¿Cómo podemos construir sociedad civil desde la Universidad? Para poder dar respuesta a esta pregunta tenemos que saber primero que es una sociedad civil, por eso el término sociedad civil, (como concepto de la ciencia social), designa a la diversidad de personas que con categoría de ciudadanos y generalmente de manera colectiva, actúan para tomar decisiones en el ámbito público que conciernen a todo individuo situado fuera de las estructuras gubernamentales, de los partidos políticos, las empresas o poderes económicos, y las instituciones religiosas. La sociedad civil se concibe como el espacio de vida social organizada que es voluntariamente autogenerada, independiente, autónoma del Estado y limitada por un orden legal o juego de reglas compartidas. Involucra a ciudadanas y ciudadanos actuando colectivamente en una esfera pública para expresar sus intereses, pasiones e ideas, y para intercambiar información alcanzando objetivos y bienes comunes. Santo Tomas afirma, primeramente, para que esa vida digna o virtuosa se concrete, considera que son precisos otros muchos bienes, tanto corporales como espirituales, debidamente ordenados y jerarquizados. Por eso el bien común se concreta en el orden, la tranquilidad, la paz, la unidad, la amistad, el bienestar, la salud pública. Para construir una sociedad civil a través del que hacer universitario de formación del hombre, acceso al conocimiento y proyección a la sociedad en un ambiente deliberativo basado en el diálogo, la solidaridad, el respeto a la diferencia y el pluralismo, se dan las condiciones de posibilidad para el fortalecimiento de la sociedad, y no sólo de un segmento de ella, la mercantil generada en una concepción neoliberal y unilateral que privilegia la racionalidad instrumental y desconoce el sentido de la racionalidad comunicativa; también, a partir de las tareas universitarias, se lleva a cabo la construcción de espacios públicos sobre los cimientos de ideales de igualdad, pluralismo político y deliberación pública. Se plantea, entonces, la necesidad de que la sociedad civil se reconstruya y fortalezca, desarrollando su potencial para el progreso y el bienestar de todos los integrantes de la sociedad sin distingos de credo, ideologías o niveles económicos, a lo que la universidad, desde los procesos que a su interior se generan, debe contribuir asumiendo este compromiso como una de sus tareas fundamentales, propias de su esencia pública y formativa. Entonces, la universidad, como una institución educativa cuyas actividades se destinan, en gran parte, directamente al enriquecimiento intelectual, moral y material de la sociedad (ya sea ésta local, nacional o global) a través de la formación de sus ciudadanos y de la realización de tareas de investigación y de aplicación de sus resultados, se constituye en una forma asociativa que requiere de la interacción comunicativa para el cumplimiento de su tarea social y pública, favoreciendo así la posibilidad de fomentar una “vida digna” para los integrantes de la sociedad. Se debe buscar vivir en una sociedad civil, identificada como el reino de fragmentación y lucha, pero también de solidaridades concretas y auténticas donde conviven los ciudadanos asociándose y comunicándose entre ellos, Lo que se constituye en una característica inherente a la esencia de la sociedad civil es su vínculo con la deliberación, el debate, la comunicación. ¿Es posible construir un país y un planeta sin odios, y sin venganzas? ¿De qué manera? Si se puede, para eso se tendría que cambiar la metodología de enseñanza de las nuevas generaciones, preparándolas para asumir ciertas situaciones y concientizarlas a lo que pueden provocar esas emociones negativas, para ello se podría pensar en la posibilidad de hacer más uso de la psicología y sin tabúes ni tapujos al dar la información. ¿A tavés de qué estrategias podemos construir lazos de solidaridad y fraternidad con los Otros (Seres Humanos) y con lo Otro (La Naturaleza)? ¿Y qué significa el otro, los otros, o esa figura ético-estética llamada alteridad? La alteridad es otro que no es yo, sino precisamente eso: otro. Otro extraño a mí, otro diferente, diverso; otro que, incluso, no puede comunicarse conmigo, porque no hablamos el mismo lenguaje; otro que entonces, tiene una experiencia de mundo diferente a la mía. Igual que numerosos y excelentes estudios sobre antropología, sociología, psicología, ecología y estéticas urbanas, los estudios ambientales aportan a la reflexión sobre lo urbano los siguientes elementos: 1. la necesidad de deconstrucción de los conceptos de sujeto y de objeto de la modernidad como sus cimientos o soportes, con el fin de dar lugar al espacio del otro y de lo otro como alteridades presentes en el ethos ambiental urbano; 2. la exigencia que surge de los estudios ambientales urbanos de transformar radicalmente el imaginario racionalista instrumental de la educación, y la necesidad de una hermenéutica de la vida urbana, con todo lo que ella es, desde la perspectiva ambiental Bibliografia Pregunta 9, 10 y 11 Verdera, Hugo Alberto; El bien común político: en el pensamiento de Santo Tomás de Aquino (Pg. 9) Liliana Margarita del Basto Sabogal; RELACIÓN UNIVERSIDAD–SOCIEDAD CIVIL EN EL ÁMBITO DE LO PÚBLICO. UNA REFLEXIÓN NECESARIA (Pg. 13-15) Ana Patricia Noguera de Echeverri; EL REENCANTAMIENTO DEL MUNDO (Pg.155 ) Definicion; https://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_civil_(ciencia_pol%C3%ADtica)