Texto completo - Organization of American States

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INTERVENTION BY THE SECRETARY GENERAL
OF THE ORGANIZATION OF AMERICAN STATES, JOSÉ
MIGUEL INSULZA
DURING THE INAUGURAL CEREMONY
OF THE THIRD MEETING OF MINISTERS RESPONSIBLE
FOR PUBLIC SECURITY IN THE AMERICAS
Port of Spain, Trinidad and Tobago
November 17, 2011
PALABRAS DEL SECRETARIO GENERAL
DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS,
JOSÉ MIGUEL INSULZA,
EN LA CERMONIA DE INAUGURACIÓN
DE LA TERCERA REUNIÓN DE MINISTROS EN MATERIA
DE SEGURIDAD PÚBLICA DE LAS AMÉRICAS
Puerto España, Trinidad y Tobago
17 de noviembre de 2011
Allow me to begin by expressing my sincere gratitude to the
Government of Trinidad and Tobago for its generous offer to host
this Third Meeting of Ministers Responsible for Public Security in
the Americas.
The MISPA, as the ministerial process has come to be known,
continues to advance towards its full institutionalization, within a
growing concern over the need to ensure security conditions to
citizens throughout the Hemisphere. Public safety has indeed
become the single highest ranking priority in the majority of our
countries, and thus the challenge we face as an Organization is to
contribute, continuously and effectively, to our member states’
efforts in this critical area.
Almost three years after the Fifth Summit of the Americas which
was held here in Port of Spain, the Heads of State and Government
will again meet next April in Cartagena, Colombia, to refine and
share their vision for an inter-American agenda of partnership and
cooperation as reflected in the Summit’s central theme, “Connecting
the Americas: Partners for Prosperity.”
At that Summit, the Hemisphere’s political leaders will consider,
among other things, six key issues that affect every single country in
the Americas, namely natural disasters, poverty and inequality,
access to technology, physical integration, regional cooperation and
citizen security have been selected for this Summit.
The Chair of this Ministerial will be invited to share the outcomes of
ministerial with the Summit Implementation Review Group (SIRG)
when it convenes in January to begin considering the subject matter
of Citizen Security and Transnational Organized Crime for the
Summit of the Americas.
Therefore, it is fitting that we are having this Ministerial level
discussion on public security with the intention of forwarding
recommendations to that Summit. It is an important thread that is
critical to the overall goal of achieving a Summit architecture that is
strong, forward looking, results-oriented and that ties together the
various inter-American processes for the mutual benefit of all.
Based on the principles of the Declaration on Security in the
Americas, adopted in Mexico City a few years ago, and on the
guidelines contained in the Commitment to Public Security in the
Americas, adopted at previous OAS meeting, the General Secretariat
has directed its human and technical resources to promote, from a
multidimensional perspective, cooperation among member states on
the key issues of public security management; prevention of crime,
violence and insecurity; citizen and community participation and
police management.
Recent reports by a variety of international agencies, including the
OAS, the World Bank, the United Nations Office on Drugs and
Crime, and the United Nations Development Program, have made us
well aware of our responsibility to act together in confronting the
great threats posed by crime and violence to our democracies, to our
institutions, to our social and economic development and to the
welfare of our people.
La criminalidad en nuestro continente se manifiesta en formas que
varían significativamente de país a país e, incluso, entre regiones al
interior de un mismo Estado. Sin embargo, la producción y el tráfico
de drogas y armas ilícitas; el tráfico ilícito de migrantes; la trata de
personas; el contrabando; el secuestro; la extorsión; los delitos contra
la propiedad; el delito cibernético; la corrupción; el lavado de activos
y la violencia contra las mujeres y los jóvenes, no conocen fronteras,
y sus responsables permean con habilidad los límites geográficos y
políticos en busca del establecimiento de centros de negocios y
corredores propicios para sus fines de lucro.
La acción efectiva de las instituciones ha contribuido a avanzar en el
restablecimiento del imperio de la Ley en algunas zonas, han
impulsado a las organizaciones criminales a buscar espacios nuevos
para erigir sus estructuras delincuenciales. A su turno, regiones que
durante mucho tiempo constituyeron territorios de paz y
convivencia, se han visto golpeados por una actividad criminal
creciente, en un ciclo que pareciera reproducir la violencia de
manera irremediable.
Los datos disponibles, de alguna manera reflejan el trayecto por el
que se desplazan las actividades ilícitas, y las consecuencias que
éstas dejan a su paso. En los países del Caribe, el número de
homicidios intencionales pasó de 1.362 en el año 2000 a 2.634 en
2010, es decir, de 20.7 a casi 40 por cada cien mil habitantes. En
Centro América, la tasa se incrementó de 26.7 a 41.4 por cada cien
mil habitantes en el mismo período.
De manera paralela, ha aumentado el número de homicidios
cometidos con armas de fuego como proporción de la cifra total. En
aquéllas regiones que se han visto más afectadas por el
establecimiento de corredores criminales, ha aumentado al número
de homicidios cometidos con armas de fuego como proporción de la
cifra total. Y lo que resulta aún más alarmante, es que los hombres
jóvenes, menores de 35 años, son los mayormente afectados, ya sea
como víctimas o como perpetradores de la violencia armada.
Es por ello, que ninguno de nuestros Gobiernos ni de nuestras
sociedades es ajeno a la responsabilidad conjunta de cooperar en el
propósito de combatir con igual empeño a los actores de la
delincuencia. Como señalara recientemente la Secretaria de Estado
de los Estados Unidos, Hillary Clinton, “se requiere de redes para
enfrentar otras redes”, y la Organización Hemisférica, como
máximo órgano político del Continente, se propone, justamente,
propiciar y facilitar la construcción y consolidación de las redes
necesarias para enfrentar estas amenazas y recuperar la tranquilidad
y la seguridad para nuestros ciudadanos.
Striving towards such effectiveness, the member states agreed to the
proposal of the Government of Trinidad and Tobago to dedicate
special attention to the key area of police management during this
ministerial meeting. Police forces are tasked with the major
responsibility of constituting the primary representatives of the state
to guarantee compliance with the rule of law within a community,
large or small. As such, the significance of fostering institutional
capacity development to ensure the Police forces’ effective response,
within a democratic framework, cannot be understated.
In the same way in which the shared commitment of the international
community is needed to tackle the threats posed by criminal
networks, at the national level, advancing public security requires the
engagement of the whole of society. Citizens’ trust in police officers
is required to facilitate ownership and continuous dialogue, which
will allow for timely reporting on criminal activities. Modern,
accountable police institutions, respectful of human rights, will
foster confidence building and support by the citizenry. Open
channels of communication that facilitate participation, allowing for
communities to express their priorities and needs, will provide police
institutions with a better sense of the challenges faced at the local
level.
Governments, in turn, are assigned with the important duty of
securing adequate selection, training, evaluation, and promotion
processes, necessary to ensure a professional police force, whose
officials are dignified, respected and provided with the living and
working conditions that reflect the responsibilities they face every
day.
Durante la jornada de trabajo que hoy se inicia, dedicarán su
atención a compartir sus conocimientos, sus experiencias y también
sus inquietudes y las preocupaciones que los aquejan, en la compleja
tarea de diseñar, implementar y evaluar las políticas y estrategias
orientadas a garantizar la protección de la vida, la dignidad, las
libertades individuales y los bienes de las personas sean protegidos y
respetados. No es asunto fácil, en momentos en que, de acuerdo con
el Informe Global sobre Homicidio presentado recientemente por
Naciones Unidas, que nos señala que en algunos países de la región,
uno de cada 50 hombres de 21 años no llegará a la edad de 30.
Hay resultados positivos. En algunos países ha sido posible
disminuir las tasas de homicidio y los indicadores relacionados con
otros delitos de manera sostenida como ha ocurrido en algunos
países de la región Andina y en el Cono Sur. Otros países, han
alcanzado importantes progresos en materia de análisis de
información y uso de tecnologías. Los decomisos de cargamentos de
drogas ilícitas han aumentado sustancialmente a lo largo de los
últimos diez años.
Esperamos que éste sea el espacio propicio para compartir esas
experiencias y, que a partir de un intercambio dinámico, se
fortalezca una plataforma de desarrollo de capacidades
institucionales para el avance de la seguridad pública, basada en la
cooperación horizontal, entre los países de la región.
El Acuerdo de Cooperación firmado entre la Secretaría General de la
OEA y la Presidencia de AMERIPOL en el marco de la 41
Asamblea General de la Organización, el pasado mes de junio, nos
ofrece un mecanismo valioso para la transferencia de conocimientos
que facilitará superar las asimetrías existentes entre las instituciones
policiales de nuestros países. Esperamos fortalecer una red
incluyente, que integre a otras asociaciones policiales de las
Américas, como la Comisión de Jefes y Jefas y Directores de Policía
de Centroamérica y la Asociación de Comisionados de Policía del
Caribe.
Creo que toda nuestra cooperación, nuestro apoyo a las fuerzas
policiales de la región es un elemento muy central de la actividad
que deben realizar nuestros gobiernos que en la lucha contra el
crimen.
I would like to close without expressing our sense of solidarity by, if
you may allow me quoting you Madame Prime Minister on a
reference made during your speech last September 24, on the
occasion of the Day of the Republic which illustrates our common
purpose in this sense. When referring to people in uniforme you said,
I quote:
“Theirs is not an easy task, yet they have gone about it with a
level of professionalism and commitment that has earned the
gratitude and pride of the nation they defend so well today.
“There is a sense that we are all in this together, a commitment to
make the sacrifice for the greater good of all of us (…) We must
never take the freedoms we enjoy for granted, but to fight for their
preservation. (…)… in this context, our 35th Anniversary as a
Republic holds even greater significance as it becomes a time for us
to cherish our hard fought freedoms.”
The task ahead is enormous, but I am confident that by working
together in a meaningful and sincere manner, we can all make a
difference in reducing the scourge of violence and crime in our
societies.
Thank you, muchas gracias, and I wish you all the very best for a
successful meeting.
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