Escrito CIPCE Principio de oportunidad

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Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica
SE PRESENTAN COMO AMICUS CURIAE
Sres/Sras. Jueces/zas del Tribunal Penal de Segunda Instancia
de la Segunda Circunscripción Judicial de la Provincia de Santa
Fe:
Alberto M. Binder (Tº XXVI, Fº 974, C.S.J.N) y Agustín Carrara (Tº
122 Fº771, Colegio Público de Abogados de la Capital Federal), en
representación del Centro de Investigación y Prevención de la
Criminalidad Económica (CIPCE), en nuestras calidades de miembro del
Comité Directivo y Director Ejecutivo, respectivamente, con el patrocinio
letrado del Dr. Ignacio González (Tº XLI, Fº 368, Colegio de Abogados de
Rosario), constituyendo domicilio legal en calle Moreno 1746, Rosario,
provincia
de
Santa
Fe
y
correo
electrónico
en
la
dirección
[email protected], nos presentamos en la causa CUIJ 2106116677-8 y respetuosamente decimos:
1. OBJETO
Venimos a constituirnos como amicus curiae en la presente causa, en
atención a las cuestiones de interés general que plantea, con el objeto de
aportar al Tribunal una serie de consideraciones para la correcta solución del
caso.
2. ANTECEDENTES DEL CASO
La firma INC. S.A. (Carrefour) denunció al Sr. Juan Eduardo Viegas
por haber cometido el delito del art. 175 inc. 2º del Código Penal.
Según lo expresado por los denunciantes, el Sr. Viegas -empleado
suyo- fue despedido y se le liquidó la indemnización por $ 426.245,38. Por
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un error en el sistema de cuentas de la empresa, días después se le volvió a
depositar la misma suma de dinero, duplicando el monto de indemnización.
Si bien ha sido intimado en reiteradas oportunidades por sus empleadores,
aún no ha devuelto el dinero.
Recientemente, la fiscalía solicitó autorización judicial para disponer
de la acción, a través de la aplicación de un criterio de oportunidad por
insignificancia
político-criminal.
Para
esto,
tuvo
especialmente
en
consideración el hecho de que la empresa INC. S.A. se encuentra
constituida como querellante, cuenta con los recursos para impulsar la
acción por su cuenta, e incluso consiente la aplicación de este criterio de
oportunidad por parte de la fiscalía, habiendo manifestado su intención de
continuar ejerciendo la acción penal a través del mecanismo de conversión.
Frente a esta solicitud, el Tribunal de primera instancia resolvió “no
admitir el criterio de oportunidad presentado por el Ministerio Público Fiscal”.
3. INTERÉS EN LA RESOLUCIÓN DEL CASO
La presente causa involucra cuestiones de trascendencia social e
institucional que superan ampliamente el interés de las partes involucradas.
En efecto, aquí se está debatiendo la aplicación de un criterio de oportunidad
basado en la insignificancia político-criminal del caso, por parte de una
fiscalía especializada en delitos económicos y complejos. La capacidad que
tenga una unidad fiscal para ejercer dicha facultad repercute directamente
sobre la gestión de los recursos disponibles. Esto, a su vez, tiene una
incidencia inmediata sobre la eficacia -o no- en la persecución de aquellos
hechos y fenómenos delictivos que implican un mayor daño social.
La eficacia en la prevención y persecución de la delincuencia
económica es una preocupación central dentro del trabajo que realizamos
desde el CIPCE. El Centro de Investigación y Prevención de la
Criminalidad Económica es una alianza de las organizaciones no
gubernamentales INECIP y CEPPAS y el Instituto Ambrosio Luis Gioja.
Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica
Constituye una organización de la sociedad civil cuyo objetivo primario es la
investigación y prevención de la criminalidad económica, buscando de esta
forma lograr un mejor funcionamiento y mayor transparencia de las
instituciones públicas, tales como organismos administrativos, legislativos,
tribunales de justicia, entes reguladores y organismos de control.
Desde hace años, el Centro desarrolla actividades tendientes a lograr
el recupero -por parte del Estado- de los fondos sustraídos por la corrupción
y la criminalidad económica. En este marco, mide el daño social causado por
tales delitos, elabora proyectos de reforma y busca dar seguimiento y
participar activamente en casos en los que se investigan dichos actos. Esto
indudablemente convierte al CIPCE en una ONG especializada en casos de
delincuencia económica como el que aquí se investiga.
En materia de litigio estratégico, hemos intervenido en cinco causas
que involucran grandes casos de corrupción ocurridos en la Argentina:
Siemens, Skanska, IBM-Banco Nación, Sobresueldos y María Julia
Alsogaray. Sumado a esto, nos hemos presentado en decenas de causas
junto con la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), otra
organización de la sociedad civil.
Somos también miembros de la Comisión de Seguimiento del
Cumplimiento de la Convención Interamericana contra la Corrupción, la cual
elabora las respuestas al Cuestionario elaborado por el Comité de Expertos
del Mecanismo de Seguimiento de la implementación de dicha Convención
(MESICIC).
Al presente escrito se adjuntan: el convenio de creación y
desarrollo del CIPCE; el instrumento de creación del INECIP y su estatuto y
reformas, junto con la resolución de la Inspección General de Justicia (IGJ)
mediante la cual autoriza al INECIP para funcionar con carácter de persona
jurídica; el acta constitutiva del CEPPAS con su respectivo estatuto, la
resolución de la IGJ mediante la cual autoriza al CEPPAS para funcionar con
carácter de persona jurídica, y el acta donde consta la designación del actual
Director Ejecutivo del CIPCE.
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4. ADMISIBILIDAD DEL AMICUS CURIAE
El amicus curiae consiste en “una presentación ante el tribunal donde
tramita un litigio judicial de terceros ajenos a esa disputa que cuenten con un
justificado interés en la resolución final del litigio, a fin de ofrecer opiniones
consideradas de trascendencia para la sustanciación del proceso en torno a
la materia controvertida”1.
Actualmente, la aceptación del amicus curiae se encuentra
ampliamente
consolidada
en
la
jurisprudencia
de
muchas
jurisdicciones del país, en una tendencia que parece firme e inequívoca.
Esto se explica por las considerables ventajas que presenta esta figura, ya
que, por un lado, permite acercar a los jueces argumentos o consideraciones
sobre cuestiones complejas y controvertidas que trascienden el interés de
las partes y pueden servir para una mejor resolución del caso; y por otro,
contribuye a legitimar la actuación de la Justicia, ya que posibilita una mayor
participación y discusión sobre cuestiones de relevancia social.
A nivel nacional este instituto fue regulado originalmente por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación mediante las acordadas 28/04 y 14/06, las
cuales fueron recientemente reemplazadas por la Acordada 7/13. Esta
acordada instauró un nuevo reglamento para la intervención de “Amigos del
Tribunal”, cuyo artículo 1° establece: “Las personas físicas o jurídicas que no
fueren parte en el pleito, pueden presentarse ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en calidad de Amigo del Tribunal, en todos los
procesos judiciales correspondientes a la competencia originaria o apelada
en los que se debatan cuestiones de trascendencia colectiva o interés
general”. Algunas provincias han sancionado leyes para reconocer
expresamente esta figura, como es el caso de la Ciudad Autónoma de
1Abregú,
Martín y Christian Courtis, “Perspectivas y posibilidades del amicuscuriae en el
derecho argentino”, en La aplicación de los tratados sobre derechos humanos por los
tribunales locales, compilado por los nombrados, CELS- Editores del Puerto, Buenos Aires,
1997, págs. 387 y ss.
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Buenos Aires (ley nº 402), Río Negro (ley nº4185) y la Provincia de Buenos
Aires, (ley nº 14.736).
El hecho de que la figura del “amigo del tribunal” no se encuentre
prevista expresamente en la legislación procesal no obsta a su procedencia
en un caso de interés público, cuya trascendencia excede el mero interés de
las partes. Así lo han reconocido los tribunales federales en varios
precedentes. Cabe recordar que la Cámara Federal de Apelaciones ha sido
pionera en la aceptación de esta figura. En efecto, en la causa caratulada
“Hechos ocurridos en el ámbito de la Escuela de Mecánica de la Armada
(ESMA)”, en resolución del 18 de mayo de 19952, el Tribunal aceptó la
presentación de organizaciones no gubernamentales en carácter de amicus
curiae, en atención al interés público de las cuestiones debatidas y a los
aportes que podían realizar estos organismos con reconocida trayectoria en
la materia. A su vez, se pueden citar, entre otras, algunas decisiones de la
Cámara Federal de Casación Penal que lo admitieron: Sala II, Expediente nº
2813, “Felicetti, Roberto”, del 23/11/2000; Sala IV, “Alsogaray, María J.”, del
9/6/2005 (donde fue el CIPCE quien participó como amigo del tribunal); Sala
I, Expediente nº 8.506, “Mercado, María”, del 30/10/2007 y Sala I,
Expediente nº 12.037, “Polano, Alejandro”, del 13/11/2009.
En virtud de lo expuesto, en la medida en que se trata, como dijimos,
de decidir sobre una cuestión que excede el mero interés de las partes, nos
presentamos con el objeto de que se nos permita exponer nuestros
argumentos jurídicos a los efectos de colaborar con la resolución del
presente caso sometido a estudio.
5. CONSIDERACIONES TÉCNICAS
Entendemos que existen ciertos fundamentos básicos desde el punto
de vista político-criminal, que nos llevan a afirmar la necesidad de adoptar la
interpretación propuesta por la fiscalía.
2
Cf. E.D. 164-212.
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En primer lugar, es esencial que los Ministerios Públicos logren
liderar procesos de planificación y ejecución de planes de política
criminal. En cualquier caso resulta extremadamente criticable que el
organismo encargado de la persecución de la delincuencia realice esta tarea
sin ninguna planificación estratégica. Mucho menos puede postularse esto
en un contexto en el cual se han configurado mercados criminales y
fenómenos delictivos complejos, que generan un daño social considerable y
que representan un riesgo cierto para la seguridad ciudadana y el
fortalecimiento del Estado de Derecho. Por ende, en definitiva, la
planificación y ejecución de planes de política criminal por parte de los
Ministerios Públicos resulta importante a los fines del fortalecimiento de
la democracia.
Íntimamente vinculado con lo señalado recién, debe tenerse en
consideración que la política criminal de nuestro país ha desatendido de
modo flagrante la persecución de los delitos económicos de alto perfil.
Así, a nivel de los Ministerio Públicos no se han desarrollado políticas
estratégicas de incidencia sobre los aspectos patrimoniales de la
criminalidad organizada, la corrupción de funcionarios públicos, el lavado de
activos, y las distintas economías delictivas que se han consolidado, entre
otros fenómenos. Esto –junto con otros factores– ha llevado a una situación
de impunidad en materia de delincuencia económica que es imperioso
solucionar.
Ahora bien, esta persecución estratégica solo puede lograrse a través
de una priorización en la orientación de los recursos –humanos y
materiales– con los que cuenta el Ministerio Público. A su vez, para que esto
último pueda ocurrir, es imprescindible que se dote a esta institución de las
herramientas necesarias para definir y ejecutar programas de política
criminal.
En este proceso, es central el ejercicio del principio de oportunidad
que han previsto las legislaciones procesales de las diversas provincias, y
que recientemente también se ha regulado a nivel federal. Estas reformas,
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en líneas generales, se han caracterizado por dos ejes fundamentales. En lo
procesal, procurando el resguardo de las garantías constitucionales, han
establecido la oralidad de las etapas previas al juicio, han fortalecido la
separación de funciones y han situado a la audiencia como modo de toma
de decisiones. Por otra parte, han procurado que los Ministerio Públicos
puedan hacer un proceso de selección de los casos a perseguir,
basados en criterios de política criminal.
El núcleo fundamental de este caso reside en la interpretación que se
asigne al inciso segundo del art. 19 del Código Procesal Penal de la
Provincia de Santa Fe. El supuesto que prevé la norma gira principalmente
en torno a la falta de afectación grave al interés público. Esta falta de
afectación se plasma en la valoración político-criminal que haga el Ministerio
Público. Así, no se trata del valor intrínseco del caso, sino de la relación
entre el caso y la gestión de los recursos disponibles. Suele existir
dificultad para asumir a la organización de la justicia penal como una
organización con recursos limitados. Sin embargo, el control de la
sobrecarga de trabajo es uno de los elementos centrales en una reforma del
sistema de justicia penal. Para lograr esto, deviene fundamental la
formulación de una política criminal clara y una selección de casos
coherente con aquélla. La regulación de un mecanismo que permita
prescindir de la acción frente a casos en los que no se afecte gravemente el
interés público busca dotar al Ministerio Público de herramientas procesales
para liderar y ejecutar un proceso de planificación político-criminal.
Es por esto que la norma en cuestión no debe entenderse como
referida exclusivamente al escaso grado de afectación al bien jurídico,
es decir, delitos de bagatela. Si bien dichos casos normalmente se verán
incluidos en esta causal de aplicación del principio de oportunidad, en
realidad la norma refiere fundamentalmente a los casos mencionados en el
párrafo precedente. Esto puede apreciarse con mayor claridad, por ejemplo,
en el Código Procesal Penal de la provincia de Neuquén, cuyo art. 106, inc.
1º, refiere a casos en los que se trate de “un hecho insignificante o un hecho
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que no afecte gravemente el interés público”. El espíritu de esta norma es el
mismo de aquella contenida en el CPP de Santa Fe: contribuir a la
capacidad de gestión de casos del Ministerio Público, permitiendo el
desarrollo de una persecución penal estratégica y más eficiente. Esto se ve
íntimamente vinculado con el instituto de la conversión de la acción.
Así, la norma regula supuestos en los cuales ocurrirán dos cosas: por
un lado, el Ministerio Público podrá prescindir de la acción por entender que
el interés público no se ha visto seriamente comprometido, y por ende es
más conveniente orientar sus recursos a otros casos; por otra parte, la
víctima contará con la posibilidad de continuar de manera independiente con
el impulso de la acción. Esto permitirá que se garantice una persecución
penal inteligente sin afectar el acceso a la justicia. En el caso que se debate
aquí, esto último resulta patente, a tal punto que la propia víctima se ha
manifestado a favor de la aplicación del criterio de oportunidad y la posterior
conversión de la acción.
Por otra parte, resulta importante destacar que en distintas provincias
los Ministerios Públicos se encuentran transitando un proceso de
especialización de sus unidades fiscales, en lo relativo a criminalidad
económica. Así, ya son varias las jurisdicciones que cuentan con unidades
fiscales especializadas en delitos contra la administración pública, delitos
económicos en general, delitos complejos, entre otros. En este sentido, la
decisión de VV.EE. puede sentar un precedente fundamental en materia
de fortalecimiento de la persecución de estos fenómenos criminales,
que permitiría replicar este mismo debate en otras provincias.
Finalmente, no se advierte que la decisión de la Fiscalía suponga la
impunidad del caso. No existe en el caso concreto una relación entre la
aplicación de este criterio de oportunidad y la impunidad del delito. De
acuerdo al esquema procesal definido por el legislador de Santa Fe, el
efecto consiste en que quedará expedita la vía para que el damnificado
continúe de modo autónomo. De tal manera, sólo resta evaluar en qué
medida el damnificado en el caso concreto ve afectada su posibilidad real de
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acceso a la justicia, con el fin de buscar que se garanticen sus derechos
relativos a la aplicación de un castigo y/o a la reparación.
En el caso que se somete a consideración del Tribunal -y tal como lo
ha puesto en claro la Fiscalía-, el acceso a la justicia del damnificado se
encuentra garantizado eficazmente en la medida que cuenta con el
reconocimiento sustantivo de su derecho (la tipificación penal), con un
mecanismo concreto y expedito para hacerlo valer (la conversión de la
acción penal) y con recursos materiales adecuados y suficientes para poner
dicho mecanismo en movimiento (de hecho, ya se ha constituido como
querellante y la Fiscalía ha aportado la información que necesitaba para
continuar con su caso).
En virtud de todas estas consideraciones técnicas y jurídicas,
entendemos que corresponde otorgar la autorización judicial a la fiscalía
para que disponga de la acción a través de la aplicación de un criterio de
oportunidad por insignificancia político-criminal.
6. PETITORIO
En base a todo lo expuesto, solicitamos a VV.EE.:
1. Se nos tenga por presentados en carácter de amicus curiae.
2. Oportunamente, se autorice a la fiscalía a disponer de la acción a
través de la aplicación de un criterio de oportunidad por
insignificancia político-criminal, y se aplique el mecanismo de
conversión de la acción para que la querella continúe con el
impulso del caso.
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Si el tribunal lo considera procedente, solicitamos ampliar los
argumentos durante la audiencia de apelación, para lo cual pedimos que se
nos notifique de la misma.
Proveer de conformidad.
SERÁ JUSTICIA.
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