Subido por LARRY GUTIERREZ

CÓMO SER CREATIVO

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CÓMO SER CREATIVO- 10 TÉCNICAS QUE TE VOLARÁN LA CABEZA
En este vídeo te voy a enseñar algunos trucos para crear nuevas ideas.
Son métodos que han usado artistas y empresarios de éxito durante muchos
años.
Mi nombre es Diego Castaño y hoy vas a aprender 10 técnicas para disparar tu
creatividad.
Vamos a verlas.
La creatividad es la capacidad para crear nuevas ideas.
Es indispensable para resolver problemas.
Pero a veces nos quedamos bloqueados.
Vamos a ver 10 técnicas probadas para explotar tus ideas.
Haz un mapa mental.
Un mapa mental es un diagrama que muestra todos los elementos de un proyecto
en forma de dibujo
y nos permitirá explorar todas nuestras ideas de forma ordenada.
No creas que se trata de una tontería.
El mismo Bill Gates ha alabado en varias ocasiones la gran utilidad de los mapas
mentales
a la hora de transferir y crear nuevo conocimiento.
Para hacer tu propio mapa mental, comienza dibujando en el centro de una página
tu idea central.
Ponle el nombre, dale la forma que quieras y hazla tan colorida como sea
necesario.
Ahora empieza a sacar una rama para cada idea secundaria y escribe su nombre
a lo largo de la misma.
Utiliza mayúsculas para los temas más importantes y minúsculas para los temas
secundarios
y dale a cada rama el color que creas más conveniente para fijarlo en tu mente.
De cada rama podrás sacar más ramas con ideas secundarias.
Hazlas cada vez más finas.
En la descripción de este vídeo he puesto el enlace a una web que te permitirá
hacer
mapas mentales de forma muy fácil.
Aprovecha cualquier momento.
En el cine se romantiza ese estado ideal en el que la creatividad fluye de manera
continuada.
Lo suelen llamar estar enchufado o estar en la zona.
Pero para la mayoría de nosotros, forzar la creatividad no da buenos resultados.
Lo habitual es que la creatividad fluya libremente y que tenga altibajos.
Nunca sabes cuándo se te va a ocurrir una idea brillante, por eso es muy
importante
que seas capaz de anotar tus ideas en cualquier momento, estés donde estés.
Es habitual que te venga la inspiración andando por la calle o usando transporte
público,
por lo que muchos recomiendan llevar siempre una libreta y un bolígrafo para
tomar nota
en cuanto la idea se presente.
Esto puede ser útil para artistas gráficos que necesiten dibujar para representar
sus
ideas, pero para el resto es un incordio.
Hoy en día todos llevamos un móvil en el bolsillo y existen aplicaciones como
Evernote
o KIPP que te permiten almacenar todos sus apuntes y adjuntar fotografías o
dibujos.
Tu estado mental es muy relevante a la hora de crear nuevas ideas.
Si te encuentras estresado o ansioso, notarás que la tarea de ser creativo se hace
mucho
más difícil porque te vas a sentir empujado a centrarte solo en la situación
inmediata.
Sé que esto que te voy a decir va a sonar un poquito New Age, pero encuentra tu
centro.
Busca en tu interior una sensación de equilibrio y esto aliviará la presión de tu
vida diaria
y hará que no interfiera con tu creatividad.
La mejor manera de conseguir esto es mediante la meditación, y no, la meditación
no tiene
nada que ver con la espiritualidad ni con la religión.
Hoy en día existen herramientas muy buenas con las que cualquiera puede
aprender a meditar,
como por ejemplo la aplicación Headspace para iPhone y Android que contiene
sesiones
guiadas de meditación con las que aprenderás los principios básicos desde cero.
Una vez te familiarices con la meditación, lograrás alcanzar tu zona de calma en
pocos
minutos.
Reserva tiempo para descansar Nuestro cerebro no está diseñado para funcionar
con la misma intensidad durante mucho tiempo.
Klitman fue un fisiólogo de los años 80 que descubrió que mientras estamos
despiertos
nuestra concentración sigue un patrón similar a los ciclos del sueño que
experimentamos
cuando dormimos.
Por esta razón, determinó que el patrón más efectivo es trabajar un máximo de
90
minutos seguidos y después descansar durante 20 minutos.
También debes tener en cuenta que gran parte del trabajo mental que requiere la
creatividad
se hace fuera de los estados normales de conciencia y que el subconsciente te
dará
una manera distinta de acceder a los recursos de tu mente.
Echarte una siesta corta es una manera efectiva de darte un respiro y te dará la
oportunidad
de afrontar el problema con un enfoque más fresco y algo más de perspectiva.
Otra opción es aprovechar el sueño nocturno.
Anota el problema que quieres resolver justo antes de irte a dormir y utiliza un
diario
para anotar todo lo que recuerdes de tu sueño cuando despiertes.
Salvador Dalí afirmaba que esta técnica fue la inspiración de muchas de sus
obras.
Date permiso para ser creativo.
La razón más común por la que nos quedamos bloqueados son las barreras que
nos ponemos
nosotros mismos.
Nos inhibimos ya sea porque no nos consideramos suficientemente creativos,
porque nos estemos
enfrentando a una tarea que sentimos que nos sobrepasa o por puro miedo al
ridículo.
Es como cuando quieres tirar de la piscina pero estás demasiado preocupado de
si el agua
estará demasiado fría.
Al final, cuando por fin te sumerges, te das cuenta de que no era para tanto.
Pues con el pensamiento creativo pasa exactamente lo mismo.
Nuestra mayor traba es el autodiálogo que nos dice que no podemos ser
creativos.
La solución es simple, actúa, y este autodiálogo desaparecerá.
Empieza a hacer algo, da igual lo que sea.
Un buen comienzo podría ser visualizar cómo se vería tu problema resuelto o
hacer bocetos
de posibles soluciones.
Tolera la antigüedad.
La antigüedad es algo incómodo de llevar, no nos gusta, nos hace parecer
indecisos y
sentir que estamos perdiendo el tiempo.
La certeza, en cambio, es mucho más cómoda.
Todos tenemos nuestros hábitos, rutinas que repetimos día tras día de forma
automática.
Tener certeza nos da seguridad y nos hace sentir que tenemos el control.
Sin embargo, en el trabajo creativo, este marco de pensamiento nos puede forzar
a dar
soluciones rápidas con mucha determinación.
Y esto puede ser perjudicial.
Las dinámicas de la creatividad no funcionan así.
Muchas veces, si no miramos las dos caras de la moneda, podemos perder
grandes oportunidades
de crear cosas geniales.
Una técnica sencilla para introducir la antigüedad en tu trabajo es hacer una lista
de pros y
contras para cada solución que tengas en mente.
Otra manera de usar este mismo principio es hacer una lista con todas tus ideas.
Escribe todo aquello que consideres inamovible y entonces considera uno por
uno lo opuesto,
su negativo.
Organiza una cena con tus héroes creativos.
Hace un buen ejercicio mental para resolver problemas.
Consiste en crear lo que se denomina una cena de héroes.
Antes de nada, apunta en un papel cuál es el problema que quieras resolver.
Entonces crea una lista de invitados en la que vas a apuntar a todos tus ídolos
creativos,
toda esa gente que te inspira y a la que admiras, o gente que crees que sería capaz
de resolver el problema que te has propuesto.
Una vez tengas la lista completa, invítalos a reunirse contigo en una cena
imaginaria.
Imagina cómo se comportarían los invitados de tu cena, cómo hablarían cada uno
de ellos,
cuál sería su personalidad, su sentido del humor, etc.
Piensa también cómo se relacionarían entre ellos, se llevarían bien unos con
otros,
y sobre todo debes intentar imaginar qué piensan ellos del problema que quieras
resolver.
Cuanto más te sumerjas en esta ficción, cuantos más detalles logres visualizar,
más productivo
será este ejercicio.
Crea curiosidad infinita.
Para cultivar la creatividad, merece la pena desarrollar el hábito de ser curioso.
Y no me refiero a interesarte por un tema concreto, sino a tener curiosidad por
absolutamente
todo.
La curiosidad implica desarrollar tres capacidades.
La primera parte es percibir, obsérvalo todo tu alrededor, fíjate en cada detalle, en
lo inesperado, cuantas más cosas percibas, mejor.
La segunda parte es hacerse preguntas, cuestionalo todo, haz preguntas aunque
creas que las
respuestas son obvias, de hecho haz preguntas sobre todo si las respuestas
parecen obvias,
solo de este modo encontrarás revelaciones ocultas.
La tercera parte es maravillarse, los niños son auténticos expertos en esto, intenta
mirarlo todo como si fuera la primera vez que lo vieras, como si fueras un alien de
una galaxia lejana que acaba de aterrizar en la Tierra.
Observa, por ejemplo, cada inclinado detalle de la hoja de un árbol, o párate a
pensar
cómo pudo ser construido un edificio antiguo.
Cuando te tomes el tiempo necesario para hacerlo, empezarás a ver maravillas
por todas partes.
Sumérgete o aíslote
La primera opción es sumergirte por completo en aquello que inspira tu
creatividad.
A Picasso, por ejemplo, le gustaba rodearse de su arte favorito mientras pintaba
y tener
cerca a acompañantes para que fueran sus musas.
Prueba a rodearte de cosas que encuentras estimulantes, música, películas,
libros,
arte o objetos que te gusten, recuerdos de gente que te inspire o te parezca
valiosa
o amigos que tú consideres creativos.
También puedes exponerte a ejemplos contemporáneos, pregúntate qué están
haciendo los demás.
La segunda opción es aislarse completamente, como ejemplo, Bob Dylan se
escondió en una
cabaña remota para relajarse y escribir un libro.
Pasado un tiempo, no se pudo contener y sintió el impulso de escribir una
canción.
Aquella canción fue Like a Rolling Stone.
Para algunos individuos el mejor entorno es el que elimina todas las distracciones
y se
centra en lo básico.
En función de tu personalidad y circunstancias, elegirás un método u otro, pero
ambos son
perfectamente válidos.
Juega con las posibilidades
La imaginación inteligente es una parte muy importante del pensamiento
creativo.
Muchas veces es más importante jugar con lo posible antes que con lo real.
Una buena manera de empezar es jugar con los supuestos, todas esas preguntas
que comienzan
diciendo
¿Y qué pasaría si...?
Si necesitas un impulso creativo, prueba a utilizar el método Scamper.
Consiste en un conjunto de preguntas que puedes hacerte para generar más
ideas.
El nombre de este método es un acrónimo que resume sus preguntas.
La S viene de sustituir un concepto por otro.
La C de combinar varias ideas en una sola.
La A viene de adaptar una idea a otro contexto.
La M es de modificar algo que ya existe.
La P de poner ideas que tienen una utilidad en otros usos.
La E de eliminar algo y la R de reacomodar la posición de los objetos.
En la descripción de este vídeo encontrarás una lista de preguntas extraídas de
este método que podrás aplicar a tus procesos creativos.
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¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE LA CREATIVIDAD?
Sabemos que nuestro cerebro es capaz de acumular un montón de
conocimientos.
Él sabe lo que es un triángulo, un pájaro, una casa, el fuego, un beso o la
frustración, por poner algunos ejemplos.
Y para cada uno de esos conocimientos tiene una serie de conceptos y funciones
asociadas.
Por ejemplo, todos sabemos lo que es un plato.
Sabemos que un plato es circular y que sirve para poner la comida o apoyar una
taza.
En general, si preguntamos para qué más sirve, la respuesta suele ser, para nada
más, es un plato, ¿no?
Esto de atribuir a un objeto únicamente los usos habituales se llama fijación
funcional.
Ahora imaginemos que tenemos que dibujar un círculo.
Todo el mundo sabe que nuestro pulso no es precisamente bueno al dibujar
círculos.
Pero recordemos, habíamos dicho que nuestro cerebro sabe que un plato es
circular.
¿Por qué no cogemos el plato de antes y lo combinamos con el lápiz?
Ya está, con eso ya tenemos nuestro círculo perfecto.
Esto es creatividad.
Es decir, la creatividad consiste en buscar entre los millones de millones de
conocimientos que tenemos en nuestro cerebro para solucionar un problema.
A diario nos encontramos con cientos de problemas.
Si aprendemos a desarrollar nuestra creatividad, nuestro cerebro se
acostumbrará a conectar entre sí sus conocimientos
y a localizar rápidamente una solución a través de esas combinaciones.
Por supuesto, cuantos más conocimientos tengamos, más conceptos podrá
utilizar nuestro cerebro para combinar y darnos soluciones creativas.
Para tener más conocimientos es importante leer y aprender,
pero para que nuestro cerebro se acostumbre a realizar conexiones nuevas,
la clave es jugar, conocer sitios nuevos, evitar la rutina y, por supuesto, cuidar
nuestro cerebro a diario.
A modo de conclusión, podemos definir la creatividad como la capacidad de
combinar de forma novedosa
dos o más conceptos que ya conocemos con el objetivo de resolver algún tipo de
problema.
CREATED USING PALTUNE
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