Subido por raqueljimenez1996

HEFESTO, dios del fuego

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Hefesto, dios del fuego
Al igual que muchos otros dioses olímpicos,
Hefesto era el hijo de Zeus y de Hera. Sin
embargo, algunas versiones indican que Hera lo
concibió sola, a modo de venganza contra Zeus
ya que este había dado a luz a Atenea, diosa de
la sabiduría.
A diferencia de sus hermanos, Hefesto nació
físicamente
feo,
tanto
que
su
madre,
avergonzada, decidió ocultarlo a la vista de los
demás dioses y lo arrojó desde lo alto del
Olimpo. Hefesto cayó directamente al mar y la
caída le ocasionó cojera. Según cuenta en la Ilíada, allí fue rescatado por las diosas marinas Tetis
(madre de Aquiles) y Eurinome, quienes lo cuidaron en una gruta submarina de la isla de Lemnos
durante los siguientes nueve años hasta que se convirtió en maestro artesano. En el trascurso
de estos años, forjó y fabricó para ellas numerosas joyas y siempre les estuvo agradecido por
haberle salvado la vida.
En la mitología griega, Hefesto es el dios
del fuego y de la forja y era muy hábil en
la metalurgia, la piedra y otras artesanías
que eran típicamente realizadas por
hombres griegos. La forja de Hefesto
estaba situada en el corazón del volcán de
la isla egea de Lemnos, por eso se le
conoce como el dios vulcano en la
mitología romana. Podía controlar tanto el
fuego como el metal y también tenía la
capacidad de hacer que sus creaciones se movieran. La mayor parte del tiempo estaba
trabajando en la fragua con el yunque y el martillo y rodeado por los Cíclopes que eran sus
ayudantes.
Sus creaciones tuvieron tanta fama que, para ganar la gratitud del Olimpo, accedió a crear
multitud de armas y objetos mágicos para los dioses: el casco y las sandalias aladas de Hermes,
la égida de Zeus, el famoso cinturón de Afrodita, la armadura de Aquiles, las castañuelas de
bronce de Heracles, el carro de Helios, el hombro de Pélope, el arco y las flechas de Eros, el collar
que regaló a Harmonía y el cetro de Agamenón, convirtiéndose en uno de los mejores maestros
artesanos del reino.
Tras haber fabricado tronos de oro para Zeus y otros Olimpos, decidió ponerle una trampa a su
madre para vengarse por deshacerse de él cuando era niño. Construyó un trono dorado tan
hermoso que con uno que dejaría atrapado a quien se sentara en él. Al verlo, Hera lo aceptó
inmediatamente. En cuanto se sentó, se dio cuenta de que Hefesto la había puesto en grilletes
invisibles, manteniéndola cautiva en su asiento. Muchos fueron los dioses que lo intentaron
persuadir para que la liberase, prometiéndole un puesto en el Olimpo como recompensa, pero
Hefesto se negó. Ante este hecho, encargaron al dios Dionisio, amigo de Hefesto, que fuera en
su busca y, para convencerlo, lo emborrachó. Hefesto regresó al Olimpo, pero impuso muchas
condiciones para liberar a su madre, entre ellas casarse con Afrodita, diosa de la belleza. Zeus
aceptó y Hera fue liberada.
En el panteón olímpico, Hefesto estaba oficialmente casado con Afrodita. Sin embargo, su
esposa no le era fiel y tenía un romance con Ares, el dios de la guerra. Un día, Helios, el sol, que
todo lo ve, vio a los dos amantes tumbados uno al lado del otro y fue a contárselo a Hefesto.
Cuando se enteró estaba tan furioso
que tejió una red de oro irrompible
casi invisible con la que inmovilizó en
la cama a los amantes en uno de sus
encuentros para mostrar la escena a
los
demás
humillarlos. Ante
dioses
este
y
así
escándalo,
Poseidón, dios del mar, lo consiguió
convencer para que los liberase bajo la
condición
de
que
prometieran
terminar su romance. Afrodita y Ares así lo hicieron, aunque ambos escaparon tan pronto como
Hefesto levantó la red, y no mantuvieron su promesa.
Aunque Hefesto estuvo casado con Afrodita, no tuvo ningún hijo ya que ella lo veía como un ser
repulsivo y se negaba a intimar con el mismo. Tiempo más tarde, como muchos otros dioses
griegos, tuvo muchas amantes y, por tanto, muchos hijos. Entre los descendientes inmortales se
encontraban Talía, Euclea, Eufema, Filofrósine, los Cabiros y Eutenea. No obstante, Hefesto
fue también padre de los siguientes mortales: Ardalos, Caco, Cécrope, Cerción, Filamón, Óleno,
Palemón, Perifetes, Pilio y Servio Tulio.
Marcos Pérez Conde, 1º B
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