Subido por Jessica

Transición epidemiológica y demográfica

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Transición epidemiológica y demográfica
Introducción.
La disminución del nivel de la mortalidad en el tiempo está altamente relacionada a los
cambios que han ocurrido en las políticas de atención de la salud a la población, debido
tanto a los avances de la medicina y farmacología, así como las mejoras en los sistemas
de atención de la salud, que han contribuido a elevar las condiciones de salud de
importantes sectores de la población, sobre todo de los residentes en las áreas urbanas.
Estos cambios se expresan a través del estudio de la transición epidemiológica. Sin
embargo, la transición epidemiológica no es un proceso único y aislado que explique los
cambios en los niveles de mortalidad, también se produce la transición demográfica, que
explica las variaciones del crecimiento natural de la población a través de la mortalidad y la
natalidad. Paralelamente se produce el fenómeno de la urbanización y el envejecimiento de
la población que genera cambios en la estructura por edad de la población lo que a su vez
modifica la estructura por edad de las defunciones donde la proporción de muertes en
adultos aumenta considerablemente.
Desarrollo
La transición demográfica es una teoría que explica el paso de un régimen demográfico
preindustrial, presidido por altas tasas de mortalidad y natalidad a otra industrial con un
fuerte incremento de la población y, posteriormente, postindustrial con tasas muy bajas de
mortalidad y natalidad 1.
La transición epidemiológica se refiere a los cambios de frecuencia, magnitud y distribución
de las condiciones de salud, expresadas en términos de muerte, enfermedad e invalidez 2.
Este término hace pensar en una transformación general de servicios de salud pública o
bien por la población, en cambios de hábitos de limpieza y nutrición; en la notificación de
enfermedades, con resultados benéficos.
Sin embargo, la transición epidemiológica no es un proceso único y aislado que explique
los cambios en los niveles de mortalidad, también se produce la transición demográfica,
que explica las variaciones del crecimiento natural de la población a través de la mortalidad
y la natalidad. Paralelamente se produce el fenómeno de la urbanización y el
envejecimiento de la población que genera cambios en la estructura por edad de la
población lo que a su vez modifica la estructura por edad de las defunciones donde la
proporción de muertes en adultos aumenta considerablemente 3.
Transición epidemiológica.
En 1971, Abdel R. Omran publicó su artículo Transición epidemiológica, una teoría
epidemiológica del cambio poblacional, en el que analizaba la situación europea y concluía
que las poblaciones pasan de una etapa donde los niveles de mortalidad son elevados,
especialmente por acción de las enfermedades infecciosas, a otra etapa donde la
mortalidad se reduce notablemente y las enfermedades degenerativas son la principal
causa de muerte. En un principio la teoría caracterizaba tres etapas:
La etapa de pestilencia y hambrunas. Caracterizada por mortalidad elevada sujeta a
fuertes fluctuaciones, alta fecundidad, esperanza de vida baja y también fluctuante, y
crecimiento poblacional determinado más por la reducción de la mortalidad que por el
incremento en la fecundidad. Esta etapa se observa en poblaciones en que las
hambrunas son comunes y la desnutrición severa; las epidemias son frecuentes, como
también son elevados los niveles endémicos de enfermedades parasitarias y
carenciales. La mortalidad se concentra en los niños y las mujeres jóvenes, en los
primeros, por complejos patológicos en que se destacan la neumonía y la diarrea, y en
las segundas, por tuberculosis y fiebres puerperales.
La etapa de descenso y desaparición de las pandemias. En esta etapa, que sucede a
la anterior, la desnutrición es menor, desaparecen progresivamente las enfermedades
transmisibles y predominan los niveles endémicos elevados de enfermedades
parasitarias y deficitarias. Los grupos más afectados siguen siendo los niños y las
mujeres jóvenes afectados por patologías del período materno-infantil, especialmente
de tipo infeccioso. La progresiva reducción de la frecuencia de enfermedades
infecciosas implica que aumentan proporcionalmente las enfermedades no infecciosas.
Esta etapa presenta tres características: La mortalidad disminuye debido a la reducción
y desaparición de las epidemias; aumenta la esperanza de vida; y ocurre crecimiento
poblacional debido tanto a la reducción de la mortalidad como a la elevada fecundidad.
La etapa de las enfermedades degenerativas y producidas por el hombre. Las
enfermedades cardiovasculares y el cáncer predominan sobre las infecciosas. La
morbilidad comienza a eclipsar a la mortalidad como indicadora de salud. Aumenta la 4
prevalencia de enfermedades mentales, adicciones y problemas de contaminación.
Esta etapa presenta las siguientes características: la mortalidad continúa descendiendo
y se estabiliza en niveles bajos; la esperanza de vida al nacer aumenta y supera los 50
años; y el crecimiento poblacional se hace más dependiente de la fecundidad que de la
mortalidad.
Para las regiones “no occidentales”, Omran plantea tres estadios: etapa de la peste y las
hambrunas, etapa de la desaparición de las pandemias y etapa de la triple carga de la salud,
esta última constituida por la persistencia de viejos problemas de salud (enfermedades
transmisibles, mortalidad materna, mortalidad infantil, desnutrición, mala calidad del
ambiente, pobreza, analfabetismo, etc.), aparición de nuevos problemas de salud
(cardiovasculares, cáncer y trastornos metabólicos) y sistemas de salud mal preparados.
En las regiones no occidentales, las etapas no son solo más tardías, sino también más
prolongadas y aun “incompletas”
La transición epidemiológica considera que las variaciones en ritmo e intensidad de la
transición obedecen inicialmente a la reducción de la mortalidad y posteriormente a las
variaciones en la fecundidad, cuyas variaciones se explican a su vez por tres tipos de
factores
Determinantes socioeconómicos, políticos y culturales: mejoras nutricionales que
siguieron al desarrollo agrícola de fines del siglo XVII, hábitos higiénicos como el baño
y el uso de jabón, la ventilación de las viviendas y la disposición de basuras.
Determinantes ecológicos: esta categoría de determinantes se refiere a los agentes
responsables de las enfermedades, las posibilidades de contagio que ofrece el medio
ambiente y la susceptibilidad del hospedero.
Determinantes científico-médicos: mejoras en el saneamiento público, vacunación y
desarrollo de medidas terapéuticas.
Apoyándose en la influencia de estos determinantes, Omran propuso seis modelos
explicativos de la transición epidemiológica, ubicando a México en el modelo de transición
intermedia: países con niveles de ingreso medio o medio bajo localizados en Latinoamérica.
Sus patrones de mortalidad y fecundidad están entre los modelos rápido y lento. Enfrentan
los viejos problemas de la malnutrición y los transmisibles, el rápido incremento de las
crónicas y la expansión de las emergentes.
 Transición epidemiológica en México
Invariablemente, cuando en México a lo largo del periodo que va de los años cincuenta a
los setenta, y una parte importante de la década siguiente, se habla de transición
epidemiológica, ello implica hablar de cambios que acontecen en el marco de
transformación de las llamadas sociedades modernas
En las etapas iniciales de este proceso hay una elevada mortalidad general e infantil, una
baja esperanza de vida, alta fecundidad y un predominio de las enfermedades transmisibles
como causa de muerte.
En el año de 1903 las enfermedades que eran causa de morbilidad y letalidad eran brotes
de peste bubónica en Mazatlán, fiebre amarilla y tifo en Veracruz, ciruela, tosferina, difteria
y tuberculosis eran las responsables de las elevadas tasas de mortalidad infantil en ese
año. Para 1910, a los muertos durante la etapa violenta de la revolución se agregaron
fallecimientos por la pandemia de influenza de (1918-1920).
Al término de la Revolución Mexicana, la red hospitalaria se encontraba en condiciones
deplorables, la desnutrición de los niños una vergüenza nacional, la tuberculosis rampante
y la parasitosis intestinal afectaba al 90% de los niños.
A partir del 1930, se registraron 17,000 fallecimientos por viruela, y se iniciaron programas
para mejorar la situación: los servicios sanitarios coordinados, la incorporación del
componente materno-infantil en los centros de salud, y el reforzamiento de la campaña
antivariolosa.
En las últimas décadas la situación de salud en nuestro país en el comportamiento
epidemiológico se ha modificado. En la década de los cincuenta del siglo XX las principales
causas de muerte predominaban las enfermedades diarreicas, las neumonías, las
enfermedades prevenibles por vacunación y otras como el paludismo (infectocontagiosas).
En 1993 aumentaron las enfermedades crónico-degenerativas y los accidentes. Esto se
debe primordialmente al impacto de las acciones de prevención, control, eliminación o
erradicación de algunos padecimientos, a una mejor calidad de vida, a mejores condiciones
socioeconómicas y culturales, entre otras más.
Ya a partir de 2009 a la actualidad las principales causas de mortalidad son la diabetes, las
enfermedades del corazón, los tumores malignos, y sólo aparece un rubro de infecciosas
entre las primeras 10 causas de muerte el de las neumonías e influenza
 Transición demográfica en México.
La transición demográfica alude al paso de altos niveles de natalidad y de mortalidad sin
control, a bajos niveles controlados. México ha seguido el patrón típico de este proceso,
experimentado un proceso acelerado de transición demográfica.
Durante la fase pre transicional es evidente el irregular comportamiento demográfico
derivado de la lucha armada de la Revolución Mexicana (1910-1921), provocando incluso
que el número de habitantes del país se redujera de 16.2 millones en 1912 a 16.0 en
1921.
Una vez restaurada la paz, comenzó la primera fase que se ubica a partir de los años 30
con el inicio del descenso de la mortalidad, que junto con la persistencia de elevados
niveles de natalidad, trajo consigo un periodo caracterizado por un elevado crecimiento
demográfico. En esta etapa se observó, incluso, un ligero incremento de la natalidad,
como resultado de mejores condiciones de salud. Posteriormente la natalidad también
disminuyó notablemente, lo que aminoró el crecimiento demográfico.
La segunda fase puede ubicarse a partir de 1970, cuando el descenso de la fecundidad se
acentuó, habiendo empezado en los años sesenta. Para esta fase la natalidad se ubicó en
46 nacimientos por cada mil habitantes. La tercera etapa del proceso —cuando los niveles
de natalidad y mortalidad convergen— tendrá lugar durante la primera mitad del presente
siglo. Para el año 2000 este indicador descendió a 21 nacimientos. La fecundidad de las
mujeres mexicanas disminuyó de 7.0 a 2.4 hijos por mujer en promedio, en el mismo
periodo.
En las últimas tres décadas este incremento se caracterizó por disminución del porcentaje
de menores de cinco años y aumento en la proporción de adultos y adultos mayores. Uno
de los factores más significativos para la reducción del crecimiento demográfico fue el uso
extenso de la anticoncepción, que produjo uno de los cambios más significativos en el país.
El inicio del proceso de envejecimiento demográfico es parte de este proceso.
La mortalidad general en México descendió casi diez veces durante el siglo XX. Estos
cambios en la mortalidad se ha acompañado de una modificación de sus causas,
configurando
una
transición
epidemiológica
caracterizada
por
disminución
de
enfermedades transmisibles y en incremento de las enfermedades crónicas degenerativa.
De acuerdo con cifras oficiales en 1930, la esperanza de vida para las mujeres era de 35
años y los hombres de 33; para 2010 ésta es a 78 y 73 años. Este cambio demográfico ha
condicionado un cambio en la pirámide poblacional del país que se estima pase de tener
una base ancha en 1930 a una forma con predominio en edades mayores en 2030
 Bono demográfico
El concepto de bono (o dividendo) demográfico fue acuñado por el economista y demógrafo
David Bloom de la Universidad de Harvard para llamar la atención sobre la oportunidad de
crecimiento económico que se presenta en un país cuando se producen cambios en la
composición etaria de la población (pirámide poblacional) asociados a reducciones
continuas y sostenidas de la fecundidad.
El bono demográfico puede entenderse como los beneficios económicos que se derivan de
un cambio demográfico en la población de un país. Estos beneficios pueden acumular a
nivel de la sociedad y a nivel individual. Así, el dividendo puede resultar en aumentos de
los niveles de vida, oportunidades de mayores ingresos para las personas, mayores niveles
de consumo, mayores ahorros e inversiones, y mayores posibilidades para que un país
tenga una fuerza de trabajo más productiva que conduzca a mayores niveles de crecimiento
económico. Es decir, un incremento en la proporción de personas en edad de trabajar en
una población puede crear una ventana de oportunidades (denominada ventana
demográfica) para mejorar las condiciones económicas y sociales de un país.
Sin embargo, existen dos limitaciones para el aprovechamiento del bono demográfico.
Primero, es una situación extraordinaria que dura poco tiempo. Es decir, esta ventana de
oportunidad consiste en un periodo de tiempo relativamente corto que puede durar entre 30
y 40 años, en el que la proporción de la población en edad de trabajar es particularmente
predominante, en general por encima del 60 por ciento. El inicio y duración de esta ventana
depende básicamente de las características que tiene el proceso de descenso de la
fecundidad en cada país.
Segundo, el bono demográfico no se traduce en crecimiento económico y mejores
condiciones de vida para la población de manera automática. Si bien las presiones de la
población disminuyen para todos cuando la fecundidad se reduce, sólo algunos países son
capaces de tomar ventaja de esta situación
 Evolución de la pirámide poblacional.
La estructura por edades de 1970, con una base muy amplia y una cúspide angosta, da
cuenta del predominio de la población infantil que caracterizó la época de alta fecundidad.
En aquel año, cerca de 50 por ciento de la población tenía menos de quince años de edad.
En el año 2000 se presenta una pirámide abultada en el centro que refleja el aumento en el
número de personas en edades jóvenes y laborales, así como con una base más estrecha,
que es el resultado de la disminución en la proporción de niños de 0 a 4 años de edad. En
2000, sólo una tercera parte de la población tenía menos de 15 años de edad y cerca de
60 por ciento tenía entre 15 y 59 años.
La evolución previsible de la fecundidad y de la mortalidad permiten anticipar que la base
de la pirámide continuará reduciéndose, por lo que la población infantil tendrá menor peso
relativo y será menos numerosa. Las cuantiosas generaciones que nacieron en la época de
alta fecundidad (1960-1980) comenzarán a engrosar la parte superior de la pirámide
conforme alcancen la edad de 60 años. Esto producirá notorios cambios en la forma de la
pirámide, que será cada vez más amplia en su cúspide y más estrecha en su base.
El proceso de envejecimiento demográfico de México no es reversible, pues los adultos
mayores de mañana ya nacieron.
Las generaciones más numerosas, las nacidas entre 1960 y 1980, ingresarán al grupo de
60 años y más a partir de 2020. Esto se refleja en el aumento de las proporciones de adultos
mayores en las próximas décadas. En 2000 la proporción de adultos mayores fue de
alrededor de 7.0 por ciento. Se estima que este porcentaje se incremente a 12.5 por ciento
en 2020 y a 28.0 por ciento en 2050.
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