Escrito de solicitud al Defensor del Pueblo (internet)

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Escrito de solicitud al Defensor del Pueblo (internet).
1. Ir a la web https://www.defensordelpueblo.es/index.asp?destino=/firma
2. Pulsar los apartados “Quejas por internet” y “Envío queja SIN firma digital”.
3. Completar los datos del formulario y copiar el siguiente texto en la ventana
“Motivo de queja” de la página web.
AL EXCMO. SR. DEFENSOR DEL PUEBLO
El Parlamento de Cataluña ha aprobado la Ley 22/2010, de 20 de julio, del
Código de Consumo de Cataluña en la que se regula la utilización de las
lenguas oficiales en las relaciones de consumo y se establece lo siguiente:
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En Cataluña, las empresas tienen obligación de atender oralmente y
por escrito en la lengua oficial que escojan las personas
consumidoras.
Las personas consumidoras tienen derecho a recibir en catalán:
o Las invitaciones a comprar, la información de carácter fijo, la
documentación contractual, los presupuestos, los resguardos
de depósito, las facturas y los demás documentos que se
refieran o que se deriven de ellos.
o Las informaciones necesarias para el consumo, uso y manejo
adecuados de los bienes y servicios, de acuerdo con sus
características, con independencia del medio, formato o
soporte utilizado, y, especialmente, los datos obligatorios
relacionados directamente con la salvaguardia de la salud y la
seguridad.
o Los contratos de adhesión, los contratos con cláusulas tipo,
los contratos normados, las condiciones generales y la
documentación que se refiera a ellos o que se derive de la
realización de alguno de estos contratos.
Estas obligaciones deben cumplirse de forma inmediata .
Se considera infracción administrativa «incumplir las obligaciones en
materia lingüística que establece la normativa» y puede ser
considerada como leve (hasta 10.000 euros), grave (hasta 300.000
euros) y muy grave (hasta 1.000.000 de euros).
Hasta ahora, miles de empresarios han sufrido inspecciones y cientos de ellos
sanciones de hasta tres mil euros por la Administración autonómica por
incumplir las obligaciones lingüísticas previstas en la ley de Política lingüística
1/1998. Se ha sancionado, entre otros supuestos, por no extender facturas en
catalán o no rotular el establecimiento en este idioma. La norma se ha aplicado
de una manera rigurosa y discriminadora ya que ninguna sanción se ha
aplicado por incumplir obligaciones relacionadas con el idioma castellano en las
relaciones de consumo. El nuevo Código de Consumo de Cataluña endurece la
regulación anterior y puede poner en peligro la supervivencia de muchos
negocios, así como los puestos de trabajo de muchos empleados que no tienen
un buen dominio del castellano o del catalán. Por lo tanto, consideramos
desproporcionado sancionar por estos hechos y nos preocupan especialmente
las gravosas consecuencias que una aplicación rigurosa o discrecional de la ley
puede tener para empresarios y trabajadores.
Este nuevo régimen, además, de contrario a la libertad de empresa y de
expresión, es anticonstitucional puesto que la sentencia del Tribunal
Constitucional 31/2010, que ha interpretado el artículo 34 del Estatuto de
Autonomía de Cataluña, ha dicho que se debe dar el mismo tratamiento a las
dos lenguas oficiales en Cataluña y que el deber de disponibilidad lingüística de
las entidades privadas, empresas o establecimientos abiertos al público no
puede significar la imposición a éstas de obligaciones individuales de uso de
cualquiera de las dos lenguas oficiales de modo general, inmediato y directo en
las relaciones privadas.
También la sentencia del Tribunal Constitucional de 28 de junio ha declarado
que no existe un deber general de conocimiento del catalán y, por lo tanto, no
es exigible por parte de la Administración este idioma a los ciudadanos ni a las
empresas.
Por todo lo anterior, SOLICITO DEL DEFENSOR DEL PUEBLO que tras
el estudio pertinente interponga recurso de inconstitucionalidad contra aquellos
preceptos de la Ley 22/2010, de 20 de julio, del Código de Consumo de
Cataluña que se consideren inconstitucionales por establecer deberes de
contenido lingüístico en las relaciones de consumo que, además, conllevan
sanciones muy cuantiosas.
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