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Traducción y Terminología

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Traducción y Terminología: puntos de coincidencia.
Como se analizó en el desarrollo del Capítulo I, la terminología que se genera en
el sector de las telecomunicaciones donde los especialistas, de forma continua,
necesitan exponer los conocimientos para dar a conocer los nuevos avances de
la ciencia y la técnica, constituye el principal dato que contendrá la herramienta
informática que se propone en este trabajo de investigación. En este sentido, el
análisis de las unidades léxicas y de la información que lo acompaña permitirá al
traductor cumplimentar su actividad traductora y tomar decisiones con mayor
precisión.
En efecto, la traducción, actividad cuyo fin es establecer la comunicación entre
lenguas distintas y la terminología, que estudia las unidades terminológicas
utilizadas por los especialistas para denominar la realidad y transferir el
conocimiento de un ámbito determinado, presentan puntos en los que van a
coincidir.
 Ambas son campos interdisciplinares en las que interactúan las ciencias
cognitivas, las ciencias del lenguaje y las ciencias de la comunicación
(Cabré 1999, 177). Las dos encuentran su realización a través del
lenguaje, es decir, la representación de la noción de la realidad a través
de la palabra.
 Tanto la traducción como la terminología surgen de la práctica, de la
necesidad de expresar un pensamiento especializado o de resolver un
problema de comunicación (Ibid). Así, la terminología se abre paso entre
los científicos y técnicos para materializar el conocimiento especializado
y la traducción para facilitar la comprensión entre las lenguas (Ibid). De
esta forma, se puede afirmar que su finalidad es facilitar y establecer la
comunicación.
 Las dos materias se proponen avanzar en la reafirmación de su carácter
de disciplinas, poniendo énfasis en los rasgos que las distinguen de otras
materias y buscando teorías que puedan sustentar su independencia
científica (Ibid).
A modo de resumen, se concluye que tanto la traducción como la terminología
son campos interdisciplinarios constituidos por bases de tipo:

cognitivo: es decir, el conocimiento de la materia porque toda rama de
especialidad cuenta con unidades específicas para representar dicho
conocimiento;

lingüístico: porque se hace necesario tener conocimiento profundo de las
dos lenguas de trabajo y;

comunicativo: para comprender la situación comunicativa en que fue
desarrollado el texto y su función.
Aunque es difícil definir con certeza cuándo se utilizó por primera vez un término
y, en el caso de la traducción, dónde y cuándo se originó un proceso traslativo,
se puede afirmar que ambas surgen de la práctica y por la necesidad, en el caso
de la terminología, de expresar un pensamiento especializado, y en la traducción,
para eliminar las barreras lingüísticas.
La traducción de textos especializados, la terminología y las TICs
Como bien se mostró en el epígrafe anterior, la traducción y la terminología
mantienen una estrecha relación determinada por varios elementos, no obstante,
también presentan algunas diferencias por ser materias con distintos campos de
estudio.
Ante todo, la traducción es, según el Dr. Roberto Espí (2000), definición a la
que se adscribe la autora de esta investigación, “un proceso mental complejo
que se lleva a cabo por etapas y donde se tienen en cuenta criterios lingüísticos
y pragmáticos que lo determinan como producto. Es el resultado de la aplicación
del proceso anterior con el objetivo de establecer equivalencias interlingüísticas
a partir de un texto escrito y cuyo resultado es otro texto escrito”.
De acuerdo con este enunciado, estas etapas, con relación a lo constatado en la
práctica son, en primer lugar, la comprensión del texto donde se realiza una
primera lectura con el objetivo de definir la temática y el grado de dificultad, la
segunda es donde se reexpresa lo comprendido en la lengua de partida en la
lengua de llegada conjuntamente con la gestión documental y la gestión
terminológica y, una tercera, la revisión para eliminar contrasentidos y lograr un
texto coherente en la lengua de llegada respetando la estructura de la misma.
Todo texto que va a ser traducido está marcado por referentes históricos propios
de cada sociedad y cultura, aspecto importante que debe conocer y tener en
cuenta el traductor profesional. Así pues, se evidencia que este debe poseer un
conocimiento enciclopédico que le permita asimilar el sentido en la lengua de
partida, interpretarlo y posteriormente escoger y utilizar de manera adecuada los
recursos de la lengua de llegada para reproducir el contenido del original.
Sin duda, el traductor debe asegurar que el sentido sea trasmitido sin añadir ni
omitir nada y, por consiguiente, su tarea es más compleja que la del autor de la
obra a traducir. Se convierte, de esta manera, en un especialista de la
comunicación que requiere de otros conocimientos, además del antes
mencionado.
El conocimiento lingüístico o competencia lingüística que se entiende por el
dominio de las dos lenguas de trabajo, el conocimiento de la materia o
competencia cognitiva es decir conocer la rama de la ciencia que se va a traducir
y a su vez “especializarse en ella” y el conocimiento de la terminología o
competencia terminológica, que lo ayudará a resolver los problemas
terminológicos de distinta índole en un campo de especialidad determinado. Esta
última definida como “el conjunto de conocimientos, hábitos, habilidades para el
trabajo con los términos, que abarca las esferas lingüísticas, cognitivas y
pragmático funcional de los mismos” (Vázquez; 2003: 57).
Se demuestra así, que en el proceso traslativo de un texto especializado el
traductor adopta un papel activo y responsable en el uso de la terminología,
desde la identificación de los términos hasta la solución adecuada en los casos
que la búsqueda de equivalencias sea nula. Así pues, en la opinión de la autora,
la terminología utilizada en la traducción de textos especializados constituye uno
de los rasgos distintivos que la diferencia de otros tipos de traducciones, así
como también el campo temático.
Por su parte, la terminología, cuyos principios metodológicos se comenzaron a
elaborar en el siglo XX, es la disciplina que se ocupa de los términos generados
en la comunicación directa de corte científico-técnico para denominar conceptos
propios de actividades de especialidad. Su base conceptual se nutre de la
lingüística y los elementos que conforman su metodología son “la recopilación
de datos, los métodos utilizados en esta recopilación, el tratamiento de los datos
y su presentación en forma de glosarios” (Cabré; 1999: 23), diccionarios
especializados o generales, tanto en formato digital como impreso, bases de
datos, entre otros.
Esta materia “sirve también a la comunicación indirecta, mejor denominada
mediación lingüística, por medio de las actividades que llevan a cabo los
asesores lingüísticos, redactores, intérpretes y traductores…” (Cabré; 1999: 33).
Desde luego, la terminología juega un papel de gran importancia en la
transferencia entre lenguas al proporcionar la herramienta necesaria para lograr
una comunicación efectiva y una traducción con calidad.
Visto así, parece lógico suponer que la traducción, cuyo objetivo primordial es
actuar como puente para establecer la comunicación entre las distintas lenguas,
necesita de la terminología para dar solución de manera adecuada a los
problemas de comprensión que el conocimiento especializado le plantea.
La terminología es relevante en la práctica de la traducción de textos
especializados:
a) Porque la expresión del conocimiento especializado en los textos de
especialidad se vehicula en buena medida a través de unidades
terminológicas y fraseológicas propias de cada ámbito.
b) Porque los textos especializados comprenden una gran cantidad de
terminología y mayor cantidad cuanto mayor es el nivel de especialidad
del texto.
c) Porque sólo con el uso de la terminología que utilizan los especialistas un
texto traducido da la sensación de ser original.
d) Porque el desarrollo y actualización de las lenguas requieren disponer de
terminología específica y normalizada, con lo que se favorece y armoniza
la traducción especializada (Cabré; 1999: 116).
En efecto, la terminología ha ocupado un lugar preponderante en la práctica de
la traducción, porque se centra en la prioridad que tiene cada grupo de
profesionales y sus necesidades y para la práctica de la traducción, porque
abarca una serie de actividades establecidas y organizadas con el fin de
satisfacer las necesidades terminológicas de la traducción que es una actividad
de mediación lingüística. Para el quehacer traductor esto significa realizar un
conjunto de acciones con el fin de obtener lo que se propone, es decir, llevar a
cabo la gestión terminológica, como fue ya definida en la página 27 de esta
investigación.
A través de dicha gestión se puede apreciar, de manera más clara, la
especificidad de cada materia, es decir, dos de sus divergencias:
 La traducción tiene un carácter finalista mientras que el de la terminología
es prefinalista. En efecto, la traducción se inicia en un acto de
comunicación, ya sea escrito u oral, que finaliza con este mismo y la
terminología, por su parte, constituye un medio del que se sirven otras
actividades de carácter lingüísticos como la traducción, la redacción de
textos especializados, la edición, entre otras.
 La necesidad absoluta que tiene la traducción de la terminología,
principalmente la traducción de textos especializados. La traducción hace
uso de la terminología en la transferencia del conocimiento especializado
de una lengua a otra ya que está recoge los términos que utilizan los
especialistas en su comunicación.
A pesar de estas diferencias, mayormente marcadas por la finalidad o el
propósito de cada disciplina, cabe señalar que hoy más que nunca la traducción
y la terminología estrechan más sus vínculos con relación al lenguaje
especializado. Este tipo de lenguaje, al que la sociedad le ha concedido gran
valor por nacer en situaciones comunicativas reales donde se exponen los
últimos avances de la ciencia y la tecnología, se difunde cada día con mayor
rapidez.
Así pues, ambas materias han tenido que adoptar nuevas formas de trabajo para
satisfacer las exigencias impuestas por el desarrollo acelerado en los sectores
especializados. Para ello, la traducción necesita reducir el tiempo de búsqueda
de datos para llenar los vacíos terminológicos y, la terminología requiere de una
actualización constante de la información para su mejor aprovechamiento.
En el presente, una de las vías para lograr estos propósitos es mediante la
explotación de los medios automatizados que favorecen, en gran medida, el
trabajo traductor y terminológico. El uso de las llamadas TICs, las Tecnologías
de la Información y la Comunicación ofrecen facilidades como: acceso a grandes
fuentes de información, procesamiento rápido de datos, capacidad de
almacenamiento, digitalización de la información, interactividad, automatización
del trabajo, entre otras. Esta no es considerada una disciplina, a diferencia de
las materias mencionadas con anterioridad, sino una herramienta que permite
procesar, almacenar, sintetizar, recuperar y difundir la información de forma
variada e instantánea a través de un conjunto de avances tecnológicos
proporcionados por la informática, las telecomunicaciones y las tecnologías
audiovisuales.
Como aspecto novedoso, que se inserta muy bien en este medio, están las
nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), que aplicadas
a la gestión terminológica, ha dado lugar a una nueva disciplina: la Terminótica.
Actualmente, el aprovechamiento adecuado de esta herramienta, en el caso de
las TICs y de la Terminótica, como disciplina aplicada, ofrece mejoras
incalculables para la actividad traductora y terminológica. Así pues, entre las
ventajas que brindan encontramos:

la verificación y búsqueda rápida de información,

la actualización de la información y las fuentes terminológicas,

la gestión documental,

la adquisición de conocimiento,

el empleo eficiente del tiempo, entre otras.
En efecto, el desarrollo de las TICs ha propiciado la creación de diversas
aplicaciones informáticas en beneficio de las dos disciplinas que se han estado
tratando en este trabajo de investigación. Por ejemplo, y solo para mencionar
algunas de ellas, los diccionarios en línea, las memorias de traducción, las bases
de datos terminológicos, entre otras.
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