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Juegos típicos - obispo Santiesteban

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Provincia Obispo Santistevan – Danzas típicas.
La vestimenta tradicional de la provincia Obispo Santistevan se transmite a través de las
danzas típicas que interpretan sus pobladores. Por ejemplo: El carnavalito es una danza típica y
característica de la región, nacida al calor del huayño valluno y la tradicional Jota española
durante el ocaso del coloniaje y el siglo XIX. Las mujeres que bailan un carnavalito visten un
tipoy colorido (vestido largo, sin cuello ni mangas) y llevan flores veraniegas en el cabello. La
indumentaria de los varones consiste en una camisa blanca, un pantalón casi hasta los tobillos,
una pañoleta y un sombrero de Sao. Otro de los bailes típicos es el taquirari, el cual tiene una
clara influencia de los bailes indígenas de la región, caracterizados por su movimiento y alegría.
Para bailar taquirari, la pareja debe estar frente a frente y con las manos agarradas. Los saltos
son marcados por un ritmo movido, un poco menos que el carnavalito, y las variaciones a
veces improvisadas por los músicos. Asimismo, la vestimenta es la misma que se utiliza para el
carnavalito
JUEGOS TRADICIONALES
JUEGOS TIPICOS DE SANTA CRUZ
PALO ENSEBAO
Se utiliza un palo recto, de
alrededor de ocho metros de
largo sin contar la porte
enterrado que mide como
un metro o más, para darle
fijeza; el diámetro en la base,
está entre los treinta y los
treinta y cinco centímetros.
En la parte superior se
cruzan dos maderos
horizontales que
generalmente sostienen un
aro hecho de bejuco, el que
lleva pendientes los premios, estos consisten en pañuelos, cortes de tela, dinero,
alguna botella de licor y otras cosas que signifiquen aliciente para alcanzarlas.
El palo se embadurna completamente con sebo o jabón para dejarlo lo más
resbaladizo posible, dificultando la ascensión. Sin embargo, los que pretenden
subir a él se proveen de maneas para los pies y llenan sus bolsillos o bolsos que
llevan a propósito, con arena y ceniza, para contrarrestar o paliar el efecto del
sebo. Untados con eso, brazos, manos y pies y
maneados, se abrazan al madero para trepar fuertemente abrazados a él. Muy
pocos lo consiguen al primer intento, algunos lo intentan varios veces. A
medida que los trepadores van ensayando, la acción del frotamiento con la
arena y la ceniza hacen disminuir lo resbaladizo del palo y el que llego a
coronarlo baja cargado con el ansiado botín que tiene el doble valor económico
y de triunfo sobre los demás.
(2)
CARRERA DE CARRETILLA
No obstante los
esfuerzos para indagar el origen de esta diversión, ha sido imposible obtener
mayor información y por lo tanto aún no sabemos dónde y como se originó. Al
ser este objeto un medio para el transporte de cosas diversas en distancias muy
cortas, generalmente algunos metros, es posible que hubiere aparecido en
países donde se utilizaba este pequeño vehículo como de una sola rueda. El
nombre, por supuesto, es diminutivo de "carreta", del que también proviene
"carretón".
Desde hace años, por lo menos en la primera mitad de la centuria posada, se
acostumbra hacer "carreras de carretilla" entre muchachos de escuela y varias
veces, por lo menos, lo hemos visto formar parte de diversiones populares en
muchos pueblos de la región. Esta "carretilla" es, como sabrán muchos, una
persona que hace las veces de la carretilla y otra que lo empuja.
las carreras de "carretilla" se practican por parejas y en grupos de contendores.
La pareja está constituida por uno que hace de "carretilla", apoyado sobre las
manos que reemplazan a la rueda y con las piernas extendidas hacia atrás; el
otro se coloca entre ellas y las sostiene con ambas manos, de pie, a modo de
conductor. A la señal, el que hace de carretilla debe avanzar valiéndose de las
manos únicamente, mientras el segundo lo sostiene de las piernas. Gana la
“carretilla" el que primero cubre la distancia convenida.
(3)
CARRERA DE EMBOLSAO
Aunque no podemos precisar la
época, al parecer esta diversión se remonta a bastante tiempo atrás y era
practicada por lugareños en algunas poblaciones españolas; por lo tanto, otro
juego de carácter popular, pues se trataba de una competencia entre varios y
era presenciada por público. Las características por lo simple, eran las mismas
que la "carrera de embolsao" (con omisión vulgar de la ''d'' tanto allá como acá)
vino a esta tierra.
Entre nosotros se la efectuaba (y aún ocurre) en oportunidad de celebrarse
alguna
conmemoración, como aniversario cívico, occisión en la cual intervenían
alumnos de escuela que competían por un cuaderno, lápices u otros útiles
escolares destinados a los ganadores. Hemos visto también participar a jóvenes,
incluso tan sólo por el sabor de la victoria, sin otro aliciente. Su práctica
continúa en algunos eventos provinciales.
Todavía se la puede ver en algunas poblaciones y, especialmente, en actividades
escolares. Como su nombre lo indica, los participantes deben estar dentro de
una bolsa resistente, esta es colocada desde los pies a la cintura, impidiendo el
libre movimiento de las piernas.
Los competidores se colocan en la línea de partida, y a la señal acordada, inician
la prueba saltando hacia delante con ambos pies, a manera de canguros;
quienes pretenden alternar pies con pasos cortos, según lo que permita la
anchura de la bolsa, corren el inminente riesgo de caer y ser descalificados, si
ello se convino previamente, o perder un tiempo valioso para llegar a la meta
entre los primeros y obtener algún premio. La distancia a recorrer es de
(4)
EL PEJICHI
Esta diversión, con el nombre de "juego de la cuerda", se ha practicado desde la
antigüedad en Europa, utilizando una gruesa cuerda (soga) ya que realmente se
trato de una prueba de fuerza para grupos de contendientes. Tuvo diferentes
formas, pero en esencia consistía en la colocación de un grupo formado en línea
tomando la cuerda en una de sus mitades, mientras otro grupo lo hacía en la
opuesta, con un espacio intermedio entre ambos equipos. Vencería el que
dominaba al contendiente, arrastrándolo hacia su lado.
En Santa Cruz se adoptó como un juego popular, variando su modalidad con la
característica típica de imitar la fuerza de arrastre del armadillo gigante, llamado
“pejichi" en lengua aborigen, de donde tomó el nombre.
El “Juego del pejichi" era bastante acostumbrado hasta hace medio siglo,
constituyéndose en diversión no solamente escolar sino también de mayores,
que ante el público lo practicaban en diversas festividades realizadas tanto en
barrios de la ciudad como en poblaciones de las provincias.
Como ya se dijo, la modalidad de esta competencia de fuerza, tiene
características telúricas solamente, empezando por su denominación. Es una
prueba individual, de uno contra otro. Para realizarla los contendientes se
colocan en cuatro pies, de espaldas a la línea central de la que están unidos por
una cuerda, cuyos extremos llevan al cuello con una lazada no corrediza; a la
señal convenido ambos deben jalar en direcciones opuestas, siempre en cuatro
pies, venciendo quien arrastra al contendiente hasta que llegue a tocar la línea
central.
(5)
EL VOLANTIN
Este es un término
nuestro para designar a la cometa, su nombre castellano, introducida
en Europa el siglo XVIII. Su origen es muy antiguo, afirmándose haber sido inventado
por un general chino doscientos años antes de Cristo. El militar usó diferentes figuras
para sus cometas y estando en una ciudad sitiado por el enemigo, se valía de ellas para
llevarlos con un ejército que acudía en su socorro. Sin embargo, hay quienes creen que
este artefacto tuvo su aparición en Indonesia, y que el general chino solamente la utilizó
como instrumento de comunicación en la Guerra.
Otro militar, un samurai (casta guerrera del Japón) del siglo XVIII, que pretendía
derribar al gobierno del ShogúnTocugava, hizo construir uno.
Los "volantines" son, preferentemente, en forma de cuadro de papel u hoja plástica,
correspondiendo una diagonal a los extremos laterales, sujetos a un arco de flecha los
más delgados y livianos posibles, a la "flecha” se sueltan los ángulos anterior y
posterior. Este conjunto de arco y flecha constituye el armazón para mantener el plano
del juguete. A la parte de atrás se sujeta la cola, formado generalmente por una cinta de
tela para estabilizarlo. En cada tercera porte del arco así como en la sección trasera de la
flecha y equidistantes entre sí, se amarran tres gruesos hilos que se unen a unos veinte
centímetros, partiendo de allí el hilo (los chicos pedíamos número veinte) que, envuelto
en una especie de carrete, sostiene el jugador en la mano para elevar su "volantín". Se
juego a la mayor elevación, al mayor tiempo en el aire o, simplemente, por el placer de
elevarlo.
(6)
JOCHEO DE TORO
Los juegos con toros datan de muy antiguo. Excavaciones arqueológicas
efectuadas en la capital del reino de Creta y anterior a la civilización griega, han
dejado al descubierto varios grabados, algunos en vasos; en ellos se observa el
juego con toros que se practicaba entre los cretences del período minoico (de
Minos, rey de Creta, aunque parece que era un nombre común dado a los reyes
de allí).
En los festejos que reciben el nombre de "sanfermines", realizados cada año en
la ciudad de Pamplona (región de Navarro, España) para conmemorar el día de
San Fermín, se utiliza otra clase de toreo, en las calles de la población, se
efectúa con varios toros e interviene una multitud de personas. Estos festejos
atraen gran cantidad de turistas, no solamente de España sino también de otros
países, especialmente europeos.
De todas maneras, lo cierto es que ya en la primera mitad del siglo XVII en esta
ciudad existía el toreo en festividades de carácter oficial y popular, ya sea de la
manera indicada o a la usanza de los "sanfermines" de Pamplona. Nos
inclinamos a creer que fuera según la última, tanto por el carácter de regocijo
popular que tenía la llegada del gobernador Somoza Lozada como por haber
perdurado en esa forma acá, donde por el alejamiento se han mantenido usos y
costumbres de esa época sin mayor variación, tales como el lenguaje.
En barrios de la propia ciudad se procedía a cerrar una calle (como ocurría con
lo primera cuadra de la actual calle Beni), donde los jóvenes más osados
"jocheaban (provocaban) al toro, a veces con la propia camisa, o el sombrero.
Esta costumbre aún subsiste en algunas
poblaciones de provincias.
El verdadero toreo, en plazas especiales y con animales de lidia, es practicado
por
profesionales. La diversión popular, como su nombre lo indica, es para
distracción del pueblo tomando parte activa. Por lo tanto no pueden esperarse
lances con capa y muleta, menos el sacrificio de la bestia hundiéndole el
estoque en el corazón.
(7)
RAYUELA
Indudablemente tiene bastante antigüedad ya que sería algo a manera de
reproducción del lanzamiento de disco, practicado entre los antiguos griegos y
una de sus pruebas olímpicas, así como de las modernas olimpiadas. Sabido es
que tales juegos eran competencias de gran prestigio entre los helenos, que
sentían admiración y respecto hacia fuerza y habilidad físicas. Estos juegos, con
tal carácter, empezaron en la ciudad griega de Olimpia el año 776 antes de
Cristo y continúan hasta nuestros días con el nombre de olimpiadas, por el de
aquella
población donde se iniciaron. Los primeros incluían pruebas como las carreras
de carros de combate, arrastrados por una cuadriga (cuatro caballos), y a veces
por dos (biga);
lanzamientos de jabalina y disco, luchas cuerpo a cuerpo y carreras pedestres.
Los romanos herederos de la cultura griega, continuaron pruebas deportivas de
este tipo, desde donde se extendieron a Europa y luego a casi todo el mundo.
Así se extendió el juego de la rayuela, que los españoles transportaron a
América, donde se hizo común entre los menores, aunque era jugado por los
soldados de Roma.
Para jugar a la rayuela existían dos modalidades: una para los chicos y otra para
las chicas. Los muchachos utilizaban un tejo circular, hecho de algún pedazo de
tiesto. El juego consistía en lanzar el tejo o rayuela desde cierta distancia,
marcada por una línea, hacia otra establecida a unos tres metros (la distancia
era variable), tratando de que el disco quedara lo más cerca posible de ésta para
establecer al ganador; sí había empate, se lo desempataba con un nuevo
lanzamiento. Otras veces en lugar de tejo se usaba moneda, hablándose
entonces de "jugar a la fina".
Las chicas tenían otro sistema, consistente en marcar varias cuadrículas en un
conjunto llamado "mundo". A estos espacios o cuadrículas se lanzaba la rayuela
y luego la jugadora la recorría saltando sobre un pie. Aún lo vemos en algunas
partes.
(8)
ENCHOQUE
Llamado "boliche" en España, es también conocido en América. En México la
denominan "balero". No hemos podido precisar cuando fue introducido en Santa Cruz,
aún cuando parece que se jugaba a fines del pasado siglo. En el presente, su empleo
era corriente más o menos hasta la quinta década en la ciudad, aunque subsistió en la
provincias Inicialmente consistía en una bola redonda, de aproximadamente siete
centímetros de diámetro, con un agujero circular; por el lado opuesto tenía una cuerda
de veinte centímetros, unida a una especie de lápiz que encajaba en el agujero de la
bola. Los "enchoques" preferidos eran los hechos de guayacán, perfectamente
torneados y pulidos; también los había de tajibo, madera igualmente pesada.
Perdido por un tiempo, el enchoque clásico descrito al principio ha regresado
últimamente a manos de los chicos, aunque no con la profusión anterior.
Alrededor de la cuarta década fueron conocidos los enchoques con cinco agujeros,
traídos de la región occidental del país, donde se los conoce con el nombre de
"chocos". Las niñas utilizaban una variante de este juguete que consistía en una bola
pequeña, la que debía caer en la cavidad de un extremo del mango, especie de
carrete, de unos tres centímetros de diámetro.
Esta era la manera de jugarlo: Se sostenía el mango verticalmente con una mano,
mientras la bola pendía de la cuerda; con un movimiento de impulso la bola debía
elevarse y caer sobre el mango, de manera que la parte superior de este encajara en
el agujero de la esfera. El siguiente paso consistía en sostener la cuerda por la mitad
con la otra mano y con otro movimiento impulsarla de nuevo desde esa posición para
que, dando una vuelta completa, cayese de nuevo y quedara ensartado. Esta
operación se repetía una y otra vez hasta fallar. Eran las "carambolas", y nos consta
que podría efectuarse hasta más de cien por los hábiles en el juego.
(9)
TARASCA
La Tarasca representaba un animal fabuloso, que según la creencia de aquellos
tiempos, asolaba la región provenzal, al Sur de Francia, que fue liberado del
temible monstruo gracias a la intervención de Santa Marta. Esta acción
benefactora se conmemoraba con dos procesiones anuales, una el día de la
Semana Santa y otra en la festividad de Pentecostés. Estas
procesiones eran completadas también con diversos juegos populares y
farándula, es decir que posteriormente el monstruo se representó con un
enorme caparazón de tortuga, a veces erizado de grandes púas, cabeza
semihumana y boca enorme.
La Tarasca, aún con apariencia de hidra, serpiente. o dragón, cruzó los Pirineos y
pasó a España, donde se la hacía intervenir en la procesión del Corpus Christi.
en Madrid, que de castillo y fortaleza se convirtió en ciudad capital del reino. la
víspera de la procesión la Tarasca recorría la ruta, acompañada por una
abigarrada farándula. En un sillón colocado encima del artefacto se colocaban
tarasquilla y tarascón, ambos vestidos según la modo para ese año, además se
colocaban pelucas con nuevos peinados.
La Tarasca, quizá por facilidades de construcción, asumió la forma de una
tortuga, más bien un escarabajo gigante (acá se dice "petas" sin cabeza.
constituyendo una especie de cefalotórax (cabeza y cuerpo en uno) con una
boca enorme y la imitación de grandes dientes; un grupo de hombres
reemplaza a la farándula, sin Mojigón, sin San Miguel, sin ángeles ni moros.
Aún campea la Tarasca en nuestro medio, ya no asolando sino asustando
muchachos en los festejos populares. El día de la Tradición, celebrado
anualmente en las instalaciones de la Feria Exposición, en la ciudad capital, no
ha descuidado esta diversión, siempre festejada por participantes y asistentes.
También permanece en las provincias, en oportunidad de diversas festividades.
(10)
TOPO
Esta diversión, que alcanzaba no sólo a la muchachada sino a jóvenes, era
bastante corriente en el campo, los pueblos y la misma ciudad hasta hace pocas
décadas. Por lo común, en la campiña se hacía el "topo" con chala de maíz, en
forma de bola muy achatada, de unos seis centímetros de diámetro en su parte
ancho, aunque podría tener menos o más, pues no existía regla fija. Esto era
como decían ya que en España, a "ojo de buen cubero", o sea al cálculo. La
parte delantera de esta especie de rodete es lisa, mientras que en la punta se
sujeta un penacho de plumas generalmente de cola de gallo, para
proporcionarle estabilidad.
En algunos pueblos, así como en la ciudad, el rodete se lo hacía con trapos,
siendo invariables las plumas.
No era raro ver competencias de "topo" en las calles, o en los patios de las
viviendas campestres.
Este juego consiste en colocarse ambos contendientes a cierta distancia uno de
otro, cinco a siete metros, cada uno detrás de una líneas marcado sobre el
suelo. Para impulsar el "topo" hacía el adversario se utiliza la palma de la mano
a manera de roqueta, dándole un golpe, que el oponente debe responder de
igual manera, continuando alternativamente, si se lo deja pasar o caer se pierde
un punto, así como si el "topo" cae antes de llegar a la línea del otro jugador.
Esto es válido para ambos.
(11)
TROMPO
Es una diversión que tuvo su origen en la antigüedad, pues excavaciones
arqueológicas han encontrado ese juguete entre los restos de la Tebas griego.
Durante largo tiempo fue asiduamente practicada por muchachos en la ciudad,
los pueblos y el campo. Fue uno de los juegos favoritos en los recreos de la
escuela, entre clase y clase, como también lo fue el juego de bolas. Por el
pequeño espacio necesario, ambos eran los más usuales entre los escolares.
El trompo tiene forma de pera invertido, de cinco a seis centímetros, con el
extremo casi agudo, donde se coloca un clavo sin cabeza para formar la puna,
como de un centímetro de largo. Hubo en la ciudad más de un tornero
especializado en la fabricación de trompos. Al parecer, el más conocido fue don
Cayetano, que los trabajaba con esmero en su torno primitivo. Además, algo
muy importante, sabía centrarlos con exactitud, o sea colocar la punta metálica
romo, hecha con un clavo, de manera que el trompo girara perfectamente y con
suavidad.
Cuando el juguete cumplía esta condición los aficionados decían que estaba
seda. (Por aquello de “suave como la seda"). Al contrario, cuando un trompo era
inestable al girar, estaba o era "cucarro". Se prefería los de guayacán, tajibo,
corazón de naranjo y otra madera dura y pesada. Dos formas de juego eran las
preferidas por los muchachos.
La primera se denominaba "cordel" y consistía en colocar una moneda sobre el
suelo y
acertarle con la púa metálica del trompo al ser lanzado. Para la segunda se
trazaba una línea a cierta distancia de la moneda, desde el suelo se recogía con
la mano el trompo ya girando y se trataba de hacer avanzar la moneda hacia la
línea, tantos veces como fuera posible; finalmente y al volverse lento el giro, se
1. emborrachaba" el trompo colocado sobre la palma de la mano con un
movimiento circular de ésta para dar a la moneda el último envión con una
"petaca", es decir un golpe con la cabeza del trompo. La operación se repetía
por turnos.
(12)
CARRERAS A CABALLO
Las antiguas carreras de carros de combate dieron lugar, después, a las
practicados por jinetes en sus cabalgaduras, primero en grupos y luego en
parejas, a lo que fueron muy aficionados los pueblos asiáticos. Como muchas
otras diversiones populares, cruzando Europa llegaron a España que,
naturalmente, las transmitieron pronto al continente americano. En los últimos
decenios del siglo XIX y primeros del actual, hasta donde sabemos, tenían
mucha expectativa las carreras en el Palmar del Oratorio, a las que concurrían
jinetes de las cercanías así como de la ciudad. Tanto en ésta, como en los
poblados de provincias se contaba con las pistas ("canchas", les llamaban) para
tal objeto, y se las conocía simplemente como "las carreras". Subsisten aún en
algunas partes. El pueblo solía decir "carreras de caballos" y eran casi infaltables
en festejos, sobre todo en las provincias donde la "cancha" estaba cerca; esta
"cancha" era la pista ubicada en alguna pampa, y consiste en dos vías paralelas
de aproximadamente medio metro de ancho, distantes como metro y medio
una de otra y de alrededor de ciento setenta metros (doscientas varas) aptos
para la competencia. A los lados de la "cancha" se sitúa el público,
principalmente a la altura de las líneas de partida y llegada, para alentar a sus
favoritos y cruzar apuestas. La carrera se efectúa por parejas de contendores y
con subidas opuestas económicas. Previamente cada par de corredores
practican varias partidas (largadas como se dice) de ensayo, hasta que lo hacen
simultáneamente.
Jocheo de Toro
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