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¡Cuidado

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¡Cuidado!
Pastor Tony Hancock
Introducción
Se cuenta la historia de un suceso insólito que tuvo lugar
durante la Guerra Civil de los Estados Unidos, a mediados del
siglo XIX. Un general de las tropas de la Confederación del
sur
marchaba con su pelotón hacia la ciudad de Nashville. Para
llegar a Nashville, les sería necesario derrotar un
destacamento
de tropas de la Unión.
Al acercarse a las tropas de la Unión, el general de la
Confederación mandó un mensaje exigiendo que se rindieran.
Cuando el comandante de las tropas unionistas se rehusó a
hacerlo, su opositor le invitó a inspeccionar sus posiciones.
Empezaron a realizar una gira del campamento de los soldados
de
la Confederación, y el general unionista se quedó
impresionado
con el número de soldados que había - ¡y bien armados!
Al final del recorrido, estuvo convencido - y se rindió
incondicionalmente al avance de las tropas de la
Confederación.
Las tropas unionistas se retiraron, y sus rivales avanzaron.
Sin embargo, hubo algo que no sabía el general unionista.
Mientras realizaban el recorrido de los campamentos de la
Confederación, los soldados rápidamente se trasladaban de una
parte a otra. El grupo de soldados que acababa de ver el
general
unionista se movía al siguiente lugar que iba a inspeccionar,
dando así la impresión de que había muchísimos más soldados
de
los que había en realidad.
¡Qué gran engaño! Como reza el dicho, todo vale en el amor y
en
la guerra. Ciertamente logró su propósito el general de la
Confederación. Es interesante notar que, a pesar de su
astucia,
su lado no fue victorioso en la guerra; la Unión ganó poco
más
de un año después.
Quiero que sepas que nosotros también estamos viviendo en una
guerra. Es una guerra espiritual, contra un enemigo sumamente
astuto. El también se vale del engaño y la astucia para
lograr
avances. Sabemos que su derrota es segura; mientras tanto,
sin
embargo, tenemos que ser inteligentes, para no compartir su
derrota.
Es por este motivo que Jesús nos da el aviso que hoy veremos.
Lectura: Mateo 7:15-20
7:15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros
con
vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de
los espinos, o higos de los abrojos?
7:17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol
malo
da frutos malos.
7:18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol
malo
dar frutos buenos.
7:19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en
el
fuego.
7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
Estamos en una guerra, y vendrán espías y agentes del enemigo
disfrazados como agentes del bien. El apóstol Pablo lo dijo
así:
"Satanás mismo se disfraza de ángel de luz. Por eso no es de
sorprenderse que sus servidores se disfracen de servidores de
la
justicia." (2 Corintios 11:14-15)
Nuestro pasaje se encuentra en el sermón del Monte, donde
Jesús
da instrucciones básicas a sus seguidores para la vida en su
Reino. Justo antes de las instrucciones que leemos aquí
acerca
de la importancia de tener discernimiento, Jesús nos habla de
la
importancia de encontrar la puerta que lleva a la vida. Una
de
las cosas que puede hacernos perder el camino es escuchar a
los
falsos profetas.
Justo después de este pasaje, nos enseña que no todos los que
hablan en su nombre son realmente enviados suyos. Muchos
dirán
en el día del juicio que hicieron grandes obras para Cristo,
pero El declarará: "Jamás los conocí" (Mateo 7:23).
Aquí vemos que
I. Jesús nos advierte que vendrán falsos profetas para
engañar
El lo dice directamente: "Cuídense de los falsos profetas".
Hoy
en día, hay muchas personas que no creen en los falsos
profetas,
simplemente porque tampoco creen en la verdad. Es decir, no
creen que exista solamente una verdad, sino que, para ellos,
hay
muchas verdades.
En contra de la idea de que "todos los caminos llegan a
Dios",
Jesús nos dice que hay quienes enseñan caminos que no llevan
a
Dios, sino que llevan a la destrucción. A veces se oyen
comentarios como éste: Lo único que importa es la sinceridad.
Qué bonito sería si así fuera, pero Jesús nos dice que no es
así.
Déjame hacerte una pregunta. Digamos que yo te invitara a
comer
a mi casa, y te sirviera un plato de apetitosos champiñones.
Antes de que los pruebes, te digo que yo los recogí del
bosque
cerca de mi casa. Tú me preguntas: ¿Sabes cómo distinguir los
champiñones de las setas venenosas? Yo te respondo: No, pero
yo
tengo mucha confianza en estos hongos. Estoy seguro que están
bien. ¡No te preocupes! ¡Come!
¿Comerías los hongos? ¿Estarías convencido de que mi
sinceridad
es todo lo que importa? ¡Claro que no! Ahora bien, si la
sinceridad no es lo único que importa con los hongos, ¿cómo
vamos a pensar que es lo único que importa en la salvación?
Si lo único que importara fuera la sinceridad, podríamos
seguir
sinceramente a un falso profeta - y no importaría. Pero Jesús
nos dice que nos cuidemos de los falsos profetas. Aunque
ellos
se disfrazan como ovejas, pareciendo ser parte de nuestra
manada, en realidad son lobos rapaces. ¿Qué es lo que hacen
los
lobos? Matan, despedazan, destruyen - y así hacen los falsos
profetas con sus seguidores.
Esto es lo que te puede pasar si prestas atención a los
falsos
profetas. Los falsos profetas destruyen la fe. Traen
confusión,
haciendo que muchas personas simplemente dejen de buscar la
verdad. Hacen que la Iglesia pierda el tiempo contestando sus
argumentos.
Los falsos profetas promueven las divisiones y la amargura.
Es
tan triste ver las iglesias que no tienen discernimiento, y
donde se permite que las falsas doctrinas se divulguen. En
lugar
de avanzar, la Iglesia se pierde en interminables debates.
Los
falsos profetas producen la impiedad.
Lo más triste de todo es que los falsos profetas ponen en
peligro la salvación de sus seguidores. Al cambiar de una
manera
u otra la sana doctrina, los falsos profetas inducen a sus
seguidores a caminar por otro camino - un camino que no lleva
a
la vida, sino a la muerte.
Por esto es tan importante que tengas mucho cuidado. Los
falsos
profetas andan disfrazados. El falso profeta no llega con un
letrero que dice: Falso Profeta. No viene con una mirada
malévola. Habla mucho de Dios y de Jesús. Viene disfrazado de
oveja. Es por eso que
II. Jesús nos llama a reconocer a los que no vienen de El
¿Cómo lo sabremos? Dice Jesús: "Por sus frutos los
conocerán".
¿Cuál es la mejor manera de identificar a un manzano o a un
peral? Si de sus ramas cuelgan manzanas, es un manzano y no
un
peral. Desde lejos, los dos árboles pueden parecerse; de
cerca,
se distingue qué clase de fruto lleva.
El proceso de discernir la clase de fruto que lleva un falso
profeta puede ser un poco largo. Sin embargo, lo que es uno
se
revela con el tiempo. Al escudriñar sus enseñanzas a la luz
bíblica y al ver la calidad de vida de sus seguidores, se
podrá
ver qué clase de profetas son.
¿Qué frutos darán los falsos profetas? ¿Qué clase de cosa
enseñarán? Enseñarán que la vida cristiana es fácil, negando
así
la realidad del camino angosto que Jesús describe en los
versos
13 y 14: "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la
puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
muchos
son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la
hallan." (Mateo 7:13,14).
Jesús - el que siempre dice la verdad - nos ha dicho que la
vida
cristiana es un camino angosto.
Ten mucho cuidado cuando alguien te predica un evangelio
fácil.
Ten mucho cuidado cuando te dicen que no tienes que sufrir.
Por
supuesto que Dios bendice a su pueblo; pero Cristo ha dicho
claramente: "En el mundo tendréis aflicción" (Juan 16:33).
Mientras vivamos en este mundo, enfrentaremos luchas.
Por eso, si alguien te empieza a predicar que no tienes que
sufrir, que puedes tener una vida fácil porque Dios quiere
bendecirte, ten muchísimo cuidado. ¿Te están dando el
evangelio
como Jesús lo predicó? Jesús nos enseñó que la victoria viene
a
través del sacrificio.
Los falsos profetas también enseñarán que no importa como
vives.
Te dirán que puedes vivir como te dé la gana, y Dios te va a
perdonar. Quiero que observen conmigo la clase de personas
que
Jesús negará conocer en el día del juicio. Miren el verso 23:
"Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!"
¿Cómo describe a las personas que El desconoce? Los describe
como "hacedores de maldad". Todos quisiéramos creer que
podemos
vivir como queramos, y que Dios nos va a aceptar de todas
formas. No les estoy diciendo que nos ganamos la entrada al
cielo con nuestras buenas obras, porque eso sería imposible.
Lo
que sí digo es que la vida donde Cristo reina, la vida de la
persona que ha sido salvada, es una vida de justicia y de
integridad.
Si alguien te dice, entonces, que no importa como vives, esta
persona no viene departe de Jesús. Si te dice que la
seguridad
de la salvación significa que puedes llevar una vida inmoral
y
no importa, ¡no lo creas! Es un falso profeta, porque sus
frutos
no son los frutos de nuestro Señor Jesucristo.
Los falsos profetas pueden parecer muy espirituales. Pueden
usar
la Biblia y citar versículos, creando un ambiente muy
espiritual. ¿Sabes qué? Satanás también usa la Biblia para
sus
propios fines, sacando versos de su contexto y retorciendo su
significado. No te confundas.
Los falsos profetas vienen disfrazados, pero su verdadera
motivación es la avaricia. Son los que manejan carros
lujosos,
mientras sus seguidores apenas logran comer. Son los que
viven
en lujo, mientras sus seguidores viven en desesperación. El
que
predica la Palabra debe vivir de ella; esto es bíblico. La
Palabra, sin embargo, no puede ser una forma de enriquecerse.
Conclusión
En el año 1212 un pastorcito de ovejas llamado Esteban dijo
que
Jesús le había aparecido en una visión. Dentro de poco, más
de
30.000 niños lo seguían. Marcharon hacia la costa, con la
idea
de reconquistar la tierra santa que había caído en manos de
los
musulmanes.
Allí conocieron a dos hombres, quienes se declaraban estar
tan
impresionados con la dedicación de los niños que los
transportarían sin costo al otro lado del mar. Lo que no
sabían
los niños es que estos hombres eran mercaderes de esclavos.
En
lugar de llevarlos a la tierra santa, los llevaron al norte
de
Africa. Allí fueron vendidos como esclavos. Muy pocos de los
miles de niños volvieron a sus casas, o a ver a sus padres.
Gracias al engaño y la credulidad, la vida de miles de niños
se
sacrificó - sólo para que estos dos hombres pudieran
enriquecerse. No dudes que tales personas aun existen.
Todavía
hay lobos vestidos de ovejas, buscando aprovecharse de la
credulidad de la gente mediante el engaño. ¿Te dejarás
engañar?
¿O aprenderás a reconocer el mal fruto?
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diarias del Pastor Tony: http://pastortony.net/Lectura.aspx
En dicha página encontrarás una lectura bíblica para cada
día
de la semana relacionada con el Sermón Dominical, junto con
preguntas para meditación y aplicación.
- El Sermón Dominical, a cargo del Pastor Tony Hancock
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