nº 8 abril 2012

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nº 8 abril 2012
Grupo Agroponiente cumple 25 años de calidad, servicio e innovación en este año 2012
Socios, agricultores y empleados cuentan su experiencia en este cuarto de siglo
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R EVIS TA Nº 8
índice summary
4-5
Antonio Escobar
Director General Grupo Agroponiente
25 años de servicio:
gracias y enhorabuena
Algunos, bastantes de los que hoy levantan la persiana de Agroponiente cada día, cuando aún es de noche, posiblemente no se
imaginaban, hace 25 años, que la historia llegaría hasta donde ha
llegado.
Ha pasado un cuarto de siglo desde que un grupo de intrépidos
empresarios de la comercialización hortofrutícola se lanzaron a un
proyecto innovador, una aventura rompedora en el sector, que modificaba su estructura empresarial.
Abría sus puertas Agroponiente, en febrero de 1987, con un almacén mixto compuesto de comercialización en origen y en destino, en el que se daban cita la subasta y la confección de producto.
Muchos de aquellos protagonistas siguen llegando cada día muy
temprano a su puesto de trabajo en Agroponiente, unos como
socios de este negocio que se ha perpetuado en el tiempo; otros
como trabajadores que conforman una gran familia que cree en el
proyecto y han pasado media vida construyéndolo a base de ilusión, entrega y compromiso; y muchos, muchísimos y cada día más,
como los padres de ese producto de calidad que cada día llega a
nuestras instalaciones como fruto de un concienzudo trabajo en
equipo.
Innovación, servicio, excelencia y calidad son las líneas básicas
de un proyecto que ha marcado la senda por la que ha caminado
el sector en estos 25 años, poniendo en marcha sus innovaciones y
novedades más destacadas y convirtiéndose en una referencia para
los mercados de toda Europa y para los productores de la zona.
En estas páginas de nuestra revista oficial, Grupo Agroponiente
quiere rendir homenaje a todos aquellos que han sido protagonistas de alguno de los pedazos que conforman nuestra historia, que
han sido primera persona en el devenir de este proyecto que es
mucho más que una empresa y que han dejado parte de su vida en
consolidar esta sensacional realidad que hoy día es referencia para
agricultores, profesionales, clientes y consumidores finales.
El homenaje tiene la imagen y la voz de algunos de esos protagonistas, un grupo de representantes de esta enorme y sólida familia,
con quienes repasamos cómo han sido estos 25 años, con el objetivo de agradecerles a todos ustedes su fundamental aportación a
esta historia.
Agroponiente cumple 25 años y lo celebra con ustedes, que son
protagonistas principales. Y lo hace echando un vistazo al pasado, a
un pasado del que podemos sentirnos todos satisfechos; pero también al futuro, que es el punto de referencia, la luz que ha marcado
siempre nuestro camino.
Hacia él vamos; en él nos fijamos. Porque nuestra meta es trabajar al máximo para conseguir los mayores retos hoy y también
mañana.
Por todo, gracias y enhorabuena.
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LA HISTORIA DE
UN SUEÑO.
25 años de servicio
e innovación.
VEGACAÑADA.
2001:
llega un valor en
alza.
8-9
DIEGO AMAT.
Habla el presidente.
10-22
EL VALOR DE LAS
PERSONAS.
Hablan socios,
consejeros y
empleados.
23
CONTROL
BIOLÓGICO.
Primera experiencia
100% en pepino.
Staff / Equipo de realización
TEXTTEXTOS
LAYOUTMAQUETACIÓN
PHOTOGRAPHY
FOTOGRAFÍA
CO-ORDINATIONCOORDINACIÓN
PRINTERSIMPRESIÓN
PUBLISHERSEDITA
José Flores, Trini Llanos, Inmaculada
Acién, Pablo Cortés, Agustín Sánchez y
Víctor J. Hernández Bru.
A. Gráficas M-3
Agroponiente, Vegacañada y PressSport
PressSport Comunicación e Imagen SL
Artes Gráficas M-3
Agroponiente y Vegacañada
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Un sueño de 25 años de servicio, innovación
y trabajo en común hecho realidad
Agroponiente ha revolucionado el sector de la comercialización hortofrutícola
durante su cuarto de siglo de vida
urante este año 2012 se cumplen
25 años del nacimiento del
primer almacén mixto de comercialización hortofrutícola,
compuesto por una subasta y
un almacén de confección y comercialización en destino, que recibió el
nombre de Agroponiente.
Han sido 25 años cimentados en pilares
como el afán de servicio, la identificación
con la innovación, la calidad y la seguridad
alimentaria, la apuesta clara por los profesionales y su formación continua, que han
obtenido como resultado más de 3.000
agricultores produciendo frutas y verduras de calidad durante los 365 días del
año, que cada día parten en camiones con
destino a todos los países del firmamento
europeo, donde esperan clientes que llevan décadas confiando en Agroponiente y
familias y negocios que abren las puertas
de sus mesas a nuestros productos.
En octubre de 1987 comenzó esta aventura, que su presi-
Uno de los primeros días de trabajo en la nave central de Agroponiente, en 1987.
dente, Diego Amat, define en estas mismas
páginas como “familia” y como “empresa
de servicios”. Y lo hizo con 18 accionistas,
entre ellos dos empresas, unos 20 empleados fijos y unos 150 variables. Hoy día, la
‘familia’ Agroponiente está compuesta por
más de 1.000 profesionales y la empresa
tiene unos 35 accionistas, ninguno con
más de un 5% del capital social y muchos
de ellos empleados que han ido creciendo
en el organigrama profesional y han recibido la oportunidad de pasar a formar
parte de la estructura accionarial.
Comienza el sueño
En octubre de 1987 empezó a andar
el negocio, con una nave de 10.000
metros en la que una zona estaba
destinada a la subasta y otra al
almacén de confección. Agentes
comercializadoras de gran potencial en la zona decidieron unir sus
fuerzas para poner en práctica
una idea innovadora: una empresa que combinara la fuerza
de la subasta en origen con la
del almacén de confección y
venta en destino, dos modalidades de comercialización
hasta ese momento incompatibles.
Las primeras adquisiciones de maquinaria
fueron una línea de pimiento y otra de pepino, además de una cámara y la incorporación de empleados especializados tanto
en la subasta como en la comercialización
en destino. Al frente de la gerencia se colocó a Diego Amat, entonces administrativo en otra empresa del sector, a quien se
incorporó también como accionista y que,
cuatro años más tarde se convertiría en
presidente de la compañía.
En la gerencia le sucedería Antonio Escobar, que hoy día continúa siendo el director general del Grupo, rodeado de un equipo de profesionales que, en su mayoría,
se ha formado y ha crecido dentro de la
empresa, pasando por diferentes puestos
del escalafón. El ejemplo más claro es el
de Antonio Román, que comenzó como
camarero en el bar y hoy día es gerente de
la subasta. La formación es el pilar sobre
el que descansa esta parte de la ‘filosofía
Agroponiente’.
En los primeros años, con unos 20 mozos,
dos jefes de almacén, un jefe de ventas y
dos comerciales, Agroponiente supuso una
auténtica revolución en el sector y en la
zona, siendo recordadas aún las colas de
agricultores para vender su producto en
Precios de la primera subasta que se realizó en Agroponiente en 1987.
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la nave del Polígono La Redonda, que en
ocasiones daban una vuelta entera a las
instalaciones y continuaban por la carrera,
de lunes a domingo.
La nave comenzó a funcionar incluso antes de estar finalizada y, pasado un año, se
celebró una gran fiesta para conmemorar
el aniversario, con varios grupos de música
y una extraordinaria barra que prácticamente ocupaba todo el lateral de la nave.
El Príncipe y la expansión
Incluso el SAR el Príncipe Felipe de Borbón pasó en esos años por Agroponiente, en una visita institucional que estuvo
acompañada por todo el protocolo y una
tremenda expectación en la zona. Su espontaneidad le hizo saltarse el protocolo
y, además de visitar la nave de confección,
que era lo inicialmente previsto, quiso conocer el trabajo de la subasta.
La filosofía de innovación, crecimiento y
potencialidad empresarial se vio plasmada
ya en 1989, cuando se puso en marcha la
segunda nave de la empresa, conocida en
el mundillo agrícola con varios nombres,
desde Agroponiente 2 hasta Cuatro Vientos, Guardias Viejas o ‘el Golfo’.
La empresa era, ya por entonces, un próspero negocio que había suscitado la confianza de agricultores y clientes y, fruto de
esa progresión, la compañía se planteó la
conveniencia de dar el salto a la otra gran
zona productiva de cultivos bajo abrigo en
la provincia. Así nació, en 1990, Agroponiente Níjar, especializada en el producto
por excelencia en esa zona, el tomate,
pero también con gran potencial en sandía
en temporada.
Imagen de la visita de SAR el Príncipe Felipe de Borbón a las instalaciones de Agroponiente.
La expansión de Agroponiente no ha cesado desde sus inicios y, al año siguiente, se finalizaba la construcción de la
segunda nave en las instalaciones centrales de Agroponiente, en el Polígono La
Redonda, que se destinaría al almacén
de confección desde entonces y hasta
ahora.
Grupo Agroponiente ha seguido creciendo
y expandiéndose geográficamente y, hoy,
cuenta con otro almacén de recogida y
tratamiento de producto en Berja, además de otros de sólo recogida en Tierras
de Almería (El Ejido), Roquetas de Mar,
Adra, Castell de Ferro y Puntalón (Motril)
en Granada y Cuevas del Almanzora.
Para entonces, Agroponiente SA se había
convertido ya en Grupo Agroponiente,
incorporando una segunda empresa, que
primero fue Agroponiente SAT y más tarde Agroponiente Natural Produce SL, que
se dedica básicamente a la exportación y
comercialización en destino.
Referencia en innovación
Agroponiente ha desarrollado así una
historia de constante crecimiento, pero
también de apuesta clara por la calidad,
la seguridad alimentaria y, sobre todo, por
la innovación. Si en su día fue el primer
almacén mixto de comercialización, posteriormente ha ido incorporando grandes
hitos que se han extendido más tarde
por todo el sector, como la llegada de los
ingenieros técnicos a las subastas, la incorporación de certificaciones de calidad
y controles de seguridad externos a la producción, la apuesta por el producto terminado en campo o por los envases de un
solo uso.
La siguiente gran inversión de Grupo
Agroponiente fue, en 2001, la puesta en
marcha de Vegacañada, una empresa especializada en tomate, melón y sandía,
ubicada en la zona de La Cañada-El Alquián (Almería), que en pocos años se ha
convertido en un símbolo de la calidad
en estos productos y en toda Europa.
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2001: Llega Vegacañada,
un valor en alza
En ese año, Grupo Agroponiente puso en marcha esta empresa ubicada
en la Vega de Almería y especializada en tomate, melón y sandía
egacañada es la empresa más
joven de cuantas componen
Grupo Agroponiente. Su llegada
al mundo data de 2001, cuando
Agroponiente lideró la puesta en
marcha de una nueva compañía
con la que cubrir el área de Almería y la Vega de La Cañada-Níjar, especializada en la producción y comercialización de tomate, aunque también de
melón y sandía.
La filosofía fue la misma que la de Agroponiente en su fundación: trabajo en
equipo junto a agricultores y comercializadores, apuesta clara por la calidad y
por unas marcas que en menos de una
década han adoptado una posición de
referencia en el mercado europeo y, por
supuesto, la innovación y la tecnología
aplicada tanto a las explotaciones agrarias como a unas instalaciones que, hoy
día, ya en 2012, siguen contando con la
nave climatizada más grande de la provincia.
En ese año 2001, la empresa iniciaba
su actividad, aunque no fue hasta la
campaña 2003/2004 cuando estrenó
sus nuevas y flamantes instalaciones,
en el denominado Paraje Los Mayorales,
al que se accede por la salida 456 de la
Autovía del Mediterráneo, la misma que
sirve de conexión con el Aeropuerto de
Almería.
en condiciones de igualdad con las grandes marcas internacionales de tomate,
melón y sandía y que ofrezca un servicio
directo, personalizado y profesional a los
agricultores que compartan con ella su
labor comercial y de garantía.
A un tiro de piedra del centro de la ciudad, con conexión directa con el Levante
y el Poniente para el traslado de productos desde el campo y también con Málaga, Granada y Murcia, para la salida
comercial del género, Vegacañada pasa
por ser la comercializadora hortofrutícola con una ubicación más privilegiada.
Sus amplias instalaciones, con esa gran
nave climatizada para la subasta y almacenamiento del producto, incluyen
también naves de envases, almacén de
manipulado y envasado de productos,
zona de lavado de envases, restaurante
y otros servicios, así como unas modernas y funcionales oficinas siempre a disposición tanto del agricultor como del
cliente.
Como empresa, la configuración accionarial de Vegacañada está compuesta
al completo por agentes del proceso de
producción y comercialización hortofrutícola, con mayoría del capital para
Grupo Agroponiente y una amplia representación de agricultores y comercializadores.
Como en el resto del Grupo, el objetivo
prioritario no es el reparto de beneficios
sino la consolidación de una gran empresa de futuro, que compita en Europa
El presidente de Grupo Agroponiente,
Diego Amat Navarro, preside también
el consejo de administración de Vegacañada, mientras que Francisco López
Martínez es su director general. Vegacañada no ha dejado de crecer, año tras
año desde 2003, tanto en lo relativo a
volumen de producción como a facturación, convirtiéndose en un valor en alza
en la comercialización hortofrutícola
europea.
Vista general de la nave de subasta de Vegacañada en la actualidad.
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Diego Amat, presidente de Grupo Agroponiente
“Agroponiente es una familia en la
que nadie es más que nadie”
El presidente destaca su carácter de “empresa de servicios para el agricultor y para
el cliente, que si llevan 25 años con nosotros será porque están satisfechos”
Diego Amat, en su despacho de Grupo Agroponiente, del cual es presidente
iego Amat fue uno de los
fundadores de Grupo
Agroponiente, que preside
desde 1991. Cumple, pues,
25 años en la empresa, los
mismos que lleva en funcionamiento este primer almacén mixto
de comercialización hortofrutícola
en el Poniente almeriense.
25 años dan para mucho. ¿Qué
destacaría, como elemento característico, de este grupo empresarial?
Yo creo que nuestros elementos más
característicos son la innovación y la
apuesta por nuestros profesionales.
En nuestro inicio, fuimos el primer
almacén que empezó a comerciali-
zar en destino, en Europa, gracias a
la amplia capacidad de compra que
tenían los accionistas iniciales; y a
combinar la subasta con la confección de producto. Y desde entonces hemos apostado siempre por
nuestros profesionales, dándoles la
oportunidad de que se formen internamente y de que crezcan en la
empresa. Creo que innovación y formación son dos elementos claves en
el desarrollo de la empresa. Es más,
nuestros empleados se han ido incorporando también a la estructura
accionarial.
Agroponiente mantiene desde hace
décadas una imagen relacionada con
la innovación.
El objetivo de nuestra empresa se
consolidar una apuesta por la calidad del producto de nuestra tierra.
Somos una empresa que, más que
repartir beneficios entre accionistas, preferimos llevarlos a reservas
e invertirlos en la mejora constante
de nuestra estructura empresarial.
Nuestra apuesta por la innovación
y la calidad es constante y somos
pioneros en diferentes apuestas por
los protocolos y las certificaciones de
calidad. También fuimos la primera
subasta en origen que enriqueció su
estructura con ingenieros técnicos
que supervisaran la producción.
Así pues, clientes y agricultores son
sus dos grandes referencias.
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Para los clientes, toda nuestra estructura profesional trabaja a fin
de blindar la calidad y la seguridad
alimentaria de nuestros productos,
pero también el servicio, que tiene que ser eficaz y ágil. Muestra
de ello es, por ejemplo, que desde
hace 24 años servimos producto
los doce meses del año, para lo cual
hemos tenido que ampliar nuestra
zona de producción. Pero para el
agricultor también somos una empresa de servicios, que cada día se
afana en buscar fórmulas que beneficien a los verdaderos protagonistas de todo esto, que son esos
agricultores que están pegados a
la tierra. Pero yo mencionaría otro
tercer pilar, que son nuestros accionistas, que con su generosidad
nos han permitido no dejar de crecer y mejorar como empresa.
¿Cómo recuerda los inicios?
Recuerdo que yo trabajaba en otra
empresa y me plantearon la posibilidad de incorporarme a este
proyecto, que vi novedoso e innovador. Depositaron en mí una gran
confianza, que luego se plasmó en
la presidencia, en octubre de 1991;
y formé parte de un proyecto que
inicialmente reunía a 18 accionistas, cifra que hoy ha crecido
hasta los 35. No olvidaré nunca el
ambiente de gran ilusión y expectación en torno al proyecto, que
funcionó con gran trabajo de todos desde el inicio. Y pasados estos
Diego Amat vivió intensamente los primeros pasos de Grupo Agroponiente
25 años, hoy puedo decir que todo
aquello sigue vigente.
Pasado este cuarto de siglo, ¿cuáles son sus sensaciones?
¿Cómo cree que ve el agricultor a
Agroponiente?
Yo creo que como su casa, sobre
todo ésos que llevan 25 años con
nosotros, que no son pocos. ConoSobre todo la sensación de un tra- cen a los empleados y a los acciobajo bien hecho, que me ha ayuda- nistas. Somos exigentes con ellos,
do a tener grandes amigos. Hemos pero saben que lo hacemos por
llegado a lo que somos sobre todo responsabilidad. Siempre vamos de
por el esfuerzo y el trabajo. Y so- la mano.
bre todo porque somos un equipo,
en el que nadie se siente más que ¿Y el cliente?
nadie, desde empleados hasta accionistas. Yo diría que somos una Si tenemos clientes que llevan con
familia. Todos somos productores y nosotros 25 años y cada campaña
conocemos los problemas del agri- aumentan su volumen de consucultor. Y todos hemos compartido mo, debe ser porque están satisfeesa formación que nos ha permi- chos con nosotros. Hay algo objetido conocer el mercado en desti- tivo: nuestro nivel de compromiso
no. Nuestra mentalidad no ha sido con ellos es muy alto y nuestro
nunca enriquecernos, sino hacer afán de servicio difícil de superar.
una gran empresa para futuras ge- Nuestras marcas tienen gran valor
neraciones.
en destino.
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José García Callejón, vicepresidente de Grupo Agroponiente
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“Agroponiente ha sido un motor renovador del
campo almeriense y personalmente lo quiero
como un padre a su hijo”
Conocido como ‘Pepe Matillas’ el vicepresidente de la empresa cree que “el futuro es
de la gente con talento y capacidad”
osé García Callejón es uno de los socios fundadores de Grupo Agroponiente, hoy día su vicepresidente. Su
empresa, Frutas Matillas, es una de
las que conforman el consejo de administración de la compañía y que han
mantenido su fe en el proyecto en estos
25 años.
Conocido como ‘Pepe Matillas’, precisamente en alusión a la empresa que
preside, desde su despacho con diversos
recuerdos de esta feliz historia hortofrutícola recuerda que “la historia comenzó con un grupo de gente joven que
nos movíamos en las subastas, con una
importante capacidad de compra, que
queríamos hacer cosas y teníamos inquietudes. Éramos ante todo amigos. El
proyecto era ambicioso y funcionó desde el inicio. Había mucha ilusión”.
Sin embargo, aquel proyecto inicial no
tardó en revelar un impulso innovador y
rompedor con un tremendo futuro por
delante. “Cambiamos el sistema comercial de la zona, incorporando a las
subastas el sistema comercial y la cosa
funcionó muy bien”.
Pepe “Matillas” siempre al pié del cañón durante estos 25 años
que un valor fundamental han sido sus
socios, entre los que ha habido siempre
un respeto impresionante. Y también,
por supuesto, los empleados, muchos de
ellos en la casa desde el principio y en
bastantes casos, progresando en el organigrama de la compañía”.
En lo personal, “laboral y empresarialmente, Agroponiente ha sido todo. Estoy
muy orgulloso de pertenecer a esta empresa y toda su historia, todos sus episodios los he vivido con total intensidad.
Fui uno de los fundadores y la quiero
como uno de sus padres. Somos muchos
los que vivimos de este proyecto y eso lo
hace muy especial”.
Y también, por supuesto, el agricultor.
Para el vicepresidente de Agroponiente,
“nuestra empresa ha sido siempre un
motor renovador del campo almeriense. Siempre nos hemos preocupado del
agricultor, sacrificando beneficios para
darles servicios, innovando para mejorar
su rendimiento económico, ofreciendo
servicios que no se ofrecían y pensando en ellos continuamente, porque ellos
son la clave”.
No obstante, además de esa eterna vocación innovadora e investigadora, para
García Callejón hay más secretos que
han mantenido en la brecha a Agroponiente estas dos décadas y media. “Creo
En cuanto a los mercados, García no
duda de que “Agroponiente es una empresa reconocida. Nuestra capacidad innovadora y de servicio siempre ha sido
valorada por los clientes, también mu-
chos de ellos desde hace décadas con
nosotros. El cliente quiere servicio, calidad y precios. La fidelidad de 25 años es
muestra inequívoca de que algo se está
haciendo bien. Las cosas han cambiado
mucho en ese tiempo y hemos sabido
adaptarnos, salir fuera del mercado nacional y adaptándonos a la gran distribución, que es clave”.
‘Pepe Matillas’ mira, cómo no, al futuro.
En su opinión la clave está en que “sepamos capaces de adaptarnos a los tiempos actuales y hacernos aún más fuertes.
Tenemos un potencial humano que nos
puede convertir en imparables. Tenemos
que adaptarnos siempre a los tiempos y
seguir siendo un modelo, como lo hemos
sido en estos años. Estoy convencido de
que este negocio, este sector, va a seguir
siendo necesario siempre y, aunque haya
dificultades, si somos capaces de adaptarnos y sobreponernos, el futuro será
bueno. El futuro es de quienes tengan
talento y capacidad”.
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Paco Moreno y Juan Montes, agricultores.
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“Agroponiente es
Llevan dos décadas y media trayendo sus productos a
Vivimos en Agroponiente, porque Agroponiente es nuestra
casa”. Ellos son Paco Moreno y
Juan Montes, dos amigos con una historia en común: desde hace dos décadas y media, sus destinos y los de sus
familias están unidos a Agroponiente.
Paco Moreno, con 24.000 metros cultivados, empezó a comercializar su
producto a través de Agroponiente
cuando aún no estaba concluida la
obra de la nave central. Juan Montes,
con 28.000 metros, empezó a hacerlo
unos meses después. El primero tiene 51 años y es especialista al 100%
en berenjenas y el segundo tiene 52
y cultiva tomate Rebelión y Pimento
Lamuyo. Ambos son de Las Cabañuelas (Vícar) y llevan el ‘sello Agroponiente” marcado en el corazón.
Paco Moreno, berenjenero de pro, lleva 25 años de fidelidad a Agroponiente.
“Siempre he visto al agricultor de
Agroponiente dispuesto a acometer
los cambios que le pide la empresa, porque sabemos que la empresa
se dedica a estudiar los mercados y
la situación para que, innovando y
apostando por la mejora constante,
consigamos una mejor valoración del
producto. Nos prepara para los retos y
hace que éstos se cumplan”, asegura
Paco.
“En este tiempo hemos cambiado los
envases, la forma de cultivo, la adaptación a los mercados y un montón de
aspectos siempre de la mano de Agroponiente. Somos fieles a esta empresa porque con ella hemos crecido y
hemos evolucionado. Es un símbolo
de innovación y calidad porque nadie
trata el género como esta empresa y
sus agricultores”, añade Juan.
Juan Montes no ha abandonado nunca la nave de Agroponiente en este cuarto de siglo.
Es una imagen de excelencia que, según estos dos agricultores de Agroponiente, es unánime en el sector.
Para Paco Moreno, “los agricultores
saben que en Agroponiente son exigentes y escrupulosos con los detalles; aquí se obliga a los agricultores
a hacer cosas que dos años después
se implantan en todo el sector; es una
empresa pionera”, mientras que Juan
Montes añade que “el agricultor tiene
que elegir entre llevar una vida más
fácil o hacerla un poco más dura trabajando en el detalle para conseguir
mayor valoración. En Agroponiente, sólo caben los que apuestan por
esta segunda vía y eso lo sabe todo el
mundo en el campo”.
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s nuestra casa”
a “la empresa más innovadora del campo almeriense”
Paco Moreno, Juan Montes y Antonio Tarifa, director del Departamento de Campo de Agroponiente.
Ambos tienen claro cuál es el reto:
“ha llegado el momento de que empresas y agricultores trabajen juntos
para conseguir un precio mínimo. No
hablamos de vender berenjenas a dos
euros, pero sí de un precio mínimo
estable que garantice la supervivencia del sector. Cobrando 30 céntimos
el kilo no se puede vivir y eso pasa en
el campo a veces”.
Eso sí, para ellos, sin discusión,
“Agroponiente está a la cabeza de
los servicios al agricultor. El departamento técnico, la formación, los
envases, el lavado de envases, la limpieza, el trato humano. El nivel es
muy superior. En el campo todos sabemos cómo funciona cada empresa
y la diferencia es muy evidente. Por
eso, estamos a disposición de lo que
Agroponiente nos pida”.
El agricultor ha sido y será siempre la piedra angular de la empresa.
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Antonio Román. Gerente de subastas de Agroponiente
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“Mas productividad, confianza e innovación
unidas a la internacionalización, son los
caminos del futuro”
Comenzó trabajando en puestos base y hoy día es el gerente de las Subastas de
Agroponiente, tras recorrer las distintas secciones de la empresa
aspecto, cuando la crisis nos ha hecho
más pobres a todos”.
El director de las Subastas de Agroponiente sabe que “la clave ahora mismo
está en mantener la productividad tal y
como sólo nosotros hemos demostrado
que sabemos hacerlo, seguir sumando la
confianza de los mercados y, por supuesto, añadir más y más valor al producto a
través de la I+D para diferenciarnos a
nivel internacional. Es lo que venimos
haciendo y sólo eso nos ha traído hasta
aquí. Ahora que las dificultades se multiplican, ése es el camino por el que hay
que apostar”.
Antonio Román, gerente de Subastas de Grupo Agroponiente ante una de las imágenes de la empresa.
legó para trabajar y hoy es el gerente
de las subastas en la empresa. Ha pasado, como él dice, “por todos los puestos de la empresa, empezando por lo
que hubiera sido la ESO y ahora estoy en la Universidad”.
Antonio Román es una de las personas
claves en el organigrama comercial de
este Grupo Agroponiente que hoy cumple 25 años y al que él se incorporó al
poco tiempo de haberse fundado. En
sus palabras sólo hay agradecimiento,
“sobre todo para la empresa que tanta
confianza ha depositado en mí, pero
también y de manera muy importante
para los compañeros , clientes y agricultores con los que llevo tantos años
trabajando”.
Para él, “la clave para que una empresa
como ésta llegue a donde está es una
combinación de espíritu de equipo entre
todos, tanto los profesionales como los
agricultores, y de apuesta por la innovación y el servicio. Agroponiente es un
símbolo del deseo de mejora en el campo
almeriense y eso ha sido, precisamente,
su ingrediente más fortificante”.
Para él, su figura no es ningún símbolo,
pero reconoce que “es un ejemplo más
de lo que ha sucedido en esta empresa,
en la que los socios han apostado siempre por el trabajador y por el agricultor
que ha querido progresar. En el campo
somos sinónimo de excelencia y calidad;
y dentro de la empresa, todo trabajador
sabe muy bien que esforzándose y apostando fuerte se progresa. Aquí siempre
se ha creido en las personas como suma
de valores hacia Agroponiente”.
Después de tanto tiempo ‘pegado a la
tierra’ desde la vertiente comercial, Román tiene claro que “a Almería siempre
la ha diferenciado en su carácter emprendedor y ahora ha de reforzarse ese
Román augura “un gran futuro a Almeria y a su propia empresa. Estos 25
años se tienen que multiplicar, porque
estoy convencido de que seguiremos
en la senda de la innovación, el servicio
al agricultor y al cliente y la humildad
de la que siempre hemos hecho gala y
que nos ha conducido hasta aquí. Uno
se siente orgulloso de trabajar con esos
parámetros y de compartir este proyecto
con tanta gente válida. Gracias a todos
de corazón”.
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R EVIS TA Nº 8
Isabel Fuentes, departamento de Recursos Humanos
25 años con nombre de mujer
Ella fue la primera mujer de Agroponiente y participó en los primeros días
de la empresa
s una de las personas que formaron parte de aquel equipo inicial
de Agroponiente, en octubre de
1987. Un equipo que estaba formado exclusivamente por hombres,
siendo ella la única excepción.
Isabel Fuentes fue la primera mujer
que formó parte del equipo de Agroponiente, que vivió intensamente desde el
primer día.
Curiosamente, hoy día forma parte del
equipo de recursos humanos, en concreto en el centro de Guardias Viejas (El
Ejido), donde trabaja día a día con gran
cantidad de mujeres que forman parte
de las líneas de selección y envasado de
producto.
“Necesitaban una persona que atendiera al teléfono y, aunque era la primera
vez que iba a trabajar en una subasta,
acepté. Tan sólo estuve quince días en
esa labor, porque enseguida pasé a la
administración de la subasta, llevando
temas de pago y atención al agricultor
y cálculos de la venta”, recuerda Isabel
Fuentes acerca de sus inicios.
La palabra más repetida por esta profesional, una de las que iniciaron la
andadura de Agroponiente, es “compañerismo”, que califica como “muy sano
y divertido” y que “me ayudó mucho en
el hecho de ser la única mujer. Estábamos todos muy unidos y los hombres me
ayudaban mucho. A veces, la agricultor
Isabel Fuentes fue la primera mujer en Agroponiente, algo que le llena de satisfacción.
le extrañaba ver a una mujer atendiéndolo, pero el gran ambiente que había en
la empresa me ayudó a superar todas las
dificultades. En general estaba encantada de ser la única mujer, porque todos
me trataban muy bien”.
Tras 25 años, Isabel tiene claro que “la
empresa ha cambiado y crecido mucho,
con más personal y centros de trabajo.
Al principio nos conocíamos todos. También se ha avanzado mucho en especialización del personal y en implantación
de tecnología”.
El recuerdo más entrañable que guarda
Isabel Fuentes es precisamente “el del
compañerismo y el cariño. Había respeto, pero sobre todo un gran aprecio” y,
como anécdota, “la cantidad de noches
en la que terminábamos de madrugada
debido al gran éxito y la cantidad de
trabajo que teníamos. Recuerdo que nos
subían la cena a las oficinas, sobre todo
con ensaladas y productos de la tierra”.
Para ella, “el éxito de Agroponiente está,
sin duda, en el coraje y la fuerza de los
socios que pusieron la primera piedra y
que siguen con ahínco al pie del cañón.
Cada uno pone su grano de arena y eso
es clave no sólo para llegar, sino para
mantenerse”.
Después de un cuarto de siglo, Isabel
Fuentes tiene bastante claro cuál es la
imagen que agricultores y clientes guardan de Agroponiente. “Tanto unos como
otros quieren una atención y un servicio adecuados, al margen de la calidad
del producto. Se encuentran con gente
de toda la vida, de 25 años, que saben
cómo tratarlos. Y el personal que se ha
llegado después, ha incorporado esa
forma de trabajar, marcando un estilo
Agroponiente, de trato amable y, sobre
todo, caracterizado por saber escuchar”.
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Francisco López Martínez, director general Vegacañada
REV ISTA N º 8
“No disimulo mi admiración por quienes
supieron empezar esta historia”
Para él, “la filosofía de innovación y servicio es la clave de este proyecto”
junto y en pro del proyecto común es
el único protagonista. Algo de lo que
dan ejemplo desde los socios hasta los
propios trabajadores de cada uno de
los departamentos”.
Francisco López Martínez, observando el campo desde la terraza de Vegacañada.
rancisco López Martínez es un profundo conocedor de Grupo Agroponiente desde hace muchos años.
Sin embargo, su presencia como
parte activa del mismo data del
nacimiento de Vegacañada, empresa
con la que el Grupo se asentó en la
Vega de Almería, con una apuesta fuerte
por el tomate y por los servicios de calidad tanto al agricultor como al cliente.
Hoy director general de la compañía, es
además presidente de la única Indicación Geográfica Protegida del Tomate en
España, la IGP Tomate La Cañada Níjar,
además de un impulsor de la marca Almería en la comercialización de frutas y
verduras.
Para él, “Grupo Agroponiente es un gran
proyecto de gente trabajadora e ilusio-
nada, un fenómeno que ha influido de
manera decisiva en la forma de entender
el modelo de comercialización hortofrutícola en Almería. Yo que he llegado al
proyecto muchos años después, no puedo disimular mi admiración hacia quienes vieron la oportunidad y la necesidad
de un impulso como el que ha supuesto
este Grupo”.
López Martínez cree que los pilares
fundamentales del éxito de estos 25
años son “la filosofía de innovación y
de servicio tanto a agricultores como
a clientes, el capital humano que conforman nuestros socios, empleados y
agricultores y el espíritu conjunto de
sacrificio de todos ellos. Estamos en
una empresa sin protagonismos, sin
egos, en los que el trabajo de con-
El director general de Vegacañada tiene un mensaje para los próximos 25
años: “el de repetir la experiencia basándonos en el espíritu y la filosofía
que nos ha traído hasta aquí. La humildad, el trabajo de equipo, la apuesta por mejorar día a día y la constante
innovación para crecer y superar las
amenazas externas e internas son la
receta que ha logrado la proeza de
que una empresa prolongue su historia durante 25 años. Una receta que,
sin duda, servirá para cumplir las bodas de oro y todas las que fijen como
objetivo”.
Y en ese camino, Francisco López
Martínez tiene tres agradecimientos
que hacer: “primero, a nuestros agricultores, los grandes protagonistas de
un proceso duro, de un trabajo agotador y no siempre bien reconocido;
segundo, a nuestros clientes, que ante
una extensa oferta han sabido valorar
nuestra filosofía de calidad y servicio;
y en tercer lugar, a nuestro equipo
profesional, que cada día ofrece un
excepcional ejemplo de compromiso,
sin el cual jamás habríamos llegado
hasta aquí”.
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R EVIS TA Nº 8
Francisco Pérez, consejero y fundador de Agroponiente
“Los mejores agricultores trabajan
con nosotros porque aquí se valora el
mejor producto”
Consejero de Agroponiente, valora la empresa como innovadora, pionera y siempre
a la búsqueda de la excelencia
rancisco Pérez, miembro del consejo de administración de Grupo
Agroniente, es uno de los empresarios que participó en la fundación
de la empresa, allá por el año 1987.
Muchas cosas han cambiado desde
entonces, entre ellas, el que, como él
dice, “entonces los socios teníamos una
media de 30 años y ahora tenemos una
media de 55”.
Para él, la historia de Agroponiente es
la de una empresa innovadora, en constante búsqueda de las mejoras y la satisfacción tanto de agricultores como
de clientes. “Cuando nació la empresa –
explica-, el modelo de comercialización
era muy diferente y nosotros apostamos
por uno nuevo. La comercialización se
destinaba a fuera en su totalidad y nosotros, gracias al potencial de compra
que aglutinábamos los socios, todos
comercializadores, decidimos apostar
por un almacén de confección junto a la
subasta. No queríamos inversores entre
los socios; sólo empresarios que tuvieran
potencial para comercializar”.
rez recuerda que, entre otros, “hemos
cambiado la forma de entender la venta,
introduciendo tecnología. Recuerdo que
cuando incorporamos el sistema de PDA,
al principio costó. Sin embargo, la mayoría del sector no tardó en incorporarlo.
Pero no hemos innovado sólo en eso sino
en todos los aspectos y facetas de nuestro negocio. El producto terminado en
campo, la modernización de envases, los
servicios al campo y al cliente. En definitiva, yo definiría a Agroponiente como
una empresa, ante todo, pionera”.
Fue la primera gran innovación, el primer gran cambio que propició Agroponiente para el sector. No tardó en ser
imitado, como otros que ha impulsado
el Grupo en estos 25 años de vida. Pé-
Una empresa, en definitiva, ‘de futuro’.
Y el futuro ha marcado esos 25 años.
“Pensamos siempre en la segunda generación. Hoy día los socios seguimos
siendo actores directos en la empresa,
Francisco Pérez vivió el nacimiento de lo que hoy es un gran grupo comercializador.
pero eso no siempre será así. La empresa
apuesta claramente por la profesionalización y la innovación”.
Para este consejero de Agroponiente,
“uno de nuestros momentos clave fue
la apuesta por el producto terminado
en finca, introduciendo las cajas europeas. Fue una decisión dura, pero acertada. En el corto plazo perdimos un
buen porcentaje de producción, pero
conseguimos que al total de nuestra
producción se le diera un valor añadido. El tiempo nos ha dado la razón
y hoy día la mayoría de los mejores
agricultores están con Agroponiente,
porque saben que aquí se trabaja para
buscar el mejor producto y, por tanto,
el que consigue más valor”.
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Luis Gallardo Vicente, responsable de Envases
REV ISTA N º 8
“Sabía desde el principio que esta
empresa iba a funcionar”
Asegura que “es la empresa pionera del sector, la que más ha apostado por la
calidad, la innovación y el servicio”
bien desde el propio centro de Envases
o bien a través de los centros de recogida de producto. Hay unos quince tipos de envases que son clasificados por
parte de este departamento.
Luis Gallardo ha vivido 25 intensos años en Agroponiente, donde dirige el departamento de Envases.
se fue el principal motivo por el
que Luis Gallardo Vicente se decidió por la oferta de Agroponiente,
hace hoy 25 años. “Sabía desde el
principio que esta empresa iba a
funcionar. El momento era adecuado por la situación de las alhóndigas, el crecimiento que se veía en
el campo y la fortaleza que tenían los
socios que se habían reunido”.
de servicios al agricultor que nadie da”,
explica.
Luis, nacido en Berja hace 60 años, de
los que ha pasado 40 en El Ejido, ha
trabajado siempre en la sección de envases, que empezó con tres personas y
hoy da servicio a más de diez centros de
trabajo y a miles de agricultores.
Se refiere, el responsable del departamento de Envases a “servicios como el
lavado de envases, la limpieza y puesta a punto de los mismos, flejados y
agrupados para volver al campo en las
mejores condiciones. En el Poniente
no hay otra empresa que trate así los
envases y eso es una garantía para los
clientes y una gran ayuda para los agricultores. Para nosotros, como empresa,
supone una gran inversión, tanto en
puestos de trabajo como en maquinaria
y consumibles, pero todo es en pro de la
calidad y el servicio”.
Para él, la clave, el elemento diferencial
de Agroponiente es “la innovación y el
servicio al agricultor. “En el tema de los
envases, hemos ido siempre por delante
en el sector, marcando el camino que
otras empresas han seguido posteriormente. Y sobre todo, dando una serie
El trabajo del departamento de
Envases consiste en recibir los envases que vienen
de los mercados, lavarlos,
clasificarlos y prepararlos
para su vuelta al campo y
distribuirlos al agricultor,
Luis reconoce que “estamos en una
empresa que ha sido pionera en todo.
Cuando se decidió al cambio de los envases, apostando por un envase más
pequeño, todos de color negro y que
favoreciera la visibilidad de todos los
productos de la caja, fue una apuesta
importante por la calidad, que ocasionó algunos traumas, pero al final se ha
impuesto en el sector porque era en beneficio de todos. Pero también hemos
sido pioneros en otras cosas, como por
ejemplo en la instalación de muelles
de descarga, que en su día sirvió para
que los coches no entraran a las naves,
mejorando la salubridad del producto
y también la salud de los trabajadores.
Esta nave de envases es otro ejemplo,
porque aquí se cuidan todos los detalles, incluidas las cajas en las que viajan
nuestros productos. Una nave de envases con 5.000 metros, ascensor, muelles
de descarga, ascensor y todo el equipamiento”.
Luis ha pasado prácticamente media
vida en Agroponiente. “Estoy muy agradecido a Agroponiente. Es una empresa
seria, unida, trabajadora y que apuesta
siempre por el progreso”, asegura en
mitad de su hábitat de trabajo de los
últimos 25 años: la nave central de
envases de Agroponiente.
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R EVIS TA Nº 8
Eduardo Sánchez Zaragoza, subdirector de Subastas.
El éxito de Grupo Agroponiente debe ser
nuestro objetivo
“En 25 años, me he formado personal y profesionalmente de la mano de mi empresa”
na de las características en la trayectoria de Agroponiente ha sido
la confianza y la formación de las
personas. Personas que llevamos
un cuarto de siglo identificadas
con nuestra marca ‘Agroponiente’ y que hemos hecho un proyecto de
vida, del cual nos sentimos orgullosos,
representando los diferentes estatus y
posiciones de responsabilidad que nos
corresponde.
Fui uno de los que comenzaron a trabajar en Agroponiente en aquel octubre de
1987, con 21 años y haciéndome la entrevista de trabajo el actual presidente,
Diego Amat. Venía de trabajar con un
camión, precisamente el que transportó
el techo de las naves.
En los 25 años que llevo en la empresa,
he pasado de pesador a administrativo
de las oficinas, más tarde al departamento de Facturación en las instalaciones de Guardias Viejas, después al
departamento de Cobros, viajando toda
la semana por toda España, posteriormente de nuevo a Guardias Viejas como
responsable del centro y finalmente a la
subdirección de la subastas en las oficinas centrales, en el Polígono La Redonda.
De aquellos primeros tiempos de Agroponiente, me queda la imagen de trabajar todos los días, de lunes a domingo,
desde antes incluso de que la nave estuviera finalizada en su construcción.
Todo el día había cola, tanto para descargar como para coger cajas, no había
ni muelles ni camiones.
Las furgonetas y otros vehículos entraban dentro de la nave, los mozos descargaban caja por caja de las frutas y hor-
Eduardo Sánchez, en mitad de la sala de ventas de Agroponiente.
talizas de los productores, las judías se
hacían pilas en el suelo y posteriormente se envasaban en sacos que podían
ser Keller (de quince kilos) o ‘Guarritos’
(de doce). Todo era a mano, los vales
se hacían a bolígrafo y las tablillas con
tiza. Era otra filosofía; hemos cambiado
mucho.
De aquella primera plantilla recuerdo
unos ocho pesadores incluyéndome a
mí, quince o veinte mozos, dos jefes de
almacén, un jefe de ventas y dos comerciales, uno de ellos Jesús Fuentes, que
continúa en esa labor hoy día.
Agroponiente llegó como la primera
empresa mixta de comercialización en
origen y en destino. Ello provocó una
evolución y las colas para traer aquí el
producto eran famosas en toda la comarca. De hecho, sólo cerrábamos el 25
de diciembre, el 1 de enero y el Viernes
Santo y, en los días siguientes a esas fechas, las colas ya salían por la carretera
Nacional.
Fue un paso adelante en la modernización en los procesos de calidad, de cultivo y de envasado, además de toda la infraestructura comercial; aquello era otra
realidad absolutamente diferente. Había
tres modelos de caja: grande, pequeña y
batea. La sandía se vendía a granel y se
pesaba en el coche, con coche incluido.
Muchos agricultores venían con toda su
familia y algunos llegaban a la una de
la madrugada y dormían dentro de sus
vehículos, aparcados en la puerta, para
evitar las colas que empezaban a las cinco de la mañana.
Recuerdo que formábamos un equipo en
el que todos vivíamos esto como nuestro, como nuestro negocio. Por eso muchos seguimos aquí, siendo el éxito en
esta empresa.
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Antonio Roda Jiménez, almacén de Subasta
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“El mío es un trabajo físicamente duro,
pero lo seguiré haciendo mientras pueda”
Tras 25 años descargando verduras, resalta que “el agricultor sabe que
Agroponiente innova en su beneficio”
ron mucho el trabajo, haciéndolo más
asequible para nosotros y más solvente para la empresa. Antes, la descarga
comenzaba a las cinco de la tarde y no
terminaba hasta las dos de la mañana.
Ahora, en dos horas se ha realizado el
grueso de la descarga”.
Antonio Roda, entregado a su trabajo como cada día.
o normal es encontrar a Antonio
Roda Jiménez subido a una máquina ‘traspalet’ como la de la imagen.
En ella lleva montado años, desde
que llegaron a Agroponiente y al
sector. “Antes no había máquinas
y todo lo hacíamos a pie, con un carrillo. El resto de los compañeros también hacía su trabajo manualmente,
desde los apuntadores hasta los pesadores. El trabajo era mucho más duro
físicamente”.
Antonio entró en Agroponiente en
1987, cuando comenzaba la actividad
de la compañía y él contaba 21 años,
después de haber trabajado en el invernadero de su padre y luego echando plástico y en una finca de claveles.
“Muchos éramos muy jóvenes y, aunque conocíamos la agricultura, no habíamos trabajado nunca en un almacén. Yo nunca había llevado un carrillo
y no sabía si me adaptaría, pero el
trabajo era interesante y, ya en aquel
entonces, parecía que tenía futuro.
Han pasado 25 años y, efectivamente,
había y sigue habiendo futuro”.
“Los comienzos fueron duros,
pero pasado un mes ya nos habíamos hecho con el trabajo y
yo me dije: con esto puedes”,
recuerda Roda, que reconoce que “hasta que llegaron
las máquinas, el trabajo era
mucho más duro. Las máquinas y los palés agiliza-
Desde todo aquello, han pasado 25
años. Para él, “Agroponiente es el trabajo más importante que he tenido, es
mi sitio, el lugar adonde voy todos los
días. Yo no soy propietario de la empresa, pero puedo decir que es y siempre será ‘mi empresa’. Estoy seguro de
que si me fuera de aquí, lo añoraría.
Creo que no cambiaría este trabajo ni
siquiera por unas condiciones mejores.
Es un trabajo duro físicamente, pero
mientras pueda seguiré haciéndolo”.
Acaso el mejor ejemplo de la ‘filosofía Agroponiente’, del espíritu común
e interno de la empresa sea el modo
en que los mozos de descarga “nos organizamos el trabajo. Somos 20 y nos
organizamos nosotros mismos, para
que el trabajo siempre esté atendido.
Nunca hemos necesitado que nos lo
organicen”.
De cara al campo, Roda está convencido de que “nuestro sistema de trabajo
agrada a los agricultores. La prueba es
que hay muchos que llevan trayendo
el género aquí desde hace muchos
años. La empresa piensa mucho en el
agricultor y eso se nota. Hemos sido
una empresa pionera en muchas cosas, también en la atención al agricultor, en el paletizado, los envases y el
control de calidad. El agricultor sabe
que Agroponiente innova precisamente en beneficio de ellos”.
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R EVIS TA Nº 8
Salvador Gómez, confección de cajas de cartón
“Se me han hecho cortos estos 25 años”
Ha vivido toda la historia de Agroponiente y lleva casi un cuarto de siglo
gestionando el montaje de cajas de cartón
alvador Gómez Martínez es, en
Agroponiente y desde hace 25
años, ‘Salvador el del cartón’. El
suyo es un ejemplo de fidelidad
a una empresa que ahora cumple un cuarto de siglo. “Empecé
cuando aún no estaban terminadas las instalaciones de la subasta y,
entonces, había que ayudar en lo que
hiciera falta. Barríamos la obra que
estaba sin concluir y descargábamos
las primeras máquinas que llegaron a
Agroponiente”, afirma Salvador, apoyado en una de las máquinas montadoras de cajas de cartón que domina
desde hace décadas.
No es el único de los empleados que
han pasado más de media vida en
Agroponiente. “Me va bien y estoy a
gusto. Me gusta mi trabajo y ello ha
hecho que se me hagan cortos los 25
años. Ése es el secreto. En este período
creo que he dado todo por mi empresa
y aquí sigo. La gran mayoría de los trabajadores aquí siempre quieren continuar. Es una empresa que siempre ha
ofrecido una estabilidad”, explica Salvador.
En 25 años, Salvador tiene un mundo de recuerdos y vivencias que configuran la historia de Agroponiente.
Recuerda “que el trabajo básicamente
es el mismo, aunque las formas han
cambiado. Estamos en un sector muy
exigente, puesto que trabajamos
con el alimento de millones
de personas en toda Europa. Pero dentro de esa
exigencia, lo cierto
es que el trabajo se
ha hecho mucho más
cómodo, con una creciente mecanización.
Estamos en una empresa que siempre ha
Para Salvador Gómez, los envases de cartón no tienen ningún secreto.
sido innovadora y los procesos sí que
han cambiado en estos años. Hoy día
todo está mucho más automatizado.
Una máquina puede montar 1.200 cajas de cartón a la hora”.
Para el encargado de las máquinas de
cartón de Agroponiente, los recuerdos
de los primeros tiempos de la empresa
están muy frescos. “Vine aquí para pedir
trabajo porque había cerrado
la empresa en la que estaba. Me recibió
Diego Amat, al que yo conocía porque
habíamos coincidido jugando al fútbol
en los juveniles del Poli Ejido. Recuerdo
que él era muy bueno y que incluso lo
quiso fichar el Betis, aunque él prefirió
los estudios. Me incorporé inmediatamente y aún sigo aquí”, rememora.
Tras dos décadas y media en la empresa,
Salvador es un profundo conocedor del
sector y augura la continuidad del crecimiento y la consolidación de Agroponiente. Recuerda que “la imagen de la
empresa en el campo, entre los agricultores, es muy positiva. Lo demuestra el hecho de que crece cada año el
género que se comercializa y el aumento en el número de centros de recogida.
La filosofía de trabajo de Agroponiente
siempre ha sido muy valorada”.
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R EVIS TA Nº 8
Control biológico, de excelencia a
exigencia del mercado
Agroponiente completa el primer año de lucha biológica en el 100% del pepino, con
una interesante experiencia en Castell
lo largo de la historia de Agroponiente, muchos han sido los hitos que han
convertido a esta empresa en pionera
en la búsqueda del mejor producto y
los mejores servicios tanto para sus
agricultores como para sus clientes.
Uno de los ámbitos más recientes en los
que se concreta esa búsqueda de la excelencia es la lucha biológica, cada día
más exigida por los mercados y en cuya
implantación Agroponiente ha sido un
factor de impulso. Hoy día el 100% de
pimiento, pepino y berenjena de la empresa se cultivan con lucha biológica.
En la zona de la costa de Granada, en
concreto en Castell, en esta campaña se
ha desarrollado una primera experiencia
innovadora de control biológico en todo
el pepino, con resultados distintos en
función del área concreta.
Así, en la zona alta de este área de producción, el control biológico ha sido un
éxito en todos los sentidos. Matías Domingo García es un agricultor de Castell
cuya finca está en término municipal de
Lújar, que ha cumplido seis años de fidelidad a Agroponiente.
Aunque es todo un experto en el cultivo
del pepino, es la primera campaña que
lo ha hecho con control biológico y su
balance no puede ser más positivo: “no
hemos tenido ni epidemias, ni mosca ni
trip y hemos invertido menos dinero en
el control, a pesar de que en la campaña pasada se arrancó la producción en
diciembre y este año se ha prolongado
hasta marzo”.
Las mejoras de Matías García no se deben sólo al control biológico, sino también a la reestructuración de su finca,
Alberto Vargas, en su finca junto al responsable de Agroponiente en Castell.
pasando de un cultivo tradicional a uno
de planta injertado. Eso sí, a pesar de que
esta campaña los precios han sido inferiores, “el balance del control biológico,
en esta zona alta de producción, ha sido
muy positivo. Y además, este sistema
nos sirve para responder a las demandas
de los mercados”.
No tan bueno ha sido el balance en la
otra zona de producción más cercana
a la costa. Allí posee sus fincas, desde
hace décadas, la familia de Alberto Vargas Rodríguez, un joven agricultor que
también ha cultivado este año sus pepinos con lucha biológica.
Según relata, en esa zona más costera y
expuesta a los vientos y con un mayor
índice de fincas cercanas unas de otras,
“el gran problema ha sido el trip, que se
ha comido a los bichos a partir de enero.
Ya en diciembre empezaron los problemas”.
La solución, según comenta Esteban xxx,
responsable de los centros de recogida
de Agroponiente en la costa de Grana-
Matías domingo García muestra un sobre de
control biológico.
da, “puede ser una nueva generación
de depredador, que consume los cuatro
estadios del trip y que podría estar ya
disponible para el próximo año.
Esteban recuerda que “los beneficios del
control biológico no se reducen a una
mejor adaptación de las garantías de
seguridad que ya exigen los mercados,
sino que también se refieren a la propia
salud del agricultor, que deja de estar
expuesto a productos perjudiciales”.
En cualquier caso, una vez más, Agroponiente se coloca a la cabeza de la innovación y la experimentación buscando la
excelencia en todos los sentidos, en este
caso en el cultivo.
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