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La alteración de la glándula tiroides aumenta el
riesgo cardiovascular
 La glándula tiroides produce unas hormonas (tiroxina y triyodotironina)
encargadas de regular el metabolismo de nuestro cuerpo, incluyendo la
velocidad con la que se queman calorías y el ritmo al que late el corazón
 Tener una tiroides demasiado activa produce más hormonas tiroideas y
provoca hipertiroidismo, proceso que puede causar pérdida de peso,
aumento de la frecuencia cardiaca y sensibilidad al calor. Se calcula que
aproximadamente una de cada cien mujeres y uno de cada mil hombres
desarrollarán hipertiroidismo en algún momento de su vida
 Así, un estudio publicado en el British Medical Journal, demuestra que las
personas con hipertiroidismo subclínico tienen un 23% más posibilidades
de desarrollar fibrilación auricular (FA) que los individuos con función
tiroidea normal, porcentaje que aumenta hasta el 30% en aquellas
personas que poseen hipertiroidismo manifiesto
 Por el contrario, cuando la glándula tiroides no es lo suficientemente
activa y no produce la cantidad de hormonas necesarias para nuestro
organismo, provoca el hipotiroidismo, proceso que puede provocar
aumento de peso, fatiga y dificultad para lidiar con las bajas
temperaturas, y que afecta entre el 4% y 20% de la población
 En este sentido, un estudio observacional publicado en el Jounal of the
Americal College of Cardiology (JACC), demuestra que tener
hipotiroidismo subclínico no se asocia a un aumento de la mortalidad
total, pero sí a un aumento del riesgo de mortalidad cardiovascular del
14% y a un aumento del riesgo en eventos cardiovasculares del 18%
 Ante esta y otras investigaciones, la Fundación Española del Corazón
(FEC) quiere destacar la importancia de un mayor cribaje y detección
precoz de la enfermedad cardiovascular, sobretodo, en aquellos
pacientes que presenten algún tipo de alteración tiroidea
Madrid, 18 de julio de 2013-. Las hormonas tiroideas tienen efectos directos sobre el
sistema cardiovascular. Recientes estudios asocian la alteración de estas glándulas
(hipotiroidismo o hipertiroidismo) con un mayor riesgo de arritmias y muerte
cardiovascular. Ante este escenario, la Fundación Española del Corazón (FEC) quiere
destacar el abordaje y la detección precoz de la enfermedad cardiovascular,
sobretodo, entre aquellos pacientes que tengan algún tipo de trastorno tiroideo
manifiesto (por fallo del tiroides el cual produce tiroxina) o subclínico (por fallo de la
hipófisis o del hipotálamo).
La tiroides es la glándula endocrina que está situada justo arriba de la tráquea y que
produce las hormonas tiroideas (la tiroxina o T4 y la triyodotironina o T3), encargadas
de regular todas las actividades que componen el metabolismo de nuestro cuerpo,
incluyendo la velocidad con la que se queman calorías y el ritmo al que late el corazón.
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Una tiroides demasiado activa produce más hormonas de las que el cuerpo necesita,
proceso que se conoce como hipertiroidismo. En este caso, el exceso de hormona
tiroidea puede causar pérdida de peso, aumento de la frecuencia cardiaca,
sensibilidad al calor, sudoración excesiva, ansiedad, evacuaciones flojas, irritabilidad,
cansancio, debilidad y trastornos en la menstruación. Además, se calcula que
aproximadamente una de cada cien mujeres y uno de cada mil hombres desarrollan
hipertiroidismo en algún momento de su vida.
Sufrir hipertiroidismo conlleva un mayor riesgo de desarrollar fibrilación auricular (FA),
así lo indica una investigación llevada a cabo por investigadores del Hospital
Universitario Gentofte en Hellerup (Dinamarca) y publicado en la revista British Medical
Journal (BMJ). Se trata de un estudio realizado a 586.460 pacientes adultos de
atención primaria de la ciudad de Copenhague, a los que se evaluó la función tiroidea
por primera vez entre los años 2000-2010 y a los cuales no se les había diagnosticado
ningún síntoma de enfermedad tiroidea ni de FA.
Estos individuos tenían una media de edad de 50 años y eran, en el 61% de los casos,
mujeres. De éstos, 562.461 (el 96%) eran eutiroideos (es decir, que poseían niveles
normales de tiroxina), 1.670 (0,3%) presentaron hipotiroidismo manifiesto, 12.087 (2%)
tenían hipotiroidismo subclínico, 3.966 (0,7%) tenían hipertiroidismo manifiesto y 6.276
(1,0%) tenían hipertiroidismo subclínico.
Los resultados mostraron que, después de cinco años y medio de seguimiento, 17.154
del total de los pacientes (lo que representa el 2,9%) fueron diagnosticados por
primera vez de FA y que un 53% eran mujeres.
En porcentajes, desarrollaron FA cerca del 2,9% (16.275) de los eutiroideos; alrededor
del 4,6% (183) de los pacientes con hipertiroidismo manifiesto, cerca del 7% (435) de
los pacientes con hipertiroidismo subclínico, el 2,5% (42) de los pacientes con
hipotiroidismo manifiesto y cerca del 3,4% (402) de los que tenían hipotiroidismo
subclínico. Así, se demuestra que las personas con hipertiroidismo subclínico tienen
un aumento del riesgo relativo del 23% de desarrollar fibrilación auricular (FA), en
comparación con los individuos con función tiroidea normal, y de hasta el 30% en
aquellas personas que poseen hipertiroidismo manifiesto
Además, en comparación con los pacientes eutiroideos, el riesgo de FA en los
pacientes con hipertiroidismo subclínico aumentó con la disminución de los niveles de
TSH. Así, el trabajo revela que, en los pacientes con función tiroidea normal, el riesgo
de FA aumentó un 11% con función tiroidea normal alta (0,2-0,4) y, en pacientes con
hipotiroidismo subclínico, este riesgo se elevó a un 30% cuando se les redujo los
niveles de TSH hasta <0,1.
En conclusión, el estudio demuestra que el riesgo de padecer FA está estrechamente
asociado con la actividad de la tiroides. Los resultados indican que los pacientes con
hipotiroidismo manifiesto tienen un bajo riesgo de padecer una FA y, en cambio, los
pacientes con hipertiroidismo tienen un elevado riesgo de presentarla. En el caso de la
enfermedad tiroidea subclínica, los riesgos están asociados de forma variable y
dependiente a los niveles de TSH, aumentando el riesgo de FA con el descenso de los
niveles de la TSH.
En este sentido el Dr. Ángel Moya, presidente de la sección de arritmias y ritmo
cardiaco de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y miembro de la Fundación
Española del Corazón (FEC) destaca que, “hasta el momento se conocía que el
hipertiroidismo manifiesto estaba asociado con fibrilación auricular; ahora, gracias a
investigaciones como esta, vemos que también el hipertiroidismo subclínico (es decir,
la reducción de la TSH <0,47 pero con niveles de concentración de tiroxina libre dentro
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de los rangos de referencia), se asocia con frecuencia cardiaca elevada y un aumento
de las arritmias”
“La FA es la arritmia cardíaca más común en los ancianos. Se calcula que en España
el 4,4% de la población mayor de 40 años padece esta enfermedad, la prevalencia de
la cual se duplica a partir de los 70 años, y que se asocia a un mayor riesgo de
accidente cerebrovascular, embolismo periférico y mortalidad”, recuerda el Dr. Moya.
Por el contrario, una glándula tiroides que no sea lo suficientemente activa desarrolla
hipotiroidismo, que puede provocar aumento de peso, fatiga, lentitud, dificultad para
lidiar con las bajas temperaturas, debilidad, estreñimiento, depresión, sangrados
menstruales abundantes o ronquera. Se calcula que afecta entre el 4% y 20% de la
población y que, en ocasiones, puede trascurrir sin síntomas u ocasionar múltiples
síndromes de diversa intensidad en el organismo.
En este sentido, son varias las investigaciones que han manifestado que el
hipotiroidismo subclínico (valores de TSH entre 5 y 20mlU/I con concentraciones
normales de hormona T4 (4,5-12ug/dl), empeora el perfil lipídico, promoviendo la
formación de placas de colesterol y la aparición de eventos isquémicos.
Recientemente se ha publicado un estudio observacional en el Journal of the Amercian
College of Cardiology (JACC), donde se demuestra la relación existente entre el
hipotiroidismo subclínico y mortalidad cardiovascular.
El trabajo, que ha realizado un seguimiento durante una década a 115,746 taiwaneses
mayores de 20 años, sin historial previo de enfermedad tiroidea, evidencia diferencias
en las características basales de las personas con y sin alteración tiroidea. Así, las
personas con hipotiroidismo subclínico eran mayores (47años vs. 43años) y en su
mayoría mujeres (72% vs. 52%), con niveles ligeramente más elevados de peso, de
presión arterial, colesterol, triglicéridos y HDL. Además, eran más diabéticos e
hipertensos, no habían entrado en contacto con agentes tóxicos (como el tabaco o el
alcohol) y poseían unos ingresos y nivel educacional menores que la población
eutiroidea.
Los resultados evidenciaron que, durante el seguimiento, hubieron 3.669 muertes, 680
de ellas relacionadas con la enfermedad cardiovascular. Al ajustar los datos según
distintas variables como el sexo, edad o antecedentes, las diferencias más
significativas entre ambos grupos se encontraron en los datos de mortalidad global a
partir de los 5 años, la mortalidad global y cardiovascular en mayores de 65 años y en
niveles de TSH entre 5 y 10 mlU/l.
La investigación concluye que la presencia de hipotiroidismo subclínico no supone
ningún aumento de la mortalidad total, pero sí un aumento del riesgo en la mortalidad
cardiovascular del 14% y a un aumento del riesgo de eventos cardiovasculares en un
18%.
A raíz de esta y otras investigaciones, el Dr. Moya destaca que, “estos trabajos nos
muestran que, aunque normalmente tenemos presentes las alteraciones tiroideas en
los pacientes con arritmias, también es importante considerar y analizar estas
alteraciones cuando son subclínicas, ya que se ha demostrado que también aumentan
en el riesgo de FA y mortalidad cardiovascular”. Por este motivo, la FEC recomienda
un mayor atención de este tipo de enfermedades en aquellos pacientes que presenten
alguna alteración de la función tiroidea y recuerda que la FA es una arritmia cardíaca
común y un importante factor de riesgo para el accidente cerebrovascular isquémico e
insuficiencia cardiaca.
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Acerca de la SEC y de la FEC
La Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) constituyen una
organización cuyo impulso vital es velar por la salud cardiovascular de la población a través de la
excelencia clínica e investigadora, así como educativa y divulgativa. Ambas entidades se han convertido
en el referente en castellano de la lucha contra la enfermedad cardiovascular, primera causa de muerte
en nuestro país.
La SEC cuenta con más de 4.000 socios, entre cardiólogos y profesionales relacionados con las
enfermedades cardiovasculares, españoles procedentes del ámbito europeo, latinoamericano e
internacional.
La FEC cuenta con más de 4.000 miembros, entre los que se incluyen los cardiólogos de la SEC,
profesionales de enfermería en cardiología, asociaciones de pacientes, entidades privadas y socios
particulares.
Para más información:
Gabinete de Comunicación:
Sociedad Española de Cardiología - Fundación Española del Corazón / María Canle - Eva Sahis
Tfno: 91 724 23 70 / 636 395 724
[email protected]
www.secardiologia.es
apple tree communications / Marta Melgosa – Meritxell Mercader – Anna Ansia
Tfno.: 93 318 46 69 – 665 527 130
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