LUÍS TASSO-EDiTOR-BARCELONA PRECIO PRECIO EN ESPAÑA EB LOS PAISESJ)Ej£Um6n POSTU UN Real el número 5 2 reales al año 2 6 reales semestre 1^ AÑO XI SE PUBLICA TODAS LAS SEMANAS Director: TORCUATO T A S 8 0 SERRA -H 8 de Junio de 1890 >«- 25 francos al año 13 francos semestre eo valores sobre París, Londres ó Hamburp X r 501 AMÉRICAS FIJtN PRiriü m SRES. lORKESPOKSUK TODOS LOS GRABADOS QUE PUBLICA ESTA REVISTA SON ORIGINALES Ó INÉDITOS EN ESPAÑA ¡l) Q u e d a n r e s e r v a d o s los d e r e c h o s que c o n c e d e n las L e y e s y Tratados de P r o p i e d a d Intelectual. SALÓN DE BARCELONA.—GALERÍA PARES. EL SUMARIO: DÍA DE R E Y E S . COPIA DEL CUADRO DE D . F É M X M E S T K Í S . Crónicas madrileñas. TEXTO; Cri, por''jp " * ! ' " ' ' ' ' " ' ' P ° ' ^ ' '*'/"'«"' ' * ' ' " •»>»<!.—El perro rabioso, •ÍV» '{'" ^""•^"íre.—Eslaáia de las estrellas, por fí. Carlas ¿) 2 " ^'S"":- El agu« potable —Origen de D. Juan Tenorio.por j j •. • ' ' ' '« -^í—Las lágrimas, por D. jfosi María Solazar.— atm""- ''*'°"'^'^' PO'sia por D. Rafael Linares Sernal.—Uusco £/ '"* ' ' ' ^- José Estruch fcantinuacUnJ, por D. AnUnia Garda rtedades—Nuestros grabados.—Historia de la semana. ""Anuncios. GRABADOS; ^Omte' ^ ' y " — E l escándalo.—iViudo!—Flor y mariposa.—La »eo ..1° .""''—Campesina catalana.—Doncella catalana.—Mu"•"«ría de D. José Estruch. eidía La retreta militar y el baile de blanco y negro.—La vmda de Fern.-indez y González.—Ln procesión del Refugio.—La estatua de los puños.—El modernismo en la Exposición. ODO el mundo presagiaba que la retreta militar seria la fiesta por excelencia de las que se están verificando; había gran afán por verla; desde la que se organizó en honor del malogrado Federico de Alemania, cuando vi- sitó E s p a ñ a siendo kronprinz, JVladrid no disfrutaba de tal espectáculo; asi la impaciencia era general, y la población entera se pasó la semana mirando á las veletas, consultando el barómetro y renegando de las nubes y los aguaceros. Al cabo, después de varios aplazamientos, la retreta recorrió noches pasadas las calles de la corte, atravesando por entre una multitud en la que casi tuvo que entrar como un tornillo, por lo espesa y apretada. Madrid adora las funciones militares; 354 todo buen madrileño se sabe de pe á pa el nombre y número de los regimientos, el estado de su vestuario y de su música, el nombre de sus coroneles; asi no perdona ocasión de satisfacer su gusto favorito, y de aqui la enormidad de gente que invadió las calles la noche de la retreta. Kn algunos sitios tuvo que detenerse el cortejo por imposibilidad material de seguir, so pena de pasar por encima de la concurrencia: desde los balcones se oía rugir la multitud, como se escucha desde la costa el mar mugiendo allá abajo y hundido en la sombra de la noche. Para dar idea de lo que fué la retreta, habría que imaginarse uno de esos bajo relieves romanos representando batallas, borrosos por la acción de los siglos; el viento que reinaba apagó las bombas de cristal de la caballería: pero esta misma causa avivaba la combustión de las antorchas y prestaba al cortejo los tonos acerados y fulgurantes de un cobre antiguo, f o r m a r o n parte de la cabalgata un galeón del siglo XVII, endilgado por la marina, una carroza con trofeos militares coronada por una arrogante estatua del dios Marte, y una gran farola simulando enorme corona real: amenizaron la comitiva ocho bandas de infantería con sus correspondientes cornetas y todas las de caballería ¡untas. Realmente resultó majestuoso y solemne el paso de aquellos dos mil hombres, la irrupción de aquella llamarada que deslumhraba á los ojos hechos á las tinieblas durante dos horas de espera, y de la que salían relinchos de caballos, pisadas de mucha gente, rodar de carros, chisporroteo de hachas y bengalas, acordes de músicas, hervor de muchedumbre armada, algo formidable, impetuoso, robusto, que revelaba en aquel desfile el espíritu de la guerra. Alcanzó una ovación continua; en realidad de verdad, resultó la retreta una hermosísima página de Homero. VA baile de blanco y negro sacó de quicio á Madrid desde el primer instante: en seguida que la gente se percató que era de convite, todo el mundo se echó á la calle en demanda de billetes, y se buscaron, para obtenerlos, más recomendaciones que para sacar á flote una canongía. La fiesta ha resultado realmente bellísima, llena de atractivo y originalidad: el teatro hallábase trocado en el templo de Flora: en el escenario susurraba mansamente un fleco de agua que caía en el interior de una gruta formada con plantas de salón y rocas; parecía que por allí habrían de salir al baile las nereidas. A lo largo de los palcos colgaban en guirnaldas cintas de gasas y claveles que llenaban el ambiente de aromas intensos; diriase que se metía uno dentro •de un ramillete enorme: en el techo irradiaba una constelación de estrellas eléctricas, y su luz clara, esparcida por el recinto, le daba un aspecto suave, ligero, apacible, ligeramente azulado, como si bañara el salón un inmenso i-esplandor de luna, i^os •caballeros vestían de frac, las señoras de blanco; desde el paraíso se pensaba en una conflagración entre los puntos y las fichas de un gigantesco dominó; sin embargo, lo que más entusiasmó al público, fué el tropel de claveles diseminados ,por el teatro: cualquiera hubiese pensado LA ILUSTRACIÓN. N.- 501 Calcúlese ahora la enorme ingratitud de que acababa de caer allí un diluvio de ellos; nueve mil duros se gastó la comisión en una generación que asi cuida de sus hombres; la memoria de Fernández y Cíonzíiclaveles. Se han celebrado, además, en los merca- lez hállase punto menos que perdida: su dos de la (Jebada y los .Mostenses. dos bai- viuda, acosada por la indigencia, agotadas les populares que resultaron la apoteosis ya las fuerzas de su espíritu, sin valoi para bizarra y espléndida del pañuelo de cres- sufrir más, surge repentinamente de la pón y la peina de concha, un recuerdo de- sombra, angustiada, doliente, enferma, pilicioso de la añeja manolería: varias rega- diendo una limosna por el amor de Dios... i Qué mal eonsonanta este abandono con tas y cucañas en el estanque del Retiro, que divirtieron grandemente al pueblo los extremos de duelo á que dio origen la bajo; vistas panorámicas en los barrios ex- muerte del ilustre escritor!... Su féretro tremos, fuegos artificiales en los afueras é fué cubierto de coronas; el pobre muerto iluminación de gas en el Prado. Las fies- hubiera tal vez agradecido con toda su alma tas se acabarán el 1 5 de junio; cuando esta menos laureles á cambio de un pedazo de crónica se publique, ya se habrán verificado pan para su esposa. otras que no caben aquí por no haber sucedido aún y que relataré en la próxima. Los vecinos de la calle de la Puebla han Al paso que vamos, el Ayuntamiento de presenciado días atrás un espectáculo cu.Madrid habrá perdido el juicio para el ve- rioso: el entierro del fundador de la Santa rano, y se lo habrá hecho perder á todos y Real hermandad del Refugio, D. Pedro los madrileños. Lasso de la Vega. Nada tan característico como esta comitiva, á la que se procuró reLa vida es siempre igual; un pui'o con- vestir de un gran color de época. traste; á poco que se profundice, donde Abrían la marcha los empleados y demás atronaba la risa, se encuentra el llanto pendientes de la hermandad, y seguían las oculto, un llanto silencioso, sereno, igno- colegialas y religiosas del establecimiento, rado, constante como esas pozas de agua el alguacil de la congregación, el maestro que surgen ahondando.en los terrenos gre- de ceremonias, el estandarte, silla de madosos. En medio de las fiestas madrileñas, nos y camillas primitivas; la ronda «de pan en su pleno hervor, en su período álgido, y huevo'* con sus trajes arcaicos, severos, han publicado los periódicos un suelto graves, luciendo los crucifijcjs que usaron tristísimo, desconsolador, que en ley de los fundadores, los regatones y faroles y verdad debería ensombrecer los reflejos de las antiguas bolsas de pedir limosna: la dicha que irradia al presente .Madrid. El cruz y clero de San .Antonio de los Alemasuelto decía, con el seco laconismo de los nes, el general .Muñoz, inspector de la asoreclamos, y más si son gratuitos, que doña ciación piadosa, conduciendo en una banb'ulana de Tal, avecindada en tal parte, deja de plata las constituciones primitivas viuda del novelista I). .Manuel bernández de la hermandad y el libro de registro, de y (íonzález, d e m a n d a b a . . . ila caridad pú- venerable y vetusto aspecto, en el que consblica!... tan las primeras modestas limosnas, por Cuesta trabajo escribirlo, y produce las que empezó la fundación que es hoy honda vergüenza el tenerlo que confesar: blando alivio de los que sufren y providenmientras en el extranjero se afanan por cia de los olvidados por la fortuna; cerraba honrar á sus grandes escritores, levantán- el cortejo la urna depositaría de los restos doles estatuas, aquí, en los momentos en de D. Pedro Lasso de la Vega, llevada a que pretendemos recobrar nuestra perdida hombros por varios hermanos, y la presipreponderancia, los sepultamos en el ol- dencia de la comitiva constituida por la vido y dejamos morir de hambre á sus fa- junta directiva de la asociación. Realmente milias. La actual generación había con- el séquito era solemne, y sin saber porque traído una deuda inmensa con bernández á la loca de la mente, ilusionada con aquel y González, el novelista que supo traducir extraño y majestuoso desfile, sin reparar sus aspiraciones y reflejar su modo de ser: que no lo componían infanzones armados al terminar el siglo, se impone Pérez Gal- de punta en blanco, sino modestos y pacífidós con su realismo, proyección de la so- cos caballeros particulares de contcmpoi'>:iciedad actual, con su literatura naturalista, neo frac, acudía el recuerdo de algo asi imagen fiel del hoy positivista, grosero, como de una jura en Santa Gadea: extracalculador, inficionado por un materia- vismos de la imaginación. lismo soez, con sus dramas horrendos La hermandad del Refugio, como se la disfrazados bajo la hipócrita sonrisa. Hace llama en la corte, es popularísima co cuarenta años se pensaba de modo diverso; Madrid: todos los pobres la adoran y benimperaba casi en absoluto el romanticismo; dicen; las madres desvalidas llevan su rela fría razón no aplomaba con su peso á la cuerdo indeleble en el corazón, porquii mente que tendía las alas en completa li- cuando ellas no pueden criar á sus hiJos, bertad; aquella generación necesitaba de allí está esa sociedad toda ternura, qu^ un novelista que encarnase sus tendencias vela por las infelices criaturas y les procaballerescas, y ese novelista lué b'ernán porciona la lactancia gratuitamente; pe'"" dez y González, nuestro W a l t e r Scott, los niños no son solos los que tienen en la imaginación de fuego, radiante, volcánica, piadosa asociación unas alas de ángel prodesbocada, pero genuinamente española, y tectoras; con frecuencia el enfermo morisobre todo ajustada á su tiempo con la bundo, abandonado de la sociedad, oy^^ precisión del tornillo á la tuerca, b'ernán- como nuncio de consuelo á la cabecera de dez y González es, pues, algo más que un su cama, el nombre del Refugio que, entenovelista insigne, es el símbolo de la E s - rado de su desdicha, acude á salvarle ó a paña del cincuenta, una semblanza del co- lo menos á endulzar sus instantes postreraz<!)n de nuestros padres. ros. La clase baja habla de la hermandad LA ILUSTRACIÓN. N.° 501 como de un amigo, cuenta con su apoyo en las situaciones diliciles, y mientras subsista no le arredran las tempestades de la "Vida: años hace contaba la asociación con Una humilde casa, de apariencia modesta: hoy se ha levantado un soberbio edificio con honores de palacio; pero en las riquezas actuales, como en las penurias pasadas, su lema es el mismo: todo para los desgraciados, y su misión santa el ejercicio de la caridad. Muchos generales y la casi totalidad de Jefes y oficiales de las armas de infantería y caballería, andan bebiendo los vientos por levantar una estatua al general Cassola; como es natural, las autoridades se oponen, aunque indirectamente, pretextando que todavía no cuentan con ninguna hombres tan grandes como Xarváez, O DoncU y l^rlm; consecuencia de esto son las dificultades con que la comisión tropieza para el buen éxito de su empresa, no dejando de ser un obstáculo insuperable la carencia de material con que levantar el monumento. P e r o dificultad tan inmensa ha sido •vencida, gracias al ingenio de algún oficial; el gobierno se hacia el remolón, esquifando el facilitar el bronce necesario paia ta elevación de la estatua, tal vez creyendo, y no sin fundamento, que el propósito de la oficialidad del ejército va algo más allá l ú e á conmemorar la memoria de un ge•leral al que tantos beneficios debe. P u e s bien, los oficiales tienen ya el bronce de que carecían, y lo tienen sin acudir á nadie, sin mendigar del gobierno Unos cuantos cañones viejos de los arrinconados en los parques; lo tienen de un iTiodoextraño, pero por singular casualidad, de una suerte que cada individuo contribuye con su parte olícuota; si la estatua "ega á fundirse habrá sido erigida por sul"'agio. -Vada más sencillo que el medio ideado: ^1 presente la oficialidad del ejército está Cambiando su armamento antiguo de espadas rectas, con empuñaduras doradas á 'V*^go. por sables de tirantes: cada individuo hace donación del puño de su espada, y fundidos todos los puños, se obtiene el "ronce de la estatua, resultando verdade'amenté propio que se perpetúe la memoria de un caudillo en quien la oficialidad ^e línea cifraba sus esperanzas con los pu•^os de las armas que fueron suyas hasta morir _ El jurado de la actual Exposición de aellas Artes ha concedido solamente dos Primeras medallas: una al modernismo y ^tra á la historia; al porvenir, á lo futuro ^ Una. y la otra al pasado, á la tradición, •-uis Alvarez ha alcanzado tal merced por ^^u lienzo Aa silla de Felipe II: Jiménez '"^uda la ha obtenido Igualmente por su cuadro Una designada. T . . . '-a opinión ha sido unánime: Una des''^''•''cia es la obra admirable de un pintor e inmenso talento, de un observador proundo que conoce á fondo el corazón huinano; desde luego se echa de ver en este enzo una expresión suprema: acaba de aer un albañil de un andamio, y el in*^ '2 Se ha estrellado, ó poco menos, porque no se le distingue, oculto por el grupo de gente que la catástrofe ha reunido á su alrededor; tal circunstancia constituye un mérito grandísimo y prueba hasta un grado inverosímil la sagacidad del artista; el protagonista de la obra de Jiménez Aranda no aparece, no se le descubre, y sin embargo no hace falta para producir la emoción estética; el público no divisa al albañil caído, pero siente abrumadora pena ante la actitud aterrada de los transeúntes: de esta suerte ha evitado hábilmente el pintor lo repugnante de un hombre con los sesos fuera. P o r lo que toca á la composición y al color. Una desgracia es un prodigio de delicadeza; el pelotón de gente hállase dispuesto con habilidad suma, mirando al suelo, al caído; un pelotón de transeúntes ocupa el fondo; una modistilla de sombreros, con su caja colgada del brazo, huye espantada tapándose el rostro con la mano derecha; su contorno, su cabellera rubia sedosa, su actitud despavorida son hermosísimas, incomparables; en segundo término un señor gordo, de gorro y b.ita, con aspecto de boticario, refiere el caso, horrorizado, á un caballero; un niño de rizadas guedejas, indiferente y todo lo más curioso, con su indiferencia cruel hija de esa inocente edad en que todavía no nos ha pasado por el alma la primera nube, tira de su criada queriendo llevarla hacia el pelotón de la gente: estas dos figuras son deliciosas, un encanto: los albañiles bajan por las escaleras del andamiaje con la seguridad de la costumbre, pero á escape, acelerados, sin alientos; un guardia de paz llega corrricndo por la derecha: el guardia sólo descubre el busto, cortando su cuerpo el marco del cuadro: es una figura colocada con tino, porque dislancia las demás; el lance ocurre en París. El color es sobrio, pero entonado é igual y finísimo con una finura increíble. La tienda asilo se titula un cuadro de bastante tamaño de 1). Mateo Silvcla; á primera vista se vislumbra que el autor se ha propuesto ser realista, profesar en el naturalismo, pero á su pesar se le ha escapado la nota romántica, simbolizada por una joven tímida, cubierta con largo manto negro, decente que entra en demanda de caridad; al pintor ha querido expresar algo hondo, vibrante, conmovedor; uno de esos dramas ignorados que matan lentamente en el silencio, y á su pesar le ha resultado una figura convencional, llorona y amanerada, que recuerda las novelas de Pérez Escrich. lín primer término comen un mozo de cordel y una vieja desproporcionados y gigantescos: en el centro un viejo y una chicuela descalza forman un grupito encantador, lleno de ternura, delicadísimo: es lo mejor del cuadro, de color, de dibujo, de factura en general; en estas dos figuras, arrancadas de la realidad, rebosando de inspiración, puede observar el autor su error completo al introducir en la acción la silueta negra, doliente, de la pobre joven que esconde su rostro detrás del manto; el viejo y la mendiga son el símbolo de la verdadera miseria baja, de la calle; en la joven del manto ha intentado el autor personificar la clase me-' dia indigente y le ha resultado el melo- 355 drama; de color algo gris, pero muy hermoso y pintado con singular facilidad. Boulevard de París, por 1). Joaquín Sorolla, es un cuadro animado, muy movido, lleno de frescura; varias mesas rodeadas de gente á las puertas del café, bajo los árboles; el interior del establecimiento fulgui'ando con el resplandor rojizo del alumbrado; está anocheciendo y es un crepúsculo sereno y luminoso; salvo un dejo de afrancesamiento, la obra resulta magnífica; el color es bueno, sólido, robusto y el dibujo discreto y cuidado. Sin labor, de D. b'rancisco Maura, es una sentidísima elegía: una muchacha, sola en el mundo, abrumada por el desaliento, que contempla con espanto los horrores de un día de nieve, sm fuego con que combatir la temperatura glacial: el gato, subido sobre un cofre dormita supliendo con el sueño la falta de otro alimento más nutritivo; el asunto resulta convencional y falso: el autor no ha visto probablemente ninguna costurera que en situación tal tome la resolución novelesca de dejarse morir de desesperación: la modista sin trabajo devora esas calles hasta encontrarlo, pero no se mete en su cuchitril á esperar el maná del cielo. De color bastante bien, aunque tendiendo algo al gris, y de dibujo acertado, suelto, fácil y fiexible. En la pr(')xima, bosquejado ya al vuelo el modernismo, seguiré mi tarea con los cuadros de género de ¡a l^xposición. Ai.i'ONSo PI':REZ NII:VA. M a d r i d , á 3 de junio de i8go. El perro rabioso Brillaba el sol en pleno cielo, los rebaños ocultaban sus cabezas en la sombra de los árboles, el estanque rodeado de viejas hayas estaba casi seco. De tiempo en tiempo el relincho de un caballo mortificado por las moscas, el mugido del buey turbado en su apacible sueño formaban coro al'zumbido de los insectos ó al ruido de los golpes que los apaleadores daban en todas las eras de la aldea, lira uno de los veranos más cálidos que se habían sentido. Las mujeres estaban sentadas en el umbral de sus puertas jugando con sus hijos ó bordando, mientras que los hombres, reunidos en la taberna de la tía Catalina, bebían y fumaban. Pero aunque entre ellos estaba el cantor Gregorio y el maestro de escuela, luán Millot, éste el más chusco y aquel el más charlatán del lugar, todos guardaban silencio hacía rato, como si el calor del día les hubiese quitado la facultad de pensar y hasta el deseo de conversar. A la verdad, faltaban hacía algún tiempo, en San Adriano, los temas de conversación; nada digno de mencionarse había ocurrido en dos meses: ni una muerte, ni un matrimonio, ni un bautismo, ni una disención doméstica. Había carencia absoluta de acontecimientos y solo vivían de hechos pasados que la curiosidad tenía traginados en todo sentido. Callaban, pues, hacía rato,cuandoentró el peluquero Ricardo. Ricardo era la gaceta viviente del lugar; gracias á él se trasmitían las noticias, en el instante, de un extremo á otro del lugar, y Dios sabe las transformaciones que sufrían en ese viaje. La llegada de Ricardo fué causa de satisfacción para todos. — Y bien, le preguntó el cantor, cqué hay de nuevo hoy? Pero ci calor hab'a quitadu al peluquero su LA ILUSTRACIÓN. 356 locuacidad: así es que éste contestó que nada sabía, y se hizo servir un jarro de cidra cerca de la puerta. Jacobo el carretero, un jorobado maligno y revoltoso, encogió los hombros y sacudió la cabeza. guacil de la alcaldía puso en la puerta dejándole la marca de su suela en alguna parte. —Ea, exclamó el maestro de escuela, interviniendo, íse van ustedes á injuriar á propósito de la canícula? íNo tenemos todos nuestros defectos y nuestras flaquezas?... N ; 501 en las dos bolsas de una alforja, la bolsa de adelante encierra los vicios ajenos, y la de atrás los nuestros. —De lo cual se deduce, añadió el maligno peluquero, que mientras más grande es la bolsa de atrás más viciosos somos. ¿Qué opina usted E X P O S I C I Ó N DE R E L E A S A R T E S DE 1890. EL ESCÁNDALO. —No me admiro que la canícula haya secado mi pozo, si ha detenido la palabra en la garganta de Ricardo. —«¡Quieres que cuente la historia de un jorobado á quien su mujer hizo acostar sin cenar el martes de carnestolendas? replicó aquél. —Prefiero la de un peluquero á quien el al- ESCULTURA DE D . J O S É CAMFENY. D E FOTOGRAFÍA DIRECTA DE D . A. —Es cierto, replicó el peluquero; pero las llevamos en las espaldas... como cierto adorno de uno de mis conocidos... de modo que no las notamos nunca. —Lo que usted dice es muy filosófico; Esopo escribió algo semejante. Dijo, si mal no recuerdo, que todo lo malo de la tierra estaba metido TORIJA. de esto, tío Jacobo? Jacobo, que fingía conversar con otro bebedor, nada contestó; pero lanzo á Ricardo y al maestro de escuela una mirada de odio; estaba irritado, sobre todo con este último, que queriendo impedir la querella habja suministrado á su adversario un tema de burla á que se prestaba su deformidad. LA ILUSTRACIÓN. N.° 501 Un instante después se levantó para colocarse en la puerta de la taberna, mientras Ricardo tomaba otro jarro de cidra. —Usted á lo menos no tiene la rabia, dijo el niaestro de escuela riendo, puesto que bebe con toda gana. —Eso puede sucederle en uno de estos días, observó agriamente el jorobado, porque el Al- —Ordenar que los perros salgan abozalados. —Envenenar los que estén en los caminos. —Recomendar al guardabosque que mate los que no estén amarrados. Todos estos medios fueron propuestos á un tiempo por el herrero, el cantor y el peluquero. —Setiores, replicó el maestro de escuela, 357 la pena nombrar un ayuntamiento para proteger los perros de pastores... —Y bien, añadió Jacobo, mostrando á una gran distancia un perro que bajaba corriendo hacia la aldea; supongamos que aquel gozquejo estuviese rabioso, ¿podrían calcularse los males que vendrían sobre San Adriano? ün niño que acababa de acercarse á la puerta T:r- : ^ r •=:- ¡VIUDO! COPIA DEL CUADRO DE P. A. COLL. DE FOTOGRAFÍA DIRECTA DE D. J. MARTÍ. ^ "^e y el ayuntamiento no tratan de impedir a desgracia; los perros corren por todas parcomo si estuviésemos en el mes de Dicicmbre. j-"~~'^s cierto, replicó el peluquero, que acogía gg "^Pre con gusto la ocasión de cnticar; eso no cr í*'"".'*«"te, y usted, señor Millot, que es el setario de la alcaldía, debía hablarles á esos se"Ores. •~~Hemos pensado en ello, pero ¿qué hacer> ustedes olvidan que los perros son útiles en el lugar; si los abozalan ó se les impide salir á los caminos ó se les amarra, íquién ayudará á conducir los rebaños? — IVoto á!... que lo hagan los pastores sin perros. —Usted es herrero. Jacobo, respondió Millot sonriéndose. —Muy bien, vale masque estemos expuestos á ser mordidos y sufrir la rabia. Gracias... Vale de la taberna para escuchar la discusión, 03'ó las últimas palabras y corrió al encuentro de su madre que estaba conversando con otras mujeres. —Vean, exclamó, el herrero ha dicho que aquel perro que viene allá al extremo de la aldea, está con mal de rabia. — ¡Señor Dios, será posible! Todas las mujeres se separaron para ir á sus casas. 358 — i Q u é hay>-preguntaron los vecinos. — iUn perro rabioso! Este grito, perro rabioso., repetido á cada i n s tante, llegó al extremo de la aldea; las madres hicieron entrar á sus hijos; todas las puertas se cerraron; llamaron á unos hombres que trabajaban en una cantera vecina y llegaron con azadones, palancas y piedras. Encontraron el perro que atravesaba la aldea, y ya casi al salir del otro lado, pero espantado al verlos, volvió pie atrás. Iba á pasar por delante de la taberna de Catalina, cuando, advertidos por los clamores, salieron el cantor, el peluquero y el herrero. — iAl perro rabioso!... iMátenlo, mátenlo! aullaron los perseguidores. —¿Qué había dicho yo> exclamó Jacobo cogiendo un guijarro: la administración quiere matarnos; denle, denle; si se escapa, estamos perdidos. En esto llegaba el perro á la taberna, y una granizada de piedras le obstruyó el paso; quiso volverse, y los canteros lo recibieron con sus azadones y lo acabaron. Todo esto pasó en algunos segundos; cuando el maestro de escuela llegó en medio de la turba, el pobre animal exhalaba el último suspiro. — Dios mío, dijo reparándolo, es Finot,e.\ perro de la viuda Cormón; ¿están ustedes seguros, amigos míos, de que fuera rabioso) — He ahí la incredulidad á lo Santo T o m á s , dijo el jorobado, íacaso no ha oído usted por toda la aldea gritar detrás del perro? — A d e m á s , hace un calor capaz de dar mal de rabia á todo el m u n d o , dijo un cantero. Tía Catalina, déme un jarro de cidra. —Vean cómo le sale la espuma de la boca. —Y la lengua; de seguro que si no lo h u bieran muerto habría asolado el país. —Felizmente velamos con m á s eficacia que el municipio, dijo Jacobo tragándose un vaso de cidra. En cuanto á mí, puedo vanagloriarme de haber dado cuenta del gozquejo. — í Q u é dice usted> profirió el cantor, mi piedra fué la que le dio en la cabeza; entonces dio una voltereta como un sueco. — ¡ Q u é buenos muchachos son los de las piedras! exclamó un cantero riéndose; s i n o hubiéramos estado allí, ele habrían impedido seguir su camino> Miren mi azadón, está lleno de sangre. Trataba de animarse la discusión sobre quién había tomado parte principal en esa triste ejecución, cuando llegó una anciana abriéndose paso. — ¡Finot! exclamó, í q u é han hecho ustedes de Finot?... Y viendo el perro inmóvil y ensangrentado, lanzó un grito. —Ustedes lo han m a t a d o . . . cPero desde cuándo hay derecho para matar el perro ajeno? í'^^uién lo hizo? Todos guardaron silencio. — P u e s bien, no quieren responder, exclamó la anciana, que fluctuaba entre el dolor y la cólera... ¡Cuánto valor para matar el perro de una pobre viuda!... Ustedes no habrían hecho esto cuando tenía á mi hijo, porque son unos cobardes. Él los habría castigado... ¡.Malvados! imatar un pobre perro que no les hacía ningún mal! La vieja se puso á llorar. — Perdone, tía Cormón, le dijo el maestro de escuela, pero decían que el perro tenia mal de rabia. —¡Mal de rabia! Hace apenas un cuarto de hora que dormía tranquilo en mi puerta; unos niños traviesos lo molestaron sin que me fuese posible impedirlo. Vivo sola y no puedo hacer lo que quiero. Finot se escapó, vine á buscarlo y presentí una desgracia cuando vi reunida tanta gente en este sitio. Después de esta explicación hubo un momento de silencio, durante el cual se miraban, con embarazo, todos los espectadores, LA ILUSTRACIÓN. N." 501 — E s culpa de los canteros, dijo el jorobado; llegaron persiguiendo á Finot y gritando ¡al perro rabioso! — T ú no debes hablar, tú le diste el primer golpe. —No es cierto; fué el cantor. —¡Yo! que no; fué aquél con su azadón. La misma querella de algunos momentos antes, iba á comenzar; pero ahora era para saber quién no había matado el perro de la viuda. —Todos ustedes, interrumpió prontamente la viuda, tienen la culpa; los detesto á todos. ¡Ah! no puedo vengarme porque soy una pobre m u jer sin parientes ni amigos, pero le pediré á Dios para todos el merecido castigo. Cuando se fué la viuda, hubo algunos instantes de confusión; todos hablaban y cada cual trataba de justificarse por la parte que tenía en la muerte de Finot. Remontaron á la primera causa del accidente y se vino á saber que la s u posición del herrero se había transformado, al pasar de boca en boca, en una realidad. Cuando todo se aclaró, el maestro de escuela movió la cabeza y dijo: - - E s t a es una gran lección, amigos míos; ustedes no han matado sino un perro; pero íestán seguros de no haber matado á uno de sus semejantes de igual modo? Esa pobre mujer que estaba allí ahora, tenía antes un hijo que la hacía feliz y que servía en una casa para poderla socorrer mejor. Hubo un robo en casa de su amo y alguien tuvo la imprudencia de decir:—«¡Si sospecharán de Pedro!»—Otro, que había oído mal, repitió "que sospechaban de Pedro», y un tercero dijo que Pedro era el ladrón, de tal modo que fué arrojado de la casa en que servía. Todos se alejaron de él, no quisieron emplearlo más, y el pobre muchacho, disgustado con una probidad que no le servía de nada y no teniendo de qué vivir, hizo después realmente aquello de que se le había acusado sin razón. Hace algunos meses que murió en una prisión. Estos ejemplos deben hacernos prudentes y menos ligeros en nuestros juicios. La verdad, al pasar por muchas bocas inconscientes, acaba por hacerse mentira. No creamos en el mal sin pruebas, por temor de asociarnos á una injusticia. No basta, para malar un perro, oír gritar está rabioso. que EMILIO SOUVESTRE. Estudio de las estrellas. I. Cuando en una noche serena y despejada, dirigimos por primera vez una mirada atenta hacia esa multitud de puntos luminosos y de brillos diversos que se encuentran diseminados en el espacio ilimitado, con el objeto de conocer los diferentes grupos de astros en que se considera dividido nuestro cielo (las constelaciones) y sus principales estrellas, sentimos flaquear nuestro espíritu al reflexionar que vemos á emprender una tarea difícil; la sorpresa se aumenta cuando recordamos que las estrellas que ahora vemos en tal punto del cielo y á tal hora de la noche, mañana se encontrarán á la misma hora en un lugar diferente del de ayer; cuando recordamos que las estrellas que ahora tocan á media noche nuestro horizonte, mañana á la misma hora estarán ya sobre él; cuando recordamos, en una palabra, que el cielo se encuentra siempre en un estado de perpetuo cambio. La idea que nos atormenta es, sin embargo, muy inferior á lo ^ue creemos; desaparece por completo á las pocas veces de haber hecho los primeros esfuerzos conducentes al fin que nos proponemos; tanto más que para familiarizarnos con la esfera estelar no es necesario poseer conocimientos astronómicos, y así personas poco versadas en las ciencias pueden llegar á adquirir el conocimiento de las constelaciones más notables y de sus estrellas principales, por medios sumamente sencillos y de fácil aplicación en el cielo. Señalar, ó por mejor decir, trazar el camino que ha de conducirnos á la realización de nuestro fin, tal es el objeto del presente trabajo en que me ocupo. Pasemos pues á ver cómo se logra tal idea. II. Para principiar el estudio de la esfera estelar es muy ventajoso escoger por punto de partida una constelación que se distinga de las demás por alguna causa notable, así se llama más la atención del observador y se consigue sin mucho trabajo, que dirija la vista hacia aquella región de los cielos que necesita conocer primeramente; pues el perfecto conocimiento de esta región suministra el de las demás. Una constelación visible siempre á toda hora de la noche y en toda época del año, ó lo que es lo mismo, que nunca pase por debajo de nuestro horizonte, es la más á propósito para principiar este estudio. La Osa mayor es para nosotros por muchas circunstancias la que debemos preferir, siendo ésta la que nos servirá de guia para el estudio del hemisferio boreal ó del Norte. La constelación dé la Osa mayor se conoce con la mayor facilidad por la disposición en que se encuentran colocadas las siete estrellas que la componen: de éstas seis son de 2." magnitud y una de 3.» {delta). A (Dubhe), (beta) (Mtrak), (gamma) (Pheeda) y (delta) forman el cuerpo, y (épsilon) (Alioth), (zeta) {.Mizar) (eta) (Benetnaseh), la cola. También se le conoce con el nombre de el carro, en el que (alpka), (beta), (delta) y (gamma) son las ruedas; (épsilon), (zeta) y (eta) los caballos, y una estrellita situada cerca de (ze/a) figura el postillón. En la actualidad aparece esta constelación al principiar la n o c h e , quedándonos al frente cuando estamos orientados, es decir, teniendo nuestro pecho para el Norte y nuestras espaldas para el Sur. Prolongada la linea que une las estrellas de la cabeza de la O. M. ( i ) (beta) (alpha) en este sentido, y en una cantidad igual á la distancia de (alpha) á (eta) llegamos á la 'Polar, estrella de 3." magnitud situada en la extremidad de la cola de la Osa menor (Urse minoris). Esta constelación es notable solamente por tener entre sus componentes á dicha estrella, y por la cual pasa próximamente el eje de nuestro mundoEsta constelación y la anterior tienen la misma forma; pero de dimensiones diferentes y de posiciones contrarias. Unamos (c/e/ía) de la O. M. con la Polar prolonguemos la recta de unión en este sentido en una cantidad igual á ella y estaremos en Casiopea (Cassiopeia); constelación de las que jamás se desconocen por la particularidad de su figura, que parece una Y y también una M muy abierta. Está compuesta de cinco estrellas de 3.* magnitud; si á éstas agregamos otra estrellita (kappa) vecina á la línea recta que une á la Polar y á (alpha) (Andrómeda), tendremos que la referida constelación nos da la figura de una silla, en la cual (alpha) (Schedar) y (beta) (Chaph) son los pies, (gamma) y (kappa) el asiento, y (delta) y (épsilon) el respaldo. Este es el otro nombre con que algunos astrónomos distinguen esta constelación. La recta de unión de (alpha) y (delta) de la O. M. con la Polar prolongada en este sentido, va á terminar al Cuadrado de 'Pegaso (Pegasus), formado por cuatro estrellas de 2.' m a g (1) En lo que sigue M. O. dice Osa Mayor N.» 501 LA ILUSTRACIÓN. nitud: de éstas una de ellas pertenece á A n d r ó meda. En la prolong-ación de (alpha) Pegaso y (alpha) Andrómeda ó Alpheralz se encuentran: (beta) y (gamma) de Andrómeda conocidas respectivamente con los nombres de Mizar y Almach; y más adelante (alpha) l^erseo {Perseiis} ó Algol, todas tres de 2." magnitud. La reunión de estas tres estrellas y las cuatro del Pegaso nos dan una figura muy parecida á la O. .VI.; pero con dimensiones mucho mayores. La estrella (alpha) Perseo se encuentra en medio de otras dos: (gamma) y (delta), formando con ellas un arquito convexo, dirigido hacia la O. M.; estas dos últimas estrellas son de 4.» y 3.* magnitud, respectivamente. A un lado de la convexidad de este arco se ve á (beta) Perseo (1) ó Mirfak. F'rolongando el arco de que hablamos anteriormente en dos sentidos, de modo que forme dos ramas cuyo origen está en (delta) Perseo, encontramos con una de ellas á la principal de las estrellas del Cochero (Auriga): (alpha) cochero ó la Cabra de 1." magnitud; y con la otra con el solo cuidado de que pase entre (beta) F^erseo y (alpha) Cochero, terminándose la curva en línea recta desde (épsilon) Perseo, pasando además por (zeta) de la misma, encontraremos un brillante grupo de estrellas llamado las -Pléyades, ó comúnmente conocido con el nombre de las siete cabritas ó siete que brillan, cuya principal estrella es(eta) del Toro (Taurus) ó Alcyone. Las restantes se llaman Mala, Electra, etc. Nos dice la tradición que Electra, afligida por el incendio de Troya no quiso bailar con sus hermanas y por esta razón se oculta en los cielos y se nos hace invisible. Dos estrellas cuyo conocimiento lo adquirimos antes, nos sirven para encontrar en la esler.-i estelar la contselación más rica y brillante de los cielos. Un astrónomo, observando esta constelación con el objeto de encontrar una nueva estrella, fué asombrado al realizar su intención con más provecho del que creyó sacar; pues en vez de una encontró cuatro más. Las conocemos así: Prolonguemos la línea que une á la Polar con la Cabra y estaremos en la constelación de Orion, cuya forma hace innecesario el conocimiento de otra cualquiera constelación. Su forma rectangular nos indica su presencia en los cielos en las primeras horas de la noche y en el mes de noviembre. Compónese de siete bellas estrellas principales: cuatro situadas en los ángulos del rectángulo y son (alpa) {Betalguese), (beta) (Rigel), (gamma) (Bellatrix) y [kappa); y las tres restantes en el centro del rectángulo, en linea oblicua al medio de dicho cuadrilátero, y son: (delta) (Mintaka) (épsilon) (Alnilam) y (zeta). Las estrellas (rfe//a) y (beta) son de i." magnitud y de 2." las demás. Las estrellas centrales forman el t:ihali ó cin~ turón de Orion, conocido también por los Tres í^eyes; á un lado están otras estrellas de menos brillo, llamadas las Tres Marías. Esta constelación es tan rica en estrellas, que se le ha dado el nombre de baja California. El cinturón ó tahalí de Orion prolongado por Un lado pasa por Sirio, estrella de 1.' magnitud situada en la boca del ^Perro mayor (Canis »'-cijor)y la más brillante de los cielos. A un lado de las estrellas (beta) y (kappa) de esta constelación se encuentra la de la Liebre (f^epus), compuesta de sie/e estrellas, en la cual 'a principal es: (alpha) ó Arncb. Prolongando en sentido contrario el tahaí) de Orion, es decir, en la dirección de (zetaí \delta), encontraremos un grupo de estrellas conocidas con el nombre de las Hiadas y colocadas sobre la cabeza del Toro. Arriba de este grupo se encuentran: (alpha) del Toro (Aldebaran), estrella i." magnitud, y (beta) ó Xath, de 2.' Si prolongamos la línea (alpha) y (beta) de la O. M. en sentido opuesto á la línea que nos sirvió para encontrar á la Polar, conoceremos la constelación del León (Leo); su forma es la de una hoz y sus principales estrellas son: (alpha) (Regulus), (beta) (Deneb, Aleet...), (delta) (Zosma) y (gamma), siendo (alpha) de i." m a g nitud; (beta) y (delta) de 3." y (gamma) de i." A continuación de la hoz está un triángulo rectángulo (beta) (delta) y (theta) perteneciente también á esta constelación. E s visible durante la mayor parte de la noche. La prolongación de la línea (beta) (delta) del León en una cantidad igual á tres veces esta distancia nos llevará á la constelación del Pe.queño León '•Leo A//nor) compuesto de cinco estrellas en forma de triángulo equilátero, con su base prolongada; sus estrellas principales son de la 4." magnitud. Tiene cuatro nebulosas. Prolongando la línea que une á (alpha) y (thfta) del León, encontrarem.os primero, á la Cabellera de Berenice (Coma Berenices) y en seguida á la constelación del Boyero (Bootes), compuesta de cuatro principales estrellas en forma de dos triángulos (ó cuadrilátero) unidos por su base (delta) (gamma) y cuyos vértices están ocupados por (alpha) ó Arturo y (beta) ó Nekkar; el triángulo en que está situada [alpha) es isósceles y alongado, y en el que está (beta) casi equilátero y mucho más pequeño que el otro. La estrella (a//)/¡a) es de i." magnitud y las tres restante de la 3." ' En el interior del triángulo isósceles se encuentran casi en línea recta las estrellas: (épsilon) (Vulcherrima) (\) (delta) y (phi) á un lado de (kappa) se encuentra (eta) ó Mupsrid. También encontraremos á Arturo, prolongando la cola de la O. M. en línea casi curva. A un lado del Boyero se encuentra la Coronea boreal (Corona borealis), de forma casi circular, y en la cual la estrella principal es (alpha) ó Alphecca, de 2.» magnitud. Las estrellas (alpha) y (zeta) del Toro prolongadas en este sentido nos harán conocer la constelación de los Gemelos (Gemini); su forma es la de un rectángulo (casi) bastante largo, formado por ocho estrellas de las cuales (alpha) (Castor) y (beta) ("Pollux) son de i." magnitud y delta (Wasat) (gamma) (Alhena) y (épsilon) (Mebsuta) son de 3 . ' magnitud. Un triángulo rectángulo formado por la P o lar, Arturo y (alpha) Lira (Lyra) nos da á conocer esta última, ocupando ella el vértice del ángulo recto, se llama Vega, siendo una estrella de I." magnitud muy brillante, y demasiado bella. Se encuentran á un lado de Vega cuatro. estrellas en forma de paralelógramo y llamadas: (beta) (Sheliak) (gamma) (Sulapkat) (delta) y (épsilon). Conociendo la Lyra, encontramos con la mayor facilidad al Cisne (Cygnus) que viene detrás y que está colocada sobre la Via láctea; tiene ía figura de una cruz dirigiéndose la extremidad superior hacia el Polar y la inferior hacia el ecuador celeste. Compónese de siete estrellas: (alpha) (Deneb) en la cabeza, y (beta) (Albireo) en el pie; (alpha), (gamma) (phi) y (beta) es el cuerpo de la cruz, y (delta), (gamma), {épsilon) y (zeta) los brazos. La estrella (alpha) es de I •" magnitud, y de 3.» las demás. La línea de unión de Vega con (gamma) Cisne y su prolongación en una cantidad igual VI) Muchos autores le dan á esta estrella el nom"'•-de A/1..0/,- el señor Proctor en su obra titulada ^^llas celeste y publicada en 1886 le da la denominación apuntada arriba. (1) Nombre que le han dado los modernos astrónomos, para expresar la extremada hermosura de esta estrella doble cuando es vista con un buen telescopio, 359 á dos veces esta distancia, nos hará conocer á (beta) Pegaso ó Scheaí. A un lado del Cisne se encuentran las constelaciones: del Pequeño Zorro (Vulpécula,) \di Flecha (Sagitta) y el Delfín (Delphinus). Esta última está formada por cinco estrellas , en figura de paralelógramo con un lado prolongado; su estrella principal es (alpha) ó Svalocin. La prolongación de la línea diagonal del Delfín (gamma) (delta) nos indica la constelación de El Águila, cuya principal estrella es (alpha) (Artair) de i." magnitud y situada en medio de otras dos: (beta) (Atshain) y (gamma) \Tarazed). Prolongando la línea (gamma) (delta) del B o yero y adelante de la Corona, encontraremos á la constelación de Hércules (Hércules), cuyas estrellas principales son: (alpha) (Ras Algethi) (beta) (Kornephoros) y [kappa) (Marsic). A un lado de (alpha) Hércules está situado (a//>/ía) Serpentario (Ophicus) ó Ras .\lhague; la otra e s trella principal de esta constelación es: (beta) ó Cebalrai. La línea que une á Castor y Póllux, prolongada en este sentido en una cantidad igual á cuatro veces esta distancia, nos llevará á la constelación del Cangrejo (Cáncer). Es en esta constelación en donde se encuentra un grupo de estrellitas, llamado la colmena. Vimos ya cómo se hacía para e n c o n t r a r á la Cabra, estrella de la constelación del Cochero (Auriga); esta, con (beta) del Toro forma un pentágono, reconocida además, por un pequeño triángulo isósceles (épsilon) (:e/j)(eía), situado á un lado de la recta que une las estrellas (alpha) y (delta) de dicha constelación. Si prolongamos la línea que une á (alpha) y (beta) Perseo en este sentido, encontraremos: á la constelación del Camero (Aries), compuesto de cuatro principales estrellas conocidas con los nombres de: (alpha) (Hamal) (beta) (Sheratan) (delta) y (gamma) (Mesarlin). IV. Muchos son los medios que están en n u e s tras manos para llegar al conocimiento de las demás constelaciones boreales; mas por haber expuesto los más importantes para estudiar y conocer las más notables, y para no cansar la inteligencia del lector, me evito el continuar. CARLOS F L O R E S FIGEAC. El agua potable. El mejor elogio que puede hacerse del agua es decir que es indispensable á la vida. Las grandes poblaciones se han emplazado cercanas á las corrientes de agua, y todavía se han utilizado estas corrientes como medio de defensa: los antiguos castillos se construían al lado de fuentes abundantes, cuyo caudal se utilizaba para rodear á aquéllos de un cinturón de agua que dificultase el acceso de los enemigos. Desgraciadamente, desde que un individuo ó un pueblo se establece en las cercanías de un manantial y se utiliza de sus a g u a s , impurifica éstas. El agua de fuente puede estar al abrigo de esta contaminación, pero el agua subterránea está fatalmente expuesta; así, á tres kilómetros de una fábrica de colores de anilina, en la que se empleaba el ácido arsenioso, se envenenaron algunos caballos que abrevaban en agua proveniente de la capa subterránea infecta por el funcionamiento de la fábrica. Un río junto al cual se emplazan ciudades, estará impurificado en la inmensa mayoría de los casos, tanto más cuanto que, por una deplorable costumbre, desaguan en los ríos las tuberías por las cuales la ciudad se desprende de los residuos domésticos y de los de sus dife- FLOR Y MARIPOSA. C O P I A DEL CUADRO DE D . FRANCISCO M A S R I E R A . LA C O M T E S E SARAH. C O P I A DEL CUADRO DE D . L U Í S Q U E R ( G A U D E ) . D E FOTOGRAFÍA DIRECTA DE D . J . M A R T Í . SALÓN DE BARCELONA.—GALERÍA PARES. SALÓN DE BARCELONA.-GALERÍA PARES. en O r > (/i > O O 2Í DONCELLA CATALANA. COPIA DEL CUADRO DE D . FÉLIX MESTRES. CAMPESINA CATALANA. COPIA DEL CUADRO DE D . RAMÓN CÍ 302 rentes industrias. En Nantes, cuatro bocas de alcantarilla vierten las aguas sucias en el río, y cabalmente la bomba que alimenta de aguas á la ciudad funciona entre estas cuatro bocas: es inútil exponer cuánto influye esto en las condiciones higiénicas de la ciudad. Un agua para ser buena, decían los antiguos higienistas, debe ser insípida, incolora é inodora; los antiguos confiaban en estos caracteres, en realidad de poco valor, para juzgar la cualidad de las aguas. El microscopio hace ver que en el sedimento del agua más clara existen numerosos infusorios, rotíferos, etc.; estos seres son inofensivos. Pero otros productos existentes con frecuencia son causa de muchos peligros. En China, donde existe la costumbre de arrojar en los campos las deyecciones para utilizarlas como abono, sucede á veces que las aguas se encuentran de tal modo cargadas de impurezas, que su absorción produce diversas afecciones y hasta una enfermedad mortal debida al desarrollo de los parásitos del agua. En Europa no se conoce afortunadamente esta enfermedad, que se localiza en los pulmones y da lugar á hemorragias. Los sedimentos acuosos pueden también contener el anquilostomo duodena!, que produce la anemia de los mineros. Durante los trabajos de perforación del túnel de San Gotardo, Graciadei vio millares de estos parásitos en los diferentes órganos de un minero de quien hacía la autopsia, atribuyendo á estos parásitos los accidentes de la anemia. Pemoncito, impresionado por este descubrimento, hizo cambiar los cursos de aguas de las cañerías, y logró la desaparición de la epidemia. En las minas de Anzín, el examen microscópico del agua hizo que se adoptasen análogas precauciones, con las cuales cesó una epidemia anquilostomia. La anemia de los mineros había sido descrita por Hallé hace más de sesenta años; ha sido preciso cerca de un siglo para encontrar su causa. « • » Los químicos han dosificado los elementos minerales del agua y culpado á la ca! de producir gran número de enfermedades. En nuestra opinión, la cal podría producir dispepsias é indigestiones, pero no una enfermedad más grave. Descartada la cal, se ha hecho la misma acusación á las sustancias orgánicas, fundándose en la observación de que en un agua, por estas sustancias impurificadas, el oxígeno tendía á desaparecer. No es la riqueza de materias orgánicas, sino su cualidad y naturaleza, lo que constituye el peligro. Dos ejemplos pueden citarse en apoyo de esta última afirmación. Durante la última epidemia de cólera en París, la enfermedad apareció súbitamente en un colegio de Asniéres, atacando á todas las colegialas. El Dr. Graucher, encargado de estudiar las causas á que obedecía la aparición brusca de la epidemia en el colegio, llegó á descubrir que en la noche que había precedido al desarrollo del accidente, los poceros, después de haber vaciado la letrina del colegio, habíanse lavado las manos en la fuente cuyo caudal se empleaba para la bebida. Esta agua, pues, estaba fuertemente cargada de sustancias orgánicas, y, sin embargo, no fué nociva sino en muy escaso grado, pues todos los atacados curaron. Por el contrario, en Pierrefond, el agua que ocasionó tantas víctimas estaba apenas cargada de sustancias orgánicas.. Para decidir acerca de la potabilidad de un agua sospechosa, puede emplearse el método de Pouchet, por el cual se dosifica el oxígeno por medio del permanganato de potasa; pero es preferible investigar la presencia en el agua de los microbios cuya significación patogénica es conocida. Los ingleses han sido los primeros en emprender este camino. En 1886, Snow tuvo la LA ILUSTRACIÓN. idea de señalar en una carta topográfica de la ciudad de Londres las casas en que había hecho estragos la epidemia colérica, y comparando luego esta carta con otra en que se representaba la distribución de los diferentes manantiales que surten de agua á la ciudad, pudo observar que el barrio en que se había cebado más particularmente la epidemia, correspondía á las tuberías dependientes de la bomba de Broad Street. Snow concluyó de esta observación que había una relación directa entre los cursos de agua y la marcha de la epidemia. La escuela inglesa, continuando estos trabajos y desenvolviendo esta idea, pudo llegar á afirmar que QO veces en 100 observaciones, el modo de distribución del agua regulaba la propagación de la fiebre tifoidea. En Francia el Dr. Michel, predicando las mismas doctrinas, pudo lograr por idénticos medios la desaparición de la fiebre tifoidea que reinaba endémicamente en Chaumont. El depósito de aguas utilizado para alimentar á esta población estaba situado en la parte más baja de la colina en que Chaumont se asienta, y era elevada por medio de bombas de este reservorio. La posición del depósito hacía inevitable su inficionamiento por las aguas filtradas procedentes de Chaumont. Michjl hizo canalizar el caudal de otra fuente, y dejando de ser empleada el agua del depósito inferior, cesó la endemia de fiebre tifoidea. Durante el verano de ; 8 8 i , la Municipalidad de Chaumont empicó de nuevo el agua de este depósito, y quince días después la fiebre tifoidea volvía á hacer estragos en Chaumont. No es el agua el único medio que conduce los gérmenes de las enfermedades; los lienzos sucios, las manos, todo contacto con una sustancia infecta, puede ocasionar infección; pero en estos casos la epidemia aparece más circunscrita y es más fácil su pronta y completa exterminación; no se disemina y no produce los formidables estragos de una enfermedad generalizada. Hace dos años llegó á Marsella un italiano infecto del cólera, y murió después de haber contaminado á su mujer y á su madre. El Dr. Querol intervino, haciendo desinfectar la casa detenida y cuidadosamente, y gracias á esta intervención oportuna, la enfermedad no se propagó y pudo ser abortada la epidemia que amenazaba á la población. Este hecho prueba una vez más la influencia y la importancia del agua como medio de transmisión. Estas consideraciones ofrecen aún mayor interés cuando se trata de la fiebre tifoidea, esa enfermedad que ataca principalmente á individuos de quince á veinticinco años. Brouardel contrajo á los dieciocho años esa temible d o lencia, y el propietario de la casa en que vivía, el que ha llegado á ser luego eminente médico francés, decía; ¡Qué triste es morir á los dieciocho añosl iCuánto se ha gastado á esa edad y qué poco se ha producido! Expresiónexactisima: á los dieciocho, á los veintiún años, á la edad en que ataca más frecuentamente la fiebre tifoidea, se ha costado mucho á la familia, y á la patria, y no se ha hecho nada ó muy poco por una y otra; no se ha constituido familia, no se ha sido útil al país. Por eso, arrebatar víctimas á esa enfermedad, es prestar á la nación uno de los más grandes servicios. Origen de D. Juan Tenorio. Muchos son los escritores, nacionales y extranjeros, que con .más ó menos acierto han tratado el asunto dado á conocer por el festivo Tirso de Molina por medio de su riuilador de Sevilla. El personaje de D. Juan ha dado sugeto á varias novelas, d r a m a s y hasta p o e m a s , como el del au^or de Childe I-farold, y aun ha N.° 501 habido una época, felizmente de corta duración, en que el héroe de toda obra perteneciente a aquel género, singularmente si el autor había nacido allende el Pirineo, era un D. J u a n , más ó menos caballeresco, más ó menos esforzado, más ó menos galante y pundonoroso; mezcla informe de valor y fanfarronería; pendenciero por naturaleza, provocativo por sistema, audaz hasta la temeridad; pero siempre excéptico, desconociendo la virtud, ó mejor, comprendiéndola é insultándola descaradamente, en apariencia impulsado por la fatalidad, y realmente buscando las ocasiones de perecer en ella. ¡Y cosa extraña! Cuantas veces se ha presentado el personaje que nos ocupa, siempre se ha colocado inmediato á él, cual si fuera su sombra, la grave y ceñuda figura del Comendador, venido al m u n d o , se diría, para castigar los crímenes y desmanes de aquél. íHa existido ese personaje? í E s creación de un poeta? í H a vivido en el mundo real? Pocas son las noticias que respecto del particular nos quedan. "Cuéntase que D. Juan Tenorio,de una ilustre familia de los veinticuatro de Sevilla, dio muerte una noche al Comendador Ulloa, después de haberle robado su hija, y que los franciscanos, deseosos de poner coto á las demasías de D. J u a n , á quien su ilustre nacimiento ponía á cubierto d é l a justicia ordinaria, le atrajeron de noche á su convento, extendiendo luego la voz de que D. Juan había ido á insultar en su capilla á la estatua del Comendador, y que éste le había sepultado en los infiernos.» Sobre tan débil cimiento se han construido más tarde tantas y tantas obras, desde la sencilla leyenda hasta el elevado poema, desde el drama filosófico fantástico, hasta la fantástica, inspirada y sublime creación de Mozart. Oue la tradición española ha sido la fuente donde han bebido cuantos han escrito después de Téllez, cosa es que á nuestro sentir no necesita demostración. Antes de que se conociera el Burlzdor, nadie se acordaba de haber visto un tipo semejante; bastó que se presentara en escena, para que su conocimiento se hiciera general. Mas la creación de dicho personaje (es puramente española? Tal cual lo conocemos, no sólo por las obras de nuestros escritores, sino que también por las de los extranjeros, debemos confesar que sí, y esto confirma lo que antes hemos apuntado; pero si atendemos á documentos anteriores en mucho al tiempo en que se supone el acontecimiento, tendremos que confesar que no es hijo legítimo de nuestro suelo el Burlador D. J u a n . No es por esto que haya entre a m b a s figuras, la que conocemos y la que vamos á presentar, la indentidad que resultaría de haberse calcado una sobre otra; mas son tantos los puntos de semejanza, que es imposible desconocer cuando menos el aire de familia. No citaremos los muchos ejemplos de atroces castigos que nos refieren ¡as primitivas tradiciones del Norte, pues de todos son conocidos los males que sobrevenían á aquellos que para poseer una espada de buen temple, no vacilando en turbar el reposo de los muertos, arrebataban de grado ó á la fuerza las de los antiguos héroes que yacían enterrados cabe aquellas. Nada diremos de la bellísima leyenda de nuestras montañas, en la cual tan ingenuamente y al par con tanta rectitud, se hallan pintados los sentimientos que inspira á las almas piadosas el que se aparta de la senda del deber. Nada de aquel cuento no menos popular que en nuestros tiernos infantiles años escuchamos helados de terror, erizándosenos el cabello, cuando la narración llegaba al punto en que el seco ruido del cráneo, saltando de peldaño en peldaño, iba acompañado del terrible «Marieta, j a ' t t i n c h . » Nuestras citas se limitarán, pues, á una composición bretona que se supone de mediados del siglo XV, atribuyéndose á un capuchino llamado P , Morín, que murió en 1480 N.- 501 después de haber predicho á los bretones su incorporación á la Francia, en castigo de sus pecados. Pero como cuanto pudiérarpos decir de ella, sería poco para dar u n a libre idea del punto hasta donde llega la semejanza, hemos preferido insertar íntegra la traducción: "Durante los días de Carnaval, tuvo lugar en Rosporden una espantosa calamidad. Escuchad, cristianos. Fres jóvenes disipados habían estado de francachela en una taberna, y tanto bebieron, que el vino llegó á subírseles á la cabeza. Comido y bebido que hubieron á más no poder. Vistámonos, dijeron, pieles de animales, y echemos á correr por esas calles adelante. Uno de esos tres muchachos, el más ruin, no bien se hubieron alejado sus compañeros, dirigióse al cementerio, alcanzó una descarnada calavera, colocó dos lucecitas en las concavidades de sus ojos, púsosela sobre su cabeza (era lo más horrible que puede darse) y así ataviado, echó á correr como un demonio por aquellas calles arriba. Los niños, al verlo, escondíanse horrorizados, y hasta los hombres ya maduros franqueábanles el paso en cuanto se acercaba. Cuando los tres jóvenes hubieron recorrido la ciudad á su placer, encontráronse de nuevo y dieron á chillar, saltar y chancearse, acabando por decir: «cDónde está el Señor nuestro Dios? ¡Venga á regocijarse con nosotros!» Enojado el Criador, hirió entonces la tierra con un golpe que hizo bambolear las casas t o das de la ciudad, de suerte que los habitantes, creyendo llegado el fin del m u n d o , empezaron á arrepentirse de los pecados que habían cometido. El más joven, antes de regresar á su casa d e volvió el cráneo al cementerio, diciéndole antes de irse: ^'Calavera, quien quiera que seas, ven mañana á mi casa y cenarás conmigo.» Entonces tomó la vuelta de su morada, acostóse y no despertó hasta el día siguiente. Al amanecer se levantó y se dispuso para sus h a bituales faenas, sin acordarse de cuanto ocurrió la noche anterior. Tomó los aperos, dirigióse á su campo cantando á gañote, como aquel á quien no se le da un ardite cuanto pueda acontecer. Mas no bien hubo cerrado la noche, y llegado con ella la hora en que todo el mundo cena, sonaron en la puerta dos golpes sonoros y acompasados. Levantóse el criado para abrir, m a s tanto se asustó al encontrarse con el que había llamado, que cayó redondo sin poderse valer. Otras dos personas que fueron á levantarle se espantaron de tal modo, que murieron instantáneamente. Entonces, ceñudo y con paso lento, adelantóse el muerto hasta la mitad de la sala. — «Heme ahí, ahí me tienes, vengo á cenar contigo. Vamos, pues, camarada, estamos muy cerca, nos sentaremos juntos á la mesa del festín que está ya preparada en mi tumba.» No bien acabó de pronunciar estas palabras, cuando aterrorizado el joven dejó escapar un espantoso alarido, cayendo sin fuerzas y estrellándose la cabeza contra las sonoras losas del pavimento. Tal es la leyenda. El convite de que se habla en ella; el poco cuidado de si asistiría el invitado, propio solo del que no lo espera; los golpes en la puerta; el terror del criado; el asombro de las dos personas q u e acuden en su auxilio; la fatídica aparición del esqueleto; el festín preparado dentro de la tumba y el final trágico del extraviado joven, í n o recuerdan involuntariamente las escenas y situaciones de uno de los dramas m á s populares de nuestro Teatro m o derno? Se dirá que son muy distintos los móviles que impulsan al héroe de la leyenda y al del drama. Mas como se fije la atención en que el capuchino Morín escribía para un pueblo que aun á mediados del siglo .\v estaba, puede LA ILUSTRACIÓN, 363 decirse, en su infancia; q u e trataba de converPorque ellos son los hermanos queridos de las tirle, dirigiéndose á su sentimiento religioso; lágrimas. que por lo tanto debía echar mano de los m e Las lágrimas que caen sobre las losas sepuldios que mejor podían impresionarle, y luego crales, recógelas el ángel de la Piedad y las se considere el tiempo en que vivió Téllez y se lleva al cielo convertidas en perlas para ceñir recuerde que escribía para el teatro, es decir, con ellas las frentes de los serafines. para recreo, y no así como quiera, sino para Las lágrimas son también una filosofía: la de la culta y discreta sociedad española del siglo los recuerdos. Sólo á su luz pueden revelarse XVII, no tendrá que darse mucha tortura á la los tenebrosos abismos de lo que fué. La espeimaginación, para que puedan explicarse las ranza misma, iqué otra cosa es sino el sueño leves y si se quiere trascendentales diferencias de un porvenir dichoso que sonríe á nuestra existentes en el fondo de ambas tradiciones. ansiedad y que, enamorado de su fantástica b e Para terminar diremos que de aquélla se h a - lleza, se mira complacido en nuestras lágrimas? llan variantes en Alemania, en Inglaterra y en Por último, al través de las lágrimas vemos Francia. Ahora bien; íera imposible q u e de tres cosas admirables: la muerte, lo infinito, cualquiera de estos países hubiese pasado al Dtos, e s t o e s : la tras/igiiración espiritual, la panuestro, y encontrándola si se quiere un tanto tria de las almas, el Ser increado. fría é insulsa, hubiésemos tratado de ataviarla de manera que guardase m á s armonía con el MAARIA S A L A Z A R . carácter español? Cuestión es esta que no puede resolverse fácilmente; mas no podemos m e nos que repetir, sin que al hacer esta declaración nos ciegue el orgullo nacional, que si los m o dernos han conocido á D. Juan se lo deben al fecundo Tirso de Molina, y si entre nosotros ha logrado popularizarse, débese especialmente al A l - DISTINGUIDO PÜF.TA V E N E Z O L A N O , esclarecido vate D. ¡osé Zorrilla. En mi estancia. DUCTOR D . G A U U I E L E . M U Ñ O Z . L . V . DE LA M . Las lágrimas. La cuna del talento es el corazón. Allí la p u sieron sus padres la imaginación y el sentimiento. La primera le dio forma, vivacidad y luz. El segundo delicadeza y lágrimas. El alma es la misteriosa fuente de las lágrimas, y los ojos hablan con ellas el tierno idioma del sentimiento. Las lágrimas son la poesía religiosa del dolor concentrado y silencioso. Los diamantes que brillan en las coronas de los reyes son para mí menos preciosos que las lágrimas que corren por las mejillas de los mártires. Las lágrimas de los niños y d? las vírgenes son como el rocío de los lirios y de las rosas; las del poeta, como fuego de los volcanes: las del hombre criminal... los malhechores, l o s a s e sinos de la conciencia no tienen lágrimas. Las lágrimas que inundan el rostro, consuelan y muchas veces salvan; las que descienden al corazón desolado, oprimen y torturan. La sonrisa tiene en verdad su graciosa y poética expresión, pero no da tanto realce á la belleza como una lágrima. La sonrisa nace de la luz del alma; pero el fondo de ella, su reflejo, su imagen son las lágrimas. Un hombre sin lágrimas es ateo: no aspira al cielo. cPor qué?—Porque no tiene alma; que no verter lágrimas, es no tenerla. La felicidad tiene sus lágrimas, así como la desgracia; pero las de la felicidad son fugitivas, caen sobre la tierra: las de la desgracia, sublimes, y se evaporan y se trasparentan, y suben hasta Dios, que siente placer en recibirlas. Muchas veces el canto de un pájaro, un celaje, un niño que juega, un anciano que duerme, una voz desconocida, cualquier ruido, la vista de una flor, de un río, u n a palabra, una melodía tienen el poder de arrancar lágrimas deliciosas. cPor qué?—Lo ignoro. íAcaso las lágrimas no son un misterio? Cuando escribo, invoco á un genio, el de las lágrimas; entonces sale éste de mi corazón y enciende, agita, ilumina mi pluma. Aun m á s : me inicia en sus misterios y me arrebata á la región del dolor y los sollozos. Por eso cuando escribo, lo hace mi corazón, á veces con lágrimas, á veces con su propia sangre. Pláceme el silencio y la soledad. ^Por qué?— Yo he visto en el silencio de las noches bajar tranquilo á mi escondida estancia, en un pálido rayo de la luna un mensaje de amor y de esperanza. Yo he visto cada tarde á mi bohardilla, venir aleteando un ave blanca, que cuando estoy más pensativo y triste en el silencio de mis penas, canta. Enredadas contemplo entre mis rejas madreselvas de flores perfumadas, y abejas y pintados colorines que alegres giran, ostentando galas. Viene también mi perro, el fiel amigo á acompañarme á veces, y en mi sala entra moviendo la flexible cola y á las piernas subiéndoseme salta. Un libro donde leo alguna historia; la Imagen cariñosa de mi amada, que colgada del m u r o la conservo, y á quien llevo lambicn dentro del alma. La sombra bienhechora de mi padre á quien dirijo todas mis plegarias, y esta pluma, la dulce confidente que recoge mis risas y mis l á g r i m a s . ¡Seres sin deslealtad ni ingratitudes que nunca me abandonan ni me e n g a ñ a n : amigos cariñosos con quien tiene sus coloquios m á s íntimos el a l m a ! . . . iAh! cuando en esa calma de mis noches leo y medito en mi tranquila estancia, la luna a l u m b r a , el ave se recoge, la madreselva asoma, el perro ladra, Me digo con ese íntimo consuelo que en el tedio más hondo encuentra el alma: — "¡Aun tengo en derredor buenos amigos, aun el cielo se acuerda de mi casa!» RAFAEL L I N A R E S B E R N A L . fVenezol.Tno.) LA ILUSTRACIÓN. 3í'4 N.» 501 Museo armería DB DON J O S É ESTRUCH. (CONTINUACIÓN.) Dice Poliblo, que los oficiales griegos quedaron vivamente sorprendidos ante semejante r e sultado, que no podían prever ni menos explicarse. Polibio, en cambio, halla la solución de este problema en la distinta organización de los dos ejércitos, haciendo un paralelo entre el legionario y el hoplita. El primero llevaba la coraza como pieza principal de la a r m a d u r a , y el segundo protegía su cuerpo sólo con el e s cudo. Cuando la legión se extendía en batalla, cada soldado maniobraba de manera que q u e daba situado á un paso de distancia de sus compañeros inmediatos, disponiendo, por lo tanto, cada uno de ellos, del espacio necesario para manejar con libertad el pilum y las javalinas, amparándole la coraza, cuando por efecto de los movimientos que debía practicar, no b a s taba el escudo para protegerle. El hoplita, unido á sus compañeros de la falange, cubierto por el escudo, las cnémides y el casco, y con la sarisa cruzada, no exigía la defensa de la coraza. En los cuerpos de ejército r o m a n o s , el soldado se ejercitaba de continuo en la esgrima de las armas que formaban su a r m a m e n t o , especialmente en la del pilum, que pesado y de difícil manejo, exigía una destreza especial, que sólo podía obtenerse á costa de mucha práctica. No necesitaba, en cambio, el soldado griego. -Núm. I. Alabarda suiza del sig lo XVII.—Núm. 2. Alabarda suiza del siAlabarda alemana del siclo xvi.- -Núm. 4. Partesana francesa del siglo xvi. glo XV.—Núm. -Núms. 5 y 6. Alabardas venecianas del siglo xvi.—Núm. 7. Moharra del siglo xvi. GRABADO NÚM. 96. GRABADO NÚM. 97.—Núm. i Estandarte bávaro del siglo xvj.—Núms. 2 y 3 . Picas del siglo xn. tantos esfuerzos para llenar sus deberes de I enemigo con rara destreza y suma habilidad.— Stictius asistce vestes procera coercent.—Procohoplita, limitada su acción á ser portador de la pica en la masa de la falange. De ahí que aparte pio, secretario de Belisario, que tuvo ocasión de verlos combatir en Italia, hace de ellos una desde la superioridad de organización que acusa cripción más completa é interesante. Dice que la legión sobre la falange, como cuerpo armado, los infantes ó peones del ejército de T h e o d o resulta el hoplita, considerado como hombre de berto, no usaban arcos ni lanzas, consistiendo guerra, muy inferior al legionario, ya que éste se su armamento en un gran cuchillo, un hacha distingue por su mayor esfuerzo y decisión. de doble filo y mango muy corlo y el escudo. Los francos que, al vencer á los romanos, Al darse la señal de ataque, avanzaban con variaron las corrientes dominadoras que inforgran decisión lanzando el hacha contra el e s maban la política de la ciudad de los cesares, cudo del enemigo, para hundirlo é inutilizarlo, son, entre los pueblos llamados bárbaros, los acometiéndole después espada en m a n o . Agaque mayor interés ofrecen para la panoplia, ya thias, contra lo que afirma Procopio, describe que los hunos, vándalos, hérulos, visigodos la destreza del guerrero franco en manejar una y ostrogodos, no dejaron huellas tan profundas, existiendo sólo noticias vagas acerca de gran javalina á modo de lanza, el angón, cuya estructura y oficio presenta mucha semejanza las armas que utilizaron en los combates. No se crea, sin embargo, que existan datos preci- y analogía con el pilum de los romanos. Uno de los escritos de Sidonio Apolinario confirma sos respecto del armamento de los guerreros el aserto del anterior, ya que determina de m o francos de los siglo v y vi, pues los únicos do preciso, el uso y destino de esta clase de documentos y testimonios que podemos cona r m a s . — E t intortas procederé saltibus hastas sultar y reunir son los que ofrecen inque hoslem venire prius.—Por último, E u g e en sus obras los autores latinos de aquel tiempo. Las recientes investi- nio de T u r s ocúpase también incidentalmente gaciones practicadas en los enterra- de la lanza, al referir que Clodoveo, al revistar mientos merovingios, en los que á su ejército después de la toma de Soissons, y reconvenir á uno de sus soldados á quien se han hallado armas y otros objedeseaba castigar, diciéndole que no podían tos usados por aquel pueblo, aclaservirle la lanza, el cuchillo, ni el hacha de ran las dudas y vaguedades que de otra manera resultarían á no tener que estaba a r m a d o , ya que estas armas se construían sólo para los valientes. No ofrece más informes que los consignados en los textos pues duda que el soldado franco llevaba un arlatinos. Precisa pues, en primer término, apelar y otra arrojadiza, á los documentos escritospara formar exacto jui- ma de asta, el hasta franca, el angón. cio de la clase de armas y modo de combatir de los soldados francos. Sidonio Apolinario escriSi nos fijamos en las extensas descripciones bía á mediados del siglo v, que el guerrero que hace Agathias de esta arma, y, por otra franco, robusto, musculoso y de elevada e s - parte, tenemos en cuenta algunos escritos de tatura, cubierto con ropas ajustadas, llevaba Vegecio, especialmente aquellos en que se laescudo, y pendiente de su ajustado cinturón, el menta de la decadencia de las armas romamachete ó cuchillo característico y en la m a n o nas, convejidremos con el eminente arqueólogo la javalina y el hacha que lanzaba contra el M. Landensmith, en que al abandonar el pilum LA ILUSTRACIÓN. N.- 501 GRABADO NúM. 9 8 . — N ú m . i. P a r t e s a n a del siglo x v . — N ú m . J . Cuchillo de brecha del siglo x v i , — N ú m . 3 . Alabarda de C o r t e del siglo xviii.— N ú m . 4 . 'Portefaix del siglo x v . — N ú m . 5 . Moharra del siglo x v i . — Núm. 6 . Guisarma del siglo x i v . — N ú m . 7. Alabarda del siglo xix. las legiones romanas adoptáronlo los pueblos mal llamados bárbaros, dándole su última fornia: el angón merovingio. Dos tipos ofrece la espada de los francos: la que por su estructura presenta caracteres de tal, y el escramasajón, arma distintiva y especial de aquel pueblo, más corta que la espada romana, con la que guarda en cierto modo alguna analogía, con ancha hoja de un solo filo, que se emponzoñaba, según se desprende de una cita de Gregorio de Turs, en la que se manifiesta que la famosa Fredegunda distribuía esta clase de armas peligrosas entre sus partidarios. Aunque los textos antiguos no hacen mención especial de arcos y flechas, parece probable que los francos, si bien no las emplearon en los combates, hicieron uso de estas armas en la caza, y, quizás, en los sitios ó asedios, ya que no cabe la menor duda que fueran conocidas y utilizadas por ellos. En apoyo de estas afirmaciones podemos citar el titulo veintiti-és de la ley sálica, en el que se determina la imposición de una multa de sesenta y dos sueldos ^1 que causara heridas con una flecha emponzoñada, y la de treinta y cinco sueldos de oro *1 que hiriera á otro en el dedo destinado á tender el arco. Por si estos antecedentes no bastaran para desvanecer dudas, podemos citar también los hierros ó puntas de flecha halladas o descubiertas en algunos enterramientos merovingios de Normandia, entre los que es digno de notarse, el tipo cuyas largas barbas forman Un ángulo muy abierto, de manera que la herida ^ue produciría al clavarse había de ser de fu"lestas consecuencias. El armamento defensivo era tan sencillo cual |Í°'"'"'^spondia al estado de barbarie en que se ha'aba aquel pueblo cuando emprendió la conquista de la Galia. Su defensa hallábase circunscnta ^'escudo circular, pintado de blanco, con um° " muy saliente, de bronce ó hierro, de cin<^"enta centímetros de diámetro, siendo para 365 GRABADO NÚM. 9 9 . — N ú m . i . Guisarma del siglo x v . — N ú m . 2. Espontón del siglo x v n i . — N ú m . 3 . Alabarda suiza del siglo x v u . — N ú m . 4 . Alabarda del siglo XVII.—Núm. 5. Botafuegos del siglo x v i . — N ú m . 6. Bolafuegos del siglo XVI.—Núm 7. Corsesque del siglo XV. — N ú m . 8. Horquilla para arcabuz del siglo x v i . — N ú m . g. Botafuego del siglo xvi.— N ú m . 1 0 . Pica del siglo x i v . — N ú m . i i . Hoz de guerra del siglo x v i . — N ú m . 12. Martillo de guerra del siglo x v . — N ú m . 1 3 . Pica del siglo xiv. ellos casi desconocido el uso de la coraza, cota de malla y hasta del casco, pues si bien es cierto que los jefes llegaron á proteger su cabeza, en cambio los soldados combatían siempre sin más defensa que la que podía ofrecerles la rapidez de los movimientos protectores del escudo. ANTONIO GARCÍA LLANSÓ. (Se continuará.) N." I. GRAÜADONÚM. ,0Q, 100.—N." i . Alabarda alemana del siglo xxvi. v i . — N ú m s . 2 y 3 . Alabardas venecianas de! siglo xvi. N ú m . 4 . Partesana francesa del siglo x v i . — N ú m . 5. Espontón del siglo x v u . Núm. 6. Alabarda suiza del siglo xvi. —Núms. 7 y 8. Alabardas venecianas del siglo xvi. 366 ADOQUINES DE ESCORIA.—El Ayuntamiento de Bilbao ha acordado levantar el entarugado de la calle de la Esperanza y sustituirlo p o r e l a d o q u i n de escoria. Nada más natural que en Bilbao, donde se administran los intereses municipales tan en consonancia con los del vencindario en su más elevado concepto, se procure por todos los medios dar provechosa salida á los productos de la e s coria de Altos Hornos, pues el dar valor á ésta puede contribuir á abaratar el coste de lingote. Es una novedad q u e hemos encontrado recientemente en Bilbao, la de haberse emprendido en gran escala la fabricación de ladrillos, cementos y adoquines con las escorias de los Altos Hornos. P o r lo pronto éstas se pagan á 2'50 pesetas la tonelada; pero si algún día se puede dar salida á todas las que se produzcan, no dudamos que llegarán á venderse al precio de 5 pesetas, que parecía imposible cuando los fabricantes de Bilbao nos las ofrecían gratis hace dos ó tres años. *# EL N.° 50Í LA ILUSTRACIÓN. MEJOR MOTOR DE G A S . — S e g ú n M. R o b i n - són, que ha escrito recientemente una obra de gran mérito sobre máquinas de gas, el mejor motor que hasta ahora se ha hecho, ha sido el presentado en la Exposición de París con el nombr¿ de Simplex, el cual es de 100 caballos, y que debidamente tratado para que actúe con gas Do'Mson, consu^nc sólo 450 gramos de carbón por caballo efectivo y hora. sin ningún amarre en territorio extranjero; pero sólo el Sr. Becerra tiene probabilidad de ser el que lleve el pensamiento á la realidad por el anuncio del concurso, publicado en la Gaceta oficial del ^ de mayo, de un corte tan liberal, que todo pensamiento puede ser presentado sin sujeción á ninguna forma técnica ó económica preconcebida por el ministro. Debe esperarse buen resultado de tal concurso. (De la Revista minera, metalúrgica y de iní^eniería). * *# CENTENARIO DEL SOMBRERO DE COPA.—El sombrero de copa ó de cilindro, como se dice allende los Pirineos, es hijo del cubrecabeza cuákero que llevaba Benjamín Franklin cuando en 1790 fué á París en representación de los Estad..s Unidos. Esta forma llamó talmente la atención, que no tardó en suplantar el tricornio en la cabeza de los que querían patentizar su republicanismo. P o r esto fué prohibido su uso en Alemania y Rusia, hasta que á fines del quinto decenio llegó á ser, al contrario, indicio de conservaduría. •* RELACIÓN DE LAS LENGUAS EN SUIZA. —De los 2.933,612 habitantes que según el censo de I 888 tiene Suiza, 2 . 0 9 2 , 4 7 9 = 7 i '3 por 100 h a blan alemán; 637,7 10=^2 1'8 por 100 hablan francés; 1 5 6 , 4 8 2 = 5 * 3 por 100 hablan italiano y 38,376:^=1'3 por 100 hablan rético ó románico. El idioma oficial es exclusivamente alemán en 14 cantones, francés en tres (Vaud, Ginebra, Neufchátel) é italiano en uno (Ticino); tres cantones son bilingües (Eterna, Friburgo y Valois), alemán y francés; y finalmente, el cantón de los Grisones reconoce tres idiomas oficiales: el alemán, el italiano y el rético. * * » LAEXPOSICIÓ.*^ DE EDIMIÍURGO. — Se ha abierto en el día señalado la Exposición de Edimburgo que, según todas las probabilidades, será un éxito completo, así financiero como técnico, dentro de su escala y sus aspiraciones. Como el primitivo pensamiento fué hacer sólo una exposición de electricidad y se hicieron muchos SAi.oN DE I Í A R C E L O N A . - C ; A L E R I , \ P A R E S . trabajos para decidir á los expositores á presen- ! E L DÍA DE R E Y E S . — D O N C E L L A CATALANA. tarse, resulta este ramo muy predominante, y Cuadros de Félix Meslres. de todas sus aplicaciones hay lo m á s notable. Al inaugurar hace un año la serie de reproAparte, por supuesto, de pilas de todas las claducciones de los cuadros que figuran en la gases, dinamos y demás, están bien expuestos los lería Pares, ya emitimos el favorable juicio que tranvías eléctricos, las lanchas de igual motor nos merecía Félix Mestres. Entonces publicamos y el transportador Tdfer, de tanto porvenir para algunos casos. un cuadrito de caballete, titulado Una consulta, « que denotaba en su joven autor alientos y cualiE L CABLE DE ESPAÑA Á CUHA Y PUERTO R i dades de artista. No nos equivocamos al consigc o . — S i en cada uno de los ministerios de E s - narlo, puesto que al cabo del período de tiempo paña reinara la actividad y buen deseo que en transcurrido, presenta el Sr. Mestres obras de el de Ultramar, bajo la decidida dirección del más valía, como resultado de sus continuados Sr. Becerra, en pocos anos se transformarían estudios. Un paisaje, recuerdo de excursión velos intereses materiales del país, y no tardaríaraniega, notable por la frescura de sus tonos y mos en saldar nuestros presupuestos con s o fiel cuanto brillante colorido, un precioso grupo brantes, como hace Inglaterra. En el ministerio de niños en la terraza del Parque, cuyo asunto de Ultramar ahora parece que nó se tarda en resulta tan delicado como simpático, y un intehacer las cosas m á s que el tiempo que realrior, perfectamente interpretado, son los cuadros mente requieren; asi es que una tras otra se que han podido examinar los inteligentes. P o r han tomado resoluciones en un año, que han nuestra parte felicitamos al Sr- Mestres, convenido siendo proyectos tímidos durante veinte fiando que cada exposición sucesiva, signifique años ó más. Tal vez no todos los asuntos se un avance en el camino del arte. hayan resuelto con el mejor acierto; pero así E.VPOSICIüN DE BEIJ.AS ARTES DE 1890. como hay muchos funcionarios públicos, casi todos, que á fuerza de querer hacer las cosas P]L E S C Í N D A L O . bien, se pasarían toda su vida en un ministerio ¡•.scultiira de D. José Campeny. ó una dirección general sin hacer nada, ó abordando sólo cuestiones de tercer orden, hay Ventajosamente conocido este joven artista, otros, como el S r . Becerra, q u e parecen inspipor sus recomendables obras, por sus recienrados del pensamiento, con el cual simpatizamos, tes triunfos en varios concursos y por su que lo peor de todo es no hacer nada en u n a constante labor, nos complacemos en reproduépoca en que en todos los demás países hay cir la atrevida composición que ha expuesto en tanta acción y movimiento. la sección correspondiente de la Exposición de Bellas Artes que se celebra en Madrid. El EsDesdeque se tendió el primercablc entre Amécándalo se intitula la composición, y aunque á rica y Fluropa, se está hablando de la necesidad algunos pueda antojárseles atrevida, preciso es de comunicar directamente á Cuba con f-]spaña convenir que resulta tan bella como armónica, denunciando los alientos de este distinguido e s cultor y s u s estimables cualidades artísticas. ¡VIUDO! Cuadro de T\ A. Coll. E n los grandes dolores es en donde m á s n e cesitamos de nuestra energía y del poderoso esfuerzo de la razón. El esposo que pierde á la dulce compañera de su vida, aunque llore su desgracia, rindiendo el justo tributo del sentimiento, debe recordar que de su existencia d e pende la de tiernos seres, mitad y recuerdo viviente de su esposa, á la que debe sustituir, y guardar para ellos los tesoros de ternura que les reservaba el inagotable cariño de la madre. Difícil, si no imposible, es para el hombre llenar semejante vacío; pero aun así, el verdadero p a dre, el que fué amante esposo debe tratar de cumplir tan honroso ministerio. Tales son las consideraciones que han inspirado al joven cuanto inteligente pintor A. Coll, el sentido asunto de su bellísimo cuadro, en el que son de admirar la discreta disposición de las figuras, y 1^ sobriedad del colorido, que se armoniza perfectamente con la dolorosa escena representada. LA COMTESE SARAII. Cuadro de D. Luis Quer. Más artista que pintor, hállanse armonizadas en Luis Qucr las aspiraciones del que como él siente el arte, con las ilusiones que alimenta el poeta, porque en todos s u s lienzos, en sus m á s sencillas notas de color, adivínase siempre el esfuerzo de su soñadora fantasía. Poetiza el arte, y de ahí que en todos sus cuadros, especialmente en los paisajes, que tienen un algo que recuerda á los de Urgell, se lea una sentida estrofa. Inspírase en los grandes contrastes y bellezas que la naturaleza ofrece, copiándola en sus encontrados aspectos. Busca en ella el manantial de su inspiración, presentándola de manera que en sus combinaciones de luz, sus celajes y vegetación, adivínanse los sentimientos que embargan el corazón del pintor, q u e , auxiliado por el arte, tributa un sentido recuerdo, llora ó canta, evoca escenas y lugares que conserva latentes en su imaginación. Separándose del camino hasta hoy emprendido, presenta un bonito busto de mujer, la Comtese Sarah, inspirado en la novela del celebre novelador francés Georges Onhet; y aunque sólo puede considerarse como una manifestación de sus aptitudes para la pintura de este género, demuestra cuanto puede esperarse de quien, como él, se dedica con fey entusiasmo al cultivo del divino arte. l'LOR Y MARIPOSA, copia del cuadro de D. cisco Masriera. Fran- Ocasiones tan repetidas se nos han ofrecido de ensalzar en este mismo lugar las obras del eximio pintor D. Francisco Masriera, q u e , con su hermano D. José, sostienen tan alto el pabellón del Arte en nuestra querida Barcelona, que casi juzgamos inútil encarecer las bellezas de la nueva obra de que hoy damos copia. Don Francisco Masriera ha alcanzado la categoría de maestro en su arte; sus lienzos llevan el s e llo especial, elegantísimo y delicado, que son el distintivo de todos los que brotan de su brillante paleta. SALÓN DE BARCELOJMA.—GALERÍA PARES. CAMPESINA CATALANA. Cuadro de Ramón Camins. Varios lienzos recomendables ha expuesto el joven pintor S r . Camins, que demuestran desde luego sus aptitudes y cualidades y hacen concebir la esperanza de q u e , si continúa, como hasta hoy, por tan segura senda, llegue á p r o ducir obras de verdadero mérito y á figurar su nombre entre el de los artistas que tanto h o n ran con su ingenio el arte patrio. Sobrio y exacto en el colorido, acusan sus N." 501 LA ILUSTRACIÓN. cuadros inteligente estudio y espíritu de observación, cualidades que llegará á poseerlas en alto grado, y le reportarán fama y provecho, si continúa siendo devoto ferviente del arte. EXTRANJERO. !• R A N C I A . — E l almirante Dupcrrc, que ha tomado el mando de la escuadra del Medilerráneo, pasó, el primero del actual, en Tolón, á las nueve de la mañana, á boi'do del Formidable, donde fué recibido por el almirante Alquicr y los principales oficiales á sus órdenes. Inmediatamente el almirante líuperrc mandó izar su pabellón, que fué saludado con once cañonazos. Las tripulaciones de todos los buques de la escuadra estaban en las vergas, y dieron ires "vivas» á la República, mientras los clarines y tambores batían marcha. El espectáculo era raagnílico. ííl almirante Duperré dirigió á las tripulaciones de la escuadra la siguiente orden del día: «Llamado por el gobierno de la República á reemplazar al eminente jefe que acabamos de perder, tomo con emoción profunda el mando de la escuadra ucl Mediterráneo. Conozco vuestra disciplina y sé que es inquebrantable, y cuento con vuestra abnegación para secundarme en el cumplimiento de mis tarcas. Inspirándoos yo el ejemplo que os legó DuPciit-Thouars, os mostraréis en lo venidero, como en •o pasado, afanosos en la labor, fieles á nuestras instituciones y servidores fervientes de la patria.» Con motivo del aniversario do la muerte de Garibaldi,el Ayuntamiento de Niza, precedido de una música y s e g u i d o d e l a Sociedaddeunióngaribaldina yde otras sociedades, se encaminó, el primer domingo de este mes, á las nueve de la mañana, al cementerio donde se levanta la tumba de la madre de Garibaldi, para depositar en ella multitud de coronas. El alcalde pronunció un discurso caluroso en elogio del célebre general italiano, y prometió que por todo el año próximo quedará terminado el monumento que á la memoria de aquél se está construyendo en Niza. Otros oradores tomaron la palabra, y se dirigieron luego hacia la tumba de Gambetea, donde se efectuó el desi'le. Las sociedades republicanas italianas y los individuos del Circolo Mazzini fueron á visitar también el sepulcro de la madre de Garibaldi. Todos los oradores italianos atacaron violentamente la política de Crispí é hicieron votos por la alianza franco-italiana, por la fundación de la Liga latina y por la República universal. El próximo pasado domingo se celebró en Marí^ella el cierre de las fiestas universitarias. I'or la tarde se organizó una gran liesta provincial en el parque del Earo, y por la noche se celebró un banquete de despedida ofrecido á los estudiantes, al cual asistieron 4 0 0 comensales, entre los cuales se \ e í a n á las autoridades y á los claustros universitarios de iVIarsella y de Aix. Después de la lectura de un telegrama del general iirugere, en nombre de Carnot, dando las gracias á los estudiantes por el que en testimonio de su simpatía éstos le enviaron, el secretario general brindó por la salud del presidente de la República. El alcalde se congratuló de la Unión de la juventud internacional consagrada en Marsella, ciudad cosmopolita por excelencia, y maniicstó la esperanza de que ésta obtendrá lo que hace tanto tiempo anhela, esto es, la Universidad de la •" rovenza. Los delegados extranjeros y de las diversas Universidades de Erancia , demostraron con calurosas frases su gratitud por la acogida fraternal que les había dispensado la ciudad de Marsella, y en particular celebraron la hospitalidad cordial de F r a n cia, cuyo recuerdo, dijeron, no se borrará nunca de Su mente. La liesta terminó después de media noche, en medio del entusiasmo de todos. La familia Rotschild ha comprado en Petcrboroug al famoso péndulo construido por Luís . \ V I , dando por él 7 5 0 , 0 0 0 pesetas. Con motivo de la visita de la escuadra italiana á íolón, el rey de Italia ha conferido condecoraciones á 8 ' a n número depeisonajes franceses, pertenecientes ^' ejercito, á la armada y al ministerio. La comisión de presupuestos ha anudado el examen del correspondiente al ministerio de Hacienda. A propósito del capítulo tercero, referente al crédito destinado á cubrir los atrasos de las obligaciones sexanarias emitidas ó á emitir hasta fin del corriente año para cubrir los gastos extraordinarios de la guerra, la comisión ha debido examinar el asunto del empréstito. En efecto, recuerdan todos que Rouvicr. en su proyecto, propuso la incorporación al presupuesto ordinario del extraordinario de g u e r r a , cuyos gastos serian en adelante cubiertos por el impuesto, y la consolidación ó conversión de las obligaciones sexanarias emitidas ó á emitir hasta fin de 1 8 0 0 , para hacer frente á dichos gastos y representando una suma de 7 0 0 millones en renta perpetua al 3 p. "/o. Reille, apoyado por sus compañeros de la derecha, combatió las proposiciones del ministro de Hacienda y se declaró por la conservación del presupuesto extraordinario de guerra. Burdeau, al contrario, se esforzó en demostrar la necesidad de la desaparición de este presupuesto y, por consiguiente, de la conversión de las obligaciones sexanarias que á él correspondan. Otros diputados sostuvieron también el sistema preconizado por el ministro. Puesto á votación, se aprobó en principio, por [9 de los 2 I individuos que forman la comisión, el proyecto de empréstito de 7 0 0 millones. Después del escrutinio, Pellctán pidió que la conversión se aplicara igualmente á las obligaciones sexanarias emitidas ó á emitir para el pago de las garantías de las compañías ferroviarias, que Rouvier ha exceptuado de la consolidación y que representan una suma de 3 0 0 millones. Esta moción fué combatida por Burdeau y rechazada por 10 votos contra 8. I N G L . \ T E R R . \ . — M r . (iourley ha preguntado en la C á m a r a si se ha confirmado el rumor de haber desembarcado en Terranova algunos oficiales y soldados de marina franceses; á lo cual ha contestado Mr. Fergusson, que ni el ministro de Estado ni el gobierno francés han recibido noticia de tal acontecimiento. Luego ha añadido; «Estoy seguro de que hasta la conclusión de un tratado cualquiera, los oficiales de ambas naciones g u a r d a r á n una actitud conciliadora.» El World dice que si la reina Victoria se ha opuesto formalmente á la abolición proyectada del cargo de general en jefe de las fuerzas británicas, es porque el príncipe consorte estimaba que la conservación de este cargo es esencial para los intereses de la dinastía y que importa no dejarle caer en manos del ministerio ni del parlamento. .\LEM.ANIA.—Los periódicos alemanes meten mucha bulla con motivo de la participación de dos acorazados dinamarqueses en los ejercicios navales que van á efectuarse en las costas del Schles\vlg-I lolstein. Dicen que este hecho demuestra que Dinamarca empieza á consolarse de las expoliaciones á que la sujetó Prusia en 1 8 0 4 . C^omo es natural, en Berlín la noticia produjo bonísimo efecto. Sin embargo y en interés de la verdad, cumple dejar las cosas en su punto. El ^Dai^'hLTd, de Copenaguc. dice cjuc efectivamente los d o s más poderosos b t n u e s de guerra dinamarqueses quedarán armados por todo el corriente mes, á fin de tomar parte en las maniobras alemanas; pero añade que' seria vergonzoso para Dinamarea si este proyecto se pusiera en práctica y si se enviaba á aquellos buques á tomar parte en ejercicios que se efectuarán precisamente en las antiguas aguas d i n a m a r q u e s a s . El National Tidcttdc, por su parte, dice que las relaciones de Dinamarca con Alemania son oficialmente amistosas, y que en realidad los dinamarqueses no sienten amistad ni odio para con los alemanes. " L o q u e hacemos, añade el mentado diario, es esforzarnos cuanto podemos para que nos rcstitu yan las provincias que nos arrebataron. De no devolvérnoslas, .Alemania no puede esperar de nosotros, desde el punto de vista nacional y político, n i n g ú n entusiasmo en nuestras relaciones oficiales. Si nuestra familia real y nuestra armada son invitadas á las maniobras navales alemanas» consideramos este paso como una sencilla demostración de cortesía; pero si podemos declinar esta invitación, será para nosotros motivo de plácemes." Hace poco más ó menos un año, cuando un periódico anunció la introducción de los calzones cortos y de los zapatos con hebillas en el traje de la corte, esta noticia no provocó más que sonrisas excépticas. Sin e m b a r g o , la idea ha prosperado, y hoy ha entrado en el dominio de la realidad. Para resucitar la cortesía y la elegarcia del siglo xviii, empiezan por hacer revivir sus trajas. Dejando á un lado el indagar si la generación actual se encontrará á sus anchas embutida en semejantes vestimentas, cabe p r e g u n t a r si el hábito hará el monje, si la cortesía dejará de existir á no tardar, para pasar a la categoría de vago re- 367 cuerdo, si renacerá de sus cenizas la a n t i g u a , y si cuando ostentarán medias de seda y calzones c o n o s nuestros coetáneos de las orillas del Spree acallarán la acrimonia que daban á sus discusiones pofíticas y literarias cuando sencillamente vestían el capote y calzaban botas. Mientras la mayoría de la prensa alemana aprecia la reserva observada por Carnot d u r a n t e su última visita á Belfort, la Gaceta de ¡a Cruz toma pretexto del discurso pronunciado en las fiestas de Besanzón para espetar lo siguiente: « C u a n d o los héroes del desquite hayan logrado desencadenar la g u e r r a , pueden estar seguros de que .Memania, victoriosa, tomará las llaves de la Alta-Alsacia y amurallará robustamente el famoso desfiladero de Belfort. El ejército alemán ganará con ello el tener que proveer á una guarnición más, y fastidiosa por cierto, según es fama en el ejército francés." Gran número de periódicos más ó menos oficiosos hablan criticado con dureza las recientes entrevistas que Bismarck concediera á periodistas extranjeros, y aun dejado entrever que el ex canciller se exponía á t u r b a r la paz de Europa con las manifestaciones indiscretas de su despacho. El Hamburgcr Nachricliten ha publicado, últimamente, una respuesta virulenta á tales críticas, respuesta á la cual es más que probable no sea extraño el príncipe. I'^l mencionado periódico dice, sobre el particular, que únicamente para g a r a n t i r la paz que otros amenazan t u r bar, Bismarck creyó deber hablar, y que cuanto éste ha dicho era perfectamente legítimo y p r u d e n t e . E!l artículo está escrito en tono algo áspero, y ha producido cierta sensación. .\ continuación copiamos el pasaje principal del artículo á que se refiere el suelto anterior: "El lenguaje que actualmente emplean los periódicos parisienses se debe á que Bismarck se esfuerza todavía, después de haberse retirado, en concillarnos á los pueblos extraños con la eficacia de su palabra. En el extranjero se da crédito á lo que dice el ex canciller. El efecto se producirá paulatinamente, es cierto, pero será seguro, f.a relación de las entrevistas de l'riedrichsruhe han bastado para comprometer á los franceses amigos de la paz á manifestar su g r a t i tud y su aprobación al príncipe de Bismarck. Es evidente como la luz que la recepción de los periodistas franceses en Frledrlchsruhe es absolutamente provechosa á la causa de la paz y que con esta intención ha obrado el príncipe. (Cuantos más preparativos hace en Francia el partido de la g u e r r a , tanto más sutiles son las contramanifestaciones de este género, y hay grandísimo interés en consolidar en las dos naciones el partido de la paz. Únicamente los que desean la guerra pueden hallar qué decir respecto de las entrevistas y de sus saludables consecuencias. E s por todo extremo útil esparcir, en interés de la paz, las ideas del príncipe de Bismarck por los órganos serios de la prensa francesa y rusa.» El gobierno se ocupa en introducir nuevos impuestos para hacer frente al aumento de gastos militares. Parece que, en primer término, se propone crear un impuesto sobre los fósforos, ya reservándose el monopolio de la fabricación, como en Francia, ya, como en Rusia, precintando las cajas. También hay el propósito de crear un timbre de diez fenings sobre los recibos y facturas de más de veinticinco pesetas. Se da por cierta la dimisión del subsecretario de Estado por no armonizar con C a p r i v i . El canciller está dispuesto á impulsar la política colonial hasta un grado no satisfactorio para aquél. R U S l ; \ . — R e i n a grande agitación entre los israelitas. La comisión judía, como allí la apellidan, acaba de redactar un proyecto que tiende á restringir, en proporciones considerables, la libertad comercial de los judíos en Rusia. Según el mentado proyecto, los judíos se verían privados de ejercer su profesión en el interior, y no podrían dedicarse al tráfico de mercancías sujetas á derechos. Las mismas restricciones serían aplicadas á los judíos que se convirtiesen al cristianismo. Sólo los hijos de éstos serían tratados como cristianos. .Vdemás, en San P e t e r s b u r g o , Moscou y Kief, los israelitas no podrían habitar más que una sola calle determinada por la policía, lo cual equivaldría á un destierro en dichas tres ciudades. Como Se ve, tal proyecto tendría por consecuencia colocar á los judíos casi fuera de la ley. Et 29 del pasado mayo se incendió el gran teatro imperial de S a n Petersburgo. P o r fortuna el incendio se inició á las cinco de la tarde, antes de comenzar la función. Se han quemado la techumbre y todo el decorado y sufrido grandes desperfectos el edificio. Ha causado profunda impresión en V i e n a el rumor de la próxima dimisión de Giers y de su susti- LA ILUSTRACIÓN. 368 t u c i ó n e n el m i n i s t e r i o d e E s t a d o por el p r í n c i p e L o banof, a c t u a l m e n t e e m b a j a d o r d e R u s i a e n la capital a u s t r i a c a . C i e r t o e s q u e e n l a s e s f c i a s oficiales d e Berlín y de V i e n a verían c o n gran satisfacción este c a m b i o . E n efecto, el p r i n c i p e L o b a n o f e s m u y e s t i mado de los diplomáticos austríacos por s u s tendencias francamente antipanslavistas; y a u n su n o m b r a m i e n t o , p o r e s t a r a z ó n , sería m u y s i g n i f i c a t i v o , y a q u e L o b a n o f e s , e n la corte d e S a n P e t e r s b u r g o , p e r s o n a g r a t í s i m a . E n t r e l o s c a n d i d a t o s á la s u c e s i ó n d e G i e r s , el p r í n c i p e e s u n o d e l o s q u e c u e n t a n con m á s probabilidades de sustituirlo. S i n embargo, por noticias de origen ruso se sabe q u e todavía no se h a a c o r d a d o d e f i n i t i v a m e n t e n a d a respecto d e la retirada d e G i e r s , y q u e é s t e c o n t i n u a r á , c u a n d o m e n o s , a l g u n o s m e s e s m á s e n el p o d e r . A U S T R I A - H U N G R Í A . — D í c ^ s c q u e c o n el o b j e t o d e c o m b a t i r la a g i t a c i ó n p a n s l a v i s t a , el g o b i e r n o ha r e s u e l t o p r o h i b i r e n el t e r r i t o r i o del i m p e r i o la r e u n i ó n d e l c o n g r e s o e s l a v o p r o y e c t a d o para e s t e v e r a n o . La Dieta, después de largos debates, ha aprobado e n s e g u n d a l e c t u r a , p o r 1 6 7 v o t o s c o n t r a 5 2 , el p r i m i t i v o p r o y e c t o d e l e y referente á la i n s p e c c i ó n d e l a s e s c u e l a s , l i a n s i d o r e c h a z a d a s t o d a s las m o c i o n e s d e l o s J ó v e n e s c h e q u e s . E l s t a t t h a l t e r ha i n t e r v e n i d o e n favor del p r o y e c t o , y e n u n i m p o r t a n t e d i s c u r s o h a c o m b a t i d o l a s m o c i o n e s de la m i n o r í a . K a i n o k y y S z a c g y n e y i p a r t i e r o n d e V i e n a el 3 e n d i r e c c i ó n d e P e s t h para a s i s t i r á la a p e r t u r a d e l a s Delegaciones. N . ' 501 I T A L I A . — A d a r c r é d i t o á la Vocc della Verita, C r i s p í acaba d e h i l v a n a r u n p r o y e c t o d e l e y q u e c o n feriría al r e y H u m b e r t o I el t í t u l o d e « e m p e r a d o r d e E r i t r e a y del África o r i e n t a l » ; t í t u l o q u e s e r í a a g r e g a d o al d e r e y d e Italia, d e l a m i s m a m a n e r a q u e h a n a ñ a d i d o el d e e m p e r a t r i z d e l a s I n d i a s al d e reina de I n g l a t e r r a . E x c e p t o B r l n y B e r t o l e V i a l e , l o s d e más compañeros de gabinete de Crispí han aprobado el p l a n de é s t e . La v i u d a d e G a r i b a l d i , s u hija C l e l i a , l o s g e n e r a les M e n o t i y R i c c i o t i G a r i b a l d i , y C a n z i o , a c o m p a ñ a d o s d e g r a n n ú m e r o d e a m i g o s , s e r e u n i e r o n el 2 , por la m a ñ a n a , e n C a p r c r a , c o n m o t i v o d e l a n i v e r s a r i o d e la m u e r t e d e G a r i b a l d i , y c o l o c a r o n sobre la t u m b a d e éste c i n c o c o r o n a s , a d e m á s d e la q u e el rey ofreció, el a ñ o p a s a d o , á s u p a s o p o r M a d d a l e n a . T a m b i é n h a n c e l e b r a d o el a n i v e r s a r i o m u c h a s c i u d a des italianas. E n Roma, las asociaciones radicales c o l o c a r o n u n a c o r o n a a n t e el b u s t o d e G a r i b a l d i , e n el C a p i t o l i o , á d o n d e c o n c u r r i e r o n t a m b i é n , m á s t a r de, l a s a s o c i a c i o n e s l i b e r a l e s para d e p o s i t a r c o r o n a s al p i e del m e n c i o n a d o b u s t o . responsable d e los discursos pronunciados p o r particulares. Idénticas explicaciones ha dado en Viena el r e p r e s e n t a n t e d e S e r v i a e n a q u e l l a c o r t e . S E R V I A . — N o e s cierto, como dicen l o s periód i c o s a u s t r í a c o s , q u e S e r v i a h a y a d a d o s a t i s f a c c i ó n al gobierno austríaco con motivo de las manifestaciones h o s t i l e s al A u s t r i a d u r a n t e l o s o b s e q u i o s t r i b u t a d o s á K a t c h a n s k y . Gruitch, en contestación á las reclamac i o n e s del b a r ó n C h c t m m e l , h a d e c l a r a d o q u e el g o b i e r n o h a b í a p e r m a n e c i d o c o m p l e t a m e n t e ajeno á aquellas manifestaciones y q u e no podía declarársele De v e n t a e n t o d a s l a s b o t i c a s de España y U l t r a m a r B É L G I C A . — E n l a s elecciones provinciales celeb r a d a s el p r i m e r o del c o r r i e n t e , l o s c a t ó l i c o s h a n triunfado en Lovaina, Diest, S a n Trond y Valcourt, y los liberales e n S p a y S c m b l o u x . SALICILATOS DE B I S M U T O Y CERIO DE V I V A S P É R E Z R e c e t a d o s por los médirn.'! v ailoptadns por los hospitales y marina. CÜRAJT I N M E D I A T A M E N T E toda clase de vómitos y dlaneas de l i s ilsicus, de lus viejos, de los niños, cólera, tiftis, dlsenlerlas, vómitos de los niños y de las embarazadas, catarros y ulceras del estómago, plroils con eruptos félidos. Precios: Caja grande. 3 ' 5 0 p t a s . 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