ANSIEDAD ¿Qué es? La ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones. Puede ser una reacción normal al estrés. Por ejemplo, puede sentirse ansioso cuando se enfrenta a un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen o antes de tomar una decisión importante. Si bien la ansiedad puede ayudar a enfrentar una situación, además de darle un impulso de energía o ayudarle a concentrarse, para las personas con trastornos de ansiedad el miedo no es temporal y puede ser abrumadora. Habría que diferenciar entre miedo (el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder) y ansiedad (el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta). La ansiedad es anormal cuando es desproporcionada y demasiado prolongada para el estímulo desencadenante. ¿Cuándo es un trastorno? Los trastornos de ansiedad son afecciones en las que la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden interferir con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la escuela y las relaciones entre personas. A diferencia de la ansiedad relativamente leve y transitoria causada por un evento estresante, los trastornos de ansiedad duran por lo menos seis meses y pueden empeorar si no se tratan. ¿Cuáles son los tipos de trastorno de ansiedad? Trastorno de ansiedad generalizada: Las personas con este trastorno se preocupan por problemas comunes como la salud, el dinero, el trabajo y la familia. Pero sus preocupaciones son excesivas y las tienen casi todos los días durante al menos 6 meses Trastorno de pánico: Las personas con trastorno de pánico sufren de ataques de pánico. Estos son repentinos y repetidos momentos de miedo intenso sin haber un peligro aparente. Los ataques se producen rápidamente y pueden durar varios minutos o más Fobias: Las personas con fobias tienen un miedo intenso a algo que representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede ser por arañas, volar, ir a lugares concurridos o estar en situaciones sociales (conocida como ansiedad social). ¿Qué causa los trastornos de ansiedad? No se conoce la causa de la ansiedad. Factores como la genética, la biología y química del cerebro, el estrés y su entorno pueden tener un rol. ¿Quién está en riesgo de tener trastornos de ansiedad? Los factores de riesgo para los diferentes tipos de trastornos de ansiedad pueden variar. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias son más comunes en las mujeres, pero la ansiedad social afecta a hombres y mujeres por igual. Existen algunos factores de riesgo generales para todos los tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo: Ciertos rasgos de personalidad, como ser tímido o retraído cuando está en situaciones nuevas o conoce personas nuevas Eventos traumáticos en la primera infancia o la edad adulta Antecedentes familiares de ansiedad u otros trastornos mentales Algunas afecciones de salud física, como problemas de tiroides o arritmia ¿Cómo evoluciona la ansiedad? Los trastornos de ansiedad pueden hacerse crónicos si persisten los acontecimientos estresantes que los han provocado o se mantienen estilos de pensamiento que ocasionan un temor a la presentación de los síntomas, creándose un círculo vicioso entre la ansiedad y el temor a presentarla. En general, el curso es crónico con fluctuaciones y, en particular, en el trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno fóbico de inicio en la infancia, el curso es especialmente fluctuante. Sin tratamiento, el 80% siguen presentando síntomas tres años después del inicio. Si la ansiedad es crónica, pueden presentarse con frecuencia estados de depresión acompañantes. Con tratamiento, un 50% no vuelve a presentar crisis de angustia. ¿Cómo se diagnostican los trastornos de ansiedad? Para diagnosticar los trastornos de ansiedad, su profesional de la salud le preguntará sobre sus síntomas e historial médico. También es posible que le hagan un examen físico y pruebas de laboratorio para verificar que otro problema de salud no sea la causa de sus síntomas. Si no tiene otro problema de salud, recibirá una evaluación psicológica. Su proveedor puede hacerlo, o puede ser derivado a un profesional de salud mental para ello. ¿Cuáles son los tratamientos para los trastornos de ansiedad? Los principales tratamientos para los trastornos de ansiedad son psicoterapia (terapia de conversación), medicamentos o ambos: La terapia cognitiva conductual es un tipo de psicoterapia que a menudo se usa para tratar los trastornos de ansiedad. Enseña diferentes formas de pensar y comportarse. Puede ayudarle a cambiar cómo reacciona ante las cosas que le causan miedo y ansiedad. Puede incluir terapia de exposición, la que se enfoca en confrontar sus miedos para que pueda hacer las cosas que ha estado evitando Los medicamentos para tratar los trastornos de ansiedad incluyen medicamentos contra la ansiedad y ciertos antidepresivos. Algunos tipos de medicamentos pueden funcionar mejor para tipos específicos de trastornos de ansiedad. Debe comunicarse bien con su profesional de la salud para identificar qué medicamento es mejor para usted. Es posible que deba probar más de un medicamento antes de encontrar el correcto Ansiedad infantil En la ansiedad infantil, las manifestaciones son similares a las descritas para el adulto, revistiendo características especiales las fobias (por tratarse de temores a la oscuridad, los animales y a la separación de los seres) y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (por ser una patología de inicio generalmente en la niñez y requerir un tratamiento farmacológico con psicoestimulantes). La ansiedad infantil o juvenil es una reacción adaptativa en niños/as y adolescentes ante situaciones que se viven como un peligro o una amenaza. Si esta vivencia es muy frecuente puede generar una patología. En la infancia y la adolescencia la ansiedad se puede manifestar de diversas maneras: mediante miedos como fobias específicas, fobia escolar o fobia social, ansiedad a la separación de las figuras de vínculo, preocupaciones cotidianas excesivas y generalizadas en diferentes situaciones o bien a través de crisis de angustia. La ansiedad va acompañada de manifestaciones físicas, cognitivas y conductuales, que hay que valorar e intervenir. Reacciones físicas: Aumento del ritmo cardíaco, temblores, sudores, dificultad para respirar, náuseas, mareo ... Es necesario ayudar a los niños/as y adolescentes a adquirir recursos que les permitan controlar y desactivar estas reacciones, mediante el aprendizaje de estrategias como la relajación , la respiración y la meditación, que les permiten volver a la calma. Reacciones cognitivas: Los niños/as y jóvenes, en estos casos, desarrollan pensamientos relacionados con la inseguridad, la indefensión, la anticipación de peligros o la baja autoestima que les dificultan el enfrentamiento a aquello que les angustia. Hay que intervenir para ayudarles a reconocer los pensamientos y aprender estrategias para cuestionarlos o distanciarse. Reacciones conductuales: Los niños y jóvenes con ansiedad o depresión tienden a desarrollar comportamientos que quieren evitar aquello que les da miedo o provoca inquietud. Fobias simples Unos de los trastornos de ansiedad infantil o juvenil menos incapacitantes son las fobias simples. Estas son miedos a estímulos concretos como pueden ser las fobias a los ascensores o la fobia a los perros. Son situaciones que se pueden dar en algún momento del día pero no en todas las horas. Fobias escolares y sociales Las fobias escolares y las fobias sociales afectan a ámbitos habituales de la vida del niño o joven, y por tanto, provocan incapacidades importantes. La persona no puede actuar y sentirse normalmente en situaciones donde pasa gran parte del día. Causas de la ansiedad infantil Problemas familiares: Los niños pequeños se sienten inseguros cuando oyen a sus padres discutir o pelearse. Pueden oír o ver cosas que no entienden o que les hacen sentir mal, sentirse obligados a tomar parte en las discusiones o a consolar a los padres o sentirse culpables cuando ven a un padre preocupado o triste que les rechaza o no les da cariño. El divorcio o separación generalmente supone un acontecimiento importante en la vida de un menor que fácilmente, si no se trabaja bien, puede ser conducido a un trastorno de ansiedad, normalmente siente su lealtad dividida, autoculpa y temor a sentirse abandonado. Muerte o enfermedad de un padre o familiar cercano: Perder a alguien cercano hace que un niño se sienta inseguro y triste. La enfermedad o la muerte pueden cambiar mucho su vida diaria que nadie en la familia pueda consolarlo. Disciplina que es cruel, inconsistente o sobreprotectora: Ésta lleva al niño a sentirse sin apoyo, inseguro y falto de autoconfianza. Problemas en la escuela: Los niños que son objeto de burla, están faltos de amistades o que tienen problemas con el trabajo escolar con frecuencia se preocupan mucho Experiencias traumáticas: Los niños que han experimentados un robo, un accidente de tráfico u otras experiencias peligrosas o traumáticas pueden sufrir ansiedad más tarde y desarrollar un trastorno por estrés post-traumático Ansiedad infantil y su riesgo La mayoría de los trastornos de ansiedad infantil son silenciosos porque muchas veces se confunden con los miedos propios de la etapa evolutiva (muy importantes para el desarrollo de los niños), por ello es importante diferenciar la ansiedad de esos miedos. La ansiedad es un estado emocional muy parecido al miedo, pero ocurre en ausencia de algo que amenaza, por ejemplo, un miedo propio de la edad es la oscuridad a partir de los 6 años, cuando comienzan a separar la realidad de la fantasía, experimentan miedos a acontecimientos misteriosos y hablaríamos de trastorno cuando esos miedos no se corresponden a la edad, son recurrentes y van acompañados de síntomas Postura teórica de intervención La psicología Cognitivo Conductual es la mas adecuada para intervenir con la ansiedad, y la infantil no solo es más sencillo sino efectivo. La terapia cognitiva conductual te ayuda a tomar conciencia de pensamientos imprecisos o negativos para que puedas visualizar situaciones exigentes con mayor claridad y responder a ellas de forma más efectiva. La TCC puede ser una herramienta muy útil, ya sea sola o en combinación con otras terapias, para tratar los trastornos de salud mental, como la depresión, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) o un trastorno de la alimentación. Sin embargo, no todas las personas que se benefician de la terapia cognitiva conductual tienen una enfermedad mental. La TCC puede ser una herramienta eficaz para ayudar a cualquier persona a aprender cómo manejar mejor las situaciones estresantes de la vida. La terapia cognitiva conductual se utiliza para tratar una amplia gama de problemas. Con frecuencia es el tipo preferido de psicoterapia porque puede ayudarte rápidamente a identificar y afrontar desafíos específicos. Generalmente requiere menos sesiones que los otros tipos de terapia y se realiza de forma estructurada. También se tienen en cuenta y se valoran las capacidades, habilidades, recursos y limitaciones del paciente. A través de la exploración de diferentes áreas de su vida, pasada y presente, se establecen relaciones tanto respecto al problema que le trae a consulta como de los recursos de los que dispone. Esta exploración, enfocada a lo que la persona hace, siente y piensa en situaciones concretas en diversos contextos, no tiene una relevancia especial en cuanto a establecer un diagnóstico, sino que está más enfocada a poder realizar un análisis funcional de la problemática de la persona, es decir, a establecer las conexiones y relaciones entre diferentes variables que regulan, influyen, afectan, mantienen y/o generan el problema motivo de consulta de la persona que acude a terapia. Esta exploración y valoración de las diferentes variables y conexiones, se enfoca tanto a factores del presente como del pasado. Entender la historia y el pasado de la persona ayuda a comprender mejor los problemas actuales, pero la terapia no está centrada en el pasado ni en la infancia de la persona. En el trabajo conjunto con el terapeuta, la persona aprende los mecanismos, estrategias y técnicas que le ayudarán a identificar los problemas y resolverlos, a afrontarlos y gestionarlos diferente, tanto desde la parte cognitiva como conductual. Programa de intervención /prevención El gato valiente