Entre las maravillas de un libro se encuentra su atemporalidad y vigencia condescendiente, más allá de si trata sobre una historia ficticia o un hecho documentado, en ambos casos, nos ofrece un contexto fiel del lugar y momento en que fue escrito. Para este volumen de la colección Cátedra Extraordinaria Federico E. Mariscal toca turno al arquitecto Javier Senosian, conocido por haber asumido el puesto de máximo representante de la arquitectura orgánica en nuestro país. Cátedra Extraordinaria Federico E. Mariscal JAVIER SENOSIAIN AGUILAR Para 2006, año en que fue impartida esta cátedra, Senosiain contaba con experiencias, conocimientos e historias suficientes para compartir en libros. Fue hasta 2020 que las circunstancias fueron las adecuadas para consolidar su primera publicación con el sello de la unam , su universidad. Este libro resulta una oportunidad para analizar sus meditaciones, procesos y métodos, acompañados por anécdotas, los cuales permiten ver cómo se convirtió en el fenómeno que es en la actualidad. Arquitectura de raíces, Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Equipo editorial Facultad de Arquitectura unam Coordinadora editorial Erandi Casanueva Gachuz Responsable de diseño editorial Amaranta Aguilar Escalona Editor José Manuel Márquez Corona Apoyo Editorial Marilú Martínez Tepecila Diseño editorial Amaranta Aguilar Escalona Formación Marilia Castillejos Meléndrez Adaptación Mauro Reyes Orduño Corrección de estilo Dana Cuevas Padilla Todas las imágenes son propiedad del Archivo Senosiain Primera edición: octubre 2020 D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria, Coyoacán, C.P. 04510, Ciudad de México isbn obra completa: 978-607-02-9599-7 isbn volumen: 978-607-30-3623-8 Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales Hecho en México Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Arquitectura 2020 Cátedra Extraordinaria Federico E. Mariscal Javier Senosiain Aguilar Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Índice Presentación 8 Naturaleza e identidad como fuentes de inspiración Naturaleza Vehículos terrestres Vehículos aéreos Vehículos acuáticos La función en la naturaleza Identidad La arquitectura troglodita Anecdotario 12 16 17 18 19 20 21 24 28 Proceso creativo Concepto Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria Capilla Ronchamp Conjunto comercial Museo de Antropología Bosquejo El concepto en diversos edificios Laboratorio farmacéutico de Celaya Remodelación del laboratorio farmacéutico 30 36 38 39 40 41 42 44 64 68 Origen y filosofía del hábitat orgánico Naturaleza Función Espacio Estructura Fluidez en la naturaleza y en los diseños humanos Forma Caracol El ser humano Lo orgánico 72 74 76 76 80 82 93 95 100 109 Casa orgánica Antecedentes Casa orgánica Anecdotario 116 117 129 158 Hábitat orgánico Conjunto Cacahuates La Ballena mexicana La Casa flor El Tiburón Ciudad de la Investigación El Caracol Centro comunitario El Kiss Tumba de José Alfredo Jiménez Conjunto Satélite Anecdotario 160 161 166 178 186 195 197 198 199 200 204 208 Nido de Quetzalcóatl Anecdotario 210 238 Diseños en proceso El Nautilus Villas en Sayulita El paraguas Casa amiba Casa del árbol Conjunto Los Girasoles El León Condominio el Huevo El Hongo Anecdotario 240 241 253 256 260 262 266 271 272 275 280 Referencias 282 Presentación Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 9 La arquitectura orgánica ha sido definida y redefinida a lo largo de la historia por algunos destacados arquitectos como Antoni Gaudí —gracias a su impacto en Barcelona y su influencia en el modernismo catalán— o Frank Loyd Wright, con sus contundentes postulados de articulación entre el sitio, la naturaleza y la arquitectura, que enfrentaron a la escuela funcionalista europea en publicaciones como The Natural House en 1954. Javier Senosiain, entre estos arquitectos, cuestiona la relación entre el ser humano, la naturaleza y la obra arquitectónica, interrogantes fundamentadas en un proceso de reflexión y experimentación permanente. Esto lo ha convertido en el “referente” de la arquitectura orgánica en México. En 2006 le fue otorgada la Cátedra Extraordinaria Federico E. Mariscal, la cual impartió con el título “Naturaleza e identidad como fuente de inspiración”, en reconocimiento a su destacado y alto nivel de desempeño en el área, como especifica la convocatoria de este foro. Hoy, casi quince años después, se publica como libro la cátedra, en un momento por demás extraordinario, ante una nueva realidad de confinamiento para evitar la propagación de una pandemia. Debemos aprovechar estas condiciones para encontrar un espacio de profunda reflexión sobre la arquitectura y las formas de habitar. En este contexto, las ideas aquí contenidas resultan por demás útiles: provienen del ejercicio profesional del arquitecto Senosiain, así como de su generosidad, al compartir con todos los lectores sus vivencias y creencias, fruto de la experimentación iniciada en la década de 1970, las cuales se complementan con su práctica académica impartida en nuestra Facultad de Arquitectura. Su trabajo nos presenta un análisis a fondo de sus predecesores en este ámbito arquitectónico orgánico, nos refiere al seno materno, a la caverna y lo subterráneo; a estos elementos él incorpora novedosos o ancestrales mecanismos, dentro de este movimiento. Entre sus aportaciones podemos mencionar aquellas en materia de aislamiento térmico e integración de la obra al sitio y su paisaje; la intervención en la naturaleza y las emociones que provocan su forma de expresión y la espacialidad de su obra. Cátedra Federico E. Mariscal 10 Este libro Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad abre la oportunidad inigualable de exhortar este ejercicio introspectivo, fundamentado en un proceso de auscultación, su incidencia en la teoría y su relación con la práctica, que dan origen desde el título mismo de la publicación, que nos remite de inmediato a nuestras raíces, la tierra y la naturaleza humana, estrechamente vinculadas a la concepción de “lo orgánico”. Contar con un libro como éste en los catálogos de la Universidad nos motiva a analizar los procesos y la aproximación metodológica, la cual, acompañada de anécdotas inéditas al final de cada capítulo, nos permite apreciar el vínculo del arquitecto Senosiain con la evolución de su obra. En estos tiempos, ante la gran difusión de conceptos que incorporan la sustentabilidad, en algunas ocasiones francamente enlazada con la arquitectura orgánica, Javier Senosiain establece un punto de partida desde el ser humano, su entorno inmediato y la trascendencia, en la formación de las y los arquitectos. Su manera de entender al ser y a la tierra, y la transformación en su práctica profesional asociada a naturaleza e identidad, seguramente serán fuente de inspiración para los lectores, sus alumnos y alumnas, además de profesionistas dispuestos a romper paradigmas y abrir nuevas vías para fundamentar los procesos arquitectónicos. Marcos Mazari Hiriart Naturaleza e identidad de inspiración Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 13 como fuentes 1 Miguel Ángel Betancourt Suárez, Orí-genes (México: Ficticia, 2004), 215. El tema para este primer capítulo es naturaleza e identidad, aunque también podría ser la naturaleza y el hombre como ideas, y cómo éstas influyen en el concepto arquitectónico. ¿Por qué naturaleza e identidad? Y, ¿por qué naturaleza y hombre? Hace algunos años escribí un libro cuyos temas fueron: la naturaleza, el hombre y lo orgánico. Cada vez estoy más convencido de la importancia de la relación entre la naturaleza y el hombre. Hace aproximadamente diez años, después de una plática, un alumno me preguntó: ¿cuál es la tendencia de la arquitectura? Yo le respondí entonces que para el siglo xxi se vislumbraba un camino hacia lo natural y hacia lo humano, en respuesta al poco respeto a la naturaleza que se había exhibido sobre todo en los últimos años. Existe una especie animal que ha destruido más a la naturaleza en los últimos cincuenta años que en sus cincuenta mil años habitando el planeta. Esta especie se multiplica cada día más y se dice que en las próximas dos décadas habrá más población de la que hubo durante los últimos mil años. Antonio Gaudí comentó en una ocasión que la palabra original deriva etimológicamente del vocablo latino origo, cuyo significado es “origen”, por lo que ser original es ser el origen. Tomaré como referencia el libro Orí-genes del doctor Miguel Ángel Betancourt1 para explicar la génesis de la naturaleza y su relación con el ser humano. Lo sucedido desde el surgimiento del Universo, hace quince mil millones de años, hasta el día de hoy es muy difícil de imaginar; por lo tanto, simularé una línea del tiempo que abarque tres horas, donde detallaré lo que ha pasado en la Tierra para poner en perspectiva lo inimaginable del tiempo. Cátedra Federico E. Mariscal 14 0.00 h // Hace 15 000 000 000 de años ocurrió el Big Bang, la teoría del origen del Universo más aceptada por los científicos. Lo que ahora conocemos como Universo estaba compactado de manera extraordinaria; todas las estrellas y galaxias estaban comprimidas al volumen de una pelota de béisbol, extremadamente densa y caliente. Una gran explosión, de proporciones indescriptibles, hizo que el Universo se expandiera, proceso que continúa en la actualidad. 2.00 h // Hace 4 500 000 000 años se originó el Sistema Solar, el cual inició como una nube de gas y polvo cósmico que giraba lentamente alrededor del Sol. Las partículas pesadas permanecían cerca del Sol y dieron origen a los planetas rocosos: Mercurio, Venus, Tierra, Marte y el cinturón de asteroides ubicado justo después de éstos; mientras que los componentes ligeros se alejaban de la estrella. Los planetas más apartados del Sol se formaron con gases cósmicos y polvo más ligero, como Júpiter y Saturno, conocidos como planetas gaseosos. Alrededor de Júpiter hay un cinturón de asteroides, formado por vestigios de un planeta que nunca llegó a formarse. 2h 30 m // Hace 2 200 000 000 de años; casi a la mitad de la historia del planeta, los volcanes y los movimientos tectónicos dieron pie a que masas de tierra aumentaran de tamaño hasta formar continentes. Las grandes masas continentales se fragmentaron y trasladaron en diferentes direcciones. El planeta se sobrecalentó y, por ello, se humedeció, lo cual ocasionó la emanación a la atmósfera de enormes nubes de vapor de agua. Ya que los rayos solares no podían entrar al interior de la atmósfera, empezó a llover y la temperatura disminuyó bruscamente. El planeta se congeló por completo: era una gigantesca bola de hielo y nieve. El fondo de los océanos no se congeló debido al calor que expedía el centro de la Tierra. Esto ejerció una enorme presión ambiental sobre la vida microbiana, originando las primeras células, la vida y la materia orgánica. 2h 50 m // Hace 540 000 000 de años se produjo la explosión del Cámbrico, ocurrida debajo del agua, hecho que derivó en la primera gran extinción: cerca de la mitad de las especies desapareció. 2h 55 m // Hace 290 millones de años, a finales del periodo Pérmico, ocurrió una de las extinciones más calamitosas de la historia de nuestro planeta, pues cerca de 90% de las especies desapareció para siempre. Hay indicios que apuntan a que el nivel del agua subió, dejando solamente 40% de la superficie continental fuera del agua. Debido a esas condiciones, los dinosaurios aumentaron de tamaño a lo largo de las siguientes épocas, principalmente por dos factores: necesitaban alcanzar las hojas de los árboles y, en climas templados, mayores dimensiones les ayudaba a conservar mejor la energía. 2h 59 m // 65 millones de años atrás. Todo parece indicar que este desastre lo provocó uno de los mayores impactos que ha sufrido la Tierra: un meteorito que cayó cerca de la costa de la península de Yucatán y dejó un cráter de aproximadamente 200 kilómetros de diámetro. Ese impacto llevó a la extinción de la mayoría de los dinosaurios, sólo se salvaron aquellos que habían evolucionado en forma de aves. El choque ocasionó una gran Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 15 Venus Marte Mercurio Tierra nube de polvo y el impacto de restos de roca al otro lado del planeta. Este polvo no descendió de inmediato, permaneció flotando en la atmósfera durante uno o dos años; así, los días se convirtieron en noches y la temperatura bajó al punto del congelamiento, esto causó la muerte de la mayoría de las plantas. Al comienzo del último minuto de nuestra línea del tiempo, el clima mejoró. 2h 59 m 30 s // A los treinta segundos del último minuto tuvieron origen el salmón, la pulga y el mamut. 2 h 59 m 55 s // Hace 5.8 millones de años, faltando cinco segundos del último minuto, apareció la especie de los primates superiores. 2 h 59 m 59 s 7 d // Hace 200 mil años surgió el Homo Sapiens. 3 horas // Hoy una especie animal aumenta en grandes proporciones y predomina por sobre las demás, acabando con animales y vegetales indiscriminadamente. En el globo terráqueo, surge el hoyo en la capa de ozono sobre el polo sur, producto de la contaminación atmosférica. El clima empieza a cambiar: el hielo de los glaciares se está derritiendo y algunos témpanos empiezan a caer. La nieve que cubre la montaña más alta, el Himalaya, se está derritiendo, inundando las cosechas de China. A la vez, surgen conflictos en diferentes regiones del planeta por la escasez de agua y petróleo. Naturaleza e identidad como fuentes de inspiración Cátedra Federico E. Mariscal 16 Al analizar el tiempo transcurrido desde el origen del Universo hasta nuestros días —en tres horas—, nos damos cuenta de que, hasta la Revolución Industrial, el hombre estuvo en comunión con la naturaleza. Lo anterior trae consigo la reflexión sobre el comportamiento del ser humano que termina actuando como autómata; reflejo, en gran parte, de la monotonía del entorno en donde nos desarrollamos actualmente. Nuestro sentido de territorio está enraizado en factores biológicos elementales, es decir, cada criatura viviente requiere cierto espacio para su desarrollo. El hombre del siglo xxi necesita recuperar la tranquilidad mental y espiritual que ha perdido a lo largo de varias generaciones de vida urbana. El único medio para lograrlo es a través de la modificación de su entorno hacia uno menos opresivo y más natural. En la clase de Bioarquitectura, que imparto desde hace 35 años en la Facultad de Arquitectura de la unam, analizamos algunos de los principales problemas de la globalización y llegamos a la conclusión de que es necesario aprovechar las ventajas del regionalismo. 2 Betancourt Suárez, Orígenes, 215. Naturaleza Como ya puntualicé, en los últimos cincuenta años se ha destruido más la naturaleza que en los cincuenta mil anteriores. Si en este momento murieran todos los insectos del planeta, para el año 2050 la vida se acabaría por la falta de polinización. Si la especie humana se extinguiera, para 2050 la vida no terminaría, sino que florecería y surgirían fachadas y azoteas verdes. Cuando encontramos una edificación abandonada, en el pavimento del estacionamiento y en la azotea se nota cómo surge la vegetación, así como en las pirámides antiguas, la vegetación las cubre. Rousseau afirmaba que “el hombre retorna a la naturaleza cuando su sistema de valores se derrumba”.2 En 1958, en un congreso de biólogos y diseñadores, Jack Ellwood Steele aportó el término biónica, que proviene del griego bios, vida, e ikos, unidad. La biónica tomó los principios funcionales y formales de la naturaleza para aplicarlos en el diseño, mediante observaciones e investigaciones profundas, análisis y síntesis. No hay que copiar la naturaleza, hay que reinterpretarla e inspirarse en sus principios. La biónica se emplea en diferentes ramas de la ciencia y el diseño. Los siguientes ejemplos de diseños de vehículos, por tierra, aire y agua, están inspirados en la naturaleza. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 17 Vehículos terrestres Los primeros autos de combustión interna se parecían a las diligencias, sólo cambiaron los caballos por caballos de fuerza. En 1933, Richard Buckminster Fuller notó que la resistencia del aire aumenta en razón del cuadrado de la velocidad. Por ejemplo, si el auto triplicaba la velocidad, la resistencia del aire sería nueve veces mayor. Dedujo que la forma del auto no era la indicada. Fue a la biblioteca a estudiar los pocos escritos que había sobre aerodinámica, y en un libro observó una ilustración de la forma que toma una gota de lluvia al caer: esférica por abajo y puntiaguda por arriba. Así, para tener menor fricción, Fuller se inspiró en la gota para diseñar el auto que llamó Dymaxion. Es de los pocos casos en que la forma ha dado la función. Con un motor Ford V8, el Dymaxion alcanzó una velocidad de 190 kilómetros por hora. Anteriormente se habría necesitado un motor tres veces más potente para lograr esa velocidad. El diseño de la retroexcavadora se inspiró en las articulaciones del brazo, codo y mano humanos. Cabe recordar que en el periodo gótico en arquitectura hubo inspiración —o pudo ser una analogía— en una mano con los dedos abiertos; los esfuerzos de los dedos se transmiten hasta la palma de la mano, como las nervaduras al capitel gótico. Naturaleza e identidad como fuentes de inspiración Cátedra Federico E. Mariscal 18 Vehículos aéreos Su desarrollo se debe, en gran parte, a la observación de los animales aéreos, como el colibrí, los insectos, las mariposas y el murciélago, con alas de superficies anchas, los cuales inspiraron al hombre a crear una máquina voladora. Lo esencial era sostenerla en el aire, más que hacerla volar. Leonardo da Vinci diseñó la máquina voladora que imitaba al murciélago. El ingeniero francés Clément Ader, 400 años más tarde —en 1886—, se inspiró en el mismo mamífero: después de medir con cuidado su esqueleto, construyó la estructura con bambú, que cubrió con tela de seda, en sustitución de los huesos y la piel del murciélago. Trece años después, el hombre deseó incrementar la velocidad con nuevos diseños y motores más potentes. Fijó la atención en las aves y el resultado del diseño fue similar. El pico del pájaro y la punta de los aviones sirven para cortar el aire haciendo más rápido el vuelo, la ubicación de la cabina es la misma que la de los ojos de las aves. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 19 Las alas y alerones operan para lograr fluidez, ejecutar maniobras y permitir el aterrizaje. La cola se usa para dirigir y dar impulso al vuelo. La ubicación del tren de aterrizaje se asemeja a las patas del ave. Más tarde, el hombre se inspiró en los animales acuáticos para aumentar la velocidad de las aeronaves. Al observar que el agua ejerce más resistencia que el aire, se concibió el jet de propulsión a chorro, inspirado en el funcionamiento de la mantarraya: succiona el agua por el frente y la expulsa por detrás. Tiempo después, la forma de este mismo animal inspiró el diseño de los aviones de caza. Por otro lado, se diseñaron cohetes observando la forma hidrodinámica del tiburón. Vehículos acuáticos La trompa del delfín inspiró el diseño de la proa de los barcos. Hace muchos años, el hombre utilizaba las palmas de sus manos como recipiente para tomar agua del río, del ahí cambiaron a diferentes tipos de semillas para contener y beber agua. Naturaleza e identidad como fuentes de inspiración Cátedra Federico E. Mariscal 20 3 Louis Sullivan, “The Tall Office Bulding Artistically Considered”, The April Number of Lippincot’s Magazine, Philadelphia, (1896), 403-409. La función en la naturaleza Parte esencial del diseño de la naturaleza, y de aquel creado por el hombre, es el funcionamiento. La función está íntimamente ligada a la forma. En 1896, Louis Sullivan declaró que “después de la función, viene la forma”.3 Le Corbusier señaló que “la planta va de adentro hacia fuera. El exterior es el resultado de un interior”. A veces, la forma da la función. Sin embargo, forma y función deben ser una sola cosa. Hace siglos, los artesanos, al confeccionar ropa, vivienda y utensilios, no discutían sobre lo primordial, si la función o la forma. Por cierto, ¿cuál es la diferencia entre artífice, artesano y artista? El artífice trabaja con las manos; el artesano trabaja con las manos y con la cabeza, y el artista trabaja con las manos, con la cabeza y el corazón. Pensemos en otras funciones dadas en la naturaleza: a la nariz, los vellos le sirven para filtrar el polvo. Si este órgano vital estuviera a la altura de las rodillas, al caminar respiraríamos polvo. Las fosas nasales están ubicadas de tal forma que cuando sudamos, el líquido no entra en la nariz. Si observamos, una hoja, una tórtola o un caballo tienen razones de ser tal como son, cada cual cumple una función y, todos ellos, son bellos. El funcionamiento, como concepto arquitectónico autónomo, implica un aspecto físico y otro psicológico. El funcionamiento físico, material o fisiológico comprende nociones de economía, tiempo, movimiento y ubicación. El funcionamiento psicológico, anímico o espiritual abarca conceptos como alegría, serenidad, tranquilidad. Estos rasgos se ven en el siguiente ejemplo. Una noche, a las cuatro de la madrugada, Richard Neutra recibió una llamada de una clienta un poco molesta. Le dijo que tenía una gotera sobre su cama, y le preguntó qué hacer. Neutra simplemente respondió que se moviera de sitio. Al colgar, se quedó reflexionando: ¿qué es más importante, el funcionamiento físico o el psicológico? Pensemos ahora en ello, ¿qué función es más importante: la material o la psicológica? La arquitectura es un todo en donde la función material es tan importante como la psicológica; ambas se complementan para conformar un solo funcionamiento. En alguna ocasión le preguntaron al arquitecto Luis Barragán cuál era la diferencia de su arquitectura en comparación con la de la mayoría de los arquitectos. Contestó que el funcionamiento físico en sus diseños es muy parecido al de los otros; sin embargo, él dedicó mucho tiempo al funcionamiento psicológico: la sorpresa, la serenidad, el embrujo y la emoción. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 21 Michael Seuphor describió el Museo El Eco como un “conjunto de disposiciones asimétricas, organizadas en sorpresas sucesivas, por medio de corredores, muros, aperturas y clausuras, una especie de poema plástico, en el cual uno puede pasear”.4 Mathias Goeritz, en su Manifiesto de la arquitectura emocional exigía la elevación del hombre a través de la arquitectura, para rescatarla del servicio puramente material y funcional en el cual estaba cayendo.5 A veces es mejor un espacio donde la gente se sienta bien, que cumpla la función psicológica, aunque no la meramente material. Hay algunas edificaciones, antiguas y modernas, que cambian su función y continúan siendo agradables, o puede ser que con la modificación sean más agradables y funcionales. En ocasiones, se pretende hacer los edificios tan funcionales que dejan de servir. Identidad En cuanto a los orígenes de nuestra identidad, antes de identificarnos con algún partido político, somos mexicanos, y antes de eso, nuestros antepasados tuvieron su origen en alguna región. Es probable que los abuelos de varios lectores vivieran en alguna zona en común de México: en la Huasteca potosina o en la región maya, por ejemplo. Y todavía antes, la mayoría de nuestros ancestros tiene raíces indígenas. Por lo general, la región da la forma. La forma de la arquitectura es influida por el entorno, por el lugar y por el sitio; el paisaje da la forma. Esto lo vemos en la Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental, cuyas arquitecturas tienen una gran fuerza de expresión, una volumetría pesada. Los indígenas se vieron impregnados de esa esencia y la plasmaron en su arquitectura y escultura. Esa pesadez tan característica de México la constatamos en las pirámides. Si algo identifica a nuestro país en el mundo es la plástica, definida por la volumetría pesada, tanto en la pintura como en la escultura, y también en arquitectura. La volumetría pesada de la época prehispánica se reprodujo en los años de la Colonia. Quizá por mera suerte, en los conventos y en las haciendas coexisten los volúmenes pesados con vanos pequeños. En la arquitectura contemporánea se percibe un tremendo nivel volumétrico en obras como el Museo de Antropología de Pedro Ramírez Vázquez; la arquitectura de Agustín Hernández, la de Abraham Zabludovsky, la de Teodoro González de León, la de Luis Barragán, 4 5 Michael Seuphor, Los detalles del producto (París: 1976) Mathias Goeritz, Manifiesto de la arquitectura emocional 1953, disponible en: https://eleco.unam.mx/manifiesto -de-la-arquitectura-emocional-1953/ (consultado 15 de mayo de 2020). Naturaleza e identidad como fuentes de inspiración Cátedra Federico E. Mariscal 22 la de Ricardo Legorreta, la de Francisco Serrano, la de Carlos Mijares y la de Fernando González Gortázar. Es algo tan característico que forma parte de nuestra identidad; así como el color en las artesanías y en la vestimenta. Es un rasgo que también exportamos: Luis Barragán lo llevó a diferentes partes del mundo. Asimismo, la plástica pesada influyó en la pintura moderna de Diego Rivera, de David Alfaro Siqueiros, de Rufino Tamayo, y en la escultura de Francisco Zúñiga (aunque nacido en Costa Rica, pasó la mayor parte de su vida en México), Humberto Peraza, Javier Marín. Henry Moore quien, desde mi punto de vista, es el mejor escultor del siglo xx, se inspiró en el Chac-Mool para hacer sus esculturas pesadas, con algunos huecos. Aun antes de ser hombres de las épocas indígena, virreinal o moderna, somos terrícolas —esta palabra a veces nos suena un poco fuerte. Muy parecidos unos a otros: tenemos las mismas necesidades básicas, elementales y esenciales, como comer, dormir, descansar, etcétera. Aunque existen distintas culturas, en el fondo somos muy parecidos: somos seres humanos. El ser humano vivió en las cuevas durante muchísimo tiempo. Podemos imaginar al hombre de Neanderthal en la boca de uno de estos agujeros en montañas, en cuclillas o echado como un animal, contemplando el horizonte, la puesta del sol u observando la luna que acababa de salir. En ese entonces la relación hombre-naturaleza era un binomio. Además, nuestro planeta es parte del universo; es ahí donde se da la trilogía hombre, naturaleza y cosmos. En virtud de esta triple pertenencia, Friedensreich Hundertwasser consideraba que el hombre tiene tres pieles su epidermis, que se adapta al organismo; su ropa, que se adapta al cuerpo, y su morada, que debería adaptarse al ser humano, lo cual no sucede, sobre todo, en épocas más recientes. Quizá la diferencia entre el diseño industrial y la arquitectura es que el primero toma en cuenta la ergonomía; por ejemplo: que un bolígrafo se adapte a las yemas de los dedos o el respaldo de una silla a la espalda del cuerpo; mientras que en arquitectura la envolvente del ser humano no se toma en cuenta. Retomando el tema de los cavernícolas, existe otra trilogía en cuanto a las necesidades básicas: el alimento, la ropa y la morada. La morada proviene de los tres reinos: mineral, animal y vegetal. Del reino mineral: las cuevas, compuestas de piedras; del reino animal, las tiendas hechas con pieles de animales; del reino vegetal, las chozas construidas con vegetales, árboles y ramas. Sus vestimentas también provenían de los tres reinos: usaban pieles de animales, ramas y piedras o caracoles como ornamentos. Desde la boca de la cueva, excavaban un surco hasta el centro, y ahí hacían un hoyo. El surco funcionaba para que fluyera el aire y avivara las llamas de la fogata. Como combustible usaban pedacería de huesos de mamut, estiércol y ramas de coníferas, lo que equivale actualmente a la gasolina o al petróleo. Se colocaban cerca de la hoguera, en cuclillas o sentados, a cocinar la caza del día, a la vez que sucedía la convivencia familiar. Mientras que el ser humano poco a poco se volvía sedentario, dependiente del lugar en que se encontraba, la presa estuvo en libertad, corriendo toda su vida. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 23 En el libro La dieta del Paleolítico, de Lorena Cordain, señala que los animales en aquel tiempo tenían 70% menos grasa con respecto a los actuales. En el presente, por ejemplo, las gallinas son colocadas en jaulas apiladas en espacios estrechos, de tal forma que no se pueden mover, para que no eliminen la grasa y sea posible obtener más utilidades, ya que se venden por kilo. Del reino vegetal, los hombres del Paleolítico consumían plantas silvestres, ricas en fibras, su dieta era baja en sales y azúcares, y los minerales los tomaban del agua. El fuego fue una herramienta muy importante para ellos; les servía para alumbrar, no para iluminar, que es un concepto distinto referente a los lúmenes. El verbo alumbrar procede de “lumbre”. El fuego también les servía para preparar los alimentos, para calentar las cuevas y ahuyentar a los animales. Además, tenía una función psicológica: la socialización se daba alrededor de la convivencia familiar en torno a la hoguera. Con el tiempo, la chimenea sustituyó a las fogatas. La palabra hogar viene de hoguera —la parte baja de la chimenea. La vida familiar ocurría alrededor de la chimenea. Transcurrió el tiempo y la televisión fue el nuevo sustituto: la convivencia familiar tuvo lugar a su alrededor. Desde hace sesenta años nos sentamos alrededor de la televisión. Yo era pequeño cuando se introdujo y en ese entonces no había control remoto. En la actualidad, quien tiene el control de la televisión lleva el control de la casa. Con el paso del tiempo ha aumentado el número de televisiones en un hogar; hay en las recámaras, en la cocina, etcétera. El año pasado pregunté a mis alumnos cuántas televisiones tenían en sus casas. Hicimos una encuesta con más o menos cien alumnos. Resultó que tres de ellos no tenían, los demás tenían varias, y en una casa tenían diez. Después los cuestioné cuántas horas al día la veían. El promedio fue de dos horas. También inquirí cuántas horas pasaban en la computadora, sin contar el tiempo de uso de internet. El promedio fue de cinco horas. Tiene lógica: son estudiantes de arquitectura, en vez de trabajar en el restirador, como se hacía antes, lo hacen en la computadora. Cuando les pregunté cuántas horas estaban en internet me dijeron que tres. ¿Y en su teléfono, chateando, etcétera? La respuesta fue una. La suma de horas ante una pantalla, sin moverse y forzando la vista quedó en once. Y, ¿cuánto duermen? Me dijeron que cinco horas —es el tiempo promedio. Tiene lógica, son estudiantes. También consulté cuánto tiempo pasaban Naturaleza e identidad como fuentes de inspiración Cátedra Federico E. Mariscal 24 en el transporte. El promedio fue de tres horas entre ida y vuelta. De las veinticuatro horas que tiene un día les quedaban unas cuantas. Les pregunté qué hacían en esos ratos. Unos comían, otros hacían deporte; algunos dormían en el transporte y otros comían mientras veían televisión. Actualmente sigo haciendo la encuesta y cada vez aumenta más el tiempo de uso de internet y de teléfonos inteligentes, y disminuye el tiempo que ven la televisión. Retomando nuestro tema, el siguiente eslabón de la cadena es el hombre de Cromañón, que vivió entre los 40 000 años a.C. y los 10 000 a.C. De apariencia salvaje, se caracterizaba por ser inteligente, intrépido e innovador. Inventó la agricultura y pasó de ser nómada a sedentario. Fue artista. Lo podemos imaginar entrando en la cueva de Altamira, con una antorcha en la mano, alumbrando el interior; al observar alguna saliente del techo, vislumbró la figura de un bisonte. Usando una concha como recipiente, combinaba pintura, cuyo colorante era extraído de plantas o minerales. Con un pedazo de piel embarraba los pigmentos sobre la piedra. Probablemente esa fue una de las primeras integraciones de pintura sobre escultura, dentro de la arquitectura. Esta forma de arte plástica se sintetiza en el acrónimo Arespin (arquitectura-escultura-pintura). 6 Bernard Rudofsky, Constructores prodigiosos. Apunte sobre una historia natural de la arquitectura (Ciudad de México: Concepto, 1984), 40. La arquitectura troglodita El hombre aprovechaba las cavidades naturales. Al igual que las hormigas, los topos o conejos, empezó a excavar. La tierra trabaja como masa térmica y mantiene una temperatura constante. Capadocia es una región de Turquía en la que dos volcanes hicieron erupción. La mezcla de los dos mantos de lava dio origen a la tufa, material poroso que se fue erosionando con el aire y el agua. Ahí se refugió una antigua colonia de monjes y religiosas, a principios del siglo viii, al ser perseguidos durante la Guerra Santa. Excavaron viviendas de siete niveles hacia abajo. Bernard Rudofsky, en su libro Constructores prodigiosos, les llamó rascasuelos, en vez de rascacielos.6 En China, más de un millón de personas habitan bajo tierra. Sobre la superficie de la tierra se cultiva; al acercarse, se observa un patio sumido, como de 5 m de profundidad, y viviendas bajo la tierra, alrededor del patio. Por su parte, en México, los tarahumaras viven en las cuevas, ellos logran que sus moradas no rompan con el paisaje natural. Retomando parte del título de esta cátedra, naturaleza e identidad, apreciamos que ambos conceptos siguen de la mano, como dos enamorados. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 25 La morada móvil apareció en diferentes regiones del mundo, caracterizada por dos prototipos: la de los indios norteamericanos: cónica, con ramas radiales como estructura primaria, forrada con pieles como estructura secundaria; y la cúpula, de diferentes materiales según la región: hay de piedra, madera, tierra y hielo. Con el tiempo, la aparición de viviendas flotantes y sobre ruedas añadió un toque de aventura a la vivienda móvil. Así fue como cobraron existencia las primeras construcciones. En el Ártico, en invierno, donde cazaron la primera foca, los esquimales, a manera de ritual, construyeron un iglú. Trazaban círculos sobre la nieve con los pies, como si fueran las puntas de un compás. Cortaban bloques de hielo en el interior del círculo, los cuales apilaban sobre el perímetro en anillos cuyos diámetros iban disminuyendo. Otra forma de construir un iglú era inclinar los tres primeros bloques, continuando en espiral hasta que en la parte alta de la cúpula quedaba un pequeño hueco. Finalmente, usaban un bloque de hielo transparente cortado en otra región del Ártico que, al colocar en el hueco, servía como domo o ventana Naturaleza e identidad como fuentes de inspiración Cátedra Federico E. Mariscal 26 Al trazar el iglú con los pies como centro y colocar el bloque de hielo con los brazos extendidos, el iglú adoptaba la escala del cuerpo del esquimal y sus medidas, como se hacía en otras culturas de la antigüedad, donde las medidas se determinaban con base en pulgadas, codos, cabezas, etcétera. El metro es la millonésima parte del cuadrante terrestre (es una medida abstracta que no tiene nada que ver con la medida del ser humano). Si la circunferencia de la Tierra fuera un poco menor, el metro equivaldría a 0.78 m; y si fuera un poco mayor, quizá sería 1.23 m. Por un túnel estrecho, los esquimales entraban a gatas cargando a sus niños sobre los hombros; así calculaban la anchura necesaria para entrar y evitar el acceso de osos polares. Colocaban pieles de oso como puerta; al entrar en el iglú encendían una lámpara de aceite de foca. El ambiente se calentaba, se condensaba el interior de la cubierta —al punto de rocío— y escurría el agua por las paredes. Esto se solucionaba al abrir la puerta —de piel de oso— para que el viento frío del Ártico entrara a congelar de nuevo las juntas de los bloques de hielo, quedando el iglú monolítico. En el exterior, cuando nevaba, el viento se encargaba de sellar las juntas. Al interior, hacían una base de aproximadamente 60 cm de altura y la cubrían con pieles, sobre las cuales desarrollaban gran parte de sus actividades domésticas. La temperatura dentro del iglú era de 16 grados centígrados, mientras que en el exterior bajaba hasta -40 grados centígrados. En resumen, los esquimales construían el iglú con un material: agua congelada; lo moldeaban con una herramienta: hueso de ballena, y en conjunto era un espacio con una estructura y forma aerodinámicas, que ayudaba al flujo del viento. La cultura esquimal tiene diez mil años de antigüedad y está a punto de desaparecer porque ahora las expediciones petroleras llevan iglúes de plástico y de madera, que sustituyen a los de hielo; llegan con electricidad, en lugar de las lámparas de aceite de foca; y cargan con snowmobiles, que sustituyen a los trineos. Otras de las primeras construcciones también se hicieron con materiales de la región: de tierra en el desierto, de plantas en la selva, etcétera. Si el hombre de Neanderthal ocupó como refugio una caverna y los trogloditas excavaron y se refugiaron bajo la tierra; con las primeras edificaciones, la Tierra comenzó a cambiar de rostro. Nacieron las primeras civilizaciones entre los ríos: Mesopotamia, entre el Tigris y el Éufrates; entre los ríos Indo y Ganges, la civilización india; en Egipto, a lo largo del Nilo; en América, Tenochtitlan, sobre un lago. Se empezó a combinar el ser biológico —animal— con el ser cultural. La observación de algún arco natural erosionado por el aire o el agua sirvió de inspiración para dar origen al arco y, más adelante, a la bóveda y la cúpula, elementos arquitectónicos que con un mínimo de material generan gran resistencia y logran claros amplios. Éstos se repitieron en distintas épocas, con estilos diferentes, desde el imperio romano, bizantino, románico, el gótico, el Renacimiento y barroco, cada vez más cerca de nuestros días. El siguiente eslabón es la Revolución Industrial, la cual marcó un cambio radical y fue causante de la transformación más rápida de las ciudades a nivel mundial. Al terminar la Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 27 Primera Guerra Mundial, en 1918 surgió la Bauhaus, un gran movimiento en el diseño. Adolf Loos comentaba que el ornamento era un delito. De ahí el origen del minimalismo, que sigue en su apogeo. Para terminar este apartado, quiero compartir la siguiente reflexión: la crisis global del medio ambiente nos ha planteado la cuestión de la supervivencia. Nunca antes en la historia de la Tierra se había producido un cambio tan profundo como el actual, los problemas resultantes son producto de la cantidad de habitantes, así como de sus demandas de recursos energéticos, en parte debido a la creciente tecnología. Por otro lado, nuestro sentido de territorio y de hogar está enraizado en factores biológicos elementales, es decir, cada criatura viviente necesita cierto espacio, temperatura y humedad para su desarrollo adecuado. El hombre del siglo xxi necesita recuperar la tranquilidad mental y espiritual que ha perdido a lo largo de varias generaciones de vida urbana. Pienso que el único medio para lograrlo será modificando su entorno hacia uno menos opresivo y más natural. Naturaleza e identidad como fuentes de inspiración Cátedra Federico E. Mariscal 28 Anecdotario En diversos aspectos de mi obra hay mucha influencia del arquitecto Luis Barragán. Recién egresado de la escuela, con mi socio Daniel Arredondo, vimos unas obras de Luis Barragán en el libro de Israel Katzman. Entonces yo conocía muy poco de su obra. En la materia de Representación gráfica hicimos un audiovisual de Barragán, encargo del maestro Pepe Campero. Fuimos a ver varias obras, en específico Las Arboledas, y nos gustaron mucho. Después, Barragán nos invitó a su casa para que le enseñáramos nuestro audiovisual. Pensábamos que vivía en el fraccionamiento Las Arboledas y no, resultó que vivía en la calle de Francisco Ramírez. Viendo el libro de Katzman, le comenté a Daniel que fuéramos a la casa del arquitecto Barragán. Cuando estábamos llegando, lo vimos salir. Fue muy accesible, yo llegué a ir varias veces a charlar con él a su casa. En fin, creo que hay mucha influencia del arquitecto Barragán en mi obra. Una vez le pregunté si tenía un libro de sus obras y me contestó que no, pero que ya lo estaba editando el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y que el primer ejemplar me lo regalaría. Pasó el tiempo y un día me llamó su secretaria para que fuera a recogerlo. Fue el primer libro acerca de su obra que se publicó, The Architecture of Luis Barragán. Siempre que llegaba a su casa, me pasaban al vestíbulo y de ahí a la sala, donde está la famosa escalera de madera. El arquitecto a menudo estaba sentado en su sofá, escuchando música clásica. Nos llevaban el cafecito con galletas y empezábamos a platicar. Recuerdo que un día charlábamos sobre el concreto y Mercedes, mi novia, dijo que éste es de apariencia dura, fría, vieja y triste. Barragán, con una serenidad que le era característica, comentó: “Sobre todo es triste”. A él no le importaba que fuera de apariencia vieja, fría o sucia; a él le inquietaba la cualidad triste del concreto. Sin embargo, todos los materiales son buenos, depende de la forma en que se utilicen. Le Corbusier pintaba el concreto, lo manejaba muy bien. A veces se siguen modas, y el color nunca pasará de moda; está en la naturaleza y, sobre todo, en México “el color es vida”, como decía Gaudí. No fui colaborador de Agustín Hernández, sin embargo, Arquitectura, naturaleza e identidad Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 29 debe haber alguna influencia de él en mi obra; quizá de su despacho, cuyas obras tienen poco contacto con la tierra y dejan una gran área verde. Tal vez también en cuanto al aspecto de la forma piramidal que él usa mucho, así como las raíces prehispánicas. A mí me gusta su trabajo. Creo que el estilo es en lo que menos piensa uno cuando está proyectando; el resultado surge del proceso creativo. El estilo no es como ponerle sal y pimienta a la comida. Mis primeras obras obedecieron a ciertas condicionantes. En el tiempo que estuve asociado con el arquitecto Daniel Arredondo Bayardi hubo muy buena comunicación, mucha libertad. Él me ayudaba en el desarrollo de lo orgánico; se fueron haciendo las primeras obras orgánicas en paralelo a otras más convencionales. Creo que es muy importante —y se lo comento a mis alumnos— que más que un estilo, cada edificio dicte su forma. Frank Lloyd Wright afirmaba que, así como las personas tienen integridad, los edificios también deben tenerla. El proyecto debe nacer de la esencia del concepto. Alguna vez un grupo de alumnos me comentó: “El corrector quiere que haga lo que él dice, y no me deja usar curvas”. Yo les sugerí: “Aquí lo que manda es el proyecto, trata de escuchar a tu corrector porque te puede ayudar si sabes canalizar lo que te indica”. En ocasiones, al corrector no le gusta el proyecto, pero si insistes y está bien fundamentado, va a terminar por estar de acuerdo. Lo que manda es el proyecto; estoy convencido de que eso es más importante que diseñar con un estilo u otro. Es importante el enfrentamiento con los correctores. Cuando yo estudiaba, un semestre el tema fue una arena de box, contábamos con tres correctores y tuvimos que corregir con cada uno por separado. A mí me ayudó muchísimo: uno me decía una cosa sobre mi proyecto y otro me indicaba otra. Tomé en cuenta las tres asesorías para mejorarlo. Sé que no es fácil y no siempre se da de la mejor manera, pero debemos ser responsables con lo que pide el mismo proyecto. Son importantes los comentarios de los correctores, por lo general ayudan. Sin embargo, lo principal es hacer lo que pide el proyecto, si estás convencido de él. A veces se tiene que trabajar más para reforzar el concepto y fortalecerlo, para fundamentarlo, no tanto para justificarlo, sino para generar un buen proyecto. Cuando estaba preparando la primera plática para la cátedra extraordinaria me vino a la mente una historia que contó Picasso, relató que le había costado toda una vida pintar como un niño. Yo pensé: me costó toda una vida vivir como troglodita, como primitivo. Me costó una vida subsistir con las cosas más esenciales, básicas y quitarme las superfluas, ortodoxas o aquellas de consumismo que me ataban. Naturaleza e identidades como fuentes de inspiración Proceso Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 31 creativo Respecto al proceso creativo, quisiera analizar cómo influyen la naturaleza y la identidad en el concepto arquitectónico. La creación es un camino largo y difícil que requiere, además de que la imaginación sea novedosa, que sea lógica y ordenada. No es fácil concebir un método a través del cual crear algo que aún no existe; en la mayoría de los casos, conviene seguir un proceso riguroso para diseñar. El orden propicia la libertad creativa. Esto puede parecer un poco raro, ya que estamos acostumbrados a que los artistas, pintores, escultores, compositores, arquitectos —muchos de ellos bohemios— sean desordenados; aunque quizá, para lo que es de su interés, sí son ordenados. Estoy convencido de que en la arquitectura el proceso creativo debe seguir un orden. En la escuela, es común que los estudiantes olviden algunas de las etapas del proceso creativo, que se aprenden en los primeros semestres de la carrera. Sé que no es fácil. Recuerdo que en El Principito se comenta que al cosechar una rosa lo interesante o confortante no es el resultado, sino el proceso del cultivo: aflojar la tierra, sembrar la semilla, regarla, abonar la planta, etcétera. El proceso creativo no tiene que ser tormentoso o caótico, como muchas veces lo perciben los alumnos; hay que disfrutarlo, deleitarse y gozarlo. Me viene a la memoria aquella ocasión en que, al concluir la inauguración de un busto de un compositor mexicano en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, me quedé platicando con el escultor y con Ricky Luis, compositor de rock. Le pregunté al escultor Oscar Ponzanelli cuánto tiempo le llevó esculpir la pieza. Me contestó que aproximadamente cuatro meses. Después, cuestioné a Ricky Luis: ¿Cuánto tiempo te lleva componer una canción? Respondió: “Yo me voy de parranda una noche a Garibaldi, y al día siguiente ya tengo la canción”. Lo que quiero destacar es que el arquitecto necesita muchas condicionantes para diseñar, comparado con los profesionales de otras ramas del diseño. Por esa razón, es necesario que el arquitecto tenga un método o sistema para proyectar. Cátedra Federico E. Mariscal 32 Topografía Programa de necesidades Análisis del sitio PROCESO CREATIVO Investigación Síntesis Concepto Condicionantes geográficas Condicionantes culturales Análisis de proyectos análogos Orientación Vistas Entorno Diagrama de funcionamiento con áreas y zonificación Anteproyecto Proyecto ejecutivo La primera etapa del proceso creativo es la investigación. Consiste en recopilar información de cuatro temas: el programa de necesidades, el análisis del sitio, la revisión de proyectos análogos y el diagrama de funcionamiento —con áreas y zonificación. Empezaré con el programa de necesidades, como ejemplo pondremos una casa. Se recopilan en un listado las necesidades, se analizan, se ordenan, y se pule la lista hasta obtener el programa. Es muy importante ordenar por zonas (servicios, públicas, privadas, etcétera) para que quede claro, conciso y preciso, o como decía la maestra de literatura de mi esposa, Angélica Malagamba, que sea “clariso, conciso y preciso”. Fray Gabriel Chávez de la Mora afirmaba que “la clave de un proyecto está en el programa”. Posteriormente en la investigación, sigue el análisis del sitio, las condicionantes geográficas —es decir, la naturaleza— y las condicionantes culturales —o sea, la identidad. En este momento viene a cuento el título de esta cátedra: arquitectura, naturaleza e identidad. En la naturaleza se hallan las condicionantes geográficas, entre las que es necesario revisar cómo es el viento, de dónde viene, las vistas que se pueden tener desde el terreno, la topografía, checar si el terreno es plano o inclinado, la orientación y el entorno. Eero Saarinen decía que “lo primero que hacemos es la maqueta del terreno con su entorno, además de muchas visitas al sitio. No ver el edificio solo, verlo en relación con su entorno. Gradualmente Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 33 nos dirá cómo el edificio crecerá con el lugar, en armonía entre la naturaleza y la arquitectura”. Todos estos aspectos son importantes y, en su momento, tendrán que ver con el concepto. Me atrevo a decir que más de 80% de los conceptos nacen del análisis del sitio. Por otro lado, se toman en cuenta las condicionantes culturales, es decir, la identidad y la gente. Si un maple, árbol muy característico de Toronto, Canadá, se lleva a Cuernavaca, México, es probable que no sobreviva porque viene de otro sustrato, otro clima y otra identidad. De igual manera un tabachín, que se desarrolla muy bien en Cuernavaca, en Toronto no va a prosperar. Canadá y México tienen muy distintas identidades. Por lo tanto, es importante tomar en cuenta la cultura y las raíces al momento de proyectar. Más adelante, el lector podrá encontrar imágenes de algunas maquetas que hemos realizado en el despacho, permiten explicar cómo y de dónde surgió el concepto arquitectónico en esos casos específicos. Otro paso de la investigación es el análisis de edificios análogos, ya sea en libros, en revistas, en internet o visitando algunos. No se trata solamente de que los alumnos recopilen información, saquen impresiones y las entreguen al profesor, lo que conviene es analizar los edificios homólogos, sus ventajas, desventajas. El último momento de la investigación es desarrollar el diagrama de funcionamiento con áreas y zonificación. El diagrama de funcionamiento es una especie de organigrama en donde cada rectángulo o círculo equivale a una célula o un espacio, y la línea que relaciona uno con otro representa el flujo de la circulación. Primero debe hacerse un estudio de áreas de cada espacio, para más tarde incluirlas en el diagrama. En el diagrama de una casa habitacional es posible notar de un vistazo cómo la estancia puede ser cinco veces más grande que el sanitario. En la zonificación se utilizan colores: en amarillo la zona social —sala, comedor, cuarto de televisión—; en rojo la zona privada Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 34 Acceso Baño Estacionamiento Recámara de servicio Vestíbulo principal Vestíbulo de servicio Toilette Lavado y planchado Patio de servicio Cocina Comedor Vestíbulo social —las recámaras—, y en azul la zona de servicios. Todo esto gira en torno a vestíbulos —espacios— que distribuyen hacia otros espacios. Por lo general, una casa tiene un vestíbulo principal de donde se pasa al vestíbulo del área social, al vestíbulo de la zona privada o al de la zona de servicios. Por ejemplo, del vestíbulo de servicios hay paso a la cocina, ahí se toma el basurero, se regresa al vestíbulo y de ahí al patio de servicio, ahí se deja el basurero, se toma la ropa tendida, se dirige al vestíbulo de servicio y se entra al espacio de lavado y planchado, la ropa se plancha, se sale al vestíbulo de servicio y se pasa a la recámara de servicio con baño; junto al vestíbulo está el sanitario y el estacionamiento. Son siete espacios de servicio, concentrados en una zona. Aquí cabe una analogía de la zonificación en el proceso creativo con la gestación de un niño, que dura nueve meses. Los tres primeros meses son muy importantes, de ahí que el médico le solicite a la mujer embarazada que tenga mucho cuidado; eso no significa que los meses restantes no sean trascendentes. Si por alguna razón, durante los primeros días del segundo mes de embarazo, al embrión le surgiera una anomalía física, sería muy difícil que ese niño nazca bien, por más que se cuide la madre. Esto conduciría a un aborto, o a un niño nacido con alguna malformación. Algo similar acontece en el proceso creativo, en el cual todas las etapas son importantes, sin embargo hay que tener mucho cuidado durante la investigación. Si en el Sala de estar Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 35 Baño Vestidor Baño Recámara principal Vestíbulo íntimo Sala íntima televisión Recámara Recámara Jardín diagrama de funcionamiento la relación de un baño con otro espacio está mal planteada, por más que se invierta dinero en el baño, con acabados de mármol, manerales y grifos de oro, en esencia la zonificación seguirá mal. En ese caso, es preferible abortar el diseño. Por ello vale la pena cuidar los pasos del proceso creativo, con la intención de llegar a un buen concepto arquitectónico. Vivimos en una época sobrecargada de información, de ahí la expectativa de que el diagrama de funcionamiento esté bien diseñado, con áreas y zonificación claras, concisas y precisas. Este diagrama permite comprender con facilidad una idea embrionaria del todo. Es una información fundamentada, confiable, verdadera, atractiva, colorida y bien estructurada. Requiere mucho menos esfuerzo comprender el diagrama que procesar una gran cantidad de datos. El diagrama de funcionamiento es una parte fundamental del proceso creativo del diseño. Posteriormente se encuentra la síntesis, el resumen de la investigación. En los seminarios de tesis, se pide a los alumnos la concreción de la investigación en cuatro hojas dobles: una para el programa de necesidades, otra para el análisis del sitio, otra para la revisión de edificios análogos y la última para el diagrama de funcionamiento, con áreas y zonificación. La investigación es una etapa fría. Después de la síntesis se hace el concepto, el anteproyecto y el proyecto ejecutivo. Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 36 CONCEPTO Inspiración (nacimiento) Síntesis Se elimina lo superfluo Funcionamiento con áreas y zonificación Gestión Programa de necesidades Condiciones ambientales Concepto El concepto arquitectónico es la parte más misteriosa e interesante del proceso creativo. La creación nunca es sencilla. Además de emplear neuronas, al mismo tiempo, debe estar atenta a los susurros del corazón. Lograr un concepto auténtico es como meter en un embudo los resultados obtenidos en la investigación, el programa de necesidades, los imperativos ambientales y todas las condicionantes culturales y económicas. Se debe de asegurar que el esquema de funcionamiento considere el análisis de áreas y su zonificación, y que todos los elementos sean transparentes y concretos. Se filtra y canaliza toda la energía acumulada, se elimina lo superfluo, se abstrae de lo esencial. Después, se comprime y se llega a la síntesis. Finalmente Condiciones culturales se da el momento crucial, instante misterioso e imposible de describir: la inspiración, la germinación de la idea y el nacimiento del concepto. En otras palabras, es como si al interior de un volcán se metieran el programa de necesidades, las condicionantes ambientales —los vientos dominantes, la topografía, la orientación, las vistas, el entorno— además de las condicionantes culturales. Todo esto se mueve como la lava del volcán, fluye la energía, se agrega el diagrama de funcionamiento, se elimina lo superfluo y comienza la sintetización. Es quizá entonces cuando llega el instante más incomprensible: el concepto arquitectónico. Cuando menos se espera, de repente, de adentro hacia fuera, llega la idea, el concepto, el partido. Más adelante, el con- Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 37 Buen proyecto UR AD OS ST CON ANT ES PROYECTO AP ANTEPROYECTO 3 PEREZOSOS 1 0 Análisis Síntesis Conocimiento Razonamiento Frío cepto se enfatiza. Se proporciona en el anteproyecto, para reforzarlo y detallarlo en los planos durante el proyecto ejecutivo, buscando un todo armónico, una unidad. Como refería Félix Candela, “debemos poner todo nuestro empeño, toda nuestra capacidad de trabajo, penoso y angustiado, en la elaboración de cualquier obra que emprendamos; pero para que el resultado final pueda ser considerado como un buen diseño, ha de aparentar haber sido hecho sin ningún esfuerzo, como el fruto de una inspiración juguetona y despreocupada”.1 El esquema que aparece en esta página refiere la existencia de tres tipos de estudiantes: el flojo, el apurado y el constante. El estudiante flojo no trabaja la investigación, piensa que no es importante y al final entrega un mal proyecto. El apurado empieza a proyectar sin analizar la investigación. Aparentemente inicia bien, pero le faltan los conocimientos, la esencia y también cae en un mal proyecto. El constante lleva una secuencia y concluye con un buen proyecto. 1 Imagen Creación Intuición Pasión A 2 Felix Candela, En defensa del funcionalismo y otros escritos (España: Xarait Ediciones, 1985). Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 38 Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria En el concepto del estadio de Ciudad Universitaria, en Ciudad de México, se siente la sustancia o levadura precolombina, la fuerza y la tradición. El terreno se eligió porque presentaba cierta depresión natural, aprovechada para excavar y remover la roca basáltica. La tierra se volteó para construir un terraplén circular alrededor del campo, con un talud o pendiente exterior basado en el ángulo de fricción o reposo natural del material. Éste se recubrió, para evitar deslaves, con la misma piedra de origen volcánico extraída del lugar. Al interior del terraplén se apoyaron las graderías superiores. La cancha semienterrada se relaciona con los patios hundidos de Monte Albán, es decir, con la tradición prehispánica. En este ejemplo, el concepto fue dado por el análisis del sitio, la naturaleza, la topografía, la orientación, el entorno, la piedra volcánica del lugar, así como la identidad. La naturaleza y la identidad se usaron como fuentes de inspiración. Por otro lado, en la etapa de investigación se analizaron estadios análogos como el de futbol en la Ciudad de los Deportes, antes conocido como el estadio del equipo Cruz Azul. Se observó que, al llegar los aficionados, ocupaban los lugares del centro de la tribuna y conforme se llenaba más, las personas no ocupaban las cuatro esquinas superiores. Esta observación de Augusto Pérez Palacios fue la que originó la envolvente elíptica en su proyecto del estadio de Ciudad Universitaria, así como su original plástica. En el estadio, la biblioteca y los frontones de Ciudad Universitaria, a pesar de ser obras modernas, el pasado está presente; se logró amalgamar la tradición con la vanguardia del momento y lo local con lo universal. Tanto Carlos Lazo y Mario Pani, encargados generales del proyecto de Ciudad Universitaria, como Juan O’Gorman y Alberto T. Arai, responsables de los frontones y la biblioteca central, fueron arquitectos de mediados del siglo xx, que poseían altos ideales e ideologías para proyectar, mientras que las generaciones actuales carecemos de ese sentido profundo y de esa conciencia histórica, en cuanto a la sociedad y nuestra profesión. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 39 Capilla Ronchamp En el concepto de la capilla Notre Dame du Haut, en Ronchamp, Francia, la naturaleza y la identidad fueron las fuentes de inspiración. Como ya he señalado, gran parte del concepto es dado por las condicionantes geográficas del lugar y la identidad. En cuanto a las condicionantes geográficas, en la capilla de Ronchamp influyeron la orientación, el entorno y la topografía. Le Corbusier respetó la pequeña inclinación del lugar para tener una ligera isóptica al interior de la capilla. La fachada con orientación sur ilumina el interior de la capilla. Diseñó una capilla pequeña y a la vez monumental, pesada y a la vez ligera, que se integra y contrasta con su entorno. Cabe mencionar que en el mismo sitio donde se diseñó la capilla de Ronchamp existía otra capilla, destruida durante la Primera Guerra Mundial. Tiempo después levantaron otra, que resultó bombardeada en la Segunda Guerra Mundial; en su lugar solamente quedaron las ruinas de piedra y una escultura de la Virgen de Lourdes. Le Corbusier aprovechó el cascajo para construir un muro ancho, de 3 m, al rellenar un esqueleto de concreto armado y jugar plásticamente con la profundidad de los vanos y los vitrales. Recuperó la escultura de la Virgen de Lourdes y la ubicó de tal manera que se ve desde el interior y desde el exterior de la capilla. Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 40 Conjunto comercial Para llegar al concepto de la zona comercial para un conjunto habitacional en Metepec, en el Estado de México, se analizó el programa de necesidades desmenuzado. Tratamos de ordenarlo por zonas, a raíz de esto, quedaron definidas con claridad tres zonas de comercio: el clásico supermercado, en donde estamos acostumbrados a comprar actualmente; otra, con locales más pequeños, y otra más informal. El concepto surgió del análi- sis de los diferentes tipos de comercio, así como sus orígenes. En el frente del terreno, al centro, se ubicó una depresión en forma de pirámide invertida, con piso de piedra, delimitada con taludes de piedra y una escalinata en diagonal en cada esquina. Al centro, velarias artesanales de colores vivos para cubrir el “tianguis”, que sigue siendo la primera opción de la mayoría de mexicanos para adquirir verduras, frutas, semillas, etcétera. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 41 De manera perimetral al tianguis indígena o prehispánico, están los locales para la venta del comercio “colonial”, traídos por los españoles. Con un pórtico al frente, arcos de cantera en la fachada y la cubierta con bóvedas de tabique aparente y azulejos de Talavera, esta zona se proyecta con materiales y sistemas constructivos de la Colonia. Los comerciantes españoles trajeron mercancía que durante mucho tiempo vendieron de manera exclusiva, como el pan, los abarrotes, etcétera. Al fondo está el supermercado internacional, donde se pueden adquirir productos empacados en latas y cajas; construido con concreto y cubierta de acero. Los tres comercios exhiben historias de diferentes épocas y se adaptan a lo que los mexicanos estamos acostumbrados a consumir. En este caso, el programa de necesidades, la zonificación y, sobre todo, las condicionantes culturales —es decir, la identidad— nos ayudaron a trazar el concepto. Al ser tres comercios diferentes en una misma área cada uno tiene una función, un espacio, una estructura y una forma que lo caracteriza. Museo de Antropología El arquitecto Pedro Ramírez Vázquez visitó y analizó museos en diferentes partes del mundo. El Louvre, en Francia, tiene el problema de que, si se quiere ver una escultura en particular, por ejemplo, la Victoria alada de Samotracia, es necesario cruzar por varias salas. La investigación y el análisis de edificios análogos fueron fundamentales en el concepto del Museo de Antropología e Historia en México. Se presenta un gran patio como vestíbulo de entrada directa a cualquier sala, si así se desea, y a la vez éste funciona como salida después de visitarla, para tomar aire fresco, cambiar de ambiente y descansar. El 99% de un proyecto es resultado del propio trabajo de investigación y el 1% restante corresponde a la inspiración, el trabajo gestado en el subconsciente. Si la mente se ocupa con insistencia en un problema determinado, puede hallar “repentinamente” su solución. Aunque he utilizado las siguientes citas en un libro publicado con anterioridad, considero pertinente compartirlas nuevamente.2 Jean 2 Javier Senosiain, Bioarquitectura, en busca de un espacio (México: AM editores, 2017). Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 42 Cocteau, al referirse a la idea, comentó: “no es mecerse sobre una hamaca, esperando que llegue la imaginación, sino que es la aguda y repentina realización de la verdad, la inmediata y total visión de la solución, la certeza de que lo que repentinamente viene a nosotros está bien, de que hemos estado equivocados todo el tiempo, y desde este preciso momento, sabemos lo que se debe hacer para llegar a la verdad.” Por su parte, Frank Lloyd Wright aleccionaba a sus discípulos: “si quieren diseñar bien, no se sienten en el restirador con el lápiz, la regla y las escuadras en la mano [ahora les diría no se sienten frente a la computadora]. Yo tengo todo el objetivo en mi mente; lo podría alterar sustancialmente, pero todo el tiempo que lo tengo está germinando”. Así, antes de dibujar se debe entender la idea. Bosquejo En general, el concepto se representa en un bosquejo o boceto. El novelista, antes de escribir una novela, bosqueja o aboceta el que será el argumento de su obra. El significado del verbo bosquejar es exponer de manera vaga una idea en un dibujo rápido, hecho a ojo, sin precisión ni detalles; modelar los primeros rasgos de la obra, sin aún definir del todo las formas. En el primer momento hay que proceder de forma vaga, abstracta, difusa, general, global. El bosquejo es como un fantasma, como un bulto impreciso, que afirma algunas cuestiones. Es un organismo gaseoso que ocupa un lugar sin límite definido. Las maquetas y los dibujos son imprecisos, pero deben señalar una dirección, una evolución, detectar al fantasma, para limpiarlo, concentrando actividades, definiéndolas; estructurarlo, establecer jerarquías, sistemas de orden frente al caos. Josep Lluís Mateo3 3 Paul Jacques Grillo, Form, Function and Design (Nueva York: Dover Publications, 1975), 226. El concepto se bosqueja y después puede crear el concepto formal —maqueta de estudio. Ya sea que el concepto genere la forma o la forma genere el concepto, se refuerzan mutuamente. La forma puede ser singular o múltiple, regular o irregular. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 43 Los preciosos momentos de inspiración aparecen en el curso de un paciente trabajo. Con una imagen interior, que de repente hace su aparición, con un nuevo trazo en el dibujo, parece transformarse y cobrar nueva forma en fracciones de segundo la totalidad del edificio proyectado. Es como si, de súbito, uno experimentase el efecto de una extraña droga; todo lo que sabía un poco antes acerca del objeto a crear, aparece bajo una nueva y nítida luz. Y siento alegría y pasión, y hay algo en mí que parece decir ésta es la casa que quiero construir. Peter Zumthor4 Le Corbusier, por su parte, afirmaba que el concepto se puede bosquejar en la uña del dedo pulgar. El entorno urbano ha cambiado con el aumento del transporte, los parquímetros, los postes, cables y anuncios que surgen con gran rapidez, son modificaciones urbanas bruscas y violentas que crean territorios sin discurso ni paisaje. Sin embargo, gran parte del entorno conserva su carácter; la gente no ha perdido su sentido del lugar, se resiste a ello, no se resigna a que eliminen de un plumazo la idiosincrasia de su paisaje. ¿Qué se hace cuando el entorno cambia para mal y deviene el caos? Se crea el concepto. Por ejemplo, un espacio abierto hacia el interior como el clásico patio que adaptaron los españoles, con las vistas hacia el interior. 4 Peter Zumthor, Pensar la arquitectura (Barcelona: Gustavo Gili, 2004), 20. Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 44 El concepto en diversos edificios El diseño y la construcción de las obras a las que referiré a continuación, se realizaron en sociedad con el arquitecto Daniel Arredondo Bayardi. Fuimos socios desde 1974 hasta 1990, dieciséis años. El Abanico es un edificio de oficinas cuyo concepto arquitectónico provino de la fachada que da a la calle, con orientación sur. El muro grande de concreto aparente martelinado evita el asolamiento del poniente y la intención del puente es dar escala humana al edificio. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 45 La Rebanada es un edificio de oficinas. Entre las prioridades del cliente estaba mantener la iluminación y la ventilación naturales en todas las áreas. El programa de necesidades se sintetizó en la zona de oficinas y de servicios. Realizamos una maqueta y ubicamos un patio al centro para iluminar y ventilar la zona de secretarias. Al colocar una lámpara arriba de la maqueta, nos dimos cuenta que iluminaba muy bien el pavimento de abajo. No obstante, en la parte baja, hacia los lados, no entraba la luz, por lo cual decidimos cortar una rebanada al frente del edificio. Al sacar esta rebanada se logró iluminar y ventilar la zona de secretarias y la de sanitarios, y se jerarquizó el acceso peatonal. En la obra nos dimos cuenta que funcionaba como un embudo por el que entraba el viento del norte, logrando una ventilación cruzada. La iluminación y la ventilación naturales en la escalera se obtienen a través de un domo al centro. Básicamente, la búsqueda de iluminación y ventilación naturales nos dieron el concepto. Se dio énfasis al macizo sobre el vano; se ubicó el estacionamiento en la planta baja, y una terraza en la alta. Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 46 Par prismático es un edificio de oficinas que se ubica junto a la Cineteca, a una cuadra de avenida Churubusco, en Ciudad de México. Es un predio con características muy especiales: alargado, profundo, se hace más ancho en la parte de atrás y enfrente tiene un panteón. Nos preocupaba el panteón, sobre todo por las vistas hacia él. Hicimos un pequeño estudio a fin de analizar la mejor ubicación del edificio dentro del terreno. Una de las alternativas era ubicarlo a lo largo del terreno y, para tenerlo más claro, escribimos las ventajas y desventajas de cada opción. Una la descartamos, por la orientación oriente-poniente, que es muy mala para oficinas. En otra se proponían dos edificios; la desventaja era que se tendrían que duplicar los servicios, motivo por el cual se desechó. Se analizaron doce alternativas y al final, la que tenía más ventajas era un edificio al fondo, para no ver las tumbas del panteón, el estacionamiento se ubicaría al frente del terreno. Desde los últimos niveles se veían las copas de los árboles, y en el último sí se alcanzaban a apreciar las tumbas, por lo cual decidimos cerrar el perímetro triangular en la parte alta con un muro, dejando una oficina al centro con dos patios, uno de cada lado. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 47 Cuando tuvimos el concepto de los dos volúmenes triangulares, fui con el arquitecto Daniel Arredondo a ver las Torres de Satélite para percibir la sensación al caminar entre ellas. Éstas fueron pensadas para verse desde el automóvil; sin embargo, al caminar, al subir por la pendiente, pasar entre dos torres, la sensación que se vive es por demás interesante, por esto decidimos diseñar una rampa entre los dos volúmenes. Desde la calle, por un corredor peatonal que separa el estacionamiento, se llega a la plaza. Al transitar por la rampa entre los dos cuerpos, se arriba al cuerpo de servicios, que tiene el elevador, las escaleras y los sanitarios con iluminación y ventilación naturales. El cuerpo de oficinas tiene orientación norte-sur y los puentes que ligan los dos prismas triangulares funcionan como fugas visuales. Un cuerpo es más alto y flaco; el otro es más gordo y chaparro —como don Quijote y Sancho Panza. En el edificio de servicios, sobre los sanitarios, están los tinacos, y sobre el elevador está su caseta, de ahí que ese cuerpo sea más alto. El concepto fue fruto del análisis del sitio, el entorno, el panteón, las vistas y la orientación. Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 48 La pirámide invertida es una casa en un terreno con una pendiente muy marcada y una vista muy agradable hacia un acantilado. No quisimos hacer muros de contención y rellenos, porque son muy costosos. Por estas razones, se decidió apoyar la casa en forma de pirámide invertida sobre dos muros de concreto armado en forma de puente. Casi 95% del predio se conservó como área verde. Sólo los dos muros y parte del estudio se apoyaron sobre el terreno. Se entra desde el acceso de la calle al jardín, sobre la azotea o al estacionamiento y se baja a un pasillo-puente, que comunica con la zona social. Al centro se ubica una isla de servicios alrededor de un patio con un volumen piramidal de color morado. De la zona social dentro de un volumen se baja a la zona privada de recámaras. A través de otro puente se sale al terreno natural y se desciende por una escalinata sobre la pendiente natural del terreno. En la imagen del corte se aprecia la idea con mayor claridad. En otras palabras, es como si un pájaro pasara por debajo de la casa. Es una casa sumamente especial porque tiene 600 m2 de terreno y 900 m2 de área verde. Gran parte del terreno natural se conserva verde, sin contar la suma del jardín sobre la azotea. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 49 Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 50 Fotografía: Francisco Lubbert En la fachada hacia la calle, en el interior de la parte alta del volumen, se ubican el tanque de gas, el depósito de agua y el panel de calentamiento solar. Estructuralmente la casa tiende a girar o a deslizarse, por ello se diseñaron dos zapatas continuas escalonadas, a fin de evitar que se deslicen como si fueran esquíes, se prolongan a manera de pies, evitando el volteo. Asimismo, el cuerpo de la escalera de acceso y el estudio trabajan como peso muerto; los puentes funcionan como tirantes a la tensión. En otras palabras, es como si un gigante se parara en el sitio de la escalera de acceso con unos cables en las manos para evitar que se voltee o se deslice la casa. El concepto provino del análisis del sitio, la topografía, las vistas y la identidad. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 51 Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 52 Fotografía: Francisco Lubbert Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 53 El programa de necesidades y el funcionamiento nos dieron el concepto. Fotografías: Mario Mustchlechner, Francisco Lubbert Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 54 Asentamiento piramidal es un conjunto de cuatro casas en Tepepan, Ciudad de México. El terreno tenía una afectación: no se permitía construir al tomar en cuenta la ampliación de una de las calles. El concepto lo dio la poca resistencia del terreno —por su cercanía a Xochimilco. Se trató de repartir el peso en la superficie, de ahí la forma piramidal; y también se buscó aprovechar las terrazas como áreas verdes. La zonificación fue parte del concepto; en una de las imágenes de la página siguiente se puede observar la concentración de servicios: escalera, sanitario, cocina, zona de lavado y planchado, patio de servicio, recámara de servicio con baño y el estacionamiento; son ocho espacios concentrados. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 55 Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 56 Aire y tierra son dos casas; el concepto de una de ellas surgió del análisis del sitio, más adaptado a la topografía del terreno, con orientación sur. En la otra casa se concentran los servicios. La zona social se encuentra volada, las recámaras en el volumen de abajo, sobre su cubierta, la terraza se integra espacialmente al comedor y desayunador. Son como piezas de dominó puestas una sobre otra. El concepto derivó del análisis del sitio: la orientación, la topografía, las vistas, el entorno, así como el diagrama de funcionamiento hecho con la zonificación. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 57 Proceso creativo Fotografía: Daniel Arredondo B. Cátedra Federico E. Mariscal 58 Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 59 La Escuadra es un pequeño centro comercial en Coapa, Ciudad de México. El terreno es un triángulo en cuya envolvente se hizo la construcción. En la esquina, por el acceso principal, se llega a otro triángulo que tiene una pequeña cafetería con un domo piramidal. La figura del terreno nos dio el partido. Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 60 La casa claustro está en un terreno profundo, con el norte al fondo. Lo que nos ayudó a generar el concepto arquitectónico fue tener norte y sur a través de un patio. Del centro del patio se trazó un círculo: en la parte alta se ubicaron la recámara principal, con su vestidor y baño, un estudio con vista hacia el norte y las recámaras orientadas hacia el sur. Se transita a través de un pasillo que tiene una bóveda pequeña, una losa plana con clósets y muebles; lo inerte, entre las dos bóvedas, y en la bóveda grande las recámaras. Desde el acceso a la casa se suben cuatro escalones, ahí se ingresa al comedor y al bajar tres escalones se encuentra el acceso a la sala y al estudio. El propietario original del terreno hacía fiestas; el terreno estaba levantado 60 cm al fondo con pasto, que se dejó tal cual. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Fotografías: Mario Mustchlechner 61 Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 62 Cuando uno está parado en la sala, el nivel del jardín está a la altura del ombligo, esto con la intención de que al entrar, se revele la vista al patio y la fuente. Todo se hizo de tabique aparente con arcos de doble curvatura. La cornisa fue diseñada con influencia del arquitecto Carlos Mijares. La fuente, con pedacería de azulejo, derrama agua en un canal. El agua pluvial va a dar a otro canal. Debajo de las ventanas del pasillo circular quedan estos huecos que se usan como libreros. Quedó una bóveda en la circulación y la zona de guardado sirve para enfatizar el acceso y remeter la puerta. Fotografías: Mario Mustchlechner Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 63 Hay un cambio de altura —que Barragán usaba mucho— para pasar de un pasillo bajo a un espacio alto y amplio. Esa transición, muy común en la arquitectura, se puede explotar más. En esta obra tratamos de integrar los detalles al concepto general; por ejemplo, los entrepaños transparentes están apoyados en las juntas del tabique, para que no se embarre la pequeña losa. Una estría separa los materiales. En las siguientes imágenes se muestra la puerta de solera forrada con lámina y una cruz anclada con una varilla al muro y un foco detrás para darle escala al acceso. Fotografías: Mario Mustchlechner Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 64 Laboratorio farmacéutico de Celaya En este laboratorio se hizo una obra totalmente nueva. Fue ideada desde que salí de la escuela de arquitectura. En esa época hicimos el anteproyecto para otro laboratorio, que estaría en Coapa, pero no se concretó. Visitamos algunas plantas farmacéuticas en Estados Unidos, México y Guatemala, y del análisis de estos recorridos llegamos a cinco conclusiones con las cuales trabajamos el concepto. El análisis de los edificios análogos fue fundamental. La primera conclusión fue que los edificios debían quedar como islas, para que cada cuerpo pudiera crecer sin afectar el funcionamiento de los otros. La segunda, que en el edificio de producción los canceles tuvieran flexibilidad y que hubiera limpieza visual y transparencia. La tercera conclusión versaba sobre los flujos, es decir, los movimientos de materiales, de personas y de fluidos. Imaginemos los flujos como una escena en cámara rápida: cómo entra el personal y se distribuye por las áreas de trabajo, llega la materia prima y de empaque, cómo transita hasta salir por el almacén de producto terminado y cómo fluye la energía de la electricidad, el vapor, el agua, el aire comprimido, etcétera. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 65 La cuarta conclusión a la que llegamos responde al flujo en línea. Este término se refiere a la manera en que el material arriba al almacén de materia prima y empaque. La materia prima son los polvos, los líquidos, etcétera, y el empaque: el cartón, los frascos, el blister, por mencionar algunos. De ahí pasa a un departamento de pesado, después se mezclan los polvos para fabricar tabletas o cápsulas o la glicerina. El frasco se llena del medicamento, se coloca en la cajita, y sale el producto terminado. Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 66 Si las bajadas de agua pluvial llegaran a taparse, el agua desbordaría por la gárgola y daría aviso de la situación. Los copetes fueron requisito del asesor del aire acondicionado; están en la fachada sur. En la planta de conjunto vemos el estacionamiento y la caseta de vigilancia, que se diseñó con la intención de que pudiera ampliarse. El pasillo peatonal llega a servicios generales: el comedor, la cocina, los vestidores y baños. Si necesitara crecer el día de mañana, podría hacerlo hacia los cuatro lados. El edificio de producción se divide en cinco áreas: almacén de materias primas y empaque, fabricación, llenado, acondicionamiento y de producto terminado. El cuarto de máquinas también cumple con la idea de un posible crecimiento en el futuro, se divide en cuatro partes: una de aire, donde están las compresoras; otra de vapor, en las calderas; otra que es el agua, donde se ubican las bombas y la cisterna, y finalmente, la electricidad, con el transformador. Las bombas, las compresoras, las calderas y los transformadores equivalen al corazón; el puente de energía hace las veces de las arterias, por las cuales se derraman las instalaciones, el entrepiso de energías; las venas, sirven para bajar a la fabricación. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 67 Salida de los vestidores y baños al pasillo que comunica hacia el área de producción. El paso peatonal y el cuarto de máquinas son de color naranja claro. El puente de energía tiene 32 metros de largo y la estructura abierta consta de dos armaduras. Los triángulos sirven para la ventilación del cuarto de máquinas. Cuando viajaba a Celaya, desde la carretera veía algunas casas vernáculas —en las que se usó adobe— con huecos triangulares; de ellas provino la idea de ventilar por medio de vanos triangulares. Hay una planta de tratamiento y, para el último proceso, un espejo de agua que sirve para el riego. Los cristales tipo espejo del pasillo peatonal se cambiaron por cristales transparentes, inteligentes, que rechazan más de 80% del asoleamiento. Arriba va el puente de energías con las tuberías de agua, aire, vapor, etcétera; ahí fue donde aprendí que en esa zona debe estar la instalación eléctrica y de teléfono, y abajo, las hidráulicas, puesto que si hubiera una fuga, el agua de esa filtración no caería sobre la instalación eléctrica. Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 68 El estacionamiento con la nueva caseta de vigilancia. Fotografías: Jaime Jacott Remodelación del laboratorio farmacéutico Prácticamente el 100% del laboratorio fue remodelado. La planta se construyó en 1985 y después de siete años se remodeló por etapas. Han cambiado mucho las prácticas de manufactura; las autoridades piden mayor asepsia. Además se amplió el estacionamiento. Las oficinas que se ubicaban en el área de producción se cambiaron a la troje. Se ampliaron los vestidores, los baños y el comedor. Creció el cuarto de máquinas, así como las áreas de mantenimiento, producción y almacenamiento del producto terminado. Con taludes verdes, se camuflaron los cuartos de inflamables. No está permitido guardar alcohol ni otros productos inflamables en el interior del edificio de producción En el vestíbulo hay una escalera que conduce a las oficinas. El techo del auditorio se cubrió con ferrocemento. Se hicieron nuevos vestidores para los visitantes y para el personal de garantía y calidad, para cuando van a pasar a producción. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Fotografías: Jaime Jacott 69 Proceso creativo Cátedra Federico E. Mariscal 70 Fotografías: Jaime Jaccott Cada vez que una persona que está trabajando en producción quiere ir al sanitario, tiene que salir por ese pasillo, pasar al vestidor, cambiarse de ropa, ir al sanitario, regresar y hacer el mismo procedimiento. El vestidor de hombres es azul; el de mujeres, rosa, colores que se enfatizaron con un acrílico de color fluorescente. El puente, de 32 m de largo, se apoya en dos cuerpos. Cuando estábamos en obra y las armaduras se hallaban en el piso, le dijeron al cliente que esa estructura iba a ser muy costosa; le demostramos que saldría más barato que poner columnas abajo. En resumen, el principio del puente es la viga Vierendeel y el peralte de 3 m. El peso se concentra en cuatro columnas, en vez de catorce. Los canceles eran ciegos a la mitad. Se cambió el piso de loseta vinílica por epóxico; los plafones y las lámparas, por otras que consumen menos energía eléctrica. En producción se colocaron cristales curvos en los canceles. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Fotografías: Jaime Jacott 71 Proceso creativo Origen y filosofía del Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 73 hábitat orgánico En este capítulo abordaré el origen y la filosofía del hábitat orgánico. Para ello me basaré en mi libro Bioarquitectura, en busca de un espacio, que se resume en tres aspectos: la naturaleza, el hombre y lo orgánico. Así nació esta investigación. Al terminar la escuela, como tesis de licenciatura proyecté un centro cultural y deportivo. Empecé a diseñar con espacios ortogonales; al darme cuenta de que el deporte es fluido, cambié el concepto y empecé a trabajar con espacios curvos, con taludes de pasto. No me fue mal. A partir de ahí me entró una inquietud por la búsqueda de espacios curvos, los cuales, desde mi punto de vista, son más humanos. En el despacho, Daniel Arredondo Bayardi y yo seguimos diseñando; en paralelo, continuaba mi investigación y búsqueda de un espacio primitivo, medio primigenio del ser humano. Diseñamos la Casa orgánica; se empezó a construir, y ya avanzada la obra negra, decidí usar toda la información que había recopilado. Tomé los libros que tenía en el despacho y subrayé los aspectos de la naturaleza relacionados con la arquitectura y aquellos del espacio del ser humano a través del tiempo. Recuerdo que marcaba y colocaba separadores en cada libro. Después saqué fotocopias de todo lo seleccionado y las fui ordenando en carpetas, resultaron al final más o menos doce. De ahí nacieron los tres capítulos que mencioné. El primero, sobre la naturaleza, trata de su función, espacio, estructura y forma. No es que haya partido de estos aspectos, sino que así se dio originalmente. Después me di cuenta de puntos muy importantes de la naturaleza que se pueden aplicar a la arquitectura, como el modo en que los moluscos moldean su entorno con el cuerpo. En la fisiología del molusco está la función que delimita su espacio, el animal lo hace con una estructura de su excremento y baba que moldea, y finalmente la forma es el reflejo de la estructura en el exterior. Viéndolo a toro pasado, ahora tengo mayor claridad de la importancia de estos cuatro aspectos. Cátedra Federico E. Mariscal 74 1 2 Auguste Rodin, “Testamento a los jóvenes creadores”, traducción de Soumaya Slim de Romero y Gabriela Huerta Tamayo. Auguste Rodin. Camille Claudel (Roma: Fundación Basil et Elise Goulandirs), 211-213. Donald Wall, Visionary Cities: The Arcology of Paolo Soleri (West Port: Praeger, 1971) Naturaleza “El amor a la naturaleza y a la sinceridad son las dos fuertes pasiones de los genios. Todos adoran a la naturaleza…”.1 En ella encontramos una variedad infinita de formas, colores y especies conviviendo en el universo de forma lógica e incuestionable. El único imperativo para vivir en armonía con la naturaleza es respetarla. Al inicio de su existencia, el ser humano permaneció muy cercano a la naturaleza; su relación era tan íntima que se entendían e interactuaban de la misma manera en que lo harían dos amantes. Sin embargo, transcurrió el tiempo y el ser humano transformó su entorno, a su amada. Soberbia, cegada por su sentimiento de superioridad y dominio, la humanidad se convirtió en el enemigo declarado del entorno natural. ¿Cómo restablecer el equilibrio perdido? Para ello hay que dirigir nuestra mirada hacia la naturaleza. De imitar a los animales desarrollamos algunas de nuestras cosas más preciadas. De la araña aprendimos el oficio de tejer y confeccionar prendas de vestir; de las golondrinas, a construir viviendas; del ruiseñor y del cisne, a cantar. Existen en la naturaleza aspectos inadvertidos por nuestros ojos, gracias a la ciencia los hemos ido descubriendo; por ejemplo, que el vuelo sin visibilidad, orientado y preciso, es una aptitud de los murciélagos. Estudios de este tipo se llevan a cabo para ser aplicados a las necesidades del hombre, en el ámbito de una ciencia muy joven llamada biónica, la cual estudia no sólo el aspecto físico y químico de un modelo natural, sino también su morfología estructural. Puede resultar útil en el terreno de nuestro objetivo, pues facilita la obtención de un mejor hábitat para el hombre. Muestra de ello es el sistema urbano diseñado por Paolo Soleri, al que llamó “arcología”,2 inspirado en la manera como se distribuye la célula de un organismo. Como ya había comentado, en 1933, Buckminster Fuller diseñó un automóvil basado en una forma natural. En ese entonces los vehículos semejaban cajas sobre ruedas, parecidas a las diligencias, para las cuales no se contemplaba la resistencia que el aire impone sobre Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 75 el vehículo al incrementar la aceleración. La resistencia del aire aumentaba en razón del cuadrado de la velocidad, para este problema Fuller encontró una solución: la gota de lluvia. Al caer, su forma esférica se modifica: la parte delantera conserva su redondez y soporta la mayor cantidad de fluido, mientras que el borde trasero queda trazado por el aire. Bucky dibujó la forma de la gota, a partir de este principio diseñó el auto Dymaxion. La ingeniería aeronáutica procede en gran medida de la observación de animales aéreos. Las primeras máquinas aéreas se inspiraron en el vuelo de las mariposas y del murciélago, criaturas dotadas con anchas alas que constituyen superficies útiles para compensar la gravedad, pues lo importante al volar es sostenerse en el aire. El ejemplo de tal compensación es la máquina de Leonardo da Vinci, que imita al murciélago. Conforme el hombre aumentaba la velocidad de sus máquinas voladoras, fijaba su atención en las aves y aplicaba el resultado de sus observaciones en las aeronaves. Por estos motivos, ahora guardan una enorme similitud con el diseño aerodinámico de los pájaros. Al apreciar que el agua tiene más resistencia que el aire, nueva inspiración provino de algunos animales acuáticos, con el propósito de volar más rápido y conquistar el espacio. El funcionamiento de la mantarraya —pez que tiene enfrente de la boca dos estructuras llamadas lóbulos cefálicos que se extienden y ayudan a introducir el agua hacia la boca durante las actividades de alimentación, para posteriormente desecharla por las hendiduras branquiales— fue reproducido por quien ideó el principio de la turbina: ésta atrae el aire por delante y lo saca por la parte de atrás. En el diseño del jet de propulsión a chorro también influyó ese funcionamiento y su forma hidrodinámica para obtener mayor velocidad. Tiempo después, la forma del tiburón inspiraría el diseño de los cohetes. Los sistemas orgánicos de los animales, desde los microscópicos hasta los grandes mamíferos, conjugan armoniosamente belleza, función y economía de manera ideal, por lo que han sido fuente de inspiración para artistas como Luigi Colani, ingeniero, arquitecto y escultor, en cuyos diseños queda evidente una armoniosa conjugación. Son innumerables los posibles ejemplos de la aplicación de la biónica en distintas áreas. Podríamos llenar varias páginas con algunas de estas relaciones como analogías, me limitaré a señalar una. Leonardo da Vinci se inspiró en el funcionamiento del molusco nautilus para diseñar el submarino, del mismo nombre, que para sumergirse succiona agua, gira y desciende; en la profundidad, expulsa el agua, gira y sale a la superficie. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 76 Función La naturaleza contiene un significado funcional en relación con el todo; la función está íntimamente ligada a la forma. No hay forma sin función, como tampoco hay función sin forma. La forma y las características estructurales de una hoja o de un caballo tienen razones de ser, cumplen una función y esta última siempre es bella. En la naturaleza, forma y función son una misma cosa; no hay un antes ni después. El funcionamiento, como concepto arquitectónico, implica un aspecto físico y otro psicológico. La forma es la frontera entre el interior y el exterior. En este momento viene a colación lo mencionado en el primer capítulo respecto a Luis Barragán y su postura ante el funcionamiento material, y su diferencia frente a los demás arquitectos, así como el momento clímax de la arquitectura funcional cuando se creó en México el Museo Experimental el Eco. Este museo fue restaurado con apoyo de los arquitectos Felipe Leal y Víctor Jiménez, quien hizo la remodelación. Se accede por un pasillo que tiene duelas en el piso que se estrechan, y el techo desciende con la intención de enfatizar la profundidad del pasillo. Al caminar, se da un giro y, a través de una ventana con una cruz, se ve el patio con la serpiente, símbolo del museo. El poema plástico se encuentra en un muro vertical amarillo, cuya réplica, a otra escala, se halla en la biblioteca de la Facultad de Arquitectura. Mathias Goeritz manifestaba en esta obra que estaba harto del funcionamiento. 3 Gaston Bachelard, La poética del espacio (México: Fondo de Cultura Económica, 1975) Espacio Gaston Bachelard escribió: “El seno materno es un ámbito cerrado y protector que cuida el desarrollo del ser, de ese ser que surge de un espacio reducido, tan interior que se forma desde adentro hacia afuera”.3 Cualquier forma de vida está referida a un espacio determinado. La idea más profunda que tiene el hombre del espacio es el vientre materno, por nueve meses le provee protección y tranquilidad. Vivimos nuestras primeras experiencias amparados por el tibio líquido amniótico, flotando como astronautas, a la temperatura idónea, con una buena nutrición, en un ambiente líquido que amortigua y protege de posibles traumas físicos. Así permanecemos durante cuarenta semanas, acurrucados por un abrazo total, arrullados por los Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 77 movimientos corporales y el ritmo cardiaco de nuestras madres. Después de esta experiencia, bajo ningún techo volveremos a estar tan a salvo. Pero ese medio no es eterno; el silencio y la oscuridad que acompañan al bebé en el útero serán violentados al momento del nacimiento, se trata de un brusco enfrentamiento a un espacio nuevo, agresivo a los sentidos. Nacer es el primer choque con la realidad. Cuando nacemos, lo primero que percibimos son los fotones de las lámparas de una sala en el hospital, que atormentan; las voces de los médicos y las enfermeras, que aturden, y el olor a medicina, que marea. Los brazos de la madre son el primer retorno a la naturaleza. Acurrucado en el regazo, cerca de su pecho, donde escuchas y reconoces los latidos del corazón; al mecerte, se evoca el primer hogar, las entrañas. Mucho antes de que el ser humano empezara la construcción de casas, la naturaleza ofreció generosas cavernas, el primer resguardo contra las inclemencias del tiempo, las bestias salvajes y los enemigos de la misma especie. Este hallazgo de la humanidad originó la arquitectura. Arrastrado por un ambiente, e impaciente de ver la gran cantidad de formas creadas por la naturaleza, estuve un buen rato dando vueltas entre las sombrías rocas, hasta que me encontré en la boca de una gran caverna, ante la que me quedé tan confuso, pues ignoraba de qué pudiera tratarse. Y ahí permanecí con la cintura arqueada; la mano izquierda apoyada en la rodilla y la derecha a modo de pantalla, ante las fruncidas cejas, y volviéndome varias veces a uno y otro lado, lo que me impedía la grande oscuridad que allá dentro reinaba. Estuve un buen tiempo hasta que de pronto surgieron dos cosas a la vez, temor y deseo, temor por lo amenazador y oscuro de la gruta, y deseo de ver si allá adentro había alguna cosa maravillosa. Leonardo da Vinci4 Hasta ahora los agentes inmobiliarios siguen ofreciendo frágiles viviendas, juguetes de vendavales e inundaciones, que no constituyen mayor recurso contra la furia de la naturaleza. Comparada con la caverna, la casa actual es tan precaria como una jaula de canarios. Bernard Rudofsky5 4 5 Ladislao Reti, El Leonardo desconocido (México: McGraw Hill, 1975), 293. Bernard Rudofsky, Constructores prodigiosos. Apuntes sobre una historia natural de la arquitectura (México: Concepto, 1984), 21. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 78 Todo este espacio colosal ha sido cubierto por una sola pieza, sin armazón o andamiaje, sin vigas pesadas, todo hecho de partículas puestas unas sobre otras, como la naturaleza las colocó. Queda mucho por aprender del inmenso libro llamado naturaleza. Gustavino el Mayor6 6 Gustavino el Mayor, Jornadas internacionales de estudios gaudinistas (España: Blume, 1970), 18. Antes de que el hombre dejara las cavernas, los animales ya construían sus moradas, refugios muy variados, y en todos los casos, auténticos trabajos a imitar. Por méritos sobrados, el castor ha obtenido el título del constructor de la naturaleza, nombramiento que ostenta con dignidad y avala cada vez que edifica una de sus viviendas. Ya que tiene los materiales y el sitio idóneos, el castor se dedica en principio a construir un dique. El paso siguiente es la construcción de la madriguera. Los elementos urbanísticos de la ciudad de los castores se articulan entre sí como una máquina de relojería. No sería aventurado afirmar que en un futuro se proyectarán ciudades submarinas basadas en los mismos principios con que estos roedores las edifican. Por ejemplo, la Catedral de Brasilia, ideada por el arquitecto Oscar Niemeyer, se basa en algunos principios de las construcciones de los castores, como la estructura, el espacio y la forma. En esta catedral, la idea fue bajar a través de una rampa por un espacio estrecho en penumbras, y luego abrir hacia un espacio amplio con mucha luz. Esto también se da en la arquitectura de Luis Barragán. Entre las construcciones sorpresivas del reino animal, nos encontramos con las de los animales de tierra. Alma de estas esculturas es la termitera, obra monumental de las termitas. La relación de altura entre el tamaño de una termita y la termitera es de 800 veces; esta relación entre el hombre y el edificio más alto del mundo, en Dubái, es de 600. Además, estos insectos excavan treinta metros hacia abajo para hacer que la humedad suba. Las termiteras maravillan; son un ejemplo para el diseño de futuras viviendas ecológicas. Existen miles de especies de aves y una diversidad enorme de nidos. Todos éstos siguen los mismos principios de ubicación y adaptación. Toman en cuenta los vientos dominantes, el asoleamiento, la humedad, las vistas, así como el tamaño y la jerarquía de los ocupantes, el tipo de protección necesaria para la adaptación de sus cuerpos. Por ejemplo, el pájaro carpintero taladra y esculpe su nido dentro del árbol. También hay nidos en condominio. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 79 El pájaro tejedor construye su nido de tal manera que difícilmente sufre ataque de alguna serpiente; protege al ave y a sus crías del asoleamiento y la lluvia porque la entrada está en la parte baja. Los pájaros tejedores usan pelo de caballo, lo humedecen en un charco, lo llenan de tierra y hacen bolitas del tamaño de una almendra que pegan entre sí hasta terminar el nido. El pájaro sastre construye su nido en una rama con dos hojas paralelas; busca raíces muy delgadas con las cuales, a manera de hilos, teje y remata la costura con un pequeño nudo. Esta ave ancla el nido flotante a un árbol con alguna raíz para que, cuando suba o baje el nivel del agua, permanezca en el mismo sitio. Suman centenares las formas de los nidos; en todos los casos, se adaptan al cuerpo de las aves que albergan, a sus necesidades y al sitio donde se construyen. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 80 Estructura No hay opción, el hombre requiere aplicar las estructuras naturales en sus construcciones. La meta de toda estructura es conseguir el máximo usando el mínimo y en los reinos vegetal, animal y mineral encontramos estructuras asombrosas de las que podemos comprender e imitar las bases elementales de sus respectivos conceptos. En la construcción de puentes, la estructura se considera la columna vertebral. Los puentes de Maillart, en los Alpes suizos, reinan en los ejemplos de ingeniería realizada con sentido común. Las obras de Robert Maillart se caracterizan por saltos clásicos y ágiles entre espacios separados por abismos. En este puente se aprecia cómo trabaja la compresión en el arco y la tensión en la parte de arriba. Otra manera de analizarlo es que funciona como dos ménsulas aligeradas. ¿Cómo conseguir el máximo mediante el mínimo? A través de los tres principios estructurales que utiliza la naturaleza para salvar grandes claros: apoyo simple, arco y colgante. Al caer un árbol sobre un río forma un puente simplemente apoyado. La erosión del aire o del agua crean el principio del puente en forma de arco. El otro principio estructural, el puente colgante, puede verificarse en las hiedras o lianas suspendidas de los árboles. En el árbol encontramos un ejemplo donde se conjugan las cinco fuerzas básicas que actúan sobre una estructura: en las ramas se tensa la base superior de las fibras de madera, la gravedad empuja las ramas hacia abajo mientras que las fibras de la superficie inferior se comprimen. También se produce una flexión cuando la gravedad atrae las ramas; si se curvan con el viento se produce una torsión. Asimismo, se crea una fuerza cortante entre las fibras cuando el viento agita las ramas del tronco. Un buen ejemplo de todo esto, ya aplicado, son las instalaciones hidráulicas. Éstas no deben tener ángulos menores de 90 grados, sino mayores, para obtener mayor fluidez. Las bombas que envían el agua, las manejadoras de aire que inyectan aire acondicionado, y las compresoras que envían el aire comprimido, todas, trabajan como lo hace el corazón, bombeando sangre por las arterias y las venas. En la naturaleza podemos constatar los principios elementales de continuidad y fluidez requeridos por el hombre. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 81 Este concepto estructural es parte medular del diseño creativo y constructivo del entorno arquitectónico del ser humano. Tipos de puentes encontrados en la naturaleza. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 82 Fluidez en la naturaleza y en los diseños humanos Las siguientes estructuras naturales ligeras han inspirado construcciones a lo largo de la historia. De la naturaleza aprendimos los principios de consistencia de las formas curvas que aplicamos para proteger la vida con un mínimo de material. Nuestros principales órganos se encuentran protegidos por estructuras curvas, como el cerebro, que está dentro del cráneo, un cascarón delgado como una esponja dura que amortigua golpes. La caja torácica, que debería más bien llamarse bóveda torácica, también protege órganos fundamentales como el corazón, los pulmones y las vísceras. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 83 Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 84 Un cascarón de huevo, a pesar de ser delgado, soporta grandes presiones uniformes, debido a su forma de doble curvatura continua. El principio estructural del cascarón en arquitectura es el mismo que el del cascarón del huevo. El auditorio Kresge en Massachusetts, diseñado por Eero Saarinen, tiene tres apoyos en la planta. Los esfuerzos en el cascarón llegan a las tres trabes de borde y de ahí se transmiten a la cimentación. Es probable que, por la manera en que funciona, la cimentación tenga tirantes entre los apoyos, puesto que los cascarones tienden a abrirse en la parte de abajo. Si tomamos una hoja de papel por uno de sus lados, constatamos que es incapaz de soportar su propio peso y se dobla hacia abajo. En cambio, si a uno de sus extremos le damos una curvatura hacia arriba, el papel delgado se rigidiza y trabaja como ménsula. En estas imágenes se puede ver cómo aumenta la rigidez mediante las formas curvas: cubierta, hoja de árbol y hoja de papel Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 85 Fotografía: Pablo Cervantes Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 86 7 Colin Faber, Las estructuras de Candela (México: CECSA, 1975), 210. Entre más plana sea la curvatura de un cascarón, más baja será su capacidad de carga, puesto que ésta aumenta en relación con la curvatura. Como una variante de los cascarones encontramos los paraboloides hiperbólicos desarrollados por Félix Candela en México durante las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado. Su facilidad de diseño y construcción se debe a la inclusión de elementos rectos en la cimbra para formar la doble curvatura inversa. Lo que indujo a Candela a desarrollar el borde libre fue la estética, así como el deseo de usar la esencia de un caparazón y expresarla visualmente. Sobre la obra de Candela, Colin Faber dijo: “Ni en el Jacaranda ni en el restaurante de Xochimilco podría sustraerse más… no hay nada más que las tensas membranas de la cubierta”.7 En sus primeros cascarones, Candela estructuraba con una trabe de borde, iba de más ancha en el apoyo a más delgada. Después, por una intuición guiada por la estética, se dio cuenta que podía eliminar la trabe. Los paraboloides hiperbólicos tienen cuatro centímetros de espesor. El armado sobre la cimbra colocaba varillas de un centímetro de diámetro, o sea, de tres octavos cada 15 centímetros Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 87 —dependiendo del claro—. En su última visita a México le preguntaron a Candela, en una conferencia, por qué se habían dejado de construir los cascarones. Él dirigió la mirada a Juan Antonio Tonda, quien fue su brazo derecho, y le preguntó lo mismo. Fue entonces cuando entre ambos explicaron que el costo de la cimbra era 50% del costo de la estructura, y el salario de la mano de obra subió en el periodo presidencial de Díaz Ordaz, de 1964 a 1970. La grandeza de Félix Candela estriba en que tradujo las formas naturales al concreto. Creo que se podrían retomar los cascarones, quizá ahora con el ferrocemento, ya que no hay necesidad de tanta cimbra. Un gran ejemplo es la obra de Zaha Hadid, quien diseñó paraguas al puro estilo de Candela. Por su parte, el proyecto del arquitecto Eero Saarinen para la terminal twa en el aeropuerto de Nueva York ejemplifica un diseño de estructura libre; representa la unidad formal que admite la comparación con formas naturales. La forma exterior de la terminal evoca Fotografía: Juan Guzmán Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 88 Hay cierta relación analógica con un microorganismo cuyo tamaño está amplificado 200 veces en esta imagen la figura de un ave a punto de emprender el vuelo, sin embargo, según el arquitecto, jamás pensó en tal símil. En este caso, la estructura es un factor determinante para expresar la forma, abriendo nuevas posibilidades para nutrir la fantasía arquitectónica. En la planta arquitectónica del edificio de la twa los esfuerzos se transmiten hacia las trabes del borde, y de ahí a los cuatro apoyos. La naturaleza se caracteriza por estar constituida de microesferas. Toda célula animal o vegetal es una estructura neumática; así, de alguna manera, todos somos estructuras neumáticas. Si, por alguna razón, nos dieran una puñalada, empezaría a salir sangre por la herida y nos comenzaríamos a desinflar, por decirlo de forma coloquial. En estas estructuras neumáticas, el aire o el agua trabajan para comprimir, y la membrana ejerce tensión. El sapo infla su pecho con aire, que se comporta como elemento estructural de compresión. En arquitectura, el aire ha adquirido importancia como componente estructural; al principio, en cubiertas pequeñas y temporales; ahora, en grandes y permanentes. El pabellón Fuji de la Expo 70 de Osaka, Japón, diseñado por Yutaka Murata, es una destacable muestra del uso arquitectónico de las estructuras neumáticas. Hay dos tipos de estructuras neumáticas: las que son como los colchones para ir a la playa, que requieren poco mantenimiento porque el volumen de aire es menor; y aquellas Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 89 en cuyo volumen interior se inyecta aire, de mantenimiento más costoso. En la misma Expo de Osaka se presentó otra estructura neumática, el pabellón de Estados Unidos, una red de cables con estructura neumática. Las arañas construyen estructuras elásticas y resistentes con un buen material. Los principios estáticos que aplica la araña al elaborar su red son los mismos que utilizaron algunas tribus nómadas ocho mil años antes de Cristo para vencer al viento y elaborar sus tiendas de pieles. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 90 La acción del viento puede neutralizarse con la denominada doble curvatura o silla de montar. Si un pañuelo es sometido a la fuerza del viento, vibrará; si se tensan dos esquinas opuestas hacia arriba y se tiran hacia abajo las otras dos, se logra su estabilidad. En 1950, el arquitecto Matthew Nowicki diseñó la primera red de cables del Cow Palace o J.S. Dorton Arena, en Raleigh, Carolina del Norte. En un principio, este proyecto fue calificado de atrevido. El arquitecto se inspiró en la tradicional silla de director de cine, que presenta tijeras de madera y asiento de tela. La cubierta del Cow Palace tiene doble curvatura que trabaja la tensión. ¿Han visto la figura de un jugador de hockey patinando a toda velocidad sobre el hielo? ¿Se han cuestionado por la inclinación que requiere la aerodinámica, el ritmo? Tal vez influido por una imagen así, Eero Saarinen edificó en 1959 otro bello ejemplo de red de cable: la arena de hockey de la Universidad de Yale. Mediante la red de cables, Eero Saarinen diseñó también la cubierta del aeropuerto de Dulles, en Washinton D.C. Aquí se repite el mismo principio: el peso de la cubierta trata de levantar las columnas que están inclinadas, es decir, existe un equilibrio de fuerzas. Con- Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 91 trasta con la torre de control, donde hay un restaurante, el control y un depósito de agua en la parte superior. El elemento horizontal, el aeropuerto se enfrenta con el vertical, la torre de control, parecida a una pagoda oriental. Entre las estructuras de red de cables hay dos ejemplos típicos, uno en Japón y otro en Alemania. El de Japón es el estadio utilizado para los Juegos Olímpicos de 1964 de Kenzo Tange en donde, a través de un mástil, cuelgan radialmente los cables y se anclan a las tribunas, que trabajan como cimentación. El de Alemania es el Estadio Olímpico de Munich, del arquitecto Frei Otto, en el cual los mástiles se ubican en el exterior, suben cables al mástil y de ahí cuelgan a otro cable de borde, que mide aproximadamente 180 metros de largo y está anclado en un peso muerto en cada extremo. El hexágono tiene su origen en las burbujas o células esféricas de granos y virus, por mencionar algunos. Al aplastar las burbujas o células vivas se forman ángulos de 120 grados, en hexágonos. De ahí que a veces las figuras en la piel de la jirafa o en el caparazón de las tortugas parezcan hexágonos o pentágonos; fueron células vivas que se aplastaron y dieron esa configuración. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 92 Fotografía: Blickwinkel, Alamy Stock Photo Los radiolarios son organismos microscópicos. El plancton que flota en el mar es un radiolario; tiene una forma esférica y se compone de una especie de espuma rígida cuya red corresponde a la separación de diferentes burbujas. En las aristas se concentra la energía superficial, algunas veces forma una red hexagonal; en otras ocasiones aparece perforada por prominencias esferoides. La combinación de una esfera con tetraedros nos da la geodésica. Para Buckminster Fuller es resultado del “refinamiento constante de la estructura”, que dio lugar, en algunos casos, a una arquitectura formalista. Félix Candela decía que estas formas están dadas. Pueden verse en un cine, un teatro o en el pabellón de Estados Unidos en Montreal 1967, de Buckminster Fuller, con un edificio al interior de la geodésica. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 93 Fotografía: aladin66, dreamstime.com Forma La configuración externa de un organismo vivo es por lo general bastante simple, pero en su interior hay empaquetada una complejidad asombrosa de estructuras. La primera impresión de un objeto nos llega por medio de su forma. En el caso de los seres vivos, su forma refleja las condiciones de vida de cada organismo. El rostro de un anciano es fiel testimonio de sus penas, trabajo, alegrías y el peso de sus años; ahí está reflejada su vida. La fuerza de gravedad ejerce influencia sobre los organismos. Si la fuerza de gravedad fuese el doble de lo que es, las patas de los animales terrestres se asemejarían a lagartos de piernas cortas o a serpientes. Por el contrario, si la gravedad se redujera a la mitad, adquiriríamos una forma más ligera y esbelta, necesitaríamos menos calor, menos energía, menos corazón, menos pulmones y menos sangre. 8 D’arcy Thompson8 D’arcy W. Thompson, Sobre el crecimiento y la forma, edición abreviada de John Tyler Bonner (Madrid: Akal, 2011), 46. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 94 Ilustración: Aldy Oyarsabal La forma de las patas y los picos de las aves ofrece una clara idea del entorno en donde viven y sus costumbres. La dureza del suelo hizo necesarias las garras y uñas. El pico de las aves de rapiña y sus garras afiladas y curvadas son utilizados para desgarrar carne. Las aves que buscan alimento en las zonas pantanosas suelen tener patas y picos largos, en cambio, las que viven en un medio acuático desarrollan dedos palmeados, aptos para el remo y la natación: el medio ambiente —el sitio— determinó su forma. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 95 Caracol A continuación presento el análisis de un arquetipo natural en donde la función, el espacio, la estructura y la forma constituyen un todo integral. Conocido científicamente con el nombre de gasterópodo, el caracol pertenece a la familia de los moluscos. Hace alrededor de quinientos millones de años aparecieron los moluscos en nuestro planeta. Carecen de esqueleto interno, por lo que el caparazón se considera su esqueleto. Es sorprendente cómo el molusco, siendo tan blando, es capaz de construir una estructura tan dura y resistente. Los caracoles marinos pueden clasificarse en monoválbicos y biválvicos. Los primeros, están dotados de una sola concha, generalmente en forma de espiral, como el nautilus. Los segundos, como las ostras, poseen dos piezas articuladas por una especie de bisagra que abre y cierra la concha. Fotografías: Aldous Gallery Effects 1.5 (modificada), Pablo Cervantes Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 96 Desde el microcosmos hasta el macrocosmos, todo gira en espiral. Es el movimiento universal. Las espirales más conocidas son la constante y la logarítmica. Por su trazo estructural, ritmo, sentido y continuidad, la espiral ha despertado curiosidad en el ser humano, y ha sido motivo de inspiración. En arquitectura, si seguimos el principio de crecimiento de los seres vivos, se puede delimitar un espacio surgido de la función, de manera similar a los caracoles, quienes configuran su concha de acuerdo con sus necesidades. En los caracoles vemos aspectos del diseño aplicables a la arquitectura, por ejemplo, el color, la textura, el contraste, el ritmo y el equilibrio. En una concha simétrica el equilibrio es axial, es decir, pesa visualmente lo mismo de un lado que del otro; mientras que en una concha asimétrica hay equilibrio por el peso de su boca y el volumen al otro lado. El caracol ha sido objeto de inspiración para muchas culturas. Los griegos, por ejemplo, usaron la forma aconchada para obtener buena acústica y resonancia en los diseños de sus teatros. En Arabia, los musulmanes tomaron las turritelas como numen para los minaretes de las mezquitas. El caracol aparece también en la arquitectura contemporánea. Le Corbusier proyectó un museo en forma de espiral, con un crecimiento continuo. Por su parte, Bruce Goff definió la estructura de la casa Bavinger con un muro largo de piedra, que forma una espiral logarítmica ascendente. Las siguientes imágenes presentan una casa diseñada por Bruce Goff, para una bióloga y su marido, profesores de la Universidad de Oklahoma. Es una espiral con un muro de piedra y cables colgados radialmente. Al interior, una entrada de luz baña los muros de piedra de cada lado. Se trata de una casa de estilo muy informal, en la cual se llega a un espacio con vegetación y un espejo de agua; se su- Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 97 Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 98 ben tres escalones a la sala o se puede continuar hasta alcanzar unos cilindros colgados: las recámaras con una red perimetral y una cortina que se cierra en la noche. El estudio se ubica en la parte alta del mástil, y en la parte baja se encuentra la cocina. En 2014 lamentablemente un tornado tiró el mástil y unos meses después el hijo del matrimonio mandó a demoler la casa. Otro caso ejemplar, aunque polémico, es la famosa Ópera de Sídney de Jorn Utzon, quien ganó el concurso porque Eero Saarinen, quien era parte del jurado, llegó tarde. Habían puesto sobre un restirador los trabajos descalificados porque no cumplían con las normas de participación. Saarinen, que llegó tarde, los revisó, le gustó el bosquejo de Utzon y convenció al jurado para que ganara. Posteriormente no sabían cómo estructurarlo, hasta que un día Utzon, observando una naranja, pensó que las cubiertas de la ópera podían ser segmentos de una esfera. Con este diseño estructural se pudo hacer el cálculo de la misma. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 99 Kenzo Tange erigió un estadio acaracolado para los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964. Sin embargo, la más renombrada obra arquitectónica basada en los principios naturales del caracol es el Museo Guggenheim de Frank Lloyd Wright, quien lo describió con estas palabras: Aquí, por primera vez, la arquitectura se hace plástica; un piso fundiéndose en el otro, en lugar de la consabida superposición de capas estratificadas, recortadas y sostenidas por pilares y vigas. Todo el edificio, una sola masa de concreto, se parece más a una cáscara de huevo por su extrema simplicidad que a una estructura entrecruzada.9 Al entrar al museo, se pasa a través de un espacio bajo hasta llegar a una zona muy alta; se sube por un elevador y se desciende poco a poco por una rampa. Se encuentran ejemplos de continuidad en el espacio, perceptibles al ir bajando: en la estructura, en la forma, en el funcionamiento, en el color y en el material. Estos pocos elementos dan unidad, continuidad y armonía al edificio. 9 Frank Lloyd Wright, Su vida, sus palabras (Buenos Aires: Ediciones Troquel, 1970), 177. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 100 El ser humano Se calcula que el ser humano apareció en la Tierra hace más de un millón de años. Durante mucho tiempo vivió recolectando sus alimentos y buscando refugio. No producía elementos para su manutención ni modificaba el medio físico de una manera profunda, mucho menos permanente. No transformaba, solamente se adaptaba. Durante esa época, durmieron sobre árboles. Quizá desde entonces proviene la sensación de caer al vacío y despertar bruscamente a la hora de dormir. El ser humano no tenía hogar. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 101 El hombre de Neanderthal apareció en Europa hace aproximadamente 230-40 mil años. La caverna fue su primer refugio y le proporcionó la posibilidad de almacenar alimentos y sentir un lugar como propio. El siguiente eslabón evolutivo, llamado hombre de Cromañón, surgió también en Europa hace unos 40 000 años. A pesar de su salvaje apariencia, los Cromañón fueron seres inteligentes, intrépidos, inofensivos e innovadores; místicos y, sobre todo, artistas. Cuando se logró definir la antigüedad de los frescos de la cueva de Altamira, el hombre de Cromañón fue reconocido como el primer artista. Con sus moradas cavernícolas, este personaje arrancó el desarrollo de la arquitectura orgánica, en la cual arquitectura, pintura y escultura se fundieron en un todo armónico. El proceso transformador se consolidó con la arquitectura troglodita, primera respuesta al problema de la morada frente a los nuevos parámetros de la vida sedentaria lograda con la agricultura. El hábitat troglodítico consistía en un conjunto de viviendas subterráneas. Se encuentran ejemplos de arquitectura troglodita en las ciudades enteras esculpidas bajo tierra de China. Antes de iniciar la vida cotidiana dentro de un lugar estable, los seres humanos tuvieron que caminar con su vivienda a cuestas, como tortugas, labrando lentamente su futuro. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 102 Después surgió uno de los refugios más ingeniosos, producto de la creatividad humana: la tienda, con más de 40 000 años de historia, sigue siendo utilizada. Se calcula que en pleno siglo xx existían entre 20 y 50 millones de personas viviendo en tiendas. En ese entonces las personas no afectaban a la naturaleza, al contrario, aprovechaban e imitaban formas naturales. Las primeras construcciones fueron semienterradas. Un caso típico es la aldea neolítica de Lindenthal: muestra la conjunción entre arquitectura troglodita y morada móvil. Como mencioné en el primer capítulo, las constantes temperaturas bajas, los vientos helados y un sol tímido que apenas ilumina durante el invierno, dieron pie al heroico iglú, erigido en medio del paisaje ártico. De forma aerodinámica, estructura monolítica y espacio aprovechado al máximo, esta morada de hielo es un refugio eficaz para el hombre en la región más inhóspita del mundo. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 103 Después de un largo periodo de tiempo, surgieron las primeras civilizaciones ubicadas entre ríos: en la India, entre el Indo y el Ganges, y en Mesopotamia, entre el Tigris y el Éufrates. La idea que sustenta las estructuras de cualquier tiempo consiste en cubrir grandes claros con un mínimo de material y un máximo de eficiencia. Este modelo surgió al observar en la naturaleza elementos similares a lo que hoy reconocemos como arcos, erosionados por el aire o el agua, representados en las superficies estructurales curvas, que inspiraron bóvedas o cúpulas. El arco de piedra surgió al someter el material a la compresión, forma racional de trabajo, con lo que enfrenta la gravedad. La serie de arcos de formas concéntricas, que se cierran curvándose hacia arriba, coronados por una piedra exterior, iniciaría el camino para la obtención de construcciones copuladas. Bajo este principio, el sistema constructivo de las tumbas en forma de colmenas alcanzó su clímax en aquella conocida como el Tesoro de Atreo. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 104 Las últimas dinastías del imperio egipcio concibieron el interior de sus templos como oasis de papiros, lotos y palmeras. El templo de Amón, en Karnak, acumula 213 columnas de variada morfología en la ornamentación de los capiteles, recrea las formaciones vegetales del valle del Nilo. La arquitectura griega fue más allá, debe considerarse como escultórica. Esta civilización costera se inspiró en la naturaleza mediterránea para darle forma a los capiteles. El vector inicial del arco proyecta sus posibilidades en la bóveda y la cúpula, sobre la pesadez del material y la fuerza de gravedad. Tales estructuras se desarrollaron como elementos dominantes en la arquitectura de romanos, bizantinos, románicos, góticos renacentistas y barrocos, no sólo como un logro técnico, sino como una manifestación de la voluntad del dominio del espacio. Un ejemplo del periodo griego es el Partenón; del periodo bizantino, Santa Sofía; del románico, la iglesia de Pisa; del gótico, Notre Dame; del Renacimiento, el domo de Florencia y del barroco, la iglesia de Tonantzintla, en México. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 105 Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 106 A diferencia de las urbes modernas, los primeros pueblos y ciudades medievales se conformaron siguiendo una trama tipo laberinto, con callejones estrechos diseñados para evitar el asoleamiento. En las aldeas primitivas se encuentra el origen del concepto de patio central, corazón de la vivienda, microclima y centro hacia donde todo converge. En la Edad Media, época de creciente inseguridad, la defensa constituyó la principal preocupación de los constructores, mientras que el clima interior pasó a segundo término; de ahí el surgimiento de las ciudades amuralladas. Desde el siglo xiv, el uso de la pólvora hizo que las murallas resultaran inútiles. Además, frente a las grandes epidemias, las murallas se hicieron más vulnerables en las ciudades europeas. Durante el siglo xvi, factores de tipo militar y el uso de vehículos con ruedas cambiaron los patrones viales de las ciudades. Barrios enteros fueron arrasados para dar paso a grandes avenidas que remataban con un Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 107 monumento, palacio o gran edificio. En el siglo xvii surgió la primera plaza residencial de Francia, la Place Royal. El concepto fue adoptado por la aristocracia europea, esto promovió la edificación a gran escala. Este estilo influyó en Norteamérica, donde las primeras ciudades incorporaron el concepto de plaza y trazo reticular. Entonces comenzó a gestarse un cambio sin precedentes: la vivienda se separó del lugar de trabajo. Con la Revolución Industrial, el proceso se aceleró y nació la ciudad moderna. Durante miles de años, el ser humano se adaptó a su medio ambiente, y la sociedad ajustó la satisfacción de sus necesidades. Sin embargo, en el transcurso del siglo xix la ma- yoría de las ciudades experimentó las transformaciones más radicales de la historia: se establecieron fábricas y talleres industriales, y surgió una nueva organización económica. La ciudad occidental contemporánea es un engendro específico de la modernidad; de hecho, es su derivación primaria. La geometrización se manifestó en el modo de racionalizar espacios: los ángulos rectos desplazaron a otras formas y las ciudades se trazaron con regla. Cajas y cuadrícula son elementos básicos de la ciudad moderna. Se requiere un bote lleno de basura, gis, cero imaginación y en cinco minutos se tiene la maqueta de una ciudad moderna. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 108 Llego a la esquina, calles que se traslapan, resultado irracional de la racionalización del tejido urbano, el espacio se hizo cálido; el tiempo, uniforme y lineal; iguales distancias, iguales viviendas, todo perdió su identidad. Es tiempo rígido en un espacio cuadrado.10 10 Agustín Hernández Navarro, Gravedad, geometría y simbolismo, segunda edición (México: Facultad de Arquitectura, unam, 2015) Llegamos al siglo xxi preguntándonos si nuestro mundo, el tiempo acelerado drásticamente y el espacio que transformamos son productos humanos. Mientras la técnica evolucionaba durante el siglo xix, la arquitectura perdió su brújula en la historia. Apareció el art nouveau como transición entre el barroco y el modernismo, tuvo como premisa lo sencillo y funcional, esto permitió el camino hacia el racionalismo que pronto cayó en la estandarización y la deshumanización. Surgió entonces una corriente alternativa, la llamada arquitectura orgánica. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 109 Lo orgánico De origen catalán, portador del espíritu mediterráneo, del ímpetu de las aves, Antoni Gaudí Cornelle nació durante el siglo de la modernidad; esteta por convicción y compromiso, creó la casa Milá, con la cual demostró su apasionado rechazo hacia el ángulo recto, ni siquiera en el croquis de la misma es posible hallar líneas rectas. La casa Milá concreta su espíritu libre y lúdico, como el ritmo del oleaje mediterráneo. Empotrada en una esquina, produce una fuerte sacudida creadora, casi sísmica. Popularmente conocida como La Pedrera, evoca la silueta de las colinas que rodean Barcelona. Por su parte, el parque Güell puede entenderse como una interrelación dialéctica entre la forma y el color; entre la curva y los mosaicos. Los bancos están adaptados al cuerpo humano. Para lograr esta sensación, Gaudí sentó a un obrero desnudo sobre una lechada de yeso que sirvió de molde. La casa Batlló, una arquitectura de piel y huesos, es una unidad escultórica, pictórica y arquitectónica. Tal vez, en este orden de ideas, la obra más gaudiana sea el Templo de la Sagrada Familia. De nada sirven las explicaciones analíticas al tratar de desentrañar la obra de Gaudí, el más orgánico de los pioneros de la propuesta orgánica de la arquitectura contemporánea. Frank Lloyd Wright planteó que para definir lo orgánico hay que entender lo total, lo único, lo inseparable y lo integral. Se apoyó para ello en cuatro elementos: la inspiración en la naturaleza, la influencia oriental, las enseñanzas de las culturas primigenias y la incorporación de la naturaleza viva. Los principios estructurales del hongo lo inspiraron para el diseño de los pilares en las oficinas administrativas de Ceras Johnson. Más tarde, retomaría elementos de la arquitectura vernácula en el diseño de la casa habitación llamada el Hemiciclo Solar, cuya forma obedece a la necesidad de proteger la morada, semienterrada, de los fuertes vientos y del frío de Wisconsin. Construida en 1940, Wright se guio por el mismo instinto que mueve al hombre: al sentir la fuerza del viento, le da la espalda y encorva el cuerpo. Para proteger la casa, le dio la espalda al lado norte con un talud semicircular de tierra que determinó la vista hacia el jardín Casa Hemiciclo Solar Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 110 interior sur, a manera de bahía. Wright le dijo a su cliente Herbert Jacobs: “cuando estén en la terraza, puedes prender tu pipa con viento fuerte del norte, y no se te apagará”. Así lo hizo… La integración entre el ornamento y la estructura, entre la casa y la naturaleza, es el paradigma para cualquier obra inspirada en los principios de la arquitectura orgánica. En México, un importante exponente de la arquitectura orgánica contemporánea fue Juan O’Gorman. Para construir su casa, entonces en las afueras de la Ciudad de México, tomó muy en cuenta la topografía del Pedregal de San Ángel, mar pétreo de lava. O’Gorman, más que construir, empotró su proyecto. La casa revela su interés por la integración cultural y su deseo de actualizar la tradición precortesiana. Este esfuerzo, ironizado por Raquel Tibol, llegó a llamarse indigenismo neobarroco. La casa se ubica en la avenida San Jerónimo de la Ciudad de México. Fue adquirida, en 1969, por Helen Escobedo, quien una vez fue a mi casa y, después de comer, me dijo: “Ya estuve en tu cueva, ahora te invito a ver mi cueva”. Helen Escobedo me comentó: Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 111 Fotografías: Adik 2041, dreamstime.com, Arcaid Images, Alamy Stock Photos “Mira, a mí me han criticado los teóricos de la arquitectura, pero en realidad no la he destruido, sino que abajo del aplanado todavía están los murales”. O’Gorman tuvo que vender la casa porque su hija iría a Estados Unidos a estudiar y se hallaba en una mala situación financiera. Fue el arquitecto más racionalista y el primero en dejar el racionalismo por el organicismo. Considerada como la primera antítesis de la arquitectura de cajas, la Torre Einstein fue construida por Erich Mendelsohn como “un monumento a la mística que rodea el universo”.11 Este edificio se proyectó después de la Primera Guerra Mundial; iba a ser de concreto armado, pero se hizo de tabique aplanado porque el precio de la varilla se disparó en ese momento. Por su parte, la propuesta arquitectónica de Le Corbusier, con todas las salvedades que impone la imaginación polifacética, podría sintetizarse en la capilla de Ronchamp. Construida como un organismo, mantiene un fuerte lazo simbiótico con el medio ambiente. La asimetría, el muro curvo y el soporte único de luz hacen que se levante como una capilla de la arquitectura antirracionalista. 11 Wolf Von Eckhardt, La crisis en las ciudades (Buenos Aires: Editorial Marimar, 1972), 176. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 112 El concepto de la residencia para estudiantes en el Massachusetts Institute of Tecnology (mit), del arquitecto Alvar Aalto, fue dado por el río, pues lo serpenteante del edificio es paralelo al cauce de éste. Hoy, fuera de asuntos socioeconómicos y de las injusticias que prevalecen, el ser humano cuenta con sobrada capacidad para construir viviendas altamente funcionales. La tecnología permite crear espacios internos y modificar el clima, la humedad y la luminiscencia a capricho. Sin embargo, es necesario cuestionarnos sobre lo que en realidad es funcional para nosotros. Estudiamos las condiciones naturales en las que vive cada especie antes de edificar un zoológico y diseñar espacios adecuados para el cautiverio. Cada animal requiere un espacio vital determinado y cierto espacio habitual; para defenderlo puede llegar a la violencia. De igual forma, requieren ámbitos sociales específicos. Desde esta perspectiva Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Torre Einstein 113 conviene preguntarnos cómo es posible que los seres humanos nos acostumbremos a condiciones espaciales de promiscuidad cotidiana. Ciertamente, hablar de espacios vitales en las conglomeraciones humanas comunes resultaría ingenuo. La gente del siglo xxi demanda recuperar la tranquilidad ambiental y espiritual que ha perdido a lo largo de tantas generaciones de vida urbana. El único medio para ello es la modificación de su entorno hacia uno menos opresivo y más natural. El ser humano guarda rasgos distintivos que lo hacen extrañar las formas naturales, como el círculo, que pertenece a nuestras más tempranas impresiones. En las culturas antiguas, las constantes formas curvilíneas aparecen como círculos cosmogónicos. En consecuencia de los principios físicos universales, el movimiento hace que las cosas tiendan a formas curvas. Ejemplos abundan: los electrones, la Tierra, la Luna, o las estructuras erosionadas por el aire y el agua. En la naturaleza, el axioma del universo es la línea curva. La esfera es el cuerpo geométrico que posee menos superficie en relación con su volumen. Todo cuerpo que desarrolla cierta velocidad tiende a tener poca superficie, para evitar la fricción. Aun los seres vivos más veloces se conforman por curvas. Así, vida y movimiento son conceptos aparejados, no con líneas rectas, sino con la lúdica curva. Origen y filosofía del hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 114 Casa sin fin de Kiesler 12 Stewart Kranz y Robert Fisher, The Design Continuum (Nueva York: Van Nostrand Reinhold, 1966), 77. La piel, la epidermis, es nuestro refugio primario; nos protege de la desecación, de la invasión de gérmenes nocivos, de las radiaciones de poca intensidad, etcétera. Nuestra segunda piel, la ropa, se adapta a nuestro cuerpo. La casa debería ser nuestra tercera piel. El proyecto de la casa sin fin de Frederick Kiesler coloca gran atención en el ideal del dinamismo arquitectónico, integrado por la tridimensionalidad del espacio y por la cuarta dimensión, el tiempo. En la casa sin fin observamos la cinética de las formas curvas, el rompimiento con la limitación del plano y el uso imaginativo de la maqueta. La inspiración del espacio arquitectónico que proviene de la observación de la naturaleza lleva al concepto de vivienda-organismo. En el libro El continuo del diseño se afirma que “la casa y el jardín ahora podrán ser uno. En una estructura orgánica es difícil decir dónde termina el jardín y dónde comienza la casa, o dónde termina la casa y dónde empieza el jardín”.12 La finalidad del hábitat orgánico es crear un espacio adaptado al ser humano, según sus necesidades ambientales, físicas y psicológicas, partiendo de su origen en la naturaleza, así como de los antecedentes de su espacio a través de la historia. Pretende lograr espacios adaptados al cuerpo, semejantes al claustro materno, a los refugios de los animales, a la morada de los trogloditas que esculpieron bajo tierra, y al iglú. No es un regreso, es una reconciliación meditada. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 115 Para terminar este capítulo cabe mencionar que, desde el principio, la idea del hábitat orgánico fue hacer a un lado cualquier tipo de intereses comerciales y sociales, así como prejuicios académicos. La puerta queda abierta a la elección de materiales y tecnologías, sin importar su antigüedad o curso actual, con énfasis en su adaptabilidad para generar espacios amplios, continuos e integrales, liberadores de formas y con luces cambiantes, que se perciban con el ritmo natural de los movimientos humanos. Asimismo, que en el interior resulte la envolvente de la organización de los espacios adaptados al ser humano. Existe la duda de qué fue primero, mi obra o su filosofía. Creo que la filosofía. Muchas cosas se dieron a priori y otras a posteriori. De alguna manera, en este apartado traté de explicar el origen o la filosofía detrás de mi obra, la esencia de hábitat orgánico. En los siguientes capítulos veremos cómo lo he llevado a la práctica. Origen y filosofía del hábitat orgánico Casa Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 117 orgánica 1 "The anatomy of Wright's aesthetic", Architectural Review 143 (febrero de 1968). 2 Antonio Luna Arroyo, "Juan O'Gorman: autobiografía, antología, juicios críticos y documentación exhaustiva sobre su obra", Cuadernos populares de pintura mexicana moderna (1973). Algunos se preguntarán qué es arquitectura orgánica y de dónde viene la palabra orgánico. Hay varias definiciones. El arquitecto Frank Lloyd Wright argumentaba que “no es lo que se ve en una carnicería, la anatomía de una vaca; eso no es lo orgánico, sino lo integral: la parte es al todo como el todo es a la parte”.1 El mexicano Juan O’Gorman decía que “la arquitectura orgánica es la que toma en cuenta las condicionantes geográficas y culturales”.2 Desde mi perspectiva, la arquitectura orgánica es la filosofía de la arquitectura que busca una armonía entre el hábitat del hombre y el mundo natural. Cuando me propusieron impartir la Cátedra Extraordinaria Federico Mariscal busqué en mi “ropero” y saqué algunos diseños realizados en la escuela. Algunas veces me han preguntado, ¿cómo proyectabas en la escuela? Les voy a mostrar algunos trabajos de aquella época, en orden cronológico. Antecedentes A nosotros, la generación de 1967, en primero y segundo semestres nos tocó tomar clases de diseño con Mathias Goeritz. Tuvimos esa suerte. Él nos daba mucha libertad para diseñar. En primer semestre nos dio Diseño gráfico; oíamos una melodía y dibujábamos el ritmo, la armonía, etcétera. En el segundo semestre estudiamos la tercera dimensión. Recuerdo que de tarea nos dejó hacer una montaña rusa con palillos. Muchos la hicieron como la de la feria de Chapultepec; otros como unas torres de petróleo, y un compañero no hizo nada. No sé si se le olvidó. Él era muy inteligente e ingenioso. El día de la entrega, había chocado su coche y una moldura larga se le estaba zafando; la arrancó, le dio forma de “e” y le puso un balín arriba, el cual se deslizaba siguiendo la figura de la moldura; esa fue su montaña rusa. La colocó sobre una base de color rosa mexicano y obtuvo diez de calificación. Los que trabajaron durante una semana y pasaron varias noches en vela construyendo la maqueta con palillos casi reprobaron. Mathias Goeritz nos motivaba mucho. Cátedra Federico E. Mariscal 118 En tercer semestre nos dio clases el arquitecto Ernesto Gómez Gallardo. Empezaba el curso con temas muy tranquilos. El primero fue sobre una exposición de esculturas al aire libre; su objetivo era enseñarnos cómo manejar el tránsito del peatón, las circulaciones, los pavimentos y la función en un espacio abierto. El siguiente se trató de un teatro al aire libre en Chapultepec; un espacio abierto delimitado por un muro y sin cubierta. En ese tiempo teníamos mucha influencia de lo que habíamos aprendido en el primer semestre, en el cual se daba mucha importancia al aspecto gráfico. El tercer tema fue una exposición y venta (cubierta) de flores en el Jardín Borda en Cuernavaca. Se diseñaba un espacio cu- bierto. Nos adentramos por primera vez en la arquitectura con conocimientos elementales de función, espacio, estructura y forma. Posteriormente diseñamos un autolavado al que se entraría con el carro, para aprender radios de giro. Así, los proyectos se iban haciendo cada vez más complejos. En aquel entonces, para las perspectivas hacíamos maquetas de trabajo, se fotografiaban, se proyectaba la transparencia que se calcaba y se coloreaba; lo equivalente al render en la actualidad. En el jardín de las imágenes siguientes se baja por la escalinata, que se levanta como un muro, y luego se convierte en cubierta. Recuerdo que llevé mi proyecto con el arquitecto Antonio Musi, y Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 119 reprobé. Era un tema muy sencillo: nada más la exposición y venta de flores. Bajo la cubierta ubiqué el sanitario que se nos había pedido en el programa de necesidades, lo dispuse en la zona de ventas, como si fuera un chipote. El arquitecto me dijo: “Pues debiste haber puesto el sanitario aquí adentro, ¿qué haces con ese hueco?”. Tenía toda la razón; es el tipo de enseñanza que no se olvida. El tema del museo en las pirámides de Tenayuca, en el Estado de México, lo vimos en el semestre que tomé con el arquitecto Alejandro Schoenhofer. En mi propuesta de museo, coloqué un vestíbulo, una zona para exposiciones temporales con salidas a un patio, y una para exposiciones al aire libre. Me acuerdo que el hexágono de la plaza de acceso estaba mocho y el arquitecto Schoenhofer me sugirió: “Amplíalo hasta la banqueta”. Fue muy exigente con el funcionamiento; por ejemplo, teníamos que orientar los baños al poniente, para que no fueran fríos en la noche y en la mañana. Esto nos ayudó a comprender que la lámpara del sacrificio, una de las siete lámparas de la arquitectura de John Ruskin, a veces no existe. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 120 Corte y fachada Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 121 En los últimos semestres hicimos un proyecto en Popotla, donde está el árbol de la Noche Triste, en la Ciudad de México. Era una arena para box y un sitio para entrenar con canchas en el exterior, y un espacio para juegos de pelota a mano; esos eran los elementos básicos. El acceso principal estaba en el centro; se entraba a un vestíbulo que repartía a los vestidores, baños, a la zona de entrenamiento y a la arena. Básicamente eran dos cubiertas quebradas: una trabelosa. Al centro entraba la luz y las butacas se guardaban abajo. Recuerdo que el arquitecto Homero Martínez de Hoyos me indicó: “Que las dos cubiertas no vayan a parecer el papá y el hijito”. En una cubierta la trabelosa va hacia arriba y en la otra, la cambié hacia abajo. Las imágenes anteriores son de mi proyecto de tesis. Realicé el servicio social en Tenancingo de Degollado en el Estado de México. De acuerdo con las necesidades del pueblo, había que proponer un tema. El mío fue un centro cultural y deportivo. Empecé el proyecto con espacios ortogonales y taludes, pero después me di cuenta que requería formas curvas: una característica del deporte es la fluidez, la continuidad. Cambié el concepto por uno más libre, donde había una cancha de béisbol y una pista de carreras. Una de las colindancias era un río. Tanto uno de mis sinodales como el arquitecto Enrique Castañeda Tamborrel me comentaron: “¿Por qué no haces un lago?”. En efecto, diseñé un pequeño lago y una depresión en forma de media esfera o cráter, para que jugaran los niños. En la plataforma, en la parte baja, dispuse la cafetería. En síntesis, el edificio es un muro continuo que envuelve el gimnasio-auditorio y la zona cultural. El acceso está ubicado en una plaza pequeña. Me pedían una entrada desde el exterior al auditorio, a fin de que pudiera funcionar en la noche. De ahí, se pasa a un vestíbulo y a la zona cultural; o se baja medio nivel a la alberca y la cafetería con vista al lago. Una escalera conduce a los vestidores, desde donde se puede ingresar al gimnasio. En el exterior, los espacios abiertos se delimitaron con taludes de pasto. Recuerdo que trabajé mucho con la maqueta. En las últimas correcciones el arquitecto Castañeda Tamborrell me preguntó si siempre proyectaba así. El día que le mostré el proyecto completo, con un muro que envolvía los espacios interiores, me dijo: “Eso es la síntesis”. A partir de ese momento me tranquilicé. El muro continuo tiene una perforación por el acceso al vestíbulo; a través de la rampa de medio nivel se llega a la alberca, que tiene forma libre. Recuerdo que Castañeda me preguntó “¿Cómo le haces si hay una competencia?”. Me puso a pensar, porque componer líneas rectas con curvas no es fácil. Entonces tuve que proponer cables rectos con boyas para que, en un momento dado, la alberca sirviera para competencias. Se puede bajar por la rampa o por la escalinata —hecha de troncos— y entrar a los vestidores. También por la escalera de caracol Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 122 se llega a la plaza, con una recepción; y de ahí a los vestidores de hombres y mujeres. Desde el fondo de los vestidores se pasa a la cancha de básquetbol, y cuando hubiera alguna función de teatro, sirven como camerinos. La fachada noreste presenta una losa circular que enfatiza el acceso; la idea fue entrar entre los dos cuerpos. En la otra fachada, desde los campos deportivos, se aprecia el lago, la escalera que comunica el vestíbulo con los vestidores y las ventanas, con influencia de Ronchamp. La intención era que en la colindancia con la calle hubiera taludes de pasto. Recuerdo que el arquitecto Castañeda Tamborrell señaló: “Ah, como en Escandinavia: ahí todo el mundo puede pasar”. Tenía miedo de que me sugiriera que lo cerrara por seguridad. Lo único que me cuestionaron en el examen profesional fue que, al lavar la alberca, ¿a dónde se mandaba el agua? Yo pensaba que a un Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 123 colector. Me dijeron “¿Cómo que a un colector?, mándala al lago”. Tenían la razón, el lago estaba a un nivel más bajo que la alberca. Después de la tesis diseñé una casa orgánica que no se construyó, pero me sirvió como práctica. La casa tiene el estacionamiento abajo de un volumen en forma de huevo. Se entra al vestíbulo, con vista al jardín, integrado a un patio semiabierto con remate a una gárgola. Se sube medio nivel por una “Y” hacia dos recámaras con vestidor y baño en medio, o se pasa a la sala-comedor, a la recámara principal o a los servicios. Este proyecto estaba basado en curvas. Sin embargo, a mi parecer, la cabecera de la cama tenía que ser recta, así como el muro de la alacena. Me costó mucho trabajo decidirme por muros curvos; la estancia y el comedor eran curvos, se prestaban más. El diseño se fue haciendo más libre. No se construyó, pero este proyecto me sirvió como un ejercicio de gimnasia. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 124 Después, un amigo de mi hermano, Genaro García, compró un terreno en Cuajimalpa, Ciudad de México, y me pidió que le proyectara una casa. Él quería que fuera de adobe. El proyecto era como una “S” con dos espirales; en una de ellas estaba el área de comer y la cocina; en la otra, una recámara con baño y la sala de estar. La casa, que sí se hizo de adobe, era mínima. Una de las espirales tenía el mástil más alto; de ahí bajaba el techo de madera con morillos, cubierto con tejamanil. Genaro pasaba por mí todos los martes a la hora de la comida —él llevaba tortas que nos comíamos en el camino— e íbamos a supervisar la casa. Un día en la obra decidimos integrar los muebles a la casa con adobes, la cama y el lavabo. Éste es el antecedente de los muebles integrados en la Casa orgánica. Transcurrió un tiempo, cuando ya tenía el proyecto de la Casa orgánica y conocía el sistema constructivo del ferrocemento, una amiga me dijo que iba a comprar una casita de madera para sus niños. Este tipo de casas se vendían durante la época navideña en el camellón de una avenida por mil pesos. Le dije que yo se la hacía de ferrocemento por el mismo precio. Así fue; diseñé un huevito que medía 1.80 x 2.20 y 1.50 metros de altura. El material y la mano de obra me salieron casi en mil pesos, no hubo ganancia. Este proyecto me ayudó a conocer el proceso constructivo del ferrocemento. El esqueleto de acero, con tres mallas de gallinero, se cubrió con mortero, después se recubrió con cemento blanco, cero fino, cero grueso, y fibra metálica desmenuzada —la misma que Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 125 Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 126 se usa para lavar los sartenes—, y se pulió con lija. Este último paso lo había visto en un libro de esculturas de cemento, se usa para dar un acabado semejante al mármol. Ella me dio el programa de necesidades: espacio para dos hijos pequeños, una resbaladilla y una casa para el perro, estas dos últimas solicitadas por los niños. Abajo de la resbaladilla quedó la casa del perro, en un huequito; por un lado, subían y se deslizaban. Para el diseño de la Casa orgánica, partí de la búsqueda de espacios curvos que son más humanos. Es el espacio natural del ser humano si lo analizamos como un animal; ir al origen. Como ya referí, Gaudí explicaba que la palabra original proviene de origen, por lo tanto, ser original es ir al origen de las cosas. La búsqueda del espacio natural nos remonta a nuestro ser más primitivo, nuestro ser biológico. El ser humano no debe desprenderse de sus impulsos primigenios. Así, partimos de un principio natural: la búsqueda de una morada que no nos desligue de nuestras raíces, evitando que el hábitat sea antinatural. El objetivo es crear un espacio adaptado a nuestras Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 127 necesidades básicas, elementales y esenciales: dormir, caminar, cocinar, descansar, etcétera. Que tome en cuenta el confort humano, los aspectos ambientales, físicos y psicológicos, y dejando de lado cualquier tipo de interés comercial y convencional, así como prejuicios sociales y académicos. El ser humano, desde su nacimiento, va pasando de caja en caja durante toda su vida, hasta que muere, cuando se le mete en otra caja. Desde el momento en que sale un bebé del hospital y lo llevan a casa, lo acuestan en una cuna con barrotes, de latón o de madera. Más adelante, lo colocan en un corralito; para que juegue le dan una tablet. Cuando el niño empieza a gatear, escapa del corralito, pasa a través del marco de la puerta de su cuarto, llega a la cocina y ve una serie de cajas integradas; sale por otro marco de puerta, llega al baño y ve una serie de cuadros pequeños en el piso y en la pared —azulejos—, levanta la cabeza y ve otros cuadros en el techo; sale del baño y regresa a su cuarto, abre un cajón y encuentra más cajas. En la naturaleza no existe la línea recta; el horizonte es curvo, la gravedad se hace esférica con el movimiento. Todo gira en espiral, desde el microcosmos, con las moléculas del adn vistas en el microscopio, hasta el macrocosmos, con las galaxias. En Nueva York, en Central Park, cuando nieva desaparecen las circulaciones y aparecen senderos con las huellas de los peatones con forma de "S" o de slalom. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 128 En una ocasión, un arquitecto realizó un proyecto para una escuela. Un poco antes de terminar los edificios, la constructora le pidió los planos de jardinería. El arquitecto dijo que no tenía planos de jardinería, que sólo colocaran pasto alrededor de los edificios. Así lo hicieron. Después de tres meses de clases aparecieron senderos sin pasto con formas sinuosas, algunos más anchos que otros. El arquitecto señaló a la constructora: “pavimenten donde no hay pasto”. De esa manera no hubo necesidad de colocar letreros “Favor de no pisar el césped”. Las moradas de los animales son curvas. Voy a referir tres ejemplos: de animales de aire, de tierra y de agua. En cuanto a los animales de aire, para construir su hogar, el ave macho va por los materiales, por barro y zacate que coloca alrededor de la hembra, quien con su pecho moldea el nido, éste se adapta a su cuerpo y a sus necesidades. Los animales de tierra como los conejos, los topos y las hormigas, excavan sus madrigueras según sus necesidades. Un animal de agua es el molusco, usa su baba y excremento como materiales para moldear su concha, la cual se adapta a su cuerpo. El molusco tiene cierta fisiología, su funcionamiento delimita su espacio con una estructura cuya forma es reflejo de la estructura en el interior. El espacio natural del hombre también es curvo: debe adaptarse a su cuerpo y a sus necesidades. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 129 Casa orgánica En una carpeta empecé a recopilar información sobre los conceptos interior y exterior, para el diseño de la Casa orgánica. Por ejemplo, en México los campesinos guardan su ropa en unos cestos cilíndricos; cuelgan del techo de la vivienda otros objetos o algunas prendas. Empecé a dibujar bosquejos con notas; en el apartado del exterior apuntaba algunas ideas. Así se fueron relacionando exterior e interior. Ya referí el proyecto de pirámide invertida en forma de puente en donde parte del terreno era rocoso. La piedra de la excavación para la cimentación se envió a otro terreno, donde hicimos otra casa orgánica. Al principio, cuando estaba la piedra en el terreno, la idea fue hacer muros curvos con ella. Diseñé unos pasillos alrededor de los árboles, pero no me convencieron, no había continuidad entre los muros y la cubierta. Esta última iba a ser de madera. En ese tiempo conocí el ferrocemento, un sistema constructivo muy moldeable y dejé de lado la idea de hacer la casa de piedra. Así, esa piedra se empleó para los muros en tres de las colindancias, que contienen los taludes de tierra con pasto. Se hizo un levantamiento topográfico ubicando todos los árboles. Realizamos una maqueta de plastilina, con las curvas de nivel, y ahí ubicamos los árboles. El concepto contemplaba dos espacios: uno diurno y otro nocturno. La forma recuerda a la de un cacahuate; se pasa de un lugar amplio, con mucha luz, a través de un espacio estrecho y en penumbras, para llegar a otro sitio con mucha luz. Barragán decía que los animales buscan las penumbras y ese espacio poco iluminado satisface esa búsqueda. En el pasillo-túnel no se necesita mucha iluminación. Hicimos el boceto como pintores, deslizando el crayón o el lápiz. El terreno se abre en la parte trasera, en la delantera tiene entre 12 y 15 m. La casa está ubicada en un retorno. Cuando Toño Arroyo vio los croquis me comentó: “Parece una tortuga: ésta es la cabeza, el ojo, el cuello, la concha, y abajo la pata que estira”. Sí parece una tortuga. Revisamos los esquema que teníamos y todos evocan tortugas, en unos con la cabeza ladeada y en otros con la pata estirada. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 130 En la planta de conjunto se puede apreciar con claridad la zona de día, que es la social, el túnel que las une y la zona privada, la nocturna para dormir. Junto al caracol de acceso hay un periscopio para que, desde la cocina, se vea quién está tocando la campana. Al entrar tenemos un nicho para dejar los zapatos y no meter la tierra, al estilo oriental; también hay un cuerno para dejar el paraguas o la chamarra. Se baja por la espiral del caracol, y debajo de la escalera hay un nicho para hablar por teléfono. Se llega a la zona de estar, más informal, para sentarse. La cocina, con los muebles integrados y su mesa de trabajo que sirve para comer o cenar. Este espacio evoca aquella sensación primigenia de refugio de nuestros primeros hogares, venimos del seno materno, de la caverna, y el eco de esos hogares todavía resuena en nosotros. Se baja por un túnel estrecho, bajo, en penumbras, iluminado y ventilado con claraboyas de barco. En la práctica, casi siempre están cerradas porque cuando uno abre la puerta-ventana de la recámara Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 131 y la puerta de la sala se forma una corriente de aire. Se llega a la recámara, donde está la cama, un librero y una puerta-ventana por la que se sale al jardín. Se pasa al vestidor, con nichos para guardar ropa. Una tina, con piedra azul, malaquita —comprada en Querétaro—, ésta se laminó como el mármol y se colocó como pedacería. Hay ahí un tocador y un escritorio, que quedó sólo como tocador cuando la casa creció. El muro, que semeja una serpentina, genera los espacios: la cocina y la sala-comedor, la recámara, el vestidor y el baño. Considero que aquí influyó la idea de mi tesis: sintetizar en un solo muro. ¿Cómo se llegó al trazo de la casa? En cuanto a la volumetría, el exterior se trabajó en una maqueta de plastilina y los espacios interiores, en otra. Los espacios interior-exterior se desarrollaron al mismo tiempo, con el bosquejo mostrado. En un principio, la idea, el concepto o el partido era como un cacahuate, con una circulación al centro muy pequeña. Sin embargo, cuando fui generando la envolvente, traté de integrar el espacio interior con el exterior, y eso hizo el pasillo demasiado largo. Pienso que a veces las distancias Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 132 son relativas. Aquí lo importante era separar la zona social de la más íntima, con menos ruido; de tal manera que, en este caso, la función era más psicológica que material. Después de varios años lo medí con pasos, tiene 16 metros de largo. Si lo vemos fríamente, el funcionamiento material es pésimo; me imagino que no pasaría en una corrección. Uno podría cruzar de la sala a la recámara por el jardín, quizá sean unos tres o cuatro metros. Muchas veces estaban las puertas abiertas del jardín, de la sala y la recámara, nunca se me antojó cortar el camino por ahí. Cuando ya teníamos las dos maquetas de plastilina y el boceto embrionario —que en realidad parecía un embrión— empecé a tratar de colocar círculos dentro del esquema. En ese momento, la cama ya estaba: tenía 2.30 de diámetro. Una vez definida la planta arquitectónica, trazamos unas coordenadas cartesianas: a la mitad del terreno, el cruce es al centro de la puerta-ventana de la sala. En el cruce de las coordenadas se ubicaron los centros de los círculos. Donde no eran círculos, usamos el curvímetro. En algunas curvas se emplearon pistolas de plástico. En la práctica se hizo igual: se trazó una cruz a la mitad del terreno y se sacaron las coordenadas. En vez del curvímetro, usamos una manguera, que nos dio la envolvente. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 133 Fotografías: Jaime Jacott El terreno tiene una pendiente que va del nivel de la banqueta (00) a -2 metros hasta la parte del fondo. En la envolvente se colocaron estacas. Se quitó un poco de tierra en la parte más alta y se dispuso en la parte más baja; parecía una pista de patinetas. En el corte arquitectónico apreciamos la entrada por el caracol. Se baja por la escalera, y por el túnel se llega a la recámara. El piso es ligeramente curvo. La idea es que el ferrocemento tenga cuatro centímetros de espesor; en la práctica, el espesor casi siempre es de cinco centímetros. La maqueta para estudiar el interior la teníamos abierta, por medio de orificios en la parte de arriba; así veíamos el interior. Ya después se cerró. En la maqueta de las fotografías se observa el caracol al fondo; la zona social, con un vano amplio. Los copetes ya estaban terminados. Originalmente, en la sala habría dos ventanas. Recuerdo que un 3 de mayo, comiendo en la sala con los muchachos de la obra, veíamos el jardín a través del armado. Decidimos cortar parte del armado; lo abrimos entre las dos ventanas para obtener un gran ventanal curvo con un copete. Estructuralmente, el copete es un paraboloide hiperbólico, con doble curvatura; equivale a las pestañas que protegen al ojo —el ventanal— de la lluvia, el polvo o el asoleamiento. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 134 Cuando tuvimos la plantilla, parecida a las pistas de patinetas, no sabíamos cómo iniciar. Recuerdo que Juan, el maestro de obra, me dijo: “Ok, vamos a empezar, ¿cómo le hacemos?”. Había dos fierreros. Empezamos con el túnel. Se dibujó el corte transversal del pasillo. Supongamos que tenía 2.20 de altura y 1.30 metros de ancho. Se hicieron varios óvalos de varilla y se colocaron con una varilla arriba para guiarlos. Esta varilla guía se prolongó hacia arriba y hacia abajo. Después, se colocaron varillas longitudinales. Posteriormente, se sumaron los óvalos en la parte más alta de la recámara, a 3.20 de altura, en un sentido. Se prolongaron las varillas a lo largo. En el caracol hay una ventana que no estaba en el proyecto original, pero la mayoría de la gente, cuando veía la maqueta o el proyecto, me decía que la casa provocaría claustrofobia. Cuando ya estaba el armado, al entrar se percibía una buena vista al jardín. Se colocó una varilla amarilla como envolvente de la ventana. Las varillas del interior se cortaron a la mitad, se levantaron y se produjo así el copete. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 135 Para las instalaciones de luz se usó conduit. Yo había tenido una mala experiencia en otra obra en la cual se colocaron tubos de pvc naranja en un muro de concreto armado: el muro mostró algunas pequeñas fisuras. El maestro de obra dijo que las fisuras se debieron a que la manguera se calentaba con el sol, a pesar de tener dos centímetros de recubrimiento. En las imágenes se puede apreciar el esqueleto de varilla, iba a ser muy delgado con el mortero de cuatro centímetros. Tenía miedo de que se fisurara, por eso se utilizó tubería conduit en las instalaciones eléctricas. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 136 Seguramente se preguntarán cómo es la cimentación. Es, básicamente, de cinco centímetros de espesor. Se trata de un esqueleto de varilla de 3/8”, o sea, de un centímetro de diámetro, y pueden estar separadas cada 12 o 15 centímetros. Félix Candela las disponía cada 15 centímetros. En este caso, hay partes donde la separación es de 10 centímetros, debido al peso de la tierra. El muro, el piso y la cubierta tienen cinco centímetros de espesor. La cimentación es un firme armado; los mismos cinco centímetros. En este tipo de casas, algunas partes son más caras y otras, más baratas. Creo que está pasada de acero; no me arrepiento. Se supone que la cimentación sea 30% del costo total de la estructura. En teoría, tiene un centímetro de mortero de recubrimiento en cada lado, uno de cada varilla, cuatro centímetros en total. O se puede usar acero de alta resistencia, que disminuye el espesor, y resulta así en cascarones de tres centímetros; aunque los hemos realizado de dos centímetros, para una letrina. Antes de empezar la Casa orgánica, para sentir el sistema constructivo, hicimos una letrina —para los muchachos que trabajaron en la obra— con varilla de alta resistencia. Supongamos que cada varilla es de cinco milímetros, es un centímetro, más el recubrimiento de cada lado: dos centímetros de espesor; en la práctica son 2.50 centímetros. El esqueleto de la varilla se recubre con una malla de gallinero muy cerrada en el interior y otra en el exterior; se teje, o sea, se tensa, y eso nos da una especie de pretensado. Busqué al ingeniero Alfonso Olvera López, del Politécnico Nacional, a quien considero la persona que más conoce de ferrocemento, para que me hiciera el cálculo estructural. Cuando llegué con mi maqueta de plastilina, me vio de lejos y no me atendió, creo que pensó que era un estudiante que buscaba asesoría. Su hijo vio la maqueta, le llamó la atención y me hizo el cálculo estructural. En realidad, fue muy sencillo para él. Anteriormente había ido a ver al arquitecto Juan Antonio Tonda, brazo derecho de Félix Candela; con él estuve una tarde, con la maqueta, me asesoró para el diseño y el cálculo Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 137 estructural; me hablaba de geometría, de fórmulas. Salí un poco desilusionado, porque aparentemente era muy complejo… El ingeniero Alfonso Olvera Montes hizo el cálculo en una hojita de papel manila. El claro mayor —recámara—, de seis metros, lo vio como una sección de esfera, calculó que se necesitaba, para el armado, alambrón cada 42 centímetros, no es nada, pues casi todo trabaja a compresión. En la práctica, podría no tener acero y no pasaría nada, porque el concreto trabaja a compresión. En vez de cada 42 centímetros, propuso poner, a cada 15 centímetros, una varilla de 3/8”, por temperatura. El ingeniero Olvera me platicó que en el laboratorio de estructura hicieron una prueba: colocaron un módulo de ferrocemento de 90 x 90 centímetros, con un espesor de 4 centímetros, apoyado en dos extremos. Desde arriba del laboratorio, que tiene una altura como de seis metros, dejaron caer una bola de boliche, la cual rebotó como un tambor sobre el módulo de ferrocemento. La malla de gallinero funciona también como pretensado; para cimbrar, se ponen solamente algunos polines. Otra de las ventajas del ferrocemento es que no se gasta tanto en cimbra. Candela señalaba que 50% del costo total de la estructura de los paraboloides hiperbólicos correspondía a la cimbra. Originalmente, el refrigerador llevaba un compresor en el cuarto de máquinas —de los que se usan en las peleterías. Se hizo una cámara pequeña de refrigeración con un serpentín —congelador— y la puerta ovalada cóncava, con un doble acrílico transparente —sándwich. Llevábamos tres o cuatros meses viviendo en la casa y no funcionó muy bien el serpentín; por desidia, lo fui dejando. Mi esposa estaba medio desesperada, por lo que acabé metiendo un refrigerador comercial. Estructuralmente, la mesa está colgada y en ménsula. Primero se comenzó a armar la envolvente. Le comenté a uno de los fierreros “Presenta una varilla colgada hasta acá y jálala hacia allá”. Empezamos a caer en cuenta de la relación de la función con el espacio y cómo la estructura delimita el espacio del ser humano, se adapta a su cuerpo; y en el exterior, la estructura crea espacios abiertos. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 138 En la maqueta, el volumen de la mesa volada pesaba más visualmente. El armado se colocó según lo que pidió la estructura, y la mesa quedó más ligera. Los muebles y los entrepaños, de ferrocemento, equivalen a las costillas de los barcos —que refuerzan—; trabajan como un todo monolítico, junto con el muro, el piso y el techo. La instalación sanitaria es similar a la convencional, con registros. Va a una fosa séptica y de ahí a un pozo de absorción. Este fraccionamiento no cuenta con instalación de aguas negras; ya que presenta mucha pendiente. Cuando llueve, el agua va al pozo de absorción, que está más abajo. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 139 El mortero es lanzado. La ventaja del concreto lanzado es que aumenta 30% la resistencia, lo compacta. El concreto es un material moldeable, el ferrocemento también lo es. Se trata de un sistema constructivo muy noble; se puede crear casi cualquier forma. Lo que le da rigidez es la forma. Si pisan un balón de futbol, se abre a los lados; del mismo modo, los cascarones tienden a abrirse hacia los lados. Así, las varillas de abajo —cimentación— sirven como tirantes. Si comparamos un cubo con una esfera, con el mismo volumen de aire, la esfera tiene 26% menos superficie. En otras palabras, en un círculo que tenga la misma superficie que un cuadrado, el perímetro del círculo es 26% menor. Esto quiere decir que si cortamos las ocho aristas de un prisma rectangular, nos ahorramos un poco menos del 26% del material. El agua, cuando está sobre superficies planas, aunque tenga un buen impermeabilizante, a la larga puede producir humedades. En alguna ocasión escuché una frase que decía: “al agua hay que hacerle lo que los toreros hacen con los toros, dejarlos correr”. Es muy importante que el agua fluya, se canalice, que corra. Se dejó un canalito para que el agua fluyera. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 140 Una vez lanzado el mortero y que se había impermeabilizado, llegó una camioneta pickup con dos tambos de 250 litros cada uno de ellos, con dos resinas plásticas diferentes. Mediante dos mangueras, que van juntas, estas resinas al salir por la pistola se mezclan y esprean. Cuando la mezcla hace contacto con la superficie, se esponja —como el polvo de hornear a los pasteles—, hasta dar casi una pulgada de espesor. De los aislantes comerciales, creo que éste es el que mejor funciona; es monolítico, no tiene juntas. Se aplica un centímetro de mortero sobre la superficie, para que el jardinero, cuando afloje la tierra con el bieldo, no afecte el impermeabilizante. Después se coloca la tierra negra y, luego, el pasto. El espesor de la tierra es de entre 15-20 centímetros. Mientras menos tierra, menos mantenimiento necesita el pasto. Es como los bonsáis: entre menos tierra tienen, menos crecen. Cuando llueve, la tierra mojada pesa hasta 300 kilogramos por metro cuadrado; el peso de la tierra húmeda sobre la casa equivale a 700 personas paradas sobre la cubierta. Después nos dimos cuenta de que los taludes funcionan como los contrafuertes de las construcciones góticas, evitan que la cúpula se abra. En la imagen en estas páginas, al fondo, el troncomóvil, un carrito eléctrico. Tenía la idea de hacer una carrocería aerodinámica con base en el Dymaxion de Fuller. En aquel entonces eran muy caros los carritos de golf eléctricos, fabricados en Guadalajara. Con el paso del tiempo, bajó su precio y compramos uno. Mi hija quiso que su fiesta de cumpleaños fuera de los Picapiedra; todos se disfrazaron de personajes de la caricatura. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 141 Le dije a Adrián, un muchacho que todavía trabajaba en la obra, que fuera por troncos secos al terreno de junto, e hizo el troncomóvil. Se supone que estaría ahí dos días; estuvo como dos años. Un día nos fuimos a la Zona Rosa y al Zócalo en el troncomóvil; tenía miedo de que un oficial de tránsito nos parara —porque no tenía placas—, pero los policías de las patrullas, al vernos pasar, nada más me decían “¡Adiós, jefe!”. Para hacer el molde de la carrocería se usaron varillas delgadas de alta resistencia. Después se forró con papel y se le espreó poliuretano. Se fue lijando para darle forma, y se recubrió con fibra de vidrio. Me preguntan a menudo a cerca de la temperatura interior de la casa; está entre 19 y 21 ºC. La tierra es un magnífico aislante térmico y acústico. Su funcionamiento es un poco parecido al de la nariz. Entre otras funciones, la nariz mantiene la temperatura del cuerpo a 37 ºC aproximadamente, genera cierta humedad y filtra el polvo. El pasto, los árboles y los arbustos, al evotranspirar producen oxígeno, filtran el bióxido de carbono y el polvo; de esta manera, crean un microclima. Al interior de la casa se mantiene una humedad entre 50 y 70%. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal Fotografía: Andrés Cedillo 142 Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 143 Esta imagen muestra parte de la recámara desde el exterior. La ventana de la sala es de acrílico, de aproximadamente siete metros de largo. Entre un acrílico y otro, se termosella con diminutas esferas transparentes, de la misma materia prima del acrílico; luego se lija y la marca se nota poco. En la actualidad, sería mejor un cristal curvo. A la larga, quizá, la voy a cambiar, porque el acrílico, con el tiempo, se va rayando; aunque con el polish para autos se quitan las rayas delgaditas. En el estacionamiento empezó a crecer la buganvilia. Se construyeron tres arcos de ferrocemento en forma de abanico, como una pérgola, para que siguiera estas formas. Prácticamente, 100% de la superficie del terreno es área verde. La banqueta también tenía pasto. Creo que exageré. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 144 En la imagen se aprecia una fiesta en la azotea de la casa. El objetivo de la Casa orgánica fue conseguir bienestar físico y psicológico, lo cual implica un control bioclimático. Para considerar un microclima en beneficio del ser humano, conviene empezar por el exterior y después seguir con las áreas privadas de la vivienda. Las barreras vegetales de árboles y arbustos, así como la topografía del lugar, se pueden aprovechar para filtrar e impedir los rayos solares, proyectando sombras protectoras del calor en verano; también, a modo de barreras contra el polvo y el ruido, o para refrescar el ambiente con la evaporación y transpiración de la misma vegetación. La vegetación, al transpirar, aumenta la humedad absoluta y relativa del aire cercano a la superficie, esto produce un sistema conductivo. Por esta razón, son preferibles los árboles y arbustos a cualquier tipo de pavimento, ya que ayudan a mantener el equilibrio térmico del ambiente. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 145 La columna que se aprecia en esta imagen no existía, anteriormente sólo tenía el acrílico curvo. Con el tiempo empecé a notar que estaba un poco flambeado y se empezó a bajar un poco la cubierta. Creo que bajó medio centímetro o hasta uno. Por eso decidí ponerle el apoyo de ferrocemento. La disposición del aspersor coincide con el centro de las coordenadas, cuya disposición coincide con el centro de las coordenadas. Este aspersor gira 360 grados. En cada esquina de la casa se colocaron aspersores; riegan como abanicos. Tenía un equipo para rociar a intervalos. Con el tiempo, acabamos usando un interruptor cuando creíamos que había que regar. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 146 En la imagen de la izquierda, Peluchín en su casa, y a la derecha, al fondo, el Parque Nacional de los Remedios. La casa se construyó en cuatro años, con un promedio de tres obreros trabajando. Se terminó en 1984. Se hizo con lentitud intencionalmente. Teníamos la envolvente, pero no sabíamos cómo resolver los detalles y accesorios. Recuerdo que un día estaba viendo una película de Tarzán, en una escena se baña en una cascada y pensé: “en la regadera le podemos poner una gárgola para que rebose el agua, como cascada”. Se incluyen imágenes donde se aprecia la puerta cubierta de láminas de cobre y unas huellas de tronco para el acceso. El periscopio sirve para ver desde la cocina quién toca la campana; se observa el nicho para dejar los zapatos y un cuerno para dejar el paraguas o la chamarra. Al bajar por el caracol, un domo, en la parte central, ilumina el nicho para hablar por teléfono. Se baja hacia la recámara o se pasa, hacia la derecha, a la sala. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 147 Esta imagen muestra el frente de la casa, cuando todavía la banqueta estaba cubierta de pasto. En esta colonia, la basura en la copa que se aprecia al frente. La puerta es de lámina de cobre. La alfombra es de color arena, igual que el muro y el techo. Originalmente había pensado alfombrar el muro y el techo; por los costos, descarté esta idea. En la sala, al sentarse, la alfombra se adapta al cuerpo de la persona. Antiguamente, la gente estaba más vinculada al terreno, tenían contacto con la tierra. Ahora, en el medio urbano, casi no tenemos esa relación. El campesino sí la mantiene. Asimismo, en Oriente la gente tiene más contacto con la tierra: come, cocina, defeca, lee, sentada o en cuclillas. Esto se ha perdido. En las páginas siguientes se aprecia la mesa; es un corte transversal de una secuoya roja de California. Hay también una planta llamada monedita; se sembró en el exterior y se metió a través del acrílico. Ahí permaneció la monedita un buen tiempo, hasta que Peluchín la mordió y se secó. El acrílico queda un tanto libre, ya que tiene mucho movimiento; se puede contraer un centímetro en la noche y dilatarse otro en el día, aproximadamente. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 148 Fotografía: Andrés Cedillo Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 149 Fotografía: Andrés Cedillo Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 150 Fotografía: Andrés Cedillo Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 151 Fotografía: Andrés Cedillo La mesa de trabajo de la cocina se recubrió con tres milímetros de cemento blanco, cero fino, cero grueso y mortero. El mortero le da el tono color arena. Así se recubrió casi toda la casa. En la cocina y los baños se lijó —como el terrazo. Se percibe la transición entre lo lijado y lo que no lo está. La iluminación es casi toda indirecta. El pequeño volcán ilumina sobre la mesa. Originalmente, el nicho que se aprecia en la página anterior iba a ser la chimenea, pero no se usaba porque la temperatura es estable todo el año. En Acapulco vi un idolito en una tienda y pensé que Mictlantecuhtli estaba proporcionado para el nicho de la chimenea; lo compré. Un día nos visitó Jaime Labastida, un intelectual, quien nos dijo que, en realidad, es el dios del inframundo que cuida la vida bajo la tierra; él pensó que por eso lo habíamos puesto ahí. Los muebles están integrados. Antes analicé cómo funcionarían muebles comerciales y varias cuestiones las descarté. El fregadero se hizo de ferrocemento. La estufa son tres quemadores que compramos en la Lagunilla. El funcionamiento de una estufa es muy sencillo; cuando cualquiera ve el puesto de quesadillas en la esquina, puede notar que tiene un tanque de gas con un tubo conectado a los quemadores abajo del anafre, y ya. Por el túnel, con claraboyas de barco, se transita por un espacio bajo, angosto, en penumbras. De la recámara se sale hacia el jardín por una puerta-ventana de cristal templado. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 152 Fotografía: Andrés Cedillo Junto a la cama, un lugar para echarse como un animal, el domo es una reminiscencia de los conventos del siglo xvi, donde las monjas se sentaban junto a la ventana a meditar o a leer. Salí de viaje cuando colocaron la alfombra. No estaba convencido si rematarla en línea curva o irregular, como piel de animal. Cuando la llevaron, la colocaron de manera irregular como piel. Al fondo están los nichos para guardar la ropa. Después de nuestra luna de miel, llegamos a vivir a la casa. Lo primero que se hace al desvestirse es poner la ropa en algún lado, y no había donde hacerlo. Por eso decidí colocar un cuerno de venado para colgar la ropa al llegar. En la parte superior de un clóset comúnmente se guardan las maletas o cosas que no se usan, es incómodo bajar y subir Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 153 Fotografía: Andrés Cedillo artículos; lo mismo pasa en la parte inferior. Por esta razón, la ropa se ubica a la altura del brazo extendido, hacia arriba o hacia abajo. Me impresionan las plantas arquitectónicas de casas que diseñaron Le Corbusier o Barragán hace cincuenta o sesenta años; el tamaño de los clósets era la mitad de lo que estamos acostumbrados ahora. Con el consumismo, los clósets son cada vez más grandes. La idea era tener la mínima cantidad de figuras y no tenemos cuadros, sólo las ventanas enmarcadas por elipses y nichos para guardar la ropa; el escritorio-tocador, con un tronco para sentarse; la tina-fuente de malaquita. La lámpara, con el mismo foco, ilumina hacia abajo, donde más se necesita, para maquillarse por ejemplo, y hacia arriba. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 154 Fotografía: Andrés Cedillo Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 155 Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 156 Fotografía: Andrés Cedillo Gaudí descubrió el paraboloide hiperbólico que aplicó en las entradas de luz de la cubierta de la Sagrada Familia. Los rayos de luz entran inclinados, esto hace que se tenga mucha más iluminación con un asoleamiento mínimo. Es muy elemental; sin embargo, este concepto necesita explotarse más en arquitectura. En el baño, sobre el lavabo, rebosa como cascada el agua por la gárgola. Hay una concha para poner el jabón, un cuerno para la toalla, unos hoyos para los cepillos de dientes, otro para la pasta; una cortina de bambúes en la regadera; al fondo, cae el agua como cascada. Sobre el lavabo entra luz natural por un domo; por medio de un ducto, ilumina también la regadera. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 157 Fotografía: Andrés Cedillo Para terminar, recuerdo que cuando estábamos en la escuela nos dejaron, en Proyectos, diseñar un aeropuerto. Uno de los compañeros, Rafael Gayol, llevó las salas de espera enterradas. Cuando el corrector vio eso, le reprochó que sólo los gatos enterraban sus porquerías. Con el tiempo, he pensado que si en la Ciudad de México, o en otras ciudades, hubiéramos enterrado todas las porquerías que hemos hecho, quizá viviríamos sobre jardines o áreas verdes. Casa orgánica Cátedra Federico E. Mariscal 158 Anecdotario Como el ferrocemento tiene cinco centímetros de espesor, fragua muy rápido. Lo importante es ponerle mucha agua cinco horas después de colarlo. El ingeniero Alfonso Olvera López construía módulos en forma de tina, los llenaba de agua, los dejaba curándose toda la noche y, al día siguiente, habían fraguado. A menor espesor, fragua más rápido. Es importante ponerle mucha agua el segundo día; la resistencia máxima es al tercer o cuarto día. A la pregunta de si mi obra puede considerarse arte, respondería que lo que hago es tratar de solucionar las necesidades de los usuarios. Lógicamente, uno toma en cuenta los aspectos formal, estructural, espacial y funcional, en fin, todo lo que he detallado. Pero hablar de arte es otra cosa. Muchas veces me han preguntado, debido a la forma y tipo de superficies de mis obras, cómo combato los problemas de humedad. En este caso se colocó como impermeabilizante butil. Son muy importantes una buena aplicación y una buena mano de obra. El impermeabilizante en el exterior se craquela por los cambios de temperatura: con el frío se contrae y con el calor se dilata. Al estar cubierto por tierra, el impermeabilizante no presenta cambios bruscos de temperatura y se comporta mejor, por lo tanto, su duración es mayor. Para evitar la absorción de humedad por parte del polietileno, ahora aplicamos otra capa de poliuretano de alta densidad al poliuretano espreado. Son dos milímetros, queda como un hule que lo protege, pues hace las veces de impermeabilizante. En el Conjunto Satélite —que veremos más adelante— el poliuretano espreado se cubrió con poliuretano de alta densidad. La Ballena mexicana tiene un aplanado en el interior y pedacería de azulejo en el exterior. Lo que trabaja son los tres milímetros del aplanado interior y la pedacería de azulejo. El poliuretano espreado queda como en las vigas —alma neutra—; los patines son los que trabajan, en este caso, los aplanados. La tirada fue bajar tiempo y costos, sobre todo en las casas en que se usó una estructura neumática. Arquitectura Arquitectura, de raíces, naturaleza e identidad 159 Estas construcciones trabajan monolíticamente. Se repara como cualquier casa. El ferrocemento se fisura básicamente por dos razones: por falta de acero o por cambios fuertes de temperatura. En este caso, hay mucho acero repartido: la malla de gallinero, y tiene fisuras microscópicas. No se dan cambios bruscos de temperatura porque está cubierto de poliuretano espreado, tierra y pasto. Al principio tenía la idea de no aplicar el poliuretano, que sirvió como aislante, pues la tierra es por sí misma un magnífico aislante térmico. Después de colar la estructura, empezó a llover y generó una que otra humedad, por ello decidí ponerle impermeabilizante y poliuretano espreado. El colado no siempre se hace con mortero lanzado. Las últimas veces lo aplicaron con cuchara o con guantes, lo embarran con la mano. Empiezan con el piso para no ensuciar la varilla, siguen con los muros, posteriormente una persona se coloca abajo del armado con un pedazo de triplay y se aplica por arriba; después, por debajo de la cubierta. El concreto armado es relativamente nuevo. El concreto se conoce desde la época de los romanos, pero el concreto armado lo descubrió un jardinero francés en 1850, al hacer unos puentecitos y unas macetas con un tipo de malla de gallinero. El acero trabaja a la tensión y el concreto a la compresión. Hubo un barco de ferrocemento —con diez mallas de gallinero— que navegó en la región de Escandinavia durante cien años; actualmente está en un museo en Noruega. Para mí es un poco difícil poner en perspectiva la experiencia de vivir en la Casa orgánica porque siempre estuve mentalizado para ello, desde antes del proyecto. La pregunta más bien sería para mis hijas o mi esposa. Algunas personas me han cuestionado que si mis hijas, al salir e ir a una casa tradicional cuadriculada, se sienten extrañas. Les contesto que no, porque desde chicas fueron a casa de sus abuelitas, de sus tíos, amigas, etcétera. Sí siento la diferencia, por ejemplo, algún un sábado que estoy muy tranquilo, con cierta humedad en el jardín, y tengo que salir, conforme me adentro en la ciudad se percibe la diferencia. Pero las niñas están acostumbradas. Ésta es una anécdota que le pasó a mi niña cuando estaba en el kínder: les dejaron de tarea dibujar su casa. Ella hizo un dibujo medio raro, de color café y con pasto arriba de la casa. Cuando la educadora vio el dibujo se preocupó y mandó llamar a mi esposa, no sin antes informar a la psicóloga de la escuela. La psicóloga también estaba preocupada, le preguntaron a mi esposa por qué nuestra hija había dibujado esa casa. Paloma, mi esposa, contestó: “Lo que pasa es que mi marido es arquitecto y vivimos en una casa semienterrada”. La psicóloga le dijo: “No, pues entonces tráigame a su marido”. Casa orgánica Habitat Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 161 orgánico Conjunto Cacahuates Mi amigo Alejandro Sánchez de Tagle, que trabajaba en una planta de prefabricados, me pidió diseñar un depósito de agua con ferrocemento. Él estaba haciendo unos edificios en los cuales, en vez de cinco tinacos de mil litros cada uno, se colocó un depósito de agua de cinco mil litros, diseñado en forma de gota de agua. Le gustó la idea y lo empezó a fabricar y a vender. Casi al mismo tiempo, un amigo le pidió a Alejandro un proyecto para un conjunto del Infonavit en Lerma, Estado de México. En aquel entonces los terrenos medían 7 m de frente y 20 de profundidad. La idea era restarle rigidez a la lotificación del conjunto y mimetizarlo con vegetación sobre las casas. Se propuso disponer de dos módulos prefabricados en cada lote. Uno de ellos contiene el área de estar, comer, cocinar y una recámara con baño; el otro consta de dos recámaras, una en cada extremo, y un baño en medio. A estas estructuras las llamamos los cacahuates. La gente podía comprar un cacahuate para recién casados o para solteros; si la familia crecía, compraban otro; ambos se comunicarían entre sí y de esta forma tendrían tres recámaras. La planta arquitectónica de uno de los módulos mide 3.20 por 10.50 m. Intencionalmente son muy angostos. La idea era que los módulos se trasladaran al lugar, puesto que son prefabricados. En uno de los espacios está la sala, el comedor y la cocina. Para la zonificación de la cocina tuve que analizar el funcionamiento de este espacio: al llegar con las bolsas del supermercado se colocan las latas, los víveres y los frascos en la despensa, la carne y las verduras en el refrigerador; posteriormente, se lava la verdura o la carne en el fregadero; se cocina en la estufa y se sirven los alimentos. Este flujo de acciones se tomó en cuenta para el diseño. El desayunador-comedor funciona también como mesa de trabajo de la cocina. Fotografías: Alejandro Sánchez de Tagle Cátedra Federico E. Mariscal 162 Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 163 Tiene un espacio de guardado, como alacena, para víveres o para blancos. La recámara cuenta con clóset y tiene un baño. Es posible aumentar otro módulo más pequeño, de 3.10 por 8.50 aproximadamente, con dos recámaras en los extremos y un baño al centro. Para la cimentación, la idea fue dejar seis dados en el terreno. Los módulos se llevaron en un tráiler y se colocaron en el lugar. La estructura tiene doble curvatura con cúpulas en los extremos y un paraboloide hiperbólico en medio que trabaja a compresión. El sistema constructivo es igual al de la Casa orgánica: es un cascarón de ferrocemento. En este caso, no usamos varilla de 3/8”, sino mallalac, que viene en rollo y es comercial. No importa la dirección de las varillas, porque todo trabaja a compresión. Recuerdo que Alejandro tenía miedo de colar toda la pieza y que, cuando la grúa tratara de levantarla, se quedara pegada en la plantilla. Para evitarlo, pusimos unos tubos para inyectar aire, a fin de que la casa pudiera despegarse. Se hizo una plantilla y se coló la cimentación. El cacahuate tiene una chimenea. La plantilla para cortar el cristal era de triplay. Una vez terminadas las casas, una grúa colocaba el módulo en un tráiler o en un camión para transportarlo. En ese lugar, se conectó la luz, el agua y el drenaje. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 164 En la imagen se observa el mallalac, alineado en cualquier dirección. Se colocaron transversalmente algunas varillas de trazo; en este caso, tres varillas, una en cada cúpula, otra intermedia y una más en sentido largo. Posteriormente se colocó el mallalac y la malla de gallinero. En la imagen superior se muestra cómo se aplana. Tiene un espesor de cinco centímetros, aproximadamente. Fotografías: Alejandro Sánchez de Tagle. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Fotografías: Alejandro Sánchez de Tagle 165 Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 166 La Ballena mexicana En esta casa, el sistema constructivo se basó en una estructura neumática. El terreno está 3 m por arriba del nivel de la banqueta. Del estacionamiento se llega a la escalera por un túnel, se sube a un vestíbulo y de ahí al área social o al área íntima. Se puede salir al jardín entre las dos recámaras o desde la sala. Es parecida a la Casa orgánica, pero los materiales y el sistema constructivo son diferentes; son tradicionales de México, como loseta de barro, aplanado con cal y azulejo de Talavera, dispuesto en los baños, en los zoclos, en la cocina y en la fachada. Para resolver el desnivel de 3 m en la parte alta, respecto a la banqueta, se propuso un muro de contención de piedra. El corte pasa por el estacionamiento. La recámara tiene un copete hecho con módulos de fibra de vidrio pegados a la estructura neumática. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 167 Las puertas son de cobre. Los copetes de ferrocemento están cubiertos con grecas de azulejo de Talavera, funcionan como protección en el jardín. Hay una estría entre los copetes y el muro de piedra para separar los dos materiales. Se proyectó en 1989. Para desarrollar la estructura neumática fuimos con el arquitecto José Mirafuentes, que coordinaba el Laboratorio de Estructuras de la Escuela Nacional de Arquitectura de la unam. Él trabajó por un tiempo con Frei Otto, conocía mucho de velarias, estructuras neumáticas, estructuras espaciales. El arquitecto Mirafuentes impartía la materia selectiva Arquitecturas laminares, que yo cursé. Nos enseñó algunos experimentos que hicieron en Stuttgart. Para la estructura neumática de la casa, nos comentó que tenía un programa en la computadora que funcionaría. No sé qué pasó, no lo pudo conseguir, por lo que empezamos a hacerla de forma empírica. La fachada fue ideada de esta forma porque necesitábamos contener el empuje del terreno: un muro de contención inclinado con piedra. Se colocaron tres cúpulas, de tabique recocho, para recibir el empuje del terreno. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal Fotografías: Jaime Jacott 168 Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 169 Fotografías: Jaime Jacott Necesitábamos que tuviera una forma con resistencia a la presión del aire, y lo mejor para lograrlo era hacer un modelo de yeso. Sobre una placa de aluminio, que medía 90 x 60 centímetros, se trazó la envolvente de la futura casa, se cortó y se quitó la placa del centro. Se colocó una membrana de hule cuadriculada plana. Después, pusimos una manguera vertical de 3 m de altura, con un embudo arriba; se colocó yeso con cerveza —para que el yeso no fragüe mientras baja por la manguera. Al bajar el yeso y caer en el globo, con el propio peso se logra esa forma. Se despegó el globo del yeso y apareció el cuadriculado. El problema que detectamos fue un milímetro de error en la cuadrícula, y al hacer la neumática escala 1:1, el globo podría escalar el error quizá hasta cinco o diez centímetros; además, arquitectónicamente, quedaba mucho más alta una recámara, pese a que era idéntica a la otra y debía tener la misma jerarquía. Las formas que da este tipo de maquetas son interesantes, sensuales. Como no me convenció, decidimos hacer la geometría en un programa informático. De esa manera obtuvimos los segmentos en los que se cortaría la lona para hacer la estructura neumática. Realizamos otra maqueta de acuerdo con la geometría que nos dio la computadora. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 170 El terminado en el exterior es de pedacería de azulejo. Se decidió cubrir la mitad de la maqueta representando la pedacería de azulejo, y la otra mitad, con estilo más abstracto. Las ventanas pequeñas sirven para dar ventilación. El muro de contención de ferrocemento tiene 5 m de altura y cinco centímetros de espesor. Los tirantes son de varilla de 3/8” cubierta con malla de gallinero. El peso de la tierra impide que se voltee, y la doble curvatura le da rigidez. Sobre un firme armado o losa de cimentación con una cadena perimetral se colocó la estructura neumática. Por dentro, tenía un pliegue de 40 centímetros en todo el perímetro para que la presión del aire sellara sobre ese pedazo de lona y no se saliera el aire; sin embargo, sí se salía. Pusimos unos tabiques por dentro, sobre el pliegue, pero continuó el problema. Entonces decidimos colocarle unos costales con arena y así mejoró. Frei Otto experimentó con estructuras neumáticas en su laboratorio en Stuttgart, Alemania. El inflado es muy sencillo, como se hace con los juegos para niños, con un ventilador. Las cúpulas trabajan a compresión; y en la parte baja, a tensión. De la losa de cimentación se fijaron unas varillas a un metro de altura y se puso malla de gallinero en todo el perímetro. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 171 Una vez que la estructura neumática se infló, llegó una camioneta con dos tambos de resina, de 250 litros cada uno. Mediante dos mangueras, las resinas llegaron a la pistola, donde fueron mezcladas. Se espreó el poliuretano hasta dar más o menos una pulgada de espesor. Cuando estaban espreando, uno de los operarios me comunicó que se les estaba acabando el material. Supuestamente se debe esprear todo el mismo día, ya que no se puede mantener la estructura neumática con aire por mucho tiempo. Decidimos que uno de los muchachos se metiera en la estructura neumática y colocara una varilla en forma de óvalo para que, al desinflarse, la estructura no jalara y tronara el poliuretano espreado. Esto ocurrió un viernes; el martes siguiente se volvió a inflar y se terminó el espreado. Se colocaron pequeños volcanes y copetes de fibra de vidrio en la estructura neumática —pueden ubicarse en cualquier lugar— y se espreó encima de ellos. Se usó una pequeña grúa, para esprear desde arriba. Recuerdo que los muchachos colocaban una escalera sobre la neumática; se les movía, pero ellos seguían espreando y no pasaba nada. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 172 Fotografía: Mario Muschlechner Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 173 Por el interior de la estructura de poliuretano se colocó una malla de gallinero y se aplanó con 3 mm; por fuera se aplicó fibra de vidrio. Aquí tuvimos un problema; recuerdo que analicé varios presupuestos para la aplicación de fibra de vidrio y el que más me convenció fue el de un arquitecto. A los tres días de haber aplicado la fibra de vidrio, pasé a revisar la obra por la noche. Empecé a oír tronidos que provenían de este material, se fisuraba en diferentes lados. Esto le llamó mucho la atención al arquitecto dedicado a la fibra de vidrio, así que llamó al ingeniero Parrilla, la persona que más conoce sobre este material en México. Después de analizar el problema, nos indicó que el poliéster se estaba secando muy rápido porque hacía mucho calor, los muchachos habían puesto más retardante para dar tiempo a que secara, lo cual hizo que la fibra de vidrio quedara muy dura y se fisurara con los cambios de temperatura. La solución fue que, donde estaba la fisura, se abriera un poco más —1 cm—, se pusiera poliéster menos duro y se colocara un lienzo de fibra de vidrio de 10 cm de ancho, el largo necesario. Así se hizo. Se colocaba, salían otras pocas fisuras y otra vez se ponía la fibra, hasta que llegó un momento cuando ya no se fisuró. En este tipo de casas lo que trabaja estructuralmente es la fibra de vidrio con la pedacería de azulejo, que está encima; y el aplanado, que se encuentra abajo, trabaja como viga “I”. En la viga “I” trabajan el patín de abajo y el patín de arriba; el alma neutra es lo que le da el espesor, el peralte, pero no tiene otra función. En este caso, equivale a dos cúpulas. El poliuretano espreado hace las veces de aislante, pero lo que trabaja es la doble cúpula. Pensemos en la cúpula de Florencia, el claro mayor de aquella época. Antes había sido el del Panteón de Roma. Brunelleschi logró ese claro gracias a las dos cúpulas ligadas entre sí por los 2 m del peralte, en medio de las cuales hay una escalera en espiral, por la cual se sube al balcón. Esto equivale a un cascarón de concreto relleno de 2 m, aunque, en realidad, esté aligerado. Generalmente, los baños son los que presentan domos. En la colonia en donde se ubica se le conoce como la casa de las siete tetas. El señor Moctezuma, de Artesanías Moctezuma, nos regaló la mayoría del azulejo que salía defectuoso. Como había muchas piezas de color chocolate, café oscuro, decidimos ponerlo como bajo relieve. Este azulejo se partió a la mitad en diagonal, así obtuvimos los triángulos con los cuales se hicieron las grecas en círculos, su tamaño se va reduciendo cada vez más. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 174 Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 175 En las imágenes mostramos la fachada, el muro inclinado de piedra, las tres cúpulas de tabique recocho que reciben el empuje del terreno. En el acceso en diagonal, las puertas de cobre tienen un tirante para que no se cuelguen; hay un arco, con la clave al centro. Yo tenía miedo de que no funcionara, por lo que decidí que el batiente de las puertas fuera una “T” que trabajara estructuralmente como una columna muy ligera. La misma varilla de ferrocemento de los copetes funciona como protección. Al centro de las cúpulas de tabique sale el agua, por si se llega a saturar el terreno. A la puerta se le colocó una solera perimetral y se le añadieron óvalos prefabricados, unos más chicos que otros. Se recubrió con lámina de cobre muy delgada, martelinada para darle rigidez. El pavimento es de piedra bola pequeña, con loseta de barro y azulejos en triángulos; como un caracol. Unas cadenas cubren el medidor de agua y los tableros. Al final del túnel hay una escalera por la que se llega a la parte alta de la casa. La puerta tiene mucha influencia de Gaudí. Sobre una hoja de triplay de una pulgada se trazaron la envolvente y los huecos; se cortaron y moldearon con escofina y lija. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 176 Foto tomada desde la sala. Las sillas que diseñamos son de hojas de triplay pegadas. Desde la cocina, vemos la sala y una salida hacia el jardín. La otra imagen es de la recámara. Fotografías: Mario Mustchlechner Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 177 La textura del triplay. Fotografías: Mario Mustchlechner En el despacho hicimos una perspectiva a mano del baño. Dulce Ortega diseñó las líneas para las grecas. Por lo general, tratamos de enfatizar el volumen pesado con colores oscuros y las grecas siguen según lo que pide la volumetría. Las viviendas en forma de dona, con el patio al centro, modelado como arena en la playa, son antecedente de la Casa flor. Es un conjunto de unas cuarenta casas con jardín interior. El estacionamiento está junto a la calle. Por medio de callejones se llega a las diferentes casas. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 178 La Casa flor Este anteproyecto se hizo en Mexicali, Baja California. En 1990 el ingeniero Marco Vilchis me invitó a dar una plática con la idea de desarrollar un proyecto con la Universidad Autónoma de Baja California y, aunque en el despacho ya se había realizado el proyecto del conjunto, no hubo recursos económicos para concretarlo. Mexicali es un sitio de clima extremoso donde la temperatura en verano llega a 40 grados y en invierno, a 0 grados. En la uabc, el ingeniero Marco Vilchis puso un termómetro a 3 m bajo tierra, tomó la temperatura cada hora durante varios meses del año pero no alcanzó a concluir las mediciones porque se dio cuenta que todo el tiempo el termómetro marcaba 20 ºC, ni los 40 grados del verano ni los 0 del invierno, se veían reflejados ahí. Supusimos que esto quería decir que, si poníamos 3 m de tierra sobre la casa, el interior tendría una temperatura de 20 ºC todo el año. Aquí observamos el acceso a la casa con un jardín interior y un jacuzzi al centro. Fotografías: Jaime Jacott Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 179 Corte de la casa, con el jacuzzi al centro Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 180 Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 181 Esta maqueta es igual a la de la casa de Satélite: tiene seis domos y otro al centro, con un jardín interior. Fotografías: Jaime Jacott Ese espesor sería lo ideal, pero en la práctica 50 cm de tierra sería muy bueno. En la Ciudad de México, 20 cm son más que suficientes. Con este principio térmico y el concepto de patio al centro, con un jardín y una fuente, como en las casas medievales en las que el agua ayudaba a tener un microclima, y los callejones a proporcionar sombras, se comenzó a diseñar el proyecto. En ese tipo de arquitectura no se siente mucho calor en el exterior ni en el interior. Profundizamos un poco más la idea y diseñamos la Casa flor, hecha con seis pequeñas cúpulas y una cúpula mayor al centro. Por un túnel y a través de una escalera se llega a la casa. El piso está cubierto con una estrella de pedacería de azulejo. Tiene un jacuzzi, al centro, la cocina y el comedor, una salida al jardín, la sala, la recámara, con vestidor y baño, así como otra pequeña recámara. El concepto es que en la noche se pueden cerrar las recámaras con puertas plegables de madera y en el día, si se desea, abrirlas, de manera tal que visualmente se integren con todos los espacios, a excepción del inodoro y de la regadera, que son más íntimos. Es una casa relativamente pequeña, de 120 m cuadrados; sin embargo, se siente más grande por la amplitud visual. Los muebles están en el perímetro y la circulación se da al centro. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 182 Los copetes de fibra de vidrio. Esta estructura neumática puede soportar dos o tres personas caminando sobre ella. El sistema constructivo es como el de la Ballena mexicana, con una estructura neumática. La maqueta se realizó con el arquitecto José Mirafuentes. La primera versión no nos convenció porque la cúpula del centro quedó demasiado alta. Entonces, se hizo la geometría en la computadora. La maqueta tenía unas ventanas hacia el exterior y algunos domos para los baños. En el interior de la neumática decidimos no colocar tabiques o costales de arena sobre el doblez perimetral, para evitar que saliera el aire. Tratamos de hacerlo más a la alemana: se anclaron unos tubos alrededor del doblez. Supuestamente, con la presión del aire, el doblez baja, esto impide que salga el aire; pero no resultó en la primera casa. Usamos un tubo con unas argollas ancladas en la parte de afuera y le colocamos unos tirantes de lona, porque teníamos miedo de que la presión del aire levantara la neumática. Efectivamente, la presión tronó uno de los tirantes, así que compramos unos cinturones de coche, los colocamos, se infló y ya no hubo problema. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 183 Los elementos ondulados de piedra, aportan rigidez a la fachada Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 184 Esta foto fue tomada desde la parte alta del vitral; al centro se ve el jacuzzi y la estrella. Fotografías: Mario Mustchlechner Se trazaron unos triángulos donde va el vitral y después se cortaron con un serrote. Éstos sirven como plantilla para hacer el vitral. La puerta de acceso se hizo con hojas de triplay pegadas y los pequeños cráteres tienen cristales de colores. La ventilación se apega al reglamento. Parte de ésta se obtiene gracias a la puerta-ventana que comunica al jardín, y cada recámara tiene su ventila. Recuerdo que el pintor colocó un andamio para trabajar desde donde empieza la cúpula hacia arriba, donde se concentra el calor. Así nos dimos cuenta de cuánto podría calentarse esa zona. Entonces, decidimos colocar en la parte alta del vitral un tubo de 15 centímetros de diámetro con un cristalito arriba y huecos; funciona como efecto Venturi: el calor se va hacia arriba y sale. Para este proyecto, como en otros anteriormente mencionados, acudí a mi estructurista de confianza. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 185 Fotografía: Mario Muschlechner Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal El Tiburón En la Casa orgánica expuesta en el capítulo anterior, cinco años después de concluirla tuvimos que hacer una ampliación. En ella incluimos un copete para la recámara de las niñas, éste consistiría en una resbaladilla que serviría como protección para la ventana. En un principio estábamos armando la recámara con la idea de que quedara el jardín arriba, cuando nos enteramos que venía un bebé en camino. No sabíamos si sería niño o niña por lo que decidimos construir otro cuarto, que con el tiempo fue nombrado “el cuarto azul”. En el inter, mi vecino estaba construyendo su casa, le colocó unas ventanas con vista hacia la nuestra. Le comentó a otro vecino que para qué quería jardín, si tenía el jardín del vecino, el nuestro. Como nos quitaba privacidad, decidí hacer un estudio en la parte alta. Ese estudio mide de de 4 a 5 m en la parte más ancha y se va adelgazando hasta la colindancia, en donde hay un espacio muy pequeño, como para un escritorio. Debido a que los muchachos de la obra ya la llamaban el Tiburón, decidí colocar una aleta arriba del estudio. Fotografía: Andrés Cedillo 186 Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 187 Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 188 El sistema constructivo es de ferrocemento. En las imágenes de esta página se puede apreciar la ventana, la puerta-ventana de la recámara y un sanitario. En la otra, una resbaladilla, la terraza. Recuerdo que compré un libro titulado La escultura de concreto, de un escultor que trabajaba con ferrocemento; como acabado final, usaba cero fino, cero grueso, cemento blanco, y lo lijaba, como el terrazo. También hacía esculturas con fibra de cobre, que con el agua se genera la pátina verde. Después de trazar el lavabo en la obra, se presentó una varilla simulando una gárgola para que cayera el agua; tratamos de unir el nicho para el papel sanitario con la misma varilla. Se presentó otra varilla para delimitar el espejo, otra para la ventana, y llegó un momento en que nos dimos cuenta de que se vislumbraba la figura de una paloma o una gaviota. Tratamos de enfatizar esa forma, y decidimos que un ala, que se veía muy abstracta, fuera más figurativa. De un ala sale la luz, de la otra, el espejo; del pico brota el agua, de la cola, el papel higiénico y las patas del ave quedaron para los manerales del agua caliente y fría. Cuando nos dimos cuenta del Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 189 La imagen del extremo derecho muestra el túnel que comunica la parte original de la casa con la nueva, iluminado por medio de un acrílico rosa fluorescente. Aquí se aprecia la recámara de las niñas, la cama, la litera, un nicho para arrojar la ropa sucia al lavado y planchado. El ducto también se comunica con el cuarto azul. A través del vestidor se llega a la escalinata para subir a la litera. parecido con un ave, me levantaba en la mañana y pensaba qué hacer para seguir presentando y proporcionando la figura. Iba al despacho y al día siguiente, desde temprano, veía cómo quedaba el ala. Pasamos de cuatro a cinco días diseñándola. De la misma manera en que antes comenté, refiriéndome al libro El Principito, lo importante en este caso era el proceso y no tanto el resultado. En un proyecto, el proceso creativo no debe ser traumático o caótico, sino divertido. Creo que así fue el proceso de la gaviota. Para ubicar los nichos con el fin de colocar la iluminación, una vez que estuvo todo el esqueleto de varilla, fuimos una noche, con el electricista. Llevábamos una extensión y un foco, que colocamos entre las varillas y en un hueco, para checar el efecto de la salida de la luz. El electricista recargó la mano con el foco en el lavabo y generó un efecto interesante, el cual reprodujimos con un foco pequeño colocado en la parte de abajo; éste ilumina el lavabo hacia abajo como si fuera la pantalla de una lámpara. En medio, a la derecha, está el nicho para arrojar la ropa sucia al lavado y planchado. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 190 Fotografía: Mario Mustchlechner Un día, mi esposa y yo estábamos recostados viendo la televisión en el cuarto azul. Mis hijas, que en ese entonces tenían tres y cuatro años, estaban con nosotros; se empezaron a pelear y las mandamos a su recámara, castigadas sin ver televisión. Resulta que desde su recámara se metieron en el ducto. Mi esposa y yo seguíamos recostados y de repente oímos un murmullo; ellas habían recorrido el ducto y asomaban sus cabecitas: estaban viendo la televisión. El estudio al interior del Tiburón está hecho con tres acrílicos termosellados; no se nota la unión. Una lámpara ilumina hacia el escritorio. Hay una tarja para limpiar los pinceles, un estribo para la toalla. Arriba quedó un tubito, de dos pulgadas de diámetro, hacia la colindancia. Mi idea era tener una ventana con vista hacia las Torres de Satélite, pero competía con el ventanal grande. Así, decidí incluir en el muro un tubo, que mide cinco centímetros de diámetro; se colocó durante la obra. Como quedó salido hacia el interior y olvidamos recortarlo, al aplanar quedó chipotudo. El arquitecto Alfonso Ramírez dice que la arquitectura a veces es chipotuda, picuda, etcétera. Quedó la saliente del tubo formando un chipote. El pintor me sugirió: —¿Qué tal si le pintamos un ojo? —Bueno, pues píntalo —le respondí. En efecto, lo pintó. Cuando van invitados, lo primero que preguntan al entrar en el Tiburón es para qué es ese ojo. Les digo en broma que es para ver el jacuzzi de la vecina; ahí van, en seguida, a asomarse. En este proyecto no hicimos planos, sino un bosquejo. Tenía la idea de que el cristal del estudio fuera de piso a techo. Cuando analicé la estructura, que tiene un volado de 4 m en un sentido y 4 o 5 m en el otro, decidí hacer una trabe de borde. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 191 Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 192 Fotografía: Andrés Cedillo Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 193 Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 194 Fotografía: Andrés Cedillo Para ubicar las ventanas, se presenta una varilla amarilla con la figura de un óvalo dirigiendo la vista hacia el jardín de la casa. En el croquis se subía la escalera y el pasillo del fondo se dividía por un muro. Cuando se colocaron las varillas se sentía un poco angosto, razón por la cual agregué una varilla amarilla horizontal a la altura de un barandal, y se cortaron las varillas para darle amplitud. Cuando decidí poner la aleta al tiburón, pensé que podría quedar exactamente arriba de la vitrina para que, como a las cinco o seis de la tarde, por la punta de la aleta entrara un rayo de luz, el cual se reflejaría y se proyectaría sobre la vitrina; cosa que nunca sucedió. Le dije a Faustino, quien la hizo, que cortara un poco la punta de la aleta para que entrara el rayo de luz; como que esta idea no le gustó y la dejó así. Tenemos muchos prejuicios en la arquitectura. A mí me enseñaron mis maestros que se tiene que justificar o fundamentar el proyecto y sus modificaciones. Aquí yo era el arquitecto y el cliente; lo más fácil habría sido ponerla donde se me antojara, pero efectué todo un proceso mental para justificarme a mí mismo la ubicación de la aleta. La ventana obedece a la estructura. Tiene una trabe de borde, como antepecho; la cubierta es un cascarón con cierta curvatura. En el muro de colindancia hay un castillito triangular con varillas en abanico y pequeñas nervaduras, como ménsulas. En esta casa no se necesitan las cortinas porque tiene las vistas al jardín, y hasta ahora no las hemos requerido; pero las casas de Satélite sí las tienen. Sí molesta un poco la luz cuando amanece, pero te acostumbras. Además así no hay necesidad de lavar cortinas. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 195 Ciudad de la Investigación Fue un concepto arquitectónico que no llegó siquiera al anteproyecto. Se propuso a los alumnos de sexto semestre de Arquitectura el tema de hacer la Ciudad de la Investigación en Ciudad Universitaria, donde estarían los doce institutos de investigaciones —investigación jurídica, estética, filosófica, etcétera. Estaría en la zona denominada Cultisur, cerca de la Sala Nezahualcóyotl. Para mí, lo más importante era el contexto, es decir, el terreno de lava volcánica. Juan O’Gorman decía que el Pedregal era todo un mar de lava volcánica. La intención era aprovechar toda esta lava y dejarla casi tal cual. Se propuso un circuito alrededor de los institutos. De ahí se pasaría a la zona de estacionamiento y a cada instituto. El programa de necesidades era similar: en cada instituto pedían una biblioteca. Por ser la zona con más área y la más pesada físicamente, la biblioteca se ubicó en la parte baja. En medio estaría el área administrativa; en la parte alta, los cubículos, uno de cada lado. Fotografías: Jaime Jacott Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 196 Se podría subir a la azotea y pasar de un instituto a otro. Se pidió mucha comunicación entre los doce institutos. En el programa de necesidades, también se solicitaron dos auditorios. La idea era entrar por ambos como por las fauces de una serpiente. Se requería, asimismo, una cafetería, que se ubicó en un mezanine dentro de la cabeza. Nunca se profundizó y quedó como mera idea. El conjunto estaría cerca de la pirámide de Cuicuilco. La coordinación de la Ciudad de la Investigación se ubicó en espiral en la cola de la serpiente, como reminiscencia de la pirámide. En el accidentado terreno había una parte más plana, en la que se dispondría un jardín interior, como una evocación del patio de la época colonial. El concepto surgió del análisis del sitio, la adaptación a la topografía y la utilización del material del lugar. La idea era usar la piedra braza del Pedregal, para construir los taludes del edificio. Algunas partes se recubrirían con piedras de color, como lo hizo Diego Rivera en el estadio de Ciudad Universitaria y O’Gorman en su casa de San Jerónimo. Naturaleza e identidad como fuentes de inspiración. Lo más interesante es el terreno, la topografía, pues en el sitio se encontraron pequeños valles. Entre un vallecito y otro, serpentearían senderos y se esculpiría la piedra volcánica para las escalinatas. Se iban descubriendo espacios exteriores que ya estaban y son una maravilla. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 197 El Caracol Carlos Salinas de Gortari, a través del Colegio de Arquitectos, promovió un concurso para el centro urbano de Chalco, en el Estado de México. A los diez primeros lugares nos dieron un edificio para diseñar. El concurso lo ganó el arquitecto Alberto Kalach, con un interesante proyecto que rescataba agua para la región. A nosotros nos tocó el diseño de la Catedral de Chalco. Propusimos un gran atrio, para que los domingos, cuando hubiera mucha gente, se pudiera oficiar misa en una capilla exterior. Por un corredor con arcos, se daba acceso a la iglesia. El estilo tenía un poco del romano, bizantino, románico, gótico, renacentista y barroco. Dispusimos una entrada de luz sobre el altar por medio de un vitral. Cuenta con unas pequeñas capillas, para la Virgen de Guadalupe, de los Lagos, o diferentes santos. Hay auditorios, talleres, la casa del obispo y los servicios generales alrededor de una pequeña plaza porticada. Lo diseñamos con la arquitecta Alicia González, el arquitecto Fernando Solís y el arquitecto Ernesto Nataren. Se le propuso al obispo que se hiciera un patronato, para recopilar fondos. Él conocía a una persona de Televisa que fue presidente del patronato de la Basílica de Guadalupe. Al día de hoy, todavía no se ha realizado. Fotografía: Jaime Jacott Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 198 Centro comunitario Se trata de un centro de convivencia en el fraccionamiento Vista del Valle, en el Estado de México. El concepto lo dio el terreno irregular. Se trazó una bisectriz de cada una de las cinco esquinas y el cruce nos proporcionó el centro geográfico del terreno. De ahí, se trazaron dos círculos paralelos. Quedó un disco verde de pasto, como una rebanada de pizza, en donde se ubicó el auditorio. Alrededor del disco verde se dispusieron árboles. Las ventanas dan al sur. Fotografía: Jaime Jacott Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 199 El Kiss Es una caseta de vigilancia cuyo programa es muy sencillo: un espacio para el policía, con un sanitario, un depósito de agua en la parte de arriba y un talud con tierra y pasto abajo. El ferrocemento es un pésimo aislante térmico y acústico, de ahí que generalmente convenga esprear poliuretano. En este diseño, el agua y la tierra sirven como aislantes térmicos y acústicos. Fotografías: Jaime Jacott Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 200 Tumba de José Alfredo Jiménez En 1997 se conmemoró el vigésimo quinto aniversario luctuoso del compositor José Alfredo Jiménez. Con ese motivo, sus familiares me pidieron que remodelara su tumba, que está en Dolores Hidalgo, Guanajuato. Cuando murió el compositor, el presidente Luis Echeverría preguntó a los familiares si querían enterrarlo en la Rotonda de las Personas Ilustres. Un año antes de morir, en un evento público, José Alfredo Jiménez había dicho que al morir, quería que lo enterraran en su pueblo natal. De ahí la canción “Camino de Guanajuato”, que al final dice “no pases por Salamanca, que ahí me hiere el recuerdo […] camino de Santa Rosa, la Sierra de Guanajuato, ahí nomás tras lomita, ahí se ve Dolores Hidalgo, yo ahí me quedo, paisano, ahí es mi pueblo adorado”. Así termina la canción. Él pidió que su cuerpo fuera enterrado en el panteón municipal a las afueras de Dolores Hidalgo. Cuando murió le hicieron una capilla, en un lote que mide 20 m de largo por 8 de ancho. La capilla, de estilo grecolatino, era bastante fea. Alrededor del lote había una reja para impedir que la gente se metiera y el piso tenía pasto de plástico. Sus familiares me pidieron una remodelación. Decidí hacer un diseño con dos de las prendas más características de José Alfredo: el sarape de Saltillo y el sombrero de charro. Dolores es parte de la Ruta de la Independencia. De Guanajuato, la gente viaja a Dolores y luego a San Miguel de Allende. El panteonero pedía una propina a la gente para dejarla pasar a la capilla, cosa que no le gus- taba a los familiares de José Alfredo Jiménez, ellos querían que cualquiera tuviera contacto directo con la tumba. Al terminar la maqueta, nos dimos cuenta que parecía el perfil de José Alfredo, como si estuviera cantando, con el sarape sobre los hombros. Para contrastar la carga tan fuerte de color del sarape, se colocó en el piso pedacería de mármol, del que cortan para hacer las tumbas. Cuando estaban excavando para hacer la cimentación del sombrero —la misma tumba es parte de la cimentación—, tenía miedo de que agujerearan el ataúd de José Alfredo con el pico. De repente, al meter el pico en la tierra, salió aire caliente; pensé que habían perforado el ataúd. Resulta que en el panteón, cuando echan la tierra sobre un ataúd, quedan huecos con aire caliente, y cuando se excava sale el aire expulsado. Los sombreros de charro tienen las cuatro pedradas, término que alude a las abolladuras de la copa del sombrero. Aquí, las cuatro pedradas producen una cruz de vitrales circulares color azul —el color preferido de José Alfredo—, con la idea de que, en determinada época a determinada hora, se proyecte la cruz sobre el epitafio que dice “La vida no vale nada”. Cuando conocí la tumba original me impresionó el tamaño de las letras del letrero que decía “José Alfredo Jiménez”, cada una medía alrededor de 50 centímetros de altura; muy grandes. Preferí poner su nombre pequeño, sobre la tumba, con las fechas en que nació y murió. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 201 En la imagen de arriba se muestra una fase del proceso constructivo. Al fondo se ven los restos de piedra de la capilla demolida amontonados, se usaron para darle cuerpo al sarape, como concreto ciclópeo se echaban las piedras dentro del sarape. Se le colocaron azulejos; se puede ver la muestra de la junta en el piso Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 202 Fotografía: Francisco Lubbert Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 203 Fotografía izquierda: Francisco Lubbert. A la derecha vemos el día de la inauguración de la tumba, cuando se cumplieron 25 años de haber fallecido José Alfredo Jiménez. En las franjas del sarape se colocaron algunos títulos de canciones de José Alfredo: “Si nos dejan”, “Ella”, “El rey”, “La media vuelta”, “Paloma querida”... Él compuso como trescientas canciones; como no cabían todas, se escribieron los de las más representativas. Se propuso poner una grabadora escondida (ahora sería un dispositivo inteligente) a fin de que, cuando se acercaran los guías con los turistas, por medio de un sensor, se activara esta grabadora y comenzara a cantar José Alfredo: “La vida no vale nada, comienza siempre llorando y así llorando se acaba”. A su hija no le gustó la idea, dijo que era una falta de respeto al cementerio y que iba a parecer Disneylandia. En el proyecto original el sarape de colores estaba en el piso. Al fondo del lote había un espejo de agua cuadrado, color negro, y en lo más hondo, el epitafio “La vida no vale nada”, con la intención de que el visitante meditara sobre la importancia de la vida. No me convenció por el mantenimiento. Antes de pensar en el sombrero, se diseñó, al fondo, una columna y una cubierta en forma de abanico, para dar sombra. Cuando hicimos la maqueta, al analizar el abanico, pensé que no había mejor sombra que la que produce un sombrero. De ahí salió la idea. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 204 Conjunto Satélite La última obra que referiremos en este capítulo es un predio de 30 x 30 m en el que desarrollamos un conjunto de cuatro casas, esto en Ciudad Satélite, Estado de México. El terreno con un desnivel aproximado de 1.5 m respecto de la calle, se aprovechó para semienterrar las viviendas. Al traspasar las puertas el visitante se encuentra con los pavimentos policromos y ondulantes de la cochera. A la vez se contemplan las 4 cúpulas de la vivienda en tonos que van desde amarillo hasta rojo, enmarcados por las dunas de pasto y buganvilias que se funden a ellas. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 205 Fotografía: Michael Calderwood Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 206 En esta imagen se muestra el comedor y la cocina. Fotografía: Jaime Jacott Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 207 Fotografía: Jaime Jacott En este proyecto cada casa fue independiente a las otras, con accesos individuales en cada una. Las áreas verdes se integran visual y espacialmente delimitando los jardines de cada vivienda por medio de arbustos y taludes. Las dos casas frente a la calle tienen un jardín interior con jacuzzi, mientras que las casas de atrás, tienen la sala en el centro y los depósitos de agua integrados a la fachada, todo, dentro de un paraboloide hiperbólico. Una de las viviendas cuenta con un aspersor, que por lo general queda en el centro geográfico de la casa, en este caso se desfasó: gira 360º y rocía casi todo el jardín de la casa aunque el riego se refuerza en las esquinas con otros aspersores. Hábitat orgánico Cátedra Federico E. Mariscal 208 Anecdotario El precio de las casas de Satélite salió 18% más alto. Calculo que al quitar el 5% de los muebles integrados, concluye 12% más costosa. Hay cosas más caras y otras, más baratas. En estas casas la idea fue bajar costos y tiempos con la estructura neumática. Sin embargo, implican más mano de obra por las grecas en el piso y otros detalles. La intención era hacerlas, más adelante, de interés medio. La idea de los copetes es que sirvan como barandales para los niños. También son útiles para dar rigidez a la estructura; funcionan como las pestañas de los ojos, para protegernos del sol, del polvo, etcétera. En arquitectura, a veces no se piensa en el resultado, pero, en el camino, se descubre que algún elemento funciona para cosas inesperadas. Estoy convencido de que se pueden hacer oficinas, hospitales o cualquier edificio con curvas. Un hospital, por ejemplo, podría tener curvas en las ocho aristas que sirven para la limpieza, equivalentes a la curva sanitaria, donde no se acumula el polvo. Yo he pensado en los deportes, casi a todas las áreas en que éstos se practican se les podría quitar las esquinas; sólo en el futbol no habría tiro de esquina. Pero en casi todos los deportes no les afectaría. Muchos podrían llevarse a cabo en superficies ovaladas o circulares. La mayoría de los deportes los inventaron los ingleses y parten de la esquina, pero al analizar su funcionamiento, se podrían eliminar las esquinas en la mayoría de los casos. También en los edificios verticales. Calatrava y Zaha Hadid han diseñado edificios que giran. Acabo de ver el proyecto de un edificio que se desvanece, lo cual le quita rigidez; está inspirado en la molécula del adn, helicoidal. En la actualidad se construyen edificios orgánicos de diferentes géneros, sobre todo del cultural. El despacho de Zaha Hadid, desde mi punto de vista, es el más vanguardista. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Nido de Quetzal Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 211 cóatl El Nido de Quetzalcóatl es un condominio de diez departamentos, ubicado a las afueras de la Ciudad de México, por el rumbo de Ciudad Satélite. Está sobre un terreno de 5 000 m2 cuadrados que tiene un frente muy pequeño a la calle, de 15 m. Al fondo, colinda con un cementerio y pasa una cañada en el sentido largo, esto lo divide en dos. En la década de 1950 sacaban de ahí el tepujal (arena de tepetate) para hacer tabicones, con los que se construyó gran parte de la Ciudad de México. Cuando visitamos el terreno descubrimos unas cuevas, nos metimos en ellas para conocerlas. Los fraccionadores nos comentaron que no había más, pero un día vimos una ardilla que salía de un hoyo y le dijimos a uno de los muchachos que checara, se metió y resultó que ahí había otra cueva. Los fraccionadores se comprometieron a que, si se compraba el terreno, ellos podían bajar las cuevas y apisonar con capas cada 20 cm. Había una cueva que nos pareció muy confiable pues a diferencia de las demás, no colapsaría. Tenía 5 m de ancho y cincuenta de largo. Los fraccionadores nos dieron los planos topográficos y tardaron un año en colapsar las cuevas. En un momento dado les pedimos que rellenaran hasta cierta altura y que el sobrante de tierra lo llevaran a las parcelas de junto, para nivelar su terreno. Para ellos esta opción era más atractiva, les resultaría más barato no rellenar por completo. Originalmente se trataba de un proyecto para diez casas, y con eso en mente, empezaron a rellenar la cañada. Proponían una calle cruzada y ubicaban diez lotes, cinco de cada lado. En una de las colindancias nace la cañada con encinos, atraviesa el terreno. Fue complicado plantear la ubicación de la construcción, ya que la topografía es muy accidentada, hay muchos árboles y cuevas. En otras palabras, las condicionantes geográficas del lugar son: la cañada —con pendientes pronunciadas—, los árboles, las cuevas, la orientación, el entorno y las vistas. Cátedra Federico E. Mariscal 212 Después de dos o tres anteproyectos, que no nos convencieron, llegamos a dos ideas. Una fue cruzar la cañada con un puente, y desde ahí subir o bajar a los diferentes departamentos. La otra alternativa, la que más nos gustó, fue modelar una maqueta con las curvas de nivel y colocar todos los árboles existentes. Entonces usamos un flotador de esos con los que juegan los niños en la playa, de 10 cm de diámetro por 1.20 m de largo, lo colocamos sobre la maqueta y empezamos a moverlo. Así pudimos estudiar varias alternativas. En la definitiva, un tubo que cruza la cañada como un puente se apoya sobre el terreno, sobre un montículo, sigue cruzando como puente otra cañada, baja, se apoya en el terreno, sube 20 m con un claro de 25 m, baja y se mete al terreno. Este recorrido se siguió según las vistas y la orientación de los departamentos. Antes habíamos analizado, en un corte transversal, el número de viviendas que convenía —en el tubo— y propusimos dos: una arriba de otra. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 213 Dentro del tubo van las diez casas o departamentos. Es un tubo que mide 120 m de largo. La sección transversal es de 8 m de ancho, y el peralte, de 6 m. Siete casas están relativamente cerca del estacionamiento, las otras tres se encuentran más alejadas. Paralelo al anteproyecto, como ya conocíamos la ubicación de la construcción, se empezaron a levantar muros de piedra de 90 cm de altura como protección —barandales—, siguiendo la pendiente natural del terreno. Un día pensé: qué tal si colocamos una cabeza de serpiente en la boca de la cueva. En la maqueta, modelamos con plastilina la cabeza de la serpiente, con la idea de que la entrada fuera por la cueva de 50 m de largo y se saliera al cráter —es decir, la cueva bajada por los fraccionadores. Observando la maqueta ya con la cabeza, percibimos que parecía una serpiente virtual que entra en la tierra —la cueva—, da la vuelta, sale, sube, brinca, da la vuelta, se apoya, vuelve a brincar y se mete en la tierra. Y pensamos “falta la cola de la serpiente”. Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 214 Fotografía: Andrés Cedillo Se colocó el crótalo junto a la calle y al estacionamiento. El depósito de agua se ubicó en la parte alta, en el cascabel. Abajo quedó el cuarto del conserje, más abajo, la conserjería y todavía más abajo, el cuarto de máquinas junto con diez pequeñas bodegas, una para cada departamento. El concepto provino del análisis del sitio en la maqueta, de la cañada, la topografía, las cuevas, los árboles, la orientación y el entorno; resumiendo: la naturaleza y la identidad. Nos dimos cuenta de que a los pretiles largos de piedra que se estaban construyendo como protección se les podía colocar la cabeza de una serpiente en un extremo y, en el otro, la cola. De este modo se construyeron doce serpientes. De la cola de una de ellas brota un chorro de agua que cae en un espejo que sirve como depósito para el riego (la etapa final del proceso de la planta de tratamiento), ubicado en la parte baja del edificio. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 215 Es un terreno de aproximadamente 5 000 m2 del que 98% permanece como área verde, salvo los apoyos del cuerpo, la cabeza y el crótalo. El estacionamiento es de piedra con pasto. En la imagen de este alzado se aprecia la cabeza de la serpiente. Al fondo, a la derecha, se ve el estacionamiento y la cola. En el corte se puede apreciar que en una de las casas quedaba un espacio residual en forma de triángulo que originalmente no se pensaba usar, ya durante la obra, diseñamos un estudio-mezzanine, al que se sube desde la recámara de los niños por una escalera marina. En otra casa, la recámara principal está junto al huevo que es parte de la cimentación; éste mide 5 m de diámetro. Se trató de aprovechar ese espacio, al cual se baja por una escalinata: quedó como zona para televisión o un estudio. Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 216 Fachada este Fachada sur Fachada oeste Fachada norte Los departamentos son parecidos, se dividen en tres zonas: social —de estar, comer—, de servicios —cocina, lavado y planchado— y la íntima —recámaras y baños. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 217 Aquello que no estaba en el proyecto original resulta lo que más ha gustado a quienes visitan los departamentos, pues son los espacios que mejor quedaron. Pienso: si un niño hace un modelo de plastilina y coloca agujeros en él, no me extrañaría que lograra espacios más interesantes que los de muchas casas que conocemos de arquitectura ortodoxa, con los clásicos espacios de 2.40 m de altura. En la parte baja del cuerpo de la serpiente están las instalaciones sanitarias. Estructuralmente funciona como un tubo. A veces, los estudiantes de arquitectura traen sus planos en un tubo de cartón o de plástico y golpean con él a sus compañeros, así se dan cuenta de cuán rígidos son. Si el tubo se refuerza en el interior, en este caso con la losa a la mitad y con los muros de panel W, se le da rigidez a la estructura. En teoría, si analizamos los muros laterales —que tienen 6 m de peralte y trabajan estructuralmente como trabes aligeradas por los huecos de las ventanas—, se podría tener un claro de 60 m. En la serpiente hay tres tipos de ventanas: ovaladas las de la estancia-comedor, que son los espacios más amplios; las circulares grandes, en las recámaras y cocinas, y las circulares pequeñas, en los baños o el servicio, como la zona de lavado y planchado. Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 218 Lo que aparece en amarillo es donde hay esfuerzos más fuertes. La torsión con una parte muy amarilla nos indicó que necesitábamos reforzar. Esta información nos proporcionó mayor tranquilidad. Los cálculos estructurales, como siempre, se hicieron con el ingeniero Alfonso Olvera. El desplante vertical del cuerpo es una losa de cimentación con dos contratrabes cruzadas. Los muros, de 12 cm de espesor, se adelgazan conforme suben hasta llegar a los 9 cm. Todo lo demás tiene 4 cm de espesor. Lo que otorga la rigidez es la forma del tubo; los muros y la losa la potencian aún más. El edificio mide 120 m de largo y no tiene junta constructiva. Creíamos que con las dilataciones, el cuerpo se podría mover hasta 4 cm. Eso nos inquietaba y preocupaba. Buscamos un programa computacional para crear un modelo en donde se pudieran apreciar los esfuerzos. Nos dijeron que en México sólo había cuatro despachos que podían tener ese programa. Nos recomendaron al ingeniero Porfirio Ballesteros, quien, junto con el ingeniero Andrés García, nos hizo el modelo. No es como calcular por partes, como la trabe y la losa, sino que se miden muchos puntos, por ejemplo, puede haber de tres mil a cuatro mil simultáneos. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 219 Fotografía izquierda: Andrés Cedillo. La maqueta se elaboró para ver la ubicación y los detalles de los copetes en las ventanas. Se pintaron escamas, pero el resultado no acabó de gustarnos. Le pedimos a un grafitero que hiciera varias muestras, pero tampoco nos convenció. Fotografía derecha: Jaime Jacott Con ese modelo fue más fácil detectar cuánto se movía el cuerpo en sentido longitudinal. Resultó que se mueve un centímetro y medio, no es nada. Debido a la malla de gallinero, casi no tiene contracciones ni dilataciones. Una vez proporcionado el diseño, se quitó el flotador de la maqueta. Todos los árboles quedaron en su lugar original, con excepción de dos que se trasplantaron ahí mismo. En la maqueta, los árboles están ubicados exactamente en su lugar. Cuando visitamos el terreno, recuerdo que nos costó mucho trabajo percibirlo por toda la maleza y las cuevas. ¿Por qué se compró este terreno? Esta decisión la tomamos un día que entramos por una cueva y, de repente, al salir del otro lado había neblina; era temprano en la mañana y tuvimos una vista muy agradable. Más allá de los panteones, las montañas y el bosque que está al fondo, todo este paisaje fue lo que determinó la compra del terreno. Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 220 Se inició el armado del crótalo. Analizamos ya en la obra el peso de los coches de los visitantes, el peso del camión distribuidor de gas o el del camión recolector de basura; si al conductor de alguno de éstos se le ocurría meterse para dar la vuelta, el peso sería mayor. Nos dimos cuenta de que el armado original no iba a resistir y colocamos tímpanos y trabes delgadas para darle mayor rigidez. En aquel entonces sufrí un infarto. Recuerdo que, después de pasar doce días en el hospital, estaba en reposo, en la casa, cuando me hablaron por teléfono para preguntarme si podían colar, supuestamente ya estaba todo armado. Yo dije “Adelante”. A los pocos meses empezaron a aparecer unas fisuras. Investigando y platicando con los muchachos supe que no lo colaron todo, porque no habían terminado el armado. Colaron solamente una parte que, con el peso, se inclinó Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 221 Fotografía: Francisco Lubbert y se colgó. En la casa del conserje se puede notar que el piso está inclinado. Para evitar que se siguiera colgando, el ingeniero José Luis Zabalegui, quien nos asesoró, indicó que se podía poner un tirante; es decir, que se hiciera un anillo un poco más armado. Ese tirante, que eran unos cables, no me acabó de convencer. Al final, las varillas dentro del concreto trabajaron como tirantes. Las puertas son de cobre. El número 29 en la entrada, también es una pequeña serpiente. En la parte alta del crótalo está el depósito de agua, debajo de éste, el cuarto del conserje. Desde el cuarto, se puede salir por una ventana y subir por una escalera marina para revisar el depósito de agua, el flotador u otro elemento que requiera ser checado. Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 222 Fotografía izquierda: Francisco Lubbert. A la derecha vemos el vestíbulo y la entrada a una de las casas. La puerta con vitrales es de hojas de triplay unidas. El piso es de vitrogota, un tipo de mosaico veneciano, en colores iridiscentes. Fotografía derecha: Jaime Jacott Cubrimos el crótalo con donas de colores, tiene inspiración en las figuras cubiertas con chaquira que hacen los huicholes. Se elaboraron donas de cerámica de diferentes tonos, se metieron al horno y se esmaltaron. Con un solo molde se pueden hacer varias donas, es un proceso parecido a como se elabora el azulejo de barro a mano; primero le ponen el esmalte y después lo meten al horno. Nos dimos cuenta de que el color negro de las juntas hace que los colores de las donas contrasten más. Con el tiempo y el polvo, el negro se tornó gris y se colocaron gemas, de las que se usan para los acuarios. Las puntas de las lanzas se hicieron de cobre. La lámi- na de cobre se puede emplear muy delgada, al picarla con la picoleta adquiere rigidez. Aunque puede costar el triple que una lámina de acero, a la larga, en ocho o diez años, el mantenimiento de tres pintadas casi iguala el valor de la de cobre, por el precio de la mano de obra y la pintura. El cobre requiere muy poco mantenimiento y con la humedad le sale la pátina verde. Camino del estacionamiento hacia las casas, se tiene una vista entre los encinos. Al fondo se observa lo que iba a ser el puente colgante. Como se necesitaba pasar ciertas instalaciones, se quedaron unos tubos, que rigidizan el puente. El ferrocemento se recu- Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 223 En la imagen a la derecha está la escalera que conduce a los accesos de las casas. Fotografías: Francisco Lubbert brió con poliuretano espreado, que es un aislante térmico y acústico. Al esprearlo se esponja hasta una pulgada de espesor. Encima se aplicó poliurea, el mismo poliuretano, pero de alta densidad. Quedó con 2 mm de espesor. En la estancia-comedor, la base de la mesa es de hojas de triplay unidas. Las ventanas tienen esa forma para protegerlas del sol y de la lluvia; esto crea espacios en el interior aprovechados como zonas de guardado y libreros. La bóveda se ilumina con luz indirecta y cada ventana tiene un bibel al centro para controlar la ventilación, con una manija comercial. Cada departamento de la parte alta tiene una bóveda. En medio queda el pasillo plano, por donde circulan las personas. Las recámaras son pequeñas. El escritorio se integró con los entrepaños. La persiana, al bajarla, cubre solamente la ventana. Nido de Quetzalcóatl Fotografía: Andrés Cedillo Cátedra Federico E. Mariscal 226 Un día, caminando por la obra me encontré la víbora que está en la mesa. Después de esprear el poliuretano, cuando limpian la máquina, ésta escupe los restos del mismo poliuretano. Así se formó esa serpiente. El pintor la pintó y le puso una gema como ojo. Me gustó. Fotografía derecha: Jaime Jacott. Fotografía abajo: Mario Mustchlechner Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 227 La cocina —que parece Mickey Mouse—, el baño, el estudio y el huevo —cimentación— adaptado como estudio. Fotografía izquierda: Mario Mustchlechner. Fotografías abajo: Jaime Jacott Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 228 Ésta es una vista del interior de la cabeza, al salir de la cueva. Los marcos de las ventanas son prefabricados, los elípticos para estancia y comedor, los circulares grandes para recámaras y cocina y los circulares pequeños, para los baños. Nicolás Jiménez (Nico), el mejor para armar los esqueletos del ferrocemento, armaba un copete por día. Fotografía: Andrés Cedillo La cabeza de la serpiente; se puede percibir la escala humana, en el pretil del puente que cruza la cañada. Las donas de cerámica de la cabeza se mandaron a hacer en Dolores Hidalgo, Guanajuato. El piso es de cerámica. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 229 Estructuralmente, la cabeza de Quetzalcóatl funciona con dos ménsulas de 6 m de longitud, que van de mayor a menor peralte y de mayor a menor anchura. Donde arranca la ménsula es más ancha y demasiado pesada; para aligerarla, se colocó el ojo y se cubrió con gemas plateadas. El agua pluvial que cae sobre la cabeza fluye por los colmillos hacia la cañada. Para el armado hubo dos frentes. Se empezó en los dos extremos del tubo. Se colocó una cercha —corte transversal—: una armadura tridimensional de tubos de aluminio la cual mide 8 m de ancho por 6 de altura. Las varillas longitudinales se pasaron por dentro de los anillos transversales, que equivalen a los estribos de una columna. Los fierreros iban habilitando esos anillos y amarrándolos. En un día avanzaban 2 m, corrían la cercha, y así se fue armando. Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 230 Fotografía: Francisco Lubbert Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 231 En el sitio se diseñó una escalinata que baja a la cueva-capilla. Fotografía izquierda: Francisco Lubbert. Fotografía derecha: Mario Mustchlechner Cuando uno sube y sale del conjunto se empieza a ver y sentir, “la civilización”: casas, más casas, autos, camiones, fábricas, edificios, etcétera. Lo interesante del terreno es que, conforme se va bajando, se crea un microclima aislado de la ciudad. Quizá esto se refleje en la foto en que se aprecia la cañada. Ahí uno se olvida de la ciudad. Las personas que viven en el Nido de Quetzalcóatl están dentro del bosque y, a la vez, cerca de la ciudad. Un pequeño canalito sirve para que no escurra el agua cuando llueve. El agua pluvial da a unas gárgolas con caída libre. La pintura con que se pintó la serpiente es iridiscente, como las alas de las moscas o el aceite en el agua. De fondo se puso pintura de colores y, encima, la pintura iridiscente, con la idea de gastar menos. Al final se logró el efecto tornasol discreto que buscábamos. Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 232 Fotografía: Mario Mustchlechner Para construir las cabezas en la obra, se tomaron las medidas de la maqueta, se pasaron a la computadora, se imprimieron en escala uno a uno y se trazaron con varillas. Los colores también se definieron en la maqueta. En las imágenes de esta página se muestra el armado de ferrocemento de una cabeza. El esqueleto de varilla se forró con malla de gallinero por ambos lados y se coló; generalmente, dio cinco centímetros de espesor. Este tipo de armado es muy noble estructuralmente. Las fauces de la serpiente son como ménsulas, van de más a menos. El ojo la aligera. La misma forma le da rigidez. En esta fotografía vemos a Nico, encargado del armado de los copetes y las serpientes de ferrocemento, con sus dos hermanos Saúl y Eladio. Es una persona muy hábil. Ahí está poniendo los anillos al exterior de la serpiente. Después se hicieron los detalles del ojo. Con unos triangulitos se redondearon las esquinas. Se colocaron dos, uno de cada lado. Luego unas varillas unidas, con la idea de que quedara un hueco y por las noches albergara un foco que iluminara el ojo. En algunos casos, el foco ilumina el ojo y, a la vez, la boca de la cabeza de la serpiente. Parte del agua de lluvia del estacionamiento sale por la boca de la cabeza de la serpiente. Originalmente habíamos planeado que de cada cabeza saliera la luz que iluminara hacia el exterior. También, que se colocara un aspersor para el riego y una llave de agua para reforzar con mangueras. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 233 En esta fotografía está Genaro tomando su siesta después de la comida. Él y Rubén colocaron el azulejo de todas las cabezas. Al principio, cuando empezaron, se tardaron como una semana en la primera, pero después fue más rápido. La fauce de la víbora funciona como banca informal, donde la gente puede sentarse. Aquí notamos que los muros de piedra se van perdiendo con el azulejo, o el azulejo se va remetiendo hacia la piedra. Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 234 En la maqueta no parecía cola, pero nos gustó la forma, y la punta de bronce la adelgaza. Tiene influencia de las obras de Santiago Calatrava Las fauces de la víbora funciona como banca informal, donde la gente puede sentarse. Aquí notamos que los muros de piedra se van perdiendo con el azulejo y se va remetiendo hacia la piedra. La cabeza es de ferrocemento de 3 cm de espesor. Se usó varilla de alta resistencia para que fuera muy delgada y después se cubrió con lámina de cobre. La lámina de cobre se vende por peso, es cara. Se puede hacer esto con lámina, que tiene el espesor de una hoja de papel bond: es delgadita y viene en rollo. Se corta en zigzag y se traslapan las partes resultantes de este corte. El trabajo es muy laborioso y no es barato. Fue ejecutado por Vicente, uno de los siete hermanos Hernández, que nos han apoyado desde la primer construcción en 1975, hace ya muchos años. El ojo de la serpiente de cobre es como un túnel a la vez, adentro de la boca queda el volumen. La idea la encontré al observar una escultura, en eso nos basamos para hacer el ojo y una puerta para un sendero hacia el exterior. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 235 Fotografía: Jaime Jacott La piedra de los muros es de una cantera que está como a 300 m. Para disponer los diferentes colores, las zonas se delimitaron con líneas verticales, le indicábamos al trabajador: “ponle dos amarillos y dos naranja claro, un naranja oscuro y un verde manzana; acá ponle tres naranja oscuro por tres naranja claro y un amarillo”. El problema eran las transiciones, le pedía: “trata que no se marque; hay que desvanecer la transición”. La puerta, por la cual se sale a un sendero, necesitaba un bibel para apoyarse arriba y abajo. Si se analiza estructuralmente, trabaja como una ménsula, se adelgaza en el extremo. Se hizo con una solera, que es el perímetro de la ménsula, rigidizada con tubos verticales (Vierendeel), y luego se recubrió con láminas de cobre. Las lanzas se anclan a los tubos. De ahí salió la forma. Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 236 Se puede entrar al interior del cuerpo y salir por las fauces. Aquí ya había más colores. Fotografía: Jaime Jacott Los espejos convexos son como los que usan en los estacionamientos; se colocaron chicos y grandes. El problema de estos espejos es que, a la larga, se gastan con la humedad. La escalinata tiene barandal de ferrocemento. La piedra da la textura a los muros. Cuando empezamos a trazarlos sobre el terreno, serpenteábamos una varilla amarilla en el piso siguiendo la pendiente natural. Se puso otra varilla paralela para dar el espesor del muro y después se colocó la figura del corte transversal con más varillas para, finalmente, poner la piedra en el interior. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 237 Esta imagen muestra el vitral y el espejo de agua del invernadero. Fotografía: Andrés Cedillo Nido de Quetzalcóatl Cátedra Federico E. Mariscal 238 Anecdotario El ferrocemento no se había vuelto a usar hasta que el ingeniero Pier Luigi Nervi lo retomó en 1930 para unas bodegas. En los llamados países del tercer mundo, se usó en la década de 1970 para construir depósitos de agua, silos, cisternas y barcos. Consiste en un esqueleto de varilla cubierto por ambos lados con malla de gallinero, al cual se aplica el mortero —cemento, arena— con un espesor muy delgado, de tres a cinco centímetros. Hay pocos libros sobre el ferrocemento: uno del Instituto Mexicano del Cemento y el Concreto, otro de Alfonso Olvera, del Instituto Politécnico Nacional, y alguno otro por ahí. Es un sistema constructivo muy noble. Una arquitecta comentaba que había estado en la mañana en la obra y mencionó que algunos maestros desmotivan a sus alumnos. En la mañana platicábamos con los estudiantes acerca de lo estrictos que son los maestros a veces, les dicen que para qué estudian Arquitectura si no hay mucho trabajo. Concluimos que la arquitectura debe cumplir varios aspectos, entre ellos, ser divertida. Lo importante, antes de hacer arquitectura, es que sean felices, que gocen y disfruten cuando diseñan. Oscar Niemeyer afirmó que si algo podía transmitir como receta es que hay cosas más importantes en la vida que la arquitectura; a pesar de que uno se apasione por ella. Se refería a la familia, a los amigos, etcétera. Arquitectura Arquitectura, de raíces, naturaleza e identidad 239 El costo del Nido de Quetzalcóatl fue más alto de lo previsto, nos llevó más tiempo y esto lo aumentó alrededor de 35%. Originalmente estimamos 7 mil pesos y cambió a 11 o 12 mil pesos por metro cuadrado. Normalmente en la construcción, en cuanto se compra el terreno se trabaja la infraestructura. Estos terrenos fueron baratos: 300 pesos el metro cuadrado, porque no tenían infraestructura. Se hizo un contrato con los fraccionadores en el cual se estableció el pago de la otra mitad cuando terminaran de bajar las cuevas (estoy hablando de hace cinco o seis años, cuando las inflaciones eran mucho más altas), y se tardaron un año en hacerlo. El costo rondó los 200 pesos el metro cuadrado. Cuando se urbaniza, 50% corresponde al costo del terreno y el otro 50% a la infraestructura. En términos generales es más caro el desarrollo, sin embargo, hay que tomar en cuenta los dividendos emocionales. Nido de Quetzalcóatl Diseños en Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 241 proceso Desde el diseño se puede vislumbrar, casi de inmediato, la esencia y la solución dadas por la función específica. Ésta debe transmitir placer, no monotonía o aburrimiento; en otras palabras, hay que verla como algo no sólo necesario, sino también placentero. Es conveniente diseñar de adentro hacia afuera y de afuera hacia dentro. Pensar en la arquitectura como un organismo contenido por la envolvente. En las corrientes actuales hay una tendencia hacia la arquitectura orgánica, sobre todo en grandes proyectos como museos, centros comerciales, teatros, etcétera. Los principales exponentes de la arquitectura internacional provienen de Europa, un continente que conoce, vive y respeta sus construcciones antiguas. En el presente, Europa ha vuelto a la vanguardia, junto con Asia y el Medio Oriente; éstas son las regiones que muestran mayor desarrollo. El Nautilus Un día de 2002 llegó a mi casa una pareja para preguntarme si les podía hacer el diseño de la suya. Yo había tenido un infarto, les respondí que lo iba a pensar; en ese momento no se me antojaba. Poco tiempo después acepté. Fuimos a ver su terreno y me platicaron que ellos vivían en una casa que tenía cuatro niveles hacia abajo con muchas escaleras, algo que no les gustaba, sobre todo a la señora. Vendieron la casa y compraron el terreno, localizado al fondo de un retorno. En tres de sus colindancias hay casas altas y en la otra, la casa del vecino está más abajo. La parte más alta del terreno (2 m sobre el nivel de la banqueta) tiene vista bonita hacia un panteón verde y unas montañas; ahí se ubicó la casa. Cátedra Federico E. Mariscal 242 Platiqué con ellos acerca de hacer la casa muy intformal y hablamos sobre la sección áurea, conocían mis obras. Aunque no lo dijeron, deduje que querían algo más libre, orgánico. Es una familia muy sencilla. Como referencia, les di un libro donde venía la casa Bavinger de Bruce Goff: una casa con un muro de piedra en forma de espiral, con un mástil al centro del que cuelgan unos cables cubiertos con madera. Tiene una escalera al centro, en espiral, y conforme se sube, se pasa a unos cilindros colgados, donde se ubican las recámaras, como jaulas con una red y una cortina. A mí siempre me ha gustado esa casa; se las enseñé. Recopilamos la información, ideamos el diagrama de funcionamiento, estudiamos la zonificación y caímos en una espiral que al principio no me agradó. Pese a que siempre he sido devoto de la espiral, seguíamos cambiando el partido, no me convencía. El trabajo en maqueta generó numerosas modificaciones hasta encontrar el volumen que pedía la construcción. El concepto final fue la espiral, adecuada al terreno, para cuyo trazo se dibujó una espiral logarítmica y quedó casi como un Nautilus. Al final, cuando me preguntaron de qué color se pintaría el exterior, reconocí que aún no lo había pensado. Para el interior se pensó que fuera nacarado, como el Nautilus original; por dentro la pintura quedó blanca, con hojuelas de colores iridiscentes. Me cuestio- Aquí vemos la planta de conjunto y las arquitectónicas. Dentro del Nautilus está la zona social, sala-comedor, espacio de la televisión y el estudio. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 243 naron que si el exterior se pintaría igual que el Nautilus; pensé que se vería como una copia y quedé en meditarlo. Fernando, el cliente, tenía interés en que fuera idéntico. Le solicité a Enrique, quien elaboró la maqueta, que pintara el exterior como el Nautilus, y para mi sorpresa no lo vi mal. En la parte alta del Nautilus está el depósito de agua, como un cono, y debajo, el estudio. Dentro se ubica la zona social; el espacio íntimo y el de servicio se encuentran al fondo. En la zona social se colocaron unos domos inclinados hacia el sur, para que en invierno la casa se caliente desde el sur-oriente hasta el sur-poniente. La escalinata sube 1.20 m, se entra a un pequeño vestíbulo y se baja cuatro escalones para llegar al sanitario. Del vestíbulo se suben cuatro escalones y se puede pasar al comedor, a la cocina, a la zona de lavado y planchado, o bajar a la sala. Hay dos recámaras: una para cada uno de los niños, uno de cuatro y uno de seis años, entonces. Al fondo hay un vestidor, un baño y una regadera. Si continúa subiendo se llega al vestíbulo que conduce a la recámara principal, equipada con vestidor y baño. Originalmente, del vestíbulo se transitaba a la escalera de caracol, para no pasar por el cuarto de tv y acceder directamente al estudio. Durante la construcción vimos la importancia de la continuidad en la circulación, por lo que sacrificamos el paso por el espacio de tv para llegar al estudio, Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 244 Este corte muestra mejor la idea del espacio porque pasa por el centro del caracol. La rampa sube por dentro de la sala de tv y luego sigue por la escalera de caracol hasta el estudio. La parte correspondiente a la recámara principal se ubica atrás del Nautilus. El sanitario está dentro del mástil, en la parte de abajo. Con los ojos entrecerrados se pueden apreciar las dos espirales que enfatizan el trazo del vitral. Fotografía: Jaime Jacott y así logramos mantenerla. La sala de tv es un lugar informal, con un reposet para recostarse. Uno sigue subiendo por una ligera rampa en su interior, cobijada por el vientre del crustáceo, hasta una escalera de caracol que llega al estudio. Teníamos mucho interés en que las circulaciones fueran continuas y en espiral hasta la parte alta. Al entrar desde el exterior se sube por una escalinata y, a través de un gran vitral, se genera la experiencia espacial de la secuencia del recorrido: ni las paredes, el piso o el techo son paralelos; es un espacio fluido en tres dimensiones. Al momento de la obra se decidió darle mayor importancia al área verde interior. La sala era un círculo, pero no me convencía. Un día vi en un libro la planta del florero de cristal que diseñó Alvar Aalto, me inspiró profundamente. Me gustó porque la sala se mete en el jardín y el jardín en la sala. Abajo se dejaron dos tubos enterrados para que entre el aire. En verano se quitan las dos pelotas que obstruyen la entrada de aire, entra el aire caliente del exterior y se enfría al pasar por dichos tubos. El aire fresco desplaza en espiral al aire caliente, el cual se va hacia arriba y sale, gracias al efecto chimenea, por el centro del depósito de agua. La idea fue poner una pera como las que usan los boxeadores para entrenar, con la punta hacia arriba, anclar una varilla pequeña y jalarla hacia abajo con una liga, para afianzarla a una “U” invertida en el mástil de la escalera de caracol. Si uno quiere que en invierno no salga el aire caliente, se puede desenganchar Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 245 y la pera sellaría e impediría que saliera el aire. La escalinata tiene los peldaños como hongos. En la maqueta no se colocó el vitral para poder observar el interior. La idea era que la vegetación, sobre todo la monedita, subiera y suavizara las zonas duras de la construcción. Se empezó a construir, lógicamente, de abajo hacia arriba. Al analizar el caracol, sabía que estructuralmente debía comportarse bien. Cuando estábamos haciendo el proyecto teníamos la espiral en planta —habíamos enfatizado la espiral logarítmica—, pero no sabíamos que iba a parecerse al Nautilus después de colocar el cono en la parte alta, como depósito de agua. Al observar el original, noté un día que, en su panza exterior, al girar hacia dentro, se ve un volumen interesante. Casi instantáneamente pensé en ponerlo en el proyecto, pero al mismo tiempo supuse que quedaría forzado y muy formalista. Poco después, percibí que ahí estaría el espacio de tv. Me imaginé un mezzanine con vista hacia la sala para que tuviera comunicación espacial, sin embargo, se descartó. Coincidía que en un costado no necesitaba mucha altura; si alguien se acuesta, como en un reposet, cuando se pone de pie, su cabeza va subiendo, por lo tanto, no afectaría y la volumetría se prestaría en el exterior y ese espacio en el interior. La forma nos dio la función; es una de las pocas veces en que ha sucedido así. Siempre he creído que no se debe copiar la naturaleza, sino reinterpretarla, hay que tomar sus principios. Sin embargo, pienso que copié una parte del Nautilus; sigo meditando y me digo: “Javier, no copiaste una parte, te fusilaste todo el Nautilus”. Como comenté, la estructura es muy noble: la dirección de las varillas en el armado es radial en un sentido y espiral en el otro. Se hicieron los cortes arquitectónicos radiales cruzando el centro de la espiral en un sentido; en el otro, perpendicular, y otros dos en diagonal. Durante el proceso de diseño y de la obra se pretendió realizar una circulación continua, en espiral o en “S” e hicimos algunos ajustes para enfatizar ese objetivo: hacer de las circulaciones una aventura y no una simple necesidad; percibir el espacio en la cuarta dimensión, el tiempo. En las imágenes a continuación vemos la escalera en espiral, por la cual se llega al espacio de la tv y a la recámara principal. La mesa del comedor, estructuralmente, trabaja como ménsula y se encuentra colgada. Una abertura, con un domo, delimita el caracol y concentra la luz sobre la mesa. Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 246 La maqueta, vista desde el acceso. La escalinata tiene los peldaños como hongos. Al fondo se ve la cocina. Con el fin de observar el interior no se ve el vitral. La idea es que la vegetación, sobre todo la monedita, suba y suavice las zonas duras de la construcción. Fotografías: Jaime Jacott Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Fotografías: Jaime Jacott 247 Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal Fotografía: Jaime Jacot 248 En la foto parece una señora embarazada, me recuerda las esculturas de Henry Moore. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 249 Fotografía: Jaime Jacott En estas fotografías se puede apreciar el proceso de colado. El sistema constructivo es ferrocemento de 5 cm de espesor en piso, muros y cubierta. Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 250 Fotografías: Jaime Jacott Estas imágenes dan idea del Nautilus. Se entra en su espacio, se sigue caminando por la rampa dentro del área de tv y se sube en espiral hacia el estudio. El Nautilus nos dio la circulación, la ventilación, el espacio, la estructura, el aspecto formal. El terrazo está divido por soleras de latón. Cuando no sabíamos cómo definir los detalles, el mismo Nautilus nos daba la solución, como en este caso. La recámara principal tiene un asiento al fondo como reposet, para leer, teniendo la vista de las montañas. Es un poco informal. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 251 Fotografías: Jaime Jacott Sobre el lavabo se trató de integrar la caída del agua con el espejo y la salida de luz. La regadera, al fondo, quedó con una cortina de conchitas compradas por el cliente. Además, se colocó un pyrex de cocina con agua y un foco abajo. Al abrir la llave, se mueve el agua y salen destellos de luz hacia el techo. Al subir por la escalera de caracol se llega al estudio. La ventana cuenta con vista hacia las montañas. Todo esto surgió en el armado. En los huecos, se dispusieron los libreros Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 252 Fotografías: Jaime Jacott Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 253 Villas en Sayulita Están junto a la playa de Sayulita, cerca de Nuevo Vallarta, en Nayarit. Es una playa privada que mide una milla de largo y tiene rocas en cada extremo. El dueño es un alemán que posee una casa a la que ha nombrado “la casa de mis amores”, cuenta con dos bungalós y una cancha de tenis. La segunda vez que visité el lugar, me pasé tres días recorriéndolo, caminando y observando las vistas desde los montículos. De un lado se ubica la jungla y del otro, el mar. Ésta es la propuesta, incluye un restaurante y un pasillo con bungalós. De un lado tiene vista al mar y del otro, hacia la jungla. En la parte más baja del terreno, cuando llueve, el agua sale al mar. Se trató de hacer una esteva Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 254 Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 255 Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 256 El paraguas Se trata del laboratorio farmacéutico de Celaya, Guanajuato, donde invitan a los médicos para conocer la planta. Después de la visita, les ofrecían comida en una carpa, y como tenían que rentar la carpa cada viernes, nos pidieron que diseñáramos una cubierta. Hay un laurel de la India muy grande, de 30 m de diámetro; debajo del follaje no se daba la vegetación, por lo que decidimos ubicar la cubierta del comedor abajo del árbol. La cimentación consta de dados sobre los que van las columnas. La losa del piso (disco) flota y tiene agujeros para que, cuando se lave el piso, el agua riegue las raíces del árbol y sigan creciendo sin afectar la estructura. Las mesas son para cuarenta personas, cuando llegan a haber ochenta, se pone una velaria sobre las lanzas para disponer más mesas. En un extremo está la cantina para las bebidas y en el otro, los alimentos para servir. Básicamente es una cubierta. Fotografía: Jaime Jacott Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 257 Los capiteles reparten la carga de la cubierta a las columnas Fotografía: Jaime Jacott Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 258 El agua de lluvia se canaliza por unas gárgolas al jardín interior. Fotografía: Jaime Jacott Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 259 Fotografía: Jaime Jacott Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 260 Casa amiba Se trata de una casa en Itú, cerca de São Paulo, en Brasil, con bonita vista hacia un campo de golf. Una de las restricciones fue no construir en 4 m junto a las colindancias, por ello la casa se diseñó al centro del lote. La zona social, el comedor y la sala se integran espacialmente con la terraza y la alberca. En la parte alta están las recámaras, con vista al campo de golf. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 261 Fotografía arriba: Francisco Lubbert. Fotografía abajo: Jaime Jacott Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 262 Fotografía: Francisco Lubbert Casa del árbol Ubicada en Celaya, Guanajuato. Se fusionaron dos lotes pequeños que miden 7 m de frente y 15 de fondo. Algo característico del terreno es un pirul muy grande, una de sus ramas da hacia la calle. El volumen de un gran barril limita el espacio de la sala con el árbol. La idea era que la sala tuviera vista hacia un jardín. De la calle, por el acceso peatonal, se sube por una rampa de 0.70 cm al vestíbulo, de ahí a la sala. Este nivel es más alto, debido a que las raíces del pirul sobresalen del terreno natural. La intención fue dejar un hueco entre las raíces y el piso de cristal, a fin de darle mantenimiento, regar y fertilizar la vegetación cubierta por las raíces del árbol. Al subir por la escalera, se pasa a la recámara principal mediante un puente. El depósito de agua está en la parte más alta. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 263 Fotografía: Jaime Jacott Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 264 Fotografía: Francisco Lubbert Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Fotografía: Francisco Lubbert 265 Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 266 Conjunto los Girasoles Es un proyecto para un conjunto con casas flor, con la empresa viviendera Urbi o con ara, compañías que se dedican a desarrollar viviendas de interés social y medio. El proyecto fue pensado para la zona norte de la república: Hermosillo, Mexicali, en zonas áridas y con climas extremos. El conjunto los Girasoles consta de 36 casas, consideradas de interés medio. Lo primero que se hace es un firme armado, después se coloca una estructura neumática, se infla, se esprea el poliuretano y se desinfla. Las divisiones radiales fueron hechas con muros de panel “W”. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 267 Máximo aprovechamiento de áreas interiores con una mínima exposición de radiación solar en el exterior, integrada a la naturaleza. Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 268 Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 269 El modelo se hizo con arena en la playa, cuando estaba de vacaciones, para Mexicali, en equipo con la Universidad Autónoma de Baja California. La idea nació de una casa en forma de dona, con muros radiales. Los cuartos son iguales. Después se pensó en cúpulas; fue así como nació la Casa flor. La intención era tener un estacionamiento común, por lo que nos basamos en el concepto de la arquitectura medieval, en donde las casas van muy juntas, con angostos callejones para que los senderos reciban sombra y fluya el aire. Se camina entre árboles y las mismas casas proveen con vegetación la sombra, que al evapotranspirar produce oxígeno, sumado a alguna fuente para crear un microambiente. Las casas tienen un patio interior con una fuente, reminiscencia de las casas árabes, que se llevaron a España y de ahí a México. Con los módulos de fibra de vidrio se enfatiza el acceso. Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 270 La idea era enseñárselo a las constructoras de vivienda, que tienen recursos y experiencia. En este caso existía la ventaja de que se ahorraría mucho en energía, pues está pensado para casi no gastar en electricidad. Un dato que comentó Marco Vilchis —y que todavía no lo creo— es que, en Mexicali, la gente que gana el salario mínimo destina 70% de éste al pago de energía eléctrica por el aire acondicionado. En este proyecto las casas son más caras en principio, pero en cinco años, con lo que se ahorra de energía eléctrica, se pagarían parcialmente. En el otro esquema, se pensó en hacer edificios de 7, 14 y 21 pisos, con vista hacia las cubiertas verdes de las casas, servicios de apoyo, salón de fiestas, comercios, gimnasio, miscelánea, etcétera. Si se repite, se hace fractal, y los edificios de servicios de apoyo tendrán la misma forma hexagonal que las casas. Puede ser otra forma, pues a funciones iguales, espacios, estructuras y formas iguales; ante funciones diferentes, espacios diferentes. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 271 El León La asociación de padres y maestros de la escuela de mis hijas me pidió diseñar un conjunto con juegos de plástico para niños pequeños. Al principio no me convenció e iba a rechazarlo, pero después me dije: “vamos a hacer unos juegos semienterrados”. El arquitecto Raúl del Palacio empezó a trabajar; diseñó dos formas que parecían gatos y decidimos hacer uno solo. En una reunión comenté: —Esto es como la cabeza del gato. El director de la escuela me preguntó: —¿Por qué no un león? Es el símbolo del colegio. —Está bien, que sea un león —respondí. Los niños le llaman jungle gym, el gimnasio de la selva. Un día a la semana los llevan y se la pasan muy contentos en los juegos. Entran por un túnel, suben la escalera y se deslizan por un tobogán. Se pueden subir a la cabeza. Fotografías: Francisco Lubbert Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 272 Condominio el Huevo Ubicado en Paseos del Bosque, en Naucalpan, Estado de México, hicimos un condominio para doce departamentos. Al poniente tiene vista a las montañas, parecida a la del Nido de Quetzalcóatl. Este concepto nació de las vistas, en específico, de evitar la vista hacia la subestación eléctrica. Los servicios se dispusieron en la parte trasera y la zona íntima y social, hacia la mejor panorámica. Tiene un estacionamiento común para los doce departamentos, una caseta de vigilancia y doce bodegas pequeñas; asimismo, un arco y un muro serpenteante de piedra en la colindancia con la calle. Se accede por un puente y el terreno natural se dejó hacia abajo. El concepto está inspirado en las esculturas de Bárbara Hepworth: es como un huevo en el que se esculpe un hoyo. El anteproyecto está terminado, pero a corto plazo no se va a iniciar. Los cortes de las casas y parte del depósito de agua, una cisterna. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 273 Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 274 Cisterna A la planta baja se accede por un puente. Cuando se entra por la perforación del huevo, la vista se abre hacia el paisaje. De ahí se pasa a dos departamentos, o se baja por una escalera de caracol, que conduce a dos casas; se continúa por la misma escalera hasta otras dos casas, y finalmente a una casa más. De acuerdo con el volumen, se van intercalando las casas. Si se sigue hasta abajo, se llega al nivel del jardín. En la planta baja no se puede subir por la escalera al nivel del estacionamiento. Entonces, por otra escalera se llega al siguiente nivel. Luego, por una escalera de caracol que coincide con la ubicación de la de abajo, se arriba a los otros niveles altos. El último nivel es un penthouse, con un mezzanine. Del estacionamiento se pasa, por un puente, a un hueco donde se abre el espacio. Tiene una protección de cristal. Todo esto se proyectó con azulejo, piedra y tabique recocho. La idea es que tenga una volumetría muy fuerte y se vaya haciendo cada vez más delgado y liso. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 275 El Hongo Está en Acapulco, en la zona Diamante. En las imágenes de esta página se puede apreciar la planta del conjunto. Son dos campos para futbol 7 y uno más con medidas profesionales. Al centro, en la parte de abajo, van los vestidores y en el huevito se dispuso la cafetería en la parte alta. Tiene dos accesos: a los vestidores y a la zona administrativa. Por la escalera central se sube a la plataforma, la cubierta de los vestidores. Desde ahí se ven los partidos de futbol. Cuando se llega del estacionamiento, por una escalinata se accede a la plataforma, y de ahí al huevito. Alrededor de los vestidores hay un talud de pasto —aislamiento térmico— que los cubre. Una gran estría ilumina y ventila los vestidores. Se llega por el talud a los lavabos comunes y a los vestidores, casilleros y baños. Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 276 Los jugadores se cambian y salen a las dos canchas o a la cancha profesional, o se puede subir a la plataforma y a la cafetería. Por las noches, los peraltes de la escalinata se iluminan desde el interior. Toda la iluminación de los vestidores es cenital y la ventilación está cruzada en el perímetro del óvalo. Nos inquietaba que el agua pluvial, al escurrir sobre la fachada, manchara el hongo, por esa razón se elaboró un canalito, a fin de darle salida. Decidimos hacerlo muy delgado para que no se notara, y remarcar la gárgola. Una idea era que quedara el puro huevito, sin la gárgola, y otra que se enfatizara la gárgola; nos fuimos por la segunda alternativa. En la noche se ilumina de abajo hacia arriba de color rosa mexicano. Dentro del huevo, al centro de la escalera, se ilumina de amarillo limón. Estas canchas se usan el 90% de las veces en la noche, para evitar el calor. Generalmente, la simetría obedece a la misma función de un lado y del otro. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 277 La foto de la izquierda se tomó durante la construcción. El terreno parecía una laguna. A la derecha vemos una de las fachadas desde los campos de futbol, y los accesos a los vestidores. Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 278 El cilindro de la escalera soporta al huevito; las ménsulas radiales transmiten los esfuerzos y el ovoide tiene 6 cm de espesor. El volado sobre el vano de los vestidores evita el asoleamiento. La intención fue que casi no contara el vano, la parte remetida. Me habría gustado terminar con un proyecto de una caja de cristal, para romper con lo que he dicho. Lo comento porque creo que no conviene encasillarse. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 279 Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 280 Como señalé en el primer capítulo, tuve que abrir el baúl y reordenar, con los ojos de aquel momento, el desarrollo de los proyectos que aquí he presentado. Al día de hoy sigo pensando que debemos volver al origen, sostengo que tenemos que poner una mirada cuidadosa en la naturaleza, pues es en ella donde yace toda nuestra riqueza. De esta manera, con respeto y sabiduría, mantendremos la identidad y obtendremos los recursos que permitan lograr una evolución, que tome en cuenta el origen para no maltratar cada uno de nuestros entornos. Queda en estas páginas mi agradecimiento por la gran oportunidad que me brindó la Facultad de Arquitectura para compartir con ustedes mi trabajo y la reflexión sobre mi obra. Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad 281 Anecdotario El ingeniero Alfonso Olvera López me contó que, durante el sexenio de Luis Echeverría, Cuba regaló dos barcos de ferrocemento a México; eran barcos pequeños para pescar. Uno de ellos chocó contra otro de acero, y lo llamaron a él para repararlo. Se le había hecho un boquete de un metro de diámetro aproximadamente, fue un golpe muy fuerte que dobló las varillas. El ingeniero Olvera las enderezó, estiró la malla de gallinero, la tensó y aplicó el mortero. Lo hizo en tres horas. Si se requiere una ampliación o una reparación, con una cortadora se hace una ranura de medio centímetro de profundidad, sobre el perímetro del futuro vano. Luego, con el cincel, para no debilitar el mortero, se quita lo que está hacia adentro y se doblan las varillas para la ampliación. Diseños en proceso Cátedra Federico E. Mariscal 282 Referencias Bachelard, Gaston. La poética del espacio, segunda edición. México: Fondo de Cultura Económica, 1975. Betancourt Suárez, Miguel Ángel. Orígenes. México: Ficticia, 2004. Bonner, John Tyler. Sobre el crecimiento y la forma. Madrid: Ediciones Akal, 2011. Candela, Félix. En defensa del funcionalismo y otros escritos. 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Arquitectura de raíces, naturaleza e identidad Editado por la Coordinación Editorial de la Facultad de Arquitectura de la unam, se terminó de imprimir en octubre de 2020 en los talleres de Offset Rebosan S.A de C.V. Av. Acueducto núm. 115, col. Huipulco Tlalpan, Ciudad de México, C. P. 14370. Con un tiraje de 500 ejemplares en papel bond de 120 g y portada en Monhawk. Se utilizaron las tipografías Sabon LT Std y Helvetica Neu LT Std. naturaleza e identidad