Subido por Cristian Quisbert

Omision-y-Comision-Por-Omision

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COMISION Y COMISION POR OMISION
Juan B. Morales S.
Entre la clasificación general de los delitos encontramos: Doloso, Culposo, Por
Comisión, Por Omisión, De Resultado, De Actividad, De Lesión, De Peligro,
Comunes y Especiales.
En esta ocasión, se analizaran de forma específica los Delitos de Omisión y de
Comisión por Omisión.
Delitos por Omisión:
Se consideran abstenciones, su fundamento está basado en normas que ordenan
hacer algo. El delito se considera realizado en el momento en que debió realizarse
la acción omitida. Así como la acción es un obrar positivo, un hacer; la omisión en
cambio, consiste en un no hacer, en un no actuar, en un abstenerse. El resultado
del delito de omisión suele consistir en el mantenimiento de un estado de cosas,
en la violación de una norma perceptiva que ordena un hacer o actuar positivo.
La omisión se refiere a deberes legales de actuar y no a deberes puramente
morales. También se pone de relieve que los delitos de omisión son delitos
imprudentes en los que la inacción o abstención no se produce por una directa
determinación volitiva, sino por falta de diligencia debida.
Desde otro punto de vista, son aquellos que contienen un mandato de acción, sin
tomar en cuenta a los efectos de la tipicidad si ésta evitó o no la lesión del bien
jurídico.
Clasificación de los Delitos de Omisión:
Dentro de los delitos de omisión se puede realizar una clasificación entre delitos
propios de omisión y delitos impropios de omisión, veamos:
Por omisión propia. Son aquellos que se encuentran tipificados expresamente en
la ley penal y se caracterizan porque pueden ser realizados por cualquier persona,
basta con omitir la conducta a la que la misma norma obliga. Son aquellos que
contienen un mandato de acción, sin tomar en cuenta a los efectos de la tipicidad
si ésta evitó o no la lesión del bien jurídico. En otras palabras, requieren para su
tipicidad sólo la omisión de una acción, pues se agotan en el incumplimiento del
mandato de acción o, lo que es lo mismo, se agotan en la no realización de la
acción requerida por la ley.
Por omisión impropia. No están establecidos en las leyes penales Es posible
mediante una omisión, consumar un delito de comisión (delitos de comisión por
omisión), como consecuencia el autor será reprimido por la realización del tipo
legal basado en la prohibición de realizar una acción positiva. No cualquiera puede
cometer un delito de omisión impropia, es necesario que quien se abstiene tenga
el deber de evitar el resultado (deber de garante). Por ejemplo: La madre que no
alimenta al bebe, y en consecuencia muere.
Delitos de Comisión por Omisión:
Surgen de la acción del autor, cuando la norma prohíbe realizar una determinada
conducta y el actor la realiza, para la comisión por omisión se requiere pues, de
que un sujeto se encuentre en posición de actuar, esto es, que haya asumido un
compromiso de actuación, de que evitara los riesgos típicos que pueden recaer
sobre algún bien jurídico. Es decir, debe estarse frente a un doble compromiso:
positivo, en cuanto a que este compromiso supone una mayor protección al bien
jurídico, hay una asunción frente a la sociedad de que se hará cargo y negativo,
en cuanto a que la misma sociedad no prestará mayores resguardos al haber
alguien asumido esa función. Esto es, se genera una interrupción de otros cursos
causales salvadores.
Este compromiso supone entonces, que habrá alguien que controla los riesgos
típicos, quien al tener el dominio sobre el curso causal con su actuación impedirá
que determinados riesgos se materialicen y lesionen un determinado bien jurídico.
Su omisión, en este sentido, será equivalente materialmente a como sí hubiera
causado activamente ese resultado. El sujeto tiene un compromiso de actuación y
no lo hace, lo que deviene luego en un resultado típico.
De acuerdo a la tipificación del delito, los delitos o faltas que consistan en la
producción de un resultado, solo se entenderán cometidos por omisión, cuando la
no evitación del mismo, al infringir un especial deber jurídico del autor equivalga,
según el sentido del texto de la Ley, a su causación. A tal efecto se equiparará la
omisión a la acción: a) cuando exista una específica obligación legal o contractual,
b) cuando el omitente haya creado una ocasión de riesgo para el bien
jurídicamente protegido mediante una acción u omisión precedente.
Del párrafo anterior, se deduce que la comisión por omisión exige una serie de
requisitos: El primero de ellos es que para que pueda hablarse de comisión por
omisión es preciso que la no evitación del resultado equivalga a la causación del
mismo. Ha de haber pues una equivalencia material entre la abstención u omisión
y la causación. Y esta equivalencia lo ha de ser en el sentido del texto de la Ley.
De manera que el verbo empleado por el legislador en la descripción del tipo, lo
mismo se puede conjugar en el caso de la acción que de la omisión. Un ejemplo
común es el caso de un enfermo que ante la falta de ayuda muere al no recibirla.
Podemos decir en el lenguaje ordinario que quien no le prestó la ayuda lo mató ¡.
No está permitido aplicar la comisión por omisión mas allá de lo que permite el
texto de la Ley.
El segundo requisito es que se trate de un delito o falta que consista en la
producción de un resultado. Este requisito no solo exige un resultado, sino que
precisa que el delito consista en el, lo que evidentemente restringe el ámbito de la
comisión por omisión. Pues no basta que se trate de determinadas conductas de
las que deriva un resultado.
El tercer requisito es la concurrencia de un especial deber jurídico. No basta con la
existencia de un genérico deber. Ha de haber un especial deber jurídico que
convierta al autor en garante, esto es, que el ordenamiento ponga a su cargo la
subsistencia del bien jurídico.
Conclusión:
En la dogmática penal, en forma general, los tipos se distinguen según se refieren
en la forma de infracción de una prohibición de hacer o en la forma de
desobediencia a un mandato de acción; lo cual representa, delitos de comisión y
delitos de omisión, respectivamente.
Se podría decir que, la diferencia
fundamental entre el delito comisivo y el omisivo se encuentra en las reglas que
rigen la verificación de la adecuación típica; de donde, al tipo prohibitivo resulta
adecuada solamente la acción que coincide con la descrita en el tipo, por su parte,
al tipo imperativo es adecuada toda acción que no coincida con la ordenada por la
norma. En otras palabras, las normas jurídicas son normas prohibitivas o
preceptivas. Si la norma prohibitiva viene a impedir una acción determinada, se
ordena, por tanto, una omisión.
Por el contrario, la norma preceptiva viene a ordenar una acción determinada,
solicitándose un hacer positivo, de modo que la infracción consiste en la omisión
de ese hacer. En fin, todos los delitos de omisión, ya sean propios o impropios,
constituyen infracciones de normas preceptivas.
En los delitos de omisión, la verificación de la tipicidad, es en cierto modo, inversa
de la que corresponde llevar a cabo en los delitos de comisión. En estos últimos los delitos de comisión es necesario subsumir la acción realizada bajo la
descripción contenida en el tipo penal, por su parte, en los delitos de omisión la
tipicidad se verifica demostrando que la acción realizada no se subsume en el
modelo o esquema de la acción que requiere el ordenamiento jurídico (la acción
puede agotarse en un determinado comportamiento, por ejemplo, denunciar, o,
también, ser un comportamiento que evite un resultado, por ejemplo, impedir la
comisión de un delito de determinada especie) .
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