Subido por Jose Valdivia Ruiz

La reforma en Gran Bretaña, La reforma o contrareforma católica y la Ortodoxia Luterana, Pastor José

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Sede Jinotega, 2023
Exposición 8:
1.- La Reforma en la Gran Bretaña.
2.- La Reforma católica o La contrareforma.
3.- La Ortodoxia luterana.
Historia del Pensamiento Cristiano
Docente: Ms. Jairo López
Alumno: Pastor José Valdivia
La Reforma en la
Gran Bretaña
Hay cuatro tradiciones importante que surge de la Reforma protestante:
La luterana, la reformada, la anabaptista y la anglicana
Alemania
Reforma protestante
Luterana
Suiza
Reforma protestante
Anabaptista
Inglaterra
Reforma protestante
Anglicana.
Francia
Reforma protestante
Reformada
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Tomó forma en
Inglaterra a través de
un complicado
proceso. Este proceso
comenzó durante el
reinado de Enrique VIII
(1509-1547) y llegó a su
punto culminante bajo
Isabel I (1558-1603).
Esta reforma tuvo dos
características
La Reforma anglicana
1.- La primera es que la historia de
la Reforma en Inglaterra estuvo
dominada por los acontecimientos
políticos y por las diversas
actitudes de los monarcas. los
personajes más importantes en
Inglaterra en lo que se refiere a
asuntos religiosos no fueron los
reformadores mismos, sino los
monarcas a quienes sirvieron o a
quienes se enfrentaron —a veces
hasta la muerte.
2.- La otra característica de la Reforma
inglesa es que no hubo en ella una o dos
figuras teológicas descollantes. Ninguno
de sus principales exponentes logró la
prominencia teológica de Lutero o
Calvino, aunque teólogos tales como
Cranmer, Jewel, Latimer, Ridley, Hooper
y otros hicieron contribuciones
importantes.
Reyes en tiempos de la Reforma Anglicana
ISABEL I
EDUARDO VI
ENRIQUE VIII
Ruptura por petición de
anulación matrimonio con
Catalina de Aragón.
Resultado: cambios menores
en la vida de la Iglesia, pero
que su teología y práctica
todavía distaban mucho
de ser protestantes.
(1509-1547)
Gobierno en manos del duque de Somerset,
y del duque de Northumberland. Apoyaron
la causa de la reforma de tipo protestante.
Cranmer aumentó su influencia, y la utilizó
para llevar a la Iglesia de Inglaterra hacia
el protestantismo.
Logros: lectura de la Biblia en inglés
durante el servicio, la publicación de Doce
homilías para asegurar que la predicación se
ajustase a la doctrina correcta, la abolición de
los Seis artículos, la orden de que la comunión
fuese administrada en ambas especies, el
permiso para que los clérigos
Se casaran. Y la publicación del
Libro de oración común.
MARIA I
Conocida por su intento de
abrogar la Reforma anglicana,
tratando de restabler el
catolicismo en el país. Las
ejecuciones que marcaron la
restauración del catolicismo
en Inglaterra e Irlanda
suscitaron que sus opositores
protestantes la apodaran
«María la Sanguinaria»
Restableció y con ella se dio forma al
anglicanismo o la iglesia Inglesa y lo
situó en un término medio entre la
Reforma protestante y la tradición
católica. Isabel retornó a la Iglesia a
su estatus reformado, tal como
había sido bajo el reinado de
Eduardo VI. Reinstauró el Acta de
Supremacía (abril de 1559), que
ponía al monarca inglés al frente de
la Iglesia (en oposición
al papa).
(1558-1603)
(1547-1549)
(1553-1558)
La reforma
anglicana
bajo
Enrique VIII
La Reforma Anglicana: Sus inicios bajo Enrique VIII
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Todos estos esfuerzos probablemente no hubieran tenido resultado de no haber sido porque las circunstancias políticas
obligaron a Enrique VIII a romper con Roma. La ruptura vino a raíz de la petición de anulación de su matrimonio con Catalina
de Aragón.
Enrique siempre había tenido dudas sobre la validez de ese matrimonio, puesto que Catalina era la viuda de su hermano
mayor Arturo. Al morir Arturo, Fernando el Católico había insistido en que Catalina regresara a España con su dote. Para
conservar tanto la dote de Catalina como la buena voluntad de España, Enrique VII propuso que la viuda se casara con su hijo
menor Enrique, quien era ahora heredero del trono. Aunque había dudas acerca de si tal matrimonio sería lícito, los dos reyes
convencieron al Papa para que les otorgara una dispensa.
Esas dudas parecieron confirmarse cuando todos sus hijos, excepto María, murieron a edad temprana. La sucesión al trono
estaba en peligro —e Inglaterra acababa de salir de un largo período de lucha civil precisamente sobre la cuestión de la
sucesión. Fue por esta razón que Enrique pidió la anulación de su matrimonio. Enrique le pidió al Papa que su matrimonio
fuese anulado. El Papa no podía acceder a tal petición, puesto que Catalina era la tía de Carlos V, quien era dueño de buena
parte de la Europa occidental.
En una serie de medidas se fue haciendo dueño de la Iglesia. Revivió las antiguas leyes que prohibían las apelaciones a Roma,
y detuvo los fondos que antes se le enviaban al Papa. Cuando la sede de Canterbury quedó vacante, se aseguró de que Tomás
Cranmer (1489-1556) fuese nombrado para ocuparla. Cranmer era un reformador moderado que había recibido la influencia
de Lutero. Pero la razón por la que Enrique le hizo nombrar era que Cranmer pensaba que el juicio de las universidades sobre
el matrimonio de Enrique bastaba para anularlo. Ya para esa fecha, Enrique se había casado secretamente con Ana Bolena,
pues ésta estaba encinta y Enrique quería asegurarse de que su hijo fuese legítimo. Irónicamente, Ana tuvo otra niña, y
aunque Enrique pensó que esto no resolvía el problema, a la postre esa niña llegó a ser la reina Isabel.
La Reforma Anglicana: Sus inicios bajo Enrique VIII
05
El Papa le ordenó a Enrique que abandonase a Ana y volviese a tomar a Catalina como esposa dentro de un plazo de diez días,
so pena de excomunión. En respuesta, Enrique hizo que una serie de declaraciones del Parlamento le declarasen cabeza
suprema de la Iglesia dentro de sus dominios, anulasen su matrimonio con Catalina, y aceptasen a Ana como reina de
Inglaterra, y a su hija Isabel como heredera legítima del trono, en caso de que Enrique no tuviese heredero varón.
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Resultado: cambios menores en la vida de la Iglesia, pero que su teología y práctica todavía distaban
mucho de ser protestantes. Los Diez Artículos de 1536 afirmaban la autoridad de la Biblia, de los credos
antiguos y de los primeros cuatro concilios ecuménicos —con lo cual implícitamente negaban la
autoridad de la tradición posterior. Se mencionan tres sacramentos: el bautismo, la eucaristía y la
penitencia. En la eucaristía, Cristo está real y físicamente presente. La salvación es mediante la fe y las
buenas obras. Se retenían prácticas tales como el uso de imágenes, las oraciones por los muertos, la
creencia en el purgatorio, las vestimentas clericales, la invocación de los santos y otras cosas
parecidas, y se prohibía negarlas o atacarlas. Poco después, principalmente a través de la influencia de
Cranmer, se les ordenó a los párrocos colocar una gran Biblia en inglés en un lugar apropiado en la
iglesia donde los laicos pudiesen leerla. Otro cambio importante que Cranmer logró durante el reinado
de Enrique fue que se cantara la letanía en inglés. Aunque hubo bastante oposición a esto entre el
laicado, pronto la nueva costumbre comenzó a arraigarse. Se disolvieron los monasterios
La reforma
anglicana bajo
Eduardo VI
Reforma Inglesa Bajo Eduardo VI
Durante ese tiempo el gobierno estuvo primero en manos del duque de Somerset, y después del duque de Northumberland.
Ambos regentes —al parecer por diferentes razones— apoyaron la causa de la reforma de tipo protestante.
La influencia de Cranmer aumentó, y el arzobispo la utilizó para llevar a la Iglesia de Inglaterra hacia el protestantismo.
Las muchas medidas que se tomaron durante esos años incluían la lectura de la Biblia en inglés durante el servicio, la
publicación de Doce homilías —tres de ellas por Cranmer— cuyo propósito era asegurarse de que la predicación en todo el
país se ajustase a la doctrina correcta, la abolición de los Seis artículos, la orden de que la comunión fuese administrada en
ambas especies, el permiso para que los clérigos se casaran, y muchas otras. Pero el logro más importante del reinado de
Eduardo VI en lo que a la religión se refiere fue la composición y publicación del Libro de oración común.
Muchos ingleses que habían partido al exilio en el continente regresaron, trayendo con ellos ideas que se acercaban más a las
de Zwinglio que a las de Lutero. Entre estos exiliados se contaban John Hooper (ca. 1495-1555) y Nicolás Ridley (ca. 15031555), quienes ejercieron fuerte influencia sobre el rumbo que el movimiento reformador iba tomando. Como resultado de
ello, no cabe duda de que el Libro de oración común de 1552 es protestante.
Los principales dirigentes del movimiento reformador durante esa época fueron, además de Tomás Cranmer, Nicolás
Ridley, John Hooper y Hugh Latimer (ca. 1485-1555).
La reforma
anglicana
bajo
María I
Hechos importantes bajo María I
1.- La situación cambió radicalmente, frenándose y girando hacia el
catolicismo.
2.- Ordenó que el Parlamento declarase que el matrimonio de su madre con
Enrique VIII había sido válido, y que todas las leyes religiosas de Eduardo VI
quedaban anuladas.
3.- Tras una serie de negociaciones complicadas, se restablecieron las
relaciones con Roma. Su matrimonio con Felipe II de España fortaleció al
partido católico.
4.- Siguió entonces una larga lista de mártires, que le han merecido el título
de «María la sanguinaria».
La reforma anglicana bajo
Isabel I
Hechos importantes bajo Isabel I
Se movió cautelosa pero
firmemente en dirección hacia
una Iglesia nacional que lograra
incluir al mayor número posible
de sus súbditos.
Permitió cierta libertad de
expresión, pero insistió en la
uniformidad de la adoración al
restaurar el Libro de oración
común, su segunda edición,
con otras revisiones.
Cuando los obispos nombrados por María se negaron a
aceptar la supremacía de Isabel sobre la Iglesia, fueron
depuestos y reemplazados por obispos de la época de
Eduardo VI que habían partido al exilio en tiempos de
María, o por nuevos obispos. Aunque en términos
generales Isabel evitó la crueldad, sí fue firme cuando le
pareció necesario.
Le dio su forma definitiva al anglicanismo por la
promulgación de los Treinta y nueve artículos sobre
religión. Éstos eran esencialmente una revisión de los
Cuarenta y dos artículos de Eduardo VI, que habían sido
compilados por Cranmer en la esperanza de que expresasen
una posición intermedia entre el luteranismo y el
calvinismo, al mismo tiempo que sirvieran para excluir el
catolicismo romano y el anabaptismo.
Legado de la reforma Inglesa
1.- Como en el resto de Europa, el fundamento de la Reforma en Inglaterra era la autoridad de las Escrituras. La obra de Tyndale
al traducir la Biblia se basaba en ese principio, que era el principal vínculo de unión entre él y la Reforma en el continente. John
Jewel (1522-1571), uno de los principales teólogos del período isabelino, escribió una Apología de la Iglesia de Inglaterra, en la que
trataba de mostrar que tanto las Escrituras como la antigua tradición de la Iglesia apoyaban las posiciones de la Iglesia Anglicana.
Este convencimiento de que lo que estaban haciendo y enseñando se basaba en las Escrituras fue uno de los pilares de la Reforma
anglicana. Fue por esto que tanto Tyndale como Cranmer, siguiendo la tradición de Wycliffe, hicieron todo lo posible para que
cada inglés tuviese disponible la Biblia en el vernáculo.
2.- La justificación por la fe era el otro gran pilar de la Reforma protestante. También fue tema constante en la teología de los
reformadores ingleses. En su prólogo a Romanos, Tyndale afirma que «la suma y razón única de la composición de esta epístola es
probar que el ser humano es justificado únicamente por la fe». John Frith también creía que esto era el corazón mismo del
evangelio, aunque pensaba que resultaba más exacto decir, no que Dios le imputa la justicia al creyente, sino que Dios decide no
imputarle el pecado. De Manera semejante, Cranmer afirmó que «nuestra fe viene libremente por la misericordia de Dios... sin que
nosotros de algún modo la merezcamos o ganemos».
3.- Colocaban el poder de hacer decisiones con respecto a la liturgia, el gobierno de la Iglesia y otras cuestiones semejantes bajo
la responsabilidad de la Iglesia. En esto Jewel seguía a Cranmer, quien había enseñado que las ceremonias — incluso las que se
encuentran en el Nuevo Testamento— no son de obligación para la Iglesia en todo tiempo. Al extenderle al Nuevo Testamento la
distinción tradicional —que normalmente se le aplicaba únicamente al Antiguo— entre los mandamientos morales y
ceremoniales, Cranmer pudo afirmar que las prescripciones litúrgicas concretas de Pablo, o las decisiones del Concilio de
Jerusalén, tenían solamente una autoridad pasajera, y no eran obligatorias para todos en tiempos modernos. Esto se expresa en el
trigésimo cuarto de los Treinta y nueve artículos, que trata sobre «las tradiciones de la Iglesia»
La reforma católica o
La contrareforma
Durante el siglo XVI y principios del XVII,
hubo un fuerte movimiento de reforma
dentro de la Iglesia Católica Romana.
Puesto que este movimiento fue en parte
una reacción a la Reforma protestante,
frecuentemente se le conoce
como la «Contrarreforma»
Hay cierta justificación para tal título,
puesto que buena parte de la teología de
ese período fue influida por el
movimiento protestante, y se dedicó o
bien a refutar al protestantismo, o bien a
introducir en la Iglesia Católica los
cambios necesarios para que las críticas
de los protestantes perdieran su validez.
La reforma católica tuvo dos frentes —la
sólida erudición teológica por
una parte y la represión de los disidentes
La polémica antiprotestante
del siglo XVI
POLEMISTAS ANTIPROTESTANTES:
SIGLO XIV Y PRINCIPIOS DEL XVII.
Jacobo Hochstraten.
1486-1543
Guillermo Van der Linden
1475-1544
1489-1552
1460-1527
Juan Eck
Pedro Canisio.
1521-1597
Juan (Dobneck)
Cochlaeus.
Roberto Belarmino
1525-1588
Jacobo Latomo.
1538-1607
1490-1542
Alberto Pigge
1542-1621
César Baronio
Polemistas antiprotestantes del siglo XIV
y principios del XV.
Juan Eck (1486-1543)
El principal opositor de la Reforma protestante durante sus primeros años fue Juan Eck (1486-1543). Refutó tanto a los
luteranos como a los reformados. Su teología, sin embargo, no era original, sino que se limitaba principalmente a una
repetición de los argumentos empleados anteriormente. Como era de esperarse dadas las cuestiones que se discutían, centró
su atención sobre los temas de la autoridad, la gracia y la predestinación y los sacramentos.
Jacobo Hochstraten (1460-1527).
Vino a ser prior en Colonia, cargo que también le hizo jefe de la Inquisición en varias provincias eclesiásticas. Al comenzar la
Reforma, la posición de Hochstraten era precaria. Hochstraten vino a ser el jefe del partido antiluterano. Su principal obra en
esta nueva controversia fue un diálogo en el que Agustín refutaba las tesis que Lutero había sostenido en Leipzig. A partir de
entonces, publicó una serie de obras polémicas contra Lutero, la mayoría de ellas sobre la justificación por la fe.
Juan (Dobneck) Cochlaeus (1489-1552).
El más distinguido orador entre los adversarios del protestantismo. Se dedicó principalmente a atacar a Lutero, y ése es el
propósito de la mayoría de sus 190 obras. Entre otros escritos, el más importante es su biografía de Lutero, una narración
altamente prejuiciada que por siglos sirvió como una de las principales fuentes de los estudios católicos sobre la vida de
Lutero, y por tanto obstaculizó sobremanera el diálogo entre católicos y protestantes. El método de sus argumentos era
atrevido y hasta extraño era El reductio ad absurdum.
Pedro Canisio (1521-1597).
Jesuita alemán, frecuentemente recibe el título de «apóstol de Alemania». Su tarea consistió
en una contrarreforma en el sentido estricto, puesto que le preocupaba sobremanera el
estado de la Iglesia en los territorios católicos en que laboró, y por tanto insistió en la
necesidad de una «verdadera» reforma a fin de contestar en parte a la «falsa» reforma de los
protestantes. Puesto que la ignorancia era uno de los peores males que encontró en sus
viajes, se dedicó a la reforma de las universidades y a fundar seminarios.
Su programa de reforma universitaria combinaba la firmeza contra el protestantismo con un
profundo interés en la erudición, puesto que sus dos criterios principales para el nombramiento
de profesores eran la sana doctrina y la sólida erudición.
Jacobo Latomo (1475-1544).
Era el campeón de las fuerzas antiluteranas. Tuvo la mala fortuna de confundir en sus ataques
al protestantismo con el humanismo, y por tanto se vio atacado por ambos. Latomo comenzó
una controversia con el Reformador que duró varios años. Lutero siempre le consideró uno de
sus adversarios menos temibles, y las respuestas que escribió contra el teólogo de Lovaina
muestran que no se dignó a dedicarles mucho tiempo o atención a sus argumentos. Entonces
Latomo amplió su campo de acción, escribiendo tratados contra teólogos tan diversos como
Ecolampadio, Tyndale y Melanchthon.
Guillermo Van der Linden (1525-1588).
Su Panoplia insistía en que la Palabra de Dios tiene tanto una forma escrita como una oral. La
primera es la Escritura, y la segunda la tradición; ambas coinciden cuando se les interpreta
correctamente. También defendió el catolicismo en varios otros puntos, tales como los votos de
celibato, la primacía petrina, la misa, etc. Pero siempre manifestó un espíritu conciliado,
especialmente hacia los luteranos, y no tanto hacia los reformados. Todavía en 1568 estaba
tratando de mostrar que era posible llegar a un acuerdo entre luteranos y católicos. Al mismo tiempo,
urgía a los obispos católicos a reformar sus Iglesias, porque sin tal reforma no pensaba que la
unidad fuera posible.
Alberto Pigge (1490-1542)
Ardiente defensor de la autoridad papal, como puede verse en su Afirmación de la jerarquía
eclesiástica, publicada en 1538. Tales opiniones, sostenidas por muchos hasta bien entrado el siglo
XIX, contribuyeron al desarrollo doctrinal que llevó a la promulgación de la infalibilidad papal por el
Primer Concilio Vaticano. En otros puntos Pigge se apartó de la ortodoxia católica tradicional.
Considerado uno de los precursores del molinismo. Desarrolló la teoría de la «justificación doble» —
una justificación inherente al justo, y otra que le es imputada por la justicia de Cristo. Tal opinión no
satisfizo a ninguno de los bandos envueltos en la controversia, y más tarde fue condenada por el
Concilio de Trento.
También chocó con la teología católica ortodoxa en su interpretación del pecado, que según él era
«imputado». Sus escritos sobre estos temas fueron colocados en el Índice de libros prohibidos en
1624. A pesar de ello, su obra tuvo impacto duradero, especialmente por cuanto muchas de sus
opiniones sobre la historia de la Iglesia fueron adoptadas por los cardenales Belarmino y Baronio, y
a través de ellos se volvieron parte de la tradición historiográfica común de la Iglesia Católica
Polemistas antiprotestantes en la segunda
mitad del siglo XVI y principios del XVII.
Roberto Belarmino (1542-1621).
Canonizado por la Iglesia Católica en 1930, fue sin duda uno de los más destacados dirigentes eclesiásticos de su época.
Aunque se distinguió en varios otros campos además de la actividad teológica, su fama en la teología fue el resultado de su
labor como catedrático de «controversia» en Roma
Como profesor de controversia, Belarmino tuvo oportunidad de compilar y organizar argumentos contra las diversas doctrinas
protestantes. Éstos fueron publicados bajo el título de Disputationes de controversiis christianae fidei adversus hujus temporis
haereticos, comenzando en 1586 y hasta 1593.
Esta obra vino a ser la principal arma de la polémica antiprotestante por varios siglos. En ella se incluían casi todos los puntos
que se debatían entre los católicos y los protestantes, comenzando con la doctrina de la Palabra de Dios, y pasando luego a
cuestiones tales como la autoridad del papa, el monaquismo, el purgatorio, los sacramentos, las indulgencias, etc. En
términos generales, Belarmino no empleaba los complicados argumentos y sutiles distinciones de la teología escolástica. Al
contrario, sus argumentos tienden a basarse en la autoridad —en primer lugar la de las Escrituras, que los protestantes
reconocían, pero también la de los antiguos escritores cristianos, los concilios, y hasta el consenso general de los teólogos.
Se vio involucrado en el juicio de Galileo que culminó en 1616 al declarar que la idea de que la Tierra se mueve alrededor del
Sol es herética. Sin embargo, la participación de Belarmino en ese juicio no fue tan abrupta y oscurantista como la historia
popular le ha hecho parecer, puesto que siempre mostró respeto y admiración hacia la erudición de Galileo.
César Baronio (1538-1607)
Se destaco en el campo de la historia.16 Esto lo hizo mediante la publicación, a
partir de 1588 y hasta su muerte en 1607, de los Anales eclesiásticos. Los doce
volúmenes que alcanzó a publicar discutían la historia de la Iglesia hasta el año
1198. Su propósito era refutar las Centurias de Magdeburgo, que trataban de
mostrar que la Iglesia Católica se había apartado de las doctrinas y la práctica del
cristianismo primitivo. Aunque su obra tenía los errores inevitables en una
empresa tan vasta, se le considera el comienzo de la historiografía eclesiástica
moderna.
Esto obligó al cristianismo a prestarle atención a su propia historia. Según el
debate continuó, ambos bandos se vieron forzados a desarrollar métodos
científicos de investigación que no pudiesen ser fácilmente refutados por sus
adversarios, y así la historiografía crítica moderna fue dando sus primeros pasos.
La escuela
Dominica.
Durante el siglo XVI, la escuela dominica de teología
mostró mucha más vitalidad que su contraparte
franciscana, hasta que éstos tuvieron que comenzar
a compartir su hegemonía con los teólogos de la
recién fundada Sociedad de Jesús.
Este predominio de los dominicos se relacionaba
con el proceso que llevó a la Suma Teológica de
Tomás de Aquino a suplantar las Sentencias de
Pedro Lombardo como el principal libro de texto que
se comentaba en las escuelas.
La teología dominical tuvo sus mejores exponentes
en una serie de eruditos destacados que ocuparon
la principal cátedra de teología en la Universidad de
Salamanca: Vitoria, Cano, Soto, Medina y Báñez.
LA ESCUELA DOMINICA, PRINCIPALS EXPONENTES
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1487-1553
1492-1546
1494-1560
Ambrosio
Catarino
Francisco de
Vitoria
Domingo de
Soto
Tomás de Vio
Cayetano
Juan
Crisóstomo
Javelli
Melchor Cano
Domingo
Báñez
1468-1534
1470- 1538
1509-1560
1528-1604
Tomás de Vio Cayetano (1468-1534).
Principales
exponentes
Cuando el concilio por fin se reunió en 1512, se presentó ante él y le planteó la agenda de reformar
la Iglesia, restaurar la moral, convertir a los infieles y atraer a los herejes (principalmente los
averroístas de Padua) al seno de la Iglesia.
De producción literaria enorme. Cuando murió en 1534, había completado todo el Nuevo Testamento,
excepto el Apocalipsis, y el Antiguo hasta el comienzo de Isaías. Su método exegético es notable,
puesto que normalmente evita las alegorías que se habían hecho tan populares a través de los
siglos, y afirma el sentido literal del texto, excepto cuando el resultado de ese sentido literal se opone
abiertamente al resto de las Escrituras o a la enseñanza de la Iglesia.
También escribió varios comentarios filosóficos, y otras obras teológicas de importancia secundaria.
Pero su gran fama se debe a sus Comentarios sobre la Suma, publicados de 1507 a 1522. Estos
comentarios hicieron tal impacto que cuando en 1879 .
Algunos de los puntos en los que su obra hizo mayor impacto:
1.- Sus intentos de defender la teoría de la analogía de Santo Tomás frente a la univocidad del ser
propugnada por Escoto le llevó a distinguir entre tres realidades: la esencia de una cosa, su
subsistencia y su existencia. En todo caso, la interpretación de Cayetano se impuso y, tomada luego
por Suárez y otros, vino a ser la interpretación tradicional de la metafísica de Santo Tomás.
2.- Otro punto en el que Cayetano se apartó de Tomás fue en lo que se refiere al poder y los límites
de la razón.
3.- Otro punto en que Cayetano difería de la tradición aceptada en su época era su negación de que
las palabras de la institución en la comunión, «éste es mi cuerpo», probaban la presencia real del
cuerpo de Cristo sobre el altar. Ciertamente creía en esa presencia, pero afirmaba que la única base
segura para afirmarla era la autoridad de la Iglesia, puesto que el texto de la Biblia no era
absolutamente claro en este punto.
Ambrosio Catarino (1487-1553) y Juan Crisóstomo Javelli (ca. 1470-ca. 1538).
Desarrollaron teorías sobre la gracia y la predestinación que constituyeron los primeros pasos
de la gran controversia sobre esos temas que a la postre involucraría a muchos de los más
distinguidos teólogos católicos del
siglo XVI.
Francisco de Vitoria (1492-1546)
El gran centro de la teología dominical durante el siglo XVI fue la Universidad de Salamanca,
cuya principal cátedra de teología fue ocupada casi sin interrupción por una sucesión de
eruditos distinguidos.
La importancia de estas opiniones para el desarrollo del derecho internacional fue grande.
Vitoria también influyó e inspiró al dominico Bartolomé de Las Casas, el gran defensor de los
habitantes originales de América.
Melchor Cano (1509-1560)
Humanista en su estilo y tomista en su teología. Su más importante obra fue De locis
theologicis (Sobre temas teológicos), en la que ofrecía una discusión sistemática del método
teológico y de las fuentes de la verdad cristiana. Estas fuentes son diez: las Escrituras, la
tradición oral, la Iglesia universal, los concilios, la Iglesia de Roma, los Padres, los
escolásticos, la razón natural, los filósofos y la historia. Propuso un método teológico que era
muy distinto del de las escuelas medievales.
Domingo de Soto (1494-1560)
Fue uno de los principales críticos de las opiniones de Catarino sobre la gracia, a
las que oponía lo que Santo Tomás había dicho sobre el mismo tema. También
continuó el trabajo que Vitoria había comenzado en la tarea de establecer las
bases del derecho internacional.
Domingo Báñez (1528-1604)
Con estilo y metodología son más escolásticos y menos humanistas. Buena parte
de su importancia se debe a su participación en la controversia sobre la gracia, la
predestinación y el libre albedrío
La teología jesuita
Aunque al principio no causó tanta conmoción como otros acontecimientos del
siglo XVI, la fundación de la Sociedad de Jesús fue uno de los acontecimientos
más importantes de ese siglo, tanto para la historia institucional de la Iglesia
Católica como para la historia de su teología. Su fundador, Ignacio de Loyola
(1491-1556).
1.- En sus inicios jesuitas eran escotistas más bien que tomistas.
2.- Otro punto en el que la teología jesuita pronto desarrolló sus propias
características fue su concentración sobre la «teología positiva»,
3.- La teología jesuita se caracteriza por su enfoque en la educación, la
evangelización y la adaptación al contexto cultural y social.
4.- Los jesuitas han sido conocidos por su énfasis en la formación intelectual y
espiritual, así como por su compromiso con la justicia social y el diálogo
interreligioso.
5.- Su teología se basa en la tradición católica, pero también incorpora
elementos de la filosofía y la ciencia contemporáneas.
Las controversias
sobre la doctrina
de la gracia dentro
del Catolicismo
¿Cómo abordó el Concilio de Trento las cuestiones de la gracia, la predestinación y el
libre albedrío?
El Concilio de Trento abordó las cuestiones de la gracia, la predestinación y el libre albedrío en
su sexta sesión. En respuesta a las opiniones propuestas por Martín Lutero, el concilio declaró
que es imposible volverse hacia Dios sin la gracia preveniente, que nos llega sin ningún mérito.
Sin embargo, la voluntad humana puede y debe cooperar con la gracia aceptándola y
colaborando en las buenas obras. El concilio anatematizó a quienes enseñan que la gracia
preveniente no es necesaria y a quienes afirman que la voluntad no puede prepararse para
recibir la justificación o rechazar la gracia cuando se ofrece.
¿Cuáles fueron las opiniones de Ignacio de Loyola y la tradición jesuita sobre el libre
albedrío?
Ignacio de Loyola y la tradición jesuita enfatizaron la importancia del libre albedrío en la vida
espiritual. Ignacio creía que los individuos tienen la libertad de elegir entre el bien y el mal y
que deberían ejercer activamente su libre albedrío al tomar decisiones. Enseñó que a través
del discernimiento, las personas pueden alinear su voluntad con la voluntad de Dios y tomar
decisiones que conduzcan al crecimiento espiritual y a la mayor gloria de Dios [1] .
La tradición jesuita, influenciada por Ignacio, también defiende la importancia del libre albedrío.
Según el entendimiento jesuita, la gracia de Dios obra en colaboración con la libertad humana.
Creen que los individuos tienen la capacidad de responder a la gracia de Dios y cooperar con
ella mediante su libre albedrío. Los jesuitas subrayan la importancia del discernimiento y del
cultivo de una conciencia bien formada para tomar decisiones conformes a la voluntad de Dios.
En general, Ignacio de Loyola y la tradición jesuita afirman la existencia y la importancia del libre
albedrío en el viaje espiritual, enfatizando la responsabilidad de los individuos de ejercer su
libertad al tomar decisiones que se alineen con el plan de Dios.
¿En qué se diferencian las teorías de Luis de Molina sobre la gracia y la predestinación de
las de Báñez y otros tomistas?
Las teorías de Luis de Molina sobre la gracia y la predestinación diferían de las de Báñez y otros tomistas
en varios aspectos clave. 1.- Molina propuso un concepto conocido como "conocimiento medio" o "scientia
media", que creía que reconciliaba el libre albedrío humano con la presciencia y predestinación de Dios .
2.- Según Molina, Dios posee tres tipos de conocimiento: conocimiento natural, conocimiento medio y
conocimiento libre. 3.- El conocimiento natural se refiere al conocimiento de Dios de las verdades y
posibilidades necesarias. El libre conocimiento se refiere al conocimiento que Dios tiene de lo que Él
libremente elige realizar. El conocimiento medio, sin embargo, es el conocimiento de Dios de lo que los
individuos elegirían libremente en cualquier circunstancia dada. 4.- Este conocimiento es independiente de
la voluntad de Dios y se basa en Su comprensión de la naturaleza humana y las circunstancias en las que
se encuentran los individuos. Molina argumentó que el conocimiento medio de Dios le permite prever las
elecciones libres que harían los individuos en diferentes situaciones. Con base en este conocimiento, Dios
puede determinar Su plan divino, incluida la predestinación, sin violar el libre albedrío humano. En opinión
de Molina, la predestinación de Dios se basa en su conocimiento previo de cómo los individuos
responderían libremente a su gracia . Por otro lado, Báñez y otros tomistas rechazaron el concepto de
conocimiento medio. Creían que el conocimiento de Dios se basa únicamente en Su voluntad y que Su
predestinación no depende de las libres decisiones humanas. Según la perspectiva tomista, la
predestinación de Dios se basa en su decreto divino y no está influenciada por acciones o elecciones
humanas.
En resumen, las teorías de Molina introdujeron el concepto de conocimiento medio, que enfatizaba
la compatibilidad del libre albedrío humano y la presciencia y predestinación de Dios. Esto difería
del punto de vista tomista, que enfatizaba la soberanía de Dios y el decreto divino en la
predestinación.
LA ORTODOXIA
LUTERANA
INTRODUCCIÓN
La ortodoxia
luterana del siglo
XVII se
diferenciaba del
luteranismo
estricto del siglo
XVI en su actitud
teológica y el uso
de la metafísica
aristotélica.
Aunque no
produjo figuras
destacadas, el
capítulo
presenta a los
principales
teólogos y
esboza las
doctrinas
fundamentales
del
movimiento.
Diferencia entre la teología de la ortodoxia
luterana del siglo XVII del luteranismo estricto
del siglo XVI:
La teología de la ortodoxia luterana del siglo XVII se
diferenciaba del luteranismo estricto del siglo XVI en
varios aspectos. Mientras que los luteranos estrictos
interpretaban a Lutero y Melanchthon en oposición
entre sí, los luteranos ortodoxos del siglo XVII creían
que mucho de lo que Melanchthon había dicho era
valioso y buscaban conciliar sus opiniones con las de
Lutero. Reconocieron que habían aprendido mucho de
Melanchthon y utilizaron sus obras como libros de
texto. Además, a medida que avanzaba el siglo,
comenzaron a incorporar la metafísica,
particularmente la metafísica aristotélica, como base
de su teología, lo que supuso un alejamiento de los
estrictos luteranos del siglo anterior . Por tanto, la
ortodoxia del siglo XVII merece una consideración
aparte en la historia del pensamiento cristiano.
Los avances significativos en la tradición reformada durante el siglo XVII:
Durante el siglo XVII, hubo varios avances importantes en la tradición reformada. Uno de los más notables fue el
surgimiento de la ortodoxia reformada, que buscaba sistematizar y aclarar las posiciones teológicas de la tradición
reformada. Este período vio la publicación de varias confesiones y catecismos importantes, como la Confesión de Fe de
Westminster y el Catecismo de Heidelberg, que llegaron a ser influyentes en la configuración de la teología reformada.
Otro avance significativo fue el surgimiento de la teología federal, también conocida como teología del pacto. Este
marco teológico enfatizaba la idea de pactos entre Dios y la humanidad, particularmente el pacto de obras y el pacto de
gracia. La teología federal proporcionó un marco integral para comprender la relación de Dios con la humanidad y se
convirtió en un aspecto central de la teología reformada durante este período.
Además, el siglo XVII vio el surgimiento de la escolástica reformada, que buscaba integrar la teología reformada con la
filosofía aristotélica y los métodos de investigación escolásticos. Los teólogos escolásticos reformados, como Francis
Turretin y Johannes Cocceius, participaron en rigurosos debates teológicos y produjeron obras teológicas sistemáticas
que llegaron a ser influyentes dentro de la tradición reformada.
Además, el siglo XVII fue testigo de importantes conflictos políticos y religiosos, como la Guerra de los Treinta Años y la
Guerra Civil Inglesa, que tuvieron un profundo impacto en la tradición reformada. Estos conflictos dieron lugar a debates
y discusiones sobre temas como la tolerancia religiosa, las relaciones entre la Iglesia y el Estado y el papel del magistrado
en asuntos religiosos.
En general, el siglo XVII fue un período de desarrollo y refinamiento teológico dentro de la tradición reformada,
marcado por el surgimiento de la ortodoxia reformada, el desarrollo de la teología federal, la integración de la filosofía
aristotélica y el compromiso con los conflictos políticos y religiosos.
CÓMO INFLUYÓ EL USO DE LA METAFÍSICA ARISTOTÉLICA EN EL ENFOQUE TEOLÓGICO DE LA ORTODOXIA
LUTERANA DEL SIGLO XVII
El uso de la metafísica aristotélica tuvo una influencia
significativa en el enfoque teológico de la ortodoxia
luterana del siglo XVII. Los teólogos luteranos de este
período buscaron integrar la filosofía aristotélica en su
marco teológico, creyendo que proporcionaba una base
racional y sistemática para comprender los conceptos
teológicos.
Una de las áreas clave donde la metafísica aristotélica
influyó en la ortodoxia luterana fue la comprensión de
los atributos de Dios. La filosofía aristotélica enfatizó el
concepto de acto y potencia, que se aplicó a los
atributos de Dios. Según este punto de vista, los
atributos de Dios se entendían como actualizaciones de
Su esencia, más que como entidades o cualidades
separadas. Esta comprensión ayudó a conciliar la
trascendencia y la inmanencia de Dios, así como su
unidad y sencillez .
Además, la metafísica aristotélica influyó en la
comprensión de la causalidad dentro de la ortodoxia
luterana. La filosofía aristotélica distinguía entre
causalidad eficiente (la causa que produce un efecto) y
causalidad final (el propósito o meta para el cual algo
existe).
Los teólogos luteranos incorporaron esta distinción a
su comprensión de la providencia de Dios y la relación
entre la soberanía divina y la responsabilidad humana .
Además, la metafísica aristotélica influyó en la
comprensión de la naturaleza humana y la relación
entre cuerpo y alma. La ortodoxia luterana adoptó la
visión aristotélica de que el alma es la forma del
cuerpo, lo que significa que el alma da forma y
propósito al cuerpo físico. Esta comprensión ayudó a
abordar cuestiones teológicas relacionadas con la
naturaleza de la persona humana, la resurrección del
cuerpo y la relación entre el cuerpo y el alma en el más
allá .
En resumen, el uso de la metafísica aristotélica
en la ortodoxia luterana del siglo XVII
proporcionó un marco filosófico para
comprender conceptos teológicos como los
atributos de Dios, la causalidad y la naturaleza
de la persona humana. Ayudó a aportar
racionalidad y coherencia sistemática a la
teología luterana durante este período
PRINCIPALES TEÓLOGOS
Martín Chemnitz (1522-1586)
Fue un precursor de la ortodoxia luterana y jugó un papel importante en la
redacción de la Fórmula de la Concordia. Escribió extensamente para refutar las
enseñanzas del Concilio de Trento y sistematizar la teología bíblica
Egidio Hunio (1550-1603)
Continuó la tradición de la ortodoxia luterana en la Universidad de Wittenberg.
Contribuyó al desarrollo de la distinción entre artículos de fe primarios y
secundarios, lo que ayudó a mantener la unidad entre los teólogos luteranos a
pesar de diferencias teológicas menores. También popularizó la ortodoxia
luterana entre los laicos a través de sus escritos
Johann Konrad Dannhauer (1603-1666)
Fue un renombrado predicador de la ortodoxia luterana. Sus sermones,
publicados en una colección de diez volúmenes, tuvieron una influencia
significativa en la predicación luterana posterior. También escribió contra el
catolicismo romano, el calvinismo y el "sincretismo" protestante. Las enseñanzas
y la piedad de Dannhauer influyeron en el desarrollo del pietismo
PRINCIPALES TEÓLOGOS
Abraham Calov (1612-1686)
Fue uno de los teólogos más importantes de la ortodoxia luterana. Ocupó cargos
en la Universidad de Königsberg y posteriormente en Wittenberg. El trabajo
teológico de Calov incluía responsabilidades administrativas dentro de la Iglesia. Su
"Teología Sistemática" se convirtió en un texto estándar en la ortodoxia luterana
David Hollaz (1648-1713)
Es a menudo considerado el último teólogo de la ortodoxia luterana. Aunque nunca
ocupó una cátedra universitaria, fue pastor y maestro. Hollaz resumió la ortodoxia
luterana en su libro "Examen teológico" y enfatizó la importancia de la verdadera
piedad, mostrando la influencia del pietismo emergente.
Estos teólogos hicieron contribuciones significativas al desarrollo y difusión de la
ortodoxia luterana, incluida la defensa de las enseñanzas luteranas, la
sistematización de la teología y la promoción de la piedad tanto entre los
teólogos como entre los laicos.
La conexión entre la ortodoxia luterana y el pietismo, y el papel que jugó David Hollaz.
La conexión entre la ortodoxia luterana y el pietismo era compleja. Si bien el pietismo surgió como una
reacción contra la frialdad y el intelectualismo percibidos de la ortodoxia luterana, había personas dentro
de la tradición ortodoxa que enfatizaban la verdadera piedad y tenían interés en la vida de la Iglesia. David
Hollaz desempeñó un papel a este respecto, ya que era un teólogo de la ortodoxia luterana que mostraba
una profunda piedad y un interés en la aplicación práctica de la doctrina a la vida cristiana.
Hollaz, discípulo de Abraham Calov y Johann Andreas Quenstedt, resumió la ortodoxia luterana en su libro
"Examen teológico" (Examen teológico) publicado en 1707. Si bien siguió el método y el orden de los
principales tratados sistemáticos de la ortodoxia luterana, Hollaz añadió con frecuencia comentarios
personales. enfatizar la importancia de la doctrina para la vida cristiana. Al hacerlo, mostró la influencia
del pietismo emergente y contribuyó a él. Su énfasis en la verdadera piedad y la importancia de la vida
cristiana como peregrinación reflejó el impacto del pietismo y ayudó a cerrar la brecha entre la ortodoxia
luterana y el movimiento pietista.
El hijo y el nieto de Hollaz, ambos llamados David, siguieron sus pasos y continuaron esta conexión entre
la ortodoxia luterana y el pietismo. Esta conexión resalta que, si bien los dos movimientos a menudo
fueron vistos como antagónicos, hubo individuos dentro de la ortodoxia luterana que abrazaron una
profunda piedad y contribuyeron al desarrollo del pietismo.
En general, David Hollaz jugó un papel en la conexión entre la ortodoxia luterana y el pietismo al enfatizar la verdadera piedad y
la aplicación práctica de la doctrina en su obra teológica, mostrando la influencia del pietismo dentro de la tradición ortodoxa.
Algunos teólogos posteriores. Puesto que Gerhard será una de las principales fuentes de nuestra exposición de la teología
luterana de este período, no nos detendremos aquí sobre los puntos específicos de su teología. Sí debemos señalar, sin
embargo, que en temas tales como la inspiración de las Escrituras y la cristología su pensamiento hizo gran impacto. Nicolás
Hunio (1585 - 1643),8 hijo de Egidio, sucedió a Hütter como profesor de teología en Wittenberg, y además ocupó varios
importantes puestos eclesiásticos. Su importancia
JORGE CALIXTO Y LA CONTROVERSIA SINCRETISTA
Calixto defendió la distinción entre artículos de fe fundamentales y secundarios, creyendo
que los cristianos de diferentes confesiones podrían reconocerse entre sí como verdaderos
creyentes si se adhirieran a los artículos fundamentales. Sin embargo, su propuesta fue
rechazada por el luteranismo ortodoxo, que consideraba todas las verdades reveladas
fundamentales y necesarias para la salvación. La controversia sincretista en la teología
luterana contribuyó al desarrollo del luteranismo ortodoxo, y las ideas de Calixto sobre las
relaciones interconfesionales continuaron circulando hasta el movimiento ecuménico del
siglo XX.
La controversia sincretista en la teología luterana tuvo un impacto significativo en el desarrollo del luteranismo
ortodoxo. La controversia surgió a finales del siglo XVI y principios del XVII y se centró en la cuestión de cómo
reconciliar diferentes tradiciones teológicas dentro del luteranismo. La controversia fue particularmente prominente
en la Universidad de Jena, donde teólogos como Johann Musäus y Johann Wilhelm Baier abogaron por una forma más
abierta e inclusiva de ortodoxia luterana.
Sin embargo, la controversia sincretista finalmente condujo al desarrollo de una forma más rígida y estricta de
luteranismo ortodoxo. La controversia destacó la importancia de la pureza doctrinal y el rechazo de cualquier
compromiso con otras tradiciones teológicas. Como resultado, el luteranismo ortodoxo se centró más en mantener
una estricta adhesión a la doctrina luterana y rechazar cualquier desviación o compromiso percibido.
JORGE CALIXTO Y LA CONTROVERSIA SINCRETISTA
Sin embargo, la controversia sincretista finalmente condujo al
desarrollo de una forma más rígida y estricta de luteranismo ortodoxo.
La controversia destacó la importancia de la pureza doctrinal y el
rechazo de cualquier compromiso con otras tradiciones teológicas.
Como resultado, el luteranismo ortodoxo se centró más en mantener
una estricta adhesión a la doctrina luterana y rechazar cualquier
desviación o compromiso percibido.
La controversia sincretista también tuvo un impacto duradero en la historia del
pensamiento cristiano. A pesar de que la controversia finalmente se desvaneció, las ideas
propuestas por teólogos como Jorge Calixto continuaron circulando e influyeron en
movimientos posteriores, como el movimiento ecuménico del siglo XX.
GRACIAS
DIOS
LES
BENDIGA
BIBLIOGRAFIA
Müller, RA (2003). Dogmática reformada posterior a la reforma: el surgimiento y desarrollo
de la ortodoxia reformada, ca. 1520 a ca. 1725 (vol. 1). Académico panadero.
Decretos de los Concilios Ecuménicos, ed. Norman P. Tanner, vol. 2 (Londres: Sheed & Ward,
1990), 1-2.
O'Malley, JW (1993). Los primeros jesuitas. Prensa de la Universidad de Harvard.
González, Justo L. HISTORIA DEL PENSAMIENTO CRISTIANO. Editorial CLIE. Barcelona,
ESPAÑA. 2010.
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