EnvejeS er Estampida, José Luis Orozco. Persona mayor del modelo de larga estancia: FUNDACOL Publicación de la Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) -Volumen 4 N° 1 20- julio de 2021 ISSN 2665-2633 S Publicación de la Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) -Volumen 4 N° 1 20 - julio de 2021 ISSN 2665-2633 Editorial Repercusiones de la separación entre personas mayores y sus animales de compañía ......................................................................3 Cabildo Mayor – Medellín: hacia la visibilización Contenido y la inclusión de las personas mayores ......................................................................8 Federika, mi bella holandesa. Envejecer como emigrante ....................................................................10 El poder de la unión por los mayores en tiempos de pandemia. Experiencia del voluntariado: Unidos por los mayores en la ciudad de Medellín ....................................................................12 Campanita, el hada madrina de la mujer rural ....................................................................16 Humanización en centros de larga estancia en tiempos de pandemia ....................................................................18 Editorial Publicación de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) Volumen 4 N° 1 ISSN 2665-2633 Public ación Digital Colombia - Medellín julio de 2021 Elaboración de contenido Construcción conjunta por invitados especiales Revisión de Estilo Sebastián Castro T Diseño y Diagramación Jonathan Camargo Romero Coord. de la Publicación María del Carmen Zea Patricia Duque Juan Felipe Marín Eliana Cartagena Cristina Maya Gloria Patricia Cabrera Díaz Mónica Rivera Carlos Robledo Marín Juan Pablo Triana Fotografía Registros y archivos propios de redactores de textos Artista: Estampida, José Luis Orozco. Persona mayor del modelo de larga estancia: FUNDACOL Sebastián Castro T. 1 Aunque muchos la descuiden y la menosprecien, la pregunta por el significado del envejecimiento humano no se ha resuelto ni parece ser resoluble. Esto, porque lo que entendemos por vejez, así como por su antítesis, la juventud, está en constante cambio y revisión. Lo ha estado siempre. Sin embargo, tal revisionismo se ha visto profundizado por las transformaciones sufridas por la humanidad en las épocas que hemos llamado moderna y contemporánea. Salomón, Platón, Aristóteles, Cicerón, memorables adultos mayores, parecían tener muy claro qué significaba la vejez y qué le correspondía al hombre al acercarse al fin de su vida. Pero ¿quién lo sabe ahora? El aumento de la expectativa de vida, los avances de la medicina, la biociencia y la genética, entre otros elementos, han puesto en jaque, o al menos bajo cuestionamiento, las imágenes y nociones tradicionales sobre la vejez que podían ser vigentes hasta los siglos XIX y XX. Por dar un ejemplo, no es hasta la gran transformación generada en la humanidad por el afincamiento definitivo de la industrialización y el nacimiento del capitalismo moderno y el mercado mundial (Polanyi, 2011), que nacen en Inglaterra lo que hoy conocemos como “refugios”, “ancianatos” o “geriátricos” (Denham, 2016). Si bien desde el siglo X se registran edificios y hospitales específicamente dedicados a la labor de cuidar personas mayores, especialmente en el caso en que estuvieran enfermas (Morton, 2015), no es hasta que ocurre la ruptura de las comunidades y los modelos de familia tradicional para generar mano de obra y establecer un “mercado de la tierra” (Polanyi, 2011), que los campesinos se vuelven obreros aglomerados en barriadas y el lugar anteriormente venerable de los ancianos, relacionado con el valor de la experiencia y la sabiduría, desaparece. ¿Qué lugar tienen los seres humanos cuando ya no generan valor económico?, ¿cuando ya no tienen la fuerza productiva de los más jóvenes? Es en este contexto, en que la pobreza y la vejez surgidas del nuevo orden se vuelven problemas de salud pública; que estas instituciones cobran fuerza e importancia como otro de la serie de edificios públicos y productivos que van atravesando los humanos modernos a lo largo de su vida. Algo así como la cadena de montaje de Ford. Por estas épocas, la vejez pasa, entonces, de ser un problema de carácter existencial, como lo había sido siempre, a ser también un problema sociológico. Ahora bien, este panorama gris que traigo al evocar la industrialización no corresponde exactamente —¡por fortuna!— con la naturaleza de estas instituciones hoy en día —nunca sobrará tenerlo presente— y por lo mismo sirve para contrastar con los esfuerzos que actualmente hacemos como sociedad para valorar y enriquecer cada fase de la vida humana. En esta línea, lector, lectora, encontrarás en el presenten número de EnvejeSer dos artículos que abordan experiencias relacionados con los hogares para adultos mayores; con propuestas y trabajos para aportar y mejorar la vida de las personas que allí se encuentran. María del Carmen Zea Herrera, Maya V. Esteve y Estela Díaz Carmona nos presentan una breve investigación sobre la importancia de los vínculos afectivos entre los animales de compañía y las personas mayores, así como su potencial terapéutico; por otra parte, Elizabeth Ramírez Noreña del Refugio de Ancianos San Cristóbal, nos cuenta sobre esfuerzos importantes por integrar la educación de la juventud con los entornos de vida donde sucede la vejez, en aras de un intercambio intergeneracional que tiene que establecerse como un horizonte importante de nuestra sociedad. También encontrarás, no enfocado en los hogares, sino en un barrio popular, el texto de Sandra Milena Becerra Bedoya en que narra su experiencia profesional como psicóloga y la de un grupo de estudiantes de la Universidad Católica Luis Amigó que empezó un importante proceso de acompañamiento psicológico para esta población. Finalmente, aportando perspectivas propias del siglo XXI, Francisco J. Restrepo sugiere acciones y cambios de perspectivas que cuestionan los lugares comunes de la vejez y buscan aportar a que este proceso deje de percibirse como un castigo y, en cambio, se vea como una oportunidad más de vida. Así pues, en las siguientes páginas se abren diversas posibilidades para que esos panoramas grises que ha sufrido la vejez sean solo capítulos oscuros de la historia económica humana. Buena lectura. 1 Corrector de estilo y Filólogo hispanista Universidad de Antioquia Referencias: Denham, M. (2016). A Brief History of the Care of the Elderly. British Geriatrics Society. https://w w w.bgs.org.uk/resources/a-brief-history-of-the-care-of-the-elderly. Morton, J. (2015). A brief history of housing for older people. RMArchitects. https://rm-architects.com/ideas/2015/6/26/a-brief-history-of-housing-for-older-people. Polanyi, K. (2011). La gran transformación: Los orígenes políticos y económicos de nuestro tiempo (Primera reimpresión). Fondo de Cultura Económico. Página 2 Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) Editorial Página 3 Repercusiones de la separación entre personas mayores y sus animales de compañía 1 2 María del Carmen Zea Herrera , Maya V. Esteve y Estela Díaz Carmona Introducción El envejecimiento a menudo conlleva pérdidas para las personas como la independencia física, posesiones, hogar, relaciones familiares o sociales y otras que contribuyen a reducir su bienestar emocional, psicológico y físico. Estos estresores pueden generar angustia y aislamiento, afectando la calidad de vida y perjudicando su adaptación a las residencias concebidas para garantizar su bienestar. Con la intención de perfeccionar políticas públicas, programas de atención y cuidado que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas mayores en el contexto colombiano (por ejemplo, mitigando estresores o situaciones adversas que pueden afectar su salud mental y su bienestar emocional, psicológico y social), es necesario ahondar en las implicaciones del vínculo humano-animal, máxime cuando los estudios relacionados son escasos en el país. Ilustración: Hogarmania En este sentido, la literatura científica referente a la convivencia entre personas mayores y animales sugiere que la ruptura del vínculo con sus animales de compañía puede generar deterioros del bienestar. Otros estudios indican que las personas de edad avanzada en ocasiones eligen quedarse en casa, aun cuando requieren una vida asistida, para evitar perder la relación con los animales con los que comparten sus vidas (Chur-Hansen, 2010; Morley y Fook, 2005). El vínculo humano-animal y los beneficios de la relación Los seres humanos forman fuertes vínculos afectivos y de apego con sus animales de compañía, creándo una compleja interdependencia que puede ser decisiva en el bienestar y comportamiento de las personas. Muchos mayores consideran a sus animales como miembros de la familia, los describen como el ser más cercano o incluso como su único compañero (Luiz, Deliramich y Frueh, 2009) También existen evidencias de que la interacción con animales puede promover las relaciones sociales de las personas mayores, mejorar la calidad de vida de los institucionalizados y aportarles sentimientos de pertenencia a la comunidad (Wood, Giles-Corti, Bulsara y Bosch, 2007; Vrbanac et al., 2013), así como otorgar sentido de responsabilidad y utilidad cuando se involucra a los ancianos residentes en centros geriátricos en el cuidado de animales (Colombo et al., 2006). En esta misma línea, un estudio cualitativo realizado con personas mayores que tenían caninos (Cole, 2019), pone de manifiesto no solo que los participantes mostraban apego, amor incondicional y responsabilidad gozosa hacia los animales, sino que, además, resalta el papel positivo que los perros desempeñan en su bienestar e identifica el desarrollo de esas relaciones como una responsabilidad comunitaria y social. Asimismo, otro estudio halló que la compañía de un perro generó en los residentes de un centro mejoras significativas en el deseo de vivir, el estado de alerta y la relación con otros residentes y con el personal de la institución (Hogarth-Scott, Salmon y Lavelle, 1983). Más recientemente, en un estudio llevado a cabo en Medellín por Zapata, Hoyos y Sanmartín (20 de mayo de 2020), se encontró que las mascotas pueden llegar a ser la mejor compañía para los adultos mayores, pues propician la mejora de las relaciones familiares, son fuente de motivación para hacer actividades diarias y constituyen una alternativa de cuidado para ambos. Contextualización del impacto de la ruptura de esta relación En la adultez mayor, existen factores que afectan la salud psicosocial, disminuyen la calidad de vida, contribuyen a la aparición de crisis o precipitan episodios depresivos. Entre estos factores se encuentran el abandono, el aislamiento y el duelo, así como la pérdida de autonomía, la conciencia de déficit cognoscitivo progresivo y la presencia e intensidad de enfermedades orgánicas, a los que las personas mayores internadas en residencias de larga estancia han estado y están expuestas (Alarcón, 2006). Los investigadores Lee y Surething (2013) observan que el perder a un animal de compañía que ha sido una fuente de apoyo emocional puede socavar la sensación de seguridad. Chan et al. (2012), por su parte, concluyeron que los síntomas de depresión en personas mayores aumentan tras la muerte o pérdida de su animal de compañía. Estudio PMCAIR en Medellín 3 En 2019, en la ciudad de Medellín, a través del equipo de investigación de CoPPA, se desarrolló el estudio: Personas Mayores, Convivencia con Animales e Ingreso en Residencia (PMCAIR), cuyo objetivo principal fue conocer las experiencias de las personas mayores que experimen- Página 4 Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) En las últimas décadas, el interés por este fenómeno ha aumentado, lo que se traduce en un número mayor de investigaciones sobre el mismo (McCune et al., 2014). Estos estudios muestran resultados favorables sobre el bienestar y la salud mental de las personas de edad avanzada que conviven con animales (McNicholas, 2014), así como mejoras en su salud física, psicológica, emocional y en su calidad de vida (Gee y Mueller, 2019). Otros estudios indican que dicha convivencia reduce los sentimientos de soledad de las personas mayores (Krause-Parello y Gulick, 2013), al igual que los síntomas de depresión en personas sin deterioro cognitivo o con problemas de salud mental y demencia, institucionalizadas en centros de vida asistida (Colombo, Dello Buono, Smania, Raviola y De Leo, 2006). Página 5 taron separación o ruptura de la convivencia con sus animales de compañía antes de ser ingresadas en residencias públicas. Asimismo, se exploraron las circunstancias de esta separación, la relevancia de los animales de compañía en la calidad de vida de los mayores y los posibles impactos (emocionales y psicosociales) que dicha ruptura les pudo haber generado. la soledad no era tan soledad si estaba con ella; que mi perrita me entendía mis estados de ánimo, que me consolaba cuando yo estaba triste y se alegraba cuando yo estaba alegre” (Álvaro- perra). El proyecto fue realizado en el marco de un convenio entre CoPPA y el Concejo de Medellín y contó con la colaboración del equipo de AMAUTTA. Se adoptó un enfoque metodológico cualitativo y la técnica principal de recolección de datos fue la entrevista personal semiestructurada. La selección de los participantes se llevó a cabo atendiendo a criterios de edad, al estado adecuado de salud mental y de capacidad de deliberación, al tiempo máximo desde el ingreso en la residencia, a la previa convivencia con animales de compañía y a la ruptura de la relación con sus animales poco antes de ingresar en la residencia. Se tuvieron en cuenta las recomendaciones éticas para investigaciones con personas mayores y se obtuvo la autorización para la realización del estudio por parte de un comité interdisciplinario. · “Yo le tenía un afecto enorme [...] fue parte de mí […] es un animal muy manso, muy tranquilo y me trasmitía esa quietud y esa paz [...] que cambió muy buena parte mi estado de ánimo” (Norman - tortuga). Los 12 participantes (7 hombres y 5 mujeres entre 60 y 83 años) se encontraban institucionalizados en residencias, como la Colonia de Belencito, y algunos centros de atención de adultos mayores de la Red Pública de Atención asociados a PROSOSERH. Algunos testimonios y resultados preliminares del estudio se presentan a continuación: 1 El vínculo humano-animal y los beneficios de la relación: complicidad, apoyo emocional y lazo afectivo profundo · “Son mi compañía […] me llenan el hueco de mi hijo” (Almudena - loro y gatos). · “El amor incondicional que ella me dio; que · “Más que un compañero, él fue el mejor compañero mío [...] Él me cuidaba a mí mucho” (Pedro - perro). 2 El impacto de la ruptura de la relación: un momento traumático y anhelo persistente · “¡Ah!, sentí un dolor, como un desmayamiento. Sentí eso como que se me fue el mundo, me arrancó la vida […] Yo creo que fue como si hubiera perdido un hijo” (Rubén perro). · “Estrés el que tengo ahora sin ver a Violeta” (Álvaro - perra). · “Me desvelo pensando cosas y sueño con mi perrita” (Juana- perra) 3. Interés en los animales tras el ingreso: búsqueda y motivación para interactuar con animales (callejeros, silvestres, o de vecinos) · “Yo les llevo comida. Pues, allí hay un gato que yo lo llamo Príncipe. Y él se viene, claro […] allá me está esperando” (Pedro). · “Menos mal que aquí encontré unos gaticos que cada vez que me veían hacían: miau, miau para darles el almuerzo” (Esperanza). · “Claro, yo me meto por esos pastales a ver un conejo […] Unas ardillas viven aquí en este palo, hay un hueco, yo me fascino cuando las veo” (Norman). Este estudio evidencia la importancia de escuchar las opiniones de las personas mayores, y respetar su derecho a tomar decisiones respecto a sus preferencias de cuidado y de vida. Sería deseable que se estudiaran estrategias que puedan respetar los vínculos entre personas mayores y sus animales de compañía, también en las residencias, y que se implementaran programas de atención que involucren el cuidado o convivencia responsable con animales, con el fin de optimizar la calidad de vida de las personas mayores, representada en mejor salud biopsicosocial y bienestar emocional. 1 Doctora en Psicogerontología, enfermera y profesora titular en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia. 2 Magíster en OB-Sociología, licenciada en Psicología y coordinadora de CCEPVI, CoPPA [Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos] 3 Dra. María del Carmen Zea Herrera, Dra. Estela Díaz Carmona y M.A. Maya V. Esteve. Con la colaboración de la abogada Conny Duarte Restrepo, especialista en responsabilidad social. Referencias Alarcón, R. (2006). Trastornos Depresivos. (2006). En López, J.H., Cano, C.A. y Gómez, J.F. Geriatría: Fundamentos de Medicina. (pp. 595-600-29). Medellín: Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB). Chan, D., Kwok, A., Leung, J., Yuen, K., Choy, D. y Leung P. (2012). Association between life events and change in depressive symptoms in Hong Kong Chinese elderly. Journal of Affective Disorders,136(3), 963-970. doi: 10.1016/j.jad.2011.08.031 Chur-Hansen, A. (2010). Grief and bereavement issues and the loss of a companion animal: people living with a companion animal, owners of livestock, and animal support workers. Clinical Psychologist, 14(1), 14-21. doi: 10.1080/13284201003662800 Cole, A. (2019). Grow Old along with me: the Meaning of Dogs in Seniors’ Lives. International Journal of Community Well-Being, 2(3-4), 235–252. doi: 10.1007/s42413-019-00034-w Colombo, G., Dello Buono, M., Smania, L., Raviola, R. y De Leo, D. (2006). Pet therapy and institutionalized elderly: a study on 144 cognitivelyunimpaired subjects. Archives of Gerontology and Geriatrics, 42(2), 207–216. doi: 10.1016/j.archger.2005.06.011 Gee, N. y Mueller, M. (2019). A Systematic Review of Research on Pet Ownership and Animal Interactions among Older Adults. Anthrozoös, 32(2), 183-207. doi: 10.1080/08927936.2019.1569903 Hogarth-Scott, S, Salmon, I. y Lavelle, R. (1983). A dog in residence. People-Animals-Environment, 1, 4-6. Krause-Parello, C. y Gulick, E. (2013). Situational factors related to loneliness and loss over time among older pet owners. Western Journal of Nursing Research, 35(7), 905–919. doi: 10.1177/0193945913480567 Lee, S. y Surething, N. (2013). Neuroticism and religious coping uniquely predict distress severity among bereaved pet owners. Anthrozoös, 26(1), 61-76. doi:10.2752/175303713X13534238631470 Luiz, J., Deliramich, A. y Frueh, B. (2009). Complicated grief and posttraumatic stress disorder in human’s response to the death of Página 6 Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) Conclusiones: Los participantes atribuyeron cualidades, virtudes y adjetivaciones positivas a sus animales y a su convivencia con ellos. Asimismo, describieron una profunda conexión con sus animales y las separaciones tuvieron implicaciones negativas en la emocionalidad, autoestima y percepción de bienestar de los entrevistados. Página 7 pets/animals. Bulletin of the Menninger Clinic, 73(3), 176-187. doi: 10.1521/bumc.2009.73.3.176 McCune, S., Kruger, K., Griffin, J., Esposito, L., Freund, L., Hurley, K. y Bure, R. (2014). Evolution of research into the mutual benefits of human–animal interaction. Animal Frontiers, 4(3), 49–58. doi: 10.2527/af.2014-0022 McNicholas, J. (2014). The role of pets in the lives of older people: A review. Working with Older People, 18(3), 128–133. doi: 10.1108/WWOP-06-2014-0014 Morley, C. y Fook, J. (2005). The importance of pet loss and some implications for services. Mortality, 10(2), 127-143. doi: 10.1080/13576270412331329849 Vrbanac, Z., Zečević, I., Ljubić, M., Belić, M., Stanin, D., Brkljača Bottegaro N., Žubčić, D. (2013). Animal assisted therapy and perception of loneliness in geriatric nursing home residents. Collegium Antropologicum, 37(3), 973–976. Recuperado de https://hrcak.srce.hr/118306 Wood, L., Giles-Corti, B., Bulsara, M. y Bosch, D. (2007). More than a furry companion: the ripple effect of companion animals on neighborhood interactions and sense of community. Society and Animals, 15(1), 43–56. doi: 10.1163/156853007X169333 Zapata, M., Hoyos, T. y Sanmartín, C. (20 de mayo de 2020). La Mascota: una alternativa de cuidado para el adulto mayor. Reunión Académica de Enfermería (RAE). Videoconferencia llevada a cabo en la Facultad de Enfermería UdeA. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=JW-N0CyoBmI Cabildo Mayor – Medellín: hacia la visibilización y la inclusión de las personas mayores Página 8 El Decreto 1256 del 25 de agosto de 2008 define y reglamenta el Cabildo Mayor de Medellín como una propuesta de participación que permite incluir a las personas mayores de 50 años en los procesos de planificación y desarrollo de la ciudad. Así mismo, lo establece como un espacio de debate, diálogo y concertación que crea un puente entre la sociedad civil y el Estado. Cada 4 años, las personas mayores de 50 años de la ciudad designan sus 25 representantes o cabildantes mediante voto popular. De estos, 16 representan a las comunas, 5 a los corregimientos, 1 a la Red de Hogares, 1 a la Colonia Belencito, 1 al modelo dormitorio social y finalmente, 1 a las personas pensionadas y jubiladas. Este equipo de trabajo dedica su actuar, sus propuestas y sus anhelos a hacer parte activa del cumplimiento de la Política Publica de Envejecimiento y Vejez a través del Plan Gerontológico de Medellín y de la mano de la Secretaría de Inclusión Social Familia y Derechos Humanos y del Equipo de Personas Mayores [AMAUTTA]. En este marco, y contando con la historia vivida desde su conformación, este Cabildo Mayor ha ido descubriendo que tiene que hacer honor a tan noble y comprometedora designación y que debe formarse y forjarse, con esfuerzo y trabajo arduo, para dar respuesta asertiva, eficiente y eficaz a las realidades que viven las casi 800 mil personas mayores de Medellín; aproximadamente la tercera parte de la población. Es el cabildante, en articulación con la Mesa Gerontológica de su comuna —otro interesante espacio de formación, información, diálogo y construcción colectiva del territorio— quien conoce de primera mano las verdades, las expectativas, los intereses, las necesidades y las propuestas de las personas mayores. Componentes que plasma en su proyecto de trabajo anual y que lleva a los espacios de participación comunal, unas veces favorables y muchas otras de difícil acceso. Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) Gloria Patricia Rúa Montoya 1 Página 9 El cabildante es, además, quien se convierte en gestor, informador, oyente, esperanza de muchos y, por eso, buscador de soluciones. Sin embargo, en el quehacer cotidiano hemos comenzado a analizar que nuestra labor debe trascender y que tenemos que ser conocidos y reconocidos por nuestra sociedad de maneras nuevas, diferenciadoras y sobre todo, incidentes. Es hora de que el Cabildo Mayor de Medellín y todas las personas mayores que este Cabildo representa seamos verbalizadas, visibilizadas y reconocidas como una organización social, incluidas en procesos participativos de ciudad significativos para la sociedad; tenidas en cuenta como sujetos de desarrollo y de futuro y no como objetos meramente de asistencia y cuidado. Envejecer dignamente tiene que ser un concepto que se materialice en procesos informativos y formativos en todas las esferas de la sociedad para que, por fin, entendamos que todos, absolutamente todos, estamos llamados a aprender a envejecer dignamente. Esto es, felices, en bienestar, activos política y socialmente, reconocidos, valorados en nuestros derechos fundamentales y teniendo la oportunidad de incidir en la sociedad y en la construcción de ciudadanías libres de estereotipos y lenguajes victimizantes. Debemos poder envejecer a la vez que ponemos al servicio de la sociedad nuestras potencialidades, valores, capacidades y aprendizajes. La pandemia del COVID-19 nos está dando grandes lecciones y nos dejará enormes retos entre los que estará lograr entre todos una verdadera inclusión de las personas mayores en la sociedad, no solo del municipio, sino de Colombia y el mundo. . 1 Mesa Directiva, Cabildo Mayor. Federika, mi bella holandesa. Envejecer como emigrante Federika nace en Dordrecht, Holanda, el 15 de junio de 1935. Pasa sus primeros 4 años en esa ciudad, los cuales son vitales en la formación de su personalidad. 10 1 aprendizaje de un nuevo idioma para poder comunicarse, novedosas costumbres, nuevos métodos de educación, cambio de nacionalidad, la elección de un deporte poco común y elitista como la equitación—en la que fue campeona nacional— e incluso el cambio de religión para acoger la fe católica como su sostén moral. En el aprendizaje de la equitación conoce, inicialmente como su profesor, al hombre que fue su compañero de vida y con el cual conformó su familia. Fueron 62 años de compartir tristezas, pérdidas, alegrías y triunfos. Sus padres, después de haber vivido la Primera Guerra Mundial, elaboran conceptos de familia muy arraigados en los que el sentido de cooperación y de pertenencia con su comunidad fueron fundamentales. Las épocas de encierro, la escasez de víveres, pero a la vez el compartirlo todo, formaron en ellos personalidades fuertes que les permitieron enfrentarse a las diferentes dificultades y problemas de la vida de manera satisfactoria. Con todo lo anterior, ante el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, su padre resuelve emigrar hacia Suramérica, inicialmente hacia Argentina, pero por cosas de la vida, este y su familia terminaron estableciéndose en Colombia. El cambio de país, ambiente, y cultura, entre otros, hicieron de Federika una mujer aguerrida, con una mentalidad descomplicada y comprensiva, con capacidad de enfrentarse a los diferentes retos que la vida le fue presentando: el Con tal compañero de vida refuerza las costumbres con las que creció, ya que él era un militar de alto rango, formado con un estricto rigor y disciplina, al que ella se acoge de una manera muy natural porque su personalidad y su historia de vida le permitían aislar lo racional de lo emocional, formando en ella la resiliencia. Resilencia que le permitió superar todos los momentos difíciles vividos desde su niñez hasta la Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) María Dolores Álvarez, Claudia Janeth Hernández, Marta Lucia Velasquez Página Página 11 actualidad. En su vida formó hábitos de vida saludable en cuanto a alimentación, actividad física, deportes y relaciones interpersonales; hábitos que se han perpetuado de generación en generación. Cuando inicia la etapa del nido vacío, al casarse su último hijo, ella muy sabiamente desarrolla nuevas habilidades para entretenerse como el punto de cruz, las manualidades y el cuidado de los conejos, o cunicultura, para el aprovechamiento de su carne. Sin imaginar que este oficio iba a convertirse en su proyecto de vida, Federika terminó dedicándole gran parte de su tiempo a estudiarlo y desarrollarlo exitosamente. Para ella, todo lo que tenga que ver con cría y comercialización de los conejos se ha convertido en un reto personal, pues hoy por hoy, a sus años, ejerce la labor con autonomía. Pensar en garantizar una vejez con calidad supone estar muy atentos al proceso de envejecimiento. Los procesos de cambio que se presentan en el transcurso de la vida no tienen por qué afectar todas las dimensiones del ser humano. Sin duda, la dimensión biológica puede verse afectada con la edad, pero las dimensiones psicológica y social pueden mantenerse estables e incluso mejorar. En definitiva, en todas las etapas hay pérdidas y ganancias. Los procesos de cambio pueden ser diferentes en cada persona y estarán condicionados por la capacidad de adaptación de esta. 1 Profesionales de la Institución Universitaria de Envigado 2 Mónica Johana Muñoz Cardona 1, Olga Lucía Mejía Lopera , Diana Carolina Ramírez , 3 María Camila Mazo Colorado 4 , Daniela Estefanny Duque Molina 5, Gina Tatiana Berrío Valencia 6 y María Alejandra Tovar 7 Los humanos ayudamos porque somos capaces de sentir y de ponernos en la piel de los demás. Y ayudar genera felicidades personal y colectiva. Elsa Punset En Colombia, antes de los tiempos de pandemia, hemos sabido que la vejez es vivida con mayor fragilidad social y exposición a la soledad. En nuestro país, las personas mayores viven con más privaciones que el resto de la población. Cerca del 30% no recibe ingresos y de aquellos que sí lo hacen, casi la mitad recibe menos de un salario mínimo. Aunque en materia de salud, nuestro país ha ido trabajando los aspectos de acceso y cobertura, son otras las barreras que hacen cada vez más difícil el acceso como pueden ser las tecnológicas y la actual tramitología (Correa y Uribe, 2017). En el mes de marzo del año 2020, ante la emergencia sanitaria generada por el COVID-19, los adultos mayores en nuestro país se convirtieron en la población más vulnerable, especialmente aquellos que presentan enfermedades crónicas. Este hecho llevó a que tuvieran que guardar estricta cuarentena y sus vulnerabilidades preexistentes aumentaran. Pensando en los mayores, en su fragilidad, soledad, condición de salud o falta de conocimiento de uso de medios tecnológicos, desigualdades sociales, falta de consideración de otras generaciones menores, entre muchos otros factores, una enfermera amante de los adultos mayores —quien trabaja en servicios de cuidados paliativos y desempeña su labor como docente del tema cuidado del adulto y del anciano, motivada por su deber profesional y preocupada por las necesidades que podrían ir surgiendo ante la emergencia sanitaria— convocó a amigos, alumnos, profesionales, docentes de diferentes universidades y a la comunidad en general —profesionales en Enfermería, Atención Prehospitalaria, Psicología, Trabajo Social, Nutrición, Ingeniería, Educación y Publicidad, Deportes, Desarrollo Familiar y Coaching; así como bomberos y paramédicos, entre otros), quienes se fueron sumando a un proyecto llamado Unidos por los mayores [UPM]. 1 Enfermera y magíster en Enfermería. Docente de la Corporación Universitaria Adventista. Enfermera del equipo de Cuidados Palativos del Instituto Colombiano del Dolor [INCODL]. Fundadora y coordinadora del Voluntariado Unidos por los mayores [UPM]. Contacto: [email protected] / [email protected] 2 Psicóloga, especialista en Pedagogía para el Desarrollo del Aprendizaje Autónomo, Biocoaching, y líder en los Diálogos Intractivos en Salud Integral,. Coach Master en Liderazgo y Desarrollo Organizacional. 3 Trabajadora Social,. Especialista en Prolemas Socales Infanto-Juveniles. Esecialista en Gerencia de Proyectos. Diplomado en Cuidados Paliativos del Instituto Pallium, Argentina. Trabajadora Socal en el Equipo de Cuiados Palativos Colsanitas. 4 Estudiante de octavo semestre de Enfermería., Corporación Universitaria Adventista. 5 Estudiante de décimo semestre de Enfermería., Corporación Universitaria Adventista. 6 Estudiante de octavo semestre de Enfermería., Corporación Universitaria Adventista. 7 Estudiante de séptimo semestre de Enfermería., Corporación Universitaria Adventista. Página 12 Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) El poder de la unión por los mayores en tiempos de pandemia. Experiencia del voluntariado: Unidos por los mayores en la ciudad de Medellín Página 13 El voluntariado UPM surgió pensando en los mayores y en mitigar los sufrimientos que podrían aumentar con esta pandemia, decretada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 30 de enero de 2020, además de sensibilizar a toda la población frente a los más frágiles. Hasta ahora ha logrado confiar en las nuevas generaciones la responsabilidad de cuidar de estos grupos poblacionales más vulnerables, como uno de los legados de sabiduría que poseemos. Con las redes de apoyo se fueron tejiendo cuatro comisiones a las cuales se les dio el nombre de UPM 1, UPM 2, UPM 3 y UPM 4, cada una de ellas con un coordinador delegado. Las personas llegan a través de la coordinación general donde son clasificadas y remitidas a cada grupo de trabajo según sus necesidades. Estas, a su vez, interconsultan, permitiendo una atención más integral. La UPM 1. Gestión de trámites, citas y medicamentos: este grupo de voluntarios ayuda a los mayores a gestionar con las Entidades Promotoras de Salud (EPS) y las Instituciones Prestadoras de Servicios (IPS) —a través de internet y de manera telefónica— citas, renovación de fórmulas y envío a domicilio de los medicamentos. La UPM 2. Gestión social: como voluntariado no contamos con el apoyo de ninguna organización. Con recursos propios y con donaciones de la comunidad, se han gestionado algunos víveres, elementos de cuidado personal, medicamentos, ayudas en dinero efectivo, entre otros. A través de la trabajadora social y de los voluntarios, se hace la verificación de las condiciones sociales de las personas remitidas y aunque en las otras comisiones todo se hace por medios tecnológicos, esta comisión requiere la ayuda presencial de algún voluntario con vehículo que haga las rutas de entrega en los días de pico y cédula, una medida preventiva y de control dada por las autoridades de los municipios de Antioquia por la cual se puede salir a la calle según el último número del documento de identidad, buscando con esta medida disminuir los contagios. También esta comisión brinda asesoría sobre cómo diligenciar formularios o dirigirse a las actuales ayudas gubernamentales. La UPM 3. Salud mental: bajo la dirección de un profesional de Psicología, se ofrece acompañamiento telefónico a las personas que se encuentran con sentimientos de soledad, incertidumbre y frustración por el temor ante la actual situación de salud epidemiológica con riesgo del contagio que pone en peligro sus vidas y por la rudeza de estar confinados sin poder llevar el estilo de vida al que estaban acostumbrados, o bien por otros motivos particulares. Las personas voluntarias, con su tiempo, su disposición y una llamada, propician un espacio para que el mayor cuente su historia, revele su situación y así poder enfocarlos en cosas positivas, sin centrarse solo en hablar del virus o de noticias. El objetivo es hacerlos sonreír y buscar en caso de ser necesario, intervenir otras personas de sus familias. La UPM 4. Cuidado adulto mayor y cuidador familiar: esta comisión conformada por profesionales y estudiantes del área de la salud tiene como fin educar a los pacientes y cuidadores familiares en medidas de prevención para mitigar la propagación del virus, orientar en dudas o aspectos básicos del cuidado (salud, nutrición, administración de medicamentos, cómo realizar actividad física en estas condiciones, guía para consultar al sistema de salud, entre otros temas). También es la comisión encargada de la salud mental de los cuidadores familiares de los mayores quienes también se cansan, enferman y estresan por la condición de confinamiento prolongado y las limitaciones de recreación y ocio. Determinar qué es el voluntariado no resulta una tarea sencilla. Existe una gran cantidad de definiciones disponibles en la litera- El voluntariado UPM ha permitido extender la intención de servicio y protección de muchas personas más allá de las fronteras familiares y brindar con dedicación y amor algo de sí para aquellos adultos que lo necesitan, sin otra retribución que un corazón agradecido y la apertura para compartir sus vidas y sus miedos frente a lo que el virus les ha traído, así como su alegría al ver que son importantes para otros. Esta ha sido una práctica de lo que en la cultura llamamos red de apoyo social, cuyo impacto, sin lugar a dudas, se genera en varios niveles, como las ondas que deja una piedra lanzada al agua, repercutiendo no solo en el adulto, sino en aquellos que tienen la oportunidad de participar y aprender en esta red. Desde el ámbito social, los grupos de voluntariado surgen para satisfacer una necesidad latente en una comunidad. En este aspecto, el grupo de voluntariado UPM busca ayudar bajo un enfoque de apoyo solidario a través de la entrega de los recursos que permitan a las familias contar con los elementos necesarios para enfrentar la cuarentena, ya que muchas personas se han quedado sin empleo o no pueden continuar realizando las actividades económicas que tenían hasta antes de esta situación. Si bien el enfoque asistencial en el ámbito social ha sido cuestionado en muchas ocasiones, por no empoderar a las personas para salir de la crisis, bajo las circunstancias actuales se hace necesario ya que es una situación para la cual no se estaba preparado y pone en riesgo la vida de los mayores, sea por contagio del virus o por desnutrición al no tener cómo satisfacer su necesidad alimentaria o por no poder acceder a los tratamientos médicos y farmacológicos. Lo que se ha buscado entonces es gestionar recursos económicos, físicos y de apoyo que han permitido que dicha labor sea posible. El voluntariado UPM se ha convertido en una fuente de aprendizaje que trasciende el contexto universitario, los hospitales y otros ámbitos; que reta a cada persona que se suma a esta iniciativa a realizar actividades durante la contingencia que posiblemente no había hecho antes, además de convertirse en un espacio de fortalecimiento de los procesos de emprendimiento social, fortalecimiento de su autoestima, satisfacción por el servicio y que repercute positivamente a largo plazo en las comunidades y en la sociedad en general. Página 14 Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) tura, por lo que se recomienda identificar tres considerables criterios en las actividades que lo comprenden (Quezada, 2020). Voluntad libre: debe llevarse a cabo de forma voluntaria y no como una obligación impuesta por una ley, un contrato o un requisito académico; motivación no pecuniaria: no debe llevarse a cabo para la obtención de una recompensa económica; beneficio para otros: debe perseguir el bien común y favorecer de forma directa o indirecta a personas ajenas a la familia o al hogar del voluntario. Página 15 Por lo anterior, los estudiantes y profesionales aprenden y comprenden que la entrega de las ayudas, la coordinación de citas y el apoyo psicoespiritual se hace con una mayor conciencia sobre la relevancia de generar cambios en la sociedad. Pero las problemáticas o necesidades de las comunidades que son atendidas mediante el voluntariado deben ser resueltas a largo plazo, de manera definitiva, por el Estado a través de políticas públicas objetivas que posibiliten subsanar las injusticias y las inequidades sociales. Referencias Correa, L. y Uribe, L. (2017). La vejez de hoy y del mañana en Colombia: logros y retos de la implementación del pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales. Informe Alternativo de la Fundación Saldarriaga Concha al Comité DESC. Fundación Saldarriaga Concha: Bogotá. Recuperado de: https://tbinternet.ohchr.org/Treaties/CESCR/Shared%20Documents/COL/INT_CESCR_CSS_COL_27308_S.pdf Página Campanita, el hada madrina de la mujer rural 2 3 Dicen que las hadas no existen, que son seres creados en las historias de fantasía, en mundos mágicos, pero a veces es difícil separar la realidad de la ficción o saber si la ficción se alimenta de la realidad. A diario, en la vida real se conocen personas excepcionales capaces de sorprender y de devolver la esperanza de tener un mundo mejor: un mundo menos egoísta y que no se autodestruya. Por eso no dejan de ser seres encantadores, como salidos de un cuento… de un cuento de hadas. Hace 74 años, en un pequeño barrio de la ciudad de Medellín, nació una hermosa niña en medio de un hogar amoroso y cálido. Su infancia fue tranquila y con un apego especial a su abuela materna. En su familia se respiraba amor, ternura y protección. Fue creciendo y poco a poco se convirtió en una jovencita que disfrutaba de sus aventuras en compañía de sus hermanas y amigas de la escuela. Parecía una vida normal, sin mayor novedad, pero empezó a sentir que en su vida tenía una misión por cumplir. Sí, hay llamados que llegan a muy temprana edad y este es el caso de Campanita. Tal vez no es la misma Campanita que muchos imaginan, pero ha sido igual de grandiosa, inquieta y mágica para quienes han sido tocados por su magia. Esta hada no se mueve entre los lirios, pero sí en el campo entre muchas flores. Hace que los sueños de otros puedan cumplirse y no tiene polvos mágicos, pero sí cuenta con su talento, creatividad y disciplina. Viéndolo bien, tiene muchos dones que la hacen ser el hada madrina que necesitaba el mundo en el que vive, pues son estos dones los que la hacen un ser tan especial, tan único. Ella cree que su misión en la vida es el servicio, pero no se ha dado cuenta que en realidad es más que eso; ella es la promotora de soluciones para las dificultades de muchas personas que buscan su amparo, es la realizadora de muchos sueños. Pero, más que eso, es el fiel testimonio de una manera diferente de vivir, de envejecer, es la prueba fehaciente de una vida que permite llegar a la magia de los cabellos plateados sin pesares, aunque no sin episodios tristes. Sus alas tienen cicatrices, algunas un poco más profundas que otras. Cuando las mira, siente el dolor como si la herida estuviese abierta. Ha dejado de sonreír por momentos y en otros ha tenido que atravesar difíciles tormentas sintiendo sus alas débiles. Sin embargo, de repente sale el sol y, con él, llega la luz que necesita para iluminar nuevamente su camino y el aire para refrescar su mente. Cada uno de sus cabellos plateados es testimonio de historias de batallas ganadas y perdidas, cada una de las marcas en sus alas la hacen más fuerte y resiliente. Tanto así que ahora, con el inventario de aventuras que puede narrar, busca ser la luz y el apoyo de quienes la puedan necesitar y no la vieja hada pasiva, enferma o necesitada que muchos pueden imaginar, pues han pasado ya 74 años desde que abrió sus ojos a la vida por primera vez y ahora está feliz de poder dar un mensaje a la sociedad. Se puede observar en esta hada que no basta con vivir: hay que cuidar la manera en que se vive. Hoy, ella es el reflejo de lo que ha sido su vida, no solo en el servicio, sino en su modelo Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) 1 Bertha Del Socorro Muñoz Cardona , Sandra Milena Becerra Bedoya y Daniel Puerta Velásquez 16 Página 17 de vida. No se ha privado de nada, ha disfrutado de la buena mesa, del amor y el desamor, de los amigos, de hermosos paisajes y de formar parte de grandes obras que hoy son visitadas como lugares emblemáticos. Todo esto la hace tan especial; es trabajadora, emprendedora y de carácter fuerte. Pareciera que mientras más inquieta es su mente, más activas son sus manos. No hay viento que evite su vuelo, siempre está atenta, siempre lista. Su vocación por el servicio la define en gran medida y le ha brindado herramientas y estrategias para poder seguir contando con un excelente estado de salud, con energía, entusiasmo y vocación, siendo la guía, compañía y apoyo para todas las personas que la necesitan. Ella, Campanita, es un hada grandiosa que decidió vivir entre mujeres rurales que necesitaban de su luz y brillo para poder descubrir que en ellas también hay magia, que también pueden emprender el vuelo hacia la realización de sus sueños y el cumplimiento de sus objetivos. Ahora entre todas tejen algo fuerte que puede ser sacudido, pero no destruido: es su tejido social, es su construcción, es allí donde nos damos cuenta que no es un cuento de hadas, sino una historia de la vida real. Se trata de la historia de una mujer excepcional que antepone el servicio a cualquier necesidad propia. Al hablar con esta mujer es difícil diferenciar lo real de lo fantástico. Todo el tiempo sus ojos brillan con la ilusión de todo lo que quiere lograr con la mujer rural. También se le aguan a veces al hablar de algunas de sus pérdidas en medio de querer mantener vivo el sueño del trabajo con la mujer y para la mujer. Ha enfrentado diferentes obstáculos para poder continuar con su misión, pero no pierde su entusiasmo y sigue con empeño trabajando de la mano de las mujeres que la rodean, se animan unas a otras y siguen con ese tejido especial. Probablemente, usted puede conocer a alguien que ha trabajado por otros; ojalá, a muchas otras personas que a sus 74 años se sientan vitales y que tengan un envejecimiento saludable. Pero eso no es justamente lo especial de esta narración. Lo que la hace especial es cada paso que ha dado para lograr ser la mujer que es hoy y cómo ella, orgullosa de su ser y su hacer, comparte sus entrevistas, videos y fotografías como evidencias de su paso por la vida de muchos que han necesitado de su magia. Campanita sigue estando en los campos entre flores y mujeres trabajadoras y espera seguir así. Ahora lucha por mejores garantías y porque la administración de su municipio le dé el protagonismo que merece y necesita, pues no cuenta con el apoyo necesario para poder alcanzar mayores objetivos. Seguramente este escrito no logre que esta hada tenga el techo estable que necesita para su grupo de mujeres rurales, pero probablemente sí logre que algunos podamos suspirar y nos alegremos al conocer que hay más seres maravillosos que quieren ver y hacer de este un mundo mejor. 1 Gerontóloga. 2 Psicóloga. 3 Psicólogo. Profecionales en calidad de especialistas en psicogerontología, Institución Universitaria de Envigado. Humanización en centros de larga estancia en tiempos de pandemia Esta situación de pandemia por COVID-19 constituye una de las emergencias geriátricas más relevantes del último siglo. Es por esto que humanizar la atención centrada en las personas mayores que viven en centros de larga estancia, hogares geriátricos, viviendas asistidas y centros de bienestar o protección social es una tarea que implica muchos aprendizajes. Y muchos de ellos pueden partir de la historia humana, pues estos lugares han tenido presencia desde que comenzaron los leprosarios, ancianatos, albergues y centros de caridad cuyo fin esencial es resguardar, proteger y cuidar a personas que están vulnerables física, económica, social o emocionalmente. En los 15 años que llevo trabajando en instituciones de protección y cuidado de personas mayores, he aprendido el significado de “darse por completo a los demás” sin importar su pasado, valorando y respetando su individualidad, sus miedos, gustos, expectativas, frustraciones y realidades. A pesar de que muchas personas llegan a estos lugares con una gran sensación de abandono, soledad, desesperanza y resignación, dentro de los centros descubren nuevos talentos, capacidades, potencialidades e incluso se vuelven a enamorar. Humanizar, entonces, se convierte en un proceso que no solo implica las relaciones interpersonales, sino, también, la humanización de los espacios donde las personas mayores habitan. Igualmente, se trata de humanizar los procesos de atención, acompañamiento, supervisión y cuidado; así como las normativas y procesos de seguimiento y control por parte de las secretarías de salud y de desarrollo o integración social. 18 1 Fácilmente confundimos la humanización con buen trato o incluso con ambientes acogedores en relaciones asistenciales que muchas veces terminan infantilizando y anulando procesos funcionales de las personas mayores. Lo he visto en decoraciones, peinados y lenguajes poco asertivos escudados en estereotipos negativos donde se dice que los viejos vuelven a ser niños o que “loro viejo nunca aprende a hablar”, cuando eso solo le pasa a los loros, o cuando se pierde la empatía emocional para comprender las necesidades del otro. Entonces, cuando hablamos de humanización, hablamos de un gran compromiso que tiene que ver con el goce efectivo de los derechos humanos de la persona mayor y su dignidad intrínseca. Las residencias son lugares para vivir, no para esperar la muerte. Tampoco son hospitales o Instituciones prestadoras de salud, por lo que no están habilitadas ni capacitadas para canalizar, hacer curaciones complejas ni mucho menos, en caso de contagio con COVID-19, para proporcionar tratamientos especializados o sedación paliativa. Es por esto que muchas entidades internacionales han propuesto elaborar rutas de atención por COVID-19 para centros de promoción social. Estas rutas implican contar con unidades intermedias en hoteles o centros adaptados para la atención especializada de personas mayores provenientes de centros geriátricos con personal de apoyo por parte de las EPS y secretarías de salud. Los centros han desarrollado procesos anticipados maravillosos, han actuado con responsabilidad y compromiso Las familias han comprendido el sacrificio del aislamien- Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) Robinson Cuadros Cuadros Página Página 19 to, evitando las visitas; y el personal asistencial, de aseo y vigilancia se ha puesto la camiseta, muchas veces sin contar con el apoyo de las ARL para su equipo de protección personal en bioseguridad. Claramente, este personal reclama tener pruebas diagnósticas y de tamizaje que permitan hacer control y seguimiento oportuno en sus centros, tanto para los residentes como para sus trabajadores con lineamientos geronto-geriátricos que permitan una comunicación fluida con las instituciones de orientación y apoyo. Varios directores de centros geriátricos me dicen: “yo amo a mis viejos y este trabajo me apasiona y es lo mas lindo que la vida me ha dado” y cuando les pregunto si están agremiados con otras instituciones, cómo trabajan en equipo para tener sus registros al día y cómo llevan sus procesos de calidad a estándares superiores… hay un silencio sin respuesta. Hoy más que nunca les hago un llamado para dejar a un lado la competencia, la envidia o la rivalidad, pues nos une un solo fin y debemos trabajar en equipo: con excelencia, con compromiso no de palabra sino de acciones; protegiendo y cuidando al personal que trabaja en las instituciones y brindándoles espacios de respiro y cuidado emocional. Es importantísimo tener una base de datos de todas las instituciones y centros de larga estancia en el país para gestionar las donaciones y recursos que pueden ser canalizados desde el Ministerio de Salud, los entes territoriales y las distintas ONG internacionales que consultan a la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría para brindar su ayuda. Una base de datos permite al Estado hacer un cuestionario de necesidades económicas, asistenciales o de recursos técnicos que puedan estarse requiriendo con urgencia. También permite conocer las particularidades de la realidad que se vive en los territorios, en las zonas rurales dispersas y en las grandes ciudades, con lo cual podemos aportar entre todos a romper la discriminación por edad para acceder a tratamien- tos, hospitalizaciones o ingresos a unidades de cuidado intensivo teniendo como criterio la edad. Estas medidas dan la oportunidad de actuar anticipadamente, capacitando equipos de trabajo de relevo y reclutando personal de apoyo por parte de las EPS en caso de incapacidades masivas del personal asistencial. Igualmente, se hace más fácil contar con recursos materiales en bioseguridad, aseo, dotación, medicamentos, esquemas actualizados de vacunación contra influenza y pneumococo; complementos nutricionales, pañales para adulto y productos para el cuidado de la piel, entre otras necesidades. No podemos dejar huérfanas a las instituciones que necesitan direccionamiento técnico y acompañamiento permanente, pues en medio de la pandemia no se trata solo de salvar vidas, sino de gestionar el riesgo, mitigar los daños y paliar el dolor y el sufrimiento. Esta situación de emergencia ha hecho necesario un aislamiento físico, mas este no debe ser social. El aislamiento ha afectado emocionalmente a las personas mayores, por lo que deberíamos contar con más recursos telefónicos, radio, televisión y redes sociales; con espacios de capacitación, interacción y acompañamiento a las personas mayores y cuidadores. Las personas mayores de los centros geriátricos no son enfermos, son personas, y esta realidad debe marcar el nuevo paradigma en la atención. Debemos ver a la persona desde sus capacidades, fortalezas y habilidades y no negarle el derecho a ser la protagonista en la toma de decisiones frente a posibles tratamientos o frente al cómo terminar su vida. Esto enfoque debe entenderse como justo, no solo en el marco de la pandemia, sino dentro del principio de autonomía que antecede la toma de cualquier decisión. 1 Médico geriatra. Representante COMLAT de Colombia ante la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría. Líder de la Ruta Sociosanitaria de Personas Mayores en CAFAM Twitter: @Cuadrosrobinson Bibliografía 1. Artículo Humanización y relación. José Carlos Bermejo Higuera 2017 (https://www.josecarlosbermejo.es/wp-content/uploads/2018/04/humanizar_y_relacion.pdf ) 2. Ropero-Padilla,Carmen Humanizar los cuidados en una residencia asistida 2012 (https://www.researchgate.net/publication/319332642) 3. Artículo El compromiso de la humanización en las instituciones sociosanitarias. José Carlos Bermejo Higuera 2013 (https://www.josecarlosbermejo.es/el-compromiso-de-la-humanizacion-en-las-instituciones-sociosanitarias/) 4. Artículo Acompañamiento en el COVID-19: Información, control, vínculos, identidad. Lourdes Bermejo Sociedad Española de gerontología y Geriatría 4 de mayor 2020. ( h t t p s : / / w w w. s e g g . e s / a c t u a l i d a d - s e g g / 2 0 2 0 / 0 5 / 0 4 / a c o m p a ñ a m i e n to-en-el-covid-19-informacion-control-vinculos-e-identidad) Página 20 Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) Colombia debe trascender de una protección social asistencial a una protección basada en la inclusión productiva, fomentando la generación de capacidades con acciones de reconstrucción social que incluya a las personas mayores que viven en residencias, con un sistema articulado y coordinado entre las entidades de salud y las sociales de manera responsable y con la cooperación de la comunidad. Sin duda, estamos en un momento histórico en que, como país, podemos ser ejemplo para el mundo en la atención humanizada, diferencial y centrada en la persona mayor. Mil gracias. Instituciones Participantes de la Mesa de Envejecimiento y Vejez FAONG Publicación de la Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) -Volumen 4 N° 1 20 - julio de 2021 ISSN 2665-2633