Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica Fitosanitaria Dickeya chrysanthemi

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Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica Fitosanitaria
PUDRICIÓN O MARCHITEZ BACTERIANA DE LAS ORNAMENTALES
(Dickeya chrysanthemi ) (Burkh.) Young et al. 1978).
1. Generalidades (Notificación de primeros reportes).
Actualmente en México se tienen diagnósticos positivos del cancro bacteriano del tomate en los estados
y municipios de Puebla (San Juán Tetla, Chiautzingo, San Miguel Xoxtla, Chignahuapan y Xicotepec);
Jalisco (San Juan de los Lagos, Tala y Atotonilco), San Luís Potosí (El Cedral), Veracruz (Atzalan),
México (San Miguel Nepantla, Tepetlixpa, Ixtapaluca y Ozumba), Hidalgo (Acaxochitlán y Metzitlán),
Guanajuato (San Felipe, San José de la Cruz, San José Iturbide, Santa Cruz de Juventino Rosas,
Celaya, Pénjamo, Purísima del Rincón, Irapuato, Abasolo y Silao), Nayarit (San José del Valle), Sonora
(Cajeme), Chihuahua (Saucillos), Zacatecas (Chaparrosa, Rio Florido y Trancoso), Chiapas (La Trinitaria,
), Distrito Federal (Milpa Alta), Guerrero (Paso Morelos) Oaxaca (San Lorenzo Cacaotepec), Michoacán
(Tuxpan, Yurécuaro, La Piedad, Zamora, Puruándiro y Briseñas) y Tlaxcala (Tlaxco y Huamantla).
Para el año 2005 la EPPO reportó este patógeno en México, específicamente en Baja California.
2. Estatus fitosanitario en México y regulación fitosanitaria.
Hasta la fecha Dickeya chrysanthemi es una bacteria fitopatógena no reportada en México. Se encuentra
regulada por la NOM-007-FITO-1995, Por la que se establecen los requisitos fitosanitarios y
especificaciones para la importación de material vegetal propagativo.
Informe 2009
3. Biología y ecología.
Sinonimias: Erwinia chrysanthemi (Burkh.)
Erwinia carotovora var. chrysanthemi (Burkh.) Dye
Pectobacterium chrysanthemi (Burkh.) Brenner et al.
Nombre común:Pudrición o marchitez bacteriana de las ornamentales.
Marchitez bacteriana del crisantemo.
Marchitez bacteriana de la dalia.
Ubicación taxonómica:
*Dominio: Bacteria
*Phylum: Proteobacteria
* Clase: Gammaproteobacteria
*Orden: Enterobacteriales
*Familia: Enterobacteriaceae
*Genero: Dickeya
*Especie: Dickeya chrysanthemi (Burkh.) Young al. 1978.
CABI, 2007
La pudrición bacteriana de las ornamentales es ocasionada por Dickeya chrysanthemi, esta bacteria se
caracteriza por producir enzimas pectolíticas que les permiten macerar el tejido parenquimatoso,
ocasionan pudriciones blandas en una amplia gama de especies vegetales (Waldee, 1945 consultado en:
Crop Protection Compendium, 2007).
E. chrysanthemi es una bacteria Gram-negativa, anaeróbica-facultativa en forma de varilla, mide de 1.13.8 x 0.5-1 micras, móviles con varios flagelos peritricosos. Es oxidasa negativa, catalasa positiva,
fermenta la glucosa y reduce el nitrato (Bergey, 1994; Bradbury, 1986; consultado en: CPC, 2007).
Comparada con otras Erwinia spp. causantes de la pudrición blanda, existe una considerable diversidad
dentro de E. chrysanthemi, tanto a nivel inmunológico, con alrededor de 12 serotipos sobre base de
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Producto 4
lipopolisacáridos (Samson et al., 1990: consultado en: CPC, 2007) Y el nivel molecular, con un 24% de
similitud media (Avrova et al., 2002; consultado en: CPC, 2007) Y 15 grupos de RFLP (Waleron et al.,
2002; consultado en: CPC, 2007). No hubo correlación entre estos grupos y el anfitrión original y el origen
geográfico. Sin embargo, la ribotipificación de la bacteria dio siete grupos que podrían estar relacionados
con patovares, biotipos y en menor medida a la distribución geográfica (Nassar et al., 1994; consultado
en: CPC, 2007).
La enfermedad de la pudrición blanda de las ornamentales afecta más a los cultivos de invernadero. Esta
bacteria tiene la facultad de poder vivir en el suelo en ausencia de hospedantes malezas o cultivos,
especialmente en las regiones tropicales. Regularmente se encuentra asociado a residuos de cosecha
además pueden infectar plantas a través del agua de riego o material vegetativo
Se encuentra comúnmente en asociación con residuos de la planta. Cuando el agente patógeno fue
descubierto en el maíz en la Florida, EE.UU., el agua de riego se creía que era la fuente de inóculo
primario (Lopes et al., 1986). El patógeno puede ser aislado de agua en la India (Saxena y Lal, 1987) y se
demostró en Australia (Nueva Gales del Sur) como un componente natural de la microflora de los Alpes
acuáticos que pueden infectar a las patatas a través de agua de riego (Cother y Gilbert, 1990; Cother et
al., 1992). De lo contrario, el material de siembra en general, transmite el agente patógeno. Estacas de
Musa sp., Clavel, dalia, Dieffenbachia, crisantemo, y tubérculos de dalias y papa, son capaces de
transmitir la enfermedad a causa de una infección interna en los haces vasculares. Sin embargo, E.
chrysanthemi no es portado por la semilla de maíz, ya sea externa o interna (Prasad y Sinha, 1978). La
dispersión del patógeno dentro y entre los cultivos también puede ocurrir por las plagas de insectos y el
viento contaminado salpicado de agua y aerosoles.
El cancro bacteriano del tomate (C. michiganensis subsp. michiganensis) se manifiesta como un
manchado de hojas, tallos y frutos, así como en un marchitamiento de las plantas. En las etapas
avanzadas de la enfermedad, toda la planta se marchita y muere. Los cancros son muy pequeños e
imperceptibles, pero pueden aparecer sobre los tallos y las nervaduras de las hojas.
Los primeros síntomas observables son manchas y marchitamiento de los foliolos. El manchado de las
hojas se produce cuando el clima es húmedo y aparece inicialmente en forma de manchas ampulosas
blancas que se ponen color café conforme maduran y pueden coalescer. Las hojas marchitas se enrollan
hacia arriba y hacia adentro y más tarde se empardecen y marchitan, pero no se desprenden (Figura 1).
Con frecuencia la enfermedad solo afecta a los foliolos de un lado de la hoja o de un costado de la planta
La marchitez puede desarrollarse gradualmente de un foliolo a otro o puede generalizarse y destruir gran
parte del follaje.
Figura 1 Síntomas en hoja. Fuente: Dhanvantari, 2005.
Sobre los tallos, vástagos y pedicelos de las hojas aparecen varias bandas de colores claros, a menudo a
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Reportes epidemiológicos
Sintomatología (Agrios, 2004).
Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica Fitosanitaria
nivel del punto de unión de los pecíolos y tallos., más tarde, pueden formarse grietas en dichas bandas,
las cuales forman cáncros (Figura 2). Cuando el clima es húmedo, por los cancros exudan masas
mucilaginosas de bacterias hasta la superficie del tallo, desde donde se extienden hasta las hojas y frutos
y producen infecciones secundarias.
Informe 2009
Figura 2 Grietas en tallo. Fuente. Dhanvantari, 2005.
Los síntomas en los frutos aparecen en forma de pequeñas manchas blancas, aguanosas y superficiales
cuya parte central más tarde sobresale ligeramente, adquiere un color canela y se vuelve rugosa. El
aspecto final de las manchas en fruto tiene la forma de ojo de pájaro, las cuales tienen centros de color
café con un diámetro aproximado de 3 mm y halos blancos en torno a ellos (Figura 3), los cuales son
características propias de la enfermedad.
Figura 3 Síntomas en fruto. Fuente: Dhanvantari, 2005.
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Producto 4
La infección vascular causada por las operaciones de manipulación conduce a la atrofia del crecimiento,
marchitamiento y la pérdida de turgencia de las plantas. Las lesiones son de aspecto húmedo
produciendo necrosis marginal de las hojas y los frutos manchados (Ricker y Riedel, 1993).
4. Hospederos.
Los huéspedes naturales de C. michiganensis subsp. michiganensis son: el tomate (Lycopersicum
esculentum) y otras especies de Lycopersicum sp., Capsicum annuum (pimiento), Solanum mammosum,
S. douglassi, S. nigrum (Hierba mora), y Nicotiana glutinosa. Otras solanáceas son susceptibles a la
inoculación artificial (Thyr et al., 1975).
5. Epidemiología (Agrios, 2004).
Las infecciones primarias ocasionadas por C. michiganensis subsp. michiganensis pueden deberse a la
propagación desde las semillas hasta los cotiledones u hojas, pero la mayoría de ellas se deben a la
penetración de dichas bacterias a través de heridas en raíces, tallos, hojas y frutos. Las bacterias son
llevadas hasta ellos a través de la manipulación de esos órganos, la cual tiene lugar durante el
transplante, aunque también son diseminadas por el agua de riego, suelo, por salpicaduras de lluvia y por
las prácticas agrícolas como el atado o tutoreo y la poda de hojas de tomate.
5.1.1 Mecanismos de dispersión.
La bacteria se localiza en los vasos del xilema, donde puede causar cavidades lisogénicas. Los vasos
infectados contienen depósitos granulares viscosos, tilosos y masa bacteriana (Marte, 1980). El patógeno
produce una toxina glicopeptida, la cual tiene actividad biológica (Miura et al., 1986). La virulencia del
patógeno ha mostrado estar asociada con un fragmento de ADN plasmídico relacionado con la expresión
del fenotipo patogénico (Meletzus et al., 1993).
La diseminación directa de la infección sistémica normalmente tiene lugar durante las operaciones de
cultivo como podas, defoliaciones y recolección. La infección radicular puede tener lugar a partir del
inóculo del suelo aunque no es importante, excepto si ha habido un daño considerable a las raíces
durante el trasplante (Smith et al., 1992).
La humedad elevada durante y tras la diseminación permite el establecimiento de infecciones a través de
heridas, estomas, hidátodos, lenticelas o tricomas. La diseminación también puede tener lugar a través
de la ropa y el pelo de los operarios, especialmente cuando el cultivo está húmedo y la humedad relativa
es alta; en general esta dispersión es menos importante en cultivos que normalmente se desarrollan al
aire libre en climas con veranos secos, que en cultivos protegidos (Agrios, 2004).
Se debe estar atento al desarrollo del patógeno y evitar que se disperse a las zonas productoras de
mayor importancia en nuestro país.
5.1.2 Vectores.
El principal vector de esta enfermedad es el hombre, la transmisión se da mecánicamente, como
consecuencia de las labores culturales de manejo que se realizan en el cultivo de tomate (Agrios, 2004).
5.1.3 Otras formas de transmision.
La principal forma de diseminación se debe a las labores culturales mecánicas como deshoje, tutoreo,
deshije y raleo de frutos, que se realizan en semilleros y cultivares, y en general por salpicaduras de agua
causadas por la lluvia, riego por aspersión o aerosoles químicos.
6. Prevalencia y distribución de la plaga en México y el mundo.
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Reportes epidemiológicos
Una vez que se encuentran dentro de la planta, las bacterias llegan al sistema vascular, se desplazan y
propagan principalmente en los vasos xilemáticos espirales, para después salir de ellos e invadir el
floema, médula y corteza, donde forman las grandes cavidades que originan los cancros.
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C. m. subsp. michiganensis inicialmente descrita en Norteamérica y posiblemente originada ahí. Está
muy extendida en las principales áreas de cultivo de tomate en el mundo, incluyendo a Europa (Smith et
al., 1992).
La distribución geográfica es la siguiente: Europa: Austria, Bulgaria, Bélgica, Chipre, República Checa,
Filandia, USSR, Francia, Alemania, Grecia (Creta), Hungria, Irlanda, Italia (Sardinia, Sicilia), Lituania,
Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, Rumania, Federación Rusa (Rusia Central, Rusia Sureste y
Este de Liberia), Serbia y Montenegro, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suiza, Ucrania, Reino Unido (Islas
Channel, Inglaterra y Wales, Escocia). En Asia: Armenia, Azerbaijan, China (Liaoning), India (Andhra,
Karnataka, Madhya Pradesh, Maharashtra y Tamil Nadu), Indonesia (Java), Irán, Israel, Japón, Líbano,
Turbia, Tailandia y Uzbekistán. En África: Algeria, Egipto, Kenya, Madagascar, Marruecos, Sudáfrica,
Tunisia, Tanzania, Togo, Uganda, Zambia, Zimbabwe. En América: Canadá (Alberta, British Columbia,
Manitota, Nova Scotia, Notario, Québec y Saskatchewan), Estados Unidos (California, Florida, Georgia,
Hawai, Iowa, Illinois, Indiana, Michigan, North Dakota, Ohio, Wyoming), Belice, Costa Rica, Cuba,
República Dominicana, Dominica, Granada, Guadalupe, Martinique, Panamá, Argentina, Brasil (São
Paulo, Pernambuco), Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay. En Oceanía: Australia (New South
Wales, Queensland, South Australia, Tasmania, Victoria, Western Australia), Fiji, Nueva Zelanda y Tonga
(IMI, 1996).
Informe 2009
7. Estimación de las posibles consecuencias económicas, ambientales y comerciales, en caso de
introducción, establecimiento y dispersión.
El principal hospedero de importancia económica es el tomate (Lycopersicum esculentum), pero se han
reportado infecciones naturales en Capsicum annuum (Lai, 1976; Latin et al., 1995); y sobre plantas
silvestres: Solanum douglasii, S. nigrum, S. triflorum (Bradbury, 1986). En el Cuadro 1 se representan los
estados de la República Mexicana con mayor importancia en la producción de tomate rojo.
Cuadro 1 Tomate rojo (Lycopersicum esculentum) Superficie sembrada a nivel nacional en el 2008: 57,248.08
ha. Valor de producción: $12, 699, 612,990.00 (SIAP, 2008).
Estado
Superficie
sembrada (ha)
Valor de producción
($)
Participación
en Sup. Sem.
(%)
Sinaloa
15,783.98
4, 099, 622, 150.00
32.28
Baja
California
B. C. Sur
3,722.70
1, 090, 450, 230.00
8.58
2,569.00
936,522,610.00
7.37
San Luís
3,129.50
834, 142, 600.00
6.56
Jalisco
2,449.50
571 ,889, 920.00
4.50
Michoacán
5,351.75
564, 045, 270.00
4.44
Morelos
2,370.89
563, 565, 450.00
4.43
Tamaulipas
2,138.00
480, 967, 500.00
3.78
Veracruz
3,245.50
457, 513, 200.00
3.60
Potosí
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Desde el primer reporte de la enfermedad en Estados Unidos en 1910, el cancro bacteriano se ha
diseminado en todo el mundo y causa serias pérdidas en el cultivo de tomate en invernaderos y campo,
matando las plantas jóvenes o reduciendo la producción notablemente. La reducción en la producción
puede ser asociada con pérdidas directas de la planta, reduciendo el número de frutos o tamaño de fruto.
Experimentos de campo han registrado pérdidas en la producción de 20% o más en Ontario, Canada
(Dhanvantari, 1989; Dhanvantari y Brown, 1993); 20-30% en Francia (Rat et al., 1991); 46% en Illinois,
USA (Chang et al., 1992).
El cancro bacteriano es una de las principales enfermedades del cultivo del tomate al aire libre y puede
ser muy difícil de controlar en cultivo protegido. Antes de que se adoptaran medidas higiénicas y métodos
especiales de extracción de la semilla, la enfermedad podía causar con frecuencia pérdidas de
producción de hasta el 70%. Probablemente, en cultivos protegidos, donde los síntomas superficiales son
difíciles de diagnosticar sin experiencia, las pérdidas sean mayores de lo que se piensa (Shoemaker y
Echandi, 1976).
8. Estrategias para la vigilancia, alerta, monitoreo y detección.
Una vez seleccionado el Sitio de Detección de este patógeno se procederá a recorrer el cultivo de
acuerdo al siguiente diseño: se realizará un recorrido de cuatro hileras equidistantes dentro del Sitio.
Posteriormente se eligen tres puntos de evaluación por cada cinco hectáreas de cultivo.
9. Manejo integrado de plagas.
El cancro bacteriano es una de las enfermedades del tomate más difíciles de controlar una vez
establecido en el cultivo, por ser extremadamente contagiosa. La detección de las plantas infectadas
puede ser difícil y no existen tratamientos químicos verdaderamente efectivos. Además el patógeno
puede sobrevivir durante dos periodos del cultivo en el medio ambiente (Shoemaker y Echandi, 1976).
Solo debe utilizarse semilla extraída por fermentación o con ácidos, de esta manera se reduce
marcadamente la contaminación (Thyr et al., 1975). Una medida fundamental es asegurarse de la calidad
fitosanitaria de la semilla que se emplee, dado que esta puede constituir la principal fuente de inóculo
inicial.
En caso de no estar seguros de la calidad de la semilla, se puede recurrir a la desinfección de ésta con
hipoclorito de sodio al 1% (lejía) por 20 a 25 minutos, o tratamientos con agua caliente a 50 °C por treinta
minutos. De igual modo es recomendable antes de iniciar la siembra, cuando la producción se realiza en
invernaderos o algún lugar cerrado, desinfectar con hipoclorito de sodio al 2%, los postes, vigas y
cualquier estructura que pueda ser reservorio del patógeno. Esto es particularmente importante si la
enfermedad se ha presentado antes (Sandoval, 2004).
También es fundamental como medida de control, la higiene dentro del cultivo, y la desinfección de
herramientas, manos, y útiles de trabajo con lejía al 1%. Es recomendable mantener al final de cada
hilera un recipiente con una solución de este compuesto para que los operarios introduzcan manos y
utensilios empleados (Sandoval, 2004).
9.1 Control legal.
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Reportes epidemiológicos
Crear mapas a nivel regional, estatal y nacional sobre la situación actual visualizando la ubicación,
comportamiento y diseminación del patógeno en forma rápida y precisa para tomar decisiones en materia
fitosanitaria y delimitar las áreas infectadas.
Establecer los ciclos y los factores que inciden sobre la epidemiología del cancro bacteriano del tomate
en los cultivos hospedantes de mayor importancia económica para el país. Determinar y aplicar medidas
fitosanitarias, a fin de eliminar oportunamente los focos de infección que se detecten.
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Se encuentra regulada bajo la NOM-007-FITO-1995 por la que se establecen los requisitos fitosanitarios
y especificaciones para la importación de material vegetal propagativo.
9.2 Control cultural.
Prácticas como barbechos profundos para enterrar los residuos de cultivo infectados después de la
cosecha para acelerar la descomposición, y rotación de cultivos por al menos dos años, son
recomendadas para reducir la incidencia del cancro (Gleason et al., 1991).
9.2.1 Muestreo.
Para el muestreo en campo se sugiere utilizar el método de cinco de oros. En cada punto de muestreo se
seleccionan cinco plantas contiguas y de cada planta se toman dos hojas de la parte basal de la planta, o
bien un fruto, preferentemente aquellas hojas o frutos que presenten los síntomas característicos del
cancro bacteriano.
9.2.2 Control físico.
Tratamientos de agua caliente a 56 ° C durante 30 minutos erradicaron el patógeno de semillas de
tomate, sin embargo esto tiene como resultado de 10 a 15 % de reducción en la germinación de semillas
(Fatmi et al., 1991). El tratamiento de semillas de tomate con agua caliente a 50 ° C durante 25 minutos
fue eficaz en la desinfección sin afectar de manera importante la germinación de semillas y emergencia
de plántulas (Dhanvantari, 1993).
Informe 2009
Utilizar un termómetro preciso y revolviendo el agua y bolsas de semilla continuamente para asegurar la
rápida penetración de calor y mantener la temperatura uniforme en los lotes de semillas son los
procedimientos importantes en el tratamiento de semillas con agua caliente (Dhanvantari, 1993).
9.2.3 Control químico.
Uso de semillas libres de bacterias, aplicando una capa protectora de cobre o estreptomicina en las
plantaciones y esterilizando el suelo de estos últimos. Con frecuencia la siembra directa de tomates para
procesamiento permite obtener cultivos sanos debido a que evita la propagación subsiguiente del
patógeno, lo cual ocurriría con el trasplante (Agrios, 2004).
Una vez que la enfermedad aparece en el campo deben evitarse el riego por aspersión y los tratamientos
de alto volumen, que deben sustituirse con tratamientos de ultra bajo volumen con compuestos cúpricos.
Deben aplicarse tres tratamientos con intervalos de 10 días, seguidos por tratamientos con intervalos de
3-5 semanas (Smith et al., 1992).
10. Recomendaciones.
Desinfectar la herramienta, lo más frecuentemente posible, con hipoclorito de sodio al 1% después de
realizar labores culturales en áreas con plantas enfermas y antes de realizar labores en áreas con plantas
sanas.
Iniciar las labores culturales en las áreas no infectadas y finalmente en áreas que pudieran estarlo, de
esta manera se reduce la diseminación de la enfermedad en los huertos. Usar semilla certificada
disminuye la posibilidad de infección en la producción de plántula.
Incinerar las plantas que presenten los síntomas característicos que produce la enfermedad.
11. Bibliografía.
Agrios G.N. 2004. Fitopatología. (2ª Ed). Limusa, Noriega Editores. México. 838 p.
Bradbury JF, 1986. Guide to plant pathogenic bacteria. Farnham Royal, Slough, UK: CAB
International. View Abstract
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