América Barceló Feldman - Scholarworks @ CSU San Marcos

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TABLA DE CONTENIDOS
Abstracto
1
Agradecimientos
2
Introducción
7
Características de los lenguajes
9
Lenguaje Periodístico
9
Lenguaje Literario
11
Periodismo y Literatura
12
Marco histórico
14
Marco Teórico
19
Metodología
25
Análisis
27
Conclusiones
42
Bibliografía
46
2
ABSTRACTO
Este trabajo explora de qué manera el lenguaje literario y el periodístico emergen en una
sola línea, aunque en muchas ocasiones tienen una frágil línea divisoria. Esta investigación se
concentra en el análisis de discurso de dos obras de la escritora y periodista mexicana Elena
Poniatowska: Hasta no verte Jesús mío, una novela narrada en primera persona sobre la vida de
una mujer de clase humilde y explotada, y La noche de Tlatelolco, testimonial oral de una
matanza de estudiantes en 1968.
Con este análisis se muestra como Poniatowska mezcla el lenguaje literario y el periodístico en
sus obras, por lo que se puede considerar un ejemplo del llamado nuevo periodismo, o literatura
periodística. Este trabajo deambula por la historia del periodismo y la literatura como medios
de expresión escrita que surgen de una misma rama, y que a través de la historia se han ido
separando pero que hay muchos grandes escritores y periodistas que han practicado ambas
disciplinas con éxito.
El análisis de las obras de Elena Poniatowska es un ejemplo de como una periodista incursiona
en el mundo de la literatura y cruza la línea divisoria para con su discurso literario y
periodístico abrir espacio a las voces que tradicionalmente han sido silenciadas, aquí se
demuestra que con sus narraciones literaria-periodística deja escuchar a ‘los otros’, a quienes
han sido callados.
Este trabajo plantea como las bases teóricas de Mijail M. Bajtín sobre el Dialogismo se
ejemplifican en las obras de Poniatowska planteando como sus discursos narrativos y
periodísticos dejan espacio abierto para que los enunciados que une en su narración sean el
espacio de ese dialogo de los ‘otros’. Asimismo se demuestra como el Análisis de Discurso
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multidisciplinarío planteado por el teórico Teun van Dijk muestra como la obra periodística
literaria de Poniatowska es un ejemplo de la lucha contra el discurso de dominación y racismo
en la prensa que tradicionalmente reflejan los medios de comunicación masiva.
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AGRADECIMIENTOS
Este trabajo sin duda representa el fin de un camino, pero al mismo tiempo es la
apertura de muchas puertas para otros proyectos que inician precisamente aquí. Como cada
etapa en la vida, esta investigación es el resultado de muchas horas de trabajo, de consultas, de
charlas, de largas noches frente a la computadora no solo mías sino de aquellas personas que
dedicaron su tiempo, paciencia, intelecto y esfuerzo para la producción de este material.
Muchas son las personas a las que con sinceridad agradezco infinitamente su tiempo, apoyo,
consejos, pero sobre todo por darme la oportunidad de compartir este tan importante proyecto
de mi vida académica.
Agradezco a todos y cada uno de los profesores del Programa de Maestría de Español en el
Departamento de Estudios Modernos de la Lengua (Modern Language Studies) de la
Universidad Estatal de San Marcos (CSUSM) por los fructíferos conocimientos que aprendí en
todos sus cursos. Sin duda, son invaluables todas las enseñanzas que nos dieron cada minuto
dentro de las aulas universitarias. A todos, muchas gracias por su dedicación y tiempo.
Muy en especial quiero agradecer a la Doctora Silvia Rolle-Risseto quien no solo es el pilar
más importante en el Departamento de Estudios Graduados del Programa Español de CSUSM,
cuyos cursos fueron una base muy importante en mi proceso de aprendizaje. Además, gracias a
sus consejos y guía se forjaron las bases que cimientan esta investigación. Sin su colaboración,
apoyo y dirección no se hubiera logrado concretar este trabajo. Muchas gracias doctora RolleRisseto por ser, no sólo parte de la planta docente que me formó en esta carrera, sino de ser el
eslabón de base de mi proyecto de investigación. Siempre estaré eternamente agradecida con
usted.
5
No quiero dejar de mencionar y agradecer a la persona que ha sido la principal arma en el
proceso de producción de esta investigación, quien se ha convertido, sin duda, en la segunda
madre de este proyecto. Muchas gracias doctora Michelle Ramos-Pellicia por su tiempo,
consejos, talento, y conocimientos. Su presencia y dirección en este trabajo es realmente
invaluable. Gracias porque la existencia de este trabajo se debe al impulso e interés que usted
puso en el proceso de producción de este material académico. Ninguna palabra de gratificación
que exista en este mundo puede expresar realmente lo mucho que significa su ayuda en esta
investigación, mi sincera admiración y respeto.
Asimismo, quiero expresar mi agradecimiento a quien fungió como segunda lectora en el
consejo evaluador de esta investigación, doctora Karina Miller, sin sus comentarios,
aportaciones y dedicación nunca hubiera sido posible la culminación de este trabajo. Desde el
fondo de mi corazón muchas gracias.
Quiero agradecer a todos mis colegas y amigos universitario su apoyo en este camino de
aprendizaje compartido, siempre recordaré nuestras ‘tertulias literarias’ para prepara nuestros
exámenes y trabajos de investigación, gracias compañeros.
Un especial reconocimiento para el grupo de madres voluntarias del Club de Padres de la
Escuela Primaria Oak Hill, a todas muchas gracias por sus enseñanzas diarias, cariño y apoyo.
Finalmente, agradezco a quienes son la parte motora de mi existencia, mi bella y adorable
familia. A mi inspiración diaria, mi mamita amada doña Josesita López Cárdenas; a mi padre y
cómplice intelectual Eduardo Barceló, a mi alma gemela, mi amado esposo Greg Feldman, y
mis adorados hermanos Elsa, Pepe, Lalo y Luis; y por supuesto a mis maravillosos sobrinos,
gracias a todos por su amor incondicional, y por simplemente siempre estar junto a mi. Pero
principalmente doy gracias a Dios por mi entereza y fuerza interna para cumplir esta meta.
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A mamá Ada Feldman y mamá Marcela
Porque su presencia está siempre
conmigo…
Con amor a mi familia…
7
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo explora de qué manera el lenguaje literario y el periodístico emergen
en una sola línea y en muchas ocasiones tienen una frágil división entre ellos. Esta
investigación se concentra en el análisis de discurso de dos obras de la periodista y escritora
mexicana Elena Poniatowska: Hasta no verte Jesús mío, una novela narrada en primera
persona, y La noche de Tlatelolco, testimonial oral de sobrevivientes y testigos de una matanza
de estudiantes en la Ciudad de México en 1968. Este análisis enfatiza cómo Poniatowska
mezcla el lenguaje literario y el periodístico en sus obras, por lo que se puede considerar un
ejemplo del llamado nuevo periodismo, o literatura periodística. En esta investigación, se hace
el análisis de discurso para demostrar que, a través del lenguaje periodístico-literario,
Poniatowska muestra una lucha contra el control de la ideología de la sociedad que ejercen los
medios de comunicación. A través de sus narraciones, la autora mexicana emite sus ideas para
hacer una crítica a la sociedad y a los grupos en el poder. Poniatowska abre espacio al discurso
de oposición al poder; da voz al oprimido que critica y denuncia a la sociedad y sus injusticias
utilizando un código lingüístico que fusiona el periodismo y la literatura.
Esta línea de investigación surge a partir de un interés personal para determinar la forma
en que se fusionan en un discurso narrativo el lenguaje literario y el periodismo novelado. En
un estilo narrativo novedoso que navega entre ambas disciplinas, se retrata, recrea y critica la
realidad social. Se usa la fusión de dos estilos comunicativos con características diferentes.
Este estudio surge para mostrar cómo ambos discursos son poderosas herramientas que los
escritores utilizan en la creación de sus obras. Por lo tanto, este trabajo demuestra cómo las
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obras contienen un lenguaje nuevo y único pues une las técnicas del periodismo y la literatura.
Los mensajes se convierten en una forma de resistencia o fuerte oposición al control ejercido
por las instituciones en el poder que tradicionalmente se manejan de manera sublime en los
mensajes de los medios de comunicación.
Para lograr este objetivo, se resalta primeramente las características del lenguaje
periodístico y literario, se delimita las diferencias que los separan y los que las unen.
Asimismo, se hace un breve recorrido histórico del periodismo y la literatura, disciplinas que
surgen de una misma rama y que, a través de la historia, se fueron separando. Sin embargo, a
pesar de esta separación, hay grandes escritores que han vinculado ambas disciplinas con éxito,
y han creado novelas no ficticias, o reportajes periodísticos novelados. Las obras de Elena
Poniatowska son ejemplos de esta combinación ya que sus obras fluctúan entre el periodismo y
la literatura. Para fines prácticos de este trabajo, primeramente se definen las características del
lenguaje periodístico y del literario. Asimismo, es menester aclarar que esta investigación se
centra en las bases teóricas de Mijail Bajtín como los géneros discursivos, dialogismo y la
polifonía. Además, se utiliza la técnica del Análisis de Discurso Multidisciplinario desarrollado
por van Dijk. Posteriormente, se habla de la metodología que plantea cómo las narraciones
periodísticas-literarias, en específico de la autora mexicana, hacen uso del lenguaje literario y
periodístico para crear un discurso que emerge de ambas disciplinas. A partir de estas
delimitaciones, se entra al análisis de la novela narrada en primera persona Hasta no verte
Jesús mío, y al documento testimonial La Noche de Tlatelolco. Ambas obras reflejan la mezcla
que hay entre el periodismo y la literatura cuyos discursos narrativos son espacio de expresión
de voces que tradicionalmente son silenciadas y oprimidas.
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CARACTERÍSTICAS DE LOS LENGUAJES
No es lo mismo escribir una noticia que un relato literario, una poesía, un cuento, o una
novela. Cada género presenta sus diferencias y una de ellas es el tipo de lenguaje utilizado, a
continuación se describen el discurso periodístico y el literario.
Por periodismo, se entiende la función social de recopilar, procesar y difundir por
cualquier medio de comunicación, un acontecimiento, con la finalidad de informar y formar, así
como también la de persuadir y entretener. De acuerdo a los periodistas-escritores Leñero y
Marín el periodismo “es una forma de comunicación social que analiza los intereses públicos”
(Leñero &b Marín 1986: 18). Los catedráticos señalan que el lenguaje periodístico transmite o
comunica aspectos de la sociedad con objetividad y veracidad. En su “Manual de periodismo”,
estos autores explican que el periodismo se divide en géneros tales como: el informativo,
interpretativo (de opinión) o híbrido. El periodista utiliza un lenguaje con características
propias, conocido como lenguaje informativo. La narración de las noticias de los
acontecimientos que reporta es clara, precisa y comprensible para todas las personas sin
importar su nivel educativo o estrato social. De acuerdo a Leñero y Marín, el género
fundamental del periodismo es la nota informativa que se caracteriza por usar el lenguaje
objetivo y directo de hechos no ficticios. Los autores señalan que la entrevista es la herramienta
que sostiene todos los géneros periodísticos porque es la manera con la que el periodista
obtiene información a través de diálogos coloquiales. En tanto que los géneros de opinión se
convierten en híbridos porque no solo informan sino que aportan ideas y juicios de valor del
periodista. El periodista, además, utiliza descripciones y narraciones literarias en reportajes
narrativos, crónicas y entrevistas; combina técnicas literarias e informativas. Según Leñero y
10
Marín: (l) “Los géneros periodísticos se entremezclan y se enriquecen con elementos de otras
disciplinas. Dentro de los géneros de interpretación, se destacan características del lenguaje
literario como el cuento, el ensayo y la novela, que se encuentran en los reportajes
demostrativos, descriptivos y narrativos” (Leñero & Marín 1986: 39). Un ejemplo del lenguaje
periodístico es el primer párrafo de una nota periodística que se presenta como la entrada de la
noticia donde se contesta, con un lenguaje claro y coloquial, las preguntas básicas de quién
emite la información, qué fue lo sucedido, dónde, cómo y cuándo. La frase “La Secretaria de la
Reforma Agraria informó ayer a este diario” da a entender que la información fue emitida por
una institución gubernamental, es decir, que se está reportando lo que esta dependencia quiere
que se dé a conocer sobre un acontecimiento que es real y no es producto de la imaginación o
fantasía:
La Secretaria de la Reforma Agraria informó ayer a este diario que las 5,220 familias
que se trasladaron desde La laguna a tierras de Campeche han tenido que enfrentar
graves problemas en sus nuevos centros de población, debido a las resistencia que los
campesinos locales han puesto a este programa de colonización”. (Leñero /Marín 92)
El mensaje periodístico, no solo es informativo sino que además cumple con la función
formativa y recreativa: "El periodismo incluye comunicación por esencia, información por
necesidad; deseo de orientar y entretener; con un estilo y técnica adecuada". (Acosta 54). El
lenguaje periodístico tiene la función de informar sobre los acontecimientos a través de los ojos
del reportero o periodista, que narra de manera objetiva, pero también en algunas ocasiones
opina y valora situaciones de acuerdo a su experiencia y conocimientos personales. También,
hay que destacar que toda labor periodística está subordinada a los intereses ideológicos de
grupos de poder. Estos medios son monopolizados por dueños de empresas de comunicación
masiva en donde los periodistas publican sus noticias o transmiten sus mensajes.
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Por otro lado, el lenguaje literario es definido como “lenguaje figurado” por la serie de
recursos expresivos o estilos que modifican la forma de presentar el mensaje del escritor.
Existen varias definiciones sobre el discurso literario. Un poeta, por ejemplo, pretende
comunicar sus ideas usando la belleza de las palabras, haciendo evocaciones en sus versos con
significados diferentes. La finalidad del lenguaje literario es artística, y adquiere relevancia el
estilo de la obra literaria de acuerdo a la forma en que los escritores lo utilizan en la época en la
que viven o en la que son influenciados. El texto literario utiliza diferentes recursos estilísticos
como metáforas, comparación, hipérbole, mímesis, etc. cuyo objetivo es estimular los sentidos,
jugar con la imaginación, presentando diversas interpretaciones en el mensaje. La diferencia es
que el propósito del lenguaje coloquial utilizado en el estilo periodístico es la comunicación
precisa de hechos no ficticios o fantásticos. En tanto que, el estilo literario, el autor emplea un
vocabulario simbolizado lo cual lo aleja de la lengua coloquial. Algunas de las características
del lenguaje literario son: riqueza léxica, intensificación expresiva. Las narraciones utilizan la
extrañeza, lo que sorprende o causa admiración, el uso de las palabras produce ritmo,
musicalidad y están cargadas de significados connotativos (interpretativos). Los mensajes son
polisémicos porque adquieren significados variados. Un ejemplo de este lenguaje es:
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de
algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros
cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia
tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo
dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se
ríe, en no sé qué cascabeleo ideal... (Jiménez 1997: 101-102)
Este primer párrafo de la novela Platero y yo, la célebre obra del autor español Juan Ramón
Jiménez, refleja un lenguaje literario puro donde se mezcla la fantasía, el habla figurada, que
utiliza metáforas recrea la visión de algo sencillo, pero de una manera artística. Además, su
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narración lleva implícita un mensaje lleno de simbolismos. Su obra se pensó en un principio
como un libro infantil, sin embargo, el texto critica a la sociedad de su tiempo. Jiménez utiliza
la metáfora del burro Platero para expresar su opinión del régimen gubernamental en España de
principio del siglo XX. Asimismo, a través de la lengua literaria, se inventan mundos de ficción
y se emplean diversas figuras literarias. Al respecto, Acosta Montoro define este lenguaje como
“una búsqueda nueva de lo que suele llamarse fantasía" (Acosta Montoro 1973: 75). Una de las
características del discurso literario es que se basa en la ficción más que en hechos reales. Sin
embargo, las obras literarias recrean la realidad de manera simbólica con figuras literarias
basadas en la significación. Para muchos investigadores, la característica más importante del
lenguaje literario es la creación de la ficción y la estética.
PERIODISMO Y LITERATURA
Tanto el periodismo como la literatura comparten aspectos en común. Se ha resaltado a
la fantasía y la estética como los elementos principales de la literatura. "El literato, el artista
creador, puede deformar la realidad exagerándola (hipérbole)” (Acosta 1973: 248). El lector
"puede pasar en un segundo de la realidad a la fantasía del mundo circundante" (249). En
cuanto a la creación periodística, establece como regla cubrir la necesidad de transmitir un
conocimiento integral, informativo y de entretenimiento de hechos no ficticios. El periodismo,
aún el más profundo y revelador, tiene que someterse a reportar los acontecimientos de la
realidad tal como suceden. Los textos periodísticos se pueden clasificar como no literarios
porque se fundamentan en el mensaje informativo y coloquial que no tiene la intención de crear
belleza en el lenguaje. Así, la nota periodística, y toda narración "no ficticia", es informativa,
coloquial y verídica, y su función principal es la veracidad y la objetividad. Sin embargo,
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dentro de ellos se producen mensajes literarios cuya información transmitida puede ser
artística. Esta narración cruza la línea divisoria y se convierte en lenguaje literario. Este tipo de
trabajo es ejemplo del llamado periodismo literario. Este nuevo género, nacido de las crónicas,
reportajes a fondo o descriptivos, artículos narrativos, entrevistas, semblanzas, etc., tiene
características diferentes. Estas características, productos de la veracidad del lenguaje
periodístico, mantienen una calidad narrativa cuya belleza es estética. Su propósito principal es
deleitar, entretener, persuadir y divulgar el conocimiento científico y la creación literaria.
Algunos ejemplos de este estilo son el uso del ensayo como estructura, además del: humor,
costumbrismo, narrativa, tiras cómicas, etcétera. Por otro lado, también existen las novelas
literarias ‘no ficticias’ que cuentan con características diferentes porque relatan hechos que son
producto de la imaginación, pero que nacieron a partir de acontecimientos reales. Sobre la
relación de estas dos disciplinas, Acosta afirma que: "la literatura o creación literaria, es un
lujo; y el periodismo una necesidad". (Acosta 1973: 249). Aunque la función de la literatura es
distinta a la del periodismo, el autor puede ser el mismo, y solo busca diferentes estilos y
estructuras lingüísticas para crear sus mensajes. Es en este tipo de obras en donde el periodismo
y la literatura pueden emerger en un solo discurso. De esta manera, se habla de un periodismo
literario, cuando el género es el periodístico (lenguaje informativo) secundado por la literatura
(lenguaje estético), o bien, lo literario predomina ante lo periodístico. Hoy en día, hay cuentos o
poemas que son publicados en un diario o revista; en tanto que un artículo o una crónica
pueden ser un libro. Es así cómo existe una fusión entre ambos lenguajes. Un ejemplo de este
tipo de trabajo es el reportaje de fondo escrito por el periodista Rafael Rodríguez Castañeda
que fue publicado en la prestigiosa revista mexicana Proceso en la década de 1990 en la
Ciudad de México, el reportaje periodístico literario incluye los tres mecanismos fundamentales
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de este tipo de trabajos narrativos: demostración y descripción narración, como señalan en su
Manual de Periodismo Leñero y Marín:
Rodeado de casas de madera desvencijadas, en un suburbio de Atlanta, Georgia, un
edificio moderno de ventanas polarizadas alberga el Centro de Records y Archivos
Federales del gobierno de los Estados Unidos. Entre millones de documentos
microfilmados, ahí yace para siempre-en su calidad de caso cerrado- el expediente de la
acusación por narcotráfico hecha contra Arturo Durazo Moreno en 1976, por la justicia
norteamericana. Entonces comandante de la Policía Justicia Federal en México y jefe de
seguridad de la campana electoral del presidente José López Portillo, Durazo Moreno fue
acusado por trafico de cocaína en Miami Florida en 1976. (Leñero & Marín 1986: 249)
Aunque parezcan disímiles, el trabajo literario y el periodístico tienen muchos puntos en
común. Pueden cruzar las líneas que las delimitan cuando un escritor trasciende en la narrativa
que va de la realidad a la ficción, y de la ficción a la realidad, o combinándolas en una sola
narrativa.
MARCO HISTÓRICO
Desde sus orígenes, la literatura siempre alimentó al periodismo. En la historia, se
presentan como aliados inseparables porque en el pasado uno surge a partir del otro. Hoy,
ambos pueden surgir de la mano del mismo escritor. A pesar de que en la actualidad estas
disciplinas se estudian por separado por considerarse que pertenecen a diferentes ámbitos: uno
en las artes (literatura) y el otro en el socio-político (el periodismo), ambas pertenecen al
estudio de las humanidades. En el pasado, la literatura puede ser vista como la base del
periodismo ya que las noticias en la antigüedad y en siglos pasados constituían un pequeño
centro de información sobre los acontecimientos de la vida diaria. Estos eventos eran narrados
primero por los juglares que los cantaban o los recitaban. Después, los clérigos, encargados de
escribir lo que sucedía dentro de los reinos, fueron los responsables de plasmar el diario vivir y
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sus aconteceres. Posteriormente, se formaron los boletines y gacetillas al servicio monárquico y
eclesiástico que son los predecesores de los periódicos. Algunos investigadores de la historia
del periodismo y la literatura como Acosta Montoro (1973), Martín Vivaldi (1975), Dallal
(1985) mencionan que estas disciplinas se separaron por una batalla en la lucha por el control
del lenguaje escrito. Este lenguaje ya estaba establecido como una herramienta del poder para
controlar a los pueblos. Al respecto, Acosto Montoro explica que: “la palabra es un poder.
Durante toda la era capitalista clásica, del siglo XVI al XIX, los propietarios del idioma fueron
los escritores” (Acosta 1973: 77-78). Los manuscritos tomaron fuerza en el control del poder ya
que los mensajes emiten las ideologías sociales que han servido como herramientas de cohesión
o de oposición. En la historia, existen contribuciones y colaboraciones que funden trabajos de
ambas disciplinas que han servido como crítica y oposición, y por otro lado, de control y
sumisión.
En el recorrido histórico que hace sobre este tema Acosta Montoro en su extensa
investigación sobre la relación de Periodismo y Literatura, describe que uno de los primeros
trabajos periodísticos literarios se ubica en el siglo XVII, con la obra de Defoe El año de la
peste (1660). La estructura discursiva de esta obra puede ser un ejemplo de un reportaje
periodístico de esa época. Aunque ese trabajo, como muchos otros del Siglo de Oro, no se haya
catalogado como texto periodístico, sí cuentan con características tomadas de los temas y
problemas que atañen a los acontecimientos de esa época. Tanto escritores de ficción como
periodistas, viven a la caza de historias que contar, inspiradas por los acontecimientos de la
vida real.
16
En la historia del periodismo y la literatura figuran notables nombres de escritores que
comenzaron su carrera redactando noticias y reportajes periodísticos, tales como: Hemingway,
Wilde, Wolfe, Capote, entre otros grandes autores en Estados Unidos y Europa. En tanto, en el
mundo hispano podemos ubicar a Darío, Carpentier, García Márquez, Vargas Llosa, Fuentes,
Cela, Quiroga y Arlt, entre otros muchos escritores que incursionan en la literatura al mismo
tiempo o después de haber ejercido la labor periodística. Muchos de ellos han expresado que el
oficio periodístico fue la base que consolidó su formación en el mundo literario. Al respecto,
García Márquez señala que “el periodismo escrito es un género literario […] pues el
periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su
confrontación descarnada con la realidad” (García Márquez 2010: 105 y 118). Para los autores
que han ejercido ambas disciplinas, la fusión entre ambos lenguajes ha sido un proceso de
transición que ha ayudado a delimitar sus estilos narrativos.
Tantos escritores de ficción como periodistas viven a la caza de historias que contar,
muchas, aunque productos de la imaginación, narran eventos reales, o al menos que fueron
inspirados en elementos que son parte de la vida real. De esta manera, surge el periodismo
literario, o denominado Nuevo Periodismo, asimismo nace la literatura no ficticia. Los trabajos
de Truman Capote, que narran una historia ficticia sobre organizaciones delictivas en Chicago
en la década de los años 1940, son muestras de este género. En las obras de Capote, se retratan
hechos tomados de la realidad, pero que son narrados en una novela catalogada como de noficción. Capote llama a su trabajo literario ‘non-fiction literature’, “un nuevo género que se
apega totalmente a la realidad y que nada (o muy poco) toma de la fantasía o de la imaginación
(Avilés Fábila 1999: 7). Por otro lado, en el 1990 el periodista Stephen Glass escribió una serie
17
de artículos que aparecieron en prestigiados periódicos. Una subsecuente investigación de
algunos de estos resultó en la revelación de material ficticio en el que se basaban. El escritor
corroboró que mucho del material había sido producto de su imaginación. Como consecuencia,
Glass fue acusado de fraude. A través del tiempo, diversos escritores han basado sus
narraciones literarias en acontecimientos de la vida diaria, tal como hacen los periodistas que
salen a buscar información sobre los acontecimientos diarios para reportar en los medios de
comunicación. Es así como los estudiosos del periodismo y la literatura coinciden en señalar
que es muy sutil la división entre ambas disciplinas. En el libro Literature and Journalism in
Antebellum America, Mark Canada reflexiona: “while journalists and authors continued to
employ the same means—that is, language—they were using in different ways and for different
ends” (Canada 2011: 4). Diversos investigadores coinciden en que el Nuevo Periodismo fue
reconocido como tal con los trabajos de Wolfe, entre 1960 y 1970. Posteriormente, el estilo del
nuevo periodismo ha continuado desarrollándose y tuvo gran crecimiento entre 1980-1990, no
solo en Estados Unidos sino en toda Latinoamérica y Europa. Hoy en día, los editores de
diarios y revistas abren espacio tanto a escritores y periodistas que han desarrollado el arte de la
investigación o reportaje de fondo, que utilizan la técnica literaria de la narración novelística,
así como las narraciones de ficción de investigación o suspenso, género en el que incursionaron
autores como Poe, Stowe y Davis, y que actualmente se ha vuelto una forma narrativa de las
publicaciones especializadas como revistas literarias y de corte artístico y cultural.
Cabe notar que en la historia de periodistas-escritores sobresalen los nombres de
escritores del sexo masculino. Poco se sabe de las mujeres que han incursionado en el mundo
del periodismo literario o literatura no-ficticia a pesar de que la obra de las escritoras-
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periodistas representa la voz femenina, una presencia que ha sido anulada o silenciada en la
historia. En un breve recorrido por esta parte de la historia, se podría mencionar como
precursora de este estilo a María de Zayas. Esta escritora española publicó Novelas Amorosas
en el siglo XVII. En esta obra, Zayas denuncia las condiciones de las mujeres de su época. Sus
historias relatan los abusos y las humillaciones a los que el sexo débil es renegado por la
sociedad. Aunque muy poco se sabe de esta escritora del estilo barroco, la manera cómo narra
sus historias tiene un toque de veracidad, y bien la podrían colocar como una
periodista/redactora de su época. La autora es una ‘voz que fue silenciada’; en los datos
históricos no se encuentran rastros de su fortuita desaparición. Sin embargo, una vez
redescubiertas, sus obras han trascendido y forman hoy día parte de las historia del feminismo
literario. Como más adelante se ejemplificará en el análisis de las obras de Poniatowska, la voz
silenciada de las mujeres constituye uno de los elementos importantes que se destacan en este
trabajo de investigación.
La historia de las escritoras-periodistas se relaciona estrechamente con el feminismo. En
este movimiento sobresalen nombres como Gertrudis Gómez de Avellaneda en Cuba y Virginia
Wolf en Estados Unidos, cuyos trabajos son ejemplos del estilo periodístico–literario enfocado
en la defensa de las mujeres. Entre las escritoras que utilizan una narración que fluctúa entre la
ficción y la realidad para denunciar la condición y situación del sexo femenino, encontramos a:
Rosario Castellanos, Ángeles Mastreta, Luisa Valenzuela y Elena Poniatowska. Estas
escritoras han realizado trabajos tanto periodísticos como literarios y son consideradas como
representantes de la voz femenina del estilo periodístico-literario en Latinoamérica.
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Finalmente, se puede destacar que actualmente se han resaltado las contribuciones y
colaboraciones que han profundizado en la relación y unión que existe entre el periodismo y la
literatura. Algunos investigadores son Lluis Chillón (1993), así como Carmen Espejo Cala de la
Universidad de Sevilla (1994), que continuó con las ideas de Chillón para adaptar las teorías de
Bajtín a los estudios lingüísticos de géneros. Ambos investigadores han propuesto la creación
de la disciplina universitaria ‘Comparatismo Periodístico-Literario’ que se enfoca en los
estudios y la creación de obras que exploran ambas disciplinas.
MARCO TEÓRICO
Ya en la introducción se explicó que este estudio se centra en el análisis de los discursos
literarios de las obras de Poniatowska como ejemplo de la unión de ambas disciplinas. Para
distinguir el acercamiento que existe entre ambos lenguajes, este trabajo de investigación sigue
las teorías de análisis de discurso de Bajtín y van Dijk. Este trabajo, pues, intenta reconocer el
poder que tiene el uso del lenguaje periodístico-literario que se ve ejemplificado en las obras de
Poniatowska. Como se verá más adelante en el análisis de las obras de Poniatowska, los
postulados de Bajtín y van Dijk sientan las bases para establecer el propósito de la estructura
del discurso narrativo de la escritora mexicana, en otras palabras, qué es lo que interesa
demostrar esta investigación.
Las teorías de análisis de discurso tanto de Bajtín como de van Dijk han reconocido el
poder que tiene el uso del lenguaje. Tanto el periodismo como la literatura tienen trabajos que
han logrado cambios importantes en la humanidad. Siguiendo el acercamiento analítico de
20
Bajtín, se puede valorizar cómo las obras literarias han sido trascendentales porque son una
poderosa arma de la evolución humana. Al respecto, algunos estudiosos de las teorías de Bajtín
mencionan que este teórico aportó conocimientos sobre la importancia del lenguaje
periodístico-literario “más que categoría artística o literaria, es una revolución que se verifica
en cada uno de los enunciados ligados a esa praxis vital. Efecto y causa de esa resurrección es
la palabra nueva con la que se escribió la novela, la ciencia experimental o el primer
periodismo” (Romera 1995: 221). En el presente trabajo, mencionamos los postulados de Bajtín
porque proveen las bases para determinar que el lenguaje periodístico y el literario se han unido
en la formación y contenido de los discursos periodísticos que son trasmisores de las ideologías
que han contribuido en el desarrollo humano. Para Bajtín, el discurso periodístico “también
tiene que ver con la palabra y con el hombre portador de la palabra” (Bajtín 1998: 169). El
investigador ruso enfatiza la importancia del periodismo como medio de trasmisión de ideas y
de información, califica este discurso como un género retórico que tiene un sentido y una
función especifica. Bajtín señala que el discurso (texto) 1 es una parte importante del lenguaje,
es la unidad mínima del análisis. El concepto de texto o discurso se aplica, no solo a los
mensajes naturales, sino a los fenómenos portadores de significado textual.
Bajtín habla de géneros discursivos y hace una distinción entre el discurso oral y el
escrito. Entre los ejemplos de los enunciados que explora Bajtín, se haya los textos
periodísticos que recrean los diálogos cotidianos. El teórico menciona que los géneros
discursivos son abstractos, sus componentes tienen una naturaleza verbal (lingüística) común,
es decir, que son tomados de los diálogos cotidianos. Plantea un problema lingüístico general
1
Cabe señalar que en esta investigación se utiliza alternadamente el termino ‘texto’ como un sinónimo de ‘discurso’, concepto
introducido en el Análisis del Discurso de Lozano, Pena-Marín donde se plantea que “el texto (discurso) es aquella realidad
inmediata” (Lozano & Pena-Marin 1982: 16).
21
de los enunciados como una realidad concreta de la vida de la lengua. Los enunciados son la
base del desarrollo del discurso, por lo que Bajtín asigna un carácter individual al enunciado
que conforma los géneros discursivos. En la obra La noche de Tlatelolco, Poniatowska recrea
estos diálogos y narraciones con enunciados concretos. Asimismo, Bajtín desarrolla el concepto
epistemológico del ‘dialogismo’ 2 que es visto como el diálogo interno del autor en el que se
considera y se manifiesta la presencia del concepto del ‘otro’. En el análisis que se presenta
más adelante, se verá cómo Poniatowska se convierte en la voz de la persona a la que
entrevista, interioriza las ideas que esa persona le trasmite para después crear una narración en
primera persona. Con esta estrategia, las ideas y comentarios de una tercera persona se
convierten en la voz que la autora emite en el discurso periodístico-literario. Al respecto, Bajtín
destaca que: “el hombre no dispone de un territorio soberano interno, sino que está todo él y
siempre, sobre la frontera, mirando al fondo de sí mismo el hombre encuentra los ojos del otro
o ve con los ojos del otro ”(Bajtín 1986: 328). Bajtín plasma aquí su visión dialógica del
discurso narrativo y de los problemas y metas que se traza un autor para crear una voz narrativa
bajo la visión de otros dentro del discurso narrativo. Poniatowska recrea la voz narrativa como
un diálogo interno de la protagonista Jesusa Palancares, quien narra en primera persona sus
vivencias desde la perspectiva dialéctica bajtiriana.
Por otro lado, los estudios de van Dijk desarrollan el concepto multidisciplinario de
análisis del discurso. Desde una perspectiva textual, van Dijk resalta la importancia de la
coherencia y de los significados en todos los tipos de discursos. En su obra Sociedad y
2
Asimismo, es importante distinguir entre ‘diálogo’ y ‘dialogismo’. El primero puede ser definido como parte de la
comunicación social a través de símbolos, principalmente del lenguaje. En tanto, ‘dialogismo’, es una perspectiva
epistemológica. Bajtín, caracteriza este concepto como una cualidad intersubjetiva del significado. Bajtín concibe ‘diálogo’
más allá del encuentro cara-a-cara. “Bajtín, ‘involucra múltiples voces’, es una ‘co-existencia con final abierto’, es una
‘interacción de diversidad’” (Torres Online). A diferencia del discurso, acción del habla; el dialogismo, es visto como una
filosofía que representa las áreas del ser, pensar y actuar.
22
Discurso, el lingüista ofrece un acercamiento sistemático de las contribuciones psicológicas,
sociológicas y multidisciplinarias que analizan contextos basados en el uso del lenguaje. Según
van Dijk, “no existe un vínculo directo entre estructuras situacionales o sociales y las
estructuras discursivas”, (van Dijk 2011: 5). Destaca que “la relación entre sociedad y discurso
es indirecta y mediatizada por las definiciones de base social, aunque subjetivas, de la situación
comunicativa tal como son interpretadas y actualizadas por los participantes, basados en la
memoria y experiencia” (van Dijk 2011: 4). Los modelos del análisis de los contextos
propuestos por el teórico explican el uso social del lenguaje. El uso del lenguaje discursivo en
los trabajos de Poniatowska es de gran importancia porque emiten críticas sociales que se
convierte en la voz de la oposición. Esto se plantea en el análisis de discurso de algunos
fragmentos de la obra La Noche de Tlatelolco ya que tanto los testigos como las víctimas de la
represión narran sus experiencias. Asimismo, van Dijk (1988) argumenta que el contenido y la
estructura lingüística de los artículos periodísticos son formas de discursos de poder, ligados a
las prácticas sociales e ideológicas de los reporteros e indirectamente de las instituciones y de
las empresas que manejan los medios de comunicación. A través del estudio de diversos
artículos periodísticos, el autor analiza a fondo las estructuras de forma y contenido. Gracias al
estudio lingüístico y gramatical del lenguaje enfocado en el uso que le dan los medios de
comunicación, se puede encontrar cómo son utilizadas las estructuras estilísticas y retóricas de
los textos periodísticos para trasmitir ideologías que, según van Dijk (1988), están relacionados
con las condiciones cognitivas y sociales de la producción de discursos noticiosos. Van Dijk
argumenta que “The media holds up a mirror in which society can see itself reflected […] the
mirror's reflections are sometimes seriously distorted. The media do not objectively record and
describe reality, nor do they neutrally report their facts and stories. Rather, some media
23
practitioners socially reconstruct reality based on professional and personal ideologies,
corporate interests, cultural and organizational norms and values” (van Dijk 1988: 91). Por lo
tanto, este trabajo analizará los textos de Poniatowska para establecer la existencia (o ausencia)
de una conexión entre el lenguaje periodístico-literario y la reproducción de las intenciones de
aquellos que dominan los medios de comunicación.
Tanto van Dijk como Bajtín establecen que no existe una separación entre lenguaje e
ideología ya que el lenguaje reproduce las ideas de dominación. Van Dijk llega a esta
conclusión como resultado del análisis de discurso que hace de diferentes textos periodísticos
en Gran Bretaña como en los periódicos Daily Mail, Guardian, The Times, Independent y The
Telegraph; el investigador señala que los artículos analizados en la prensa británica son el
reflejo de las ideas de las instituciones. Estos textos periodísticos se convierten en muchos
casos en agentes reproductores del discurso hegemónico del poder. En Racism and the Press
(1991), van Dijk explica la importancia de las ideologías de dominación, reforzadas en los
textos de los medios de comunicación. Además, demuestra que los medios de comunicación
exhiben tendencias de racismo y discriminación. Estos las reproducen porque obedecen a las
ideas de la clase dominante que, como consecuencia, se ven reflejadas en los artículos
periodísticos. Tanto los reporteros como sus editores siguen una línea de investigación
impuesta por los propietarios de los medios de comunicación. Van Dijk menciona que “if white
readers show this kind of ambivalence, it is likely that the same is true for white journalists.
Therefore, we should also analyze news reports with the aim of reconstructing the dominant
interpretation frameworks for ethnic events among reporters and editors” (van Dijk 1991: 20).
Los mensajes de los medios de comunicación son ambivalentes sobre los temas étnicos son
24
tratados de acuerdo a la filosofía o idiosincrasia de la empresa que los emite y, de alguna
manera, son vistos discriminatoriamente: “Such frameworks, if confirmed through other kinds
of research into the opinions of news-workers, may in turn explain why media discourse is
ambivalent about ethnic affairs, and why an item about ethnic crime may appear side by side
with an item about discrimination” (22). Cabe destacar que los estudios de van Dijk se basan
en el análisis de artículos periodísticos publicados entre 1985 y 1989 en Gran Bretaña,
Holanda, y Dinamarca donde se trataban asuntos relacionados a la inmigración: repatriación,
admisión, expulsión, así como otros temas no-relacionados con la inmigración: crimen,
desempleo, educación, salud, entre otros asuntos sobre relaciones étnica y raciales de grupos
minoritarios, como: nigerianos, chinos, cubanos, hindúes, turcos, musulmanes, entre otros.
Este fenómeno periodístico no se limita a los medios de comunicación en Europa. Tendencias
similares se han observado en Canadá, por ejemplo, en Henry & Tator (2002) se habla que las
ideas de poder sí son reflejadas en los mensajes masivos canadienses. En un análisis de los
discursos periodísticos, las investigadoras determinaron que en los significados de los textos
periodísticos se ven reflejadas las ideas racistas que discriminan contra grupos minoritarios.
Los medios de comunicación emiten mensajes contradictorios ya que los reporteros y editores
deben de seguir los parámetros ideológicos de las empresas y organizaciones para las que
trabajan pues los artículos periodísticos en muchos casos no reflejan los pensamientos e ideas
personales de los reporteros y sus editores: “journalists and editors contribute whether
consciously or not to the marginalization and denigration of people of colour and other
minorities…” (Henry y Tator 2002: 1) Las organizaciones son manejadas implícitamente en
los mensajes masivos, tienden a discriminar o marginalizar a los sectores minoritarios de la
sociedad. Las mismas reflejan la ideología racista sobre el poder. “By focusing on this narrow
25
aspect of racism we would be deflecting the problem of media representation away from the
ideological centers and the historical, political, cultural, and institutional contexts within which
racism in some of the media has functioned.” (Henry y Tator 2002: 1). Por lo tanto, es
relevante concentrarse en los códigos de significados extraídos del análisis estructural de los
artículos noticiosos para exponer así qué es manejado como verdad, hechos y realidades dentro
de los mensajes periodísticos. Tanto los trabajos de Bajtín y Van Dijk como los de Henry y
Tator, enmarcarán este análisis del lenguaje periodístico en la obra de Poniatowska porque sus
discursos se convierten en una herramienta opuesta a los discursos de dominación y
discriminación que tradicionalmente los medios de comunicación contienen. Las obras de la
escritora mexicana se convierten en el vehículo que da voz a quienes nunca son escuchados:
los silenciados y marginados. La forma en cómo presenta el contenido de sus narraciones,
contenido que navega entre el lenguaje literario y el periodístico, evitó que sus mensajes fueran
censurados por grupos en el poder. Dentro de este análisis de discurso, estos postulados
teóricos permitirán que se determine cómo se presenta el lenguaje periodístico y literario en los
textos de Poniatowska. Las ideas de Bajtín sobre teorías de géneros de discursos crean un
marco conceptual que, junto con los análisis de discurso aportados por van Dijk, Henry y Tator,
son utilizados en este estudio para analizar el contenido en las obras de la autora mexicana.
METODOLOGÍA
En este trabajo, se analiza la manera en que el periodismo y la literatura emergen dentro
de los discursos de género. En las secciones anteriores, se ha proporcionado la descripción y
definición de lenguajes que se usan en estos géneros. Igualmente, se ha explicado las
26
características que los separan y/o los unen. Además, se han descrito los cruces de ambas
disciplinas a través del tiempo, seguido por una explicación de las bases teóricas que sustentan
esta investigación. Tal como se menciona en la introducción, este trabajo se basa en el análisis
del discurso narrativo de dos de las obras periodístico-literarias de Poniatowska. La primera,
Hasta no verte Jesús mío (1969) es un trabajo narrativo que surge a partir de una entrevista
periodística a Josefina Bórquez (o José-Jesu como en vida real le llamaba Poniatowska a su
interlocutora), una mujer humilde que en la obra se convierte en la protagonista Jesusa
Palancares. Ella fue soldadera en la Revolución Mexicana, empleada doméstica y trabajadora
de maquiladoras. A través de la narración de la historia de esta protagonista, la novela presenta
las voces silenciadas y oprimidas de la sociedad mexicana. El segundo trabajo es una crónica
periodística novelada La Noche de Tlatelolco (1971) donde la escritora-reportera narra los
testimonios de cientos de personas que vivieron la sangrienta masacre de estudiantes a fines de
la década de 1960 en la Ciudad de México. Con estas narraciones, Poniatowska desafía el
lenguaje hegemónico de poder dando voz a aquellos que nunca aparecen como protagonistas
sino como sujetos de noticias que son menospreciados y discriminados por la ideología
manejada en los medios de comunicación (Van Dijk 1988 & 1991).
Este trabajo de investigación partirá del análisis del discurso desde una perspectiva
narrativa /estructuralista para así determinar el valor del contexto social, político o cultural de
la obra. El análisis del discurso narrativo se realiza siguiendo el marco teórico que se basa en
los planteamientos de Bajtín así como en los parámetros de estudios de las estructuras del
lenguaje en los medios de comunicación propuestos por van Dijk, Henry & Tator.
27
En este análisis, se analizará la narrativa lingüística identificando el lenguaje
periodístico y literario en las obras de Elena Poniatowska, y se señalará de qué manera la autora
mexicana establece, por medio de su discurso narrativo, factores comunes entre literatura y
periodismo, logrando una “ambivalencia" entre estos dos códigos. Ambos discursos se
entrecruzan; por lo que se logra confundir un trabajo periodístico que denuncia acciones
represivas del gobierno con una narración novelizada que ayuda a evitar la represión que
hubiera sufrido la publicación de un trabajo hecho por una periodista-entrevistadora.
ANÁLISIS
Como ya se ha explicado anteriormente, este análisis se centra en dos de las obras más
famosas de Poniatowska Hasta No verte Jesús mío y La Noche de Tlatelolco. Ambos textos se
abordan como ejemplos de discursos que fusionan el periodismo y la literatura. La primera obra
es una narrativa literaria publicada en 1969 que surge a partir de la entrevista periodística a una
mujer de clase obrera (Josefina Bórquez) cuya vida inspira la narración de sus experiencias de
manera ficticia a través de la voz de la protagonista Jesusa Palancares. En tanto, la segunda
obra se clasifica como una crónica periodística novelada sobre los acontecimientos ocurridos el
2 de octubre de 1968 en la Ciudad de México. Allí fueron masacrados miles de estudiantes
quienes apoyaban el movimiento estudiantil. La obra fue publicada en 1971 como una novela
de ficción para evadir la censura que los medios de comunicación sufrieron por el gobierno
mexicano que ha mantenido un hermético silencio sobre estos hechos.
28
En ambas obras de Poniatowska podemos distinguir características del lenguaje
periodístico cuyas estructuras lingüísticas incluyen la lengua coloquial (habla cotidiana), así
como la técnica de la entrevista directa: un recurso periodístico básico en la obtención de
información y datos que posteriormente la escritora materializa en sus textos. Asimismo, ambas
obras reflejan rasgos característicos del lenguaje literario, como el uso de: metáforas, símiles,
hipérboles, entre otros recursos literarios.
Específicamente en Hasta no verte Jesús mío, la autora realiza una narración en primera
persona. Cambia el nombre real de su entrevistada Josefina Bórquez transformándola en su
protagonista, Jesusa Palancares; Jesusa (o José-Jesu) se convierte en la voz narrativa de toda la
historia. Jesusa contará su historia y experiencias a través de un diálogo interno de
retrospección. Asimismo, recrea diálogos con algunas de las personas con las que interactuó a
lo largo de su vida. La voz narrativa realiza un monólogo que describe lo que experimentó,
pero también emite su opinión sobre los acontecimientos que narra. Jesusa expresa lo que ella
piensa y siente, hace juicios valorativos, por lo que su narración se convierte en una fuerte
crítica a la sociedad mexicana desde una perspectiva subjetiva. Ella puede evadir las formas
oficialistas que deben de seguir las estructuras periodísticas cuyas descripciones debe de ser
presentadas bajo una visión objetiva. Poniatowska hace uso de recursos de narración subjetivos.
De no ser así, esta historia debería de haberse contado con carácter periodístico, con estructuras
objetivas que incluyeran no solo las denuncias de la persona entrevistada, sino los puntos de
vista de las personas e instituciones mencionadas en la denuncia. Es decir, se manejaría la
ideología del poder y dejaría de ser una denuncia de la voz de los ‘otros’, de los oprimidos, para
convertirse en una narración de corte oficial, de hechos ‘reales-no subjetivos’ (van Dijk 1991).
29
Por otro lado, La Noche de Tlatelolco presenta en un principio la narración de la
sangrienta matanza a través de una metáfora. Posteriormente, se presenta la transcripción de
las entrevistas cuyas narraciones son testimonio de todo lo vivido y pensado durante este
macabro hecho. La narración de estos testimoniales se presenta de una manera cronológica. De
esta manera, cada voz narrativa se entrecruza para proveer una visión desde distintos ángulos y
recrear los acontecimientos de la tarde-noche del 2 de octubre de 1968.
En Hasta no verte Jesús mío, Poniatowska crea una protagonista que cuenta la vida de
una mujer pobre que padece de injusticias y discriminación. Así, Jesusa se convierte en la voz
de una mujer restringida y oprimida tanto por su condición social como de género. Sin
embargo, por su voluntad y espíritu libre, Jesusa sale adelante y supera sus carencias, enfrenta
sus miedos y abusos para, con un carácter único y combativo, rechaza y hasta vence tanto a sus
opresores como a las condiciones y circunstancias negativas que rodean su vida.
Uno de los ejemplos más claros de la corteza oculta de Jesusa que aflora para hacerla
vencedora es el diálogo que sostiene con su marido cuando se le enfrenta después de haber sido
víctima de violencia doméstica.
La bendita revolución me ayudó a desenvolverme. Cuando Pedro me colmó el plato ya
me dije claramente: “Me defiendo o que me mate de una vez”. Y si yo no fuera mala me
hubiera dejado de Pedro hasta que me matara pero Dios dice: “Ayúdate y yo te ayudaré”.
Y yo oí que me dijo: “Defiéndete, ya es suficiente con lo que has recibido […] Y saqué la
pistola […] Tan no me dejé que aquí estoy. Pero, ¡cuánto sufrí mientras me estuve
dejando! (Hasta no verte Jesús mío 1991: 101).
En esta cita, Jesusa narra haber sufrido abusos por parte de su esposo cuando combatían
en las fuerzas partidarias del gobierno durante la Revolución Mexicana. Las experiencias en esa
30
lucha armada la ayudaron a tener el valor para defenderse del marido. Este valor se ve
ejemplificado en las frases:
“La bendita revolución me ayudó a desenvolverme”
“Me defiendo o que me mate de una vez”.
En su narración, podemos encontrar características del lenguaje literario y periodístico.
A través de la voz narrativa, conocemos a Jesusa, un personaje ficticio, pero con características
de un personaje real. Aunque las circunstancias son ficticias, la oración: ‘Tan no me dejé que
aquí estoy’ tiene connotaciones reales ya que la obra se basa en una entrevista. Por eso, se
puede intuir que el personaje menciona su condición actual; está ahí para contar su vida. Esta
afirmación hace real su presencia, sigue viva; no murió a manos de su abusivo marido.
En este ejemplo, se entremezclan como elementos del discurso narrativo de la obra la
ficción con la realidad. Los enunciados y los diálogos utilizados por Poniatowska son
enfatizados en la teoría de Dialogismo de Bajtín (1986) en el que se habla de diálogo del otro.
Asimismo, Poniatowska usa la voz narrativa de un personaje ficticio (Jesusa), pero que en
realidad se convierte en la poderosa voz de Josefina Bórquez, una mujer que cuenta su historia,
sus vivencias, a la vez que denuncia las desventajas de su género. Jesusa critica en muchas
ocasiones a la sociedad machista mexicana que es una institución de poder como señala van
Dijk (1991).
En la narración, la escritora formula juicios valorativos en la voz de Jesusa, que critica y
denuncia las injusticias que sufren las mujeres en una sociedad donde los hombres tienen el
poder. Cabe destacar que esta obra retrata los acontecimientos que la protagonista vive a lo
31
largo de su vida entre 1910 y 1960. Durante las décadas que Jesusa describe, las mujeres tienen
menos derechos que los que tienen en la actualidad. Algunos ejemplos son las siguientes frases:
-En aquella época las mujeres no trabajaban más que en su casa o de criadas. Ahora la mujer le gana al
hombre en lo salidora. Ya no calienta casa: ‘Pues yo me voy por un lado y tú vete por otro, a ver qué
consigues.’
-Y a los hombres no les llama la atención, más que para aprovecharse. Nadie estima a su mujer ni la
cuida. (Hasta no verte Jesús mío 1991: 96).
En lo que se evidencia que los abusos y la discriminación a los que ella se refiere eran
conocidos, pero nadie se atrevía a señalarlos. Sin embargo, Jesusa expone esa situación. Las
siguientes citas presentan algunos otros ejemplos:
-Pedro me pegaba, ¿cómo le reclamaba yo?, No podía reclamarle [...] entonces yo era muy tonta […]
Para todo golpeaba Pedro, como la mayoría de los hombres de la corporación que trataban así a sus
mujeres a punta de cintarazos: ‘Camine, chencha, ándele’, el caso era traerlas a mal traer.
-Pedro me daba con la chacha de la pistola, a mí me hervía la muina por dentro, pero no le decía
nada, ni me tallaba siquiera para que viera que ni me había dolido” (Hasta no verte Jesús mío 1991: 9697).
Con las frases: ‘¿cómo le reclamaba yo?, No podía reclamarle.’, Jesusa expresa que las
mujeres sufrían desigualdad, por lo que no se atrevían a denunciar los abusos. En tanto, con el
enunciado: ‘como la mayoría de los hombres de la corporación que trataban así a sus mujeres a
punta de cintarazos’, la voz narrativa enfatiza que no solo su marido Pedro golpeaba, sino que
era una costumbre entre los hombres con los que convivía.
En esta última cita, Jesusa describe sus sentimientos que mantiene callados para que nadie
supiera lo que pasaba en su vida matrimonial, tal como se describe en el párrafo de arriba.
Pedro hacía con Jesusa (su mujer) lo que todos los hombres hacían con sus esposas sin que
nadie les dijera nada.
32
En su narración, Jesusa denuncia que sufre de abusos por parte del sexo masculino desde su
juventud, y plantea una relación de desigualdad entre sexos a nivel social, condición que se
enfatiza en el matrimonio:
Para ser malo el hombre, lo mismo es extranjero que mexicano. Todos pegan igual.
Todos le dan a uno […] Así son los hombres, apenas la tienen a uno, y adiós
Tarjetearía. “Ahorita mientras no le digo que si no halla dónde ponerme; el cedacito
nuevo no halla uno dónde colgarlo. Ya cuando está viejo: ¿Dónde te aventaré? […]”
Por eso a mí nunca me ha llamado la atención la casadera. Mejor pasar necesidades que
aguantar marido. Sola. A mí los hombres no me hacen falta, más bien me estorban
aunque no están cerca de mí. (Hasta no verte Jesús mío 1991: 101).
Jesusa denuncia la desigualdad que había entre el sexo masculino y femenino: ‘Para ser
malo el hombre, lo mismo es extranjero que mexicano. Todos pegan igual’.
En el párrafo anterior, Jesusa menciona que en la sociedad mexicana en la época en la que ella
vivía, las mujeres eran vistas como objetos no como personas. Describe con lenguaje literario,
utiliza la metáfora y las similitudes para describir la validez que tiene la juventud en una mujer,
que es comparada con la utilidad de los objetos que son solo valorados cuando son nuevos,
pero son inservibles cuando pasa el tiempo: ‘los hombres, apenas la tienen a uno, y adiós
Tarjetearía. Ahorita mientras no le digo que si no halla donde ponerme; el cedacito nuevo no
halla uno dónde colgarlo. Ya cuando está viejo: ¿Dónde te aventaré?’.
Por eso, ella abiertamente menciona que, para ella, las mujeres no tienen voluntad propia son
vistas como objetos: ‘¡mil veces mejor ser hombre que mujer!’ (Hasta no verte Jesús mío 1991:
184).
En el fragmento anterior, Poniatowska denuncia lo que su entrevistada piensa de la
discriminación sexual. Presenta una dura crítica al matrimonio como una institución social
33
desigual entre sexos, ya que solo avala que la mujer tenga propietario, y no tenga derechos.
Esta voz narrativa defiende su derecho de ser libre, su derecho a decidir que nadie la gobierne.
Poniatowska, en su narración, se convierte en una voz opuesta a las ideologías del
poder, citando la voz oprimida de una mujer. Sin embargo, esta voz opositora se logra, se crea
y se desarrolla dentro del contexto de la narración de una novela ficticia, no como un hecho
verídico escrito para un medio de comunicación. De acuerdo con van Dijk, si esta denuncia
hubiera sido publicada en un periódico, Poniatowska debería haber utilizado el lenguaje y la
estructura periodística para hacer de esta narración un recurso objetivo, no subjetivo. La autora
entonces debería de escribir como reportera no como escritora literaria ya que en un artículo
periodístico debería de haber encontrado un balance y proporcionado todos los puntos
involucrados en esta denuncia. Por un lado, debería de citar lo que el gobierno hace por
defender a las mujeres, dar el punto de vista institucional oficial, así como proporcionar la voz
masculina que defendiera o contrarrestara esta denuncia. Sin embargo, la escritora decide narrar
la historia de manera literaria: convierte una exhaustiva entrevista periodística en una novelatestimonial porque prefiere usar un lenguaje poético-estético, donde las características de la
verdadera protagonista de la obra se narran en primera persona y con un lenguaje artístico
(subjetivo, ficticio) que “cuenta una historia divertida y trágica, y al mismo feroz y emotiva”
como la misma Poniatowska describe su trabajo en la obra biográfica y autobiográfica
Elenísisma: ingenio y figura de Elena Poniatowska escrita en colaboración con Micahel Karl
Schuessler: ‘Nosotros podemos darle a la realidad un valor y un sentido, le agregamos al
mundo físico al que directa o indirectamente no le pertenece, quizá una respuesta al universo
que nos rodea’ (Schuessler 2009: 189).
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Uno de los pasajes más poderosos que muestran esta crítica es la descripción evaluativa
de la lucha de poderes en la Revolución Mexicana descritos en Hasta no verte Jesús mío es:
Yo creo que fue una guerra mal entendida porque eso de que se mataran unos con otros,
padres contra hijos, hermanos contra hermanos; carrancistas, villistas, zapatistas, pues eran
puras tarugadas, porque éramos los mismos pelados y muertos de hambre. Pero esas son
cosas, que como dicen, por sabidas y se callan (Hasta no verte Jesús mío 1991: 93).
Otra de las críticas más fuertes que esta obra contiene se relaciona con la corrupción del
gobierno, la lucha de poder y la idiosincrasia de la sociedad regida por las ideas católicas y
otras instituciones de poder. La mujer soldadera critica la forma en que la guerra hizo estragos
en la sociedad mexicana, pero su denuncia es más profunda: ‘A mí esos revolucionarios me
caen patada en los…bueno como si yo tuviera güevos, Son puros bandidos, ladrones, de
camino real, amparados por la ley’ (Hasta no verte Jesús mío 1991:137). La voz narrativa
denuncia cómo las noticias de la revolución eran manipuladas y estaban al servicio de quienes
ocupaban el poder “los obregonsistas le volaron el tren, le quitaron el dinero y lo persiguieron y
cayó en la ratonera […] Nomás que eso tampoco lo dicen por el radio. Anuncian lo que les
parece pero no aclaran las cosas como son.” (Hasta no verte Jesús mío 1991:137). No solo
narra las injusticias de los soldados y de los pobres que murieron en un ideal que fueron
obligados a defender, sin recibir pago por su lealtad, sino la muerte y la pobreza.
En su narración, comenta lo que ella observó como protagonista de esta lucha desigual, y
cuenta: ‘Carranza se apoderó de la mayor parte del oro que había dejado Porfirio Díaz en el
Palacio. Hizo cajas y cajas de barras de oro y de plata y se las llevó […]’ (Hasta no verte Jesús
mío 1991:139). Al ser víctima de la avaricia de Carranza, Jesusa descalifica a los gobernantes
que intervinieron en el periodo revolucionario. Jesusa acusa al ex-presidente de haberse robado
el dinero del pueblo.
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Jesusa también critica a todos los revolucionarios:
A mí esos revolucionarios me caen como patada en los…bueno como si yo tuviera
güevos. Son puros bandidos, ladrones del camino real, amparados por la ley. Cuando se
muere o se deserta un soldado, lo dan por presente en las listas que mandan al Defe
[…] los generales se sentaban con el dinero. Por eso se pelean todos por ser generales
de caballería y en un año o dos ya están ricos (Hasta no verte Jesús mío 1991:137).
Para ella, todos los militares y revolucionarios tomaron ventaja de las situaciones para sacar
provecho, por eso los califica como ladrones y no los tolera. La protagonista narra los hechos
que ella vivió. Jesusa los cuenta de una manera novelada, usando el lenguaje literario. Si esta
información tuviera que ser presentada en un medio de comunicación masivo, debería de
manejarse con un lenguaje objetivo proporcionando datos verídicos. Sin embargo, no es
posible proporcionar este tipo de datos en esta narración porque los hechos oficiales que se
conocen en la historia no dan cuenta de estas acciones. En este pasaje, vemos que el lenguaje
periodístico se enfrenta al manejo de la ideología de poder (Van Dijk 1991), Poniatowska lo
evita al narrar esta historia como un discurso literario con características ficticias porque no hay
datos concretos que puedan ser evaluados e informados en una entrevista periodística.
Asimismo, las características de un escritor periodista, y un periodista escritor son
denotadas en la obra La Noche de Tlatelolco: Testimonios de historia oral. La obra expone las
voces de las personas que fueron testigos de los sangrientos acontecimientos de la masacre de
estudiantes:
Son muchos. Vienen a pie, vienen riendo. Bajaron por Melchor Ocampo, la Reforma,
Juárez, Cinco de Mayo, muchachos y muchachas estudiantes que van del brazo en la
manifestación con la misma alegría con que hace días apenas iban a la feria; jóvenes
despreocupados que no saben que mañana, dentro de dos días, dentro de cuatro, estarán
allí hinchándose bajo la lluvia, después de una feria donde el centro del tiro al blanco lo
serán ellos […] los niños para quienes todos los días son días-de-fiesta, hasta que el
dueño de la barraca del tiro al blanco los forma así el uno contra el otro […] ¡Apunten
36
fuego! Y se doblan para atrás rozando la tira de satín rojo. (La Noche de Tlatelolco
2011:13).
Desde estas primeras frases de su narración del libro, la autora manipula el lenguaje
combinando la información periodística con el discurso literario. Como se recordará, ambos
códigos se diferencian por la forma en que están estructurados, el lenguaje periodístico presenta
claridad, veracidad y objetividad como en el siguiente pasaje:
muchachos que apenas iban a la feria; jóvenes despreocupados que no saben que
mañana, dentro de dos días, dentro de cuatro, estarán allí hinchándose bajo la lluvia,
después de una feria donde el centro del tiro al blanco lo serán ellos (La Noche de
Tlatelolco 2011: 13).
El lenguaje literario maneja el lenguaje figurado, con uso de metáforas y símiles, como se ve en
esta primera narración: ‘niños para los que todos son días de fiesta, hasta que se formaron junto
con la tira de pollitos plateados que avanza en los juegos click, click ‘Apunten, fuego’ y se
doblan para atrás […] ¡fuego! ¡Cayeron y ya no se levantan!’ ( La Noche de Tlatelolco
2011:13).
Además, describe cómo cada persona que da su testimonio proporciona datos que
ayudaron a recrear la historia bajo la óptica personal. Cada uno de ellos habla de las causas del
movimiento, lo que vivieron antes, durante y después del dramático acontecimiento.
Asimismo, proporcionan su opinión personal resaltando si estuvieron a favor o en contra del
movimiento estudiantil.
Los testimonios orales fueron transcritos de manera textual y se presentan ordenados
cronológicamente: ‘…a pesar de los macanazos yo pienso que el movimiento nos hizo mucho
bien a todos…A nivel personal, el problema político repercutió directamente en cada uno de
nosotros’ (La Noche de Tlatelolco 2011: 20).
37
El texto provee una descripción de la autora que explica el método que le da seguimiento a los
acontecimientos en cada entrevista. Posteriormente, se transcriben los testimonios que narran
tal y cómo iban sucediendo las cosas. También, hay relatos que describen a esos testigos y /o
sobrevivientes.
Después de que los soldados me dieron el balazo- me lo dieron en el fémur y por pocos
milímetros me rompen la femoral-, estuve meses en el hospital; jamás traté el tema
abiertamente [porque se decía que había ‘orejas’ y ‘chivatos’ en todas partes y reinaba
un ambiente de temor, de absoluta desconfianza. (La Noche de Tlatelolco 2011: 71).
Los testigos describen su dolor físico y moral. Mencionan que, después de la matanza, reinaba
un ambiente de represión; se sentía temor masivo. Para evitar el sufrimiento, o por miedo a
morir, o ir a la cárcel, muchas víctimas prefirieron callar. Preferían callar a sufrir las
represalias.
El texto inicia con una serie de fotografías que fueron publicadas en los medios de
comunicación desde el inicio del conflicto; Poniatowska describe los acontecimientos.
Posteriormente, inicia la narración con un lenguaje periodístico subjetivo, pero lleno de detalles
sobre este acontecimiento. La autora describe de manera general los datos obtenidos en la serie
de entrevistas que realizó sobre este hecho. Describe de manera dramática sus experiencias
como reportera presencial/testimonial. De esta manera, su narración abre la puerta para
presentar los testimonios que obtuvo al hablar con cientos de personas que vivieron de
diferentes maneras este movimiento. Con cada una de las entrevistas, la autora recrea episodios
de estos acontecimientos: incluye diversas narraciones desde diferentes ángulos en cada uno de
los momentos que vieron los estudiantes, sus simpatizantes, sus familias, los habitantes de la
unidad habitacional y el pueblo en general. Ellos describen sus vivencias, sentimientos,
frustraciones, pero denuncian, sobre todo, las acciones de poder y de opresión del gobierno
38
mexicano. La técnica usada por Poniatowska para presentar estos testimoniales logra que sea
permitida la publicación de esta obra pues combina el lenguaje literario y periodístico. “Elena
creó un coro de voces atónitas, que combinado con las noticias oficiales de la burocracia
institucional, dio un libro decisivo.” (Shuessler 2009:195).
La manera en que Poniatowska presenta los testimonios convierte a la voz de los
oprimidos, de los ‘otros’, en la voz de aquellos que denuncian, juzgan y cuestionan el suceso.
Sin embargo, el lenguaje usado no es solo periodístico, sino que los presenta llenos de detalles,
donde se aprecian los sentimientos de frustración, enojo, miedo, esperanza y desesperanzas por
todo lo vivido.
No recuerdo cuánto tiempo me estuvieron golpeando: solo me acuerdo que decían que
tenía que aceptar que estuve en la quema de tranvías, y que sino, me seguirían
golpeando hasta hacerme aceptar, al fin que no me importaba que me mataran. (La
Noche de Tlatelolco 2001:110)
La autora describe el sentir de un pueblo que fue acallado, silenciado bajo una noche
sangrienta, donde miles de personas, en su mayoría jóvenes, desaparecieron, fueron arrancados
del seno familiar y social.
Aunque el movimiento se presenta con fuerza, el desenlace violento y la opresión
ejercida por el gobierno y experimentada por los entrevistados, no permite la vuelta a la lucha.
“Pedro tenía un rostro tan doloroso que casi no lo reconocí por la intensidad que el sufrimiento
había impreso en sus rasgos.” (La Noche de Tlatelolco 2001:111). Muchos de los
sobrevivientes y los familiares de las víctimas sienten desolación con el silencio que recibieron
como respuesta luego del macabro hecho.
39
Los testimonios son proporcionados en respuesta al silencio con el que el evento fue presentado
en los medios de comunicación. Se tuvieron que acatar las órdenes del poder hegemónico del
gobierno. Bajo el control nacional de la prensa, las señales de televisión y radio amenazaban la
cohesión y manipulaban la forma en que se presentaba el reporte de los hechos. Así, las cifras
exactas de todos aquellos que protestaron, murieron, fueron heridos o desaparecidos, al igual
que las autoridades que participaron en esta masacre nunca fueron proporcionadas, ni siquiera
han sido reconocidas oficialmente. De esta manera, los medios de comunicación
proporcionaron al público la información medida, estudiada y preparada por un gobierno que
finalmente decidió qué se daría a conocer y cómo se presentaría al público. El discurso de la
prensa alimenta y representa la ideología del poder y dominación (van Dijk (1991), Henry &
Tator (2002). Pocos periodistas como Poniatowska siguieron investigando y escuchado las
voces de quienes sufrieron lo ocurrido. La periodista decide presentar estos testimonios en una
forma literaria, como una historia novelada aun cuando desafíe a las autoridades.
El lenguaje que la autora utiliza para presentar los hechos es literario: hace uso de excesivos
detalles, lenguaje figurado, incluye metáforas, símiles, comparaciones y diálogos:
-¿Con que no quieren policías ni granaderos? Pues, chánguense, hijos de su puta madre…”
(La Noche de Tlatelolco 2001:111).
Este lenguaje hace que la narración parezca poco verídica o subjetiva, contrario al efecto del
lenguaje directo y subjetivo de los artículos periodísticos.
Desde el principio de este libro, la autora comienza con la descripción de una historia, un
cuento ficticio. Utiliza la metáfora de la feria, en donde la juventud disfruta, para luego con
ironía narrar la atrocidad de los ‘felices jóvenes’ que son víctimas de la decisión y voluntad del
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‘dueño’. Poniatowska describe, con un lenguaje ficticio, un hecho crudo y real que ha sido
manipulado y manejado enteramente por quienes ostentan un poder sin límites que no permite
ser cuestionado. Los testimonios de algunos de los participantes fueron recogidos en
entrevistas mientras estaban encarcelados. Muchos otros simpatizantes, obreros, madres y
padres de familia en busca de un hijo desparecido denunciaron la impotencia de verse envueltos
como protagonistas de una atroz pesadilla, por las arbitrarias e injustas acciones del gobierno
opresor.
Yo le entré al Movimiento Estudiantil porque un día, sin más, llegaron los granaderos
a la Escuela de Bellas Artes con perros policías y cadenas y se llevaron a todo el
mundo, así fíjate, con la mano en la cintura. Y el INBA ni siquiera había dicho
abiertamente que si apoyaba o no al Movimiento (Yo creo más bien que no, ¿eh?). A
muchos actores, esta invasión arbitraria nos hizo tomar conciencia y resolvimos
unirnos a los estudiantes y ayudarlos, pero de veras, no solo yendo a las
manifestaciones agarrados del brazo y gritando en los mitines… Entonces,
constituimos una brigada de actores de teatro (La noche de Tlatelolco 2011: 15).
En esta cita, denuncia las tácticas arbitrarias e intimidantes que el gobierno mexicano utilizaba
para controlar a los jóvenes desde el inicio del movimiento estudiantil, como se ilustra a
continuación:
Desde un principio tuvimos una conciencia lo que iba a suceder-la represión, las
detenciones masivas, las macanizas no se hicieron esperar. (La Noche de Tlatelolco
2011: 15)
Es indudable que, con sus desmanes callejeros, los estudiantes dieron motivo para la
intervención de las autoridad policiaca. (La Noche de Tlatelolco 2011:21)
Poniatowska utiliza la cita directa para las descripciones que narraron los testigos y víctimas de
los hechos. Transfiere estos testimonios orales a palabras escritas. Con precisión, hace uso de la
técnica periodística de la entrevista, estas citas pudieron ser publicadas bajo el texto literario. Si
hubiera tratado de publicarlas en una nota periodística, hubiera sido objeto de censura por parte
41
de los editores. Estos tenían la orden de los dueños de la empresa de comunicación masiva de
no publicar este tipo de entrevistas por la presión ejercida por el gobierno: “Después de
publicarse el libro no se le dio publicidad […] La editorial ERA recibo una carta diciendo que
iban a poner una bomba a la imprenta si se publicaba el libro de Poniatowska.” (Shuessler
2009: 195).
La autora desafía las órdenes de control de este contenido ya que publica estos
testimonios como un texto periodístico, pero que se presenta con características literarias: usa el
lenguaje de narración coloquial sin sufrir las modificaciones que un texto periodístico de
carácter objetivo requiere para su publicación.
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CONCLUSIONES
Tal como se planteo en la introducción, en este trabajo, se analizó la manera en que el
periodismo y la literatura emergen en una sola línea que da origen a discursos narrativos que
puede tener características del denominado nuevo periodismo o novela no ficticia. A lo largo de
la investigación, se proporcionaron algunos ejemplos históricos de la relación que existe entre
el lenguaje periodístico y el literario, partiendo de la descripción y definición de ambos
conceptos. Para ello, esta investigación se basó en el análisis del discurso narrativo de dos de
las obras periodístico-literarias, de la escritora mexicana Elena Poniatowska. Hasta no verte
Jesús mío (1969), un trabajo narrativo que surgió de una entrevista periodística. La novela
representa las oprimidas de la sociedad mexicana a través de la narración en primera persona de
la vida de la protagonista Jesusa. En esta obra, Poniatowska transmite no solo la voz de los
silenciados sino su propia crítica sobre la desigualdad y la opresión social. La voz narrativa de
Jesusa (o José-Jesu ) se convierte en una protagonista que revela la vida de una mujer que lucha
desde la fase más baja de la sociedad para dejar escuchar sus pensamientos y validar su lucha
por los derechos y la igualdad. Poniatowska utiliza el diálogo con su interlocutora y el
monólogo de esta que se convierte en esa voz narrativa que da fuerza expresiva a un sector
importante de la sociedad: los oprimidos. Además, este trabajo hace un análisis de la crónica
periodística novelada La Noche de Tlatelolco (1971) donde la escritora-reportera narra los
testimonios de cientos de personas que vivieron la matanza estudiantil perpetuada por el
ejército mexicano en octubre de 1968. La obra relata el pensamiento y el sentir de las personas
a favor y en contra del movimiento estudiantil, así como las inconformidades, los motivos de
las rebeliones y un poco acerca de las vidas de las personas luego de este acontecimiento. El
texto incluye los antecedentes y las consecuencias que se basan en entrevistas realizadas desde
43
octubre y noviembre de 1968 hasta 1971 cuando salió publicada la obra. Con sus narraciones,
Poniatowska desafía el lenguaje hegemónico de poder ya que da voz a aquellos que nunca
aparecen como protagonistas sino como sujetos de noticias que según los análisis de discurso
de van Dijk son menospreciados y discriminados por la ideología manejada en los medios de
comunicación.
Este trabajo de investigación se basó en el análisis de discurso narrativo bajo la óptica
de los estudios del teórico ruso Mijail M, Bajtín y los parámetros de estudios de las estructuras
del lenguaje en los medios de comunicación propuestos por Teun van Dijk, Henry Francis y
Carol Tator. Sus aportaciones fueron retomadas en este trabajo para demostrar que los textos de
Poniatowska encierran una lucha contra el poder hegemónico que los textos periodísticos
manejan de manera implícita. Poniatowska utiliza la sublime línea divisoria que existe entre el
lenguaje periodístico y literario para evadir la censura, y para expresar libremente su ideología
contra la presión y discriminación social que existe en la sociedad mexicana, sobre todo contra
las mujeres y las clases trabajadoras.
En este análisis, se lograron estudiar las tres vertientes mencionadas en la metodología
de este trabajo, ya que se planteó la relación que existe entre el lenguaje periodístico y el
literario en las obras de Poniatowska. La novela Hasta no verte Jesus mío se basa en una
entrevista literaria en la que la periodista hace uso de la narrativa literaria para narrar en
primera persona la historia de una mujer que puede expresar sus sentimientos y criticar las
desigualdades de la sociedad en la que vive. En tanto que La noche de Tlatelolco es un
documento histórico periodístico que desafía las hegemonías del poder al presentar los
testimonios de víctimas y testigos de un atroz acto sangriento que es presentado con
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características noveladas sin dejar de ser una crónica periodística de las entrevistas recopiladas
entre quienes vivieron ese terrible acontecimiento.
Asimismo, el análisis lingüístico de los discursos literarios permitió dar cuenta de que
ambas obras de Elena Poniatowska establecen, por medio de su discurso narrativo, factores
comunes entre literatura y periodismo, logrando trazar una pequeña línea divisoria entre estos
dos campos.
Este trabajo partió de la hipótesis de cómo el periodismo y la literatura emergen en
escritos cuya importancia es comunicar de manera creativa y original un hecho o ideas de la
realidad, donde el tiempo y el espacio no son limitados, donde la realidad se mezcla con la
imaginación. Este trabajo enfatiza la manera en que la autora mexicana establece, por medio de
su discurso narrativo, factores comunes entre literatura y periodismo. Los análisis que se llevó a
cabo de las obras de Poniatowska son ejemplos donde se combina el lenguaje periodístico y el
literario en un discurso de ficción (novela no ficticia) que reflejan el compromiso social de la
autora mexicana, se pudo contrastar que, en la dimensión dialógica conversacional de su
lenguaje literario, se unen a los propios horizontes ideológicos de la autora.
Por su contenido y forma, las obras de Poniatowska son ejemplos de la creación
literaria-periodística que abre los límites establecidos del canon literario y periodístico. Es
decir, la escritora recurre a ambos lenguajes para producir un discurso literario testimonial e
imaginativo que reafirma su compromiso con las clases sociales desprotegidas, silenciadas y
discriminadas.
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Hasta no verte Jesús mío, una obra de corte feminista, recrea la vida femenina que toma
la contienda de una lucha convirtiéndose en una mujer opuesta a todos los cánones sociales
porque es rebelde, original, poseedora de una libertad personal y espiritual, que es sin duda, la
imagen opuesta de todo parámetro social. La Noche de Tlatelolco devela las múltiples voces
acalladas, hace que la historia de su sobrevivencia y experiencias se conviertan en un aspecto
de la memoria nacional silenciada, pero nunca olvidada. Esta obra cumple la función de la
diseminación de lo prohibido, la denuncia y la autocrítica. Uno de los valores máximos
alcanzados por esta obra es que responde a la lucha contra el poder hegemónico de control
social absoluto que existe en los medios de comunicación.
En suma, las dos obras de Elena Poniatowska aquí analizadas conducen a una visión del
valor y la dignidad del ‘otro’. La autora crea sus obras haciendo uso de las técnicas expresivas
que tiene tanto el lenguaje periodístico como el literario para contribuir con la lucha social que
ella apoya desde la trinchera de sus palabras y visión como periodista y literata.
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