Subido por Cynthia Piotti

Tendecias de mercado que cambian al mundo

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DOSSIER
TENDENCIAS
DE CONSUMO
QUE CAMBIARÁN
EL MUNDO
DOSSIER
‘Millennials’ y Z forman parte de los consumidores a los que las marcas
quieren seducir. Pero, una vez conocidos los rasgos definitorios de este
tipo de clientes, ¿qué elementos determinan sus comportamientos de
consumo? La actitud de significación de los primeros y la actitud de
supervivencia de los segundos son claves para entender las tendencias
de consumo que marcarán el mercado durante los próximos años
Borja Martín
Colaborador académico del Departamento de Dirección
de Márketing de ESADE Business School y socio y
director general de Salvetti & Llombart
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DOSSIER
Harvard Deusto Márketing y Ventas
E
n 2006, de manera polémica, pero
altamente intuitiva, la revista Time exhibía en su portada a la persona más importante del año con
un atrevido “You”. Así se inauguraba un simbólico nuevo período
que empoderaba la voluntad del
consumidor por encima de todo,
situándolo en el centro de todas las decisiones.
Desde ese momento, las marcas se ponían al
servicio de los consumidores, y las compañías
escuchaban activamente a un comprador que
abandonaba su rol pasivo para adoptar un papel mucho más crítico y protagonista.
La actitud
de significación
Los departamentos de Márketing de las empresas han tenido que adaptarse a los cambios
de los consumidores y redirigir, o reinventar,
sus estrategias de captación y fidelización de
clientes. Uno de los objetivos de las compañías
es llegar a los millennials, marcadamente digitales y con el móvil como herramienta principal para casi todo (símbolo también de sus expectativas vitales: libertad, movilidad e
independencia), que muestran una relación
con el dinero y el trabajo diferente. Priman el
prestigio sobre el sueldo, el valor sobre el precio
y la movilidad sobre la jerarquía. Han asumido
que el sociólogo Zygmunt Bauman tiene razón
y que la sociedad es líquida (cada vez hay menos activos tangibles), y, por tanto, los entornos
virtuales son igual de válidos, o más, que los
físicos. Así que, en este entorno, las repercusiones en productos, marcas, procesos de compra
y touchpoints son inevitables. Para empezar, el
diálogo con las marcas se replantea desde la
bidireccionalidad. Ninguna marca puede obviar entrar en una conversación abierta con su
consumidor, ser transparente en sus políticas,
tener conciencia medioambiental y ser muy
eficiente en su entrega de valor.
El comportamiento de consumo de los clientes millennials responde a una actitud de significación en la que destacan tres pilares, a
través de los cuales se explican sus expectativas de compra y que marcarán las tendencias
de los próximos años:
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1. ‘Youniverse’
Betty Autier es una millennial parisina que en
2008 creó “Le Blog de Betty”. Un espacio en el
que subía fotos en sus lugares favoritos de la
ciudad vestida con prendas que le gustaba lucir. Sin más pretensión que la de compartir su
imagen y sus gustos, estos rápidamente llamaron la atención de otras chicas coetáneas a las
que Betty inspiraba o hacía soñar. El éxito llegó rápido, y las marcas de ropa se dirigieron a
Betty con la propuesta de ser representadas
por ella. El objetivo de la joven era ser prescriptora de moda y ocio de una generación sin ser
una modelo ni una celebridad, y lo consiguió
usando las redes y haciendo una marca de sí
misma. Su blog y su canal de Instagram son
seguidos por cientos de miles de fieles seguidores, que comentan sus fotos con frecuencia
y que están dispuestos a preservar el valor de
su propuesta, llegando al extremo de hacer retirar a Zara una camiseta con el rostro de Betty
porque no había sido aprobada por ella.
Parece nítido que estos consumidores han
replanteado la relación con las marcas en lo
que corresponde al medio, al mensaje y a las
formas. Se sienten en el centro de un escenario
que manejan, perciben el interés de las marcas
y se exhiben. Conocen cada vez mejor las reglas de juego del mercado, saben qué exigir y
lo que las marcas pueden llegar a ofrecerles.
El caso de Betty es muy ilustrativo, y nos enfrenta a dos certezas:
El ‘shopping’ del futuro
a gestión del “yo” como marca es
• Lperfectamente
factible en la sociedad de consumo actual, apoyándose en las redes sociales. Son desta-
cables otros casos, como el de Josef Ajram,
atleta de ultrafondo y day trader, que desarrolla diferentes actividades profesionales,
como cursos de bolsa o conferencias, y explota las redes sociales tanto como una herramienta de comunicación, que le permite
interactuar con sus seguidores/clientes recogiendo sus demandas, como a modo de
vehículo de construcción de marca (Where
is the limit?), donde él es el contenido y el
continente.
a autenticidad conectada con la
• Lactitud
es clave para este tipo de
consumidor. En el libro Kate Moss Machi-
DOSSIER
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El comportamiento
de consumo de los
clientes ‘millennials’
responde a una actitud
de significación en la
que destacan tres pilares,
a través de los cuales
se explican sus
expectativas de compra
ne, de Christian Salmon, se destaca una frase demoledora y reveladora sobre los millennials y las marcas: “En una sociedad
saturada de objetos de consumo donde el
trabajo ha perdido valor, la salida es ➤ ➤ ➤
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DOSSIER
Harvard Deusto Márketing y Ventas
➤ ➤ ➤ poseer una cartera de actitudes posibles”. Solo aquellos productos o marcas que
sean capaces de aportar actitud a la marca
personal de sus compradores merecerán la
atención de los consumidores.
Estos hitos vienen a definir la nueva norma
que requiere este tipo de consumidor: “Yo puedo ser una marca, quiero que todos me reconozcan en mi autenticidad, necesito productos
y marcas que me ayuden al respecto”.
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2. Experimentación
Bajo este tipo de conductas de significación, la
experimentación es otro de los rasgos distintivos en el consumo de los nuevos clientes. La
experiencia no tiene ningún valor específico
para ellos, porque sintonizan con una sociedad
que cambia y está dominada por una tecnología en constante mutación que no cede espacio
a la tradición. La mutación y la adaptación
constituyen la llave que abre las puertas en su
era. De ahí que adoren experimentar: con la
comida (existen más de dos mil restaurantes
en España bajo el epígrafe de restaurante exótico), con las relaciones (Chatroulette, Tinder,
Grindr…), con las bebidas (los superzumos, la
revolución en los cócteles, las aguas…).
Esta necesidad de experimentación requiere marcas y ofertantes que vivan rápido, sean
eficientes y se arriesguen. Todo lo demás es
pasado, y el pasado no les permite significarse.
3. Partidismo
Se trata de otro rasgo distintivo de este tipo de
consumidores. La conducta de significación
que les rige se alimenta de propuestas por las
que hay que tomar partido, productos que polarizan y marcas que se odian o se aman. Aquí
no funciona el “café para todos”. De hecho,
marcas como Jägermeister, Apple, Adidas Originals o One Million, de Paco Rabanne, son un
claro ejemplo de ello. Tener una fragancia en
el cuarto de baño con la forma de un lingote
de oro o poseer unas zapatillas deportivas con
alas, o te encaja o no te encaja, pero no admite
medias tintas.
De ahí que el aprendizaje que debamos llevarnos en clave de oferta sea que, para generar
consideración por parte de este segmento, la
oferta no puede ser definida desde su concepción para el gran público, porque la cultura de
masas es enemiga de la significación.
La actitud
de supervivencia
Mientras los especialistas en márketing, sociólogos e investigadores de mercados se esfuerzan en desentrañar las claves para conectar
con los millennials, en las mismas latitudes,
pero dando una vuelta más de tuerca, aparece
la Generación Z o Generación K (por Katniss
Everdeen, heroína de Los juegos del hambre).
Son jóvenes nacidos entre finales de los 90 y
2010, que hoy representan el 25,9% de la población mundial y que han crecido en un contexto
de enorme inestabilidad financiera, calentamiento global, bajo la amenaza terrorista y sin
las comodidades de su generación predecesora.
Esta realidad ha moldeado su postura existencial y su visión del mundo. Son mucho más altruistas que los millennials, y disponen de una
alta sensibilización social, cuya incidencia en
sus hábitos de consumo es ineludible.
Más que ser hijos de la tecnología, ellos son
la tecnología: han pasado de usarla a alimentarla y crearla.
Los Z esperan formar parte del proceso de
creación de cualquier producto que les pueda
interesar. Son capaces de crear contenidos
que más tarde se difunden en YouTube, Vine
o Playbuzz a sus comunidades. Y es que la co-
El ‘shopping’ del futuro
munidad desempeña el rol de nodo aglutinador y difusor de intereses, recursos y alternativas para el ocio o el desarrollo profesional.
La red está altamente presente en esta generación, y acaba siendo el repositorio de sus
actividades de ocio y de vocaciones profesionales, ambas cada vez más interrelacionadas.
La propia red activa la posibilidad de emprender y no atarse a nada ni a nadie. Si bien ciertos rasgos son compartidos con la generación
precedente, la actitud que funciona como paraguas de consumo para la Generación Z es
la supervivencia: son autónomos, desconfiados y críticos y tienen el propósito de cambiar
el mundo. Esta actitud de supervivencia presenta tres ejes, determinantes de las nuevas
tendencias de consumo:
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1. Distancia de poder
El profesor de Antropología y psicólogo social
Geert Hofstede ha dedicado casi toda su carrera al estudio de las relaciones entre culturas. De ahí surgió la definición de cuatro dimensiones culturales que diferencian las
sociedades: individualismo, incertidumbre,
masculinidad y distancia de poder. Esta última hace referencia a la manera de vivir las relaciones de poder por parte de las personas.
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Una alta distancia de poder indica el respeto
por todas las manifestaciones de poder; una
baja distancia significa todo lo contrario. Pues
bien, los Z han acortado tanto la distancia de
poder respecto a marcas y productos que prácticamente no existe. Nunca más obedecerán
las recomendaciones de una marca por el mero hecho de serlo o disfrutar de una posición
la actitud que funciona
como paraguas de
consumo para la
Generación Z es la
supervivencia: son
autónomos, desconfiados
y críticos y tienen el
propósito de cambiar
el mundo
hegemónica. Se desconfía de las grandes corporaciones y de cualquier ejercicio injustificado por parte de una marca.
Aprovechando ese espacio, se han incubado
iniciativas como la de los perfumes basados en
equivalencias: amparándose en un vacío legal,
la picaresca y la aceptación del mercado, han
surgido empresas que han desafiado a grandes
marcas de perfumes copiando sus aromas y
ofertándolos a un precio seis o siete veces más
barato. Su premisa es sencilla: ustedes generan
un imaginario alrededor de las fragancias con
celebridades y márketing, lo que les obliga a
cobrar un elevado precio por su producto, y
nosotros vendemos lo mismo a un precio mucho menor. El sueño ya es cosa del pasado. Ahora es tiempo de realidades.
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2. Responsabilidad
La concienciación hacia la creación de un mundo mejor les lleva a buscar ocupaciones que no
solo les reporten ingresos, sino también que les
ayuden a cambiar el mundo. El respeto de la
cadena de valor en la elaboración de cualquier
producto o servicio resulta un factor básico en
sus aspiraciones. Asimismo, el impacto
medioambiental de cualquier actividad está
en su radar de preocupaciones. Al calor de estas posiciones nacen espacios de ocio ➤ ➤ ➤
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DOSSIER
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Harvard Deusto Márketing y Ventas
3. Compra
de significados
Tras la conducta de supervivencia que abanderan estos consumidores subyace la búsqueda
de un significado en lo que adquieren, usan o
crean. Nada puede ser vacuo o superficial. My
American Girl, Apple Pay, Google Wallet y Oculus (como referente en realidad virtual) o estrellas de la economía colaborativa como Uber,
Airbnb o Project ARA son algunos ejemplos de
empresas que aúnan el binomio practicidad y
significado en su propuesta de valor. A eso le
suman mensajes breves, directos y visuales que
despierten la curiosidad de saber más o de interactuar siendo parte del producto.
CONCLUSIONES
Ante el panorama descrito, y sabiendo que millennials y Z representan cerca del 65% de la
fuerza laboral mundial, uno se pregunta: ¿cuáles son las claves a tener en cuenta por parte de
las marcas para navegar en esta nueva era dominada por estos nuevos consumidores?
Los retos a acometer por parte de una marca para liderar el futuro del consumo son:
sabiendo que ‘millennials’
y Z representan cerca
del 65% de la fuerza
laboral mundial, uno se
pregunta: ¿Cuáles son las
claves para navegar en
esta nueva era dominada
por estos nuevos
consumidores?
1. A ntes de pensar en generar dinero con la
oferta, hay que pensar en generar un significado para el consumidor.
2. Se debe ayudar al consumidor a cambiar el
mundo a través de nuestros productos.
3. Hay que crear productos inteligentes, com-
pletos y que empoderen.
4. Se tiene que ser disruptivo en las propuestas
al mercado y sorprender al consumidor.
5. Hay que polarizar con la oferta y tomar par-
➤ ➤ ➤ como discotecas en las que la energía
eléctrica se genera bailando (la pista de baile
actúa como un gran generador), o crece el volunturismo, a través del cual, jóvenes realizan
viajes en sus períodos vacacionales en los que
combinan el turismo con el voluntariado.
tido.
6. Es necesario ser directo, claro y visual con
los mensajes.
7. No hay que parar de cambiar, lanzar y reha-
cer. ■
Referencias
“Tendencias de consumo que
cambiarán el mundo”.
© Planeta DeAgostini
Formación, S.L.
- “Gen Z”. Cassandra Report.
Primavera de 2015.
- La generación Alpha y Z: ¿el
santo grial para las marcas?
Zenith.
-Madden, C. “Generational
Transition in the Workplace”.
The McCrindle Blog. 23 de
septiembre de 2015.
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