Formación del contrato

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Lección 7
LA FORMACIÓN DEL CONTRATO
 LA FORMACIÓN DEL CONTRATO DE FORMA
INSTANTÁNEA Y DE FORMA SUCESIVA
La formación del contrato puede ser instantánea cuando se lleva a cabo
cuando se lleva a cabo la preparación del mismo en un solo acto no
precedido por ningún otro. La formación del contrato también puede ser
sucesiva cuando la conclusión del contrato va precedida de contactos,
negociaciones, regateos o compromisos previos.
 LOS TRATO PRELIMINARES
1. Concepto
En materia de contratación el concurso de la oferta y la aceptación, es
decir, el consentimiento de las partes, no siempre se produce de forma
directa e inmediata porque puede darse un periodo previo al concurso de la
oferta y la aceptación en el que medien conversaciones, reflexiones, tratos
previos, etc; pero sin poner en firme una parte contratante a la otra su
conclusión, esto es lo que conocemos jurídicamente como trato
preliminares, también llamados comúnmente como regateo.
También se pueden se pueden considerar tratos preliminares la
discusión entre las partes contratantes sobre la oferta de una de ellas, las
contraofertas, y así sucesivamente hasta que lleguen al acuerdo definitivo o
rompan la relación inicial.
2. Responsabilidad por su ruptura
La ruptura de los tratos preliminares no da lugar en principio a
responsabilidad alguna, pero el problema se plantea si alguna de las partes
de buena fe, y confiando en la veracidad y seriedad de los tratos, ha tenido
unos gastos. En este sentido hay que entender que la ruptura injustificada
de unos tratos preliminares que han ocasionado unos gastos a la otra parte
basados en la confianza y en la buena fe producen una obligación de
indemnizar los daños que se deriven de la citada ruptura injustificada. Esto
es lo que se conoce como Responsabilidad Precontractual. Los daños
indemnizables por ruptura injustificada de unos tratos preliminares se
denominan intereses contractual negativo.
 LA OFERTA
La oferta del contrato es una declaración de voluntad unilateral
proponiendo la celebración de un determinado contrato. La oferta puede
estar dirigida a una persona determinada o indeterminada, como ocurre con
el gran público en general. La oferta es una declaración de voluntad
recepticia, es decir, que tiene que ser recibida por la otra parte. La oferta
del contrato debe ser concreta, debe de contener todos los elementos
necesarios para que por la simple aceptación del contrato quede concluido.
Además la oferta tiene que ser firme, es decir, con intención de obligarse y
también a de ser inequívoca. Si el que recibe la oferta hace una oferta
distinta entonces tenemos que hablar de una nueva oferta o contraoferta,
pero no de una aceptación.
Al ser la oferta una declaración recepticia el destinatario debe disponer
de un tiempo razonable para tomar su decisión, pero mientras que no se
produce la aceptación el contrato no existe, el oferente no queda vinculado
por la oferta, pudiéndose extinguir esta por las siguientes causas:
1. se puede extinguir por el rechazo del destinatario
2. por su revocación o retirada
3. por su caducidad, es decir, por el transcurso del tiempo
establecido por el oferente para que el destinatario acepte su
decisión
4. por la muerte o incapacidad sobrevenida por el oferente, excepto
si la oferta se formula con carácter irrevocable o si el oferente era
un empresario y la oferta se formulo en el circulo de operaciones
de la empresa.
¿Esta obligado el oferente a mantener la oferta durante cierto tiempo?
Debemos entender que la oferta vincula a la persona que la propuso
durante cierto periodo de tiempo; el tiempo razonablemente necesario de
acuerdo con los usos de los negocios y con la naturaleza del contrato en
cuestión para examinarla y hablar. Aparte quedarían lógicamente las cosas
o los supuestos en los que se haya señalado un plazo a la oferta. Los casos
en los que se haya formulado una oferta con carácter irrevocable y los
casos en los que haya recaído aceptación del destinatario. ¿______?
 LA ACEPTACIÓN
La aceptación es también una declaración de voluntad unilateral,
dirigida al oferente en un plazo razonable y concordante con la oferta por
la cual el destinatario de la oferta exterioriza su conformidad con la misma.
Si una parte hace una oferta y la otra acepta entonces se produce el
consentimiento y por ello se perfecciona el contrato siempre sobre un
objeto y una causa. La aceptación ha de ser obligatoriamente pura y
simple, es decir, no puede modificar la oferta; y en segundo lugar ha de ser
receptiva, es decir, dirigida al propio oferente.
 LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
1. Concepto
Frente a las figuran contractuales clásicas en las que el principio de
autonomía de la voluntad tenía un campo de aplicación casi absoluta, han
surgido en la actualidad teorías contractuales nuevas que se caracterizan
por la limitación de la autonomía de la voluntad de los particulares,
llegando en muchos casos a anular casi de hecho la libertad de los
contratantes para autorregularse. Entre estas categorías contractuales
conviene destacar el contrato de adhesión.
Son contratos de adhesión aquellos cuyo contenido viene impuesto
unilateralmente por una sola de las partes, debiendo la otra aceptar en su
totalidad o renunciar a contratar, pero dejando fuera la discusión o
negociación sobre su contenido (como por ejemplo un contrato telefónico).
Los contratos de adhesión reflejan en el ámbito del derecho la desigualdad
económica entre las partes, porque a través de este contrato la parte
económica más fuerte (predisponente) establece las condiciones que le
resultan más beneficiosas, mientras que la parte económica más débil
(adherente) tiene libertad ara contratar o no contratar, pero si desea
hacerlo, o si le resulta imprescindible, tiene que aceptar íntegramente las
condiciones impuestas (como por ejemplo la contratación de servicios
públicos en régimen de monopolio).
2. Notas Características
Este tipo de contratos son especialmente adecuados para la contratación
en masa y por ellos son utilizados por el tráfico en las grandes empresas.
En este tipo de contratos la oferta de contratar existe de una forma
general y permanente y suele hacerse a la colectividad, admitiendo en
sucesivas contratas que se vayan haciendo todas las adhesiones que se
produzcan.
Este tipo de contratos suelen construirse conforme a modelos
previamente preparados, redactados e impresos, conteniendo en sus
cláusulas muy frecuentemente términos complejos de un carácter técnico
no asequible a la preparación jurídica media de la generalidad.
3. Precauciones que se adoptan en estos contratos
En los contratos de adhesión la ley busca amparar o proteger a la parte
económica más débil, evitando que le impongan condiciones
excesivamente onerosas o injustas. Los medios que se adoptan en este
sentido son de tres clases:
 Medidas Administrativas: estas consisten en la aprobación de estos
controles por la autoridad administrativa o por lo menos someterlas
a un control fiscal más riguroso como sucede con los contratos
relativos a servicios públicos.
 Medidas Legislativas: en determinados contratos de adhesión de
especial trascendencia jurídica y económica la ley regula el
contrato en general sin perjuicio de al intervención administrativa
ya mencionada. Esto ocurre por ejemplo con la ley de contrato de
seguro de 1980.
 Medidas judiciales: realizadas a través de la interpretación de los
tribunales de las cláusulas contractuales contenidas en estos
contratos de adhesión de modo favorable a la parte
económicamente más débil.
Este contenido impuesto unilateralmente por una de las partes en los
contratos de adhesión recibe comúnmente el nombre de Condiciones
Generales de Contratación.
 CONDICIONES GENERALES DE LA CONTRATACIÓN
Las Condiciones Generales de la Contratación tiene una importancia
fundamental en el tráfico económico. Las Condiciones Generales de
Contratación se pueden caracterizar como unas cláusulas contractuales
predispuestas e impuestas. Contractuales porque ambas partes deben
conocer y consentir su existencia y vigencia. Predispuestas porque han
sido redactadas previamente a su utilización. Impuestas porque se sustraen
de la discusión o negociación entre las partes al ser impuestas por una sola
de las partes limitando con ello el principio de autonomía de voluntad de
los particulares. Estas cláusulas son conocidas comúnmente como
condiciones generales de la contratación por influencia de la doctrina
alemana.
Nuestro Código Civil no prevé su existencia, su régimen más amplio de
nuestro derecho interno se encuentra en la Ley General para la Defensa de
los Consumidores y Usuarios (LCU) del 19/Julio/1984 y en la Ley 7/98
sobre condiciones generales de la contratación del 13/Abril/98. Los
objetivos fundamentales de la Ley 7/98 fueron la transposición de la
directiva 93/13 del 5 de Abril sobre cláusulas abusivas de contratos
concluidos con consumidores así como la regulación de las Condiciones
Generales de Contratación.
Entre los requisitos que esta ley establece se exige que el adherente
haya aceptado formalmente las condiciones, que haya sido informado de su
existencia y que tales condiciones sean conocidas o en ciertos casos de
contratación no escrita exista posibilidad real de ser conocidas y se exigen
además que se redacten de forma transparente con claridad, concreción y
sencillez. Todo esto es lo que se conoce como Control de Incorporación.
Serán nulas de pleno derecho las condiciones generales que contradigan
en perjuicio del adherente lo dispuesto en esta ley 7/98 o en cualquier otra
norma imperativa o prohibitiva, esto es lo que se conoce como Control de
Contenido. En particular serán nulas las condiciones generales que sean
abusivas cuando el contrato se haya celebrado con un consumidor. La Ley
7/98 contiene las siguientes reglas de interpretación en el artículo 6 sobre
las condiciones generales:
Regla de la prevalencia: Cuando en un contrato de adhesión exista
contradicción entre las condiciones generales y las condiciones
particulares previstas para ese contrato en cuestión prevalecerán
estas sobre aquellas (es decir las particulares sobre las generales),
por entenderse que las particulares reflejan mejor la voluntad de las
partes.
Regla de la condición más beneficiosa: Con excepción a la regla de la
prevalencia se incorpora la regla de la condición más beneficiosa,
entendiéndose por ella aquella que amplia el ámbito de los derechos
de adherente o bien reduce el ámbito de sus obligaciones o cargos.
Regla Contra Preferentem: Las deudas sobre la interpretación sobre las
Condiciones Generales Oscuras se desoneran a favor del adherente.
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