02-07-20 1. LIBRO DE JOSUÉ – CONTEXTO HISTÓRICO El libro de Josué como los otros libros ha sido escrito desde la perspectiva de la fe. Las experiencias que vivieron Josué y los israelitas en algún momento del siglo XIII a. C., se leen desde la perspectiva de la comunidad que recibió el material en forma escrita. Posiblemente, se redactó el libro de Josué en dos momentos: el contexto de la reforma del rey Josías y el exilio, poco después del 587 a. C. En el libro de Josías algunos temas se acentúan más que otros. Así por ejemplo, para los auditores del tiempo de Josías, el libro de Josué presenta el desafío de fidelidad a la alianza y los principios establecidos en la ley de Moisés, el abandono de otros dioses y el énfasis en un solo lugar de culto: Jerusalén. Para esta comunidad, el elemento basilar, “tierra” se presenta como algo que puede perderse; para mantenerla, el pueblo debe aferrarse a su líder, el rey Josías. En el contexto del exilio, en donde el pueblo de Judá perdió sus pilares: templo, rey y la Tierra prometida, Israel experimenta el mismo sentimiento que el pueblo del s. XIII a. C., cuando la Tierra prometida, no lo habían poseído, el pueblo en el exilio, siente el desafío de asegurarse uniéndose a un líder como Moisés, Josué, y manteniendo viva el mensaje de la teología del Deuteronomio: la fidelidad total a Yhwh como único Dios. 2. DIVISIÓN DEL LIBRO DE JOSUÉ Y FUNCIÓN EN AL AT El libro de Josué, se divide en tres grandes secciones: La conquista de la tierra El reparto de la tierra entre El fin de la jefatura de prometida las tribus Josué, su último discurso y la asamblea de Siquem Cap. 1-12 Cap. 13-21 Cap. 22-24 En la primera sección, la de la conquista y la ocupación de la tierra Yahvé es el protagonista principal como veremos. En la segunda sección de la distribución del territorio, Josué es el protagonista principal. El libro de Josué, es un escrito que cumple el rol de ser puente, entre los cinco primeros libros del Pentateuco y el primer libro de carácter histórico, según la clasificación de nuestro canon. Mientras, que en la Biblia hebrea es clasificado como libros de los “profetas anteriores”1, junto a otros libros: Jueces, Samuel y Reyes. La denominación de “profetas anteriores” se debía a que según la tradición se le atribuya la composición de los libros a los mismos personajes que lleva el nombre del libro. También el apelativo “profetas anteriores” se justifica por el interés común que presentan los libros, tal como: las relaciones de Yhwh con Israel, su fidelidad o infidelidad a la Palabra de Se llaman “profetas anteriores”, para diferenciar de los profetas posteriores: Isaías, Jeremías y Ezequiel y los doce profetas menores, según el canon de la BH. 1 Dios, cuyos portavoces son los profetas. También están los temas de la obediencia a la Palabra de Dios y el don de la tierra. Estos temas están relacionados con el tema de la alianza. Yhwh cumple con la promesa hecha Abraham, de entregar la tierra al pueblo. Los israelitas deberán ocupar la tierra y vivir en ella para siempre; la permanencia en ella depende de la obediencia y fidelidad del pueblo a la ley y a la alianza. Si nos faltaría en nuestro canon el libro de Josué, no tendría cumplimiento todos los acontecimientos de la historia salvífica: Patriarcas-promesa, Éxodo-alianza, peregrinación en el desierto, de ahí surge la estrecha relación del libro de Josué al Pentateuco se puede hablar con razón de un Hexateuco. En síntesis, la fidelidad es el primer tema clave en el libro de Josué: la fidelidad a la Palabra de Dios, fidelidad a su alianza. 3. PREPARACIÓN DE YHWH A JOSUÉ PARA ENTRAR A LA TIERRA PROMETIDA: TEXTO JOS 1,1-8 1 Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo de Yahveh, que habló Yahveh a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, y le dijo: 2 «Moisés, mi siervo, ha muerto; arriba, pues; pasa ese Jordán, tú con todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy (a los israelitas). 3 Os doy todo lugar que sea hollado por la planta de vuestros pies, según declaré a Moisés. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta el Río grande, el Eufrates, (toda la tierra de los hititas) y hasta el mar Grande de poniente, será vuestro territorio. 5 Nadie podrá mantenerse delante de ti en todos los días de tu vida: lo mismo que estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. 6 «Sé valiente y firme, porque tú vas a dar a este pueblo la posesión del país que juré dar a sus padres. 7 Sé, pues, valiente y muy firme, teniendo cuidado de cumplir toda la Ley que te dio mi siervo Moisés. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito donde quiera que vayas. 8 No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas. * Algunos elementos a resaltar: El libro se presenta como una continuación del Deuteronomio, se refiere a la entrada y establecimiento en la Tierra Prometida. Podemos retener cuatro afirmaciones importantes del libro de Josué: a. principal misión de Josué sucesor de Moisés, es de conquistar la tierra prometida a los padres y de distribuir a las tribus (cf. v. 2). b. Se establece una continuidad entre la misión de Moisés y de Josué. Yhwh estará con Josué como lo estuvo con Moisés (cf. v. 5). c. Yhwh es fiel en sus promesas a pesar de la infidelidad del pueblo, El cumple sus promesas hecha a Moisés de dar la tierra en poseso a Israel (cf. v. 3). d. El suceso de Josué depende de su fidelidad a la ley de Moisés (cf. vv. 7-8). La obediencia a Dios y a sus palabras es clave para el éxito. Esta realidad nos muestra la fidelidad de Josué en dirigir al pueblo con las mismas instrucciones de Dios. La obediencia a Dios siempre traerá como consecuencia resultados positivos. En el v. 8 se menciona “ley está escrita” (v.8), en un libro (v.7). Esto nos revela que el punto de referencia, la autoridad suprema en Israel, no es ninguna persona, sino un libro el libro de la ley de Moisés. Desde ahora, eso viene hacer el criterio que permitirá de juzgar la historia de Israel, ella será la historia del fidelidad o infidelidad del pueblo a la ley de Moisés. La conquista y las grandes hazañas que realiza Josué no es por sus cualidades militares, más bien es debido a su fidelidad a la ley de Moisés. 4. LA TOMA DE LA TIERRA PROMETIDA a. Josué da la orden al pueblo del exterminio (cap.6) Vv. 17-19. “La ciudad será dada como anatema en honor de Yahveh, ella y todo lo que hay en ella. Sólo quedará con vida Rajab, la prostituta ella y los que con ella estén en casa, porque escondió a los emisarios que habíamos enviado”. La palabra anatema en hebreo sig, hêren, es una noción primitiva, que consiste en renunciar a todo el botín y su atribución a Dios, se da muerte a los hombres y animales; pero los objetos preciosos son entregados al santuario. En este sentido es un acto religioso, una ordenanza de la “guerra santa”, es consecuencia de una orden divina. Todo incumplimiento es un sacrilegio que se debe castigar severamente, Dt 1, 1-22. La orden de Josué será ejecutada inmediatamente después de la conquista de la ciudad. V.21. “Destruyeron por completo1, a filo de espada, todo lo que había en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y asnos”. La pregunta que nos interpela es ¿Cómo puede Dios exigir, que se extermine a toda una populación por el único motivo de no pertenecer al Pueblo de Israel y ocupar un territorio que se está conquistando?” Nos encontramos con un problema de tipo histórico respecto a la ciudad de Jericó, Jericó se encuentra entre las ciudades más antiguas del mundo, de hecho, la más antigua conocida hasta ahora. Las excavaciones de la ciudad cananea han revelado restos óseos y cráneos de hombres del Neolítico, es decir, 7,000 años antes de Cristo y los muros de la Edad del Bronce (2,100 - 1,550 a. C.). En las excavaciones arqueológicas, se han identificado restos materiales de una estructura como posible lugar de culto3. El nombre Ἰεριχώ significa "perfume" y, según esta etimología, deriva de nombre de los bálsamos perfumados y las plantas de rosas (Sir 24,14) de los alrededores4. Por otro lado Jericó no está atestiguado en ningún texto extra bíblico previo o contemporáneo a la redacción de los textos de AT5. En la literatura rabínica, la región de Jericó es muy elogiada por los talmudistas por fertilidad de su llanura cubierta de trigo, abundancia de palmeras y riqueza de bálsamo. Era la parte más fértil y productiva de Palestina, las frutas maduraban Esta imagen de Dios con el dominio absoluto debe ser leída, corregida a la luz del NT. Cf. N. AVIGAD – S. GIBSON, «Jericho», in EJ, vol. 11, 137; J. A. SOGGIN, «Gerico. Anatomia di una conquista», in Miscellanea 11 (1974), 193-213. 4 Cfr. T. K. CHEYNE, «Jericho», in EB(C), vol. 2, Adam and Charles Black, London 1901, 2396, cfr. R. NORTH, «Gerico», in EdB, vol. 3, 776-777. 5 Cf. J. A. SOGGIN, «Gerico», 203. 2 3 en ella antes de las fechas y fueron los mejores del mundo6. En el periodo de la conquista, Antes de la monarquía, la ciudad había sido abandonada, destruida desde hacía mucho tiempo. Esto nos dice que el relato bíblico de la toma de Jericó no responde a un hecho histórico que sucedió realmente. Que consecuencia podemos traer?, si el relato bíblico no describe un episodio histórico, entonces tampoco la población de la ciudad fue exterminada, por la razón que la ciudad estaba deshabitada, J-L. Ska, interpreta de esta manera, el relato puede ser un intento de explicar por qué en aquella época, era un montón de ruinas desiertas. Otro elemento importante es que el relato está vinculado a la historia de Israel, que nunca llego a ser una potencia militar. Más bien, durante mucho tiempo estuvo sometido a las potencias vecinas, como vemos en la historia, Israel estuvo sometida a las grandes potencias vecinas: egipcios, asirios, babilonios, persas, griegos y a los romanos. Justamente fueron los asirios los que introdujeron la costumbre de exterminar a las poblaciones conquistadas o reconquistadas. Las inscripciones asirias atestiguan este modo de proceder. Todavía el estudioso nos presenta dos consecuencias. La primera es que el libro de Josué se compuso en época reciente, después de las invasiones asirias, y que describe la conquista del país según los esquemas copiados de la cultura asiria. Por lo mismo que Israel no quería ser inferior a las grandes potencias militares de su tiempo. La segunda consecuencia es que Israel quiso escribir una página de la historia bélica gloriosa. Que nos dice implícitamente el libro de Josué, que no siempre hemos sido vencidos también somos vencedores, aunque en una época muy remota. Para el estudioso a la base de los relatos hay un dato tradicional o una serie de leyendas locales, las que surgieron a propósito de las ruinas de Jericó. Todavía añade otra razón el estudioso que las victorias de Dios nunca pueden ser a medias. Por fuerza Dios debe triunfar y aniquilar7. b. La toma de la ciudad de Jericó Vamos a ver la estrategia que el autor bíblico emplea para tomar la ciudad de Jericó. Los israelitas guiados por Josué circundaron la ciudad por seis días y en el séptimo día continuaron a girar en torno a los muros de la ciudad (cf. Jos 6,15). V. 16 . “Al dar la séptima vuelta tocaron los sacerdotes las trompetas y Josué dijo al pueblo: "¡Lanzad el grito de guerra, porque Yahveh os entrega la ciudad!” V. 20 “Lanzó, pues, el pueblo el grito de guerra y sonaron las trompetas. Justamente cuando el pueblo oyó el sonido de las trompetas y lanzó el grito de guerra con gran estrépito, se desplomó la muralla sobre sí misma; el pueblo escaló la ciudad, cada uno desde la posición en que se encontraba, y se apoderaron de ella”. El alarido que lanzo el pueblo de Israel8, junto a los trompetas que usaban durante las batallas, servían para poner alerta, reunir al ejército o iniciar el ataque. En Josué 6 no es 6 Cfr. E. SCHÜRER, Storia, vol. 1, 375-377. Cf. J-L. SKA, Compendio del Antiguo Testamento, 66-67. 8 El mismo significado de “gritos de guerra” se encuentra en Ger 20,16; Ez 21,27; Am 1,14; 2,2; Gb 39,25, Sof.1,16, cf. F. BROWN – S. R. DRIVER (et alii, a cura di), «»עּור, in BDB, 929-930. 7 una batalla, si bien el ejército ronda la ciudad y le da vuelta, es más bien semejante a una procesión. Es al final de la séptima vuelta, que Josué da la señal y los israelitas levantan su fuerte grito de guerra, cayeron las murallas, es evidente que las murallas de la ciudad no fueron demolidas en todas sus partes, por lo menos inmediatamente, debido que Rajab quien escondió a los dos exploradores mandados de Josué, quedaba a salva, mientras no se rescataban a sus parientes y personas que quería salvar. Rajab fu el ejemplo del extranjero que adhiere la fe a Israel. Rajab cuando escuchó la acción de Dios en favor de su pueblo, ella acoge al Dios de Israel como el verdadero Dios del cielo y de la tierra, (cf. Jos 2,10-11)9. V. 4 “Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. El séptimo día daréis siete vueltas en torno a la ciudad, mientras los sacerdotes tocarán las trompetas”. La estrategia tiene carácter litúrgico más que militar. Debido a que el ejército no interviene en las operaciones, los verdaderos actores son el Arca de la alianza y los siete sacerdotes que tocan las trompetas. El ejército intervendrá solo cuando se hayan derrumbado las murallas de la ciudad. El origen del relato de Jos 6 está relacionado con la tradición del santuario de Guilgal, sig. círculo, generalmente es un circulo de piedras alzadas que suelen tener un sentido sagrado, hay varios lugares que se llaman Gilgal (Dt 11,30; 2 Re 2,1; 4,38). El más conocido se encuentra cerca de Jericó, donde según la tradición José sus compañeros colocaron doce piedras del Jordán, en círculo para recordar el paso de los israelitas por el rio y la entrada en la tierra prometida (cf. Jos 4,19-20), que testimoniaba una liturgia en torno a Jericó, con toque de trompeta clamor y rodeo a la ciudad durante 7 días. Esta liturgia celebraba a la Providencia de Dios que había hecho caer las murallas de la ciudad. Josué lleva a la práctica el mandato de Yhwh, recuerda la alianza y las bendiciones concedidas a Israel veamos Josué 8,30-35 En Gos 23,6 su último discurso Josué confía lo más precioso que tiene la Torá, se lo entrega en forma de recomendación: “Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra” Antes de realizar el ultimo pacto en Siquem , Josué les da a elegir a quienes quieren servir pregunta al pueblo si quieren servir a Dios o a los dioses a quienes servían vuestros antepasados más allá del Rio (Jos 24,14-24), solo después podrá realiza el pacto de Siquem (cf. Jos 24, 25-27). A las palabras de la alianza en el libro de la ley que Josué recuerda al pueblo, coloca un monumento una enorme piedra que le sirve como un recuerdo y también como un testimonio para que siempre se recuerde el pueblo de sus responsabilidades. El tiempo de Josué ha sido considerado un tiempo de oro en la historia de Israel. Por su fidelidad al Señor y al cumplimiento de la ley. Hemos visto como es importante tener en cuenta el contexto histórico y literario del relato. Dentro de la genealogía con que inicia el Evangelio de Mateo, Rajab es mencionada junto a otras tres mujeres son: Tamar, Rut y Betsabé (la que fue mujer de Urías). Mateo pone en relieve la presencia de tres extranjeras, manifiesta así el universalismo de la salvación. Y por las condiciones irregulares en que se encuentran, ellas no son hijas del pueblo elegido, sin embargo, es a través de ellas que se manifiesta la gracia de Dios, hacia el extranjero. (cf. Mt 1,1-17). 9 4. Vamos a considerar que alcance nos propone la Comisión Pontificia Bíblica al tomar en consideración 3.1.2. La ley del exterminio 127. En el libro del Deuteronomio, en particular, leemos que Dios ordena desposeer a las naciones cananeas y entregarlas al exterminio (Dt 7,1-2; 20,16-18); la orden es ejecutada fielmente por Josué (Jo 6–12) y puesta en práctica en la primera época de la monarquía (cf. 1 Sam 15). Este conjunto literario es bastante problemático, más incluso que las guerras y masacres narrados en el Antiguo Testamento; hacer de ello un programa de conducta política nacionalista, justificando sobre su base la violencia contra otros pueblos, debe rechazarse en cualquier caso sin medias tintas, porque malinterpreta el sentido de los textos bíblicos. Es preciso señalar, desde el principio, que estos relatos no ofrecen las características de una crónica histórica: de hecho, en una guerra real, las murallas de una ciudad no se derrumban al sonido de las trompetas (Jos 6,20); tampoco se entiende cómo puede hacerse reamente una distribución pacífica de las tierras mediante sorteo (Jos 14,2). Por otro lado, la normativa del Deuteronomio que prescribe el exterminio de los Cananeos toma forma escrita en un momento histórico en el que aquellas poblaciones no eran ya identificables en la tierra de Israel. Se impone por ello la necesidad de reconsiderar cuidadosamente el género literario de estas tradiciones narrativas. Como habían sugerido ya los mejores intérpretes de la tradición patrística, el relato de la epopeya e la conquista debe ser considerado como una especie de parábola, que pone en escena personajes que tienen valor simbólico. A su vez, la ley del exterminio exige una interpretación no literal, lo mismo que se hace, por otra parte, con el mandato del Señor de cortarse la mano o sacarse un ojo si son ocasión de escándalo (Mt 5,29; 18,9). En todo caso, nos queda por señalar cómo se puede orientar la lectura de estas páginas difíciles. Un primer aspecto controvertido de la tradición literaria que acabamos de mencionar es el de la conquista, entendida como expulsar a los habitantes de un lugar para instalarse en él. No resulta convincente, sin duda, apelar al derecho que asiste a Dios de distribuir la tierra favoreciendo a sus elegidos (Dt 7,6-11; 32,8-9), porque de ese modo se desconoce las legítimas pretensiones de las poblaciones autóctonas. El propio texto bíblico nos ofrece de hecho otras pistas de explicación más convincentes. En primer lugar, el relato pone en juego el conflicto entre dos grupos de diversa capacidad económica y militar: por una parte, el de los cananeos, poderosísimo (Dt 7,1; cf. anche Núm 13,33; Dt 1,28; Am 2,9; etc.), y por otra el de los israelitas, débil e inerme; así, pues, no se narra –como modelo ideal– la prevalencia del prepotente, sino todo lo contrario, el triunfo del pequeño, de acuerdo con una “figura” bien atestiguada en toda la Biblia hasta el Nuevo Testamento (Lc 1,52; 1 Cor 1,27). Se expresa así una lectura profética de la historia, que en la victoria de los mansos, en una guerra “santa”, descubre la realización del Reino del Señor sobre la tierra. Además, según el testimonio bíblico, Dios considera a los cananeos culpables de crímenes gravísimos (Gén 15,16; Lv 18,3.24-30; 20,23; Dt 9,4-5; etc.), entre otros el de asesinar a sus propios hijos en rituales perversos (Dt 12,31; 18,10-12). Así, pues, el relato contempla la realización del juicio divino en la historia. Josué se manifiesta como “siervo del Señor” (Jos 24,29; Jue 2,8) cuando asume la tarea de ejecutar la justicia: sus victorias son atribuidas una y otra vez al Señor y a su poder sobrehumano. El motivo literario del juicio sobre las naciones comienza, pues, en los relatos de los orígenes, pero, como documentan los profetas y los escritos apocalípticos, se extenderá a los diversos pueblos cada vez que una nación –y, consiguientemente, también Israel– sea considerada por Dios merecedora de sanción. Pues bien, es en esta línea como se entiende la ley del “exterminio” y la aplicación puntual que hacen de ella los fieles del Señor. Esa normativa se inspira en una interpretación sacra del pueblo de la alianza (Dt 7,6), el cual debe expresar, incluso con actitudes extremas, su radical diferencia frente a los gentiles. Dios no ordena, ciertamente, cometer un atropello que se justificaría por motivos religiosos, sino que pide se obedezca a un deber de justicia, análogo a la persecución, a la condena y a la ejecución del reo de un crimen capital, sea este un individuo o una colectividad. Tener compasión del criminal, perdonándolo, se considera un acto de desobediencia e injusticia (Dt 13,9-10; 19,13.21; 25,12; 1 Sam 15,18-19; 1 Re 20,42). Incluso en este caso, el acto aparentemente violento debe interpretarse, pues, como la solicitud por eliminar el mal y de salvaguardar así el bien común. Esta corriente literaria es corregida por otras –entre ellas, la llamada sacerdotal– que, a propósito de los mismos hechos, sugieren, por el contrario, líneas de un pacifismo explícito. Por esta razón debemos entender el conjunto de la conquista como una especie de símbolo, análogo al que leemos en algunas parábolas evangélicas de juicio (Mt 13,30.41-43.50; 25,30.41; etc.); las peripecias de la conquista debe ser, pues, integrada –lo repetimos – en el conjunto de otras páginas bíblicas que anuncian la compasión divina y su perdón como horizonte y finalidad de toda la actuación histórica del Soberano de toda la tierra, y como modelo de la actuación justa de los seres humanos. Responde a las siguientes preguntas: 1. ¿Qué criterios presenta el texto para interpretar el ingreso a la Tierra prometida mencionado en el libro de Jos 6? 2. ¿Qué otras orientaciones de lectura bíblica propone el extracto? 3. ¿Qué interpretación le otorga el texto, a “la ley del exterminio”? 4. A partir de una perspectiva Pastoral, teniendo en cuenta las propuestas de interpretación que propone PCB, como explicas a un grupo de catequistas la orden divina ejecutada por Josué: “Entregaron al anatema, todo lo que había en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y asnos cayeron a filo de espada (Jos 6,21). 09-07-20 2. LOS JUECES – CONTEXTO BÍBLICO E HISTÓRICO, COMPOSICIÓN a. Los jueces La descripción de los “jueces” (shophetim) es relacionado como “jefes guerreros,” debido a presencia de personajes destacados en el libro de Jueces como Sanson, considerado uno de los héroes israelitas más celebres. Si se considera como surgen los jueces en Israel y la función que deben desempeñar el término héroe es inadecuado. Sin embargo, cuando Yhwh suscita los jueces cumplen la función principal de liberar a Israel de sus enemigos por medios militares. b. ¿Quiénes eran los jueces en Israel, cómo surge? En el periodo de los patriarcas, los ancianos de las tribus y el jefe de familia eran los jueces. Después del éxodo, posiblemente Israel era un pueblo ya numerosos y sedentario, Moisés tuvo que ejercer también la función de Juez, pero fue aconsejado por su suegro Jetro, que descentralice su poder judicial, y sigue su recomendación y organiza el pueblo numeroso de mil, ciento, cincuenta y diez personas dentro de cada clan. Y coloca en frente de cada grupo un hombre bien preparado (instruido, en los preceptos y las leyes, piadoso, honrado, incorruptible), Moisés intervenía solo para casos excepcionales. (cf. Ex 18,13-26; Dt 1,12-18), siguiendo el mismo criterio organizativo, Josué sigue después del ingreso en Canaán, los jueces son considerados y forman parte del gobierno local (cf. Jos 8,33; 23,2; 24,1). Durante el tiempo que se estableció la monarquía el mismo rey juzgaba los casos importantes, recordemos la oración de Salomón, pide a Yhwh sabiduría para ejercitar en el pueblo confiado por Dios Da, pues, a tu siervo un corazón que sepa escuchar, para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo. Porque, ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande? (cf. 1 Re 3,9;), con la sabiduria divina, pronuncia su juicio, por el caso de las dos prostitutas que se disputaban por un bebe. Salomon pide la sabiduria y Dios le concedio ( cf. 1 R 3,28). David designó a los levitas la función de jueces, nombro seis mil hombres entre escribas y jueces (cf. 1 Cro 23,4). Pero poco a poco la función de los jefes se va corromper con abusos, sobornos y testigos falsos en detrimento de los pobres, huérfanos y viudas esto será denunciado por los profetas, con fuerza en el Reino del norte. (Is 1,23; 5,23; 10,1; Am 5,12; 6,12; Mi 3,11; 7,3). c. Composición del libro. El libro de los jueces relata la historia de Israel desde la muerte de Josué, con quien se ingresa a la Tierra prometida hasta el comienzo de la monarquía, periodo que cubriría aproximadamente 200años, nos situamos hacia el año 1000 a. C. Nos situamos en el El Período época I del Hierro (1.200 al 900 apr.), abarca desde los jueces hasta Salomón. No tenemos ninguna referencia en las Escrituras que el libro fue escrito por un solo autor. El Talmud, en el tratado Baba Bathra 14b, lo atribuye a Samuel. Las teorías críticas sugieren más bien que el libro fue formado a través de varios siglos. En el siglo XIX tomó auge la teoría de que Jueces es el producto de una combinación entretejida de dos (o más) versiones ya existentes de la historia del período. Se opina que fueron redactados entre 1000 y 700 a. de J.C. y combinados en el siglo VII. Posteriormente se hicieron por lo menos dos revisiones bajo la influencia de Deuteronomio, y Jueces llegó a su forma final entre 500 y 200 a. C. El libro de los Jueces es el séptimo del AT comprende tres partes Libro de los Jueces Introducción El cuerpo del libro 1,1-2,5 2,6-16,31 2 secciones adicionales - - La migración de los danitas, con la fundación del santuario de Dan (17-18). La guerra contra Benjamín en castigo del crimen de Guibeá (19-21) Se tratará a grandes líneas los eventos que siguen a la historia del pueblo de Israel. Entre el libro de Josue y el libro de Jueces hay dos textos paralelos que hacen el puente: entre Jos 24,29-31 y Jc 2,8-10. Consideramos Jc 2,8-10: “8 Josué, hijo de Nun, el servidor del Señor, murió a la edad de ciento diez años. 9 Lo enterraron en el territorio de su propiedad, en Timnat Séraj, en la montaña de Efraím, al norte del monte Gaás. 10 Y cuando toda aquella generación fue a reunirse con sus padres, surgió una nueva generación que no conocía al Señor ni la obra que había hecho en favor de Israel”. El texto contiene informaciones sobre la muerte y la sepultura de José y aquello que sigue al tiempo de los jueces. Además, nos proporciona una breve información sobre la muerte y sepultura de Josué. Y menciona una nueva generación, al mismo tiempo que marca la diferencia entre la generación que reconocía las acciones salvíficas de Yhwh, contemporáneo de Josué y aquella generación que no conocía al Señor y que sigue el tiempo de los jueces. “11 Los israelitas hicieron lo que es malo (ponerós) a los ojos del Señor y sirvieron a los Baales. 12 Abandonaron al Señor, el Dios de sus padres, que los había hecho salir de Egipto; fueron detrás de otros dioses –los dioses de los pueblos vecinos– y se postraron delante de ellos, provocando así la indignación del Señor. 13 Abandonaron al Señor para servir a Baal y a Astarté”. (Jc 2,11-13). Sigue una lista de infidelidad en el libro de Jueces que se expresa con el adjetivo ponerós, significa aquello que es fatigoso, pesante y que cansa. Y en el sentido moral es una acción malvada contra Dios contra sus mandamientos y contra el hombre. Si leemos en los versículos sucesivos parece que esta generación despliega las infidelidades. Así, después de haber citado Jc 2,1, prosigue la lista de infidelidades: Jc 3,7.12 (2x) : “Volvieron os israelitas hicieron lo que es malo (ponerós) a los ojos del Señor...” Jc 4,1: “Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo (ponerós) ante los ojos del Señor...” Jc 6,1: “ Los hijos de Israel hicieron lo malo (ponerós) ante los ojos del Señor..” Jc 10,6 : “Los israelitas volvieron a hacer lo que es malo (ponerós) a los ojos del Señor ...” Jc 13,1: “ Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo (ponerós) ante los ojos del Señor...” En el sentido moral define. ponerós los hombres en contraposición a Dios, si ustedes que son malos saben dar buenas cosas a sus hijos¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que Le piden? (Mt 7,11). Encontramos otra referencia en donde ponerós es aplicado para describir la generación de los fariseos: “¡Generación de víboras! ¿Cómo podréis vosotros, siendo malos, hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla la boca”. (Mt 12,34) En este contexto Jesús pone en resalto el endurecimiento contra el ofrecimiento de salvación de Dios, ofrecido a través de su enviado, esto hace que los fariseos sean poneroí10. Regresando al AT, Israel abandona al Dios de sus padres, que le había hecho salir de Egipto, había olvidado el sentido de la experiencia común de la liberación del pueblo. Israel se aleja de su Dios para seguir otro dios Baal (cf. Jc 2,11), llegando hacer infiel a la alianza realizada en el éxodo (cf. Jc 2,20). Del comportamiento de Israel frente a Dios y a sus promesas podemos inferir una constante en el libro de Jueces: el pueblo es infiel a Dios, siguiendo a otros dioses, Yhwh retira su protección entregándoles en manos de los enemigos, oprimido Israel se arrepiente y claman al Señor. Yhwh responde enviándole un juez y liberándoles de sus enemigos, esta historia se repite, solo cambia los enemigos, las circunstancias y los jueces que surgen. 10 Cf. G. KITTEL – G. FRIEDRICH, GLNT (vol. X), Paideia, Brescia 1965-1992, 1379. Referencia- Jueces 3,7-11 opresor Juez Cusán- Risatayín, rey de Otniel Edom 3,12-30 Eglón rey de Moab , junto Ehud (hijo de Guerá) a los Amonitas y Amalecitas Debora y Barac Yabín rey de Canáan Gedeón Madianitas ---Tolá y Yair 4,1-5,31 6,1-8.32 10,1-5 10,6-12,7 Jefté 12,8-15 13,1-16,31 Filisteos, Amonitas ---- Ibsan- Elón,-Abdon Filisteos Sanson El pueblo de Dios muestra en las páginas del libro de Jueces, un pueblo que no pudo conservar su herencia de la verdadera fe religiosa, por el hecho de que se dejo llevar por la cultura que le rodeaba. 3. LOS LIBROS DE SAMUEL: Paternidad literaria y fecha de composición. En las Escrituras hay poca evidencia que Samuel sea el autor de los libros. La tradición judía atribuye la obra al profeta Samuel. Los acontecimientos que se narran de 1 Samuel 25-31 y 2 Samuel ocurrieron después de la muerte de Samuel. Originariamente los dos libros de Samuel, junto a los dos libros de Reyes eran un libro en el canon hebreo de la Biblia, cuando fueron traducidos por la Septuaginta, ya no presentaron en un solo royo, sino en cuatro libros. Aunque la tradición sostiene que fue escrito por el propio Samuel, los estudiosos coinciden en señalar que en realidad es obra de muchos autores que utilizaron diversas fuentes. La primera fuente data probablemente del reinado de Salomón (961-922a.). La segunda fuente posiblemente fue redactada entre los años 750 y 650. Cualquiera que sea su origen, los dos libros de Samuel han sido siempre apreciado por su notable valor y literario. Los libros de Samuel, contienen la historia del profeta Samuel, las relaciones de los primeros reyes Saúl y David. Samuel ocupó el oficio profético y administró la instalación divina en el oficio de los dos primeros reyes de Israel, de este modo, marca la transición del gobierno de los jueces al gobierno de los monarcas. a. División. Se distinguen cinco partes Samuel Samuel y Saúl Saul y David 1 Samuel 1,1—7,1- 1 S 8-15 1 S 16-2 S 1 David rey de Suplementos Juda 2 S 2-20 2 S 21-24 Los libros de Samuel por un lado, presentan el establecimiento de la monarquía en Israel por primera vez y por otro lado, las tribus de Israel se unieron en un solo Reino, teniendo como capital Jerusalén. Los episodios que narran el nacimiento de Samuel, la elección de Saúl, el rechazo de Saúl por la elección de David, la rivalidad entre los dos hasta la muerte de Saúl, la ascensión al trono de David hasta la subida de Salomón, son relatos conocidos. Sin embargo tomaremos algunos eventos importantes dentro de los libros de Samuel. Samuel (heb., shemu’el, nombre de Dios, o su nombre es El; algunos estudiosos prefieren la derivación de yishma’El, Dios oye; otros asocian el nombre con sha’al, preguntar, es vista de la respuesta a la súplica que presento a Yhwh su madre Ana, cf. 1 S 1,20). Samuel será el hijo concedido por Dios a una mujer estéril, como en los de Isaac, Sansón, Juan Bautista la madre de Sansón, Ana es otra mujer estéril que recibe la bendición divina de procrear luego de hacer el voto de que consagrará su hijo. La navaja jamás tocará su cabeza (cf. 1 S 1,11). Ana recibe la bendición y da a luz a Samuel. Una vez, que el niño es destetado, ella lo lleva a la casa de del Señor en Silo, donde se encontraba Elí como sacerdote (cf. 1 S 1,24-28). Su don profético hace que muy pronto sea honrado en todo Israel. Samuel es llamado como el último de los jueces (cf. 1 S 7,6; 15-17) y el primero de los profetas (cf. 1 S 3,20) como juez, sacerdote, y profeta. Consideramos la El Arca de la Alianza—que guarda las tablas de los Diez Mandamientos, es morada del Dios de Israel, por lo mismo que el arca es la señal de la presencia de Yhwh (cf. 1 S 4,7). Los israelitas cuando se enfrentaron a los filisteos mandan a traer el arca, que estaba en el Tabernáculo de Silo, los hijos de Elí le trajeron, afín de asegurar la victoria. El arca entra al campo de batalla y los israelitas lanzaron el grito (cf. 1 S 4,5), el grito guerrero formaba parte del ritual del arca como lo encontramos en Jos 6,5.16 en el episodio de la toma de Jerico. Había gran confianza en Dios para ganar la batalla no solo contra los filisteos, sino también contra los dioses; el dios más común el principal de los filisteos era el dios Dagon (heb., daghon, probablemente pez)11. Fue la lucha de Dios Originalmente adorado por los cananeos antes de la invasión filistea de Canaán, como lo indican los nombres de lugares como Bet-dagón en Judá (cf. Jos 15,41), puede ser considerado como el dios de la 11 contra Dios y las personas contra las personas, sucede que a pesar de la presencia del arca de Yhwh en el campo de batalla los israelitas son derrotados, la noticia corrió hasta Silo donde se encontraba Elí. Cuando el mensajero llegó con la noticia de la muerte de sus hijos y sobre todo escuchar la captura del arca, como victoria de los filisteos Elí se cayó de su silla y murió (cf. 1 S 4 17-18). Por esta razón, se dijo: La gloria de Dios se ha apartado de Israel (1 S 4,22). Israel vive uno de sus acontecimientos más trágico de su historia debido a que el pueblo no tiene un rey, ni un estado sólo aún tiene a Dios que actúa como Rey, para Israel, entonces el arca del Pacto significaba “todo” aquello que constituye la seguridad y bienestar de un pueblo . La captura de la “arca” fue un fenómeno no experimentado por Israel, por primera vez fue capturada, quitada. La portavoz de la ausencia de Yhwh en Israel fue expresada la nuera de Elí, la esposa de Pinjás, al enterarse de la trajedía que sufre, dá a luz y llama al nombre Iacabod, diciendo: “la gloria ha sido desterrada de Israel” (en heb., ‘ê-kabod, ¿dónde está la gloria?) (cf. 1 S 4,2). El arca fue devuelta y más adelante permaneció en la casa de Abinadab hasta que David la llevó a Jerusalén (1 S 7,1; 2 S 6,3). Entonces, con la captura del “arca” tenemos dos implicancias teológicas: 1.- Lo primero lo expresa la esposa de Pinjás: la gloria de Dios se alejó de Israel, lo cual implica haber perdido el destino divino que hasta ahora se encontraba con el pueblo de Israel: en alguna medida es perder la identidad de Israel, debido a que el arca es un punto de referencia importante), se pueden imaginar los dichos de los enemigos, cuando perdieron la guerra y junto a ello, el arca?, el sentimiento lo expresa el salmista en una frase:. ¿Por qué han de decir las naciones: ``¿Dónde está su Diosa?" (Sal 79,10). 2. La segunda consecuencia, radica en el hecho de que el “arca”, llevado como trofeo del dios vencido, fue colocado en un lugar pagano y de alguna manera el poder del Dios de Israel ha estado puesto en duda, el salmista expresa cuando clama: ¿hasta cuándo los malvados, Yhwh, hasta cuando triunfarán los malvados? (Sal 94,3). Sin embargo, los filisteos lejos de sentirse vencedores, la mano de Yhwh cayó pesadamente sobre ellos, el “arca” al ser introducido en el templo de Dagón cae en tierra rota en su propio templo, entonces, el verdadero triunfador fue Yhwh (cf. 1 S 5, 1-5). Además, con el “arca “llegaron al pueblo de los filisteos y a la comarca tumores y ratas (cf. 1 S 5 6-12), con justa razón el cap.,6 terminará expresando un himno en forma de pregunta retórica:: “ Y la gente de Bet Semes decía: "¿Quién podrá permanecer en presencia de Yahveh, este Dios santo, y hacia quién irá cuando se aleje de nosotros?". (1 Sam. 6,20) Después de los filisteos también el pueblo de Israel experimenta hasta qué punto es temible el arca para aquel que no le respeta (cf. 2 S 6,7). Todo esto es consecuencia de la santidad del “arca” sobre la que tiene su trono Yhwh, quien revela un profundo sentido de la temible majestad de Dios. Se ha visto en el desierto como ni los levitas no podían agricultura (Dagan, cereal) o un dios de los peces (Dab, pez). La cabeza de Saúl fue colocada en un templo de Dagón (1 Crónicas 10,10). Sansón destruyó el templo de Dagón en Gaza (Jc 16,30). acercarse al arca, sin peligro de muerte antes de que los sacerdotes le hayan cubierto (cf. Nm 4, 5.15.20. No era posible tocarlo sino que la transportan con los varales (cf. Ex 25,15). El pueblo de Israel se encuentra en un estado crítico, histórico, social y político y religioso de Israel. El Santuario del Arca en Silo, y la unidad se ve amenazada ante el creciente amenaza de los filisteos. Y una parte del pueblo solicitó un rey que gobernase sobre ellos (cf. 1 S 8,5-6).. Samuel anuncia a su pueblo que sólo podrá derrotar a los filisteos si deja de venerar falsos dioses. Adhiriendo a la posición sacerdotal que pregona que sólo necesitan a Dios como guía, Samuel advierte a los israelitas que sean cuidadosos, ya que corren el riesgo de obtener lo que piden. En opinión de Samuel, un rey sólo les traerá problemas, impuestos, y trabajo forzado (cf. 1 S 8,10-18). Un poco molesto ante la insistencia de los israelitas en tener un rey terrenal, Dios le dice a Samuel en dos ocasiones de escuchar la voz del pueblo y de darle lo que piden, (cf. 1 S 8,7.22) Dios le reveló a Samuel que Saúl debía venir a verle y, al final de este primer encuentro, Samuel secretamente ungió a Saúl como rey (cf. 1 Samuel 10,1). Saúl tomó parte en una batalla victoriosa sobre los filisteos. Después del éxito de Saúl, Samuel ordenó por mandato de Yhwh que aniquilara a los amalequitas, consagrándolo al anatema con todo lo que posee (cf. 1 S 15). Saúl mostró una obediencia incompleta; Samuel le recordó la necesidad de obediencia absoluta y le dijo que Dios lo había desechado como rey (cf. 1 S 15,35). El Señor envió a Samuel a Belén a ungir al joven pastor David como sucesor de Saúl (cf. 1 S 16,1). Samuel murió mientras Saúl aún era rey; él fue sepultado en una asamblea solemne del pueblo en Ramá (cf. 1 S 25,1).