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La transformacion a traves del amor: analisis de la obra La piel de onagro.

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE BARQUISIMETO
LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA
La transformación a través del amor
Trabajo presentado para la unidad curricular
Obligatoria Cultura y Discurso literario
Autor: Yonder Vargas
Tutora: Tógliatty Toro
Barquisimeto, mayo de 2023
Introducción
Reconozco que observar de manera analítica un texto literario, no en todos
los casos, es ameno y gratificante. Para realizar un procedimiento muy minucioso
y metódico se ha de valorar cada paso.
Los contextos que condujeron a la realización de la investigación literaria
fueron por la necesidad de reconocer en la obra figuras de cultura e identidad y,
más allá de eso, la comprensión que en cada obra puede encontrarse un sinfín de
ideas que tiene la sociedad y el mundo respecto al conocimiento generalizado.
Poder llegar, después de un análisis, a un estado conclusivo y razonable, porque
es un conocimiento nuevo, una descomposición del todo no hecho anteriormente,
ni abordado con exactitud bajo las condiciones entregadas.
La obra literaria escogida fue la piel de zapa (la peau de chagrin). Publicada
en 1831 por el influyente escritor francés Honoré de Balzac (1799-1850). La trama
se desarrolla bajo burgueses viviendo desenfrenadamente, el deseo vehemente
por el materialismo, un incontrolable afán por tener el poder, la avaricia, el odio, el
amor que termina siendo mortal. Allí se hace una gran crítica a la sociedad
francesa de ese tiempo, todos los poderes que gobiernan al mundo son pesados
en tela de juicio. Está centrada en un muchacho, llamado Rafael, que consigue,
después de pasar por una marea de infortunios, una piel de animal que le concede
todo lo que su corazón le apeteciera, pero con la gran condición de que la piel, al
ofrecer sus atributos mágicos, se encoge cada vez que su dueño toma la libertad
de pedir, desear, algo encogiendo, también, la vida del propietario. Los procesos
que pasó Rafael para recuperar la vida que tenía en la alta sociedad, porque
pertenecía a la clase más alta por sus padres que estaban posicionados entre los
más influyentes y poderosos (pero por circunstancias incididas cayeron en la
quiebra y Rafael tuvo la necesidad de surgir para encontrar el camino que lo
conduciría a la piel), fueron muy duros, tanto así, que casi le ocasiona la muerte.
La novela se divide en tres momentos claros: el talismán, la mujer sin corazón y la
agonía.
Para centrarme en algo específico, fue el amor que le tenía Rafael de Valentín a
Fedora; mujer refinada de la alta sociedad, fina, delicada, rica, todas las
características suficientes que requería tener la mujer que buscaba Rafael en su
más profunda voz masculina. Rafael amaba a Fedora y rechazaba el amor de
Paulina, porque era pobre.
Lo que me conduce a tomar como foco a investigar es las circunstancias
que transforman a Rafael para estar con Fedora y cómo esto, el amor, le ocasiona
la muerte por desearla tanto, del mismo modo, el cambio que sufre por la plenitud
de los ocurrencias de su existir.
Planteamiento del problema
Cada persona construye, en muchos casos, su propia identidad, pero solo
afianzado al conjunto de características distinguibles en el grupo donde se
desarrolla;
es la
naturaleza
humana, el
núcleo
familiar
develando
un
comportamiento obtenido gracias al contorno social que arrincona al hombre o
mujer, que halla en el hombre, sus sentidos perceptibles bajo una perspectiva
sobre el apego íntimo e inevitable de la esencia, toda la masificación de la
constitución del ser, asimismo, la configuración de los rasgos propios de un
individuo alcanzando así, de manera definitiva, la apropiación indeleble a una
conciencia que ha hallado su propia manera de proceder y se distingue, con
seguridad, de los demás, aunque haya semejanzas.
Esta mezcla de cultura e identidad manifiesta un corpus de razonamientos
fusionados para dar fin a conceptos tan abstractos que suelen propugnar una
postura crítica al contiguo de la propiedad espiritual, sentimental, rítmica e
intelectual. Giménez (2010) aclara: “En efecto, nuestra identidad sólo puede
consistir en la apropiación distintiva de ciertos repertorios culturales que se
encuentran en nuestro entorno social, en nuestro grupo o en nuestra sociedad”
(p.1) la diversidad de las expresiones internas, dando a conocer aquel varón
subsistente que revela lo adquirido en su trayectoria vivencial absorbida como
intrínseca, los modelos actitudinales, movimientos categóricos del vivir común y
aquellos sentidos ejecutados con soltura dan profundo cimiento constructivo del
sujeto.
Rafael de Valentín, personaje principal de la obra “La piel de zapa”, nos
concede el privilegio de conocer, a través de los acontecimientos señalados en el
libro, cuáles fueron las razones de su conducta gracias al contorno familiar donde
procedía. Pues su familia, al ser pudiente, le concedía lo indispensable en lo que
respecta a los pertrechos; más allá de eso, los cuidados visibles de su vestimenta,
su manera de hablar, el círculo que lo rodeaba influyó mucho para precisar con
exactitud que era una persona avariciosa, materialista, un fanfarrón, pero,
igualmente,
un alma viviente, en su plenitud, con educación, respetuoso,
inteligente dejando al descubierto ciertas conducciones observables conforme a lo
empírico de sí mismo.
Se da claridad por medio de constructos a lo susceptible de un escrito en
particular. Lo problemático no es solo formular preguntas, plantear interrogantes o
incógnitas cuestionables que son subjetivas por causa de la humanidad, es intuir
propuestas dirigidas a aquel público dispuesto a escuchar una planificación
instructiva a sazón de conseguir provecho a las distintas convicciones
cognoscitivas. Lo que se concibe como la revelación, lo oculto, de un texto, en
este caso, que no se percibe a simple vista y solo por medio de procedimientos es
lograble conciliar el conocimiento, a base de argumentos.
¿Por qué la transformación puede ser un problema? No se vive siendo
diferente todos los días. Según la RAE (2001), la transformación se define como
“hacer cambiar de forma a alguien o algo”. Ser o no ser alguien es algo
determinado
que
puede
transmutarse,
porque
enfoca
un
ejemplo
de
deconstrucción mental para redimensionar, en algo distinto, lo que ya está
definido. A pesar, que el hombre es ya una persona con esencia, es decir, según
el significado otorgado por la RAE (2022) “aquello que constituye la naturaleza de
las cosas, lo permanente e invariable de ellas”. No propiamente le es otorgada al
hombre el hecho que ya es un ser pensante con sentido fundado por el carácter
del ente gracias a la experiencia obtenida y absorbida por su vínculo afectivo, la
casta a la que pertenece, sino que por encima de todo lo permanente e invariable
existe algo más trascendente que apropia una impropiedad no percibida por la
conciencia y que subconscientemente no se equipara a los procederes vistos por
la sociedad. Porque no está edificado concretamente aquel individuo que habita
en nuestro interior.
Toda constitución del significado de cultura e identidad se desplomaría si la
comprensión subyacente de nuestra mente se torna visible ante los ojos de la
gente. Las figuras representativas de lo que somos y abrimos en presencia del
círculo al cual pertenecemos y que cada uno expresa lo llamamos cultura. Según
Giménez (2010) define, a base de otros autores, la noción de cultura que “se
presenta como una “telaraña de significados” que nosotros mismos hemos tejido a
nuestro alrededor y dentro de la cual quedamos ineluctablemente atrapados” (p.2).
Es la formulación congruente que aprovecha todas las figuras que representan el
significado de lo que nos envuelve. Si a todo esto lo llamamos cultura que,
indistintamente, configura al hombre y le otorga identidad no estrictamente es
ineludible.
Basta con decir que la gente cambia, se transmuta, para ser lo que no
había sido anteriormente.
La RAE (2006) define el amor como el “sentimiento intenso del ser humano
que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión
con otro ser”. La fuerza dominante es, indudablemente, el amor. No explicamos
explícitamente este sentimiento que embarga al ser humano y lo transforma para
ser otra de la cual nadie hubiera podido imaginar. Gracias a él nuestro cuerpo
tiene reacciones químicas que alteran nuestros sentidos y comportamientos.
Muchas de las conductas que adquirimos cuando estamos en la cuna, bajo
el seno del núcleo familiar, apodan una pluralidad de nociones que nos conducen
a reconocer nuestra manera de actuar frente a los demás. El edificio construido
bajo las bases de un amor fraterno, incondicional, de madre, de alguna persona
que nos hace asentarnos en la confianza plena y segura al frontispicio de carácter
indeleble.
La transformación a través del amor lo concebimos como, de acuerdo a lo
expuesto, un mover del ser humano para tomar decisiones que lo llevan a ser
distinto de lo que es tras los pensamientos íntimos surgidos por una fortísima
necesidad de cubrir la escasez interior.
El personaje más importante de la novela, Rafael de Valentín, se pasea por
los senderos de la muerte y la vida. Esto gracias a la travesía del vivir que lo
condujo, durante su estadía en el mundo, a perder lo que era antes solo incitado,
por él mismo, a fusionar latitudes de ideas fuera del cuadro donde pertenecía,
pero brotando lo que es consustancial de sí mismo. De igual modo, acuerda
significaciones apropiadas que salen de lo más hondo y que aprovecha la
cuantiosa proliferación de las palpitaciones de su recóndita vida puesta al
manifiesto.
Por otro lado, el hecho de sentir tiene su significado comprobable. Según la
RAE (2022) define el sentir como “Experimentar sensaciones producidas por
causas externas o internas”. Discierne el terreno social que encarcela al individuo
en un cerco expresivo y que, además de las emociones, se deduce las capas que
tenemos en nuestro cerebro para percibir la forma de proceder; evidenciada por
un montón de caracteres que exponen sustancia a la agrupación formal de
cortezas emocionales, intelectivas, actitudinales y demás muestras de todo lo que
somos. La integralidad del sentir apoya los procesos conductuales, es decir, todo
cuanto se menciona funda la experimentación de las sensaciones.
Las mezclas de los funcionamientos abstraídos nos conducen hacia el
objetivo de concebir una multiplicidad del abandono de ser uno para ser otro
llevándonos a terminar sobre los modelos adyacentes que nos propenden a
finalizar con una personalidad completamente nueva.
Marco teórico
La ubicación de nuestros entornos sociales se contrastan. Debidamente, a
los productos reguladores del compendio estático, sugiere volúmenes
de
magnitudes atroces, agolpado sobre los paradigmas de cada persona para ser
descriptible. El espacio ocupado por los individuos varía según las masas y el
reposo que aprovecha el asentamiento humano influye considerablemente en todo
lo que es captado por sí mismo. Solo en su interior trasborda detalles que no son
percibidos por nuestra conciencia y así la fórmula hace efecto proyectado sobre lo
distinguible con notabilidad.
Manucci (2015) explana: “La transformación, implica la creación de nuevas
condiciones de vida interna que permitan una adaptación activa a las exigencias
del entorno. La particularidad de los sistemas sociales es que la calidad de las
emociones define el resultado del proceso de transformación y el modo de
adaptación” Más allá de lo compresible por nosotros, ya no sale de lo índole único,
hay estímulos de reacciones que enfatizan a la gente para trabajar en la
agrupación de preceptos, estatutos reguladores del funcionamiento colectivo. A
promover, el cambio, el estado natural del hombre transitado a uno nuevo, dentro
de nuestro ser.
Contextos rodean pensamientos productivos que nos llevan a la finalización
de constructos bien fundamentados concediendo un resultado confiable. Expreso
que las referencias teóricas aclaran una convincente disyuntiva de los procesos
cognitivos de la gente, hace relación de exclusión de ideales (hallan figuras
separables) del modo de pensar y dirigir, y que la unión, por la de cubrir
necesidades, de una persona con otra toma relevancia para edificación, gracias al
amor (el sentimiento inmutable clave para la transmutación).
La novela, la piel de zapa, afronta un nivel multifactorial de influjos
inclinados a conseguir el fin que se espera bajo la defensa de un punto específico.
Aunque halla muchas otras situaciones que pudieron haber sido abordadas con
más facilidad lo esperado es, indudablemente, la profundización y aclaración de
algo muy poco tocado por los ojos de los intelectuales, académicos, profesionales
en áreas enfocadas en contribuir o en aportar a entender lo que nos rodea.
Metodología
Un muy estricto proceso metodológico fue cumplido para llevar a cabo la
investigación. Se hizo una investigación documental con arqueo de fuentes que
tratarán respectivamente el tema que se tomó a desarrollar. Los cuales fueron la
novela “La piel de zapa” de Honoré Balzac (de donde procede el análisis), “la
fórmula de la transformación” escrito por el Dr. Marcelo Manucci, “la cultura como
identidad y la identidad como cultura” de Gilberto Giménez, diccionario de la Real
Academia Española (RAE).
Posteriormente, se procedió a un fichaje, extracción de citas que nos
sirvieron para tratar la temática “la transformación a través del amor”. De la novela
fueron diez citas, de “la fórmula de la transformación” una sola cita, de “la cultura
como identidad y la identidad como cultura” dos citas, del diccionario de la Real
Academia Española (RAE) se tomaron cuatro para el abordaje metodológico y
cuarenta y siete para las gráficas
Seguidamente, se procedió a las gráficas que es la red de sentidos, un
proceso de análisis de las palabras que tenían significado en el tratamiento del
tema. De las diez citas sacadas del libro que hablarán del amor se hizo una red de
sentidos que concluyó por otorgarnos el tema en cuestión.
La investigación toma rumbo para analizar la aseveración (de la red de
sentidos) final que nos condujo a esta materia en desarrollo.
Análisis de los datos
El correcto proceder del hombre es un deber para el bien común de la
sociedad. Cada persona debería ser un modelo a seguir en un estatus que no
contraría su voluntad, ni la de los demás. Por eso, no se deja a un lado que se
debe reflexionar sobre nuestros actos para llegar a un estado comprensible que
desprenda empatía por las personas que habitan en nuestro contorno. Uno de los
factores que nos conducen a ser buenos ciudadanos es la disciplina. La facultad
de decidir y ordenar la propia conducta manifiesta aquel caballero del cual se
espera un comportamiento con distinción, nobleza y generosidad ante el grupo
que lo rodea convirtiendo a ese ser en un correcto estereotipo de disciplina
Rafael de Valentín manifestaba una disciplina pulcra. Su mover se basaba
en la caballerosidad gracias a una alta educación, era un escritor. Si de manera
disparatada actuaba sin duda era por las circunstancias que lo impulsaban a ser
así y, más allá de eso, su propia prepotencia le ocasionaba sentires propios que
salían de su impropiedad; era él mismo siendo él, pero aquello que demostraba no
permitía ver lo que propiamente era.
La condición del hombre, desde su estado más primitivo, siempre estuvo
conducido a través del razonamiento. La capacidad de razonar es una virtud que
poseen los humanos gracias, según dicen, a la evolución y a ciertos procesos
neurológicos que le permiten afianzar ideas claras para guiarlos por el mundo
conocido. Tener noción de lo que los rodea los hace encontrarse con ellos mismos
bajo conceptos aceptados de las figuras que los representa que vienen para
traerles convicciones idiosincráticas
mientras van comprobando la lucidez
poseída.
Lo subjetivo es actitudinal. Todo lo que es pensado por el sujeto en relación
al mundo externo, lo discurrido por él para llegar a una observación objetiva, tiene
la particularidad de ser únicamente formado por el ánimo para decir que las figuras
del derredor surten la experimentación sensitiva producida por causas internas o
externas del arquetipo, el hombre; y cada fenómeno individual, la manifestación
que se hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su
percepción unida a su expresión, une, por naturalidad, los seres.
Lo que guardamos dentro de nuestro cerebro, aún de aquello que no
percibimos en nuestra consciencia es algo que se ignora, no es controlado por
nosotros mismos, y que atraen impulsos que nos declinan a desear o querer algo
cuando estamos adaptados a sentir afecto, por consiguiente, el impulso irresistible
que hace que las causas obren infaliblemente en cierto sentido inclinan los
sentimientos de una persona hacia otra.
La atracción se debe a un instinto de excitación que propende al ser
humano a querer estar con algo o alguien, pero que puede tratarse como de la
juventud, relacionado con ella o propio de esta etapa y, también, más allá de ella.
En muchos casos, sugiere al desenfreno emotivo causal del acaecimiento intuitivo
del hombre como animal racional queriendo atrapar lo suyo, uno con otro. Todo
se debe al sentimiento que acompaña nuestro querer, el amor. La cita de la novela
es esta: “y le ofrecía en mi éxtasis un amor juvenil” (p.62). Todo lo que se da o se
hace, en este caso, proviene de la exaltación emocional y admirativa que se tiene
al sentirse ligado a una persona o a algo por el conjunto de sentimientos.
Y si no se llega a ser propietario de algo o alguien, en el sentido de tenerla,
ocasiona una aflicción al alma. El deseo de una persona de tener algo o alguien
puede, porque es propio de cada quien, causar desdicha o infelicidad al no estar
asido de lo que quiere por lo que brota, no de improvisto, una inconformidad por lo
poco tenido bajo poder.
Crea una afición las circunstancias que rodean a la persona conduciendo
su estado emocional a esmerarse para hacer bien las cosas. Considera un deber
lo que le atrae y dispone el tiempo necesario para tratarla con cuidado, por lo
tanto, empieza olvidar lo que venía formándose desde su niñez, los recuerdos o
las ideas que tuvo de algo, y se apasiona considerando como de su
responsabilidad lo que le agrada.
De allí aparece la fluidez sobre las cosas al realizarlas, el momento por el
cual se hace, es de agrado, todo,e el hombre podría cambiar su modelo de vida,
su conducta, sus actitudes, sus pensamientos concibiendo una nueva forma de
actuar ante los demás enteramente distinta.
La transculturación ocasionaría que los cimientos sean removidos para
instalar una nueva manera de concebir el pensamiento. Subsiste, entonces, en
nuestro contorno una influencia considerablemente grande como para modificar la
estructura mental redimensionando, con algo diferente, la forma en la cual se
desenvuelve cada sujeto.
Por tal motivo, la constitución de la persona; en lo que se refiere a la
permanencia de una sola manera de conducir, pensar, actuar, caminar y demás es
enteramente cuestionable. Y ocurre, indudablemente, la transmutación del
individuo a una personalidad, un comportamiento, una manera de ser distinta a lo
que había concebido anteriormente por el contorno y otras influencias que lo
condujeron a terminar como es.
El personaje principal de la novela la piel de zapa, Rafael de Valentín, nos
muestra que el entorno social en donde se desenvolvía tomó un efecto en su
interior que le ocasionó un proceder distinto a lo que era, pues de ser un hombre
educado, con buenos modales, respetuoso, audaz y prudente terminó por
convertirse en un ser irreconocible por sus allegados. El ferviente amor que le
tenía a Fedora más los continuos sucesos que le dificultaron permanecer siendo
como era lo condujeron a cambiar toda la distribución y orden que componía las
partes de su ser.
Se le dirige la causa de su desplome como ser pensante al conjunto de
sentimientos que venía sintiendo. La atracción hacia Fedora y lo que ya se había
formulado en su interior para llegar a un sentir impropio de él, pero que venía
convirtiendo aquella impropiedad como propia de su esencia, lo conllevó a ser
transformado.
Todo el amor que pudo sentir hacia Fedora, independientemente si fue
malo o bueno, lo dejó fuera de sí, pues no era el fin esperado que el muriese, pero
fue sus mismas acciones que le ocasionaron la muerte. La causa indiscutible al no
haber llenado lo más profundo, continuó teniendo necesidad, no le quedó de otra
que reestructurar todo para adaptarse a su entorno y a él mismo.
Conclusiones
Queda por reconocido que las conductas del hombre están en constante
cambio, no hay una permanencia en su forma ser, tras el amor, una de las causas
que ocasionan su transformación, que vino como fuerte impulso a cambiar las
decisiones del hombre para, en muchos, causar una transición en su manera de
conducir bajo un mundo en constante movimiento.
El sujeto como tal se redimensiona, pero en algo distinto. Se reestructura.
Por lo que, las fuentes consultadas y aún el estado definitivo al cual se llegó
nos da a entender una perspectiva del ser humano con su identidad y su cultura
mutable.
Referencias
Manucci, M. Marcelo Manucci (2016).
La fórmula de la transformación.
https://www.marcelomanucci.org/transformacion.html
Giménez, G. La cultura como identidad y la identidad como cultura.
http://sic.conaculta.gob.mx/documentos/834.doc
RAE (2022)Real Academia Española https://www.rae.es
RAE (2006)Real Academia Española https://www.rae.es/desen/amor
RAE (2001)Real Academia Española https://www.rae.es/drae2001/transformar
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