Paula de Lima Crónicas de Hernán Cortés 8B Mirando el mar a mi alrededor, pienso en lo que estoy construyendo para mis descendientes, para mi futuro, para el futuro de España, y para el futuro de estos pobres desgraciados que no conocen al Señor. Recuerdo todas las historias que me han contado, que la nueva tierra no es tan emocionante como nos habían contado, ni tan rica. Pero tengo como propósito el descubrir un gran tesoro, y que mi nombre sea recordado por todos en España, no, es mas, tal vez en todo el continente Europeo, que mi nombre sea una figura esencial en los libros de historia. Con esto me voy sonriendo a mi cabina. Según mis cálculos, no debemos estar lejos. Deberíamos llegar en menos de una semana. Así que me acuesto tranquilo en mi cama, con el barco meciéndose, como si me arrullara en una cuna… En el nuevo mundo Hemos llegado al nuevo mundo, no a La Hispaniola, pero mas al norte, no tan al norte como Américo Vespucio, pero mas al sur. Mirando nuestros alrededores, veo un mar con agua cristalina, enormes montañas y bosques que esperan nuestra conquista. Al ver estas tierras no puedo evitar pensar en como al Señor le agradara de la manera en la cual traeremos su palabra a estos pobres salvajes que tanto la necesitan. -Señor Cortés- me dice al acercarse uno de mis hombres, -¿Le complacería si enviáramos a algunos hombres en busca del oro?Obviamente el chico esta cegado por la riqueza, como yo lo estaba al comenzar este viaje. Claro que mi opinión ha llegado a cambiar durante el viaje. Me río. -No he venido para cosas tan pequeñas- le respondo –Sino para servir a Dios y al Rey.- Con esto el marinero se queda callado, y se va a hacer no se que cosas, tal vez a terminar de atar algunos nudos. De cualquier forma, pienso para mis adentros, seria bueno mandar a algunos hombres adelante a ver que encuentran, solo para estar seguros. Llamo a un chico de quince a traer a un grupo de diez voluntarios, y les explico lo que quiero que hagan. Acordamos que irán a tierra en el bote de remos por la mañana, y que en la tarde volverán con el reporte de lo que han visto. Concluimos el día con una cerveza en celebración por haber finalmente llegado, y por éxitos próximos a estos. Luego nos fuimos a dormir, ya estoy impaciente por poder recorrer esta nueva tierra, y mirarla por dentro con mis propios ojos. Ya deben ser como las cinco de la mañana, el sol apenas se esta Paula de Lima Crónicas de Hernán Cortés 8B asomando por las montañas que están en esta nueva tierra, y ya los diez hombres han desembarcado, y ya casi llegan a la playa. Tendrán el privilegio de ser los primeros en pisar esta tierra llena de misterios ocultos. No puedo evitar tenerles envidia. Lo que daría por estar ahí con ellos, pero he de seguir unas estrictas reglas de seguridad, y tengo impedido el tomar un riesgo que puede ser evitado. Bueno, ahora lo único que podemos hacer es esperar al anochecer, y ver si llegan con vida. Suspirando me voy a escribir los eventos del día en un diario que he estado guardando, para que toda Europa se entere de lo que descubrimos en este viaje. La luna brilla y se refleja en el océano. Ya he estado aquí parado mas de una hora, y nada que veo a mis hombres. Empiezo a preocuparme de que algo les haya pasado, pero entonces notamos que algo se mueve, y llevándome el telescopio al ojo, veo que son los diez hombres. Todavía están muy lejos como para verles las expresiones, pero ahí están, y han vuelto. Cuando llegan a bordo, los recibimos con alegría, se ven cansados y agotados, pero contentos de haber vuelto. Me pregunto que habrán visto, que los habrá agotado tanto, pero no he de ser descortés, así que les ofrecemos unas bebidas calientes, y nos sentamos alrededor de ellos para escuchar lo que han visto. Nos cuentan como al llegar vieron animales extraños de los cuales no habían escuchado hablar o visto antes, como en un río que se encontraba a unos kilómetros ce la playa se habían encontrado con un hombre en una cabaña, que les contó su historia. Aparentemente, este hombre era un español que había vivido aquí hace poco mas de una década, siendo un sobreviviente de un barco que se había hundido a causa de unos arrecifes mas al norte de donde nos encontrábamos. Nos dicen que había vivido con las tribus y aprendido su idioma, sus costumbres, su forma de pensar. El no tenia mucho deseo de volver a España, pero tenia un hijo, y temía que su esposa habría muerto, pensando que el también estaba muerto. Luego el Español, que se llamaba Marcos, les contó de cómo, al el haber naufragado en la orilla, los nativos lo acogieron y lo aceptaron como si fuera uno de los suyos. Esto no me sonaba muy salvaje, así que broto en mi una pequeña esperanza de que no tuviéramos que suprimirlos al Señor Nuestro Dios por la fuerza. Marcos no les había contado mucho mas del país, sino básicamente de su historia. Cuando terminaron de contarnos su historia, les dije a mis hombres que se preparan, porque mañana en la madrugada íbamos a visitar a Paula de Lima Crónicas de Hernán Cortés 8B este tal Marcos. Mis hombres podían haber estado pensando simplemente en que emocionante sería el día de mañana, pero yo ya tenía planes para mas adelante. Usaría a este Marcos como interprete en mi encuentro con los nativos. Le obligare a contarme mas de este país, por las buenas, claro, y luego como agradecimiento lo devolveré a España. Siento que este país tiene algo imponente, riquezas y misterios ocultos, esperando para que nosotros, si, nosotros, españoles de para sangre, los descubramos. En tierra firme Estamos buscando el palacio de Montezuma, del cual nos ha hablado Marcos. Nuestro interprete nos guía por senderos engañosos, trechos peligrosos, pero nos dice que ya estamos cerca. También tenemos a otro interprete, una nativa que interpreta muy bien lo que otros quieren decir. Nos ha contado que el palacio de Montezuma es de paredes de una piedra amarilla brillante, que todos llevan aretes y collares de la misma piedra. Por esa piedra supongo que se refiere al oro. Creo que mi opinión a cambiado, ya que, que tonto no se aprovecharía de estas riquezas, teniéndolas al alcancé de la mano? Me parece que mis hombres no están muy deacuerdo con eso, pero no importa. Soy su líder y lo seguiré siendo. Con los Indígenas ¡Estos incultos nativos no saben nada de nada! No digo que no tengan cultura, su cultura es exisíta, distinta, compleja e interesante. A lo que me refiero es que es simplemente tan fácil engañarlos! Creen que nuestros caballos son inmortales, y para seguirles el cuento escondemos a nuestros caballos muertos, y ellos se tragan todo el cuento! El otro día el jefe de los indígenas me llevo a la sima de una especie de pirámide hecha con escaleras. Durante toda la subida controle mi respiración, y el tío este quedo asustadísimo por el hecho de que no estaba jadeando. Haha, tengo planes de no solo saquearlos, sino someter a todo el país al reinado de España. He mandado a algunos de mis hombres que tienen sarampión a bañarse en el acueducto de donde beben el agua estas personas. Si mi plan funciona, todos estos aztecas quedaran con sarampión, y me podré apoderar de sus riquezas sin tener que usar la fuerza. Que lindo es ser yo.