PUBLICACIONES MÉDICAS BIOHORM —SECCIÓN: MEDICINA E HISTORIA Director: Dr. Manuel Carreras Roca. D. L.: 42.169-75 Consejo de redacción: Dr, Agustín Albarracín — Dr. Juan Bosch Millares — Dr. Leopoldo Cortejoso — Prof. P. Laín Entralgo Prof. Luis S. Granjel — Prof. J. López Ibor —Prof. José M.' López Pinero —Dr. Esteban Padrós — Dr. Silverio Palafox Prof. Pedro Piulachs — Prof. Diego Ferrer de la Riva —Prof. Juan Riera —Prof. J. Rof Carballo Prof. Ramón Sarro Burbano — Prof. Manuel Usandizaga — Secretario de Redacción: Dr. José Danón Bretos n.° 51 Noviembre 1975-Barcelona-(Segunda Época) En cualquier edad y proceso dérmico El corticoide dérmico de -*"•' ==:E: Actúa sobre todos los micótico. # 1 1 • flutenal flutenal antibiótico f\ • | • • • • r a l Flutenal produce una rápida anulación de la respuesta inflamatoria cutánea, sin acciones sobre el funcionalismo adrenal ni efectos secundarios. Flutenal antibiótico suprime la inflamación y el prurito y domina el proceso bacteriano o micótico superpuesto. Exento de agentes Presentaciones: Crema y Pomada. Flupamesona ai 0,3% Tubos con 30 gramos. sensibilizantes. Presentaciones: Crema y Pomada Flupamesona al 0,3% asociada a neomicina y cloroquinaldol. Tubos de 30 gramos. • micosis | H dérmicas | H : '1'vM í i '• I r e i. i <#T.TW I B ' •^»- - q^ I J. URIACH & Cia., S. A. Barcelona £!• - 4- r-, . , ^ .--I ^ . . A I I U Í ^ Ü A - . Las dermopatias causadas, complica- Tiutenal antibiótico s^srsi: Rupamesona 4 rwomicma + cloroquinaldol capitulo en la práctica diaria. El amplio espectro de Flutenal Antibiótico se extiende a todos los micro- T i • * -l i " i x' I ratamiGntO Oe CUalC]Uier aermOpatia organismos que pueden producir o con componente bacteriano o micótico ^™™"™s°>«°^°'»'PRESENTACIONES Y PRECIOS: Flutenal l o c i ó n Flutenal riuiaimi Fuerte: Frasco de 30 c. c. P. V. P. 443,- Ptas. Pediátrico: Frasco de 30 c. c. P.V.P. 241,- ptas. Flutenal antibiótico 1 2a Crema: Tubo con 30 grs. P.V.P. 459.70 Ptas. Pomada: Tubo con 30 grs. P. V. P. 465,- Ptas. CONTRAINDICACIONES: Lesiones de origen tuberculoso o sifilítico. Crema: Tubo con 30 flrs. P. V. P. 447,- Ptas. Pomada: Tubo oon 30 grs. P. V. P. 452,60 Pta». ^m I I • POSOLOGIA: 1 o aniirannnat |lcaciones dianas ' P ' riiariao INCOMPATIBILIDADES: Flutenal carece de incompatibilidades. ppppTfiQ SQFniMniRioQ' r f ! ? EC"NDARI0S Flutenal no produce acciones secundarias ge- nerales ni locales. Incluso en tratamientos de grandes zonas corporales durante largos periodos de tiempo. • W ^ B W | J % ^ P N H I I EI corticoide dérmico deacción depot ^^^ ^ ^ • ^ B I I ^^B^H ^ H ^"Jj^^^ I ^VH^^H I FlupamesonaO.3% " " MEDICINA ^HISTORIA REVISTA DE ESTUDIOS HISTORICO-INFORMATIVOS DE LA MEDICINA Centro de Documentación de Historia de la Medicina de J. URIACH & Cía. S. A. Barcelona, noviembre de 1975 EDITORIAL LA MEDICINA EN EL HUMANISMO En la sesión ordinaria de la Société Francaise de Philosophie, reunida el 1 de febrero de 1936, Max Hermant reivindicaba el derecho de las personas humanas a ser tratadas como fines en sí mismas, puesto que el hombre no es un ente sociológico sino una persona humana que debe revalorizarse, ser desarrollada hacia la perfección por unas vías que se prolongan más allá de lo meramente fisiológico y bioquímico. Hoy, muchos años después del llamamiento de Max Hermant, después de que la ONU estableciera sus ¡ndeterminados derechos humanos, asistimos a un cierto desarrollo de un humanismo anlropocéntrico. La sensibilidad personalísima del médico, con su peculiar percepción del mundo y de lo humano, lleva al terapeuta más allá de la mera concepción del hombre que Maritain y otros filósofos cristiano-existenciales han formulado. Los principios de dignidad de la persona humana, de libertad, de caridad y de fraternidad entre los hombres no deberían ser considerados como fines, sino como punto de partida en la búsqueda del hombre total. Karl G. Jung incide de lleno en la cuestión cuando declara: «A mí me parece demasiado extraño que no se detecte el daño que está haciendo al hombre una educación sin humanidades, pues ello significa que se le priva de su conexión con su pasado, con su raíz, con la tribu, con ese pasado en que el hombre ha vivido siempre. Pensar que el hombre nace sin una historia, eso es una enfermedad.¿ Y el filósofo Heideger, con lúcida y apabullante sencillez, nos brinda quizás la clave al establecer que «humanismo puede ser pensar y cuidar que el hombre sea humano y no inhumano.» M. CARRERAS ROCA la SUMARIO Pág. 3 Editorial. Antecedentes de Sindicación Médica en España. ANTECEDENTES DE LA SINDICACIÓN MÉDICA EN ESPAÑA* t ^ 0 - ^ W^^ ^^M ^ ^ ^ ^ W " ^ A H Recientemente ha comentado la preñsa profesional la posibilidad de una próxima sindicación obligatoria de los médicos de la Seguridad Social, temiendo con ella posibles roces con la Organización Médica Colegial en funciones que puedan ser afines, a la vez que se lamenta de la falta de antecedentes, en nuestro país, de este tipo de asociaciones médicas. A este respecto recordaré que ya en 1919 un reducido grupo de médicos catalanes proyectó, y llevó a la práctica con éxito, una nueva entidad profesional acorde con las características de reivindicación social de la época que, fuera de las trabas administrativas de los Colegios, logró transformar el desarrollo y planteamiento del ejercicio de la Medicina en su región, a la que poco después se unirían los médicos de las Baleares, Lejos de todo matiz político entró en escena en unos momentos en que asenlados definitivamente desde 1917 los Colegios Oficiales de Médicos éstos no eran sino, en la práctica, más que meros agentes de la Administración en lo tocante a la recaudación de impuestos mientras que la Sanidad española seguía al compás de la ley de 1855. En estas condiciones la Clase médica empezó a tomar conciencia de su situación: ante la inestabilidad del ejercicio en el medio rural; la entrada en escena de una tímida medicina social todavía bajo la apariencia de débiles sociedades benéficas, a la vez que las entidades aseguradoras de accidentes laborales seguían dictando las normas de trabajo ante la impasividad e impot e n c i a d e lo! - Colegios, el malestar general aumentó cuando a partir de 1918 otros estamentos laborales empezaron a obtener, unidos, algunas justas reivindicaciones. y W ^B^^ ^ ^ M m Pág. I/XVI Asistencia psiquiátrica madrileña a fines del siglo XIX, pOr Enrique González Duro pá g . 29 Notas históricas sobre los congresos médicos. Consultorio. Pág. 30 Relación de obras ingresadas en nuestra Biblioteca. KASSlt I I V iCg ^ ^ ^ ^ ^ m ^ ^ (Segunda Época) Fue entonces, con la oportunidad del Congreso de Médicos de Lengua Catalana celebrado en Tarragona, y reconociendo su condición de «obreros intelectuales», cuando decidieron organizarse bajo la forma de un Sindicato. (sigue) . 3 La palabra causó recelo y la campaña de fiscalización y moralidad que se proponía, motivó justos temores. Pero tras unos meses de intenso proselitismo el 20 de marzo de 1920 quedaba constituido en Barcelona el Sindicat de Metges de Catalunya con unos reglamentos presentados en los Gobiernos civiles de las cuatro provincias a la vez que se rechazaba, por unanimidad, la proposición de ingreso en la Unión General de Trabajadores pues desde el principio el Sindicat rehusó tener filiación política alguna. Su misión fue lograr un mayor realce y dignificación del médico; intensificar y ennoblecer su función social defendiendo su prestigio, moral e intereses materiales; condicionar el ejercicio de la Medicina regulando equitativamente las relaciones entre médico y enfermo y creando, y sosteniendo, instituciones de previsión y cooperativismo desconocidas hasta entonces. A los cinco años estaba plenamente organizado con una aceptación del setenta y cinco por ciento de los médicos catalanes. Su primer objetivo, aparte los pequeños problemas locales que forzosamente aparecieron, fue establecer una poderosa base económica en la que estuvieran interesados sus asociados y que se apoyó en el trípode formado por Mutual Médica, Cooperativa de Consumo y Caja de Previsión y Crédiro. A este respecto, y en una de las primeras ponencias sobre honorarios profesionales, se sentó la base que el médico debía poder atender sus necesidades razonables en una jornada de trabajo no, por costumbre, demasiado larga a la vez que la asistencia gratuita a los pobres no debía ser sostenida, exclusiva y forzosamente, con su trabajo. Los Colegios Médicos vieron con buenos ojos la acción de reforma emprendida por el Sindicat con el que fácilmente se complementaron dadas sus diferencias en cuanto a origen y finalidad hecho éste que originó graves incidentes durante la Dictadura, cuando aquél se vio forzado a restringir sus actividades a las meramente mutuales y de previsión. La actuación del Sindicat puede esquematizarse en pocas líneas: 1. Previsión. En noviembre de 1920 quedó constituida Mutual Médica que en 1934, y cuando ya había intervenido activamente asesorando la implantación de Previsión Sanitaria Nacional adecuó su funcionamiento a la ley de Mutualidades de aquel año. fin Estableció, además, una Caja de Previsión y Crédito, otra de Beneficiencia sostenida con cuotas sindicales y una sección de cobro para clientes morosos. La fuerza del Sindicat se basaba en que la expulsión de éste significaba la pérdida de todos los derechos en la entidad previsora de Mutual Médica. 2. Ejercicio profesional: a) La Cooperativa de Consumo, en estrecha relación con las secciones de crédito facilitaba instrumental de toda clase a la vez que una Bolsa de Trabajo daba a conocer las vacantes existentes, controlando la legitimidad de los 4 salarios ofrecidos. Un Fondo de Auxilio Sindical sostenía los casos de paro ya forzoso o voluntario. b) En junio de 1920 quedó redactada la ponencia sobre Partidos Médicos basada en la cantidad y calidad del trabajo del médico y en la necesidad de obtener, de él, una justa remuneración. En diciembre del mismo año el «Comité Jurídico de las Compañías de Accidentes de Trabajo» aceptaba las nuevas tarifas presentadas por el Sindicat y con un nuevo convenio suscrito en 1934 se estableció una Comisión Mixta para casos conflíctivos integrada por el mismo número de médicos que de representantes empresariales. En 1922 colaboró activamente en la «Conferencia Nacional de Seguros de Enfermedad, Invalidez y Maternidad» presentando una serie de enmiendas encaminadas a obtener la libre eiección de médico; el pago por servicios nrestados, sin intermediarios y la intervención de los Colegios profesionales en su organización y desarrollo a la vez que autoridad de los mismos para decidir en toda cuestión profesional y sólo «voz» en las de tipo técnico. Pero estas conclusiones llegaron muy desfiguradas al Consejo del Patronato de la Conferencia. Augusto Brossa Bosque, presidente del Colegio de Barcelona, denunció en 1935 el perjuicio que significaría la implantación de un Seguro Social si éste prescindía de la Clase médica en su organización y eliminaba la libre elección y el pago por acto médico. Por otro lado, y simultáneamente el Sindicat reclamaba igualdad jerárquica entre médicos y técnicos de seguros; hospitalización en todos los casos necesanos; medicina preventiva y todas las especialidades entonces existentes así como posibilidad de percibirse determinadas cantidades directamente del asegurado, a la vez que libertad de pertenecer a él todos los médicos que lo solicitaran. 3. Obra social: El Casal del Médico inaugurado en 1932 y costeado mediante obligaciones hipotecarias suscritas por la mayoría de sus asociados fue, sin duda, la realización simbólica más grata al Sindicat. En él quedó establecida una residencía de estudiantes y una pensión para médicos y hasta fecha bien reciente ha cobijado al Colegio provincial y a la Academia de Ciencias Médicas. Pero nuestra guerra civil significó el del Sindicat. Confirmado su alejamiento de la política por el mismo «Comité de Control de los Servicios y Organizaciones médicas de Cataluña» la imposibilidad de plantear a sus asociados sobre la actuación futura obligó al Consell, su máximo órgano de gobierno, a restringir las actividades a las meramente administrativas, de cooperación y de mutualismo, desde diciembre de 1936. Una Orden comunicada del Ministerio de la Gobernación de 11 de julio de 1940 declaraba disuelto del Sindicato de Médicos de Cataluña y Baleares constituyéndose una Comisión liquida- dora que en 1958, superados todos los trámites y de acuerdo con los Estatutos del desaparecido Sindical transfería la propiedad del Casal a Mutual Médica, entidad ésta con vida propia. Durante aquellos veinte años fueron cuatro los Presidentes que, elegidos por la Asamblea de Delegados, dirigieron este primer Sindicato médico español. La actuación profesional de casi todos ellos es conocida, no así como sus inquietudes sociales y políticas que hasta el presente no han sido estudiadas: Hermenegildo Puig y Sais (1860-1941) organizó la primera Comisión gestora en 1919 y dirigió el Sindicat entre 1920 y 1927. Presidente de la «Academia y Laboratorio de Ciencias Médicas» en 1914-1916 y diputado provincial en 1923, fue médico del Hospital del Sagrado Corazón y del de la Santa Cruz presidiendo, asimismo, el VIII Congreso de Médicos de Lengua Catalana de 1934. Son interesantes sus estudios sobre tuberculosis y sobre el problema de la natalidad en Cataluña para la lu cha contra la tuberculosis» en 1904, dirigió en 1913-16 la Academia de Higiene así como la de Ciencias Médicas en el bienio 1918-20. Elegido Presidente del Sindicat en 1927, pronto se inició una campaña en su contra por haber aceptado un cargo remunerado como médico de una Mutualidad dimitiendo al año siguiente pese al voto de confianza, mayoritario, de la Asamblea de Delegados. José Molí y Gimferrer (1878-1937), tesorero del Colegio de Médicos en 1923, cuando el Sindicat presentó una candidatura para la elección' de parte de la Junta. Dirigió el Boletín de éste hasta su elección para la Presidencia en 1928 y durante su gobierno se remató la obra del Casal siendo elegido Presidente honorario de los Colegios Médieos de Barcelona, Tarragona y Baleares. Miembro de la Real Academia de Medicina de Barcelona en 1932, fue últimamente vocal del Consejo Técnico de Sanidad de la Generalidad, Manuel Corachán y García (1881-1942), nacido en Chiva —Valencia— pero formado profesionalmente en Barcelona, fue el máximo representante de la cirugía española de la pre y de la postguerra falleciendo, tras su regreso a España, durante una epidemia de tifus exantemático. Presidio asimismo la Academia de Ciencias Médicas, entidad del máximo prestigio científico en el país, siendo elegido para dirigir el Sindicat en 1933 a la vez que poco después, y considerado como personalidad independiente se le ofrecía el cargo de Consejero de Sanidad de la Generalidad, J. DANÚN > para una amplia bibliografía sobre el tema, í - m i 'rabajo: -EI ejercicio profesional en E»£ í £ j % « £ ° V % M £ £ S^SST xm. I974: 23J-2». Salamanca. c r DaviStai: INDICACIONES Tratamiento de la atero«lerosii Bloquea el proceso ateromatoso en su orieen y - O y PStimil 3 P frnfícmr. Aé* 1-a nirv*rl v i c r n l i r M Alf ^KM ft A %. ^•1 |WL É f l l U L j f j^M & % * * - ^ ft ü M Ljlfli ^t^i I Í C W ' l A i f l / i l ^ B ( K^lQr^^BVLrB^TSS y*(4^> ^^p^^^^^k T&f^^rf^* ^ B v w ^ s j í ™ ^ H ^^^J\y¿j wí^^m ^ ^^H^^M^^H falta de concentración, depresión involutiva, fatigabilidad física Davistar es una asociación equilibrada de un nuevo fármaco normolipemiante, el Clomag (Síntesis y Patentes Biohorm), con el mejor normaüzador del trofismo de la pared vascular, el Piridinolcarbamato. El Clomag, ademas de reducir los niveles elevados de colesterol, trigüeéridos, beta y prebeulipoproteínas, normaliza los factores de la coagulación sanguínea íntimamente relacionados con la aterogénesis: hipercoaguabilidad y tendencia a la adhesividad y agreeabilidad plaquearías, & virt^^rdidí de memo™, ^^^^^ ^^m ^ H y psíquica, inestabilidad emocional. Prevención de los accidentes vasculares cerebrales' , c tus, hemiplegía y ¡us complicaciones. revencion Je la angina de pecho y del infarto de miocardio. Tratamiento y prevención de Lis arterítis de las extremidades claudicación intermitente, parestesias, calambres nocturnos de origen isquémico o preisquémico, Contraindicaciones: Hlperlipemia de la 9 estacion Incompatibilidades: No se cono- Precauciones: En tratamientos combinados con anticoagulantes sintéticos, deberá reducirse la dosis de estos últimos a la miEfectos secundarios: A pesar de ta buena tolerancia local del preparado, puede presentarse intolerancia digestiva en algún caso hlpersenslble. La administración del medicamento con las comidas evita estas manifestaciones. ^ H UlOHOMt COMPOSICIÓN por cápsula Clomag 300 mg. Piridinolcarbamato . 150 mg. POSOLOGIA De ataque: 1 capsula, 3 veces al día. De mantenimiento o profilaxis: 1 capsula, 1 ó 2 veces al día. PRESENTACIÓN Envases de 60 cápsulas. . 4MJ0 A py p 5 dermopatías A en zonas H extensas, _ ^ » _ J. URIACH & Cia., S. A. ^ ^ ^ ^ B Barcelona Wr*' ^^^^^^H ^^fc*- f lutenalloción Flupamesona 0,3% El corticoide dérmico de acción "depot" en un excipiente idóneo para el tratamiento de dermopatías extensas PRESENTACIONES Y PRECIOS: Rutena! Cr0ma: Tubo con 30 grs. P. V. P. 447,- Ptas. Pomada: Tubo con 30 grs. P. V. P. 452,60 Ptas. Flutenal l o c i ó n Fuerte: Frasco de 30 c. c. P. V. P. 443,- Ptas. Pediátrico: Frasco de 30 c. c. P.V.P. 241,- Ptat. PC-SOLOGIAHUÜULUÜIA. 1 2 M FlUtenal antibiótico ' aplicaciones dianas. Crema: Tubo con 30 grs. P. V. P. 459,70 Ptas. Pomada: Tubo con 30 grs. P, V. P. 465,- Ptas. ^m I I • nerales ni locales, incluso en tratamientos de grandes zonas corporales durante largos penodos de tiempo. • 4 " ^ ^ k . B ^ ^ 4f^M I I El corticoide dérmico I ^^^^VB 6 CONTRAINDICACIONES: Lesiones de origen tuberculoso o sifilítico. INCOMPATIBILIDADES: Flutenal carece de incompatibilidades. - T « e c c n iwn*mr»c EFECTOS SECUNDARIOS. Flutenal no produce acciones secundarias ge- ccc ^ | J ^ W m W^ ^ ^ H ^m^^^ I I de acción "depot" I ^ m ^ ^ H I I flupamesona 0,3% MEpigNA ^HISTORIA PUBLICACIONES MÉDICAS BIOHORM —SECCIÓN: MEDICINA E HISTORIA Director: Dr. Manuel Carreras Roca. D. L.: 42.169-75 D R . ENRIQUE GONZÁLEZ DURO ASISTENCIA PSIQUIÁTRICA MADRILEÑA A FINES DEL SIGLO XIX 51 M&H 7 II ASISTENCIA PSIQUIÁTRICA MADRILEÑA A FINES DEL SIGLO XIX Por ENRIQUE GONZÁLEZ DURO El Servicio de Psiquiatría del Hospital Provincial de Madrid (en la actualidad Ciudad Sanitaria Francisco Franco) tiene una dilatada tradición, puesto que su historia rebasa amplíamente los dos siglos de antigüedad. Fue fundado exactamente en el año 1748 '. Hay algunos testimonios escritos que indican que en el año 1783 existía en el Hospital Provincial de la capital de España una sala denominada de San Isidro, destinada a los enfermos «rabiosos y locos» 2. Sin embargo, en la actúalidad no se conservan datos sobre la asistencia prestada en dicho servicio, si no a partir del año 1877. De ese año, así como en años sucesivos, constan libros de registro de filiación, en los que aparecen reseñados todos los enfermos «enagenados» ingresados en las Salas 45 y 56 del hospital madrileño. Pues bien, el presente trabajo se circunscribe al análisis y al comentario de las incidencias que figuran en esos libros de registro de aquellas «salas de enagenados», correspondientes a las últimas décadas del siglo xix, a partir del año 1877. El objetivo es el de dar una panorámica histórica, al menos aproximada, de la actitud y el trato que la sociedad madrileña finisecular tenía para con sus enfermos mentales. En el siglo xix se hicieron los primeros intentos de organización administrativa de la asistencia psiquiátrica española, organización que aún en la actualidad mantiene casi la misma estructura básica. Fue en 1846 cuando las Diputaciones Provinciales, a través de las Hamadas Juntas de Beneficencia, fueron oficialmente encargadas de la asistencia a los enfermos mentales en todo el territorio nacional. Los resultados, desde el primer momento, se evidenciaron como inadecuados y poco efectivos, dado los escasos medios disponibles de las Corporaciones Provinciales y la ausencia 8 de una reglamentación sistematizada para los establecimientos psiquiátricos del país. La situación se pretendió arreglar con la Ley de Beneficencia del año 1849, cuyo reglamento para su ejecución fue publicado en 1852. En esa Ley se decía que era el Estado quien habría de encargarse del gobierno y la organización de los asilos destinados a los «dementes», al tiempo que se intentaba planificar y reglamentar uniformemente toda la asistencia psiquiátrica del país. Pero la pretensión habría de fallar estrepitosamente, por cuanto sólo fue creado un único manicomio «modelo» de carácter general y estatal, la denominada Casa Santa Isabel de Leganés, inaugurada en 1852 y con una capacidad de 50 a 60 enfermos tan sólo. Tan escaso número de camas forzósámente tenía que ser por completo insuficiente- para toda la población psiquiátrica española, e incluso también insuficiente para la sola provincia de Madrid. En el año 1870 aparecia en los periódicos de la Corte una nota oficial en la que se advertía la necesidad de ampliar las dependencias del manicomio de Leganés, para que pudieran ser evacuados a él parte de los enfermos internados en el Departamento Psiquiátrico del Hospital Provincial, donde estaban hacinados, dado su excesivo número, y con evidentes riesgos de infección colectiva. Como consecuencia de la absoluta insuficiencia de las instituciones psiquiátricas estatales de ámbito nacional, y pese a la citada Ley de Beneficencia, las Diputaciones, juntamente con algunos Ayuntamientos y otras Instituciones Religiosas o particulares, hubieron de seguir atendiendo a los enfermos mentales de sus respectivas provincias. Es casi la misma situación que se padece en la actualidad, como es bien sabido. Posteriormente, el Real Decreto de 1885 sobre internamiento de de- III Reproducción del cuadro del Dr. Emilio Pt Molisí existente en la Real Academia de Medicina v Cirugía de Barcelona mentes prescribía que «las Diputaciones Provinciales y los Ayuntamientos cuidarán de habilitar un local con las convenientes condiciones para recluir a los dementes en observación, donde puedan permanecer hasta que se le conduzca a un manicomio en clase de reclusos permanentes».3 El resultado de este Decreto fueron los clásicos «departamentos de observación de dementes», ubicados en los hospitales provinciales o municipales, y obligatorios aún en la Legislación Psiquiátrica vigente desde 1931. Esta calificación fue la que adoptó desde aquel año de 1885 el actual servicio de Psiquiatría del Hospital Provincial de Madrid. Por tanto, por dicho «departamento de observación» tenían que pasar todos los presuntos enfermos mentales de la provincia de Madrid, para someterse a un período de observación médica, tras del cual pasarían a otro manicomio para su «reclusión definiti va», caso de ser ésta pertinente (que lo era en la mayoría de los casos). Claramente se deduce la importancia de este servicio en la asistencia psiquiátrica madrileña en las décadas finales del siglo pasado. El año de 1877 Durante el año 1877 en las «salas de enagenados» del Hospital Provincial de Madrid ingresaron un total de 206 enfermos, de los que 107 eran varones y 99 mujeres. No todos residían en Madrid, o en su provincia, puesto que un buen número de ellos, concretamente 50, aparecen calificados como «transeúntes», término que por lo general correspondía a pacientes provenientes de otras provincias españolas, de paso en el hospital madrileño y en espera de su posterior traslado, con carácter definitivo, a otro manicomio de tipo asilar. El ^^^•¡^^•••HBHBMV ^-—v K^____ • • hecho que estos «transeúntes» vinieran de provincias tan alejadas como Pontevedra, La Coruña, Lugo, Asturias, además de otras más próximas tales como Guadalajara, Soria o Segovia, indica bien a las claras la escasez de Centros Psiquiátricos existentes en el país durante aquellos años. El Sanatorio Psiquiátrico de Conjo (Santiago de Compostela), que posteriormente habría de acoger a todos los enfermos mentales de las provincias gallegas, aún no existía como tal; ni el Hospital Psiquiátrico de Oviedo. En el conocido libro de J. B. Ullersperger, publicado por vez primera en 1870, aparecían reseñados diecinueve Centros Psiquiátricos que no podían abarcar todas las necesidades de las diversas regiones españolas. En el año que reseñamos de 1877 las cosas no deberían haber cambiado mucho, El número de ingresos habidos en ese año resultaba muy superior al de años anteriores, Concretamente casi duplicaba los habidos en 1860, 109 pacientes. Como quiera que no ampliaron las salas destinadas a dementes, el aumentó del número de ingresos traducía el progresivo hacinamiento de los enfermos y la cada vez peor asistencia dada a los mismos. Si descontamos el referido número de «transeúntes», tendremos que durante el año 1877 ingresaron en las salas de «enagenados» del Hospital Provincial de Madrid 156 personas de entre toda la población madrileña. Tal cifra representaba un índice de internamiento psiquiátrico de 2,67 por cada 10.000 habitantes de toda la provincia de Madrid (el manicomió de Leganés seguramente tendría muy pocos ingresos dado que su capacidad estaba saturado por enfermos asilados desde años antes). Este índice tal vez fuera superior al del resto de las provincias españolas, pero mirado desde una perspectiva actual habrá de parecer bastante poco elevado. Piénsese 9 IV que por ejemplo en el año 1969 las salas de psiquiatría del Hospital Provincial de Madrid daban un índice de internamiento aproximado de 10 por cada 10.000 habitantes de la población de Madrid y su provincia. Volviendo al año 1877, hay que hacer notar que ninguno de los presuntos enfermos mentales ingresó en el hospital madrileño de un modo voluntario. Prácticamente todos ellos fueron internados forzosamente: 108 de los 159 reseñados lo fueron por orden gubernativa; otros 33 por orden del Decano del Cuerpo Médicó del Hospital, probablemente procedentes de otras salas deí mismo centro sanitario aunque tal matiz sólo aparezca especificado en 13 casos; y sólo dos pacientes figuran como expresamente por orden judicial lo que hablaría en favor de la escasa criminalidad de los alienados de aquella época; en los restantes casos no se especifica en el libro de registros el modo en que se efectuó el ingreso. fico Todos los enfermos reseñados eran adultos, menos un niño de 10 años. Una excepción que confirma la triste realidad de la asistencia psiquiátrica. Todavía en 1916 el Dr. Jaime Vera, médico que fue de la sala de dementes del Hospital, se quejaba de que no existía en Madrid ningún establecimiento público o privado dedicado al cuidado de los «niños locos». Una situación que persiste en la actualidad. Por otra parte, hay que hacer notar que la edad máxima de los pacientes en aquel año la ostentaba uno con 73 años. Entre ambas edades, 10 y 73 años, oscilaban las del resto de los enfermos, siendo 40 años la edad media aproximada del total de enfermos ingresados durante el 1877. Con respecto al estado civil de los enfermos, he aquí este esquema: ES,ad»c¡,¡, Solteros . . . . Casados Viudos . . . . No figuran . . . TOTALES . HO^S N™. •>* 36 33 51 48 3 3 16 16 M uj e res uto. « 34 34 23 22 21 21 21 21 106 99 100 100 En este esquema no se han incluido los 50 transeúntes. Llama la atención en él el alto porcentaje de solteros, teniendo en cuenta la elevada edad media del grupo de enfermos, 40 años. Parece como si la soltería significase en aquella época un mayor desvanecimiento del individuo, más indefensión social y una más fácil proclividad para el internamiento psiquiátrico. Por otra parte también es alto el porcentaje de viudedad entre las mujeres, 10 tal vez porque en ellas las dificultades socioeconómicas inherentes a su estado eran mas difícilmente superables que en .los varones, En cuanto a la profesión, no figura ningún dato referente al subgrupo de enfermas lo que quizá reflejara la escasísima actividad laboral de la población femenina de aquel tiempo. En cambio si hay datos en el subgrupo de ellos, aunque no en todos (no figuran en 23 casos). Entre ellos predominan los trabajadores no cualificados (jornaleros alhamíes, arrieros, vaqueros etc.), que totalizan 23 casos; seis eran trabajadores industriales; 15 artesanos y trabajadores en diversos oficios (diamantistas, relojeros, zapateros, sombrereros, peluqueros, etc.); en menor cuantía nabía también empleados de diversas categorías, pequeños propietarios, labradores, comerciantes, etc. Así pues, la mayoría de. los enfermos pertenecían al proletariado o a la pequeña burguesia, según correspondía al carácter benedel Centro. Pese a todo, figuraban tambien 7 profesionales: médico, sacerdote, escritor, abogado, pianista, etc.; estos pacientes duraban poco tiempo en este departamento de observación, pese a que ocupasen «habitaciones de distinguidos», probablemente porque sus familias los trasladasen a algún mamcomió privado, tal como el Sanatorio del Dr. Esquerdo, quien también era médico del Departamento. En el extremo opuesto, había 6 desempleados o en paro forzoso: cesantes, exmilitares de Cuba, o sin profesión conocida, El Departamento de dementes del Hospital Provincial de Madrid era ya entonces lo que en la actualidad se denominaría un «Centro de estancias cortas», o sea un lugar para la observación, diagnóstico y clasificación de enfermos, que en su mayoría ingresaban con c a r á c t e r de urgencia. El tiempo de estancia variaba según los enfermos, desde 1 ó 2 días (casos de enfermos transeúntes o de enfermos trasladados a sanatorios privados) hasta un máximo de 549 días (caso de un paciente proveniente de la cárcel, retenido por orden judicial y fallecido en el Departamento). El tiempo de estancia media para el total de enfermos ingresados durante el ano 1877 fue de 92 días, cifra que ha de considerarse baja si se tiene en cuenta que el criterio imperante por aquel entonces era el del internamiento por tiempo indefinido. Pero este promedio de estancia media no debe inducir a engaño en cuanto a las posibilidades terapéuticas y rehabilitadoras del Departamento, porque si era bajo se debía exclusivamente al carácter de transitoriedad que tenía allí la estancia del enfermo, en espera de ser traslado a otro centro manicomial. El escaso rendimiento terapéutico del Depar- Staticum modula la liberación de insulina de acuerdo con las necesidades de cada momento, La variación nictemeral del nivel de glucemia es el único condicionante de Staticum. Por ello, Staticum puede administrarse incluso por la noche, sin riesgo de hipoglucemia. . . . \pl IIT^I llinO^PPrPPinn Pn Pl ICl II ISUIII lUSeOl CL/IUI I C l l Cl Hiohótipn troto/^rv nrtn UldUCUL'U U a L a U l ' L»UI I Tratamiento de la diabetes de la edad madura no compensable o mal compensada con dieta sola o con o t r o s hipoglucemiantes oralesTratamiento de la diabetes con necesidades de Insulina Interiores a 40 Ul al dia. £SS£$S*n'mluncl6n «.!*itc.„.»..cm.di.b««». ISSOS""" "nal°hopálica SffifSEu—-.„„,«..„„.,«,, r¿t,SSaífflSiS!!;ffi;í, *.„„o*.™-„„•.,»,.*,,,.*.<...««» índice»™» Presentación y Composición: Staticum se presenta en envases de 30 y 100 comprlmldos. cada comprimido de Staticum contiene 5 mg de glipentida (UR-681). Una ranura central permite el traccionamienlo del mismo en dos dosis exactas de 2.5 mg. lt • Serenidad I "V I I f \ ^ I • I a cualquier nivel. ^ b ¡ ^ % ^ i % ^ i % ^ I I I Sulpiride :.;• át^^^m^ W& ^ H • ^|i^t. ^^^T JKKJ^L ^ H ^K^tek^^ ^fc Indicaciones: I Trastornos del psiquismo. * ¿^^ Ansiedad. Irritabilidad. Insomnio. Síndromes psicosomáticos. Estados depresivos. Estados de * ^ l inhibición neurótica. wNt Neurosis cardíaca. Palpitaciones. T^M Hipertensión moderada. ""^^^^^ Ulcera gastroduodenal. Dispepsias WÁ*. w^L" S% B y disquinesías. Migrañas digestivas. l ^ f c ^ V ^ ^ ^ f i S/ii J » S • En la infancia: • 1 /^H ^M ^M HL ^M ^^^^fl K^H WK^P I ^M ^M ^ ^ | ^•^ ^ H B^^^LJ K^ütíSS I I I • I I I I I Trastornos de la conducta y del comportamiento. Bk^V^&«^9 Bajo rendimiento escolar. Falta de I atención y memoria. Terrores nocturnos. Tics nerviosos. I Timidez. Fobias. Introversión. Celos. Enuresis nocturna, etc. Presentación y computklén: I ^¿.' ^3 Guastil I I I I I Frascos con "30 cápsulas de SO mg. (Minicápsula) Guastil Pediátrico Frascos con 200 ce. de suspensión de agradable sabor. I Posoloeia I I I I I I B ^JH Hf I Cápsulas: 2-6 cápsulas al día. Suspensión: Lactantes, 1/2 cucharadita (2,5 c e ) , 1 a 3 veces pur dia. Niños de 2 a 7 anos: 1 cucharadita (5 c.c.) 1 a 3 veces por día I Niños mayores de 7 años: ii^HHHHi^^H^IHII^H^H^^^^^^^H 2 cucharaditas 1 a 3 veces por día. S Hf^B ^ft^B I B ^ V 7m f^^^H^HBB Normalizador del comportamiento psíquico y psicosomático. 12 v de San Baudilio de Llobregat •• . tamento se indica por el hecho de que sólo 5 enfermos fueron dados de alta «por curación»; otros 13 enfermos fueron exclaustrados, aunque sin que se especificara el motivo del alta. Treinta y dos enfermos más fueron dados de alta, pero tan sólo a instancia reiterada de los familiares, quienes habían de firmar la petición de alta responsabilizándose de la posterior conducta del sujeto. De un modo u otro, en total tan sólo 50 enfermos, de los 156 hospitalizados durante aquel año, pudieron salir de alta. Cien enfermos (entre los que incluyen los 50 transeúntes) fueron trasladados a algún manicomio en régimen de reclusión perpetua. Ese traslado significaba la total exclusión del enfermo de la comunidad de la que provenía, porque, entre otras cosas, el punto de destino estaba en el manicomio de San Baudilio de Llobregat, en la provincia de Barcelona; sólo en un caso de traslado se pudo efectuar al manicomio de Leganés, que con toda probabilidad habría de estar saturado de enfermos. Según consta en los libros, durante aquel año de 1877 se organizaron tres expediciones a San Baudilio, verdaderas «cuerdas de locos», compuestas de 10 a 20 individuos, acompañados de los correspondientes vigilantes. Los restantes 56 pacientes del total de los ingresados en ese año fallecieron en el Departamento por diversas causas. La cifra es alarmante, ya que supone una mortalidad intrahospitalaria de 27 %, y eso a pesar de que se incluye los denominados transeúntes, quienes por su cortísima estancia en el Departamentó apenas si tuvieron materialmente tiempo de morirse allí. Si se tiene en cuenta que en 1877 la mortalidad general de la población oscilaba alrededor del 3 %, habrá que imaginar las pésimas condiciones higiénicas y asistenciales en que debían encontrarse las Ha- -• .. iVir^SvMfX¿-%£L>*/f * tvOfc*^Sw rf^Tfid^ , madas «salas de enagenados» del Hospital Provincial de Madrid, puesto que no será necesario advertir que aquellos «enagenados» no tenían, por la índole de su enfermedad, que estar abocados a la muerte. El estado de la asistencia hospitalaria en el siglo xix en España era realmente lamentable, He aquí un testimonio a este respecto de Concepción Arenal: «salvas algunas excepciones, debida a individuales esfuerzos, el estado de nuestros establecimientos de beneficiencia deja mucho que desear. Ni el local, ni las camas, ni la alimentación, ni el vestido son lo que ser debieran»... «Los locales, obra del acaso las más de las veces, o de la ignorancia, no' suelen tener ninguna de las condiciones que la higiene prescribe, sobre todo cuando se trata de fatal aglomeración de personas que en ellos se verifican»... «Las camas no suelen tener ni la limpieza ni la comodidad y extensión que debieran»... «El alimento, en la mayor parte de los casos, ni es de buena calidad, ni está preparado con el debido esmero; tanto, que a veces se resiste al hambre más voraz». En lo referente a la asistencia psiquiátrica hay relatos verdaderamente escalofriantes. Uno de ellos es de Benito Pérez Galdós en su novela «La desheredada», a la que pertenecen estos párrafos: «¡ Ay! Cualquiera que despertara súbitamente a la razón y se encontrase en el departamento de pobres entre turba lastimosa de seres que sólo tienen de humano la figura, y se viera en un corral más propio para gallinas que para enfermos, volvería seguramente a caer en demencia, con la monotonía de ser bestia dañina. En aquellos locales primitivos, apenas tocados aún por la administración reformista, en el largo pasillo, formado por largas filas de jaulas, en el patio de tierra, donde se revuelcan los imbéciles y ha13 VI Camisa de fuerza ^J^^^^^ Medios de contención de maniáticos ^^T BV^ A \ ' ^L*' '^^H ' cen piruetas los exaltados, allí, allí es donde, se ve todo el horror de esa espantosa Casa de la Beneficencia, en que se reúnen la caridad cristiana y la defensa social, estableciendo una lúgubre fortaleza llamada manicomio, que juntamente, es hospital y presidio»... El novelista se refería concretamente al manicomió de Leganés. Del año 1877 al 1885 A continuación se reseñan los datos referentes a los dementes hospitalizados en los años sucesivos desde 1878, hasta 1885. En los correspondientes libros de registros figuran menos datos en el del año 1877. Faltan datos relativos a la edad, lugar de nacimiento y profesión de los enfermos. En primer lugar veamos la evolución del número de ingresos en los referidos años, a través del siguiente esquema: 4 Número de enfermos mentales hospitalizados ARO HOMBRES 1878 84 o,ni ,u 67 o-, oí OT 151 .„, in¿. tm lio 87 203 19ari 10ai ias! o loo¿ jgg, 2gg4 jg85 oq ¡.o tf^t • ÍB^J HÍB^^B A partir del año 1881 no aparecen enfermos transeúntes, tal vez porque las provincias que hasta entonces los enviaban a Madrid disponían ya de centros propios de internamiento psiquiátrico o de medios de transporte directo de enfermos a los manicomios «de reclusión definitiva». Excluyendo a los transeúntes, seguramente tendremos una idea más real de la evolución de los ingresos de enfermos provenientes de P r o v i n c i a d e Madrid en el Hospital General. Veamoslo en otro cuadro. , . . , ., Numer ° de e"f rr?os. egresados residentes en Madrld ° provincia la ^ño * * » " *°' ""° \&19 1880 !J5?Í ••• •• • ... ... ' ' " » .. looz 1883 . . . ¿\¡5 . . . 183 • 1884 . . TOTAL ,g, 2^6 jfg 97 3g — Según se ve, el número de ingresos oscila bastante de un año a otro. Sin embargo, estas cifras son bastante engañosas, pues en ellas se incluyen a los denominados enfermos transeúntes, ingresados provisional y transitoriamente, y que alcanzaban el número de 50 en 1877, cuatro en 1878, 19 en 1879 y 6 en 1880. 14 Q. ,24 MUJERES £ ^H . ^" 147 195 176 ;„, 233 " 1885 • • • 136 Puede verse una cierta línea evolutiva de carácter ascendente en el numero de íngresos con u n a . caída final en el ano 1885. Se. n i 'j i j gurante influyo en tal caída en el numero de ingresos la promulgación en ese mismo año del «Real Decreto dictando reglas acerca de la reclusión y observación de dementes». Este Decreto venía a establecer una serie de complicados requisitos legales precisos para efectuar el internamiento psiquiátrico, al tiempo que admitía la posibilidad de que el período de observación, previo a la reclusión definitiva en el manicomio, pudiese ser llevado a cabo en casas particulares con la adecuada Vil Palio destinado a lus umaniáttcos» en el anliguv Hospital de la Santa Cruz vigilancia médica 5. Todo esto iba orientado probablemente para lograr una disminución de ingresos en los establecirriientos psiquiátricos, sobrepasados en su capacidad desde años antes. Pero el descenso del número de ingresos en el Departamento de observación del Hospital Provincial de Madrid se hizo sobre todo a expensas de las mujeres, sin que se sepa con certeza las motivaciones de ello, como no sea una supuesta menor peligrosidad en las mujeres dementes. En lo que respecta a la forma en que se efectuaron los ingresos en los años sucesivos a 1877, sigue predominando porcentualmente los ordenados por la autoridad gubernativa (con oficio del Gobierno Civil casi siempre). En segundo lugar destacan los ordenados por el Decano del Hospital. Tal se ve con más detalle en este cuadro: También en el año 1885 baja el porcentaje de ingresos efectuados por Orden Gubernativa, lo que sin duda se debe a la entrada en vigor en ese año y concretamente en el mes de junio del citado Decreto Real, por el cual la 1877 Por O. Gubernativa Por O. Gubernativa Por O. Judicial Otras formas No figuran 1878 1879 n^^BRVk f B ÍK^^W Bk^^_ ^ ^ W I j^L •!• W^~" autoridad gubernativa podía ordenar el ingreso en un Centro de observación sólo «cuando un presunto demente que carezca de familia o de representación legal fuese hallado en la vía pública o en su domicilio dando motivo con su libertad a un peligro inminente». De hecho en los meses de julio a diciembre de 1885, sólo en tres casos el ingreso fue ordenado por la autoridad gubernativa. En ese mismo período de tiempo figuran 9 ingresos por la Diputación Provincial, seguramente tras haberse efectuado los trámites especificados en la nota adjunta. Al mismo tiempo desaparecen los ingresos ordenados por el Decano del Cuerpo Médico del Hospital, pues según la nueva legislación «cuando en algún enfermo albergado en un Hospital Provincial se declaren o presenten síntomas de una afección mental, deberá el Jefe del Establecimiento dar cuenta a la Autoridad correspondiente para que instruya el oportuno expediente», con los trámites reglamentarios, Veamos ahora la evolución del promedio de estancia úe los enfermos internados en las «salas de dementes»: 1880 1881 1882 1883 1884 1885 52 % 74 »/o 61 % 66 % 64 % 79 °/o 72 % 74 % 50 % 52 % 74 % 61 °/o 25 % 33 °/o 29 °/o 28 % 25 °/o 16 % 1% — 2 % 2 % 1 % 0.5 % — — — 24 % 3 % 9 % 4 % — — — 0,4 % 9 % 6 % 2 % 0,4 % — — — — 0,4 % 24 °/o 15 VIII ASISTENCIA PSIQUIÁTRICA MADRILEÑA A FINES DEL SIGLO XIX ^ I Dr. Amonio 16 Sivilla Boley (1849-191S) sucesor y albacea del Dr. Pi y Molist IX Tiempo de estancia media Días: «n m ,.79 .«so . « i » « , ,8.4 ,885 92 64 63 65 56 69 110 30 10 La estancia promedio sigue una línea evolutiva descendente, y eso a pesar de que el número de enfermos transeúntes, que eran los que menos días de estancia tenían, decrecían con los años, para desaparecer a partir de 1881. No parece que este hecho tuviese mucha relación con el creciente número de ingresos a lo largo de esos años. Tal vez sí existiera una incomprensible correlación entre la estáncia media y el número de traslados a otros manicomios efectuados en cada año, en el sentido de que una mayor frecuencia en los traslados acortaba el tiempo de estancia de los enfermos hospitalizados en el Departamento de observación. Tal correlación puede comprobarse comparando los tiempos de estancia media con el número y porcentaje de traslados realizados en cada año: ' AA> 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 Número de miiMo. 100 75 108 91 114 89 33 174 110 % de i™s,ados 49 56 50 50 58 44 18 75 81 Estancia media 92 días 64 » 63 » 65 » 56 » 69 » 110 » 30 » 10 » Es claro como se da una relación inversamente proporcional entre el porcentaje de traslados y el promedio de estancia del enfermo. Y así por ejemplo se ve como en el año 1883 se efectuaron muy pocos traslados, concretamente 33, o sea el 18 % del total de los enfermos ingresados en el Departamento, y en cons e c u e n c i a e l t i e m p 0 d e estancia de los enfermos en el mismo hubo de alargarse hasta 110 días de promedio. El año 1884, con un alto porcentaje de traslados, el 75 %, dio una estancia hospitalaria media de sólo 30 días. Y el mismo fenómeno se dio en 1885, año en que el Departamento de Dementes del Hospital Provincial de Madrid adquirió legalmente el carácter de Centro de Observación y no de reclusión definitiva de enfermos. Según el Decreto Real promulgado en ese año, el tiempo de observación psiquiátrica podía durar como máximo tres meses (o seis meses en los casos, dudosos), antes de los cuales el médico de la sala debía dar un certificado informativo de cada enfermo, del que en muchos casos se derivaba la «reclusión definitiva» en un manicomio de este tipo, al certificarse la demencia. El hecho de que la Diputación Provincial de Madrid estableciera un contrato con el manicomió de Ciempozuelos, al parecer inaugurado en el año 1875, hizo posible a partir de 1883 e j a g ¡ i i z a r \os t r a s l a ( ]os de dementes en régimen de reclusión perpetua. Consecuentemente, el tiempo de observación en el Departamentó del Hospital General, que era el tiempo necesario para certificar la supuesta demencia, pudo reducirse hasta grados incomparabies menores que cuando los traslados se realizaban casi exclusivamente a San Baudilio de Llobregat. A la vez, al disminuir los costes y las dificultades del transporte de enfermos, el número de traslados tenía que crecer necesariamente. Veamos en el siguiente cuadro el número de traslados y sus puntos de destino a lu largo de los diferentes años: 17 una mínima parte fueron «altas por curación»: el mayor número de altas de este tipo fueron 5 e n e j a ño 1877 y el menor de 0 en los años 1881, 1884 y 1885. La mayor parte corresponde Número de traslados según los manicomios de destino Ano San Baudilio 1877 1878 1879 1880 1001 99 74 89 83 ní loo! Jlj 1882 1883 1884 jgg5 . Leganés Ciemponielos 1 20 6 1 0 0 0 0 n 1 U 86 17 17 0 2 0 0 0 manicomios a altas por «petición familiar», lo que piT>ba- 0 0 1 2 n blemente en muchos casos no significaba la vuelta del enfermo a la vida social, normal, s m o m a s ) ene ' ' " P a s o a ' a s U a m a das «casas de curación», en las que personas particulares se ocupaban de cuidar a dementes dados de U 1 16 152 1 jo a 0 0 0 Q , Así pues, en 1885 todos los traslados de enfermos «a clausurar» se realizaban a Ciempozuelos. Fue el año de mayor porcentaje de traslados y el de menor promedio de estancia hospitalaria por enfermo. Y, como se comprenderá fácilmente, también fue el año en que se dieron menos altas, global y procentualmente. Porque las altas parece que estaban menos en función de la evolución clínica de los enfermos, que de la estancia hospitalaria promedio. Una mayor permanencia consecuente a su vez del menor numero de traslados existentes, producía Un mayor hacinamiento de los enfermos, lo que forzaba a dar un mayor número de altas. Esto es algo que puede comprobarse comparando, en los diferentes años, el número de traslados, el tiempo de estancia media y el porcentaje de altas. Véase al respecto este cuadro: Cuadro comparativo Año 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 — N.° traslados H traslados Tiempo de estancia N.altas % altas 100 75 108 91 114 89 33 174 110 "49 56 50 50 58 44 18 75 81 92 64 63 65 56 69 110 30 10 50 35 62 52 41 60 69 29 13 24 23 29 28 21 29 38 12 9 Se comprueba, por ejemplo, como en el año 1883 hubo pocos traslados (33, o sea el 18 % del total de enfermos ingresados), lo que condicionó un tiempo de estancia mayor y un más alto porcentaje de altas. La misma correlación puede observarse en casi todos los años reseñados. Del número total de altas en cada año, sólo 18 1 1 . 1 1 • -JJ " a mediante el pago de una cierta cantidad. Según Pérez Galdós el pueblo de Leganés estaba lleno de casas de este tipo'. Por otra parte, llama la atención que los porcentajes de altas en este Departamento de Observación del Hospital General de Madrid fuesen inferiores a los porcentajes medios calculados para todos los manicomios españoles durante la década de 1847 a 185.7, y que se estimaban en un 38 % del total de enfermos ingresados. Veamos ahora el número de defunciones que se produjeron én el Departamento que estamos estudiando: rw,j«/.;/».»c Año .g_~ jg~ .„_„ .ggQ .„„. .•„, 1883 1884 1885 Número ^ ^ ^Q 39 ,g ci 77 31 5 % de total de enfermos ingresados 27 26 23 21 20 25 42 13 4 El porcentaje de defunciones había de estar lógicamente correlacionado con el tiempo de estancia media de los enfermos en el Hospital. Por ello el mayor número de porcentaje de defunciones en 1883, coincide con el mayor promedio de estancia hospitalaria en ese año, que fue de 110 días. Por el contrario, en el año de 1885, de bajo promedio de estancia, unos 10 días, murieron pocos enfermos, tan sólo el 4 °/o de los ingresados. En ese año materialmente no tuvieron tiempo de morirse en el Hospital. De cualquier modo, la mortalidad de enfermos es excesivamente alta en todos los años, si se la compara con la mortalidad de la población general española, que osciló desde el 3 por cada 100 habitantes en el año 1880, hasta el 3,79 por cada 100 en el año 1885 (año en que se produjo una epidemia de cólera). 1 < XI Juan Giné y Parlagas Años 1891-1892 , En la actualidad no se conservan los libros de registro del Departamento Psiquiátrico del Hospital Provincial de Madrid correspondientes al año 1886, 87, 88, 89 y 90. Por ello, hemos dado un salto hasta el año 1891, del que sí se conservan datos referentes a los enfermos mentales allí hospitalizados. Pues bien, en ese año hubo 29 enfermos que ingresaron como presuntos alienados. De ellos, 160 eran varones y 130 mujeres. Todos residían en Madrid o provincia y ninguno estaba inscrito como transeúnte. En este año figuran datos sobre la procedencia de los enfermos que ingresaban. La mayoría fueron «recogidos» en la vía pública, concretamente 204 de los 290 reseñados. Otros 73 enfermos fueron trasladados de otras salas del mismo Hospital, lo que de por si habiaba en pro de la conveniencia y necesidad, ya desde aquel tiempo, de la existencia de un Departamento Psiquiátrico en el Hospital General. En otros dos casos el traslado se hizo desde la denominada «sala de presos» del mismo Hospital. Dos más procedían de la Cárcel Modelo, dos de los asilos del Pardo y otros dos del Hospital Militar. En los 56 casos restantes no figura escrita la procedencia en el libro de registro. En cuanto a la forma de ingreso, la más frecuente fue por Orden Gubernativa, que se dio en 170 casos, lo que representaba el 50 % del total de ingresos de ese año. Esto indica el carácter de urgencia y la notoria peligrosidad con que se ingresaba a un buen númeró de enfermos en este Departamento de Observación, enfermos que seguramente no podían esperar para ser ingresados a cumplir todos los requisitos de trámite exigidos por la Legislación de 1885. Dichos requisitos y j*4%@&^^ trámites sí pudieron exigirse, al parecer, en 98 casos, en los que el ingreso se produjo por orden del Presidente de la Diputación, o en su defecto por el Vicepresidente de la Comisión Provincial de Beneficencia. Hubo en ese año otros dos ingresos por orden judicial directa. Y en los restantes no figura ningún dato sobre la forma de ingreso en el libro de registro. Tampoco figura ninguna orden de ingreso por parte del Decano del Hospital, pues tal cosa era ya ilegal, a partir del Decreto del año 1885. En el año 1891, el promedio de estancia hospitalaría de los enferrnos fue de 72 días. De los 290 reseñados, 182 enfermos fueron trasladados a otros centros manicomiales, lo que resultaba el 63 % del total de los ingresados, Llama la atención el que sólo en tres casos los enfermos fuesen enviados a Ciempozuelos. Tal vez porque este manicomio estuviese ya saturado de enfermos y careciese de plazas libres, o quizá la Diputación madrileña rompiera el convenio económico con la Orden de San Juan'de Dios, propietaria de Ciempozuelos. De nuevo, los traslados se efectuaban al manicomio de San Baudilio de LJobregat, concretamente en número de 55 en el año de referencia. La Diputación en ese año de 1891 parece que se preocupó sobre todo de enviar a los enfermos acogidos a sus provincias de origen, para lo que le facultaba la Ley de Beneficencia de 1841. Concretamente fueron devueltos 77. Probablemente se trataba sobre todo de un problema administrativo y económico, pues en muchos casos estos «envíos» se realizaban apresuradamente, sin dar siquiera tiempo a la observación médica requerida y al establecimiento de un diagnóstico; de ahí la frecuente e inútiles protestas de los médicos. Otros cuatro enfermos fueron trasladados a distintas Salas del mismo Hos19 • XII pital, hecho que no había sucedido en años anteriores, y que revela que no debía de haber un total rechazo de los presuntos dementes por parte de los demás médicos del Hospital. Finalmente, otro paciente fue trasladado a un sanatorio psiquiátrico privado. Se dieron 83 altas (todas, excepto una, por petición familiar), lo que correspondía al 29 % aproximadamente del total de enfremos ingresados. Este elevado número de altas se explicaría en parte por el hacinamiento de enfermos que habría de existir en el departamento, dado el elevado número de ingresos habidos en este año y la dificultad de efectuar traslados. Fue en 1891 cuando el Dr. Esquerdo, profesor de una de las salas de Dementes, se quejaba de la falta de traslado de enfermos cuyo expediente de certificación y de calificación de «dementes reclusos» estaba ya terminado. En una carta que escribiera al Diputado Visitador, fechada el 10 de mayo, daba cuenta de que en ese momento había en el «Departamento de enagenados» 87 enfermos hacinados, pues la capacidad del mismo era de 30 a 40 plazas7. La mortalidad de enfermos mentales fue del orden de 17,5 %, porcentaje seguramente inferior al de años anteriores, pero todavía bastante alto si se le compara con la mortalidad de la población general (3,12 por cada 100 habitantes). Sigue siendo alta la prevalencia de la mortalidad mental sobre la mortalidad general alcanzado un índice de 0,7. Por primera vez, aparece reseñada en este año la fuga de un enfermo. Por otra parte, en 21 casos no figura ningún dato sobre el destino final del enfermo. En el año siguiente, 1892, desciende el número global de ingresos psiquiátricos: 234, de los cuales 104 fueron varones y 130 mujeres. La tendencia evolutiva en el número 20 de ingresos, y pese a alguna alternativa, es hacia el progresivo aumento. Hasta el punto que en 1945 el mismo Departamento recibía 919 enfermos, 1018 en el año 1950, 1626 en el 1955 y 1667 en 1960. Tres pacientes procedían de la provincia de Guadalajara, por lo que podría ser considerada como «transeúntes». Directamente de la vía pública fueron ingresados 130 enfermos, Otros 86 procedían de diferentes salas del mismo Hospital, y otro más venía de otro Hospital madrileño. Finalmente 7 pacientes fueron enviados desde Ciempozuelos, seguramente para ser objeto de alguna cura en el Hospital. Con respecto a la forma de ingreso, en 126 casos (o sea el 54 % de los ingresos) fue por Orden Gubernativa. Pero en 80 casos (34 %) el ingreso se produjo por indicación del Presidente de la Diputación o por el Vicepresidente de la Comisión Provincial, según los trámites legales. Hubo un ingreso por orden del Director del Hospital, aunque se reseñara su carácter de provisionalidad por la falta de los requisitos exigidos. La estancia media de los enfermos fue de 101 días, cifra superior a la de años anteriores, lo que estaba en consonancia con el menor porcentaje de traslados (el 53 % de los ingresos) y con una más alta mortalidad (el 21 °/o). El número de traslados efectuados durante el año de 1892 fue exactamente de 124, de los cuales 41 fueron a San Baudilio de Llobregat, otros 80 se enviaron a sus provincias de origen y otros tres a diversos manicomios. El porcentaje de traslados iría descendiendo progresivamente en los tiempos sucesivos, lo que hablaría de un paulatino cambio de la linea asistencial psiquiátrica, en el sentido de un relativo abandono del criterio de redusión perpetua del enfermo mental. Así, en el dermatitis ^ ^ en zonas jflR| J. URIACH S Cía.. S- A. !**• Barcelona ^••B ^ • ^ • • ^ • • • • • W IHHH1B f lutenal loción Flupamesona 0,3% El corticoide dérmico de acción "depot" vehículado en un excipiente idóneo para zonas pilosas PRESENTACIONES Y PRECIOS: Fllltenal Crema: Tubo con 30 gr 3 . P. V. P. 447,- Ptas. Pomada: Tubo con 30 grs P V P 452 60 Ptas y Flutenal antibiótico Crema: Tubo con 30 grs. P.V.P. 459.70 Ptas. Pomada: Tubo con 30 grs. P. V. P. 465,- Ptas. t^m I I • I Fiutenal l o c i ó n Fuerte: Frasco de 30 c. c. P. V. P. 443,- Pías Pediátrico: Frasco de 30 c. c. P.V.P. 241,- Ptas. POSOLOGIAPObOLUüíA. 1 2 " aplicaciones dianas. CONTRAINDICACIONES: Lesiones de origen tuberculoso o sifilítico • ^ k ^K^ M J ^ ^H^^H ^BB ^BJ^P^ INCOMPATIBILIDADES: Flutenal carece de incompatibilidades . , , . T . e c c r i lwnAQiric. EFECTOS SECUNDARIOS. Flutenal no produce acciones secundarias generales ni locales, incluso en tratamientos de grandes zonas corporales durante largos penodos de tiempo. m¿^ ^ p ^ H I El corticoide dérmico m m W^ ^ I de acción "depot" I I ^SJP^BJ I I Flupam«ona0,3% 21 Con la llegada de los primeros fríos... el organismo humano sufre cada año un proceso de adaptación al medio ambiente. Durante este período se incrementan en gran manera las necesidades en vitamina C, por lo que es muy aconsejable un suplemento diario, a fin de evitar la deficiencia consiguiente. Del mismo modo, la variación en el recambio calórico incrementa sustancialmente el requerimiento diario en vitaminas del grupo B. Un aporte vitamínico adecuado durante el otoño y la época de los- primeros fríos, es un medio fisiológico ideal para proteger al organismo del continuo riesgo infeccioso al que estará sometido durante toda la temporada invernal. Es por todo ello que recomendamos nuestra serie de especialidades Vitamínicas Biohorm, suficientemente amplia para cubrir cualquier plan preventivo o terapéutico que precise. CALCIO BC BC BC Biohorm COMPOSICIÓN Vitamina C Vitamina B, Vitamina & Vitamina B» Vitamina Bu Vitamina PP EFEBvtscarE 1000 mg. 100 mg. 10 mg. 25 mg. 20 mcg. 50 mg. Biohorm ctfstu 500 mg. 50 mg. 5 mg. 12,5 mg. 10 mcg 25 mg. COMPOSICIÓN Calcio iónico Fosforo Vitamina D, Vitamina C Vitamina Bi Vitamina B¡ Vitamina B, Vitamina Bu Vitamina PP tFtuttSCBtrt 300 mg.(') 150 mg. 500 U.l. 1000 mg. 50 mg 5 mg. 15 mg. 20 mcg25 mg. Biohorm cwsuu 100 mg. 50 mg. 200 U.l. 350 mg. 20 mg. 2 mg. 5 mg. 10 mcg 10 mg. COMPOSICIÓN Vitamina A Vitamina D3 Vitamina E Vitamina C Vitamina B, Vitamina B, Vitamina B> Vitamina Bu Vitamina PP tFtnvtscENTt 20.000 U.l. 2.000 U.l. 50 mg. 1.000 mg. 50 mg. 5 mg. 15 mg. 20 mcg 25 mg. wsuu 10.000 U.l. 1.000 U.l. 25 mg. 500 mg. 25 mg. 2,5 mg. 7,5 mg. 10 mcg. 12,5 mg. POSOLOGIA POSOLOGIA POSOLOGIA Efervescente: uno o más comprimidos al dia. Cápsulas: dos o más cápsulas al dia. Efervescente: 1-2 O mas comprimidos al día. Cápsulas: 2-3 o más cápsulas al dia. Efervescente; 1-2 comprimidos si día. Cápsulas: de una a cuatro cápsulas al dia. PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN Tubo con 10 comprimidos Frasco con 20 cápsulas Tubo con 10 comprimidos Frasco con 20 cápsulas Tubo con 10 comprimidos Frasco con 20 cápsulas • 12 UPO - . . * ^ ^ * XIII año 1945 el porcentaje de traslados fue del 32 % ; del 30 % en 1950, del 36 % en 1955 y del 22 % en 1960. En 1892 se produjeron 60 altas, 58 de las cuales fueron debidas a peticiones familiares. El porcentaje de altas iría aumentando con el transcurso de los años, pasando del 26 % en 1892, al 64 °/o en 1950 y al 73 % en 1960. Del 1893 al 1899 zaba su función de lo que hoy llamaríamos Unidad Psiquiátrica del Hospital General. Los detalles más concretos aparecen en el siguiente cuadro: Procedencia de los ingresos psiquiátricos Añ0 En estos siete últimos años del siglo xix sólo se conservan datos referentes a mujeres enfermas mentales, con lo que la visión que es posible ofrecer de la asistencia prestada ha de estar forzosamente parcializada. El volumen de enfermas ingresadas en esos años fue el. siguiente: Año 1893 1894 1895 1896 1897 1898 1899 Número de ingresos 124 127 108 126 140 130 113 j*""»1* D ¿.?lra%fs % ™ " ~ 1893 67 58 31 27 1894 1895 1896 1897 1898 1899 50 39 71 75 97 99 75 66 59 69 76 66 38 29 36 33 50 40 37 26 28 22 26 23 3 0 0 0 1 0 0 2 6 N.. 12 . 0 0 0 0,7 0 0 0lros % 10 28 30 1 0,9 1 0,8 5 3 3 2 12 10 El modo de ingreso sigue realizándose predominantemente a través de una Orden del Gobierno Civil, o, en menor proporción, por indicación de la Diputación Provincial, bien por orden de su Presidente, bien por orden de la Comisión Provincial de Beneficencia: Formas de ingreso Como se ve, la tendencia es hacia el aumento progresivo, aunque con ligeras oscilaciones. En este otro cuadro se detallan los datos referentes al estado civil de las enfermas: Solteras Casidas Viudas ASO N.. % ».• % N." 1893 1894 1895 1896 1897 1898 1899 0 35 51 57 50 65 51 0 27 47 45 36 50 45 0 30 28 41 52 35 29 0 24 26 32 37 27 26 0 21 29 27 37 27 29 No % 0 16 27 22 26 20 26 N.. figuran % 114 100 41 32 0 0 1 0,7 1 0,7 3 2 4 3 Excepto en un año, en 1897, el mayor porcentaje lo constituyen las solteras, lo que no podrá extrañar. El porcentaje de viudas es Hamativamente alto, aunque explicable por la indefensión social y la marginación de la mujer viuda, especialmente en una época en la que la mujer era mucho más dependiente económicamente de los familiares que ahora. Con respecto a la procedencia de los ingresos, hay que destacar como los más altos porcentajes corresponden a los «procedentes de la calle», lo que indicaba el carácter de Centro de Urgencia Psiquiátrica que estaba obligado a ser el Departamento de Dementes del Hospital Provincial de Madrid. Son notables también los porcentajes de ingreso procedentes de otras salas del Hospital, lo que refor- Año .g^, lgg4 CM» o»t*m.u«. ^ ^ ^ 6g oni» de *,««** 29 25 JJ 17 1895 67 62 41 38 jg96 77 6J 4 8 39 1897 1898 1899 — 69 66 55 49 51 49 68 72 54 48 55 48 Se a P r ee cel na como cada ta e ermas ano es mayor el porcenÍ ^ f mentales que ingresan con los trámites exigidos por la legislación de 1885, superando incluso en algún año al porcentaje de ingresos por Orden Gubernativa, que reglamentariamente sólo era válida en casos de urgencia y peligrosidad o de ausencia de familiares del sujeto, Las estancias de las enfermas, en esta década de los años 1890, fueron algo más largas que en la década precedente, lo que evidentemente no podía ser consecuencia de un menor número de enfermas ingresadas. La explicación tal vez estuviese en la mayor capacidad funcional de otros Centros Psiquiátricos de la Provincia de Madrid en los últimos años del 1800, así como también en el menor número de ingresos de enfermos «transeúntes» originarios de otras provincias. El siguiente cuadro indica los promedios de los tiempos de estancia de las enfermas hospitalizadas: 23 XIV ASISTENCIA PSIQUIÁTRICA MADRILEÑA A FINES DEL SIGLO XIX Tiempo de estancia Año » » » » » » 1893 . 1894 . 1895 . 1896 . 1897 . 1898 . 1899 . . . . . . . . . . media 68 días 95 » 100 » 95 » 72 » 54 » 69 » . . . . . tación de Madrid y Ciempozuelos eran oscilantes y cambiantes. Se observa como el número de funciones, y su porcentaje en relación kraepeliniana, y está claramente influenciada con los ingresos habidos, es en estos años considerablemente menor al de las décadas anteriores. Lo que resulta bastante significativo, con respecto a la mejora de los servicios asistenciales, si se tiene en cuenta que los enfermos, por regla general, estuvieron más En cuanto a las «salidas» de las enfermas del J i e m P° h ° s p i t £ ' ! f d o s Departamento, en estos años también se comprueba la ya comentada interrelación entre el número de altas y el de traslados. De tal manera que el mayor porcentaje de traslados se corresponde con el menor porcentaje de altas, las que dan la impresión de que se producen por «rebosamiento», es decir, cuando el número de enfermas excede en demasía a la capacidad del Departamento, al haber pocos traslados. He aquí la comprobación: los años de 1890. E n e s t o s a ñ o s sol ° fig"ra u n a , f " f ^urnfa e " 'f 9 , precisamente, lo que hablaría en favor de las excelentes condiciones de «segund *¿» <)ue d e b l a d e t e n e r e l Departamento, niArurtcTTrnQ PcinnTATnirnq L ° s DIAGNÓSTICOS PSIQUIÁTRICOS . c En los libros de registro consultados figuran también los diagnósticos efectuados en cada enfermo durante el periodo de observación a 1 u e s e l e sometía en su estancia en el Departamento Psiquiátrico del Hospital Provincial de Madrid. Salidas de enfermas del departamento en L ó g i c a m e n t e la n o s o g r a f í a e m p l e a d a es pre- En estos años no se produjeron traslados a San Baudilio. Casi todos se efectuaban a Ciempozuelos, en graduación progresiva, desde 25 en 1892 hasta 86 en 1899, o a sus provincias de origen, desde 2 a 38 según los años. Probablemente las relaciones entre la Dipu- kraepeliniana, y está claramente influenciada por la terminología de la psiquiatría francesa de la época. Uno de los diagnósticos más empleados a lo largo de estos años es el de «demencia», al que solía añadir diversos adjetivos según las distintas formas clínicas: demencia paralítica, incoherente, simple, alucinatoria, senil, con delirio de persecuciones, etc. El término correspondía al mismo concepto actual de demencia, aunque seguramente se aplicaba en un sentido mucho más amplio y antiguo que ahora. La demencia fue descrita por Pinel a principios del siglo xix, como «una debilidad particular de las operaciones del entendi- "° 1894 1893 1895 1896 1897 1898 1899 24 "•" 26 28 35 33 34 11 10 * 20 24 32 26 24 8 9 Portr«si»doS pordrfündón Partamento poroir.scauui A por.ita efl e l D e "" 42 66 48 65 71 98 88 % 33 58 44 52 51 75 78 N ° % "•' 18 14 41 32 17 15 3 2,6 23 21 2,5 2 25 20 3 2 24 17 1 0,7 21 16 0 0 13 11 2 1,7 XV Eriz en la obra «Misterios dé la locura* de Juan Girté y Partagás Wl demonio lleva la camisa de tuerza). tratamiento ¡le / o s delirios. Dibujo de la locura* de luán Giné i **^L^^^ ~ ^fmím y*wj^* • •' T^felK H M V &Bfc¿£i , g l * l L 8^* (t) _2t ^s. u ^u" Uf' 1 ' aCIlff Í H í ijB- Uf'^t '" MÍ f l '^'W '• miento y de los actos de la voluntad, de tal modoque la facultad de pensar está abolida». Posteriormente Esquirol la distinguiría de la idiocia u oligofrenia: «el hombre con demencia es privado de todos los bienes que él antes guardaba, es un rico de venido pobre; el idiota ha estado siempre en el infortunio y en la miseria». En las «Salas de Enagenados» de Madrid se diagnosticaba la demencia en enfermos relativamente jóvenes. Hay que pensar que más demencias seniles o arterioescleróticas, se trataría probablemente de supuestas demencias sintomáticas a otras enfermedades físicas o mentales: demencia epiléptica, orgánica, paralítica, vesánica, confusional, alucinatoria, etc. Seguramente se utilizaba el criterio de Morel, para quien la demencia era un «debilitamiento psíquico progresivo y definitivo», el estadio final de todas las enfermedades mentales. En cambio, los casos de oligofrenia (imbecilidad, idiocia o debilidad mental) eran poco frecuentes, pese a la ausencia en aquel entonces de instituciones para subnormales. Tal vez en aquellos años hubiese una mayor mortalidad para los niños deficientes mentales, y también una mayor tolerancia social para ellos, al ser la vida más simple y con menos exigencias. Otro diagnóstico muy frecuente era el de «manía», que entonces tenía un significado muy diferente al que ahora se le da en psiquiatría. «Desde muy antiguo el término de manía se venía utilizando como sinónimo de locura; el maníaco era el loco típico. Para Hipócrates ia manía era un estado de excitación anormal, y equivalía a desarreglo mental. Pinel la describía como una excitación nerviosa por lesión de las funciones del entendimiento con emociones alegres o tristes, extravagantes o furiosas. Pues bien, en el Departamento ma- Y• -*• j f ^~- V W j ' H t r ^ ^ ^ j ' -.^B ^^fcr^^^^^^ ^ *»^¿ '"- -" * ' ^^^^^^ drileño era frecuente el diagnóstico de «excitación maníaca», y se distinguían otras muchas formas de manía: manía aguda, de grandezas, epiléptica, puerperal, periódica, de persecuciones, etc. A veces aparece escrito el término de «manía de doble forma», creado por el francés Baillerger en 1851 («folie a double forme»), y que equivalía a lo que más tarde se habría de llamar psicosis-maníaco-depresiva, Otro diagnóstico era el de «monomanía» (erótica, ambiciosa, de celos, de grandezas, religiosa, suicida, etc.). Este término fue utilizado por vez primera por Esquirol, y significaba el predominio de una idea o de una serie de ideas que estaban en el centro de la atención del paciente y que era la fuente principal de su demencia. Otros términos utilizados son el delirio maníaco y el delirio febril, el cual estaría entre la confusión mental y el delirio propiamente dicho. El diagnóstico de delirio era cada vez más utilizado, a medida que pasaban los años, al tiempo que disminuía el diagnóstico de monomanía. La palabra delirio era utilizada a veces como sinónimo de enfermedad mental, y otras, como equivalente de confusión mental, ofuscación de la conciencia y estado sintomático a una enfermedad orgánica o somática, Esporádicamente se utilizaba el término de lipemanía, inventado por Esquirol, y que era sinónimo de lo que hoy llamaríamos depresión. No obstante, en los libros de registros de los últimos años reseñados aparecía, tambien, aunque eventualmente, el diagnóstico de depresión moral o mental. Incluso en alguna ocasión se utilizaba el término de melancolía. Otro diagnóstico que aparece muy frecuentemente en las historias clínicas, mucho más en la de hombres que en las de mujeres, es el de «parálisis general progresiva de los enaje25 XVI nados», sobre todo en el período de 1884 a 1892. Hacía poco tiempo que esta entidad clínica había sido descrita por vez primera por el francés Bayle. El mismo Jaime Vera, médico de este Departamento de Dementes, había publicado en 1880 un «Estudio clínico de la parálisis general progresiva de los enfermos enajenados», en el que trataba de dar un fundamento científico y organicista a la investígación de las enfermedades mentales. A partir del año 1883, se hacía muy a menudo el diagnóstico de histeria o de histerismo, casi exclusivamente en las mujeres. Nótese que fue en 1882 cuando Charcot expuso sus ideas sobre la histeria en la Academia de Ciencias de París. En las historias aparecen distintas formas de histeria: forma varia, puerperal, maníaca, lipemaníaca, con delirios, melancólica, extática, neurósica, con alucinaciones, etcétera. También se utilizaba, aunque con menor frecuencia, el término de histero-epilepsia, tanto en nombres como en mujeres, que parece que estaba diferenciado del concepto de epilepsia, diagnóstico efectuado tambien en algunos casos. Los problemas del alcoholismo parece que no eran muy frecuentes, o que motivaban pocos internamientos, y siempre en hombres. Figura también algún que otro caso de hidrofobia o rabia, enfermedad somática, pero que cursaba con síntomas de intensa excitación mental que obligaban a aislar y a encerrar (incluso en jaulas preparadas al efecto) al enfermo hasta su muerte. Hay también otros diagnósticos que no son BIBLIOGRAFÍA JACINTO CANDELAS: . L a aportación científica e ideología del Dr. Jaime Vera». Limiles. n.° 1 1973. JUAN JOSÉ CASTILLO: -Ciencia v Proletariado (escritos escogidos de Jaime Vera).. Editorial Edicusa. Madrid. 1973. ' J. M DE MIGUEL y D. OLTRA: «Enfoque sociológico de la sanidad mental en España. Tribuna Médica. 20-8-1971. ' MICHEL FOLCAULT: .Historia de la locura en la época clásica.. Editorial Fondo d e Cultura Económica, México 1967. s J. M. LÓPEZ PINERO: -Medicina, Historia y Sociedad.. Editorial Ariel, Barcelona, 1969. ° A. LÓPEZ "ANÓN: . L a Historia de un Servicio». Cuadernos madrileños de Psiquiatría, año I I . n.° 7. 1971. ' J. MARTÍNEZ y VALVERDE: .Guia del diagnóstico de las enfermedades mentales.. Editorial José Espasa. Barcelona, 1900. I JORDI NADAL: . L a población española-. Editorial Ariel, Barcelona, 1973. • C. ORTEGA MATILLA: - E s t u d i o de los enfermos ingresados en el servicio psiquiálrico del Hospital Provincial de Madrid desde el año 1897 a 1943.. Madrid, 1958. 10 BENITO PÉREZ CALDOS: -La Desheredada., Alianza Editorial, Madrid, 1967. II IVÉS PELLICIER: -Historia de la Psiquiatría». Editorial Paidós. Buenos Aires, 1973. 11 P. ROMERO DE SOLÍS: -La población española en los siglos xvni y xix.. Editorial Siglo xxi, Madrid, 1973. 11 JOAOLÍN SANTODOMINCO: -Análisis funcional de un centro psiquiátrico de agudos». Actas Luso-Españolas de Neurología y Psiquiatría, Vol. XL, D.s 3, año 1973. 14 J. B. ULLERSPERGER: -Historia de la Sicología y de la Psiquiatría en España.. Editorial Alhambra. Madrid, 1954. » L. VALENCIANO GAYA: -Las polémicas periodísticas del Dr. Lafora.. Archivo de Neurobiología, tomo XXXVI, n.° 4, año 1973. 11 GREGORY ZILLBCORC: «Historia de la psicología médica». Editorial Hachette, Buenos Aires, 1945. puramente psiquiátricos, sino más bien neurológicos: meningoencefalitis, reblandecimiento cerebral, periencefalitis, hemorragia cerebral, derrame cerebral, neuralgia facial, amnesia cerebral senil, atrofia muscular progresiva, etc. Había también casos somáticos puros, tales como escrofulismo, erisipela, tuberculosis pulmonar, pelagra, fiebres tifoideas, septicemia, senectud, etc. En los libros de registro estudiados no figuran los tratamientos a que eran sometidos estos enfermos, tal vez porque no había otros tratamientos que los puramente represivos, Los diagnósticos probablemente serían los únicos objetivos a lograr por los médicos de cara a estos enfermos. Bastantes años más tarde la situación asistencia debería seguir igual, e incluso peor que antes. En 1916 el profesor Lafora8 denunciaba la lamentable situación que se encontraban los enfermos internados en el Departamento de Dementes del Hospital Provincial de Madrid, que seguía en el mismo estado aproximadamente que cuando se había fundado dos siglos antes. Decía Lafora, que cuando se visitaba este Departamento casi nunca había un médico presente, y que los enfermos eran transferidos casi de inmediato al manicomio de Ciempozuelos, con el simple diagnóstico de enajenación mental. Por exponer y denunciar públicamente tan vergonzosa situación, Lafora, quien años más tarde habría de ser profesor del servicio, sería acusado por los funcionarios de la Diputación Provincial de «antipatriota». 1 1 26 i Este dato ha sido recogido por Luis Valenciano Gaya en su trabajo «Las polémicas periodísticas del Dr. Lafora., publicado en Archivos de Neurobiología tomo XXXVI n." 4 año 1973. La referencia es del libro .Disertación acerca de la rabia., del Dr. Rovi, publicado en el año 1786, con prólogo de D. Bartholomé Pinera y Siles, rflédico de número de los Reales Hospitales General y de la Pasión de la Corte. Citado por López Zanón en . L a Historia de un Servicio., publicado en Cuadernos madrileños de Psiquiatría, año II, n.° 7, 1971 » Artículo 3 del Real Decreto del 19 d e mayo de 1885 ' CONCEPCIÓN ARENAL en -La Beneficencia, la Filantropía y la Caridad., escrito en 1861. Texto antológico recogido por J. M. López Pinero en -Mediciña, historia y sociedad». > El Real Decreto de 1885 exigía para que - u n presunto alienado pueda ser admitido en observación será preciso que lo solicite el pariente más inmediato del enfermo, justificando la necesidad o conveniencia de la reclusión por medio de un certificado expedido por los doctores o licenciados en Medicina, visado por el Subdelegado de esta Facultad en el distrito e informado por el Alcalde», requiriendose además para ello que fueran casos de verdadera y notoria urgencia. Las solicitudes de ingreso debían presentarse a la Diputación Provincial, si el establecimiento de observación pertenecia a la provincia, o al Ayuntamiento si fuera municipal. * BENITO PÉREZ GALDÓS, -La Desheredada». En esta novela se dice literalmente: -Salieron Isidra y Augusto de la morada de la Sinrazón (el manicomió) y se alejaron silenciosos del tristísimo pueblo, en el cual casi todas las casas albergan dementes.. ' Véase -La Historia de un Servicio», de López Zanón. ' Luis VALENCIANO GAYA. - L a s polémicas periodísticas del Dr. Lafora». ¡ i j J Gjjp Q£) Oxp En cualquier infección del tracto urinario la Furantoína es el quimioterápico de elección Porque posee la máxima acción y el espectro más amplio frente a los gérmenes habitualmente presentes en las infecciones urinarias. Porque alcanza niveles urinarios rápidos y persistentes, impregnando los túbulos y espacios intersticiales de la médula renal. Porque no provoca resistencias y porque carece de toxicidad. Una Furantoína para cada indicación, edad y estado. Furantoína" Furantoína'sedante Furantoína* Fenicoi Tiene la máxima acción frente a los gérmenes habitualmente presentes en las infecciones urinarias. PRESENTACIÓN Comprimidos con 50 mg. de Nitrofurantoína. Frascos de 25 y 50. Ptas. 86,30 y 137,Suspensión, frasco de 80 c e . conteniendo 10 mg. de Nitrofurantoína por C.C. Ras. 55.40. Está especialmente indicada en el tratamiento de la cistitis. Especialmente indicada en las infecciones urinarias con participación renal: pielitis y pielonefritls y en aquellos casos en que se precise asociar al quimioterápico especifico, PRESENTACIÓN Frascos de 30 cápsulas. Ptas. 98,40. —^I !_} a J. URIACH C. S.A. [""Tj Bruch, 49 - Barcalona-9 \ » / PRESENTACIÓN ®e P r e 8 e n t a e n frascos de 25 y 50 cápsulas. Ptas. 93,40 y 167,50. 27 dermopatías^^^ K^&'^KÍ-' : •• *' i-, ^^ : BBPÍÍ""-'-'ÍSBÍ1-'"-'¡ J ^ ^ P B B B W ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ B B * - - - S .'&gm^r-,,-'. . J. URIACH S Cia., S. A. Barcelona FllitSnal DedíátríCO . , KWM »**» lOCIÓn _ . _,. Especialmente indicado en el tratamiento de cualquier dermatitis del bebé o del lactante, pudiéndose aplicar sobre zonas cutáneas extensas sin peligro de secundarismos debidos va se uída de u n a 9 agradable sensación refrescante. Ideal en el tratamiento de zonas pilosas (costra láctea, dermatitis del cue/.«hoiinHn «i<-1 '" c a b e l l u d 0 ' e l c ^ T__U:JI_ *• • • EL . K. nal, Eczema alimenticio y medicamentoso, Eczema del lactante. Dermatitis constitucional, Urticarias, Prurito anogenital. Fllltanal "lUiendl I amPiefl en pefliatria antlblÓtlCO Flutendl Piodermias en general, Dermatitis del pañal. Dermatitis microbiana glútea infantil, Pruritos anogenitales. a la absorción masiva de corticoide. El Flutenal pediátrico loción no irrita ni sensibiliza, es permeable a los exudados y secreciones y su aplica- Dermatitis atópica. Dermatitis del pa- PRESENTACIONES Y PRECIOS: Flutenal Flutenal loción Fuerte: Frasco de 30 c. c. P. V. P. 443,- Ptas. Crema: Tubo con 30 grs. P. V. P. 447,-Ptas. Psdlátrico: Frasco de 30 c. c. P.V.P. 241,- Ptas. .„..„ Pomada: Tubo con 30 grs. P. V. P. 462,60 Ptas. POSOLOGIA f U&ULUIJIA. 1 2 " aplicaciones diarias. CONTRAINDICACIONES: Lesiones de origen tuberculoso o sifilítico. EFECTOS SECUNDARIOS. Flutenal no produce acciones secundarlas gen e r a | M n¡ | o c a l B , i n c | u 8 0 . „ , r . t t m , , n l 0 1 " d . grandes zonas corporales durante largos penodos de tiempo. FlUtenal antibiótico Crema: Tubo con 30 grs. P. V. P. 459.70 Ptas. Pomada: Tubo con 30 grs P. V. P. 465,- Ptas. V II • INCOMPATIBILIDADES: Flutenal carece de Incompatibilidades. . „ . ,ur,,a,r,~ • • ! • • ^ P ^ . M ^ ^plfeH I I El corticoide dérmico f ^ W W W ^ I de acción "depof1 I ^^^l^H 28 ción .. WB ^^t^^r I i ^ m ^ ^ H I I FlupamesonaO.3% NOTAS HISTÓRICAS. SOBRE LOS CONGRESOS MÉDICOS NO Creo haya SldO estudiada la eVOlu- .. . , ' j . . - , ,„ , clon de la medicina española a través de a frecuencia e importancia de los " Congresos profesionales aquí celebrados Iniciados estos en el ult.mo tercio rácter anecdótico, que la primera comunicación debida a Faustino Barbera, expuso un hecho de Historia de la Medicina: «Un hematólogo valenciano del siglo xv». I. Barcelona, 1913. Presidente, Miguel A. Fargas Roca: «Valoración semiológica del examen de sangre». Complicaciones sépticas de los traumatismos». TT R ^ n . ¡ n n . , 1017 ProciHpnín Tuan " • Barcelona, V)\l. Presidente, Juan Frpívac v Frpívac- «Bpoímpnp* alimpn rreixas y rreixas. «Kegimenes anmenilrins» «Tratamiento del cáncer» «No- H8. J. G. T.: Como en todas las especialidades recientes, la historia de l a Angiologfa no posee una muy copioBiblioteca s a biblioerafía En nuestra 7? uiuimgimw. LU " " l M ; d EMUIIUIGI-ÍI disponemos de os siguientes traba os: r* • T.I r. 7n • CARREI A * «The Sureerv nf hlníid ves LARREL ^ *•• « i n e surgery_ot Dlooa ves HCIQS». « 11 Htíimit-niU Ot-1 CanCCI". «Í\O" CÍ>1C irtVtytc í/yinl- funcionalismo de las endocrinas». «Anestesias lo t a sadicionaIes al glándu,as Qc 13 pasaua centuria su etapa inicial ralp«» se distingue, aparte de la originalidad que significó, por su repercusión en la asimilación de los avances científicos extranjeros y su trascendencia para el ulterior desarrollo de nuestra Medi- g f T a r r a g o n a , 1 9 1 9 . presidente, José g M . R o c a y H eras: «Fitopatología del s i m p á t i c 0 a b d o m i n a , , . tratamiento de i , . ..„.;„,„,:»*, & ' " ^ I . Presidente, José Pas. cual y Prats: «Estasis intestinal crómteranéuticas vy aui rco. n . orientaciones orientaciones qui niroira». «FstaHn lerapeuiiLds artnal Hiacnrtstirn rurgicas». «csiauo ¿iludí, uittguusiii.u terapéutica de la parasífilis». y 1 prida 1921 Presidente losé Ta r r u e lla Albareda- «Litiasis b liar» «He ni"? aeits círtbra e » morra las « ««érales». ^ ^ ^ n ^ ^ ^ ^ ^ H Si bien estas reuniones prin. tenían , . en Ciplo un mero carácter local, pronto . . . ., . . . van adquiriendo consideración ínternacional que se afianza ya en la primera década del siglo XX. Entre las de esta categoría vienen a la memoria dos congresos celebrados en 1910 y en la misma ciudad: el I Español-Internacional de Tuberculosis, especialidad que entonces se estaba imponiendo de- finitivamente en España, y el V ínternacional de Electrología y Radiología Médicas, esta última introducida entre nosotros a las pocas semanas de la comunicación original de Roentgen por los doctores César Comas y Agustín Prió ambos del Hospital de Santa Cruz de Barcelona. ^ ^ ^ ^ ^ ^^/k ^ ^ ^ I^^^^B ^fl JH ^H ^k ^b ^K %M ^M ^fl ^ L ~\ ^m~-~-. W W ^ W <& f l míM P i K f l B^^^l ^^-^B H^ J J JF ^V IA * ^^^^^^^^^^^^^^^^^^^* Dr. D. Manuel Corachán Garda * ^ noviembre 1881, f 1 febrero 1942 Dr. D. Hermenegildo Puig y Sais Todavía dentro de las características de los Congresos generales, a partir de 1913 y por iniciativa de la Academia y Laboratorio de Ciencias Médicas de Cataluña comenzaron los llamados «Congresos de Médicos —posteriormente se añadirá "Biólogos"— de Lengua Catalana», que hasta 1936 recogerán y representarán, el progreso de la Medicina española durante el período de entreguerras. Sobre su importancia ni sobre el contenido de las nueve reuniónes celebradas, no voy a entrar en detalle pero sí, y como pie para un futuro trabajo, relacionaré las Ponencias discutidas én cada uno de ellos haciendo hincapié, sí se le quiere atribuir ca- VI. Barcelona, 1930. Presidente, Augusto Pi y Suñer: «Fisiopatología y semióticas renales». «Tratamiento de las peritonitis». «Mortalidad fetal e inlantil en Cataluña (causas y profilaxis) "- «Fisiopatología y exploración tuncional del hígado». VII. Palma de Mallorca, 1932. Presidente, Joaquín Trías Pujol: «Climatologia». «Hipertensión arterial». «Tisiologia». «Cirugía de la tuberculosis». VIII. Barcelona, 1934. Presidente, Hermenegildo Puig y Sais: «Estados de shock». «Aspectos epidemiológicos de las infecciones más frecuentes en los países de lengua catalana». IX. Perpiñán, 1936. Presidente, Juan Puig Sureda: «Reumatismo». «Hidatidosis». «Diagnóstico precoz de los tumores cerebrales*. El X Congreso debía reunirse en 1938 en Valencia bajo la presidencia de Manuel Corachán García. Pese a que en septiembre de 1937 los organizadores seguían creyendo en la conveniencia y posibilidad de su celebración, las extraordinarias circunstancias por las que atravesaba nuestro país no dejaron llevario a cabo, DANÓN finlí 1Qfl7 1 SI1 tí J ^>»' V v n me* •» -%rti t ^ T ^ f ^ ' Ru'do,ph Matas» S f j / í f ^927- 35« Í ^ R I N A J M • R tlpr^Z^, a"ad de sus piuioui ™i«s «uiuiuuu uc >u> 5&SS£*tf£. " i " ' 628-11 MART0RELL MARTORRI OT7FT F- Hittoria J¿ ,{ conocimiento "TZET, r. Historia e los de» la oum oclusión e lunonmraio lie on ude '"' troncos suvraaorticos Barcelona Real L Mediriná Í972 Soi PR y Tmll Ara[i Acad de Medicina, 1972. SOLER Y Juu*, • N"estra exPenenaa en cirugía del 5'mpdí.co e*a í g U en a s ^ e cc 0 «e5 de ¡as «írem^des '"J, "°™f"- Barcetona, M Aslmlsm ' '' ° f° n ""pesantes las comumcaciones; sobre dicho tema presentadas por e docJua '" ,U« í^ií^mrííri ? í c?n ™'e" ^"6 < ctr - MEDICINA R I A 4c 5 109 7 5 c o n s u l t a n 96 E HIST& ' " >, , . _ . . _ E_, .,l l a m a d o _, „ -, ,. • M •?•" ' ."Re8".Gad« n s l s , Maritim Nosocomn» es, sin du6 ea ' M • Unen ^ 8 ' C O H N I La persona"1¿ « Dr R^Lfo Maias y suTfluenct sob'e la r>- • ^ | ^H l^ñ ^ ^ ^ jH ^m i^| •& ^H ^V ^H ^Ks ^ 1 ^M 1H H^| ^m ^H H ^ ^^B ^^T ^ ^ ^ ^^^^ ^^^^^^^ CONSULTORIO ?V- de C ru ' S I "A" ™/ ? i-?f° ' 8 I a d e la A r m a d a ' d e Cadlz- U n excelente estudio sobre el mismo se debe a Diego FERRER: Historia del Rea! Colegio de Cirugía de Cádiz. Cádiz, Co l e i o Of d e 8 - Médicos, 1961. 120. A. J. H.: Podrá hallar datos de interés sobre la evolución histórica del tratamiento quirúrgico del cáncer de r e c t o e n e [ trabajo de B. P. COLCOCK: Surgical progress in the treatment of rectal cáncer. Surg., Gyn. and Obst., XXI, 1965: 997-1003, donde se hace una breve reseña del mismo. 121. S. V. A.: El doctor Carlos Nogués y Pedro!, nacido en Santa Coloma de Queralt, se graduó en la Facultad de Medicina de Cervera el 4-5-1775, doctorándose el siguiente día 13. Catedrático de esta Universidad, fue médico militar tomando parte en uno de los sitios de Gibraltar, como médico de los hospitales de campaña. Subdelegado de Medicina en Cataluña tras la extinción del Protomedicato, en 1805, fue Protomédico del Ejército durante la invasión francesa, falleciendo en 1817. J. DANÓN 29 Editada por J. URIACH & Cía., S. A. (Centro de Documentación de Historia de la Medicina — Decano Bahí, 59-67. Barcelona), y distribuida al cuerpo médico español IBIOHOfla La revista no el responsable de los conceptos vertidos en los artículos que M publiquen, siéndolo exclusivamente de sus autores. RELACIÓN DE OBRAS INGRESADAS EN NUESTRA BIBLIOTECA BERNAD, Claude: Introdúcete a l'estudi de la Medicina experimental. Barcelona, Ed. Arnau de Vilanova, 1936. CONGRES D'HIGIENE DE CATALUNYA. I: Llibre d'Actes. Temes Oficiáis. Barcelona, Academia d'Higiene de Catalunya, 1906. CONGRÉS INTERNATIONAL D'ÉLECTROLOCIE ET RADIOLOGIE MEDICALES. Barcelona, J. CORTEJARENA Y AIDEVÓ, Francisco de: Centenario del fallecimiento del Dr. D. José Severo López ÍI807-19O7). Biogra fia y otras noticias de su época. Madrid, M. Teiio, 1908. FERRER, Diego: Biografía de Pedro Virgili, fundador, restaurador de la Cimgia en España. Barcelona, Colegio Oficial de Médicos de la Provincia, 1963. FREIXAS I FREIXAS, Joan: Del meu irébatí en ¡'Hospital de la Sta Creu en UNIVERSITAT AUTÓNOMA DE BARCELONA: USANDIZAGA, Manuel: Juntas Literarias Facultal de Medicina. Organització. Rédel Real Colegio de Cirúgia de Barce gim d'estudis. Programa de Cursos per lona. Barcelona, Aldus, S. A., 1956. a l'any 1933-1934. Barcelona, Imp. MaHorca, 1933. • BinmaiJaimoKÍAn CnCUaUBrilHCIÜil ^ > ^ ^ _ i V 11*') / l v j r N | \ O«J III I í \ T ) fA 0T111 } 1V J I M / \ ^"^ » w * Con el número 50 ha terminado el segundo Volu- m e n d e «Medicina e H i s t o r i a » (2." é p o c a ) . P a r a po. . d e r e n c u a d e r n a r estos fascículos (26 al 50), tenemos i. . . . %. w'ji a disposición d e los señores Médicos, las correspon- Z^"'™Z^rÚ,sl9l dientes ta ¡•Hospital Comarcal de vkh. Barcelona. La Tipográfica J. Pous, 1932. GENERALITAT DE CATALUNYA: Annals de ¡'Hospital Comarcal de Vilafranca del Penedés. Barcelona, Impremía Omega, 1933. GENERALITAT DE CATALUNYA: Annals deis Hospitals Comarcáis. Barcelona, Gráfica Bachs. 1." volum, 1935. LÍPEZ PINERO, José M- y José M- Mo RALES MESEGUER: LOS comienzos de la Psicoterapia contemporánea: Publica320-333+4^58™ ^v"™'"' ^ L V ' I : a u d . tan pronto recibamos s udemanda, por carta Pas' g"ardas' índice - etc - <Jue enviaremos O Utilizando el a d j u n t o c u p ó n . a Jr™r"N|^^|K T * /VI l" I )l( l l \ I A t ¿ f *-rl{ »^IS^IL y V JJf^l I I L I ( l l \ I A \2) í lt>mj 1 V ^ ^ 1 \ 1 / V B i g h o m i - J. Uriach & Cía., S. A. - B r u c h , 4 9 PAULIS I PAGÉS, Joan: Ferrán. Barcelona, Llibreria Catalónia, 1930. Ruiz MORENO, Aníbal: Las afecciones Barcelona n™trír/^^"MtTm^t Sírvanse enviarme las tapas, guardas e índice del nativo del autor. Ruiz MORENO, Aníbal: Los opiáceos en la obra de Sydenham. Publicado en Archivos Argentinos de Historia de la Medicina. III, 1946: 9 p. Donativo del autor. Ruiz MORENO, Aníbal: La quina en la obra de Sydenham. Publicado en Archivos Argentinos de Historia de la Medicina. III, 1946: 5 p. Donativo del autor. 2.° V o l u m e n d e « M e d i c i n a e H i s t o r i a » , a l a s i g u i e n t e dirección I 30 Dr_ ' . "'," Domicilio Población _ " " " Provincia L _ _ _ ^ B l ^ H ^ a a más eficaz II If ] I C mrn^M l\^l\y l^yII 1%^ tolerado en las enfermedades reumáticas q™J porque reúne, asociadas p compensación clínica máximas conquistas jutazona. ~—. r II I ^á de 20 y 40 cap Cuando el síntoma es (^••"^""1 epigastralgia precoz ^f s • ¡ \ i i ^ ^ ^ p ^ á á r l r l : I II* w/>w"#?ft^^^ !?!/• & ^ M • S / HEPA I ID H ^ \ T ^ ^ ^ " | n C^§ I ' armon'zfl 1? estructura 1|M ^ I—( ^ ^ Y la dinámica de la I y I ^ ^ _ ^ y I f y_y _f_ encrucijada hepato-bilio-digestiva • A ^ ^^^^^^^B^^ ^ ^ ^^ft ^( ^V ^^L JB ^^1»^* J URIACH Se Cía. S A Barcelona Biohorm COMPOSICIÓN POR GRAGEA: 2 MPG(2 mercap topropionilglicina) IOO mg; Metoclopramida 1O mg; Ciclobutirol IOO mfí; Procaína IOO mg POSOLOGIA: 1 gragea 3 veces al dia, 1/2 hora antes de las comidas. En caso necesario, 2 grageas 3 veces al día. PRESENTACIÓN: Frascos de 4O grageas. Pía. 297.8O