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Tema 6.-EL REFORMISMO BORBÓNICO EN EL SIGLO XVIII revisado noviembre 2020

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Colegio San Buenaventura
Apuntes de Historia de España
TEMA 6.- EL REFORMISMO BORBÓNICO EN EL SIGLO XVIII
INTRODUCCIÓN
El siglo comienza con la Guerra de Sucesión (1700-1714) que supone un cambio dinástico y un cambio de
modelo político: del sistema polisinodial y la autonomía institucional y legal de los reinos que practicaron
los Austrias, a la unificación y centralización del absolutismo que traerán los Borbones.
La Guerra acabó con los Tratados de Utrecht (1713) y Rastatt (1714) y da comienzo a una etapa de
equilibrio entre las potencias europeas. Las pérdidas territoriales de España permiten ahorrar gastos militares
y concentrarse en los problemas del país.
La Ilustración española llegará con Carlos III y se desarrolla más tarde que en Europa por: ausencia de
burguesía, conservadurismo de los intelectuales y de la Iglesia e inexistencia de clases medias. Las
principales preocupaciones de los ilustrados fueron: la educación (para que sea útil), la economía (para que
fuera más productiva) y la Iglesia (para que cumpliera su función con moralidad, sometida al poder real).
DESARROLLO
1.-LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA Y EL TRATADO DE UTRECHT
Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de
Francia con el título de Felipe V. Acababa así el reinado de los Habsburgo y llegaba el de los Borbones.
Pronto se creó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba las pretensiones
del Archiduque Carlos de Habsburgo. Estalló una guerra civil y europea que tenía una doble perspectiva:
- El ascenso al trono español de Felipe V representaba la temida unión de España y Francia bajo un mismo
monarca. Esto llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, sustentado por los Habsburgo de
Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español.
- Felipe V representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que Carlos
de Habsburgo representaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón, sobre todo en Cataluña.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa, Brihuega y
Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de
Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus
aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible unión de España y
Austria bajo un mismo monarca.
La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo siguiente: 1. Felipe
V era reconocido por las potencias europeas como rey de España pero renunciaba a cualquier posible
derecho a la corona francesa. 2. Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña)
pasaron a Austria. Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar
con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias).
2.- NUEVAS INICIATIVAS REFORMADORAS: LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTA Y EL
SANEAMIENTO DE LA HACIENDA REAL
La nueva dinastía borbónica inició importantes cambios en la estructura del Estado, inspirados en el estado
absolutista francés. Estos esfuerzos de reconstrucción interna fueron iniciados por Felipe V y continuados
por Fernando VI, tras fallecer su padre en 1746. Se trataban de medidas centralizadores que pretendían hacer
un Estado más eficaz. Las más destacadas fueron:
2.1. Decretos de Nueva Planta (1707 Aragón y Valencia, 1715 Mallorca, 1716 Cataluña): Abolición de los
fueros e instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón. La medida fue tomada en represalia por
el apoyo prestado al archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión. Las principales consecuencias de la
aplicación de estos decretos fueron:
- Supresión de las Cortes particulares de Aragón, Valencia y Cataluña. Sus representantes pasaron a
integrarse en las Cortes Generales del Reino, aunque el reformismo borbónico elimino su protagonismo, ya
que durante el siglo XVIII solo se convocaron dos veces.
- Supresión de las Diputaciones y el Consejo de Aragón, además de sustituir el cargo de Virrey por el de
Capitán General.
2.2. Nuevo modelo de administración territorial, basado en la siguiente estructura: división del territorio
en provincias; sustitución de los Virreyes por los Capitanes Generales como gobernadores políticos de las
provincias; las Reales Audiencias se mantienen para las cuestiones judiciales; y siguiendo el modelo francés,
se creó la figura de los Intendentes, funcionarios encargados de las cuestiones económicas.
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Los Borbones también reformaron la administración central consolidando el establecimiento de una plena
monarquía absoluta. Se suprimieron todos los Consejos, exceptuando el Consejo de Castilla que se
convirtió en el gran órgano asesor del rey. Se crearon las Secretarías de Despacho (Estado, Guerra, Marina,
Hacienda, Justicia e Indias), antecedentes de los ministerios. En 1787 se establece la Junta Suprema de
Estado, antecedente del Consejo de Ministros.
2.3. Reformas del sistema de Hacienda. Se intentó un mayor control de los gastos y se redujeron las
partidas para guerras exteriores. Pero los Borbones eran conscientes que si no se reformaba el sistema
impositivo procurando que todos los habitantes pagasen en relación a su riqueza, incluyendo a los
privilegiados (nobleza y clero), el saneamiento económico era imposible.
Intentaron esa experiencia en la Corona de Aragón. Así, se implantó el “equivalente” en Valencia, la “única
contribución” en Aragón, la “talla” en Mallorca o el “catastro” en Cataluña. Se trataba en todos los casos de
establecer una cuota fija, que se repartía proporcionalmente entre los habitantes según su riqueza. En los
años siguientes se intentó extender a toda España (Catastro de Ensenada, 1749-1753), pero la resistencia de
los privilegiados impidió su aplicación.
3.- EL REFORMISMO DE CARLOS III
En 1759 Carlos III accede al trono español tras la muerte de su hermanastro, Fernando VI. Hijo de Felipe V,
ya había reinado un cuarto de siglo en Nápoles, lo que dio una experiencia de gobierno suficiente como para
tener claros sus objetivos: establecer una monarquía reformista e ilustrada, en contra del deseo de la nobleza
y el clero de mantener el Antiguo Régimen. Para ello, contó con una serie de colaboradores (Campomanes,
Floridablanca), quienes fueron los responsables de las reformas que pretendían modernizar el país.
El reinado de Carlos III destacó por intentar solucionar cuestiones económicas y sociales que no habían sido
afrontadas en reinados anteriores. No obstante, se enfrentó a una fuerte oposición que derivó en revueltas y
motines populares. Destaca el motín de Esquilache (1766), protagonizado por los ciudadanos de Madrid
contra las medidas tomadas por el ministro Esquilache: limpieza urbana, alumbrado, prohibición de
sombreros chambergos y capas largas. Ante la extensión de la revuelta, Carlos III destituyó al ministro,
frenó algunas de las reformas y bajó el precio de los productos de primera necesidad.
Las reformas impulsadas por el monarca y sus ministros tenían por objetivo cuatro ejes básicos:
- La abolición de los privilegios del Antiguo Régimen: en 1783, se declararon honestos todos los oficios,
admitiendo como mérito para la obtención de la hidalguía las profesiones de alta utilidad pública.
- La reforma de la educación: se reformaron los estudios universitarios y las enseñanzas medias, pero muy
especialmente se fundaron las escuelas de artes y oficios, ligadas a conocimientos prácticos.
- La defensa del poder del Estado frente a la Iglesia: los borbones intensificaron la política regalista,
buscando la supremacía de la Corona sobre la Iglesia. Las dos medidas principales fueron el establecimiento
de un mayor control sobre la Inquisición y, sobre todo, la expulsión de la Compañía de Jesús por Carlos III
en 1767, tras acusarles falsamente de instigar el motín de Esquilache. Pero la causa real fue el poder de los
jesuitas, su prestigio en la enseñanza y su voto de obediencia al Papado por encima de su lealtad a la Corona.
- La cuestión económica: Convencidos de acabar con las trabas que inmovilizaban la propiedad, que
entorpecían la libre circulación y amordazaban los mercados, adoptaron una serie de medidas de carácter
económico, como limitar los privilegios de la Mesta; libertad de comercio de cereales concedida a otros
puertos; abolición del monopolio del comercio con América (1778) de la Casa de Contratación de Sevilla;
creación de compañías de navegación, a imagen de Inglaterra y Holanda; desarrollo de los Consulados de
Mar, instalados en las ciudades portuarias; limitación de las aduanas interiores a las Vascongadas y
Navarra; y creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
CONCLUSIÓN
El impulso modernizador de los primeros Borbones es evidente desde las primeras medidas centralizadoras
de Felipe V que continuaron durante los reinados de Fernando VI y especialmente de Carlos III. Fue
fundamental la existencia de una minoría ilustrada representada por personajes como Floridablanca,
Jovellanos, Olavide o Campomanes que se comprometieron a fondo con las reformas impulsadas desde la
monarquía.
Sin embargo, cuando muere Carlos III en 1788 sus reformas llevaban tiempo estancadas. La Iglesia y
nobleza intentan mantener sus privilegios en un contexto donde las ideas ilustradas comienzan a tener más
arraigo en las clases medias, que ya cuestionan el Antiguo Régimen. Se estaban incubando los cambios que,
ya en el siglo XIX instauraran las revoluciones liberales.
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