Subido por MATEO BAUTISTA

AGRESIVIDAD

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AGRESIVIDAD
Esta información ha sido elaborada por el grupo de Educación en Salud para la
Ciudadanía de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Pretende que los
pacientes conozcan mejor sus enfermedades.
1. ¿EN QUÉ CONSISTE LA ENFERMEDAD?
La agresividad es un estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos
de dañar a otra persona, animal u objeto, pretender herir física y o psicológicamente a
alguien.
2. ¿PODRÍA HABERLA EVITADO , O QUE DEBO DECIR A FAMILIARES O
AMIGOS PARA QUE NO LA TENGAN?
La conducta violenta puede ser un medio para conseguir determinados objetivos
cuando no somos capaces de lograrlos por otros métodos. En este caso nuestra
conducta responde a un déficit de habilidades y puede mejorar adquiriéndolas.
Cuando hemos aguantado demasiado y saltamos por algo sin importancia, en realidad
reaccionamos a todo lo que nos ha ocurrido previamente. Como nuestra reacción se
considera desmesurada, tenderemos a reprimirnos y aguantar más, en consecuencia
nuestra siguiente reacción violenta será mayor y seguiremos en ese círculo vicioso.
Para salir de ese círculo vicioso el camino no es aguantar más, sino poder reaccionar
de forma inmediata a los problemas y frustraciones. En ese caso la reacción es más
adecuada y comedida porque las razones que nos llevan a reaccionar serán muchas
menos
Los trastornos psicológicos son las causas más comunes del comportamiento agresivo.
Si bien cualquiera de estos trastornos puede causar agresión, los más frecuentes son:
la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno por déficit de la atención
con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad (TLP) y el trastorno por
estrés postraumático (TEPT). Las madres que padecen depresión posparto son
especialmente susceptibles a los brotes agresivos, algunas veces contra el niño. Los
trastornos no psicológicos o los episodios de agresión extrema se pueden tomar a la
ligera y los síntomas de muchos trastornos psicológicos disminuyen o desaparecen por
completo con el diagnóstico y el tratamiento apropiados recomendados por un
profesional de la salud mental..
Los individuos que tienen antecedentes de migrañas, accidentes cerebrovasculares,
epilepsia y diabetes pueden ser propensos a desarrollar comportamientos agresivos.
También la toma de dosis bajas de antidepresivos u otros medicamentos pueden
facilitar los comportamientos agresivos.
Otro problema puede surgir cuando nosotros interpretamos que existe un ataque y una
dificultad que no es vista de la misma forma por los demás. Este problema suele ocurrir
cuando reaccionamos ante las intenciones de los demás en lugar de reaccionar ante
los hechos explícitos. El juicio de intenciones es la causa más frecuente que nos puede
llevar a tener reacciones violentas desmesuradas y desproporcionadas.
3. ¿Y AHORA QUÉ DEBO HACER PARA MEJORARME?
Ponerse en manos de un psicólogo experto que pueda ofrecerme terapia cognitivo
conductual
Es útil Identificar indicios de tensión que avisen de que la expresión de la agresión está
cerca para poder reaccionar cuando todavía es posible. Puede ser el sudor de manos,
puños cerrados, latidos del corazón, aceleración respiratoria, incomodidad. Será útil la
relajación para dejar la agresividad en su justo término. Y mucho la Terapia de
Aceptación y Compromiso, que es la evolución más reciente de la terapia cognitivo
conductual. Plantea los métodos básicos para poder manejarse con la agresividad:
tomar distancia de nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones de
forma que no nos disparen automáticamente las respuestas agresivas. Tomar distancia
de nuestro concepto de nosotros mismos, haciéndolo menos vulnerable a las posibles
opiniones de los demás, haciendo realidad el dicho de que “no ofende quien quiere,
sino quien puede”. Ser conscientes de nuestros intereses en las diferentes situaciones,
porque el comportamiento impulsivo se convierte en una descarga emocional que en
realidad no nos interesa. Estar siempre en el momento presente, que es desde donde
se puede evaluar lo que está ocurriendo, para poder así tener conciencia de lo que
ocurre en el presente, y no responder a antiguas ofensas o a problemas que puede
ocurrir en el futuro, lo que distorsiona de forma tremenda nuestra capacidad de juicio.
4. ¿CUÁL ES EL PRONÓSTICO?
Con tratamiento mantenido se pueden controlar sus expresiones.
Problemas de agresividad en niños y niñas
La infancia es una etapa de la vida que pasa entre el nacimiento y la adolescencia.
Esta etapa es muy importante y decisiva a la hora de desarrollarnos como personas
a todos los niveles, ya que en ella construimos las relaciones con otras personas,
creando vínculos y afectos.
Dentro de la infancia nos podemos encontrar adversidades que complican nuestra
manera de educar a los más pequeños, como por ejemplo la agresividad. En
ocasiones los niños manifiestan conductas como enfados, pegar, morder, insultar,
dar patadas... que son señales que avisan de que, interiormente, se encuentran
frente a un malestar a nivel emocional, ya sea a algún cambio en el núcleo familiar,
una reacción ante un estímulo que no les gusta u otros motivos. Es importante
destacar que no existen niños o niñas violentas sino conductas agresivas. Esta
forma de actuar de un modo agresivo, junto a la desobediencia y la rebeldía, es una
de las principales dificultades que nos hacen tropezar tanto a los docentes como a
las familias en la educación infantil, y la mayoría de las veces nos gustaría saber
cómo incidir o tratar esta conducta agresiva para poder cambiarla.
Cuando hablamos de comportamientos agresivos, nos referimos a la acción de
hacer daño a otra persona, tanto físico como psíquico. La agresividad, en
superabundancia, es un trastorno que, si no se trata en la infancia, probablemente
provocará problemas en el futuro del niño o la niña y se reflejará en forma
de fracaso escolar, y dificultades de adaptación y falta de capacidad de
socialización en la adolescencia y edad adulta. Este comportamiento agresivo
complicará las relaciones sociales que el niño o la niña va entablando a lo largo de
su desarrollo y se complica, por tanto, su integración en cualquier contexto.
Está claro que el niño o la niña, a través de la ira, exterioriza una serie de
emociones que no controla. Por esta razón, los educadores y las familias tenemos
que enseñar a los más pequeños a expresar sus emociones negativas de la manera
más adecuada. Además, debemos mantener una postura empática y comprensiva
hacia este tipo de emociones, comprenderles y darles un patrón de conducta
correcto que ayude en cada momento. Así pues, para conseguir que, en un futuro,
estén más preparados y sean más inteligentes emocionalmente, una
buena intervención sería trabajar esta conducta agresiva a través de gestos como:
• Permitir la expresión de emociones negativas como la frustración, la rabia, la
tristeza... de los niños y ofrecerles ese espacio. A veces, sin darnos cuenta,
desestimamos sus emociones y tratamos de negar o impedir las que son negativas.
• De esta forma comprenderemos su malestar emocional y seremos más capaces
de escoltarles en su proceso, guiarles dándoles apoyo y así, permitirles expresarse
y canalizar este
tipo
de
emociones.
•
Mostrarles una alternativa al comportamiento agresivo a través
de explicaciones fáciles y sencillas. Si pegan o hacen daño, decirles “eso no me
gusta, me duele y me hace daño”, y enseñarles a que cuando sientan enfado o
tristeza
digan
“estoy
muy
enfadado”
o
“estoy
triste”.
• Así también le enseñaremos a verbalizar sus emociones y a ponerle palabras
a lo que sienten. Es importante construir espacios de diálogo en el que el niño
pueda contar lo que le pasa. Un ejemplo sería contarles cuentos en los que el o la
protagonista
hable
de
sus
emociones.
• Otro factor importante son los modelos a seguir. Los niños y niñas siguen el
ejemplo de los más mayores, por lo que es importante que no vean
comportamientos agresivos a su alrededor. Estos pequeños aprenden,
principalmente,
observando
e
imitando.
• Responder con conductas agresivas a sus comportamientos conlleva a darles
un ejemplo inadecuado y, por tanto, permiso para actuar de la misma manera.
•
Es esencial que, en esta sociedad de la información y las nuevas
tecnologías, evitemos que el niño o la niña vea contenidos agresivos y estén
expuestos
a
este
tipo
de
conductas.
•
Distraer es también una buena estrategia para evitar comportamientos
agresivos, es decir, tratar de distraer su atención a otro estímulo para que la
conducta
se
interrumpa.
• Acompañar y comprender es más eficaz que castigar y reprender, siempre con
la breve explicación y el trabajo de expresar verbalmente las emociones.
•
Por último, es esencial reflexionar y preguntarse qué necesidad
emocional está provocando el malestar en el niño o la niña para poder darle
respuesta una vez detectada.
Haciendo uso de todas estas técnicas podremos comprobar que hay muchas formas
de guiar a nuestros más pequeños por un camino más fácil sin necesidad de recurrir
a métodos tradicionales que no funcionan. Solo hacen falta las herramientas
necesarias para ayudarlos a desarrollarse personal y emocionalmente.
SÍNTOMAS DE LOS CELOS
La sintomatología de los celos patológicos o celotipia no siempre es vista como un
problema por la persona que lo sufre ya que en muchos casos se interpreta cómo
una conducta demostrativa de preocupación y amor hacia el otro. No obstante la
sintomatología de los celos patológicos es clara y se manifiesta en diferentes
niveles.
A nivel cognitivo.
Las personas que sufren celotipia tienen habitualmente, pensamientos
distorsionados e intrusivos sobre la posibilidad de infidelidad por parte de su
pareja.
Por otro lado tienden a procesar los estímulos ambiguos cómo muestras
inequívocas de infidelidad cómo pueden ser sonreír o mirar a otra persona,
llamadas o mensajes de amigos o compañeros de trabajo que interpretan cómo
señales o pruebas de una infidelidad real.
También suelen realizar comparaciones personales con respecto a otras
personas con las que se relaciona su pareja, focalizando estas comparaciones en
los aspectos positivos del otro y negativos de sí mismo.
Del mismo modo valoran la conducta de la pareja cómo muestras de amor y
fidelidad. Por ejemplo, sí la pareja desea quedar con otra persona para hacer
algún plan, la persona celosa lo interpretará cómo prueba de infidelidad o como
mínimo como muestra de falta de interés en la relación.
Encontramos en la persona celosa una percepción exagerada de las
amenazas que acechan a su relación. Interpreta como amenazas a otras
personas con las que se relaciona su pareja. Percibe los deseos y necesidades
personales de su pareja cómo prueba y amenaza de pérdida de interés en la
relación. Incluso en algunos casos la vida sentimental anterior de a pareja se
percibe como una amenaza para la relación.
A nivel conductual.
Encontramos conductas de control y supervisión del comportamiento de la
pareja cómo son la revisión del móvil, preguntas frecuentes sobre quiénes son las
personas con las que se relaciona y el tipo de relación mantienen con ellas. Qué
actividades realiza cuando no está con ella y cómo gestiona el tiempo para
verificar si esos tiempos se respetan y si no son respetados por cualquier
circunstancia se interpretará como muestra de infidelidad por ejemplo sí
habitualmente se llega a una hora y un día la pareja se retrasa esto se interpretará
como señal de infidelidad.
Presentan conductas que les permitan el acceso continuo a la persona
amada. Necesitan mantener el contacto de forma constante por ejemplo a
través de llamadas telefónicas y si la pareja no responde a las llamadas, este
silencio será interpretado cómo señal y amenaza de infidelidad.
También presentan conductas negativas en la interacción hacia el otro cuando
sienten celos por ejemplo lanzan reproches sobre su manera de comportarse,
critican a las personas con las que se relacionan o emiten juicios negativos sobre
la pareja.
A nivel emocional.
Las personas con celos patológicos desarrollan sentimientos negativos hacia el
entorno con el que se relaciona la pareja es decir, sus amigos, sus familiares,
compañeros de trabajo,hacia sus gustos y aficiones personales.
Sienten desconfianza y suspicacia sobre aspectos de su pareja y su manera de
comportarse.
También puede generar trastornos como ansiedad, depresión y la irritabilidad
continua con explosiones de ira incontenible.
LOS CELOS Y SUS CAUSAS
La celopatía se produce por influencia de diferentes variables entre las que
encontramos las siguientes:
Causas relacionadas con la inseguridad y la baja autoestima.
Las personas con celos patológicos presentan habitualmente un nivel de
inseguridad personal alto y una baja autoestima, lo que lleva asumir como
cierto el pensamiento de que no son lo suficientemente valiosos como para ser
dignos del amor de la persona y que al ser poco valiosos su pareja, tarde o
temprano, les abandonara por cualquier persona, puesto que todos los demás
tienen más valía personal. Es por este pensamiento sobre si mismos que los celos
y las conductas celosas tienen como objeto evitar la confirmación de esta creencia
de poca valía personal.
Está creencia puede tener diferentes orígenes. El primero lo encontramos en la
infancia en la que la persona no obtuvo el afecto y reconocimientos necesarios
para generar una autoestima sana.
Celos en la pareja en el ámbito social
Sentir celos de alguien no solo se da en el plano sentimental.
También existen los celos en el ámbito social y en el entorno laboral. Es
un sentimiento que casi todo el mundo tiene pero en 'dosis' muy bajas.
Cuando estos celos se convierten en algo que no nos deja vivir
tranquilos, entonces ya podemos decir que es una enfermedad, una
patología.
El diccionario de la Real Academia Española -R.A.E.- define los
celos como " sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada
haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra ".
En ocasiones, este sentimiento traspasa la barrera de lo
sentimental para aparecer en el trabajo o en las relaciones sociales.
Hay personas que sienten celos de sus compañeros de trabajo, de sus
vecinos, de sus amigos, etc. No debemos confundir los celos con la
envidia.
Las personas celosas siempre están alerta. Ven rivales por todos
los lados. Las miradas continuas y la tensión creciente en el cuerpo son
dos de los síntomas más claros que denotan que una persona está
celosa.
Señales o alertas que nos pueden indicar que una persona es celosa
1. Tensión. Una persona celosa suele estar siempre alerta.
Atenta a todo lo que pasa a su alrededor y, sobre todo, a todas
las personas que le rodean. Si detectan un posible rival lo suelen
vigilar estrechamente con miradas nada disimuladas para
'analizar' todo lo que hacen.
2. Expresión de preocupación. Una persona celosa siente
que hay un peligro para su relación personal, social o laboral.
Incluso, llegan a anticipar una pérdida, que en muchos casos no
se da, pero ellos piensan de esta manera tan negativa o adversa.
Una persona suele tener muchos miedos infundados. Imagina
cosas que no suelen llegar a ocurrir, y esto puede llegar a afectarle en
su vida diaria, cuando se convierte en una enfermedad. Llega a hacer
cosas ridículas que no puede controlar, en muchos casos.
Cosas que suele hacer una persona celosa
1. Tomar a su pareja del brazo, de la cintura, etcétera, con
cierta fuerza para transmitir a los demás que esa persona es
'suya'.
2. Crear barreras. Poner el cuerpo por el medio o separar
por medio de algún objeto como una silla, banqueta, etcétera para
entorpecer el acercamiento de otras personas a su pareja.
3. Mal carácter. Una manifestación de la incomodidad de la
situación que vive en esos momentos que se suele complementar
con miradas 'penetrantes', gestos de enfado, etcétera.
El mayor problema de los celos es que suelen derivar en
comportamientos agresivos, reproches, discusiones, etcétera lo que
suele minar la relación bien sea de pareja, profesional o social.
La emoción es un proceso psicológico adaptativo, que tiene la finalidad de reclutar y
coordinar el resto de los procesos psicológicos cuando situaciones determinadas exigen
una respuesta rápida y efectiva para ajustarse a cambios que se producen en el
medio ambiente.
Las emociones incluyen conductas observables, sentimientos expresados y cambios en el
estado personal. También producen alteraciones en otros procesos psicológicos como
la percepción, la memoria, la comunicación verbal y no verbal, cambios fisiológicos, etc.
-Establecer las escalas de necesidades planteadas por Maslow.
Necesidades de seguridad y protección:
Estas surgen cuando las necesidades fisiológicas se mantienen compensadas. Son las
necesidades de sentirse seguro y protegido, incluso desarrollar ciertos límites en cuanto al
orden. Dentro de ellas encontramos:

Seguridad física y de salud.

Seguridad de empleo, de ingresos y recursos.

Seguridad moral, familiar y de propiedad privada.
Necesidades de afiliación y afecto:
Están relacionadas con el desarrollo afectivo del individuo, son las necesidades de:

Asociación

Participación

Aceptación
Se satisfacen mediante las funciones de servicios y prestaciones que incluyen actividades
deportivas, culturales y recreativas. El ser humano por naturaleza siente la necesidad de
relacionarse, ser parte de una comunidad, de agruparse en familias, con amistades o
en organizaciones sociales. Entre estas se encuentran: la amistad, el compañerismo, el
afecto y el amor. Estas se forman a partir del esquema social.
1. La palabra motivación deriva del latín motivus o motus, que significa ‘causa del
movimiento’. • Es un proceso interno que impulsa al individuo, y ese impulso, a su
vez, se relaciona con algún evento interno o externo. Es un estado interno que
activa, dirige y mantiene la conducta.
2. 3. ORÍGENES FILOSÓFICOS Platón (427-347 ad) Dio mucha importancia a la razón,
dejando de lado al mundo de los sentidos, ya que consideraba que la experiencia
no era suficiente para justificar el conocimiento que tenemos del mundo.
Aristóteles (384-322 ad) Puso especial interés en el mundo de los sentidos, lo que
llevo a defender que el conocimiento provenía de nuestra experiencia. Todas las
conductas tienen una causa.
3. 4. ORÍGENES FILOSÓFICOS René Descartes (1596-1659) El estableció los principios
de la filosofía moderna. El dualismo cartesiano que es así cono se conoce su
doctrina establece que la conducta humana es por una parte, fruto de un alma
libre y racional y, por otra, resultado de los procesos automáticos e irracionales del
cuerpo, este pensaba que el cuerpo estaba impulsado por su propia alma (a través
de lo que se llamo voluntad) y por el cuerpo (a traes de lo que se llamo instinto). •
La fuerza motivacional máxima era la voluntad: inicia y dirige la acción. Si se
comprende la voluntad, se comprende la motivación • Las necesidades corporales,
pasiones, placeres y dolores creaban impulsos a la acción, pero estos sólo
excitaban a la voluntad. • Al asignarle poderes exclusivos de motivación a la
voluntad, Descartes le dio su primera gran teoría a la motivación.
4. 5. ORÍGENES FILOSÓFICOS
5. 6. TEORÍAS SOBRE LA MOTIVACIÓN
6. 7. VOLUNTAD • Descartes: comprender la motivación se reducía a entender la
voluntad, que iniciaba y dirigía la acción. • Actos de voluntad: • Elección: decidir si
actuar o no • Esfuerzo: crear el impulso de actuar • Resistencia: sacrificio o
resistencia a la tentación • Facultad de la mente que surgía a partir de una
acumulación de capacidades innatas, sensaciones ambientales, experiencias vitales
y reflexiones acerca de sí misma y de sus ideas. • Procesos psicológicos concretos
(estrategias, metas), y no la fuerza de voluntad abstracta, explican la conducta y su
funcionamiento efectivo.
7. 8. INSTINTO • Conducta innata, inflexible dirigida a una meta y que es
característica de toda una especie. • La conducta humana no se puede explicar
fácilmente a través de los instintos porque: • La mayoría de la conducta humana es
aprendida • La conducta humana rara vez es rígida
INSTINTO • DARWIN: Determinismo Biológico. Conceptos motivacionales mecanicistas y
genéticos. Abandono del dualismo hombre-animal. El instinto surge de la herencia
genética y explica la conducta adaptativa (innata, automatizada). Se expresa a través de
reflejos fisiológicos heredados ante el estímulo apropiado. • WILLIAM JAMES: Instintos
físicos y mentales. Para traducir un instinto en una conducta orientada a metas (motivada)
sólo se necesita el estímulo apropiado, que activa un conjunto de reflejos heredados que
generan impulsos de acciones específicas (adaptativas). • McDOUGALL: Fuerza
motivacional irracional e impulsiva que orienta a metas particulares. Sin los instintos, no
se iniciaría acción alguna.
10. PULSIÓN • Pulsión: Es un estado de tensión o activación causada por necesidades
fisiológicas • Esta teoría afirma que la conducta motivada es un intento de reducir una
pulsión y que el cuerpo retome el estado de homeostasis. La homeostasis es el estado de
equilibrio y estabilidad en el cual el organismo funciona eficientemente.
Etapas de desarrollo de Piaget
Etapa sensorio motora (desde el nacimiento hasta los dos años)
Es la fase en la que el niño comienza a interactuar con el mundo exterior,
interesándose por los estímulos que le proporciona.
Entre otras características resaltantes de este estadio del desarrollo, destacan:





Capacidad innata para distinguir el habla de otro tipo de sonidos
Comunicación a través del llanto durante el primer año de vida.
Pronunciación de primeras palabras y oraciones cortas a partir de los 12
meses.
Interés por actividades lúdicas que generen reacciones
sensoriales (cosquillas, colores brillantes, canciones o sonidos, etc.)
Repetición de actividades, como una forma de comprender mejor lo que ocurre
en el mundo exterior (lanzar repetidamente un juguete, tirar de una manta, etc.).
Ver también Aprendizaje.
Etapa pre operacional (desde los dos hasta los siete años)
Esta etapa de desarrollo cognitivo, caracterizada por el ingreso del niño o niña al
sistema educativo formal, implica el desarrollo de la lógica y el uso de categorías
para clasificar los objetos y la realidad.
Algunos eventos propios de esta fase, son:
Primeras interacciones sociales fuera del contexto familiar.
Ampliación del vocabulario (debido a la interacción social y el
aprendizaje escolar).
 Desarrollo de la empatía y la capacidad para interpretar roles,
separándolos de la realidad.
 Pensamiento de carácter egocéntrico (centrado en sus necesidades).
 El niño siente mucha curiosidad por entender el mundo, por lo que
suele preguntar el “por qué” de las cosas.
Operaciones concretas (desde los siete hasta los once años)
En esta fase del desarrollo, los niños comienzan a aprender y poner en práctica
operaciones matemáticas simples que estimulan su pensamiento lógico (2+2=4).
También pueden apreciarse otros avances, tales como:


Capacidad para ser empático (puede entender cómo se sienten otras
personas).
 Desarrollo del pensamiento lógico en una etapa inicial.
 El pensamiento abstracto no está desarrollado, lo cual les impide
comprender temas complejos.
Ver también Niñez.

Operaciones formales (desde los once años en adelante)
La última etapa del desarrollo cognitivo va desde la pre adolescencia hasta la edad
adulta . En esta fase es posible notar avances en varios aspectos:



Desarrollo de una mayor capacidad para generar conclusiones
abstractas a partir del pensamiento lógico.
Comprensión de la existencia de formas de pensamiento distintas a
la suya, especialmente durante los primeros años de la adolescencia.
A partir de esta etapa de desarrollo los niños comienzan a
plantearse hipótesis por sí mismos, incluso sobre aspectos de la
realidad que aún desconocen.
TOLERANCIA Y ASERTIVIDAD
Dado que el término tolerancia es fuente de erróneas interpretaciones,
conviene iniciar comentando su sentido estricto.
La palabra tolerancia tiene su origen en la expresión latina tolerancia,
tolerare, que significa soportar. Por supuesto, no es esa la acepción que
nos interesa promover.
La Real Academia Española dice que es la "acción y efecto de tolerar, es
decir, sufrir, llevar con paciencia"; sin duda, basándose en su derivación
etimológica. Y añade: "Respeto o consideración hacia las opiniones o
prácticas de los demás, aunque sean diferentes a las nuestras". Esta sí
es, sin temor a equívocos, la base del sentido de la tolerancia como
concepto filosófico.
Sin embargo, el "respeto o consideración" resulta limitado y limitante. Para
el nuevo líder, el concepto del respeto y la consideración es tan solo el
comienzo. Ya no se trata tan solo de respetar (sufriendo con paciencia) el
punto de vista ajeno. No se trata de escuchar el punto de vista de cada
persona para luego imponer el suyo propio.
Los
espacios
para
la
tolerancia
La tolerancia es un reto al que nos vemos abocados continuamente en los
campos más disímiles e insospechados. Veamos algunos espacios que
exigen poner en práctica el valor de la tolerancia.
En el plano personal, la intolerancia se manifiesta principalmente en
actitudes y posturas conceptuales que por rígidas consideramos
incuestionables, y obligan al individuo a sacrificar la oportunidad de
avanzar mediante la evolución, la cualificación o la refutación de las
propias ideas.
Otro comportamiento de intolerancia en el plano personal lo encontramos
en quienes se reprochan a sí mismos errores o situaciones bochornosas
ocurridas hace mucho tiempo, lo cual les impide hacer un acercamiento
feliz al pasado, perturbando su presente y su autoimagen, perturbando a
la vez su autoestima.
Un ejemplo de esto es la actitud de una persona que aún hoy, a sus 54
años de edad, se indispone cuando recuerda aquella fiesta de su infancia
en la que intentó mostrar sus dotes de bailarín y cayó de espaldas,
provocando la risa de los asistentes.
La tolerancia en el plano personal nos permite mirar el pasado sin rencores
y fortalecer la autoimagen como sostén del bienestar presente y el
crecimiento futuro.
La
asertividad
La asertividad la podemos definir como la facultad que tiene un individuo
para defender sus derechos personales sin transgredir los derechos de los
demás. Defenderlos en forma serena, pero firme.
Basado en la asertividad, un individuo se sabe autónomo para expresar lo
que piensa, lo que siente o lo que desea. Puede comunicarse abiertamente
en cualquier ambiente, ya sea ante desconocidos o amigos. No busca
zaherir o descalificar a sus interlocutores, sencillamente garantiza para sí
el derecho a comunicarse como una persona sin ataduras emocionales.
En su artículo "La asertividad, el arte de decir no", W. Riso afirma que
"nuestra cultura pondera más el ‘sí’ que el ‘no’. El ‘sí’ está asociado a
amabilidad, comprensión y tolerancia, mientras el ‘no’ lo referimos a
antipatía, egoísmo e intransigencia. Enseñamos la actitud de servicio, la
ayuda y la generosidad, como valores determinantes de todo humanismo,
y desestimamos los que se oponen, rehúsan o simplemente protestan.
Sentar precedentes y manifestar el ‘disconfort’ no es bien visto, al menos
para los que quieren congratularse con el orden establecido".
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