nuestro horizonte. ExUre las muchas qae se

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ATENUÓ LOHQVINO.
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nuestro horizonte. ExUre las muchas qae se encuenlraii en este ijlr
timo puuio tenemos hi Os» menor de la que forma p»rlc la estrella
polar, cuya importancia astronómiíta y especiaUneate marítima nadie puede desconocer. Esta estrella se hallaba en otro tiempo muy
apartada del polo; pero á causa de la precesión Me los equinoccios,
se ha ido acercando sucesivamente a él, al pa.so que se han ido alejando las estrellas de la cola del Dragón que eran polares. lambido
er.tre las constelacioaes australes se han descubierto recientemente
el Indio, la Mosca, U Dorada, la Cruz, y nriuchas otras, ignoradas
por los antiguos.
Déla situación que ocupan las constelaciones en la esfera celestift
proviene el que no todas ellas puedan ser vistas por todos los habitantes de nuestro planeta; á este proposito dice el célebre M.
Humbüldt: «La parte mas hermosa del heinisferio central celeste,
que cí'ii>|)rende el Centauro, el Navio, Argos y la Cruz meridional,
estk oculto para los europeos; solo bajo el ecu:uior se goza el golpe
de vista único y magnilico de ver á un mismo tiempo todas las estrellas de ambos hemisferios: algunas de nuestras constelaciones, como la Osa mayor y menor aparecen alli, por hallarse más próximas
al horizonte, de una migiiitud admirable y casi espantosa.»
Las constelaciones fueron principalmente el emblema de la Mitología y de casi todas las creencias de los pueblos antiguos. Segu'n el método seguido en los templos, y que después reprodujeron los astrónomos de la edod media, se creia que las cons^
tebciones estaban en una lucha constante; deduciendo de aquí
que, cuando una sale, se considera como que triunfa de laque
se pone, ó que la líltima da nacimiento" á la primera. Tanto es
así que, en los misterios de la diosa Céres, seducía lo siguiente:
o^El Toro ha engendrado á la Serpiente, la cual á su vez ha engendrado al Toro.» Estas enigmáticas palabras daban 'i entender SÍHIT
plemente que, cuando parece que se pone el Tora, conslelacioa
zodiacal, compuesta de 207 estrellas, parece también que sale la
de la Serpiente, situada al Norte del Zodiaco y formada de 6t
estrellas, y viceversa.
El ocaso aparente de la constelación del Broquel, por otro
nombre Atlas, se llamó Hesperis ó Pleyona, y esto dio ocasión
á que la fábula nos diga que. habiendo casado Atlas con Pleyona, hija del Oréano y de Tt'tis tuvo de ella siete hijas, las Miadas ó l'leyadas (vulgo Cabrillas) que son las siete estrellas que se
encucnlran delante de la constelación del Toro, antes mencionada.
La zodiacal de Acuario re|iresenta á Ganimedes á quien Júpilcr hizo (jue fuese robado por su Águila y conducido al cielo,
para (pie sirviese de capero á tos dioses: asi es i|ue dicha consIclíicion, (jue compreniio 117 estrellas y está precedida de la del
Águila, compuesta de 2fi y situada al Norte d-jl zodiaco, parece
ser tobada por ésta última, al aparecer ambas en el horizonte.
Los pies del Pegaso ó Caballo mayor, constelación formada por
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