Reseña Literaria La esquina de los ojos rojos

Rafael Ramírez Heredia
La
Esquina
de
los
Ojos
Rojos
La novela en cuestión, escrita por el célebre Rafael Ramírez Heredia, ganador del
premio Juan Rulfo, publicada por la editorial Alfaguara, contando con una cantidad de
237 páginas en su versión digital y un aproximado de 235 en su formato físico,
publicada en el 2006 , partimos con la sinopsis que nos logra ofrecer la contraportada,
Rafael Ramírez Heredia grafitea con precisión la vida de un barrio bravo de la ciudad
de México, imagina un mundo infernal, furioso, apocalíptico, donde sus habitantes
son almas en pena o sicarios adolescentes que sólo respetan a la muerte, la santa
muerte, que desde su altar de negras veladoras los mira besar, llorar, copular, matar
o morir. En este escenario, donde viven hacinados judiciales y soplones, narcos y
abogados, así como gente que comercia y paga una cuota para proteger sus
negocios, que aparentemente los mantiene al margen del crimen, se entreteje el
drama de una adolescente asesinada, de su madre que jura vengarse, del hombre
que se le cruza por el camino, cuyo trabajo es nadar en el drenaje profundo de la
ciudad. En este mundo de basura, imágenes religiosas y prostitución, de seres al
parecer sin esperanza, Ramírez Heredia, continúa la trilogía que comenzó con La
mara, y narra pasiones de gente que vive con el sufrimiento tatuado en la mirada, de
políticos influyentes y la presencia de poderosos medios de comunicación, todos
cobijados bajo el manto de la niña blanca. La esquina de los ojos rojos es, en palabras
de Ramírez Heredia, el reflejo del mundo globalizado, donde trato de llevar al lector a
vivir lo que todos sabemos que existe pero nadie quiere aceptarlo (Esta contraportada
corresponde a la edición de 2014).
En si, la contraportada con facilidad nos logra resumir y atrapar con una sinopsis mas
el punto de vista de la historia del mismo autor, pero profundizando un poco en lo que
se nos cuenta, esta novela nos relata lo qué podríamos con facilidad interpretar un
retrato de la actualidad de uno de los barrios más conocidos de la CDMX, hablamos
del barrio bravo de Tepito, conocido por cuestiones como la delincuencia organizada,
el narco, las drogas y el culto a la santa muerte, girando la historia en la importancia
en la creencia de esta última, siendo de importancia para el lugar, la narrativa nos
lleva como punto de partida la asesinato de un hombre en el Barrio Bravo, suceso el
cual lleva a la madre de la victima de asesinato a investigar las causas de muerte de
su hijo, en busca de respuestas como ¿Quien lo mando a matar?, profundizamos en
el Barrio Bavo un conocimiento a mayor profundidad a lo que es el barrio en sí, como
los comercios, tanto formal como informal, los grupos delictivos o mafias que están al
control de la mayoría de aspectos de los comercios, con una narración a partir del
intento de venganza de una madre que perdió a su hijo por culpa de la delincuencia
contando una historia de amor, en la cual se encuentra con un buzo, aclarando que
se habla de un buzo encargado de destapar la cañerías de la ciudad, siendo esta
historia conformada mediante varios relatos conformando una historia de creencias,
amor, cultos, siendo una historia del Barrio Bravo, llevando un ritmo continuo donde
es necesario poner atención a los detalles de cada uno de los relatos para poder tener
una buena comprensión de la historia, es cierto que al principio cuesta engancharse
con la lectura pero conforme uno avanza es difícil el detenerse al querer saber como
esta historia se desarrolla.
En conclusión, la novela es bastante recomendable ofreciendo una historia que retrata
como si fuera un graffiti, un paisaje de este conocido barrio con una historia que
profundiza en el barrio para tener un nuevo punto de vista de lo que es la realidad
para varios, no habiendo encontrado algún error estético en la obra, todo esto
hablando desde el punto de vista de un lector casual que solo ha leído esta obra en
dos ocasiones, una para completar un diario de lectura y otro para hacer la reseña,
pudiendo decir que una vez se agarra el ritmo no podrás despegarte hasta finalizarla.