Subido por Karla Ivonne Marín Ramírez

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Marco Teórico – referencial
a) Docencia y filosofía
Según Smeyers (2010) la filosofía siempre ha intervenido en cuestiones de la
educación, dado que la formación docente exige contenidos filosóficos y aunque
no este contemplada en el plan de estudios es una parte fundamental para los
docentes y así comenzar a reflexionar acerca de diferentes situaciones teniendo
en cuenta que pueden contradecirse por generar pensamientos lógicos.
Con Aristóteles se entra a una tercera connotación de la filosofía. Para él, la
filosofía designa al conocimiento de todas las cosas que el ser humano puede
conocer de manera reflexiva y al conocimiento que posee de ellas. Indica,
entonces, un saber general que englobaba, en su tiempo, a la física (las cosas
naturales), la lógica (el estudio de la estructura de enunciados) y a la ética (el
estudio de la moral). Esta concepción de filosofía como conocimiento general
(ciencia total de las cosas), perduró hasta el siglo de la Ilustración, cuando
empezaron a surgir las ciencias, las cuales que ya poseían objeto y método de
estudio de acuerdo a su naturaleza epistémica (García, 2014,73).
Por lo tanto, la filosofía puede ser concebida como reflexión de las cosas
naturales, esto quiere decir que debemos preguntarnos acerca de todo lo que
nos rodea incluyendo la ciencia, lo social, pero sobre todo debemos reflexionar
acerca de las problemáticas que se van generando en nuestra vida, así mismo
pasa en el aula con los alumnos porque la tarea del docente es justamente
hacerlos reflexionar sobre el hoy y que comiencen a cuestionarse y a
preguntarse el porqué de las diversas cosas que pueden suceder.
Definir la filosofía es muy complicado, pero según Mondolfo “La filosofía puede
entenderse como la reflexión que hacen las personas sobre el mundo y las
cosas, es decir, preguntarse sobre lo que les rodea, y paralelo a ello, implica
asumir una actitud de duda y cuestionamiento. De manera categórica, se puede
decir, entonces, que no hay actividad filosófica si no se cuestiona, pero este
cuestionar hay que hacerlo propio, una actividad propia y no esperar a someterse
a lo que dicen los grandes filósofos” (2003).
Asumir el papel de docentes en el aula es complejo mas no imposible, sin
embargo, comprender el pensar filosófico es verdaderamente importante, es
urgente la necesidad de que los profesores sistematicen sus reflexiones
filosóficas, pues si bien es importante filosofar, también lo es plasmar esas ideas
y compartirlas con los demás colegas, porque la crítica del otro también
enriquece los conocimientos y hace progresar el saber educativo.
Conocer, reflexionar y cuestionar conceptos y categorías inmanentes al proceso
educativo, en la docencia es primordial la filosofía para los alumnos y profesores,
todo va más allá de la ética, sin embargo, es un papel fundamental en la escuela.
B) Enseñanza de la filosofía
Podríamos preguntarnos si verdaderamente es posible enseñar filosofía en el
aula porque no es lo mismo una escuela particular a una escuela pública, aunque
tenemos la idea que la filosofía es la misma en todos lados eso es erróneo, dado
que en cada entorno es diferente el pensamiento “tampoco es lo mismo la
enseñanza de acuerdo a quien sea el que enseña y en esto influyen desde los
conocimientos filosóficos y pedagógicos que se poseen, hasta el tipo de vinculo
que mantiene quien enseña” (Cerletti, 10).
El profesor expresa expresa su compromiso filosófico a partir de la didáctica, por
lo tanto, la filosofía se debe cuestionar y generarse preguntas de acuerdo a la
edad del alumno para que así pueda descubrir más acerca de el mismo y lo que
siente, por lo tanto, el enseñar filosófico es el elemento más importante y
constructivo para que al cuestionarse también se puedan encontrar repuestas
lógicas e interesantes. “La idea de filosofía que ponen en juego los profesores
de filosofía que enseñan a quienes serán docentes es algo raramente tematizado
en la formación inicial. Cada curso, cada clase de filosofía es la puesta en acto
de una concepción (una teoría) de la filosofía y la pedagogía, aunque esas
concepciones o teorías no se expliciten nunca, o casi nunca” (Cerletti,28).
El filosofar no solo se centra en preguntar y responder cuestiones acerca de la
vida, sino también en lo que sentimos, actualmente todos nos enfocamos en las
materias básicas sin tomar en cuenta lo que los alumnos sienten.
La parte emocional es importante e interesante porque es lo que forma a los
ciudadanos y a nuestros pequeños, actualmente hacemos un gran esfuerzo al
fomentar valores que se han ido perdiendo a partir de las diferentes
generaciones.
Cualquier tipo de enseñanza implica comprender y entender porque concebir el
aprendizaje de diferentes maneras, por lo tanto, pensar es involucrar los saberes
de una manera propia y la educación en general, cada enfoque permite visualizar
la enseñanza aplicada en el aula.
El aprendizaje filosófico no tiene que ver con la simple aceptación de la voz de
la autoridad, y su eventual repetición, sino con la reconstrucción de los saberes
que se disponían, en función de lo que los altera. Enseñar filosofía implica dar
un lugar al pensamiento. La novedad es fundamentalmente la irrupción del
pensar filosófico de los alumnos, y también del profesor, en virtud del estímulo
de sus alumnos. El surgimiento del pensamiento no es programable, porque
depende de circunstancias coyunturales y aleatorias, pero es necesaria una
preparación muy especial para que sea posible y estimulado (Celatti, 30).
Tanto profesores como alumnos están libres de una institucionalidad de
enseñanza, dado que tienen un criterio propio y sobre todo como lo dice
anteriormente libertad de pensamiento, esto indica una enseñanza programada
que indica el comienzo de interrogantes y la necesidad de responderlas y asumir
cada una de las consecuencias posibles.
El sujeto de una situación de enseñanza y aprendizaje filosófico sea,
básicamente, un sujeto colectivo significa que lo que se constituye en sujeto es
verdaderamente la relación (docentes-alumnos-saberes) en su conjunto, ya que
se produce una recomposición del vínculo a partir de la novedad de cada uno.
Solo por extensión, quienes participan de ese sujeto (colectivo) podrían ser a su
vez llamados sujetos (individuales). Asimismo, el sujeto es colectivo porque
hubiera sido otra la recomposición (o no hubiera ocurrido nada) si hubiesen sido
otros los participantes y otro el contexto de su efectuación. Es decir, la posibilidad
de que exista un sujeto depende de una particular combinación de circunstancias
y decisiones en una situación y no de una práctica pedagógica instituida o una
política educativa (Cecatti,31).
Quienes construimos el sujeto filosófico somos responsables y capaces de
aprender y enseñar filosofía a partir de un encuentro con los saberes de
autoaprendizaje para así crear a un sujeto con un pensamiento crítico y reflexivo
tomando en cuenta lo que siente, porque lo siente, lo que se cuestiona, lo que
puede responderse, etc.
c) Desarrollo del Pensamiento crítico desde una metodología constructivista y
situada.
La primera propuesta es que los proyectos se vinculan al currículo de acuerdo a
los diferentes niveles de escolaridad para esto necesitamos planear de una
manera íntegra para poder responder a los cuestionamientos planteados por el
sistema y alumnos.
Una cuestión central, apuntada ya desde la filosofía progresista, era la
importancia de conducir verdaderos experimentos científicos, por más sencillos
que sean, por medio de los cuales los estudiantes construyan un modelo o
realicen una demostración, pero siempre en torno a la idea de resolver un
problema planteado en la forma de una pregunta susceptible de indagación
empírica. De esta manera, los pasos para la realización del proyecto son los
propios del método científico experimental, que se reconoce como la forma válida
de apoyar con bases una idea o una teoría (Diaz Barriga, 2006).
Ahora bien, de acuerdo a la enseñanza y aplicación de proyectos debemos tener
en cuenta que entre más pasa el tiempo se dificulta la manera de responder
estas interrogantes, dando pie a nuevos descubrimientos emitidos por el sistema
y alumnos, por lo tanto, los profesores deben estar preparados para cualquier
tipo de pregunta y en caso de no saber responder tener el compromiso de aplicar
una metodología e investigación para poder responder ese cuestionamiento sin
resolver.
Cada alumno, cada profesor es diferente y tienen ideas, cuestionamientos,
planteamientos, proyectos, etc. Diferentes, si bien la nueva escuela nos indica
que debemos estar un poco más centrados en las emociones, como profesores
es difícil porque no solo se pide eso en una institución, sin embargo, la
importancia de estas es fundamental para que los niños y niñas se sientan
seguros y puedan convivir en un ambiente amigable.
“Ander-Egg y Aguilar (1998) ofrecen una propuesta para el diseño de proyectos
de intervención social y cultural que se justifican por la existencia de una
situación problema prevaleciente en una comunidad o escenario real que se
quiere modificar o solucionar. Los autores ponen el acento en una planificación
acuciosa, y su propuesta ha tenido gran éxito y difusión en el medio
latinoamericano tanto en el ámbito de la intervención socioeducativa como en la
enseñanza práctica de diversas carreras universitarias del área social”.
Parece relevante una manera de plantear un proyecto dedicado y enfocado a las
situaciones actuales filosóficas.
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