Huellas Reseña Las reputaciones Juan Gabriel Vásquez / Alfaguara / 2011 Jción avier Mallarino es el caricaturista de mayor reputadel país, y lo sabe. Se le considera independiente, directo, mordaz y sin pelos en la lengua. Vive tranquilamente, enfrentándose a sus propios problemas, hasta el día que aparece Samanta Leal, una joven que desea saber qué le ocurrió una tarde de 1982 en una fiesta en la casa de Mallarino. Desde ese momento a este se le empieza a voltear el mundo. En Las reputaciones, Juan Gabriel Vázquez presenta una propuesta interesante; es una novela íntima, de menos de doscientas páginas, una narración que suscita interés y un manejo muy cuidado de la prosa, con algunos momentos destacables, de alta lucidez y eficacia narrativa, que dan lugar a eventos y pasajes muy logrados, como la visita sorpresa del congresista a la casa de Mallarino o todo el viaje final de este en su carro. Aquí podemos destacar la habilidad del autor de El ruido de las cosas al caer a la hora de jugar con los tiempos narrativos, el cambio de espacios o la integración natural del monólogo interior en momentos de máxima tensión. Se debe mencionar que Las reputaciones es, ante todo, una novela de personaje, y en este sentido, sigue la vida que se nos muestra desde el punto de vista de Javier Mallarino. Este es presentado como un tipo aislado, separado de todo poder político; el lector se encuentra al comienzo ante un hombre de convicciones inquebrantables, cuya libertad y permanencia como caricaturista en el país le han permitido ganar el respaldo del público, que ve en él una verdad, un ser independiente que puede dar una opinión honesta sobre lo que ocurre en el país. Adquiere, por esto, una reputación que le ha permitido, a través de sus caricaturas, influir en el devenir político de la nación. La vida de este personaje es el eje de la obra, que se ocupa casi exclusivamente de él, hasta que aparece Samanta Leal, quien le dará un giro a su vida. Hasta aquí se puede esbozar qué es la novela y quién es Javier Mallarino, que, por cierto, es donde podemos encontrar las dos mayores debilidades de la novela: 1. Javier Mallarino es plano, poco profundo y con un desarrollo de personaje cuestionable; el Mallarino que se nos presenta es prácticamente el personaje público, carece de una intimidad real y apenas podemos vislumbrar quién es; el personaje es un cascarón sin fuerza que es utilizado por Juan Gabriel Vásquez como vehículo para expresar una serie de ideas sobre la política, el poder y la moral. De aquí deriva la segunda debilidad. 2. La novela pretende ser una reflexión sobre la política, el poder y la moral. En este sentido, trata de ser lo más sencilla y entendible posible, y aquí decae; al intentarlo flota por encima de los temas y apenas los trata, apenas los menciona. Si Juan Gabriel Vásquez quería tratar cuestiones como la pederastia o la importancia y relevancia de la reputación, hubiese podido desarrollarlas más. Expuesto lo anterior, debo reconocer que tengo opiniones encontradas sobre la novela. Por un lado, debe reconocerse el indiscutible manejo de la prosa y el ritmo de Juan Gabriel Vásquez, que en sus mejores obras es capaz de crear ambientes y situaciones electrizantes y momentos de tensión intensa únicamente con monólogos interiores, todo esto le da riqueza y fuerza, que, por el contrario, pierde con personajes muy poco desarrollados y temas tratados sin profundidad. La intención del autor parece, en algún momento, mirar hacia otro lado mientras las cosas pasan, ponerse un velo en los ojos y continuar. Con base en lo expresado diría que estamos ante una historia agradable, entretenida y muy bien escrita que, sin embargo, se queda corta a la hora de desarrollar los temas que propone; en general, se puede leer como una reflexión sobre la maleabilidad de la memoria, y quizá es aquí donde más ahonda la novela. Obra menor dentro de la producción de Juan Gabriel Vásquez, autor que seguramente tendrá mucho para proponernos en los próximos años. Lectura recomendable para un fin de semana, sin más. 81 Néstor De León