Continuación y bibliografía

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Capítulo 466 Transfusiones de neutrófilos (granulocitos) & e466-1
Tabla 466-1 NORMAS PARA LAS TRANSFUSIONES DE GRANULOCITOS
EN PEDIATRÍA*
NIÑOS Y ADOLESCENTES
Neutropenia grave (recuento de neutrófilos en sangre <0,5 109/l) e infección
(bacteriana, fúngica o por levaduras) que no responde o progresa a pesar del
tratamiento antibiótico adecuado
Defectos cualitativos de los neutrófilos e infección (bacteriana o micótica) que no
responde al tratamiento antibiótico adecuado
LACTANTES 4 MESES DE VIDA
Recuento de neutrófilos en sangre <3 109/l en la 1.a semana de vida o <1 109/l
a partir de la primera semana e infección bacteriana fulminante
*Las palabras en cursiva deben definirse según las normas locales para las transfusiones.
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La misión de la TG asociada a los antibióticos en los pacientes con
neutropenia grave (recuento de neutrófilos en sangre <0,5 109/l) secundaria a insuficiencia medular es similar en los adultos y en los niños.
Los enfermos neutropénicos infectados suelen responder a los antibióticos aislados, siempre que la función medular se recupere en las
primeras etapas de la infección. Como los niños con una leucemia de
reciente diagnóstico responden rápidamente a la quimioterapia de inducción, en raras ocasiones son candidatos a la TG. Por el contrario, en
los niños infectados con una insuficiencia medular mantenida (p. ej.,
neoplasias malignas resistentes al tratamiento, anemia aplásica o receptores de trasplantes de células progenitoras hematopoyéticas), la adición de una TG a los antibióticos puede resultar beneficiosa. Numerosos estudios controlados respaldan la eficacia de la TG en las sepsis
bacterianas que no responden a los antibióticos de los pacientes con
neutropenia intensa (recuento de neutrófilos en sangre <0,5 109/l),
mientras que la eficacia en las infecciones por hongos y levaduras no ha
sido demostrada a pesar de algunos estudios alentadores.
Los niños con alteraciones cualitativas (disfunción) de los neutrófilos suelen tener un número adecuado de ellos en la sangre, pero
son susceptibles a las infecciones graves porque sus células no eliminan las bacterias de forma eficaz. Los síndromes de disfunción de
los neutrófilos son raros y no se dispone de estudios definitivos en
los que se haya demostrado la eficacia de la TG. No obstante, varios
pacientes con infecciones progresivas potencialmente mortales han
experimentado mejorías marcadas al añadir TG al tratamiento
antibiótico. Estas enfermedades son crónicas, y debido al riesgo
de inducción de aloinmunización, sólo se recomienda la TG cuando
la falta de respuesta de las infecciones a los antibióticos es evidente.
Los recién nacidos no suelen ser susceptibles de infecciones bacterianas graves, pero son varios los déficits en su sistema inmunitario que
pueden contribuir a esta mayor propensión. Estas alteraciones son aún
más intensas en los prematuros, en los que parece lógico considerar la
posibilidad de una TG. Los recién nacidos con sepsis fulminante, neutropenia relativa (recuento de neutrófilos en sangre <3 109/l en la
1.a semana de vida o <1 109/l a partir de entonces) y una reserva
medular de neutrófilos muy disminuida (<10% de las células medulares nucleadas son neutrófilos postmitóticos) correrán un gran riesgo
de morir si el tratamiento se limita al uso de antibióticos. Aunque en
algunos estudios se demostró que las TG aportaban un beneficio significativo, rara vez se emplean en la actualidad debido a que es difícil
obtenerlas de modo oportuno. En su lugar, algunos neonatólogos consideran tratamientos alternativos tales como inmunoglobulina i.v. y
factores de crecimiento mieloides recombinantes (G-CSF o factor estimulante de las colonias de granulocitos-macrófagos [GM-CSF]). Los
resultados de los estudios en los que se valoró la inmunoglobulina i.v.
han sido desiguales, pero en un metaanálisis se constataron beneficios
significativos en los neonatos con sepsis comprobada. Los datos actuales son insuficientes para determinar si los factores de crecimiento mieloide recombinantes podrían ser útiles en el tratamiento de estos recién
nacidos, aunque se ha confirmado que tanto el G-CSF como el GMCSF potencian la mielopoyesis e incrementan el recuento de neutrófilos
en estos niños. Es importante señalar que el G-CSF es eficaz en el tratamiento a largo plazo de varios tipos de neutropenia congénita grave.
Una vez tomada la decisión de realizar una TG, la dosis de
células obtenidas por leucoféresis reciente debe ser adecuada. Así,
los recién nacidos y lactantes con peso menor de 10 kg deben recibir
1-2 109 neutrófilos/kg por TG. En los lactantes de peso superior y
en los niños, la dosis total debe ser al menos 1 1010 neutrófilos
por TG; en los adolescentes la dosis preferida es de 5-8 1010 por
TG, dosis que requiere una estimulación de los donantes con GCSF. Las TG deben administrarse a diario hasta que la infección
ceda o el recuento de neutrófilos de modo sostenido supere el valor
de 1 109/l durante algunos días.
BIBLIOGRAFÍA
Price TH: Granulocyte transfusion therapy, J Clin Apheresis 21:65-71,
2006.
Strauss RG: Neutrophil collection and transfusion. In Simon TL,
Snyder EL, Solheim BG, et al, editors: Rossi’s principles of transfusion
medicine, ed 4, Bethesda, MD, 2009, AABB & Blackwell Publishing
Ltd, pp 219-227.
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