Sin duda, uno de los principales objetivos del gobierno de Ollanta Humala es facilitar la presencia y actividad de las grandes corporaciones extractivistas que operan actualmente en nuestro país. En los últimos meses, la principal evidencia de este apoyo gubernamental ha sido la aprobación de diversas normas legales que simplifican el acceso de las empresas a los recursos naturales, especialmente la tierra. De esta manera, la fuerte competencia que existe por el aprovechamiento de los recursos naturales es inclinada por el Estado peruano a favor de las grandes empresas y corporaciones. Consecuencias de la competencia por los recursos En los últimos años, la competencia por los recursos naturales se hace notar en una variedad de sectores, como hidrocarburos, minería, forestal y agroexportador. La principal característica de dicha competencia suele ser siempre la misma: conflictos sociales. Por ejemplo, en el mes de febrero se produjo un grave conflicto en Pichanaki (Junín), donde los habitantes salieron a protestar por el daño ecológico que la empresa petrolera multinacional Pluspetrol causó en la zona. Así como Pichanaki, otras zonas también cuentan con una gran diversidad de recursos naturales que son codiciados por las corporaciones extractivistas. Sin embargo, al no existir reglas claras sobre cómo aprovechar dichos recursos, los conflictos sociales están a la vuelta de la esquina. A mayor competencia por los recursos, ¿mayor conflicto? La mayor competencia por los recursos naturales viene incrementando el número de conflictos sociales en el país. Según la 12 La paradoja de la abundancia de los recursos naturales Flavia Goya1 Líderes campesinoscompartieron experiencias en el taller sobre directrices voluntarias. Defensoría del Pueblo, hasta febrero del presente año se registraron 211 conflictos sociales, de los cuales 142 son de índole socioambiental; es decir, 67.3 % de los conflictos están relacionados con el uso de los recursos naturales. La actividad minera es la que genera una mayor cantidad de conflictos socioambientales (66.9 %), seguida por los hidrocarburos (23 %). Las directrices voluntarias como propuesta de desarrollo Una de las consecuencias de un inadecuado uso de los recursos naturales es que se afecta negativamente la seguridad alimentaria de un país. Por esta razón, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó en 2012 las llamadas «Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional» (DVGT). Este documento proporciona una orientación a los gobiernos y a la sociedad civil para mejorar la gobernanza de los recursos naturales y lograr así una seguridad alimentaria para todos. Precisamente, con la finalidad de difundir el conocimiento sobre este documento y su importancia, Cepes y la Plataforma Gobernanza Responsable de la Tierra —en alianza con organizaciones gremiales— organizaron recientemente el primer curso sobre el contenido de las DVGT y sus implicancias para la formulación de políticas públicas relacionas con la tierra2. El curso estuvo dirigido a líderes de organizaciones campesinas e indígenas, y generó espacios de diálogo con funcionarios públicos de diferentes dependencias públicas. Es necesario comprender que el uso —y abuso— de los recursos naturales por parte de muchas empresas extractivistas tiene una relación directa con la presencia e incremento de los conflictos socioambientales, donde las poblaciones protestan debido a que ven afectados sus territorios. En la competencia por los recursos naturales, el Estado peruano tiene que recordar que su deber es proteger y priorizar el apoyo a sus ciudadanos, especialmente de las zonas rurales, que conforman la gran mayoría del país. Notas 1 Comunicadora del Programa de Acceso a Recursos Naturales, del Cepes. 2 Este primer módulo del taller se realizó en Lima del 11 al 13 de marzo. El siguiente módulo se desarrollará en mayo. <http://goo.gl/h8P0lh>. LA REVISTA AGRARIA / 171