Panteón de Agripa

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Panteón de Agripa
Templo dedicado a todos los dioses. Se divide en dos partes bien
diferenciadas. Un pórtico octástilo que funciona como pronaos, dividido
en tres naves separadas por columnas y terminadas (las naves laterales)
en exedras; y una naos que, en vez de un espacio rectangular, se realiza
con un gran círculo de 40 m. de diámetro (espacio centralizado y muy
diáfano). En él se alternan capillas rectangulares y semicirculares
separadas por grandes machones que sirven para sujetar la gran cúpula.
Todo él se encuentra condicionado por la sujeción de la cúpula.
El exterior, realizado con ladrillo y hormigón, se levanta como un grueso
muro cilíndrico y sin ventanas, dividido en tres cuerpos (el superior ya
correspondería a la zona de la cúpula) con numerosos arcos de descarga.
Hacia el interior, se alternan zonas arquitrabadas (en las capillas
rectangulares) con otras abovedadas (capillas semicirculares o exedras,
cubiertas de bóveda de horno), que se corresponden con los arcos de
descarga exteriores, lanzando todo el peso a los grandes machones que
se encuentran entre las capillas. Nos encontraríamos con un alzado
bipartito (capillas y ventanas superiores, actualmente cegadas)
En las naves de la pronaos la central se cubre con bóveda de cañón
(aunque actualmente se piensa que fue una adición posterior por lo que se
ha eliminado en la última restauración), siendo adinteladas las laterales.
En la naos se utiliza una cúpula de media naranja que se apoya sobre el
cilindro antes citado. Para su construcción se utilizaron todo tipo de
técnicas para así darla estabilidad. Por una parte, en la cúpula se utilizó un
material mucho menos pesada, el hormigón compuesto de una mezcla
más ligera de piedra volcánica.
Se realizó, también, un reticulado (casetones) que aligeran la estructura a
la vez que producen un efecto de perspectiva al irse haciendo más
pequeños en altura.
Por último, el muro de la cúpula se va haciendo cada vez menos grueso
según ascendemos, culminando en un gran óculo central (9 metros
diámetro). Esta abertura es la única de la construcción, generando un luz
cenital que se mueve al cabo del día, iluminando suavemente el interior y
dando un carácter cíclico a la arquitectura que será distinta según el
momento del día (o la noche)
Los materiales de construcción utilizados (hormigón especialmente)
necesitaban un recubrimiento. Para el interior se recurrió a los mármoles,
como era habitual en el alto imperio, que se combinan con columnas (sin
función sustentante) de orden corintio (el preferido por Roma, por su
mayor decoración) y frontones que coronan los pequeños templetes de
las ventanas superiores, alternándose los triangulares con los
semicirculares (aunque esto es una reforma renacentista). Los casetones
de la cúpula, probablemente, estarían decorados con estuco dorado sobre
los que se enmarcarían grandes rosetas metálicas.
Al exterior, gran parte de la construcción quedaba oculta por
edificaciones, hoy desaparecidas
Además, la plaza alargada y estrecha que había frente al edificio
proporcionaba una visión frontal (y por ello, totalmente tradicional) del
pórtico. Sólo la parte superior de la cúpula quedaría a la vista, y estaba
recubierta por tejas de bronce dorado
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