Entrevista a Lorenzo Castillo, gerente de la Junta Nacional del Café «Nuestra preocupación es que el Provraem persista en la exclusión de las cooperativas». Carla Calderón-Urquizo1 Hace poco, el Consejo de Ministros aprobó el Proyecto Especial del Vraem (Provraem), que plantea la reconversión de la producción agrícola en el valle del río Apurímac, Ene y Mantaro, con la finalidad de disminuir el precio de la hoja de coca y fomentar el desarrollo agrícola de los pobladores de la zona. Pero ¿qué tan realista puede ser el Provraem? ¿Se trabajará en coordinación directa con los agricultores? Lorenzo Castillo, gerente general de la Junta Nacional del Café (JNC), tiene varios cuestionamientos y plantea cambios al proyecto. Foto internet LRA: Hace unas semanas, el Consejo de Ministros aprobó la propuesta de crear el Provraem. ¿Cuál es la posición de la JNC respecto a este proyecto de las autoridades? Lorenzo Castillo: En la Junta Nacional del Café (JNC) hemos analizado el Lorenzo Castillo, gerente general de la Junta Nacional del Café (JNC) 14 proceso organizativo del Provraem y, al mismo tiempo, las preocupaciones de los productores de café y cacao en la zona. Saludamos la iniciativa del gobierno, pero también señalamos que se trata de una medida incompleta porque no se define claramente la forma de incorporar a los productores organizados durante el proceso de consulta e implementación del programa. Lamentamos que durante la preparación del proyecto, los funcionarios y la alta dirección del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) no hayan tomado en cuenta las experiencias, de más de treinta años, que han desarrollado las cooperativas agrarias cafetaleras, como Quinacho, Pangoa y Masamari, entre otras. Nuestra preocupación es que el Provraem persista en la exclusión de las cooperativas. ¿La JNC ha sostenido alguna reunión con funcionarios del Minagri para tratar de este proyecto que el Estado piensa desarrollar en el Vraem? El Minagri ha abandonado la práctica de concertación y consulta. Se ha planteado una propuesta vertical con un proyecto que no ha sido consultado de manera adecuada con las organizaciones de productores. En los ámbitos del Vraem tienen que existir escenarios de concertación entre los productores y las autoridades. Si el Estado no tiene la voluntad de escuchar las experiencias de los productores, para evitar errores pasados, está exponiéndose a que el proyecto fracase. ¿Cuáles son las principales preocupaciones respecto a la ejecución del proyecto? Una de sus grandes debilidades tiene que ver con el tejido social de los actores. Hasta el momento no está claro cómo se va a integrar a los productores en los planes de desarrollo alternativo, con un enfoque de sostenibilidad y continuidad. Para nosotros, el Provraem tendrá éxito en la medida en que se fomente la asociatividad empresarial de los pequeños productores, con una economía a escala para los servicios y acceso al mercado. Si no está claro este proceso —y se convierte a los productores solo en abastecedores de materia prima—, se consolidará un sistema de continuidad de pobreza en la zona y resultaría inviable lograr los objetivos de reducir la producción de hoja de coca. El proyecto promueve la creación de oficinas llamadas Centro Regional de Innovación Agroempresarial (CRIA), agencias promotoras y de servicios que facilitarán los trámites y necesidades de los agricultores. ¿Qué opina de esta idea? La creación de estos organismos tiene un enfoque vertical, donde van supuestos expertos a dar apoyo, pero sin conocer la realidad de la zona. Esto no asegura el éxito del proyecto. Esperemos que lo de los CRIA se pueda corregir y se incorporen espacios de concertación. Considero que el gobierno debió trabajar sobre las capacidades instaladas de los productores; es decir, fortalecerlas y luego aplicarlas. ¿Cuáles son las reacciones y dudas de los agricultores sobre el Provraem? Existe el temor de que los recursos del programa fortalezcan los sistemas productivos de la hoja de coca en la zona. No olvidemos que un reporte del UNODC/Devida2 señala que la productividad de la hoja de coca es de 3,500 kilos por hectárea, mientras que la del café alcanza entre 500 y 600 kilos. Y LA REVISTA AGRARIA / 165 los ingresos económicos de una hectárea de hoja de coca son de U$10 mil, mientras que en el caso del café no se llega a los mil dólares. Los productores del Vraem tienen la expectativa de recibir apoyo; sin embargo, ¡el tema es cómo será ese apoyo y en qué va a consistir! Por ello, resulta clave trabajar sobre la asociatividad y desarrollar capacidades y competencias en los grupos de productores organizados. Si en la actualidad el café es muchísimo menos rentable que la hoja de coca, ¿cómo se logrará cumplir el objetivo del gobierno con el Provraem? En esos ámbitos no hay cultivo rentable si no es el de la hoja de coca; lamentablemente, no hay otros produc- tos que generen ingresos sostenibles. Por eso, se necesita contar con un enfoque diversificado y dar valor agregado a la producción agraria del café, el cacao, la madera, etc.; instalar programas en la zona que permitan formar recursos humanos y mejorar las capacidades; otorgar un capital de inversión a tasas de interés menores al 5% y crear instrumentos de financiamiento propios; y, finalmente, articular a los productores con el mercado a partir de una producción de calidad. En años anteriores, los diferentes gobiernos de turno han elaborado programas similares al Provraem, pero fracasaron o quedaron olvidados. ¿Por qué razón no funcionaron dichos proyectos en el Vraem? Son más de veinte de años de diversas iniciativas para el desarrollo alternativo. Gran parte del fracaso se debe a que fueron verticales y no tomaron en cuenta a los actores. Por otro lado, fueron iniciativas temporales y focalizadas. No se empoderó empresarial ni técnicamente a los productores. Ese desfase originó que no se logren resultados y se hayan desperdiciado los fondos de la cooperación internacional y del Estado. Notas 1 2 Periodista de La Revista Agraria y del Cepes. Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)/ Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida). Perú. Monitoreo de cultivos de coca. Junio de 2014. publicacionespublicacionespublicacionespublicacionespublicacionespublicacion Mitigación de la contaminación local y cambio climático en América Latina y el Caribe: costos y sinergias . Clerc, Jaques y Manuel Díaz. Lima: Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 2014. Los desafíos del cambio climático se han traducido en compromisos de mitigación por parte de las naciones. Cada país examina qué tipo de acciones realizará con el propósito de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El objetivo del estudio es analizar las sinergias de las iniciativas de mitigación ambiental en la práctica, y destacar que los principales beneficios locales que pueden obtenerse de la aplicación de medidas de mitigación son efectos en la salud y la agricultura. El texto puede descargarse de <http://bit.ly/1p3ilLg>. Agricultura familiar en América Latina y el Caribe: recomendaciones de política . Salcedo, Salomón y Lya Guzmán. Santiago de Chile: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 2014. AGOSTO de 2014 El libro sistematiza experiencias y lecciones para contribuir al diálogo y formulación de políticas públicas orientadas a los retos que enfrentan los agricultores familiares, rescatando las experiencias y proyectos de fortalecimiento de la gestión de sus organizaciones, la intensificación sostenible de su producción, el acceso a los mercados, así como la institucionalidad y las políticas. La publicación invita a los lectores a profundizar en la realidad de los agricultores familiares y la forma en que los productores ganaderos, agrícolas, silvícolas, acuícolas y de pesca artesanal se relacionan con la seguridad alimentaria de la región. Texto descargable desde <http://bit.ly/1wmaTyU>. Cambio climático, políticas ambientales y regímenes de protección social. Visiones para América Latina. Lo Vuolo, Rubén. Santiago de Chile: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), 2014. El trabajo ofrece algunas reflexiones sobre la articulación entre cambio climático, crecimiento económico y política social. Existen sobradas evidencias para probar que los actuales regímenes de crecimiento económico generan, cada vez más, mayores costos ambientales, con emisiones de gases de efecto invernadero. Algunos de los temas abordados en la publicación son los efectos de la transición hacia una economía más verde, los efectos distributivos del cambio climático y la necesidad de una «integración» de las políticas que aborden en conjunto las decisiones ambientales, económicas y sociales. El texto puede descargarse de <http://bit.ly/1prh3sI>. 15