Una batería es un dispositivo que permite convertir la energía química acumulada en energía eléctrica. Se componen de una o más celdas electro-químicas, cada una con sus respectivos electrodo positivo o ánodo y electrodo negativo o cátodo, además de un electrolito que es el medio que permite que se muevan los electrones entre los electrodos. Pueden ser recargables, es decir que una vez en uso o agotada la energía eléctrica que pueden proveer esta puede ser recargada (como las baterías de los carros) o no recargables, es decir que agotan su utilidad al agotarse la carga eléctrica que estaba en ellas acumulada. En general el funcionamiento de las baterías se da por el proceso químico de reducción-oxidación en el que uno de los componentes se oxida y por lo tanto pierde electrones y el otro se reduce, es decir, gana electrones. Si el proceso es reversible, es decir, si en el proceso los componentes no resultan consumidos y pueden ser restituidos a su estado original estamos ante una batería recargable. Las baterías más comunes son: • Plomo-ácido: Constituida por dos electrodos de plomo y un electrolito de ácido sulfúrico • Níquel-Hierro: El cátodo está compuesto por pequeños tubos de acero niquelado rellenos con hidróxido de níquel y el ánodo está formado por pequeñas cajas de acero niquelado relleno con óxido ferroso; el electrolito es alcalino, usualmente una solución al 20% de potasa caustica en agua destilada • Níquel-Cadmio: Utilizan un cátodo de hidróxido de níquel y un ánodo de cadmio; el electrolito es de hidróxido de potasio • Polímero de iones de Litio: Utilizan un ánodo de grafito y un cátodo de óxido de cobalto, trifilina u óxido de manganeso Visto esto es posible establecer la analogía entre una batería o acumulador y el cuerpo humano. Estamos formados por millones de células que integran nuestros tejidos y órganos, los cuales necesitan energía para realizar sus funciones, ya sea contraerse si se trata de un músculo o enviar un impulso eléctrico de una neurona a otra si se trata del sistema nervioso. La energía que requiere el cuerpo humano se obtiene de las grasas, glucosa, proteínas y demás nutrientes que ingerimos y que son transformados en energía mediante la metabolización. El metabolismo es un proceso bioquímico y físicoquímico que ocurre en las células En el cuerpo humano los nutrientes obtenidos de los alimentos son digeridos y finalmente los nutrientes procesados son transportados por la sangre hasta las células en las que se utiliza el oxígeno para “quemar” el alimento lo cual produce energía en forma de calorías. En el proceso los componentes no resultan agotados y se les puede restituir a su estado original, es decir, se puede recargar la energía consumida ingiriendo nuevos alimentos