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Compito 1 - ARV201 - Rosado Yah

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PONTIFICIA UNIVERSITÀ GREGORIANA
Centro San Pietro Favre
Rosado Yah, Marcos Adrián
ARV201 Spiritualità Sacerdotale Rinovata
SACERDOZIO E SACRIFICIO NEI PADRI POSTNICENI GRECI
El presente trabajo está tomado de la voz Sacerdocio-Sacrificio nei Padri dei secoli IV-VI,
del Dizionario di Spiritualità Biblio-Patristica. En particular del tercer artículo que lleva por
título Sacerdozio e sacrificio nei Padri postniceni greci e latini de Vittorino Grossi. Se
pretende explicar el contenido de los conceptos de sacerdocio y sacrificio en los autores de
esta época que se consideran como los cimientos y contribuyen al desarrollo de la teología
sacerdotal posterior.
La Tradición prenicena
La concepción del sacrificio y del sacerdocio antes que el cristianismo fuera permitido
en el Imperio Romano estaba profundamente unido a la noción de “culto espiritual”. Es decir,
los cristianos que vivían las persecuciones no ofrecían cosas materiales ni tenían lugares
sagrados fijos para la celebración del culto. Se consideraban ellos mismos las piedras vivas
del templo fundado sobre Jesucristo en consonancia con lo que afirma san Pablo, san Pedro
y san Juan (1 Co 3,9ss; 1 Pe 2,1ss; Jn 2,16ss). Esto cambiará cuando el cristianismo no sea
ilegal en el imperio.
En este tiempo surge la figura de Orígenes que, en su Homilía sobre el Levítico, retoma
la ritualidad judaica aplicándola a Jesucristo como Sumo Pontífice y hace una lectura de la
encarnación en clave de sacrificio expiatorio para todo el año como lo planteaba la tradición
del rito hebreo. Desde la perspectiva origeniana y en continuidad con lo presentado en la
teología paulina, los cristianos son las piedras vivas de la construcción del templo y del altar
edificado por Cristo sobre el cual se ofrece el sacrificio. Toca a Orígenes argumentar por qué
los cristianos no pueden enrolarse en el ejército, incumpliendo las leyes del Imperio de velar
por el bien común. Para ello, se sirve de la ley que exenta a los sacerdotes a prestar este
servicio y traslada la noción de sacerdocio a todos los cristianos.
Eusebio de Cesarea
La época en la que se desarrollan los escritos de Eusebio corresponde a la transición que
experimentan los cristianos de un ambiente de persecución, ilegalidad y martirio a la así
llamada paz constantiniana. Una de las acciones que marcarán este momento es el permiso
por parte del imperio para poder realizar los cultos de manera pública y la construcción de
los templos para las asambleas cristianas. En su Historia Eclesiástica, Eusebio reporta la gran
alegría y el gozo de los cristianos por las consagraciones de los templos que se dieron en
muchas partes del Imperio Romano. Describe los lugares y las distribuciones de algunos
templos con lujo de detalles para explicar no solo la funcionalidad de los espacios sagrados
sino su simbolismo. En estas descripciones se puede vislumbrar el concepto de sacerdocio y
sacrificio que subyacen en la construcción de los templos cristianos de aquella época y en la
disposición de los espacios.
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Dentro de las descripciones realizadas por Eusebio, califica al sacrificio realizado en las
asambleas cristianas como “incruento”. En cuanto al sacerdocio, para explicar la validez de
un obispo de aquella época hace alusión a la sucesión apostólica no desde el punto de vista
de la misión sino desde la perspectiva de la sucesión en el sacerdocio de Cristo, el gran
sacerdote.
Atanasio de Alejandría:
Después de Concilio de Nicea, Atanasio de Alejandría reflexiona sobre el Lógos que
asumiendo todo lo humano en sí mismo se ofrece al Padre. Este ofrecerse implica la idea de
sacrificio. Es gracias a este ofrecimiento del Lógos encarnado realizado en la cruz que se
obra la salvación del hombre. Comienza a unir así los conceptos de sacrificio y sacerdocio
colocándolos en orden a la salvación. De estas reflexiones arranca toda una tradición que
consolidará esta idea. Por ello, ahora se puede afirmar que «en la posibilidad del sacrificio
del hombre a Dios está su redención»1.
Juan Crisóstomo
El pensamiento de Juan Crisóstomo sobre el sacerdocio y el sacrificio se encuentra en
su Tratado sobre el sacerdocio y sus Tres catequesis bautismales. Para el Crisóstomo, el
sacerdocio nace como una prueba del amor de Cristo. Al mismo tiempo es un misterio y un
don del Espíritu Santo. Esta mirada del sacerdocio lleva consigo una dignidad y también una
carga civil-social.
En sus Catequesis se da un salto de la noción de misterio al concepto de sacramento.
Este último solo puede ser conocido por las personas iniciadas. En la celebración del misterio
se habla del «Cuerpo de Cristo» en referencia a los bautizados presentes en la acción litúrgica.
En cambio, se habla de «sacrificio místico» en referencia a las especies consagradas de pan
y vino. Se explica que el Cordero de Dios, por la encarnación, gracias a su sangre, lleva
consigo al santuario celeste a todos los bautizados. Juan Crisóstomo identifica el “sacrificio
místico” del Cordero de Dios con el sacrificio eucarístico de los cristianos unidos a Cristo
que se inmola.
Los Padres Capadocios
Sus reflexiones se centran especialmente en las cuestiones Trinitarias. En ellas, la
persona del Espíritu Santo encuentra un mayor desarrollo teológico. Este acento peculiar
servirá también para desarrollar una nueva perspectiva de comprensión sobre el sacerdocio
y el sacrificio de Cristo y de los cristianos.
En esa dinámica pneumatológica, Gregorio de Nisa en su tratado El ideal perfecto del
cristiano recuerda que el Cristo de quien se habla en el AT goza de la unción del Señor. Esto
es, está lleno del Espíritu de Yahvé; y a la luz del NT, Jesús se presenta como el ungido por
el Espíritu Santo. De aquí se desprende que la identidad y el ideal de los cristianos sea reflejar
la imagen del ungido mediante el mismo Espíritu.
V. GROSSI, Sacerdozio e sacrificio nei Padri postniceni greci e latini, in Dizionario di Spiritualità BiblicoPatristica, Vol. 63, Roma 2013, p. 56.
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Por su parte, Gregorio Nacianceno profundiza la idea del sacerdocio de los fieles unido
al concepto del sacrificio. Para él, la salvación al estilo cristiano que se realiza en la vida de
cada bautizado se da en la medida en que se tiene la capacidad de despojarse del hombre
viejo para ofrecerse como víctima perfecta al modo de Cristo. Este “ofrecerse” (sacrificio) se
realiza en la cotidianidad de la vida y no exclusivamente en la Eucaristía.
Cirilo de Alejandría
Bajo el influjo de las construcciones cristianas donde se celebraba la eucaristía, une el
concepto de sacrificio al templo. De esta manera, los cristianos se convierten en piedras vivas
del nuevo y mejor templo y adoradores del Dios del universo. Esto se puede lograr gracias a
la encarnación del Unigénito de Dios que se hizo semejante a nosotros y que mediante la
potencia del Espíritu Santo ha capacitado a los bautizados para poder ofrecer sacrificios
espirituales. En esta óptica, los cristianos están llamados a construir el nuevo y definitivo
templo cuyo premio será la el mismo Cristo que es la paz de todos.
En conclusión, se puede observar una evolución en el pensamiento de los padres griegos
sobre las nociones de sacerdocio y sacrificio. Cada uno influenciado por las circunstancias y
exigencias históricas que tuvieron que afrontar. Se introducen nuevas perspectivas teológicas
que dan paso a una reflexión posterior y se unen conceptos para designar la realidad del
sacerdocio.
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