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Práctica 2 Valoración de la actividad analgesica

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SESIÓN No. 2
VALORACION DE LA ACTIVIDAD ANALGESICA.
INTRODUCCIÓN
El síntoma que con mayor frecuencia enfrenta el médico durante su
ejercicio profesional es, probablemente, el dolor; sensación desagradable que
experimentan inevitablemente casi todos los seres humanos y la principal razón de
que consuman medicamentos. Ante la presencia de dolor el médico es requerido
para su alivio y para tratar las causas que la genera, En esta situación, el dolor
asume el carácter de enfermedad y la eficiencia de su tratamiento depende de la
comprensión de los elementos anatómicos, fisiológicos, bioquímicos y psicológicos
subyacentes. La importancia que este síntoma tiene para los seres vivos y la
trascendencia médica que representa su control ha generado un gran número de
investigaciones que pretende aclarar su significado e identificar los mecanismos
involucrados en su génesis e integración. En los últimos años se han hecho
avances considerables en la comprensión del dolor. Se ha confirmado que es uno
de los mecanismos de alarma más valiosos del organismo, se han caracterizado
con detalle sus vías neurofisiológicas y se han identificado un buen número de
substancias involucradas en este proceso (sustancias P, prostaglandinas,
bradicinina, endorfinas). De ellas, conviene subrayar por su importancia a las
endorfinas con efectos biológicos muy semejantes a los descritos para los
opiáceos y que parecen actuar como neurotransmisores o neuromoduladores en
diversos sistemas fisiológicos, entre ellos los relacionados con el dolor y la
analgesia.
El manejo del dolor es un problema típicamente interdisciplinario que va
desde el empleo de substancias químicas de fácil administración hasta
procedimientos neuroquirúrgicos muy complicados. Afortunadamente, en el mayor
porcentaje de los casos se le puede controlar con fármacos capaces de inducir un
estado de analgesia: es decir, insensibilidad o disminución de la sensación, al
dolor. A los fármacos capaces de aliviar el dolor, sin alterar significativamente el
estado de conciencia, se les denomina ANALGESICO. De hecho, existe un gran
número de fármacos que, a través de mecanismos diversos, alivian el dolor; sin
embargo, tradicionalmente sólo se consideran como tales a los medicamentos que
pertenecen a alguno de los siguientes grupos:
1. ANTIINFLAMATORIOS-ANTIPIRETICOS, cuyo prototipo
acetilsalicílico;
2. OPIACEOS, dentro de estos se distinguen dos subgrupos:
es
el
ácido
a) agonistas, cuyo prototipo es la morfina
b) agonistas-antagonistas, de los cuales la pentazocina tiene utilidad clínica
como analgésico.
Estos grupos se distinguen entre sí claramente por sus propiedades
farmacológicas y por su utilidad clínica.
Por otro lado, conviene destacar que, a pesar de la búsqueda intensa y
sistemática de analgésicos más eficaces y seguros, el ácido acetilsalicílico y la
morfina continúan siendo prototipo de sus respectivos grupos.
En particular, no ha sido posible encontrar una sustancia analgésica tan potente
como la morfina y que carezca de sus reacciones adversas. Lo anterior parece
atribuirse principalmente a los siguientes hechos:
a) a la naturaleza subjetiva del dolor
b) al desconocimiento de los mecanismos precisos que lo integran
c) a la escasez del modelo experimentales confiables para su evaluación en
animales de laboratorio
d) la dificultad que representa la cuantificación del dolor y del alivio del
mismo en los seres humanos.
El dolor puede provocarse por diversos mecanismos; sin embargo, la única
estimación confiable de su presencia e intensidad es el reporte verbal del individuo
que sufre la experiencia. A nivel clínico, el efecto analgésico se puede cuantificar
en dos modelos generales de dolor: el experimental y el patológico. En el primero
se establecen básicamente los cambios en el umbral al dolor; por ejemplo, al
aplicar un objeto caliente sobre la piel; o bien, al estimular eléctricamente la pulpa
dental. En ambos casos la administración de un analgésico potente es capaz de
modificar substancialmente el umbral inicial. Este tipo de procedimientos tienen la
ventaja de ser reproducibles, confiables y precisos; sin embargo, su utilidad es
limitada, ya que no reproducen fielmente la situación clínica con todas sus
modalidades. En el segundo caso, el dolor patológico representa la verdadera
circunstancia en que este tipo de fármaco ejerce su efecto benéfico y constituye el
procedimiento más útil para la valoración del efecto analgésico. Sin embargo,
conlleva un gran número de variables difíciles de controlar y su empleo requiere
de diseños experimentales específicos.
La cuantificación del dolor y de su grado de alivio constituye uno de los
temas de estudio en que el médico, el clínico observador entrenado en el método
experimental, puede participar cotidianamente con el fin de encontrar
procedimientos y tratamientos más específicos que los actuales.
En los animales de laboratorio la presencia de dolor sólo se puede inferir de
las respuestas que se observan después de la aplicación de un estímulo
nociceptivo. El tipo de respuestas observadas se agrupan en tres categorías:
1) músculo -esqueléticas (sacudida muscular, movimientos locomotores de
escape)
2) autonómicas (taquicardia, taquipnea, salivación midriasis, defecación e
hipertensión)
3) conductuales (psíquicas) que incluyen: agresividad, vocalización,
forcejeo y escape.
Se considera que estas últimas son las más útiles desde el punto de vista
experimental y se estima que representan una integración del estímulo original.
El empleo de animal de laboratorio para la valoración de analgésicos se
inició en 1929 con el fin de resolver el problema que representa la disponibilidad
de una larga serie de substancias químicas y mezclas de productos que se
pretendía ensayar en el hombre.
Haffner propuso el empleo de un método sencillo y reproducible en el que el
estímulo nociceptivo se genera por la aplicación de una pinza arterial en la base
de la cola del ratón y en el que se considera a la vocalización y al mordisqueo de
la pinza como manifestaciones de una “experiencia dolorosa”. Se pudo demostrar
que la morfina y otros analgésicos conocidos, en dosis no tóxicas, inhiben
claramente la respuesta conductual al estímulo nociceptivo.
A partir de este esfuerzo inicial, se han desarrollado más de un centenar de
modelos experimentales para el estudio del efecto analgésico; dichos modelos se
fundamentan esencialmente en las consideraciones establecidas por Haffner.
Estos modelos difieren entre sí en varios aspectos:
1) Método de estimulación (el estímulo nociceptivo puede producirse por
medios mecánicos, térmicos, eléctricos o químicos)
2) Sitio donde se aplica el estímulo (piel, conjuntiva, articulación)
3) Especie empleada (rata, ratón, perro, etc.)
4) Tipo de respuesta que se utiliza como criterio de dolor
5) Momento de administración del fármaco en estudio. A este respecto,
cabe mencionar que sólo en casos excepcionales el fármaco se administra
después de la aplicación del estímulo nociceptivo, ello establece que en la
mayoría de los modelos experimentales sólo se determina la capacidad de
un fármaco para modificar el umbral de respuesta al estímulo y no su
eficacia para aliviar el dolor establecido como ocurre en la clínica
6) Criterio de efecto analgésico, el cual es establecido por el investigador.
En general, se considera que un fármaco tiene propiedades analgésicas cuando,
en dosis no tóxicas, suprime la respuesta conductual, eleva el umbral o el tiempo
de reacción al estímulo nociceptivo. La mayoría de los modelos experimentales
disponibles sólo son sensibles al efecto de analgésicos potentes del tipo de los
opiáceos y solamente algunos de ellos tienen la sensibilidad suficiente para
detectar la actividad de analgésicos débiles como el ácido acetilsalicílico; de estos
últimos, cabe destacar por su sencillez el procedimiento del estiramiento corporal
inducido por la acetilcolina en el ratón, y, por su especificidad, el método del
deterioro funcional inducido por el dolor, procedimiento que mejor reproduce la
situación del dolor patológico en la clínica.
De esta manera se utilizará el método Haffner, procedimiento que continúa siendo
uno de los más valiosos para la evaluación del efecto analgésico.
COMPETENCIAS A DESARROLLAR EN LA PRÁCTICA.
Determinar el efecto analgésico del tramadol.
El alumno explicara las gráficas de dosis – respuesta y tiempo - efecto
REQUISITOS
-
Definir fármaco analgésico
Clasificación de analgésicos opioides
Mecanismo de acción analgésicos opioides
Farmacocinética del tamadol
Escala analgésica según la OMS
Vías del dolor
Indicaciones clínicas, contraindicaciones de los analgésicos opioides.
Efectos adversos de los opioides
MATERIAL








3 ratones adultos por equipo más 2 ratones testigo por grupo
2 jeringas de 1 ml. Por equipo
1 reloj con segundero. ***
1 pinza caimán recubierta con hule en sus extremos por equipo.
1 báscula para pesar animal.
1 plumón para marcas animales. ***
1 frasco con solución salina.
1 frasco con solución de Tramadol a la concentración de 10 mg/ ml.
*** Material que deberán traer los alumnos. ***
PROCEDIMIENTO
1. Cada mesa de trabajo recibirá 3 ratones. Aplique el caimán a un centímetro de
la base de la cola del ratón, procurando que la cola quede colocada en la parte
media de la zona de presión de la pinza. Esta maniobra provoca una respuesta
conductual caracterizada por vocalización, movimientos encaminados a encontrar
la pinza y mordedura de la pinza en un lapso NO mayor a 10 segundos después
de su aplicación.
2. Numerar y pesar a los modelos biológicos.
3. Asigne la dosis de tramadol correspondiente a cada uno de los ratones de
acuerdo a:
R1. 30 mg. /Kg. de peso.
R2. 50 mg. /Kg. de peso.
R3. 70 mg. /Kg. de peso.
Calcule el volumen de solución que será aplicada a cada ratón.
4. El ratón No. 4 será utilizado como testigo y recibirá solución salina a razón de
0.1 ml / 10 g de peso. Sólo habrá dos ratones testigo para el grupo, el profesor
dará indicaciones al respecto
5. Administre el volumen de fármaco correspondiente por vía intraperitoneal a
cada uno de los ratones.
6. Posterior a 20 minutos aplique pinza caimán en base de la cola del ratón, como
se describe en el PUNTO No. 1, después a los 40 min y por último a los 60 min.
Determine si el animal muerde o no la pinza durante los 10 segundos después de
su aplicación. Se considera que hay efecto analgésico (+) cuando el animal no
muerde la pinza. Anote los resultados en los tiempos de lectura de la tabla l.
7. En la tabla II anote los resultados obtenidos por todo el grupo.
8. Utilizando los resultados de todo el grupo, realice una gráfica de líneas:
A) Dosis – Respuesta en 1 hora
B) Tiempo - Respuesta por cada dosis utilizada.
TABLA l. RESULTADOS POR MESA
RATON
PESO
DOSIS
No. 1
HORA
DE ADMON.
RESPUESTA
20
min.
40 min.
60 min.
30
No. 2
50
No. 3
70
No.4
S.S.
TABLA II. RESULTADOS OBTENIDOS POR GRUPO.
No. ANIMALES CON EFECTO/
DOSIS
No. ANIMALES PROBADOS
Mg. /Kg.
20´
40´
60´
Tramadol
30
50
70
TESTIGO
PORCENTAJE DE
RESPUESTA
ANOTAR LOS RESULTADOS Y CONTESTAR EL CUESTIONARIO.
REALIZAR LA DISCUSIÓN CON LA BIBLIOGRAFÍA CORRESPONDIENTE.
ANOTAR SU CONCLUSIÓN.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
1. Brunton, L. L.; Chabner, B. A.; Knollmann, B. C. Goodman & Gilman. Bases farmacológicas
de la terapéutica. México: McGraw-Hill Interamericana. 2012
2. Katzung BG. Farmacología básica y clínica. 11ª edición. México. McGraw-Hill. 2010
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