuciones determinadas nacionalmente», es decir, las acciones para enfrentar el cambio climático al que cada país se compromete. En este punto, La crisis en las negociaciones En 2009 (COP15, Copenhague), las negociaciones climáticas entraron en crisis al no poder acordarse en ese año la extensión del Protocolo de Kioto, que obligaba a los países desarrollados signatarios de la CMNUCC a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, cau- 14 LA REVISTA AGRARIA / 168 hay desacuerdo entre los países desarrollados, que prefieren que se incluyan solo medidas de mitigación, y los países en desarrollo, que plantean incluir también medidas de adaptación, financiamiento y transferencia de tecnologías. También hay desacuerdo con relación a si las Contribuciones deben diferenciarse dependiendo del grado de desarrollo de los países, como era el caso en el Protocolo de Kioto. Otro punto para acordar es cómo se evaluarán las contribuciones de cada país de modo que se asegure que colecti- vamente sean suficientes para no superar los dos grados de aumento de temperatura; así como el periodo que abarcarán. Otro asunto en el que debería tomarse una decisión en la COP20 es sobre los elementos que deben constituir el nuevo tratado. Uno de los puntos en discusión es si debe haber una meta global de adaptación, o si todos los elementos del tratado deben tener la misma importancia. Otro tema importante es el financiamiento que logre concretarse para los países en desarrollo a través del Fondo Verde y otros mecanismos. En anteriores COP, las negociaciones han sido obstaculizadas por los escasos ofrecimientos de fondos por parte de los países desarrollados. La participación del Perú en la COP20 El Perú tiene un doble rol en la COP: ejercerá la presidencia y, además, participará como país signatario de la CMNUCC. En el rol de presidente, la responsabilidad del Perú es facilitar el proceso de negociación y por ello intenta ser « ... El Perú estará en la mira del mundo en estos días, pero la atención internacional no solo se centra en las negociaciones climáticas. También se presta atención a las políticas ambientales aplicadas en el país, y el balance no es positivo... Foto internet » noviembre de 2014 neutral y no presentará una posición de negociación individual. Las posiciones de negociación peruanas son presentadas desde el grupo de negociación Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC), integrado por Guatemala, Costa Rica, Panamá, Colombia, el Perú y Chile. Este bloque reúne a países latinoamericanos que se consideran un grupo mediador entre los países desarrollados y en desarrollo, y pretende diferenciarse de otros bloques de negociación latinoamericanos como el ALBA3, que reúne a Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba, que en las 15 negociaciones climáticas tienden a enfrentarse fuertemente con Estados Unidos y demás países desarrollados. AILAC también se aparta de Brasil, cuyas posiciones de negociación se alinean más con las de China, India y Sudáfrica. AILAC plantea que la adaptación debe ser una parte central del nuevo acuerdo climático y que deben establecerse asimismo metas globales en este tema. También plantea que las «Contribuciones nacionales» deben contemplar medidas relativas a mitigación, adaptación y medios de implementación, y pide que en la COP20 se presenten textos de negociación que reflejen estas ideas. Las incongruencias El Perú estará en la mira del mundo en estos días, pero la aten- ción internacional no solo se centra en las negociaciones climáticas. También se presta atención a las políticas ambientales aplicadas en el país, y el balance no es positivo. Las iniciativas para relajar la regulación ambiental en el país se han agudizado en los últimos meses, y los líderes indígenas que defienden los bosques ante los taladores ilegales no reciben del Estado la protección que requieren —como lo demuestra el asesinato de cuatro líderes ashaninkas en Ucayali—, pese a que uno de los compromisos peruanos ante la CMNUCC es reducir la deforestación. Por otro lado, el involucramiento de la ciudadanía en la organización de la COP20 ha sido insuficiente, limitándose a reuniones informativas informales, en que las posibilidades reales de incorporar las preocupaciones y propuestas de la sociedad civil han sido escasas. Esperamos que esta situación pueda revertirse durante la COP20 y posteriormente, y que desde el Estado pueda desarrollarse un proceso de diálogo transparente con la sociedad civil, que permita conocer con detalle la postura del Estado peruano en las negociaciones climáticas. Notas 1 Coordinadora del Observatorio de Cambio Climático del Cepes. 2 En la Conferencia de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 se aprobaron otras dos convenciones estrechamente relacionadas con la CMNUCC: el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CNUDB) y la Convención de Lucha contra la Desertificación (CNULD). 3 Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. cionespublicacionespublicacionespublicacionespublicacionespubli las comunidades indígenas en el Perú. Informe 2014. Lima: Colectivo Territorios Seguros paras las Comunidades del Perú e Instituto del Bien Común (IBC), 2014. El presente informe hace un balance del estado actual de las comunidades campesinas y nativas del país, incluyendo un análisis de sus aportes, riquezas y herencia, del capital social que representan, así como de las tareas pendientes y urgentes para el Estado y la sociedad. Puede descargarse de <http://bit.ly/1vxUczF>. Madre de Dios: ¿podemos evitar la tragedia? Políticas de ordenamiento de la minería aurífera. Valencia Arroyo, Lenin. Lima: Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, 2014. Análisis que contiene informaciones y reflexiones sobre la dinámica regional de las políticas de ordenamiento de la minería aurífera en Madre de Dios desde una perspectiva histórica, abarcando lo económico y lo social, con énfasis en los pro- cesos legislativos y de intervención de las autoridades de gobierno. Con este trabajo, el autor pretende dar a conocer a la población y entender mejor a los actores de esta historia, anticipando posibles escenarios en la misión de ordenar esta actividad. El libro puede descargarse de <http:// bit.ly/11o8eau>. La seguridad territorial en el limbo. El estado de Gobernanza responsable de la tenencia de la tierra. Vadillo, Alcides; Stoshc von, Kristina y Gonzalo Colque. La Paz: Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), 2014. Los trabajos que forman parte de esta publicación comienzan con la definición de conceptos referidos a gobernanza, derecho a la alimentación adecuada, derecho a la tierra, seguridad y soberanía alimentaria, agricultura familiar, directrices voluntarias y políticas públicas. En la publicación se señalan, además, algunos marcos jurídicos en Bolivia y el Perú en temas relacionados con la tierra y el contexto de la tenencia y acceso a esta. Visite: www.larevistaagraria.org 16 LA REVISTA AGRARIA / 168