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El Arte en España La Catedral de León

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EL ARTE EN ESPAÑA
EDICIÓN THOMAS
"Bajo el patronato de la Comisarla
f
Régta del
Turismo y Cultura ^Artística
N- c 15
EL ARTE EN ESPAÑA
BAJO EL PATRONATO DE LA COMISARÍA REGI&
DEL TURISMO Y CULTURA ARTÍSTICA
LA CATEDRAL DE
LEÓN
Cuarenta
y
ocho ilustraciones con texto de
Juan Torbado y Florez
Arquitecto diocesano de León
H. de
c.
J.
THOMAS, s.A.
- BARCELONA
Mallorca, 291
RESERVADOS LOS DERECHOS DE
PROPIEDAD ARTÍSTICA Y LITERARIA
LA CATEDRAL DE LEÓN
Catedral uno de
p Spornuestra
eso goza antigua y
los mayores aciertos del arte gótico;
justa fama de ser, de los monumentos
'
arquitectónicos más bellos y atrevidos de su época; no es posible
contemplarla sin experimentar una sensación especialísima e intensa, cuyos efectos se exteriorizan involuntariamente, como hemos
podido observar en muchísimas ocasiones. Siendo indudable que la
idea de hacer una construcción lo más esbelta y ligera posible, presidió con tenacidad en la mente del ignorado tracista habiendo conseguido, este gran Maestro del Arte, llenar de asombro a quienes
contemplan tan notable monumento. Si a esto añadimos el haber
sido objeto nuestra Catedral de la restauración más importante de
estos tiempos se explicará fácilmente la popularidad mundial que
desde su restablecimiento al culto, ha adquirido su nombre.
El Rey de León Ordoño II, cedió a Frunimio,
Antecedentes.
Obispo de la Sede Legionense, unos palacios, que poseía al Oriente
de la Ciudad para fundar nueva Iglesia, (1) cuyas naves fueron consagradas a Santa María, San Salvador y San Juan Bautista; enriqueciéndola con alhajas y dotándola con algunas posesiones; siendo
en 924 cuando murió, en ella misma sepultado, según consta por
documentos que se conservan en el Archivo de la Catedral.
Se sabe que los palacios cedidos por el Rey, fueron antes unas
construcciones, que los Romanos (fundadores de León) destinaron
a baños y Termas, cosa que fué comprobada en los años de 1884
a 1888, cuando con motivo de las obras de restauración, se reconoció el subsuelo de la Catedral.
—
Pudiendo deducir que la Catedral de Ordoño fué la segun(1)
da; pareciendo indudable que a ella pertenecieron algunos de los
elementos Románicos, de carácter primitivo, que recientemente se
han descubierto, y se conservan actualmente en el Claustro,
5
Por esa misma época, las excavaciones practicadas, dieron
lugar a conocer los restos de una Iglesia Románica, (2) que creemos
sería una tercera Catedral, pues la amplitud de sus naves, los restos
por entonces recogidos, y otros recientemente descubiertos, hacen
suponer que se trata de una construcción del siglo xi, o principios
del xii, en que ya el Arte Románico estaba muy adelantado.
Esta tercera Catedral, es sin duda, la que se debió levantar en
tiempos del Obispo D. Pelayo (1065-1085), segundo de este nombre
en el catálogo de los Obispos de León, quien, según los historiadores, tanto se esmeíó por el esplendor de su Sede. Por él consta que
«el edificio yacía profanado y en ruinas desde la irrupción de las
huestes de Almanzor y de su hijo Abdelmelik (999), a lo que puso
remedio, comenzando por levantar el altar de la Virgen María, a
cuyo nombre estaba dedicada la Iglesia; otro en medio de la Basílica, consagrado a San Salvador, y en otro lado, el de San Juan
Bautista; quedando, de este modo, dedicados los tres altares con
los mismos títulos que tuvieron en la anterior Iglesia, para la que
Ordoño II cedió sus palacios.
Nuevas fábricas añadió alrededor de su Iglesia, que se habilitaron para habitaciones, Claustro, Refectorio y cuantas dependencias exigía la vida regular del Cabildo de aquella época, entre las
que merece especial mención la numerosa biblioteca, para la que
compró libros y reparó los viejos; constando, en fin, por el Testamento del citado Obispo D- Pelayo, que su Catedral era un edificio
suntuoso.
Nada más se sabe de obra importante en la Catedral hasta fines
del siglo xii, que reinando Alfonso IX, y siendo Obispo de León Don
Manrique de Lara (1181-1205), de la insigne Casa de los Señ ares de
Molina, la opinión general, entre nosotros, atribuye por tradición
al citado Obispo la gloria de haber comenzado las obras de la actual Catedral (cuarta de la serie) y así parece desprenderse délas
palabras del Tudense, histo iador coetáneo, que vivía en León,
quien hace constar que el Obispo D. Manrique cimentó su Catedral,
mas no la llevó a perfección. Sin embargo, y a pesar de la autoridad
de D. Lucas de Tuy, creemos que nada de nuestra Catedral sea obra
del insigne Prelado, que falleció en 1205; así opinan los arqueólogos extranjeros y españoles, que más se han dedicado a esta clase
de estudios, señores Street, Enlart, Madrazo, Gómez Moreno y
(2) Es de sentir que los restos de esa Iglesia Románica no puedan ser visitados en la actualidad, pues con ello se priva a los
amantes del arte de su contemplación, y lo que es más sensible, con
esos interesantes descubrimientos a la vista, y los nuevos elementos
que de esa época siguen apareciendo, no sería aventurado suponer
que se pudiera llegar a fijar fechas y aportar nuevos datos para la
historia del Arte Español, en periodo tan culminante.
6'
deduce también del estudio del propio monumento,
que es quien más claramente, puede dar testimonio de la época de
su construcción.
En efecto, considerando la gran analog a que existe entre nuestra Catedral y las más importantes del Norte de Francia, todas
construidas ya comenzado el siglo xm, y teniendo en cuenta lo
avanzado de su carácter, y la perfecta unid d que en toda la obra
se observa, aparte de otros detalles técnicos que luego indicaremos, tenemos que rendirnos a la evidencia y confesar que nada de
lo que se ve, ni aún los cimientos (3) pertenece al siglo xn, época
en que el arte gótico no había aún alcanzado tan perfecto desarrollo; pues el progreso en Arquitectura, como en las demás artes, no
puede ser de origan espontáneo, ni mucho menos ser la obra de un
hombre, necesitando para llegar a su apogeo, después de repetidos
tanteos, el concurso de toda una época.
Nada se sabe, hasta ahora, de quien fuera el insigne maestro,
autor del monumento. Se tiene, en cambio, noticia de casi tod3S sus
directores hasta nuestros días; aquí sólo consignaremos el nombre
de los dos primeros, que también fueron maestros de la de Burgos,
otros; y así se
donde fallecieron.
Por documentos que se conservan en el Archivo de la Catedral,
se s be que en 1277 murió Enrique, maestro de las obras, y en 1296
falleció Juan Pérez, maestro de la Obra de Santa María de Regla.
¿Cuál fué la obra de estos dos maestros? Nada concretamente
puede atribuírseles; solamente se supone que Enrique hiciera las
portadas, pues su semejanza con las Burgalesas es bien manifiesta.
La Catedral actual. — Nuestra Pulchra Leonina, se comenzaba
cuando pasado para el Arte el período de tanteos e iniciativas, ya
estaba resuelto el problema del equilibrio entre empujes y contrarrestos: es un perfecto modelo del Arte Gótico, en la época de
su mayor pureza y desarrollo. Está s tuada a la parte oriental de la
Ciudad, en la Plazi de Santa María de Regla, ofreciendo su emplazamiento la partiofaridad de estar fundada su cabecera, o ábside,
fuera de la línea de murallas, y el resto de la Iglesia dentro del recinto murado.
Tiene cuatro fachadas, tres de ingreso, y la del testero, o ábside; todas fácilmente visibles desde el exterior. La princ pal, al Poniente, se compone en su parte baja de un hermoso pórtico, con tres
interesantísimas puertas de ingreso, sobre las que se eleva airoso
hastial, rec'entemente construido, al que acompañan, a manera de
Guardianes, dos grandes torres, de época, forma y altura diferenSi consideramos la perfecta relación que siempre existe
y la obra exterior, no podemos admitir que la
actual Catedral se elevara sobre los cimientos construidos en la
época de Don Manrique.
cié
entre los cimientos
7
o del Norte, sencilla y armónica, construyóse
xm, exceptuada su coronación y algunos postizos, muy
posteriores; su eurítmica, al Sur, denominada del Reloj, del siglo xm
en su primer cuerpo, y del xv en los demás, es de mayor altura y
tes; la
en
de
la izquierda,
el siglo
complicación.
Las fachadas laterales, más sencillas, tienen, como la principal,
tres puertas de ingreso, que acusan las naves del crucero. En la del
Sur destácase arrogante el nuevo hastial; proyectado por el insigne
arquitecto D. Juan Madrazo, cuya traza fué quizá su última obra;
debiendo advertir que la zona baja 5 donde se incrustaron las antiguas portadas, se construyó anteriormente por el Sr. Lavina, primer
arquitecto restaurador de esta época. La fachada Norte, escondida
su parte baja por construcciones añadidas, es, por fortuna, la que
menos se ha renovado modernamente, pudiendo ser contemplada
desde el ángulo S.O. del Claustro, punto de vista sumamente interesante. El ábside, o fachada del Oriente, ofrece un aspecto curioso, por la acumulación de contrafuertes y arbotantes, pues su disposición radial obliga a verles en escorzo, sea cualquiera el punto
de vista elegido. A sus lados se elevan construcciones del siglo xvi.
El examen exterior del monumento, da muy clara idea de su
constitución interior; sin embargo, si penetramos en él por el centro
de la fachada principal, el efecto que se experimenta, es sorprendente; a ello contribuye, sin duda alguna, la justa ponderación de
masas y acertadas proporciones, los grandes ventanales y calados
trifolios, que le hacen aparecer diáfano y sutil en extremo; dando
ello lugar a que los Leoneses, con el espíritu observador que les
caracteriza, digan gráficamente, que su Catedral no tiene paredes.
La disposición en planta dé la Catedral, es sencilla: forma de
cruz latina; tres naves en el brazo mayor; tres en el menor o de criccero; Capilla Mayor y Giróla, (4) sobre la que se abren nueve capillas; a los pies de la Iglesia dos Torres adosadas a las naves bajas
y completamente desprendidas de la principal. Completan la planta
actual, pero sin alterar su forma originaria, la Sacristía y Oratorio,
Capillas de Santiago, San Andrés y Santa Teresa, y el Claustro,
con sus dependencias de la Sala Capitular, Archivo, Oficinas, etc.
Las naves, divididas en Tramos, se componen de pilares y bóvedas de crucería (5) sencilla, cuyos empujes se trasmiten a los contrafuertes exteriores por el intermedio de aéreos arbotantes.
Aunque la planta sea la base principal para conocer la estructura de un edificio, ofrece el que nos ocupa, particularidades, que
importa conocer, pues ellas contribuyen de manera eficaz a que
nuestra Catedral sea la más atrevida y aérea de las Catedrales Es(4)
(5)
Nave que rodea la Capilla Mayor o Santuario*
Es la formada por varios arcos o nervios (parte
sobre la que descansa un ligero cascarón (plementeria).
resistente
pañolas. Los pilares, de pequeñísima sección, alcanzan considerable
altura (21*30 metros). El arranque de bóvedas no se efectúa, como
en otras Catedrales, desde la base de los grandes ventanales, sino
cuatro^metros más arriba. La piedra para la plementeria de las bóvedas/tiene una densidad insignificante, con relación a su volumen.
Los ventanales ocupan todo el espacio entre pilares, careciendo,
por tanto, de muro seguido. El Trif orio, verdadera Galería de paso,
está abierto por sus dos caras, casi único en España. Y por último,
ábrense a la altura de cada zona de ventanas unos pasos, verdaderos paseos de ronda, típicos y no repetidos.
En resumen, la Catedral de León se caracteriza por la pureza
de estilo, claridad de estructura, unidad y acertadas proporciones.
En toda descripción de la Catedral Leonesa, parece necesario
dedicar algunas líneas a la historia de sus restauraciones.
Sea por la mala calidad de los materiales elegidos, sea por
otras causas, que no son del momento analizar, es lo cierto que ya
en el siglo xv presentaba la Catedral indicios de ruina, pues se
sabe con todo detalle las obras de restauración que por entonces
se hacían; obras que en el siglo xvi continuaron con gran actividad, hasta los primeros años de la siguiente centuria, cuando en 1631
aconteció el hundimiento de la bóveda central; para sustituirla, ideó
Juan de Naveda, Maestro de Cantería de S. M., inmensa cúpula (6)
con lucernario, cuyo enorme peso aumentó, sin duda alguna, el desequilibrio de antiguo iniciado. Siguiéronse las obras de contención,
y en los primeros años del siglo xvni D. Joaquín de Churriguera
elevó al exterior de la cúpula de Naveda, y en correspondencia con
las pilas torales, cuatro enormes pilarones, con sus obligados remates y fastuosos adornos, piopios de la época, no siendo todas
estas obras suficientes para contener los empujes de la famosa cúpula, pues muy pronto, en 1713, sobrevino la segunda catástrofe,
hundiéndose otras cuatro bóvedas, con los coi respondientes trastornos en los pilares sustentantes. Se repararon estos y se rehicieron las bóvedas, pero como la causa subsistía, los efectos seguían
acentuándose, y después de muchos años, en los que no cesaron las
obras de contención, ni los reconocimientos e informes, el Gobierno nombró en 1859 Aiquitecto Director al Sr. Laviña, a quien podemos considerar como primer restaurador de esta época.
Era D. Matías Laviña y Blasco, según dice el Sr. Ríos en su
Monografía, respetable Arquitecto del antiguo sistema, muy docto
en el Arte clásico y dibujante peritísimo. Comenzó por desmontar
los pilarones que elevara Churriguera, dando con ello lugar a que
se acentuaran los empujes de la Cúpula de Naveda, resintiéndose,
aún más de lo que estaba, el hastial del Sur. Procedióse, al fin, a
La altura desde el anillo de arranque hasta la terminación
(6)
del lucernario, era ae 2V17 metros*
9
desmontar la famosa cúpula y el desplomado hastial; pero como los
apeos parciales practicados no fueron suficientes, el movimiento
del sistema se acentuó sobremanera, extendiéndosela diversas
partes del edificio. Se continuaron con actividad las obras de desmonte y apeos, a la vez que se iba rehaciendo el hastial del Sur
desde su base, donde se incrustaron las antiguas portadas, cuando la
muerte del Sr. Laviña en Enero de 868, hubo de paralizar las obras.
Nombrado en Febrero del siguiente año D. Juan Madrazo y
Kunz director de las obras de restauración de la Catedral, y posesionado inmediatamente de su cargo, dedicóse con tanto celo como
1
pericia a estudiar el
Monumento.
Bien pronto se apercibió tan esclarecido Arquitecto del doble
aspecto que tenía el problema a su resolución: asegurar la estabilidad del templo, de antiguo comprometida, y fijar el carácter artístico- arqueológico de las necesarias restauraciones; a este fin,
estudió en el natural, las grandes Iglesias del Norte de Francia,
que coinciden con la nuestra en estructura y disposición; y para la
estabilidad requerida, ideó un notabilísimo proyecto de encimbrado
y andamiaje, que llevó a feliz término, logrando salvar el Templo
de inevitable ruina, y ser justamente admirado por propios y extraños. Las restauraciones por él comenzadas, se continuaron por su
sucesor D. Demetrio de los Ríos, quien tomó posesión en Marzo
de 1880.
Diez años estuvo al frente de las obras, siendo su labor fecunda
y provechosa, pues a más de terminar las comenzadas por Madrazo,
cuyos proyectos tuvo el acierto de seguir escrupulosamente, a él
se deben las más importantes restauraciones de esta época, según
consta en una notable monografía de la Catedral, que dejó escrita,
y publicó su familia, después de la muerte de tan inteligente Arquitecto.
En 1892, ya figuraba como Director de las Obras de la Catedral,
notable arquitecto leonés D.Juan Bautista Lázaro, V aunque la
estabilidad del Templo estaba asegurada, y la restauración de cantería casi terminada, gracias al esfuerzo de sus antecesores, el estado de la obra requería aún ejecutar nuevos trabajos, para la reposición de pavimentos, tejas, vidrieras, altares, etc.
Sentado el pavimento interior del Templo y restaurada la importante obra de rejería, que cierra las Capillas, el Arquitecto
leonés acometió con todo entusiasmo la restauración de vidrieras,
para la cual comenzó por el examen detallado délas viejas, que en
número considerable (7) se custodiaban, como preciada reliquia, en
los almacenes de las obras, copiándolas todas íigurosamente; operación tan penosa como fructífera, pues de ella, resultaron no pocas
enseñanzas, que supo llevar a la práctica, al reparar las vidrieras
el
(7)
Próximamente 800 metros cuadrados.
IO
viejas y dibujar las nuevas, que fué necesario hacer, en sustitutución de las que faltaban.
Justa y merecida fama adquirió el Sr. Lázaro por su gran
obra de vidriería; obra que realizó sin necesidad de traer a León
artistas extranjeros, como más de una vez se había pensado, sino,
por el contrario, formando operarios y tracistas, de los de la lo
calidad, e instalando hornos y talleres de montaje en las mismas
obras.
Muy adelantada andaba la colocación de las vidrieras, cuando
en la mente del venerable Prelado D. Francisco Gómez de Salazar,
que por entonces regía la Diócesis, surgió la idea de restablecer la
Catedr 1 al culto, tantos años interrumpido, dentro de sus naves,
El Arquitecto, secundando tan natural deseo, imprimió vertiginosa
actividad a las obras, reformando todas las cubiertas bajas, que tapaban los ventanales del Triforio; colocó provisionalmente altares,
y, en fin, resueltas todas las dificultades, el día 27 de Mayo de 1901
verificóse con toda solemnidad la consagración de nuestra pulchra
leonina, primera vez que se ha consagrado el Templo gótico, pues
las otras des consagraciones, de que hay memoria, se refieren a las
Iglesias Románicas de Ordoño II, en 916, y del Obispo D. Pelayo
en 1073.
Aún faltaba obra importante que realizar por el exterior del
Templo, ya que las del interior quedaron reducidas a pormenores
de instalación. Se repuso de nuevo el pavimento del atrio, y a la
vez el arquitecto estudiaba el proyecto de reparaciones parciales
en la torre de las Campanas y renovación de las cubiertas del
Claustro, cuando penosa enfermedad le alejó de las obras, viéndose, al fin, obligado a dejar todo trabajo profesional; siendo entonces, y a propuesta de la Junta de «Construcciones Civiles» honrados con la dirección de las obras de la Catedral, sin otro mérito por
nuestra parte, que el haber desempeñado durante quince años el
cargo de arquitecto auxiliar de las mismas.
Continúan las obras de restauración en la Catedral; realizándose en estos momentos el Proyecto aprobado por la Superioridad,
de consolidación y limpieza de las numerosas pinturas murales de
la Catedral «picado, rejuntado y dcado de 'as bóvedas del Claustro» y la pavimentación del patio, rebajando su nivel actual más de
un metro, con objeto de conseguir el saneamiento general del
edificio.
Las obras de escultura,
talla y forja, juntamente con la vidriepinturas murales del Claustro y góticas en tabla, adquieren en
Nuestra Catedral, tal importancia, que su estudio requiere nuevo
ría,
espacio.
Juan Toreado y Flores
i i
1.
— Capilla de Nuestra Señora
del
2.
3.
4.
5.
6.
— Tránsito.
— Capilla del Nacimiento.
— Capilla de la Virgen
Camino.
— Capilla del Rosario.
— Capilla de
del
San Antonio.
— Ante-Sacristía.
8. — Capilla del Santo
T
1
0.—
1.
del Carmen.
Sacristía.
— Oratorio.
de Santiago. Ves-
— Capilla de San Andrés.
— Vestíbulo.
D. — Capilla de Santa Teresa.
E. — Sacristía de Santa Teresa.
B.
C.
— Parroquia
de San Juan de
Regla.
Cristo.
— Capilla de Nuestra Señora
— Capilla
tuario.
F.
7.
9.
A.
Dado.
G.
— Capilla
o del
lledo.
de
la
Concepción
Conde de Rebo-
LA CATHÉDRALE DE LEÓN
Traduit par
M Pierre Paris,
Directeur de l'École de Hautes Études Hispaniques
|M OTRE Cathédrale est un des monuments les plus réussis de l'art
™ gothique; aussi a-t-elle la renommée, aussi ancienne que juste,
d'être parmi les édifices les plus beaux et les plus hardis de son
époque; il est impossible de la contempler sans éprouver une émotion très spéciale et très vive, dont les effets se manifestent en dé*"
p t qu'on en ait, comme nous avons pu l'observer dans beaucoup
d'occasions. Sans aucun doute l'idée de faire une construction le
plus svelte et le plus légère possible s'est imposée avec force à
l'esprit de l'architecte inconnu, et ce grand maître de l Art a réus-i
à remplir d'étonnement ceux qui contemplent cette admirable église. Si nous ajoutons que notre Cathédrale a été l'objet de la restauration la plus importante qui ait été faite de nos jours, on comprendra aisément la popularité universelle qu'elle a acquise depuis
qu'on l'a rendue au culte.
Antécédents- — Le roi de León O dono II céda à Frunimius, évêque du S ège léonais, un palais qu'il possédait à l'est de la ville
pour foncer une église neuve (1), dont les nefs furent consacrées à
Sainte Marie, Saint Sauveur et Saint Jean Baptiste. Le Roi l'enrichit de joyaux précieux et la dota de quelques biens-fonds. Il y fut
enterré en 924, ainsi qu'il appert de documents qui sont conservés
dans les Archives de la Cathédrale.
On sait que le palais cédé par le Roi était auparavant une cons-
On peut en déduire que la Cathédrale d'Ordorïo fut la se(1)
conde, et il parait indubitable que proviennent de la première quelquesuns des fragments d'architecture romane, de caractère primitif,
récemment découverts et conservés aujourd'hui dans le Cloître.
*
13
traction des Romains, fondateurs de Léon; ce furent des bains et
d¿8 thermes, comme il fut prouve de 1884 à 1888, au cours des travaux de restauration où Ton explora le sous-sol de la Cathédrale.
cette même époque les fouilles effectuées donnèrent à reconnaître les restes d'une église romane (2), provenant, à notre avis,
d'une troisième Cathédrale, car l'amplitude de ses nefs, les restes
alors découverts et d'autres qui le furent plus récemment font supposer qu'il s'agit d'une construction du Xlème siècle ou du commencement du Xllème, quand l'Art romain avait déjà acquis tout son
A
développement.
Cette troisième Cathédrale est sans doute celle qui dut s'élever
au temps de l'évêque Don Pelayo (1065-1085), second de ce nom sur
la liste des évêques de Léon, qui, selon les historiens, travailla
tant pour la splendeur de son Siège. On sait par lui que l'é lifice gisait profané et en ruines depuis l'irruption des hordes d'Almanzor
et de son fils Abdelmelik (999), et qu'il le releva, commençant par
redresser l'autel de la Vierge Marie, à qui était consacrée l'église,
puis un autre, dédié à San Salvador, au milieu de la Basilique, puis,
de l'autre côté, celui de Saint Jean Baptiste. Ainsi les trois autels
restèrent avec les mêmes consécrations qu'ils avaient reçues dans
l'église antérieure, celle pour qui Ordoño II avait donné son palais.
Don Pelayo ajouta de nouvelles constructions autour de son
église; c'étaient des appartements, un cloître, un réfectoire, et
toutes les dépendances qu'exigeait la vie régulière du Chapître à
cette époque; il faut mentionner particulièrement la riche bibliothèque, pour laquelle il acheta des livres et fit réparer les anciens.
Bref, il résulte du testament de l'évêque que son église était un
édifice somptueux.
Il n'est pas fait mention de travaux importants à la Cathédrale
jusqu'à la fin du Xllème siècle, jusqu'au règne d'Alphonse IX et Fépiscopat de Don Manrique de Lara (1181 -1205), de l'illustre maison
des Seigneurs de Molina.
Suivant l'opinion généralement admise maintenant, et si l'on en
croit la tradition, c'est cet évêque qui a la gloire d'avoir commenIl est regrettable que les restes de cette église romane ne
(2)
puissent pas être visités aujourd'hui, car les amants de Part sont
ainsi privés de les contempler; et, ce qui augmente le regret, c'est
qu'avec les intéressantes découvertes sous les yeux, avec les nouveaux éléments qui ne cessent de sortir du sol, il n'est pas hasardeux de supposer que l'on pourrait arriver à fixer des dates et à
apporter des faits nouveaux pour l'histoire de l'art espagnol pendant cette période culminante.
cé l'œuvre de la Cathédrale actuelle, (quatrième de la série); cela
parait résulter aussi des paroles d'un historien contemporain, originaire deTuy (el Tudense), qui vécut à Léont et qui relate que Pévêque Don Manrique jeta les bases de sa Cathédrale, mais ne la
conduisit pas jusqu'à perfection. Pourtant, et malgré l'autorité de
Don Lucas de Tuy, nous croyons que rien de la Cathédrale n'est dû
à l'insigne prélat, qui mourut en 1205. C'est l'opinion des archélogues étrangers et espagnols qui se sont le plus attachés à cette
branche d'études, Mrs, Street, Enlart, Madrazo, Gómez Moreno, etc.; cela découle aussi de l'étude du monument lui-même, qui
mieux que
tout, peut
donner un témoignage de l'époque où
il
fut
construit.
En effet, si l'on considère la grande analogie qui existe entre
notre Cathédrale et les plus importantes du Nord de la France,
toutes édifiées au commencement du XlIIème siècle, et si l'on tient
compte de son style avancé et de la parfaite unité qui s'observe
dans toute l'œuvre, sans parler de details techniques que nous indiquerons plus loin, il faut se rendre à Tévidence et confesser que
rien de ce qui se voit, et pas même les fondations (3), n'appartient
au Xllème siècle; car à cette époque l'art gothique n'avait pas atteint un point si parfait de développement; le progrès, en architecture comme dans les autres arts, ne peut pas être spontané, ni encore moins être le fait d'un seul homme; il faut, pour qu'elle arrive
à son apogée, après des essais multiples, le concours de toute une
époque.
On ne saie pas, jusqu'à présent, quel fut le grand artiste auteur
du monument. On connaît en revanche le nom de tous les maîtres
d'œuvre jusqu'à nos jours; nous ne rapporterons ici que celui des
deux premiers, qui travaillèrent aussi à la Cathédrale de Burgos, et
moururent dans cette ville.
Par des documents conservés aux archives de la Cathédrale,
on sait qu'en 1277 mourut le maître d'œuvre Henri, et en 1296 Jean
Pérez, maître de l'œuvre de Sainte Marie de Régla. Quelle fut la
part de ces deux maîtres dans les travaux? On ne peut rien leur attribuer avec certitude; on suppose seulement qu'Henri fit les portes,
car leur ressemblance avec celles de Burgos est manifeste.
Notre Pulchra Leonina se commenLa Cathédrale actuelle.
çait alors que l'architecture, ayant franchi la période des tatonne-
—
Si nous considérons la parfaite relation qui existe toujours
Vœuvre extérieure, nous ne pouvons pas admettre que la Cathédrale actuelle se soit élevée sur des fondations
bâties à l'époque de Don Manrique.
(3)
entre les fondations et
i5
ments et des essais, avait résolu le problème de l'équilibre entre le3
poussées et les contre - forts. C'est un modèle àchevé de l'Art gothique, à l'âge de sa plus grande pureté et de son plus parfait développement. Elle est située à la partie orientale de la cité, sur la
plaza de Santa Maria de Régla; il y a ceci de particulier que le chevet, ou abside, en a ses fondations en dehors de la ligne des murailles de la ville, tandis que le reste de l'église est à l'intérieur de
cette enceinte.
Elle a quatre façades, trois d'entrée, et celle du chavet ou abside; toutes sont facilement visibles de l'extérieur. La principale,
au couchant, se compose, en sa partie basse, d'un beau portique,
avec trois portes d'entrée très intéressantes, au dessus desquelles
s'élève un élégant pignon, récemment construit, que flanquent
comme des gardiennes, deux grandes tours d'époque, de forme et
de hauteur différentes. Celle de gauche, ou du Nord, simple et harmonieuse, fut élevée au XHIème siècle, sauf le couronnement et
quelques adjonctions très postérieures; l'autre, au Sud, la Tour de
I Horloge, dont le premier corps est du XlIIème,
dont les autres
sont du XVème, est plus haute et plus compliquée.
Les façades latérales, plus simples, ont comme la principale
trois portes d'entrée, correspondant aux nefs du transep Sur celle
du Sud se détache majestueusement le nouveau pignon, conçu par
l'habile architecte Juan Madrazo, dont ce plan fut sans doute la dernière œuvre. Il faut rappeler seulement que la zone basse, où l'on
appliqua les anciennes portes, fut construite antérieurement par
M. Laving le premier architecte chargé de la restauration moderne. La façade Nord, dont la partie inférieure est cachée par des
constructions adventives, est part bonheur celle à laquelle on a le
moins touché de nos jours; on peut la regarder de l'angle S.O. du
cloître, d'où la vue est extrêmement intéressante. L'abside, ou façade de l'Est, offre un aspet curieux par l'accumulation des contreforts et des arcs-boutants, car leur disposition en éventail oblige à
les voir en raccourci, quelque soit le p :>int de vue que l'on cho sisse.
A côte d'eux s'élèvent des constructions du XVIème siècle.
L'examen extérieur du monument donne une idée claire de sa
constitution intérieure. Cependant, si nous pénétrons dans l'Eglise
par le centre de la façade principale, l'effet produit est surprenant.
Ce qui y cont:ibue sans aucun doute, c'est la juste pondération des
masses et les proportions harmonieuses, les vastes fenêtres et les
dentelles des triforiums qui la rendent au plus hau point d aphane
et légère; aussi les Léonais, avec l'esprit d'observation qui les caractérise, disent en termes imagés que leur Cathédrale ri'a pas de
r
murailles.
lê
Le plan de la Cathédrale es simple: forme de croix latine; trois
neis à l'arbre, trois au transept; Chapelle majeure et deéambulatoire (4) sur lequel s'ouvrent neuf chapelle:; au bas de l'église deux
tours adossées aux nef basses; et absolument isolées de la nef
principale. L'église se complète aujourd'hui, sans que la disposition
originale en soit en rien altérée, par la Sacristie, ou Oratoire, les
Chape;les de Saint Jacques, Saint André et Sa nte Thérèse, et le
Cloître avec des dépendances, Sa le Capitulaire, Archives, bureaux, etc.
Les nef, divisées en travées, sont formées par des piliers et des
voûtes en croisées d'ogive (5), très simples, dont les pousées se
transmettent aux contre -forts extérieurs par l'intermédiaire de légers arcs-boutants.
Bien que le plan soit
la base principale pour connaître la structure d'un édifice, celui qui nous occupe offre des particularités qu'il
importe de connaître, parcequ'elles contribuent puissament à faire
de notre Cathédrale la plus hardie et la plus légère des cathédrales
espagnoles. Les piliers, très minces, atteignent la hauteur considérable de 21 mètres 30 centimètres. Le départ des voûtes n'est pas
comme dans d'autres cathédrales, à la base des grandes baies,
mais à quatre mètres plus haut. La pierre de remplissage des voûtes
est d'une densité insignifiante par rapport au volume. Les fenêtres
occupent tout l'espace entre les piliers, et par conséquent il n'y a
pas de mur continu. Le triforium, véritable galerie de passage, est
ouvert des deux côtés, cas unique en Espagne. Et enfin, à la hauteur
de chaque zone de fenêtres s'ouvrent des passages, véritables chemins de ronde, qui sont typiques et sans exemple.
En résumé la Cathédrale de Léon se distingue par la pureté du
style, la clarté de la construction, l'unité et la sûreté des propor-
tions.
Dans toute description de la Cathédrale léonaise il prait nécessaire de consacrer quelques lignes à ses restaurations.
Soit pour la mauvaise qualité des matériaux choisis, soit pour
d autres causes qu'il n'y a pas lieu d'analyser ici, il est certain que
déjà au XVème siècle la Cathédrale donnait des craintes de ruine,
car on connaît par le détail les travaux de restauration que l'on fit
alors. Ces travaux furent continués au XVIème siècle avec une
grande activité jusqu'aux premières années du siècle suivant,
quand, en 1631, la voûte centrale s'effondra. Pour la remplacer,
la Chapelle majeure ou Sanctuaire.
C'est celle qui est formée par divers arcs ou nervures (partie
résistante) sur lesquels repose une légère couverture (remplissage)*
(4)
Nef gui entoure
(5)
17
Jean de Nareda, maître maçon de S. M., imagina une immense cou(6) avec lanterne, dont l'énorme poids augmenta, sans aucun
doute, le défaut d'équilibre déjà produit. On continua les travaux
de consolidation dans les premières années du XVIIIème siècle.
D. Joaquin de Churriguera éleva à l'extérieur la coupole de la
Nativité, et, en conjonction avec les piliers principaux, quatre énormes pilastres, avec les amortissements obligatoires et les fastueux
ornements propres à cette époque. Toutes ces œuvres ne furent pas
d'ailleurs suf f issantes pour contenir les poussées de la fameuse coupole, puisque très promptement, en 1743, survint la seconde catastrophe, quatre autres voûtes s'écroulèrent, entraînant la chûte des
piliers qui les soutenaient. On répara ces derniers et l'on refit les
voûtes, mais comme la cause du mal subsistait, les effects continuaient à s'en faire sentir, et après de longues années pendant lesquelles les travaux de contention ne cessèrent pas, non p us que les
sondages et les enquêtes, le Gouvernement nomma en 1859 M. La~
viña Architecte -Directeur; on peut le considérer comme le premier
restaurateur de cette époque.
Comme le dit M. Rios dans sa monographie, Don Matías Laviña
y Blasco était un respectable architecte de la vieille école, très savant dans l'art classique, et dessinateur très expert. Il comença
par démolir les pilastres qu'avait élevés Churriguera, ce qui eut
pour résultar d'accentuer les poussées de la Coupole de la Nativité,
ce dont se ressentit plus encoje qu'auparavant le pignon du Sud.
Il procéda ensuite au démontage de la fameuse coupole et du pignon
mis hors d'aplomb. Mais comme les étais partiellement étab is ne
furent pas suffisants, le mouvement de tout le système se prononça
excessivement, et s'étendit à diverses parties de l'édifice. On continuait activement les travaux de démontage et d'étayage, en même
temps que l'on reprenait depuis la base le mur à pignon du Sud, et
que Ton y incrustait les antiques portes, quand la mort de M. Laviña, en janvier 1868, vint paralyser la restauration.
Nommé en février de l'année suivante Directeur des travaux de
restauration de la Cathédrale, et mis inmédiatement en possession
de sa charge, D. Juan Madrazo y Kunz se mit avec autant de zèle
que de science à étudier le monument.
Cet architecte éclaire s'aperçut très vite du double problème
pole
qu'il
dès
avait à résoudre: assurer la stabilité du temple, compromise
l'origine, et fixer le caractère artistique et arquéologique des
restaurations nécessaires.
A
cette fin
il
étudia sur nature les gran-
(6) La hauteur, depuis Vanneau inférieur jusqu'à lextrémité de
la lanterne était de 21 mètres 17 centimètres.
iS
des églises du Nord de la France qui concordent en structure et
disposition avec la nôtre. Pour obtenir la e&tabilité requise, il imagina un remarquable plan de cintres et d'échafaudages, qu'il sut
mener à bonne fin; il réussit ainsi à sauver l'église d'une ruine inévitable/et à se faire admirer justement par ses compatriotes et par
les étrangers. Les restaurations commencées par lui furent poursuivies par son successeur Don Demetrio de îos Rios, qui entra en
charge en mars 1880.
Celui-ci resta dix ans à la tête de l'œuvre, et son activité fut
féconde et utile, car non content de terminer ce qu'avait entrepris
Madrazo, dont il eut la sagesse de suivre scrupuleusement les
plans, c'est à lui qu'on doit les plus importantes réparations de cette
période, ainsi qu'en témoigne une remarquable monographie de la
cathédrale dont il laissa le manuscrit, et que la famille de cet architecte très distingué publia après sa mort.
En 1892 figurait bientôt comme Directeur de l ceuvre de la Cathédrale l'éminent architecte léonais Donjuán Bautista Lázaro, et,
bien que l'équilibre du temple fût alors assuré, et la restauration de
la maçonnerie presqu'achevée grace aux efforts de ses prédécesseurs, l'état de 1 édifice exigeait encore de noveaux travaux, comme la reconstitution du dallage, des grilles, des verrières, des autels, etc., etc.
Une
fois établi le
pavement
intérieur
de
l'église,
une
fois res-
tauré i'important ensemble des grilles qui ferment les chapelles,
l'architecte léonais s'attaqua ple'n d'enthousiasme à la restaurât on
des verrières. Il commença par l'examen détaillé des ancienes que
l'on conservait en nombre considérable (7), comme de précieuses
reliques, dans les magasins de l'entreprise, et les fit copier
rigoureusement, opération aussi dificile qu'utile, car il en résulta
plus d'un enseignement qu ii sut mettre en pratique quand il s'agit
de réparer les vieux vitraux et d'en dessiner de nouveaux, comme
il fut nécessaire pour remplacer ceux qui manquaient.
M. Lázaro acquit un juste et légitime renom pour la grande
œuvre de ces verrières; il la réa isa sans avoir besoin d'appeler à
Léon des artistes étrange s, comme on y avait songé plus d'une
fois, mais bien au contraire en formant des ouvriers et des traceurs,
pris dans la ville mêm*, en installant des fours et des ateliers de
montage sur les chantiers même.
Le placement des vitraux était déjà fort avancé lorsqu'il vint à
l'esprit du vénérable préîat qui gouvernait alors le diocèse, Don
Francisco Gomez de Salazar, i'idée de rendre l'église au culte,
(7)
Environ 800 mètres carrés.
après tant d'années d'interruption. L'architecte, se conformant à un
si na'urel, imprima une activité vertigineuse aux travaux; il
refit toi tes les toitures basses, qui cacha ent les baies du triforium;
1
il dressa provisoirement des autels, et enfin, toutes les dificultés
résolues, le 27 M. i 1901 fut célébrée en toute solemnité la consécration de notre pulchra leonina. C'est la p emière fois que fut consacrée i'église gothique, puisque les deux autres consécrations
dont on a gardé la mémoire concernent les églises romanes d Ordoño II, en 916, et de l'évêque Pelayo en 1073.
Il restait encore à effectuer un travail important à l'intérieur du
temple, pu.sq e ceux de l'intérieur étaient désormais réduits à des
détails d'installation. On remania le dallage de l'Atrium, et en moment où l'archite-te étudiait un plan de réparations partielles à la
tour des cloches, et de réfection des toitures du cloîtte, une douloureuse infirmité l'éîoigna de l'œuvre; il se vit bientôt obligé de
renoncer à tous travaux professionels, et fut alors, sur la proposition de la Comission des «Bâtiments Civils» honoré de la Direction des œuvres de la Cathédrale, sans autre titre à notre sens, que
d'avoir assumé pendant quinze ans la charge d'architecte auxiliaire
de cette œuvre.
On poursuit encore des travaux de restauration dans la Cathédrale; en ce moment on réalise le projet, approuvé par l'autorité
supérieure, de consolider et nettoyer les nombreuses peintures
murales de l'Église, «de repiquer, rejointer et dorer les voûtes du
Cloître», réparer le patio en rebaissant le niveau a tue! de plus d un
mètre, afin d'obtenir l'assainissement général de l'édifice.
désir
;
Les œuvres de sculpture, bois taillé et ferronnerie, ainsi que les
v traux, les peintures murales du cloître, les peintures gothiques
sur panneaux ont dans notre Cathédrale une telle importance que
leur étude réclame un chapitre à parc.
Juan Torbado y Florez.
THE CATHEDRAL OF LEON
Translated by Roy all Tyler,
Editor of the Spanish Calendars of State Papers,
Public Record Office, London
OUR Cathedral
and
is
one of the greatest achievements of Gothic
justly enjoys the reputation of counting among the
art
most beautiful and daring monuments of its age. Its contemplation
arouses intense feeling, often expressed, as we have repeatedly
had occasion to observe, in an involuntary manner. There is no
question that the unknown architect's intention was to build a
church of supreme elegance and lightness; and this great master
has succeeded in filling the minds of all who know his wotk with
wonder. When it is added that our Cathedral has been the object of
the most thorough-going restoration of modern times, it is easy to
understand the universal interest a oused by it.
*
*
Ordoño II, King of Leon, made over tho his Bishop Frunimio, the
ground occupied by a palace in the East quarter of the town in order to build anew (1) church, whose nave and aisles were dedicated
respectively to the Virgin, the Saviour and St. John Baptist. The
king endowed this church with lands and enriched it with jewels;
and was buried in it, as appears in documents preserved in the Cathedral Archives, when he died in 924.
As it seems that Ordoño's Cathedral was the second, some
(1)
of the recently discovered early Romanesque fragments nowpreser
ved in the cloister may have belonged to it
The buildings comprised in the palace given by the king were
baths dating from the times of Leon's Roman masters; a fact proved
by the character of the remains discovered in the fondations of
the Cathedral when the restoration of 1884- 1888 was in progress.
The excavations undertaken at the same time came upon remains of a Romanesque Church (2) vhich we believe to be a third
Cathedral, for the width of its nave and the fragments of carving
brought to light lead us to attribute it to the end of the eleventh or
the beginning of the twelfth century, at which period Romanesque
was
in full development.
This third Cathedral must be the one built in the days of bishop
DonPelayo (1065-1085), second of that name among our prelates,
whom historians state to have been a zealous promoter of the see's
splendour. The Muslim raid of 999, led by Almansor and his son
Abdelmelik had reduced the earlier Church to ruins, and the bishop
began the work of restoration when he set up the altar of the Virgin, shortly to [be followed by two more dedicated to the Saviour
and St. John Baptist, thus continuing the disposition adopted in Or-
art
doño
church.
building also sprang un round about the Cathedral: lodgings for the clergy, a cloister, a refectory and all the other accommodations rendered necessary by the conventual life led by
canons at that time. The library, for which the bishop bought new
books and had old volumes repaired, deserves special mention Don
Pelayo's will speaks of the Cathedral as a sumptuous pile.
have no further traces of building until Alfonso IX's reing,
late in the twelfth century. At this time, the Bishop of Leon being
Don Manrique de Lara, a member of the ilustrious house of the
Lords of Molina, tradition says that the fourth Cathedral, the present building, was begun. A passagge from the historian Lucas de
Tuy, who lived in Leon, would stem to confirm this: « Bishop Don
Manrique founded his Cathedral but did not finish it » Howevers in
spite of Lucas de Tuy, we do not believe that any part of the nowexisting Cathedral dates from Bishop Manrique's day, for be died
in 1205; and this opinion is expressed by all the Spanish and foreign
archeologists who have investigated the question: Street, Enlart,
11*8
New
We
(2) It is unfortunate that the remains of this Romanesque Churh
are not at present to be visited. Lovers of art are thus deprived of a
pleasure, and what is worse, students are unable to study a building which, in the light shed by comparison with other work of the
same period, might teach us much about Spanish art at a critical
y
moment of its
history*
22
Madrazo,
same
tale,
Gómez Moreno and others. The building itself tells the
and its own character is after all the surest guide to its
date.
Indeed, when we remember the great analogy that exists between our Cathedral and those of Northern France built during the
thirteenth century, as well as its advanced character, the perfect
unity of style in all its parts and various technical points tobe
dwelt on presently, we are forced to admit that no visible trace
now exists of a twelfth century church; no, not even in the foundations (3). In the twelfth century Gothic art was still in the making;
for in Architecture as elsewhere progress can oely be the slow result of collaboration of name, men, whose achievements, wore at
the price of endless effoits, may be fol owed through the course of
a long period.
At present we are still ignorant of the name of the great master
do possess, however, those of
to whom the church is due.
almost all the directors of the work down to our own day. Here we
shall only mention the first few, who were also in charge of the
We
building at Burgos, where they died.
Papers existing in the Cathedral Archives tell us that one Enrique, master of the works, died in 1277, and in 1296 Juan Pérez,
«master of the works at Santa Maria de Regí?» (our Cathedral).
have no certain
What did these two men !eave behind them?
knowledge, though it may be supposed that the porches are to be
attributed to Enrique, for they manifestly resemble those of Burgos.
We
Our church, the Pulchra Leonina of the adage, was begun at a
when the period of hesitating experiments had ended and the
time
problem of thrust and support had reached its final solution. It is a
perfect model of Gothic art at its fullest and purest. It stands in the
East quarter of the city, in the Square of Santa María de Regla, and
has this peculiarity that its east end lies outsi: e, and the rest of the
church inside the walls.
Its three fronts and east and are well exposed to view. The
main or West front is composed of a beat ful porch with three most
interesting doors, surmounted by a recently constructed gable flanked by two great towers. These are of different period, form and
live consider that the foundations and the upper structure
(3)
are perfectly related, we shall not be able to admit that even they
were laid in Don Manriquës time.
23
the simple and harmonious northern one cates fiom the
Î eight;
thirteenth century except for some late adut ons at it summit; the
ether, called the Clock Tower, is of the same period in its lower
parts but of the fifteenth century in the upper stages, and is higher
and more complicated.
The simpler North and South iron s also have three do rs,
corresponding to the transept nave and aisles- The Sou h end is
made conspicuous b, D.Juan Madrazo's Rabie, probavly ihat architect's last work, though the lower portion of the front, in which
the orig nal porch was set, is due 10 Señor Lav ña, who began tr e
restoration in our own time. The North front has had tbe fortune to
have been less modernised than the others. Its lower parts are obscured by the cloister, but from ihe South West corner of the same
a most interesting view of this façade may be had. The accumulation of flying buttresses, some of which are always seen foreshortened from whatever spot one looks, renders the aspect of the East
end peculiar. Near the East end there are so.i:e sixteenth century out-buildings.
An inspection of the church from without gives a clear idea of
its internal disposition; but when one enters it from the West one is
struck by surprise and admiration caused by its harmony of construction, the great clerestory and airy triforium. Such feelings are
expressed by the Leonese when they say, with their typical acuteness in observation «that their Cathedral has no walls».
The ground plan is simple; a latin cross with nave and aisles in
the main body and transept, a choir and choir-aisle -with nine chapels opening out of it. The towers of the West front are built North
and South of the ends of the aisles. The plan is completed, without
alterings its original design, by the Sacristy and Oratory, the Chapels of St. James, St. Andrew and St. Theresa, the Cloister and its
dependencies: Chapterhouse, Archives, Offices, etc.
The vaulting is pi in quadripartite with cross-ribs, carried on
piers, the thrust being met by double flying buttresses.
Although the ground plan in the principal source of information
about a church, the building now before our eyes presents certain
traits that ough to be noticed because they explain why it makes
the impression of being the most daring and aerial of Spanish Cathedrals.
The slender piers rise to a heigh cf 2T30 metres, and the
vault does not spring, as in many other churches, from the level of
the clerestory, but from four metres higher. The filling irí of the
vault is of slight density relatively to its extent. The clerestory
ligh.s
occup
the whole space between the piers, so there
24
is
no
irai side-wall. The triforium, a real gallery, has lights on both
sides, a feature almost unique in Spain. And at the level of each
row of windows there are steps constituting a chemin-de-ronde, an
arrangement typical of Leon and not m^t with elsewhere.
To sum ufr/Leon is characterised by its purity of style, lightness
of construction, unity and harmony of proportions.
No description of the church can be complete without notice of
has undergone.
of poor stone or for other reasons which we
have not timï to investigate, the Cathedral presented alarming
symtoms as early as the fifteenth century, for we have detailed
information about the repairs there carried out. The work went on
with increasing activity in the sixteenth and until the coilapse of
the vault over thi crossing in 1631. Juan de Nareda, the King's
master mason, evolved the idea of replacing it by an immense lantern (4), whose huge weight doubtless increased the defect that had
already ex'sted.
The work wen on, and early in the eighteenth century Don
Joaquin de Churriguera buiit up outside Nareda's lantern, over the
main piers, four great pillars sumptuously crowned and adorned;
but they did not suffice to neutralise the thrust of the cupola. A second catastrophe occurred in 1743, when four more vaulting com
partments fell down and the corresponding piers were grealy damaged. Repairs were at once carried art, but as the cause had not
been removed its effects continued to make themselves felt, and
after many years of partial attempts to correct the error, reports
and inspections. Señor Laviña, the first of the restorers of our own
day, was placed in charge of the monument by government.
Señor Rios, in his monograph, calls Don Matías Laviña y Blasco a respectable architect of the old school, highly learned i i classical art and a most skillful draughtsman. His first care was to take
down Churriguera's pillars, the result of which was to accentuate
the thrust of Nareda's lantern to the further danger of the south
transep. The lantern itself was finally removed, and the south
front by then quite out of plumb, taken down as well; but as the props
were not strong enough to do their work while these operations
were in progress, several other parts of the building were affected
by the consequent disturbance of balance. The taking down and
propping up went on actively whiie the South front was being rebuilt from its base, with the original porch in its proper place, when
the restorations
it
Whether because
(4)
21' 17
The height from
t ïe level
whence it sprang to
metres.
25
its
summit was
everything came to a stop on account of Señor Laviña's death
in
January, 1868.
Don Juan Madrazo y Kunz was appointed, in the following February, to carry on the work of restoration. He at once applied
himself with great zeal and skill the study of the monument.
Señor Madrazo's acute perception soon discovered the double
aspect of the problem facing him: to render the long-menaced
stiucture stable, and to ensure that the necessary restorations
should be executed in the proper style. With this object in view he
undertook an examination of the great churches of Northern France
that have most analogy with our own in plan and building, and in
order to arrive at a definite solution of the structural question devised an excellent system of props and centering which enabled the
restorations successfully to be carried art, thus saving the church
from certain ruin and preserving it for the admiration of all comers.
The work begun by Señor Madrazo was continued, after March,
1880, by his successor Don Demetrio de los Rios.
His activity, during the ten years he remained in charge of the
work, had most happy results, for as well as carrying out the measures decided upon by Madrazo, he undertook others of the grea
test importance, as we learn from the remarkable monograph left
beking by him and printed by his family after his death.
In 1892 the Leonese architect Donjuán Bautista Lázaro took
charge of the work, and though the stability of the church was assured and the masonry nearly finished, thanks to his predecessors,
efforts, much remained to be done in the way of replacing pavements, screens, glass altars, etc.
When the pavement had been laid down and the altar screens
set up the architect enthusiastically took the restoration of the
glass in hand. He began by a careful study of the 803 odd square
metres of original g ass which was preserved in the workshops,
copying them most scrupulously and thus acquiring the knowledge
that stood him in such good atead when he restored the old windows and had new glass made for those whose original filling had
been lost.
Señor Lázaro acquired a well-des, rved reputation tanks to this
great undertaking, wh ch he carried o ¡t, not by bringing foreign
workmen to Leon, as had been expected, but by forming draughts,
men and glass-makers in the town itself and setting up ovens in the
Cathedral workshops.
The work was in en advanced stage when it occurred to the venerable Bishop, Don Francisco Gómez de Salazar, to restore the
church to divine service, which had so long been absent from it.
¿6
The architect, anxious to second the Prelate's desire, redoubled the
speed at which the restorations were proceeding, rebuilt the aisieroofs in such a way as not to obscure the triforium lights, and set
up provisional altars. When all these difficulties had been overcome, the consecration of our Cathedral, our Palchra Leonina^ was
solemnly celebrated on May 27, 1901; for the gothic church was
then consecrated for the f rst time; since the ceremonies of 916 and
1073 must have been held in the temples built respectively by Ordoño II and Bishop Pelayo.
There w s still much to be done ou'side the church when
nothing but details remained in the interior. The pavement of the
court was renewed, and the architect gave his attention to repairs
in the bell-tower a id the cloister roof. A painful malady then obliged him to leave his work, and the present writer was proposed by
the Commission of Works to replace Señor Lázaro, though his only
merit was to have acted for fifteen years as hat master's assistant
a chitect.
Thewo:k s still continuing. At present a scheme s being carried out with the approval of superior authority for preserving and
cleaning the frescoes in the Cathedral, consolidating and adorning
the vaults of the Cloister and reparing the Cloist er court at a level
lower by one yard with the object of making the church drier.
The sculpture, carving, forged iron, glass frescoes and other
paintings contained in the Ca hedral are so important as to demand
Brother booklet.
Juan Torbado y Flores.
3
Fachada principal.
Façade principale.
Puerta de Ntra. Sra. La Blanca Porte de Notre Dame la Blanche
Main front. Door of Our Lady La Blanca
5
6
Ntra. Sra. de las Nieves,
o La Blanca
Notre Dame des Neiges,
ou La Blanche
Our Lady of the Snows or La Blanca
«
Portique. Pilier du
locus apellationis »
Pórtico. Pilar del
locus apella tionis»
porch. pler of the
«
«
locus apellationis»
Fachada
principal. Esculturas
Façade principale. Sculptures
Main front. Sculpture
Fachada
Façade principale. Sculptures
Main front. Sculpture
principal. Esculturas
Façade principale.
Fachada principal.
Porte latérale. Côté Sud
Puerta lateral, lado Sur
Main front. Lateral door. Soutch side
Façade principale.
Porte latérale. Côté Nord
Main front. Lateral door. North side
Fachada principal.
Puerta lateral, lado Norte
I
2
»3
14
Fachada Norte.
Vista parcial desde el
Claustro
Façade Nord.
Vue partielle,
depuis le
Cloître
North front. View from the Cloister
IÔ
Façade Nord.
Fachada Norte.
Porte de Notre Dame du Dé
Puerta de Ntra. Sra. del Dado
North front. Door of Our Lady of the Thimble
Abside
Abside
East end
Grande nef
Nave Mayor
Nave
Trascoro
Nef du transept
Aisle of the Transept
Derrière du Chœur. Détail
Back of the Choir-screen. Detail
ASCORO. Detalle
Derrière du Chœur. Détail
Back of the Choir-screen. Detail
Trascoro. Detalle
Nave Menor
Petite nef
Aisle
33
ai
O
U3
û
O
o
25
26
Chapelle de Saint François.
Fonds baptismaux
Chapel of St. Francis. Fount
Capilla de San Francisco.
Pila bautismal
Nave Mayor. Vidrieras
Grande
Nave. Glasses
nef. Verrières
2Q
3o
3i
Entrada al presbiterio
Entrée du presbytère
Entrance to the presbitery
Capilla Mayor. La Piedad
Chapelle Majeure. «La Piedad»
High altar. «La Piedad»
35
Coro del Obispo.
Detalle de la sillería alta
The
Chœur de l'Évêque.
Détail des stalles supérieures
Bishop's Choir. Detail of the upper
row
37
38
Capilla de Santiago.
Chapelle de Saint Jacques.
Vestuakio
Vestiaire
Chapel of
St. James.
Vestry
39
¿JO
Claustro. Bóveda de ángulo
Cloître. Voûte d'angle
Cloister. Vault over a corner
Claustro. Capitel de la
fabricación de pan
Cloister.
Cloître. Chapiteau de la
boulangerie
The bakers' capital
43
Cloître. Tombeau du
Chanoine Jean de Grajal
Cloister. Tomb of Canon Juan de Grajal
Claustro. Sepulcro del
Canónigo Juan de Grajal
44
45
46
Claustro.
Cloître.
Puerta tallada en i5s8
Porte sculptée en 1538
Cloister. Carved door of 1638
47
Claustro.
Cloître.
Porte de la Salle Capitulaire
Cloister. Door of the Chapter-house
Puerta de la Sala Capitular
48
Sala Capitular.
Salle Capitulaire.
La Adoración de los Reyes
L'Adoration des Rois
Chapter-house. The Adoration of the Kings
EL ARTE EN
ESPAÑA
EDICIONES DE VULGARIZACIÓN
Propagar el conocimiento de los tesoros artísticos
de nuestra patria, es lo que nos mueve a publicar esta
Biblioteca de vulgarización del Arte nacional, que
tiende, por lo económico de su precio, a que llegue a
todas las manos. Es tanto lo que aún poseemos, y tan
importante, que es de conveniencia que se sepa, por los
que no lo tengan averiguado, que nuestro país es todo
él un museo, rico, variado, generoso para cuantos a su
estudio se dediquen. Para demostrarlo, y para que esta
demostración llegue fácilmente a todas partes, emprendemos la publicación de una serie de tomitos en los
cuales se recojerá, con abundancia de reproducciones
y breve texto, lo más saliente de antiguas construcciones; de los pintores y escultores que gozan de nombradía universal y de cuanto en los museos españoles dice
el abolengo de industrias artísticas nacionales.
•
:
S
S
5
g
5
Obras publicadas:
LA CATEDRAL DE BURGOS. -2. GUADALAJARAALCALA DE HENARES. -3. LA CASA DEL GRECO.4. REAL PALACIO DE MADRID. -5. ALHAMBRA I.—
S
6.
:
1.
VELAZQUEZ EN EL MUSEO DEL PRADO.—
SEVILLA. -8. ESCORIAL -9. MONASTERIO DE
GUADALUPE. - 10. EL GRECO. - 11. ARANJUEZ. 12. MONASTERIO DE POBLET. - 13. CIUDAD
RODRIGO. -14, GOYA EN EL MUSEO DEL PRADO.15. LA CATEDRAL DE LEON. - 16. PALENCIA. 17. ALHAMBRA IL - 18. VALLADOLID. - 19. MUSEO DE
7.
I.
PINTURAS DE SEVILLA.— 20. CATEDRAL DESIGÜENZA.-21. RIBERA.-22. ESCORIAL II.-23. ZARAGOZA
-24. ZARAGOZA II. -25. CATEDRAL DE TOLEDO.26. CATEDRAL DE TOLEDO. MUSEO. - 27. MUSEO
DE BELLAS ARTES DE CADIZ.
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I.
Establecimiento editorial Thomas. Mallorca, 291. Barcelona
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MVSEVM
REVISTA MENSUAL
DE ARTE ESPAÑOL
ANTIGUO Y MODERNO Y DE
LA VIDA ARTISTICA CONTEMPORANEA
MVSEVM es
la única revista puramente artística en
lengua española, que se publica en Europa y América;
es la mejor publicación de arte que ve la luz en los
países de origen latino, según lo atestigua la prensa
competente de Europa; publica informaciones e investigaciones sobre pintura, escultura, arquitectura,
arqueología, cerámica, vidriería, numismática, orfebrería, xilografía, tapices, bordados, decoración,
de interiores, etc., etc. A quien quiera lo solicite
manda números de muestra.
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Extranjero
Número
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suelto
suelto en
Administración;
c.
el
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Mallorca,
291.
3 pesetas.
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— Barcelona
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(España).
Reproducido,
grabado y estampado en los talleres
Thomas, de Barcelona
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