Subido por Yender torres infante

CAMBIA TU VIDA E INCLUSO EL MUNDO

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CAMBIA TU VIDA E INCLUSO EL MUNDO
“Comienza cada día con una tarea completa. Respeta a todas las personas. Recuerda que la vida no es justa
y que a menudo fallarás. Pero si tomas algunos riesgos, si sigues adelante cuando las cosas se ponen difíciles,
si enfrentas a los matones, alientas a los oprimidos y nunca, nunca te das por vencido… Si haces todas estas
cosas, entonces la próxima generación y las generaciones posteriores vivirán en un mundo mucho mejor que
el mundo que habitamos en la actualidad”.
1. Si deseas cambiar el mundo, comienza por tender tu cama. Has que la primera tarea de la mañana
sea tender la cama y que sea inspeccionada. Esto parece un acto insignificante, pero sus efectos se
expanden a lo largo del día. Comenzar el primer momento del día con una tarea completa crea un
sentido de dignidad y respeto incluso antes de que salgamos de nuestra habitación. “Si no puedes
hacer bien las cosas pequeñas, nunca podrás hacer bien las cosas grandes”.
2. Si deseas cambiar el mundo, encuentra alguien que te ayude a remar. La familia es como un equipo
que tiene cargas muy pesadas imagina cargar un bote y remar en aguas turbulentas después de tener
muchas horas remando. Inevitablemente, a veces hay días que algún miembro de la familia está
exhaustos, cansado o agotado y no puede remar. Esos son los momentos en los que dependen de la
ayuda de sus familiares un equipo. “No puedes cambiar el mundo solo, necesitarás un poco de ayuda,
y para poder llegar desde el punto de partida a tu destino necesitarás amigos, colegas, la buena
voluntad de extraños y un fuerte timón para guiarlos a todos”.
3. Mide a la persona por el tamaño de su corazón, no por el tamaño de su billetera. Sólo un tercio de
nosotros logramos completar la carrera de la vida, pero no siempre los que tienen éxito son los más
fuertes o los más hábiles. “las situaciones a las que te enfrentas a diario son un gran igualador. Lo
único que importa es la voluntad de tener éxito. No tu color, tu origen étnico, tu educación ni tu
estatus social”.
4. Supéralo y sigue adelante. En el ejército de los estados unidos hay un entrenamiento llamado SEAL
Si un recluta falla en la inspección de su uniforme, tiene que correr completamente vestido hacia el
océano y luego rodar por la playa hasta que cada parte de su cuerpo quedara cubierta de arena. El
recluta debía permanecer con ese uniforme durante el resto del día, mojado, con frío y lleno de
arena. El efecto se conoce como “galleta de azúcar”. “A veces no importa cuán bien te preparas o
cuán bien actúas, de todas formas terminas como una galleta de azúcar. Hay muchos estudiantes que
no pueden aceptar el hecho de que todos sus esfuerzos fueron en vano. Esos estudiantes no
entienden el propósito del ejercicio. Nunca tendrás éxito todo el tiempo. Nunca vas a tener todo el
tiempo un uniforme perfecto”.
5. A veces hay que enfrentar los obstáculos de cabeza. Todos fallamos una y otra vez en cumplir ciertas
situaciones en la vida, el tiempo fijado para esa carrera de obstáculos porque temes tomar desiciones
de carácter. Finalmente toma el riesgo y hazlo. No sólo logre cumplir a tiempo con las tareas que te
convienen en la vida, sino que aprende a superar tus miedos. “No temas enfrentar los obstáculos de
cabeza”.
6. No retrocedas ante los tiburones. Cuando tenemos un problema estaremos en medio del océano en
plena oscuridad, con una visibilidad limitada sabiendo que a tu alrededor hay muchos tiburones
asesinos. No hay manera de escaparse de los tiburones; sólo puedes nadar junto a ellos y luchar si te
atacan. “Hay muchos tiburones en el mundo. Si deseas triunfar, tendrás que enfrentarte a ellos”.
7. Sé lo mejor que puedas en el momento más oscuro. Una de las misiones más difíciles de los SEAL
es un entrenamiento en el que tienen que nadar en la oscuridad por debajo de un barco gigante. Está
tan oscuro que si pierden a su compañero de nado hay pocas esperanzas de que lo vuelvan a
encontrar antes de que termine su misión. La clave para completar ese desafío es estar a la altura de
la ocasión y mantener la calma incluso en el punto más oscuro debajo del barco. “En el momento
más oscuro de la misión es cuando debes estar calmado, controlado, cuando debes poner en acción
todas tus capacidades y condiciones, tu fuerza física y tu fuerza interior”.
8. Comienza a cantar cuando estés sumergido en el barro hasta el cuello. Durante uno de los momentos
más difíciles, cuando tengas frío, estés mojado y enterrado en el barro en medio de la noche, y estas
apunto de darte por vencido. Comienza a cantar y uno a uno de todos los que te acompañen en la
dificultad se te unirán sin importar lo difícil que sea, la fuerza de tu voz te ayudara a pasar la noche.
Ten el coraje de comenzar a cantar cuando estés sumergido en el barro hasta el cuello dale al resto
de los que te acompañan la esperanza que necesitan para seguir adelante. “Si hay algo que aprendí
en mis viajes, es la fuerza de la esperanza. Una persona puede cambiar el mundo al darle esperanzas
a los demás”.
9. Nunca hagas sonar la campana. En el entrenamiento de SEAL hay colgada una campana de cobre
en medio del campamento y si un estudiante desea abandonar el entrenamiento en algún momento,
todo lo que tiene que hacer es hacer sonar la campana. Pero una vez que lo hace, lo lamentará el
resto de su vida. “Haz sonar la campana y ya no tendrás que levantarte a las cinco de la mañana. Haz
sonar la campana y ya no tendrás que soportar la dureza del entrenamiento. Sólo haz sonar la
campana. Pero si quieres cambiar el mundo, nunca, nunca hagas sonar la campana”.
Cualquiera puede cambiar su vida y el mundo si persevera.
“Si tiendes tu cama en la mañana habrás completado tu primera tarea del día. Esto te dará una pequeña
sensación de orgullo y te motivará a realizar otra. Al final del día esta tarea completada se habrá convertido
en muchas tareas completadas”.
Al igual que el ejercicio y dormir suficiente, tender la cama es considerado un hábito “clave” pues tiene un
efecto en cadena de resultados o conductas positivas en otras áreas. Tender la cama representa ganar una
“pequeña batalla” que pone a nuestro cerebro en modo éxito y genera la motivación para seguir y lograr más.
Las personas que hacen su cama en la mañana son más productivas, más felices y más capaces para adherirse
a un presupuesto. Tender la cama en la mañana aumenta nuestras posibilidades de tomar mejores decisiones
durante el resto del día y eleva nuestra sensación de control.
“Tender la cama también refuerza que las cosas pequeñas importan. Si no puedes hacer bien las cosas
pequeñas, nunca podrás hacer bien las cosas grandes”.
Esas actividades poco sofisticadas y aparentemente insignificantes hay un montón de enseñanzas.
Desafortunadamente y con la mejor de las intenciones, seguido le negamos a nuestros hijos la oportunidad
de aprender, desarrollar habilidades y hacerse de recursos para la vida.
Limitamos su exposición a situaciones donde cumplir la meta significa tener que hacer las cosas mal muchas
veces antes de hacerlas bien, a tareas que obligan a ejercitar el músculo de la resiliencia, la paciencia, la
gratitud y la generosidad –características que se relacionan con la felicidad-.
Exentándolos de los quehaceres les alejamos de ocasiones donde es posible experimentar esa sensación que
viene luego de contribuir, completar un objetivo, reconocerse útiles y capaces. Se quedan al margen de
escenarios donde crece la responsabilidad y el sentido de compromiso.
Y no es como que el tiempo que ahorran brincándose los deberes de la casa lo invierten en algo que valga la
pena… lo dedican a ver televisión o a naufragar en el teléfono.
Volviendo a los pequeños detalles, a la conquista de pequeñas batallas y a los platos de la cocina… Me acuerdo
también que mis hijas invariablemente preguntaban: ¿Cómo voy a terminar con todo esto? y yo siempre
respondía: “lavando un plato a la vez”.
Y ahora que lo pienso, así funciona la vida también… una conquista de pequeñas victorias a la vez.
Adelgazamos un kilo a la vez, tejemos un suéter una puntada a la vez, armamos un rompecabezas
acomodando una pieza a la vez, corremos un maratón un paso a la vez, aprendemos un intento a la vez,
avanzamos, olvidamos, sanamos y soltamos un día a la vez, ¿no?
Y todo esto se hace más fácil tendiendo la cama un día a la vez.
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