semana vocacional - Hijas de la Caridad

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SEMANA VOCACIONAL
Servir a Cristo en el pobre,
y al pobre en Cristo
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SUMARIO:
EDITORIAL
3
CARTA ABIERTA
4
ARTÍCULO FORMACION
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LEMA Y CARTEL
10
SOR ISABEL BUGÉS
C / Mon. Narcis Prat, 1 - 08740
Sant Andreu de la Barca - BARCELONA
[email protected]
Tel. 936 530 102 - 679 078 398
INFANTIL 3-5
11

INFANTIL 6-8
14

INFANTIL 9-12
16

ADOLESCENTES
19

JOVENES
25

ADULTOS
28
LUNES
32

MARTES
33

MIERCOLES
34

JUEVES
35

VIERNES
36

SABADO
37
SOR CARMEN NAVARRO
C / El Pino, 3 - 35400 - Arucas
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
[email protected] / Tel. 928 601 036
SOR RAFI MIRANDA
Pza. Sto. Domingo, 1 - 23004 - JAEN
[email protected]
Tel. 953 237 220 - 646 634 638
SOR M. TERESA GARCIA
Seminario Interprovincial HC
C / Pintor Moreno Carbonero, 17 - 28028
MADRID
[email protected]
Tel. 917 256 087 - 627 463 562
SOR Mª CARMEN RUBIO
Residencia La Milagrosa
Av / Joaquin Piqueras, 2 - 02650
Montealegre del Castillo - ALBACETE
[email protected]
Tel. 967 336 161 - 608 076 095
ORACIONES PARA LA SEMANA:

SOR MAITE MARTINEZ
Villa Mª Milagrosa
Pº / Aiete, 26 - 20009 - SAN SEBASTIAN
[email protected]
Tel. 943 211 400 - 618 330 912
SOR CARMEN GÓMEZ
Residencia Marillac
C/ Panaderos, 20 – 24007 LEÓN
[email protected]
Tel. 987 261 165 - 635 825 084
TALLERES VOCACIONALES:

SOR JOAQUINA PAU
C / San Clemente, 1 - 46015 - VALENCIA
[email protected] - [email protected]
Tel. 963 494 436 - 649 859 074
SOR ESTHER LOPEZ
Colegio Medalla Milagrosa
Pº / Sto. Tomás, 35-37 - 05003 - AVILA
[email protected] - [email protected]
Tel. 920 221 712 - 626 400 308
VIGILIA DE ORACION
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EUCARISTIA DE STA. LUISA
43
CONVIVENCIA VOCACIONAL
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TESTIMONIOS:

UNA DECISION
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
POSTULANTE HC

FORMACION INICIAL
P. JAVIER LÓPEZ
C / Beliz Alde, 8 - 20009 - SAN SEBASTIAN
[email protected]
Tel. 943 462 517 - 639 674 203
52
53

YO ABRO LA PUERTA
55

ESTOY A LA PUERTA..
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DELEGADOS DE PASTORAL
59
P. ANTONIO RUIZ
Avda. PP. Paúles, 14, Apdo. 9 - 37900
Sta. Marta de Tormes - SALAMANCA
[email protected] / Tel. 923 201 165 - 696 898
503
P. JAVIER A. SERRA
Pza. de Monteolivete, 6, 1º - 46006 - VALENCIA P. SERGIO ASENJO QUIRÓS
C/ Libertador José Gervasio A., 2 – 14013 [email protected]
DOBA
Tel. 963 746 542 - 656 578 068
[email protected]
2
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Entonces resuenan en mi las palabras de Juan Pablo II “Abrid de par en par las puertas a Cristo”. No hace falta ganarse su confianza, ni tan siquiera mostrarse agradable. No hace falta tener un conocimiento específico o haber logrado una meta. Simplemente hay que dejarle entrar. Hay que tener fe. Él me está esperando,
noche y día. Ni tan siquiera me obliga a que le abra. Con paciencia y cariño me espera. No se enfada cuando
entro y salgo sin mirarle. Con alegría me espera.
No dejemos que el tiempo pase sin hacer nada. Ojalá que no lamentemos haberle cerrado la puerta. Es
fácil. Sólo hay que abrir la puerta, sentarnos juntos, y seguirle, caminando de la mano, donde nos quiera llevar.
Es la única receta segura para una vida plena y feliz.
Patricia de la Vega
IAL
EDITOR
ÉL: EL CREADOR Y EL PADRE;
LLAMA A MI PUERTA Y YO LE ABRO
EL LIBRO, cuenta que Él, un día se paró, pensó más que otras veces y dijo: mi hermosa obra, la
creación, me está quedando muy bien, pero creo que no está completa. Y aquel día, según nos narra El Libro, ocurrió esto: “Y creó Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios le creó; hombre y mujer los
creó. Y les bendijo” (Gen. 1, 27-28a) Bendecir es igual que decir: esto me ha quedado perfecto, esto es lo que
yo quería hacer y me salió bien de verdad. A continuación les dice: y como sois creativos como Yo, os pongo
estos deberes: que me ayudéis a completar esta obra magnífica. Con Adán y Eva, hace uso de este verbo: someted la tierra. Cuando el CREADOR y PADRE, utiliza este verbo, nos está diciendo que hagamos un mundo más solidario, más bueno, más feliz, donde todos tengamos nuestro sitio y una misión que realizar. Nunca
nos está diciendo que esclavicemos, que abusemos. Un mundo donde los más pobres y los más débiles sean
los primeros. Y quiere que colaboremos en ese trabajo solidario con ÉL.
Para que no creamos que esa llamada sólo se la hizo a Adán y a Eva, traigo a vuestra memoria éstos personajes a quienes Dios, confió la misma misión.
Samuel, mientras dormía, en sueños, sintió una voz que decía: “¡Samuel, Samuel! Respondió Samuel: “Habla que tu siervo escucha” (1S. 3, 10b). Esa voz que le despertaba en el misterio de la noche, era
la voz de Él. Y ÉL, le pidió que fuera su profeta para el pueblo. Samuel aceptó el encargo que le hacía. Samuel fue un profeta fiel, al que el pueblo quería y seguía.
Jeremías, nos narra en su autobiografía, que Aquel, que pidió a Adán y Eva su colaboración,
también a él se la demandó; cuando era muy joven, un muchacho se autodefine, le nombra profeta de las naciones. Jeremías se disculpa arguyendo que es muy joven y no sabe expresarse. Ante la insistencia de quien se
lo pedía, accede. Es uno de los llamados Profetas Mayores.
Hace ahora, 2013 años, aparece un enviado de Dios, mejor, el ENVIADO. Este enviado con
mayúscula, repetía hasta la saciedad: yo solo hago lo que me manda mi Padre, porque he venido a cumplir
con su voluntad. El PADRE le pidió que lo diera todo, hasta la vida; y así fue. Y como, lo había dado todo,
su Padre, le recompensó con la vida que no tiene fin.
Termino con esta lista de personajes. En el siglo XVII, en Francia, un hombre y una mujer, a quienes llamamos San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac, respondieron a la llamada de ÉL, evangelizando y sirviendo a los más abandonados, a los más pobres, a los que nadie prestaba las atenciones imprescindibles.
Hoy, ÉL, se dirige a nosotros: a ti y a mí, y nos pide que continuemos el trabajo que inició, al
principio, cuyos primeros colaboradores fueron Adán y Eva.
En 2013, la Iglesia y quienes la formamos estamos ocupados y empeñados en decir que la FE, es
el camino a recorrer por todos los seres humanos. También para quienes en este tiempo manifiestan tanta indiferencia, incluso rechazo a Dios, iniciador de esta historia de amor; y a su Hijo, Jesucristo. Se nos recuerda
que abramos la “la puerta de la fe” a nuestros contemporáneos, como don que Dios hace a todo ser humano, y
que desde su libertad acepta y se compromete con ella. El don de la FE, es un tesoro precioso, que nos produce tanto gozo, tanta dicha, que como no nos cabe dentro del corazón, de la mente, del alma, tenemos que
comunicarlo con todas nuestras fuerzas; algo que brota desde todos los poros de nuestro ser. Y que ese perfume lo derramemos, lo manifestemos para que también los demás puedan disfrutar de él.
También en esta cultura, que, a veces, denominamos de la increencia; materialista, que solo aspira
a gozar de todos los placeres. Cultura del egoísmo, que no deja ni un resquicio al compartir. En este caldo de
cultivo, hay personas hambrientas de FE. Pero para que todos puedan llegar a conocer a ese Dios, que es
amor y a Jesucristo, tiene que haber, quien les comunique ese tesoro, ese don, que Dios regala a todos. Anun-
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inquietos buscadores de Dios, de los sedientos de transcendencia, de esta hora.
Que el Año de la FE en el que nos encontramos, nos conduzca a una renovada conversión a Dios,
que nos convierta en testigos convincentes, que con nuestra vida abramos las puertas de la FE a quienes están
en busca de la verdad, o sea, de Dios.
La FE auténtica, nos recuerda el Apóstol Santiago en su Carta, tiene estas consecuencias: “¿De
qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que la fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos de alimento diario, y que uno de vosotros le dice: “Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago,” y no les dais lo necesario para el cuerpo;
¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta.” (St 2, 14-17).
El Misionero Paúl, la Hija de la Caridad son un hombre y una mujer que un día interiorizaron:
“Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré
con él y él conmigo.” (Ap 3, 20)
Al nacer, Dios nos entrega un proyecto. Y junto con el proyecto, un grueso cuaderno de hojas en
blanco, de hojas sin escribir. Es la hora de hacer uso del cuaderno en blanco y llenarlo de palabras con sentido.
ERTA
I
B
A
A
T
CAR
“ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO”
“Mira, estoy de pie a la puerta y llamo.
Si alguien escucha mi voz y abre la puerta,
entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Apoc 3, 20)
Nuestra ya veterana Semana Vocacional tiene este año por slogan: “Estoy a la puerta y llamo”. La celebramos en el contexto del año de gracia, que con la Iglesia universal estamos viviendo: el Año de la Fe. Todos
sabemos que este acontecimiento fue convocado por Benedicto XVI con la Carta apostólica Porta Fidei. La
coincidencia de la palabra ‘puerta’ me ha hecho reflexionar sobre la relación entre la fe y la vocación.
Dice Benedicto XVI que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una
gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo
horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (DCE 1).
La fe cristiana no es, por tanto, inicialmente otra cosa que una relación, un encuentro
entre Dios y el ser humano, el único capaz de acoger la amistad que Dios le ofrece.
El Hno. Roger, prior de Taizé, escribió: “En lo más profundo de la condición humana
descansa la espera de una presencia, el silencioso deseo de una comunión. Nunca lo olvidemos, ese simple deseo de Dios es ya el comienzo de la fe… Además, nadie llega a comprenderlo todo acerca del Evangelio por sí
solo. Cada uno puede decirse: en esta comunión única que es la Iglesia, lo que no comprendo de la fe, otros lo
comprenden y viven de ello”.
Este encuentro, esta inicial relación, esta vivencia de la fe es la puerta de acceso a la Vida que Dios regala al hombre (varón y mujer) constituyéndolo su hijo por el Espíritu del Hijo, y regalándole tantos hermanos
como la humanidad entera. Sólo cuando el ser humano abre esa puerta es consciente de haberlo hecho por la
llamada y elección gratuita de Dios, que al mismo tiempo nos hace testigos y mediadores de esa vocación.
Que esto sea posible, siendo iniciativa divina, está en nuestras manos, porque la puerta de la fe no tiene
cerradura por fuera, sólo se abre desde dentro. Si no abrimos, Dios no puede entrar. Él no deja de llamar
porque ama, porque sólo sabe amar, pero es preciso escuchar sus ‘toques’ en nuestro corazón para dejarle entrar y acoger su amistad, significada en ese “cenaré con él y él conmigo”, del Apocalipsis.
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ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO
La plaza estaba abarrotada y, sin embargo, había un profundo silencio,
una emoción contenida que impregnaba el ambiente de la plaza de san Pedro,
en Roma. Era un 22 de octubre de 1978. El beato Papa Juan Pablo II gritaba al
mundo en el inicio de su pontificado: “Aprite, anzi, spalancate le porte a Cristo!” (“Abrid, es más, abrid de par en par las puertas a Cristo”). Lo repitió en
multitud de ocasiones, sobre todo a los jóvenes, llegando a convertirse en una
especie de slogan personal. El papa polaco decía que “sólo Cristo conoce lo que
hay dentro del hombre”. Por eso pedía a los jóvenes “dejad que Cristo os hable”.
Estamos convencidos de que el ser humano es “sociable por naturaleza”.
Necesitamos a los demás para ser felices. Cuando tenemos un problema, una
preocupación, una alegría, incluso un “cotilleo” siempre buscamos a alguien
para contárselo. Unas veces será el compañero de trabajo, otras nuestra madre o
hermano. En otra ocasión será nuestro padre, y muchas veces un amigo.
Quizá un sacerdote o nuestros abuelos. En esos momentos no sólo contamos algo, sino que expresamos quienes somos. Y al aportar un trocito de nosotros mismos, la comunicación es más profunda, más sincera, más
real.
Antes de descubrirnos, de aceptar nuestra vulnerabilidad, necesitamos que la otra persona nos conozca,
nos entienda y acoja como somos, sin prejuicios, para que su respuesta nazca desde el corazón. Si no, la conversación no tiene sentido.
¡Cuantas veces he buscado y deseado una conversación profunda, sincera, donde pudiera ser yo misma y
me sintiera comprendida! Tantas veces buscando, y ¡no necesitaba llamar a nadie! Ni tan siquiera mandar un
WhatsApp. Jesús está a mi puerta, esperando que le abra.
Este año tuve la oportunidad de visitar, junto a unos amigos, a una familia con serios problemas económicos. Cuando llegamos a la vivienda, los siete niños nos esperaban en la puerta. Nos sentamos con la madre
y los niños en una pequeña salita. Poco tiempo después de llegar, una de las niñas nos dio una pulsera que había hecho para agradecernos la visita. Yo me sentí ridícula y pequeña ante la bondad y sencillez de su gesto.
Y allí, en medio de aquella escena algo desoladora, Cristo se puso en medio de nosotros a través del gesto de aquella niña. Él me gritaba desde los ojos de la pequeña: ¿no me vas a abrir la puerta? ¿Estás segura de
que quieres marcharte y olvidar lo vivido esta tarde? ¿Permitirás que esta familia continúe sola?
En momentos como los vividos aquella tarde me doy cuenta de que es imposible cerrarle las puertas a
Cristo. Al hacerlo, pierdo la oportunidad de saborear ese amor real, la posibilidad de conocerme a mi misma a
través de sus ojos y la oportunidad de salir al encuentro de los demás. Yo necesito de los otros, y llamo a sus
puertas, de la misma forma que llaman a la mía. Pero es imposible abrir la de los demás si no dejo que Cristo
entre primero.
Cristo me conoce, porque Él me soñó primero. Él siente, llora y vibra conmigo. Entonces …
¿a quién iré para conocer lo que me hace feliz? ¿A quién buscaré cuando no sé seguir?
¿A quién preguntaré cuando no vea nada claro?
¿De quién me fiaré para construir mi futuro, para entregar mi vida?
A veces tenemos claro que sólo Él puede responder a esas preguntas, e incluso buscamos en Él la respuesta. Queremos realmente vivir una vida cristiana comprometida. Pero quizá no respondemos con sinceridad. No queremos abrirnos a esa propuesta de Jesús “Ven y sígueme” para hacer de este mundo un lugar más
habitable, donde todos quepan, donde no haya más excluidos. Donde todos puedan contar con alguien a su lado cuando necesiten hablar, llorar o reír. A veces me pregunto por qué es tan difícil responder. Por qué hay en
mi tanto egoísmo, tanta desconfianza.
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¿Por qué hablar del pasaje de Moisés para compartir lo que habita mi corazón en este momento vital?
Porque yo caminaba por la vida como Moisés, tranquila en mis quehaceres que tras un tiempo llegué a dominar más o menos. (Prestaba servicio en una residencia de estudiantes,
visitaba a personas privadas de libertad, colaboraba en pastoral parroquial y hacía todo aquello que la comunidad consideraba necesario para el bien de las personas vulnerables que solicitaban ayuda desde mudanzas a acompañamiento en gestiones pasando por todo tipo de arreglos en bricolaje.) Y he aquí que una realidad que no se consume, como ocurría con la zarza que encontró Moisés, sino que cada vez es más
viva y chispeante se presentó ante mí: las personas en situación de vulnerabilidad o exclusión en Madrid.
Y Dios me advirtió “Maricarmen, quítate las sandalias de tu seguridad, de tu fortaleza, de tu rutina, de tu
protagonismo, de tus afectos y entra en esta tierra sagrada. Y ciertamente he tenido que descalzarme para entrar en la tierra sagrada que representa el Programa Integral Vicente de Paul. Y cada día revivo este pasaje bíblico. Dios me dirige la palabra y me dice que escucha el clamor de Grzegorz, Vladimir, Fernando, Edison,
Issiaka, Mutaro,… y me envía a mí en este momento histórico porque quiere liberarlos de los poderes que los
oprimen: Alcohol, enfermedad mental, soledad, desmotivación, lejanía de la familia, falta de trabajo o simplemente el hambre.
Gracias a Dios, no me envía sola, cuento con mi Comunidad.
Por su bondad, sigue llamando y otras mujeres valientes se unen a mi aventura.
Quiera Dios que encuentres la zarza que Dios mantiene ardiendo para ti…
Dios siempre está a la puerta y llama y si le escuchamos y abrimos, tendremos la dicha de cenar con Él,
en ellos.
Desde esa radical “escucha” y “apertura” en la fe, puede entenderse la concreción de la llamada en mi
propia historia personal de salvación. Aunque tantas veces, en vidas que se presentan como de ‘gracia especial’, es tal la luminosidad del Encuentro que se convierte en Vocación, inmediatamente concienciada y consentida.
Pero lo normal es que, en el camino de la fe por el que transitamos paso a paso, entre luces y sombras,
tentación y confianza…, sintamos golpear la puerta de nuestro corazón, una y otra vez, con resistencias a menudo tan continuas que hacen verdad lo que Lope de Vega expresaba:
¡Cuántas veces el ángel me decía:
Alma, asómate agora a la ventana,
Pero también en el peregrinar de la fe encontramos testigos, iconos de la vocación. La Sagrada Escritura está salpicada de ellos; baste recordar a Abrahán, Moisés, Jeremías, Pedro, Pablo, Zaqueo, Bartimeo,
María de Magdala… y, sobre todo, María de Nazaret.
En la vida de la Iglesia resplandecen con humildad los testimonios de Luisa de Marillac y Vicente de
Paúl, que superaron toda resistencia y por su radical escucha y apertura a Dios descubrieron que su vocación
era estar continuamente amando, de forma especialísima a los hijos preferidos del Padre con los que el Hijo
quiso identificarse: los pobres. Así su fe actuó en la caridad (cf. Gál 5,6) y alumbraron formas nuevas de seguimiento a Cristo en su Iglesia: la Compañía de las Hijas de la Caridad y la Congregación de la Misión.
La fe es la puerta de la Vida y la vocación vicenciana es llamada a comunicar y hacer presente para
los pobres la Vida recibida.
Sí, yo soy de las que abren la puerta y gozo ya de su
presencia en el hermano que comparte nuestra mesa. Saboreo el banquete del Reino en cada Eucaristía y vivo con la
certeza que resume esta frase de San Vicente:
.
“Queridas hijas, estáis destinadas a representar la
bondad de Dios ante los vulnerables y excluidos…
Tenéis que tratarlos como os enseña esa misma
bondad, esto es, con dulzura, compasión y amor, pues
ellos son vuestros señores” Ceme 1759
Mi más ardiente deseo y mi alegría es servir a Cristo en los hermanos empobrecidos, compartiendo la
vida con otras sencillas mujeres para hacer más grande cada día la mesa del banquete y que cada vez más personas compartan la cena con Dios.
Quiero terminar con el fragmento de una oración de Santa Luisa que elevo a Dios cada amanecer y cada
vez que flaqueo. Orad conmigo:
“Te Adoro Trinidad Santísima, un solo Dios en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu
Santo. Y te doy gracias por todos los dones que he recibido de tu bondad. Te entrego mi
corazón y todo cuanto poseo para vivir por siempre tu santa voluntad. Amén
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20090510/pueblo-dios--casa-los-pobres/502017.shtml
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ACION
E FORM
ÍCULO D
ART
INDIFERENCIA RELIGIOSA, FE CRISTIANA Y EVANGELIZACIÓN
«El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o si escucha
a los maestros es porque son testigos» (Evangelii Nuntiandi, n. 41)
En la reflexión que sigue, partiremos de la crisis que experimenta actualmente el denominado
«Cristianismo occidental», aportando tres elementos importantes que caracterizan esta crisis y cinco tareas urgentes a realizar. La credibilidad de la Iglesia, una credibilidad determinada por la categoría del testimonio de
vida, constituye una verdadera propuesta ante la indiferencia. A continuación consideraremos que el mencionado testimonio está en función de la identidad o vida cristiana, es decir, de la responsabilidad en la fe que implica el mismo, sobre todo de su elemento central, que es Jesús de Nazaret. Concluiremos refiriéndonos a la
praxis del seguimiento de Jesucristo como el criterio más convincente para la necesaria actualización de lo que
el Cristianismo propiamente es y supone para todos sus seguidores.
Existen, al menos, tres importantes elementos que debemos tener en cuenta: actualmente nos encontramos en una situación cada más compleja, en la que lo religioso se atomiza, reduciéndose a un sector cada vez
más restringido y, en ella, la fe religiosa es cada vez menos definida.
En primer lugar, una situación cada vez más compleja. No estamos ya en aquella sociedad en la que
prácticamente todos estaban bautizados, la mayoría eran cristianos practicantes y, casi todos, se sometían con
docilidad al Magisterio de la Iglesia. Podemos encontrarnos con «creyentes piadosos» y con gente desinteresada totalmente de lo religioso, con ateos convencidos y con personas escépticas de actitud agnóstica, con adeptos a nuevas religiones, con personas que desean creer y no aciertan a descubrir su camino, con individuos sincretistas que viven una «religión a la carta».
En segundo lugar, lo religioso está confinado en un sector cada vez más restringido. La experiencia religiosa se va relegando al interior de las Iglesias. El sector practicante, con frecuencia, es minoritario, constituido por personas de edad avanzada, que transmiten una imagen de una religión que se agota en sí misma y que no pertenece a nuestro
tiempo, sino más bien al pasado. Hace tiempo que la religión ha ido perdiendo influjo en
el campo político, social, cultural o artístico. Lo que ahora observamos es que ocupa un
lugar menor en la vida cotidiana de las personas.
En tercer lugar, se observa también que la fe religiosa es cada vez menos definida. La adhesión actual a
una religión es menos firme y más abierta a posibles combinaciones. La gente se siente menos obligada a dar
cuenta de sus actitudes religiosas. Se puede «creer sin pertenecer» institucionalmente a una Iglesia. Se acepta
menos la imposición de unas creencias, normas éticas o prácticas cultuales por parte de una institución. Todo
resulta una especie de diseminación de lo religioso.
¿Por qué no considerar este momento como un nuevo signo de los tiempos, que renueve nuestro compromiso cristiano? ¿Por qué no verlo, a la luz de la fe, como una etapa más de nuestra Historia de la salvación?
En la línea de lo que afirmamos sobre este desafío, debemos recalcar que es eminentemente práctico,
como reto que es. Por eso tiene sus consecuencias y se convierte en tarea. Y es que la fe, siendo don de Dios,
requiere siempre unas disposiciones humanas. La indiferencia hacia la religión nos coloca en esta tesitura: dar
una respuesta.
Es necesaria una correcta pedagogía de la fe, que equilibre adecuadamente la inteligencia y el sentimiento. Es decir, el momento doctrinal, en el itinerario de la fe o iniciación cristiana, tiene su lugar, pero no es todo.
6
Yo soy de las que abren la puerta
Vitalijus, Antonio Manuel, Gema, Zbigniew, Tengiz, Manuel,
Krysztof, Julián, Puchalski, Sonia, […] la lista de nombres es interminable sin embargo podríamos identificarlos con uno solo: Jesucristo.
Cada día escucho la voz de Dios en sus voces. Voces rotas por el
alcohol, voces temblorosas por la vergüenza, voces firmes en la esperanza. Son personas que no han tenido que llamar a la puerta del Programa Integral Vicente de Paul para entrar porque está abierta pero sus
voces sí tienen que hacerse oír llamando a otras muchas puertas difíciles de franquear. La puerta de las oportunidades que no llegan; la puerta
de un rostro amable que en ocasiones se ensombrece por la prisa y el
miedo a quién tiene ante él; la puerta de una mente profesional que valora, calcula, informa y, tratar de orientar; la puerta de unas manos que
le sirven un plato de comida.
Y aún más difícil resulta llamar a los corazones de aquellos que
niegan oportunidades, o de los que pierden su rostro amable, también
a lo de aquellos que disocian mente y corazón y cómo no, de los que
protegen sus manos y su alma con guantes de látex.
Estas voces se alzan en una sola voz y a pesar de todo dicen “gracias”.
Gracias a las manos temerosas porque les ofrecen alimento.
Gracias a las mentes profesionales porque como la luz al final del túnel muestran la salida.
Gracias a los rostros serios porque se baten a diario entre el reloj y la acogida serena.
Gracias a las oportunidades porque surgen, aunque sólo Dios sabe cómo.
Esta voz agradecida es la voz de Dios. A algunos les parecerá sutil cual brisa suave en la montaña como
para Elías, a otros les resultará demasiado franca y sin medias tintas tal como les sucedió a Adán y Eva en el
jardín de la vida. Para mí es una voz poderosa que me dice “No temas porque yo estoy contigo, no te inquietes, porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.” Isaías 41, 10.
Y es una voz sorprendente que me atrae como a Moisés desde la zarza ardiendo (Éxodo 3) para después llamarme, como a él, por mi nombre “Maricarmen, Maricarmen”; advertirme de su presencia “Quítate las sandalias porque la tierra que pisas es sagrada”; recordarme quién es él para mí “Yo soy el Dios de tu padre, el Dios
de Abraham, de Isaac, de Jacob”. Y ante estas palabras ¿Qué hago? ¿Qué harías tú? ¿Haremos como Moisés
que “se cubrió el rostro porque tenía miedo de ver a Dios”?
No, si es un miedo que distancia. Sí, cuando se trata de reconocer la grandeza, la bondad, la misericordia
infinita de nuestro Padre. ¡Confiemos!, pues Dios cuenta con nuestra fragilidad y continúa su diálogo haciéndonos saber que ha visto el sufrimiento de Vitalijus, Gema, Manuel y ¡tantos otros! Y que por ellos ha bajado.
Para librarlos del poder dominante. Y “op!” Nuevamente nos sorprende porque habla como quien
conoce bien el potencial, las cualidades y el corazón de su interlocutor y nos dice: “Yo te envío al
Faraón”.
Ante las dudas y excusas que lanzamos al
rostro de Dios “¿Quién soy yo para ir a Faraón?”
Él nos frena en seco con una palabra que fortalece:
“Yo estaré contigo”. En este momento de mi vida,
cada vez que me asedia la duda, el miedo o la indecisión busco en mi corazón las palabras que el
Señor ha impreso en él desde el inicio de mi entrega como Hija de la Caridad: “Yo estaré contigo”.
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Es un camino que disfruto día a día, con sus problemas y adversidades pero con la alegría de que soy feliz con lo que hago y seguro
del amor de Dios, feliz también porque mi familia es feliz y me apoya
en todo momento, ellos y muchas personas que me quieren de verdad.
Este año, como complemento de formación y conocimiento del
trabajo de la Congregación, hemos ido de «Misión ad gentes», a Honduras, cuatro compañeros del Seminario. Hemos estado casi dos meses
en tierras de misión (yo en concreto en la Parroquia San Vicente de
Paúl de San Pedro Sula). Una experiencia impresionante, dura y a la
vez llena de no pocas adversidades y satisfacciones.
Lo mejor: las personas que nos acogen con todo su cariño, y a
pesar de las dificultades del día a día, transmiten un saber y una Fe increíbles, ha sido una experiencia enriquecedora por completo. Un lugar
donde te das cuenta de que nunca se está lo suficientemente preparado
para abordar situaciones que creemos a veces superadas. Por eso la
formación es indispensable para este fin.
Pero es ésta, la Misión, que, a pesar de las dificultades, me impulsa a seguir adelante y a hacerlo en la CM. La Misión, como destino
para un futuro en el que quiero estar presente y en el cual me encuentro más a gusto, sin olvidar ni un momento mis raíces y de donde vengo, porque lo creo necesario para un buen camino de discernimiento y
proceso de formación como es éste.
Para despedirme me gustaría hacerlo con el primer párrafo que
leí de San Vicente de Paúl y el cual me llegó bastante al corazón:
«Si es cierto que hemos sido llamados a llevar a nuestro
alrededor y por todo el mundo el amor de Dios, si hemos de
inflamar con él a todas las naciones, si tenemos la vocación
de ir a encender este fuego divino por toda la tierra, si esto es
así, ¡cuánto he de arder yo mismo con este fuego divino!».
Para mí, palabras llenas de sabiduría y comprometedoras que nos
cuestionan y nos llevan, como el lema de este año, a «La Puerta de la
Fe».
Francisco Javier López Monrobé
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También hay que tener en cuenta la razonabilidad de las creencias, que brota de un sentido reflexivo y
crítico de la fe. Desde que S. Anselmo afirmara que, partiendo de la idea de Dios, es posible probar su existencia, y Sto. Tomás, para demostrarla, propusiera sus famosas cinco vías, la teodicea y la apologética clásica,
como introducción a la Teología, han defendido la posibilidad de afirmar la existencia de Dios sobre la base de
argumentos de razón.
Urge recuperar una genuina experiencia de Dios, en el sentido «místico-político»: sólo una vuelta a la
experiencia de Dios en su doble dimensión de experiencia «mística» (búsqueda de trascendencia con un nombre concreto: el Dios de Jesús) y de «compromiso político» (verificar en la práctica social los resultados de la
mencionada búsqueda, con la aportación del propio compromiso de vida) para la construcción de un mundo
más justo y más humano puede iluminar sobre el riesgo (de indecisión) a la hora de profesar una indiferencia.
En último lugar, para los «ojos de la fe, Dios se manifiesta gratuitamente, hasta dar la vida por nosotros,
muriendo en la Cruz. ¿Puede haber un hecho más cualificado para reconocer en un Dios encarnado (el Dios
cristiano), lo cual contrasta abiertamente con la posición indiferente? Seguramente, no. Dios mismo nos regala
su persona, su historia, su vida, para que tengamos la nuestra en abundancia (cf. Jn 10, 10).
Que el mundo se cierre al Evangelio no justifica que nosotros nos cerremos al mundo. Él es el destinatario de la Buena Noticia. En lugar de lamentarnos, oigamos lo que «el Dios de la vida» nos está diciendo a través de esta «experiencia de muerte», y miremos en nuestro interior para ver si conservamos el espíritu del
Evangelio.
Es cierto que el desaliento nos acecha porque somos barro y la debilidad pertenece a nuestra naturaleza.
Pero, para ser fuertes y perseverar, no miremos el tiempo pasado. Contemplemos a Cristo y recordemos sus
palabras: «Quien quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y sígame» (Mc 8, 34), convencidos, como el apóstol Pablo, de que «si ahora padecemos con él, seremos también con él glorificados» (Rm 8,
17). Sólo así viviremos la adversidad con fortaleza y alegría, sin que nadie ni nada frene nuestro empuje.
A partir de comienzos del siglo pasado la categoría «testimonio» ha cobrado cada
vez más importancia. La valoración del «Jesús histórico», la consideración de la experiencia cristiana dentro de los parámetros de la Historia y la irrupción de la Hermenéutica como ciencia y perspectiva de la interpretación, entre otros datos, han ayudado mucho en este sentido. Pero es, sobre todo, según nuestro parecer, con el Concilio Vaticano II cuando este concepto adquiere su verdadera «carta de ciudadanía», identificándose en la «universal llamada a la santidad» (LG, capítulo 5º). Hallamos un ejemplo
clave en el Decreto conciliar Ad Gentes, sobre la actividad misionera de la Iglesia, en
su número 11.
En este número aparece muy marcado el acento cristológico del testimonio, recibido éste por los Apóstoles y prolongado por la Iglesia. Según nuestra particular visión, saltan a la vista tres ideas esenciales: el valor
esencialmente teológico del testimonio, su importancia para la misión eclesial y la reciprocidad que existe entre el testimonio y la fe, considerada ésta desde la credibilidad.
Por otra parte, la evangelización, como tarea primordial de toda la Iglesia es un ámbito muy apropiado
para la realización del seguimiento de Jesucristo. Su significado se identifica en la praxis del mismo: los cristianos tratamos de ser seguidores de Cristo y, con ello, transmitimos lo mejor que tenemos.
De aquí se obtiene el carácter eminentemente práctico del seguimiento dentro de la Cristología. Y de
esta forma se entiende mejor la crítica realizada por algún autor al mero saber cristológico contenido en el Magisterio eclesiástico, es decir, al conocimiento (tan sólo nocional) de las fórmulas cristológicas de los Concilios sin derivar del mismo (como una necesidad) una correspondiente y determinada praxis.
El seguimiento de Jesucristo consiste, según lo que Él dijo e hizo, en lo siguiente: el anuncio y testimonio eclesial de la Buena Noticia, una Buena Nueva relacionada especialmente con los pobres, mediante palabras y obras, con la intención de originar la conversión, en la Historia presente (con su contexto cultural correspondiente).
El seguimiento es propiamente la respuesta a una vocación. La llamada nos llega más allá de nosotros
mismos, desde Aquél en cuyas manos están nuestras vidas y cuyos designios dirigen nuestra historia. La vocación es de iniciativa divina, a través de Jesucristo. Y el seguimiento es nuestra respuesta a dicha iniciativa.
De aquí se siguen dos consecuencias. En primer lugar, si la iniciativa es de Dios, la tarea del seguimiento no se ha de encomendar exclusivamente a la buena voluntad; se necesita buena voluntad para seguir a Jesús
(y, a veces, fuerte voluntad), pero ésta no basta, como no le bastó a los primeros seguidores: en la base está
una llamada, una experiencia de Dios. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que la llamada se ha convertido hoy para nosotros en metáfora. No es posible escuchar la voz física de Jesús y, menos aún, la voz física de
Dios. La invitación al seguimiento nos llega a través de mediaciones: la memoria de Jesús y el encuentro per7
sonal con el Resucitado, por una parte, y, por otra, a través de la experiencia de la realidad y el encuentro con
nuestros semejantes, especialmente los más necesitados.
Lo característico del seguimiento es, pues, la experiencia personal respecto a Jesús, denominado el Viviente. Este encuentro fue el germen del seguimiento de los primeros discípulos; y lo sigue siendo para los discípulos de nuestro tiempo. Sin esa experiencia, el mencionado seguimiento no pasa de ser una opción arbitraria y exclusivamente personal, situada siempre en el frustrante filo del fracaso.
Tras este recorrido queremos exponer, para concluir este artículo, una serie de ideas, unas convicciones,
podríamos decir, sobre la manera de vivir la fe cristiana. Éstas nos sirven, en la medida de lo posible, de
respuestas a algunos interrogantes: ¿Cómo podemos expresar nuestra fe en tiempos de indiferencia? ¿Qué presupuestos debemos tener en cuenta para lograr una eficaz transmisión de la fe a través de la evangelización?
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«El justo (nos dice S. Pablo) vive de su fe» (Rom 1, 17). Esto quiere decir que para un creyente la fe es el
centro de su vida y el núcleo de su existencia. Frente a una escala de valores basada en lo meramente material, el poder o el prestigio, que son las tentaciones innatas de la persona humana (cf. Mt 4, 3-10), el creyente encuentra en la fe su «tesoro escondido» (cf. Mt 13, 44). De la
fe brotará el resto de su existencia: sus sentimientos, sus proyectos,
sus ilusiones, sus juicios de valor... Todo gira y todo se apoya en la
fe: ella posee una primordial importancia y precedencia.
La fe cristiana es ante todo la experiencia personal de Dios, revelado
en su Hijo hecho hombre, a través del Espíritu. En nuestros ambientes son muchos los que aún se confiesan «creyentes» porque admiten, no sin reticencia en algunas ocasiones, ciertas verdades sobre la
existencia de Dios, la persona de Cristo o la institución de la Iglesia
(como ejemplos); o se consideran «practicantes de la Religión» por
ser habituales a ciertos sacramentos (Bautismo, Matrimonio, Eucaristía). Pero luego son mayoría los que no han tenido una experiencia de ese Dios trinitario que, aunque oculto, es necesario para vivir.
Esa experiencia posee el nombre de vocación cristiana, y es imprescindible para cultivar la presencia y
amistad cercanas con Él.
Una fe que es experimentada, pero que también debe ser proclamada (con palabras, aunque no sólo y exclusivamente con éstas; recordemos la frase que se le atribuye a S. Francisco: «Ve a predicar y, si es necesario, utiliza palabras»). Ésta era la praxis de los Apóstoles, testigos de la Pasión y Resurrección de Cristo
(cf. 1 Jn 1, 3). En efecto, «no se puede ocultar la luz bajo un celemín» (Lc 11, 33), y, por consiguiente, con el riesgo de ser repetitivos, hemos de estar siempre «dispuestos a dar razón de nuestra esperanza cuando así se nos pida» (1 Pe 3, 15).
Ahora bien, al proclamar nuestra fe, queda comprometido el
mensaje y el mensajero. Nuestra sociedad de hoy está saturada con
mensajes publicitarios de todo tipo (comercial, político e, incluso,
religioso). La gente cree cada vez menos en las palabras. Serán las
personas que actúen, con obras y actitudes determinadas, las que
convenzan y seduzcan, como lo hizo Jesús de Nazaret. Sólo se da
testimonio cuando de verdad se cree en lo que se comunica, es decir,
cuando la verdad se realiza. De ahí la importancia que tiene una auténtica iniciación cristiana, que en algunas comunidades eclesiales,
recuperando una antigua tradición promovida por el Concilio Vaticano II (cf. AG 14), ha asumido la forma de «catecumenado de adultos».
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En este diálogo con el mundo indiferente es necesario también inculturar la fe. Hallamos una cultura diferente, ajena a lo religioso, con su lenguaje y sus símbolos. La Literatura o las imágenes que normalmente contemplamos no se refieren, en primer lugar, al fenómeno religioso (o si lo hacen, en ocasiones,
es para ridiculizarlo o situarlo en el pasado). Por otra parte, el mundo indiferente desconoce o no com8
Francisco Javier López Monrobé.
Etapa Previa al Seminario Interno
COMUNIDAD FORMACIÓN INICIAL
Salamanca
Me piden, desde la Pastoral Vocacional, mi propio
testimonio: cómo ha llegado hasta aquí una persona como yo,
con la mentalidad de una persona de 35 años, con un estilo de
vida diferente de la que en el Seminario se lleva, y que me ha
llevado a decir Sí al seguimiento de Cristo evangelizador de
los pobres al estilo de San Vicente de Paúl.
Ante todo, dar gracias a Dios por este regalo de la vocación, una vocación que a diferencia de lo que podamos pensar, nos viene dada. Dios es quien nos elije a pesar
de nuestros pensamientos y posturas contradictorias que podamos tener. Él pone a lo largo de nuestra vida a
personas y nos pone en situaciones que nos van señalando el camino, un camino difícil pero lleno también de
alegrías y buenas experiencias. A esas personas es a quien ahora quiero dar las gracias desde aquí por sus palabras, consejos, motivaciones, etc. No voy a decir nombres, pues ellos saben quiénes son y sé que siempre estarán ahí cuando los necesite.
Soy de Bollullos de la Mitación, un pueblo cerca de Sevilla, y, como todos saben, en mi tierra hay una
gran tradición por la Semana Santa. Tengo que decir que ante todo pronóstico (por la mala reputación que tienen las Hermandades) mi relación con Dios y mi vocación, ya nace en el seno de mi Hermandad. Aunque en
aquellos años no pensara en ello y mi vida era distinta, fue allí donde descubrí que Dios estaba presente en mi
vida.
Las Hermandades hoy en día están trabajando cada vez más en la formación de los hermanos y potenciando la colaboración de los jóvenes. No debemos hacer juicios rápidos sin conocer primero estas asociaciones, el carácter social, de caridad, pastoral y espiritual, que muchas de ellas tienen. Y nosotros, como miembros de las Hermandades, no debemos olvidar nunca que pertenecemos en cuerpo y alma a la Iglesia y que a
ella nos debemos completamente.
No puedo dejar pasar esta oportunidad para elogiar, un poco por lo menos, el trabajo de las Juntas de
gobierno de nuestras Hermandades de Sevilla, pues las constituyen personas que muchas veces se dedican por
completo a llevar a los ciudadanos la alegría de la Buena Noticia de esta manera tan especial como por tradición lo hacemos en Sevilla.
En este ambiente de Hermandades y de fe fue donde comprendí la entrega y la disponibilidad que Dios
te pide. Poco a poco, y si uno se hace moldeable a lo que Dios quiere de nosotros, notamos su presencia en
nuestra vida de una forma muy clara.
Fue en este ambiente donde una persona me animó a ir a unos Ejercicios Espirituales que ofrecía la Familia Vicenciana con motivo del 350 aniversario de la muerte de S. Vicente y Sta. Luisa. Estos Ejercicios tuvieron lugar en la Casa Provincial de las Hijas de la Caridad en Sevilla y los dirigía el P. David Fernández,
CM (persona clave para llevar a cabo mi decisión).
Una cosa me llevó a otra y poco a poco fui conociendo a más personas de la Familia Vicenciana que me
enseñaron la grandeza de esta gran familia y su carisma. Lo que me llevó a hacer un curso de misión con MISEVI. Mi amiga Ángela fue quien me animó a ello: se lo agradeceré toda mi vida. Ello me llevó a conocer a
personas increíbles, dadas por completo a la evangelización y a seguir a Cristo en la misión.
Aunque parece que el destino me lleva a una espiritualidad distinta de la tradición de mi tierra, lo asumo
con tranquilidad y quiero dejarme llevar por la providencia, que me ha traído a este momento de mi vida y a
esta Congregación en concreto. Ahora mismo me encuentro en una Etapa Previa al Seminario Interno de la
Congregación de la Misión, en un proceso de discernimiento, mío y de mis formadores, para saber si este es
mi camino.
53

La Nueva Evangelización habrá de partir de un lenguaje cercano al mundo que le rodea, para, más tarde,
ascender a lo trascendente. Se debe expresar con convicción lo que se proclama, pero con un tono de sencillez y humildad, atentos también a una eficaz pedagogía del deseo, que despierte la sensibilidad adormecida por el consumo actual de sensaciones y que no favorece la reflexión, la contemplación y el silencio interior.

Por último, sabemos que es el hombre (con sus aspiraciones, sus problemas, sus deseos de plenitud) el espacio donde podremos entablar un oportuno diálogo, como S. Pablo en el Areópago (cf. Hch 17, 22-34),
que debería tener en cuenta las posiciones de la indiferencia religiosa. Dentro de este espacio hay un aspecto por el que nuestra sociedad muestra una considerable sensibilidad y que no se nos puede pasar por alto:
la defensa de los empobrecidos. Son las injusticias de los poderosos y las miserias de los desheredados de
la sociedad epulónica las que ocultan a muchos hombres el verdadero rostro de Dios. Cuando los pobres
son evangelizados, Dios puede manifestarse y puede instaurarse en el mundo su Reino. Esto lo advirtió a la
perfección S. Vicente de Paúl (1581-1660), como muy pocos en su época, que, en una de sus cartas a un
misionero, expresaba claramente la importancia religiosa del amor hacia los pobres:
Mª TERESA BAOS RECUERO
POSTULANTE DE LA PROVINCIA DE GIJÓN
Amor, una pequeña palabra de tan solo cuatro letras, pero con un
gran contenido. Amor es lo que me he encontrado en cada uno de los innumerables rincones del Centro San Vicente de Lugo, lugar en donde Dios
nuestro Señor ha querido que el pasado mes de Agosto pasara mi experiencia, mi convivencia con la comunidad de hermanas: “15 almas blancas” es
como las ha definido una persona cercana a mí.
Pero si miro hacia atrás en mi vida, mucho recorrido hay hasta haber llegado aquí. Mucha gente ha colaborado en que yo llegue hasta haber tomado la decisión que me va a cambiar la vida, que me la ha cambiado.
A todas ellas las llevo en mi corazón y mi agradecimiento más profundo siempre tendrán.
No sé por dónde empezar a relatar mi estancia en el Centro San Vicente, no desearía que nada se me olvidara. He aprendido muchas cosas y otras han renacido. Pero este sentimiento de alegría y paz que siento
ahora, no es lo que sentía cuando me dejaron en aquella bendita casa. Aunque deseaba ir a aquel sitio, no pude
evitar sentir algo de desconsuelo. Pero ese sentimiento iba a durar poco, porque Dios se iba a preocupar de que
desde el minuto cero, en cada rostro que veía, apareciera una sonrisa.
Quiero decir que el centro ya me era familiar pues un tiempo atrás estuve en él durante una convivencia
vocacional de fin de semana. No tuve el contacto que hubiera deseado con cada uno de los ángeles que vivían
en él.
Pero uno de esos ángeles que conocí ese fin de semana, fue de las primeras personas que me acogió y
me abrazó. Su nombre: Jose Luis. Ese abrazo hizo que a partir de entonces, nada fuera igual.
Me puse a la orden de las personas de las que he aprendido muchas cosas. Las Hermanas, el personal del
centro. Amor, respeto, esfuerzo, cariño a cada una de las personas discapacitadas de aquella casa. Iban pasando los días y me sentía una más.
Y aparte de los ángeles de aquella casa, gran culpa de ese sentimiento de pertenencia la tienen las 15
Hermanas que forman la comunidad. Me acogieron desde el comienzo con los brazos abiertos y me sentí una
más. Participaba de todo lo que era la vida de comunidad y era como si hubiera estado viviendo siempre de esa
manera.
«Trabajemos humilde y respetuosamente [...] Si no,
Dios no bendecirá nuestro trabajo. Alejaremos a las
pobres gentes de nosotros. Creerán que ha habido
vanidad en nuestra conducta, y no creerán en
nosotros. No se le cree a un hombre porque sea muy
sabio, sino porque lo juzgamos bueno y lo
apreciamos. El diablo es muy sabio, pero no
creemos en nada de cuanto él nos dice, porque no lo
estimamos. Fue preciso que Nuestro Señor
previniese con su amor a los que
quiso
que
creyeran en Él. Hagamos lo que hagamos nunca
creerán en nosotros, si no mostramos amor y
compasión hacia los que queremos que crean en
nosotros [...] Si obran ustedes así, Dios bendecirá
sus trabajos; si no, no harán más que ruido y
fanfarrias, pero poco fruto».
Pero los días iban pasando y el tiempo de estancia se acortaba. No me quería marchar, de verdad…
Cuando volví a mi ciudad, mucha gente me preguntaba que si no me había dado pena haber estado con
personas “distintas” a mí. Y yo les dije que para nada, que en el Centro San Vicente no se respiraba pena o
lástima, que el único sentimiento de pena que sentí fue en la despedida.
Y quiero decir una cosa, me siento robada, sí, robada. En San Vicente me han robado el corazón, los ángeles del centro y las Hermanas. Espero que el Señor me permita volver en alguna ocasión por allí.
No me queda más que dar las gracias a los ángeles, a las Hijas de la Caridad y al personal del centro, por
haberme hecho la estancia tan inolvidable y que San Vicente y Santa Luisa me guíen de su mano a partir de
ahora.
S. Vicente de Paúl vivió su fe en un clima de cristiandad, atravesado por las herejías de la época. Nosotros la estamos viviendo en un
clima de indiferencia, a la luz del patrimonio espiritual de los testigos
que nos precedieron y de los que actúan en la actualidad.
Mientras tanto, ayudados por la recta inteligencia (¡qué importante, necesaria y urgente es «la pastoral de la inteligencia»!) y vivencia de la fe, con «entrañas de misericordia» (cf. Mc 8, 2), al servicio de los que más necesidad tienen, sigamos
percibiendo la presencia cercana del «Dios vivo y verdadero» (cf. 1 Tes 1, 9).
Mª Teresa Baos Recuero
52
9
EL
ART
C
Y
A
M
LE
“MIRAD QUE ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO”
“Mirad que estoy a la
puerta y llamo – dice el
Señor - Si alguno oye mi
voz y abre la puerta,
entraré en su casa y
cenaré con él y él
conmigo” (Ap 3,20)
Hemos comenzado el año de la fe. Es una nueva invitación a abrir la
puerta de la fe, abrirnos a la esperanza, a la luz, a descubrir la vida con
otro color, con otra intensidad. La fe cristiana tiene un horizonte de plenitud, de vida, pero concebida no como fruto de autorrealización, sino
como consecuencia de un encuentro con el Señor Jesús que dota a la vida de un nuevo sentido, un nuevo horizonte, de una orientación decisiva.
A lo largo de una jornada ¡cuántas veces! podemos acudir a abrir la
puerta de nuestra casa porque alguien ha llamado. Es una rutina a la que
no solemos prestar demasiada atención, a no ser que estemos esperando
una visita, ¡y no digamos si esa visita es importante para nosotros!.
Otra puerta a la que llaman también constantemente es a la puerta de
nuestro corazón, de nuestra vida. ¿Quién llama? El Señor. De muchas maneras nos llama y se hace presente.
Por lo tanto abramos los ojos ante quien tenemos en el quicio de nuestra puerta, porque es Dios – diría San
Vicente – quien nos espera en los pobres. Y cuando un pobre viene a llamar a nuestra puerta ¿sabemos reconocer en él al Señor que nos llama, nos reclama, nos insta a darle parte de nuestra vida?
Quizás deberíamos abrir algo más los ojos para poder reconocerle. Los discípulos de Emaús no vieron, tan solo le reconocieron en el trato con él. Previamente tuvieron que abrir la puerta de
su casa y su corazón para entender, para comprender y ver con los
ojos de la fe.
El Señor ciertamente está llamando a nuestra puerta. Él
puede elegir la manera de “tocar”, de “hacerse oír”. En medio de
tanto ruido, de las prisas, de la actividad frenética y exacerbada,
no podemos captar el susurro casi imperceptible de quien llama y
grita con voz ahogada por el dolor, el hambre, el llanto y la necesidad. Un susurro suave pero constante que, sin violentar, va haciéndose hueco entre nosotros, va tocando nuestras puertas, va
haciéndose presente y nos sigue preguntando “¿me abres?”.
Recurso: Vídeo: Estoy a la puerta y llamo,
IOS
N
O
M
I
T
TES
TESTIMONIO DE UNA DECISIÓN
Dios se va valiendo de lugares, personas y acontecimientos para indicarle, a cada uno, cuál es su misión en este mundo.
El planteamiento vocacional como misionero paúl comenzó en un lugar, “Benagalbón”, era el segundo año que asistía aunque esa vez no me
sentía del todo bien; había acabado bachiller, me había matriculado en la
universidad pero ¿y después?¿Qué quería hacer con mi vida?. Comentando todo esto con un Misionero Paúl, me planteó que pensara la posibilidad
de la vocación vicenciana desde la Congregación de la Misión. Un lugar
y una persona.
Al llegar a Cartagena, me puse en contacto con la comunidad que allí trabaja, a la que visitaba de forma esporádica, y desde ahí se me ofreció asistir a una convivencia en Pamplona en el verano de 2009. En ese
momento, conocí al que fue mi acompañante hasta mi entrada en la etapa de acogida, él fue el que me animó a
volver a la convivencia de Pamplona en 2010; muy a mi pesar. Sin embargo, el Señor tenía algo grande guardado para mí en ese lugar, pues se produjo el empuje definitivo para decidirme a entrar en la etapa de acogida,
gracias a un buen amigo que me animó a ello.
Se intentó realizar el traslado del expediente académico a Zaragoza, para comenzar la experiencia en
comunidad pero no fue posible. Por eso, durante todo ese último curso de carrera estuve visitando, continuamente, la comunidad de Albacete, y desde ahí iba realizando un seguimiento más continuo y estable con mi
acompañante, fijando las bases para la próxima etapa de mi vida. Circunstancias, personas, lugares.
Después de acabar Magisterio, de vivir un verano intenso junto con los amigos y la familia, de sentir la
experiencia de una JMJ y realizar una pastoral social en Albacete, el 25 de septiembre de 2011 se me acogió
en la comunidad Casablanca-Zaragoza en la que ya resido desde hace un año. Una decisión por varias circunstancias.
Y este último año ha transcurrido de una forma tan rápida y tenaz que ni
siquiera ha dado tiempo de pararse a pensar en ello. Siempre ha habido algo
que hacer, algo que estudiar, alguien a quien ver, algo que comentar…y en algún momento decidir qué era lo mejor en ese instante dejando otras cosas en el
tintero. Aunque siempre, viviendo de lleno situaciones y momentos que nos han
hecho crecer juntos. Personas, acontecimientos, trabajos, estudios.
Este nuevo curso se presenta con nuevos retos y proyectos. Despidiendo
a personas que se van y recibiendo a los que vienen, porque esa es nuestra vida, una vida dinámica, una vida
que nunca se detiene.
Doy gracias a Dios por todos los que han compartido conmigo estos años y este curso que han apoyado
con la oración y el cariño esta alocada y feliz decisión.
http://www.youtube.com/watch?
v=GfrgF2eor1w&feature=related
A todos los que leéis este testimonio, os pido que recéis por los que nos encontramos con esa inquietud
misionera, por los que ya han dado el paso y por los que ya se comprometieron, para que seamos perseverantes en lo que Dios nos pide y para que nunca olvidemos que no es otra cosa que seguir a Cristo evangelizador
de los Pobres para servirlo en los que más sufren. Pedid a Dios que no se nos olvide esa tarea tan difícil y hermosa a la vez. Muchas gracias, unidos en servicio y oración.
Josico Cañavate Martínez (Estudiante-Etapa de Acogida, Prov. Zaragoza)
10
51
Comprada una casita, el Hermano Pedro, funda una casa de hospitalidad para convalecientes, los cimientos de una obra caritativa que se extendería en todos los países de América. La caridad del Hermano
Pedro no tenía fronteras y con igual cuidado atendía al servicio de todos los pobres.
A los 41 años y quince de haber llegado a Guatemala, muere el 25 de abril 1667.
L 3-5
I
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N
A
F
IN
TALLER
DOCUMENTO 2: RAÚL FOLLEREAU.
Raúl Follereau, "el apóstol de los leprosos", y vagabundo de la caridad, nace en Nevers (Francia) en
1903. A los 17 años escribe su primer libro de poemas, titulado "El libro del amor". Es un gran éxito. Follereau se licencia en Derecho y Filosofía. Personalmente tiene una buena posición social y un título nobiliario.
Descuella también como un gran dramaturgo. Pero en 1933 cambia el rumbo de su vida. Viajaba para África
cumpliendo una misión periodística y conoció a los leprosos.
Él mismo ha relatado el encuentro, con todo el dramatismo del momento. Apenas nuestro jeep había
dejado atrás este poblado de África, cuando tuvimos que pararnos junto a un riachuelo para echar agua al
motor. Al punto salieron de entre la espesura unos rostros asustados y luego unos cuerpos famélicos. Les
grité que se acercaran. Lejos de eso, unos cuantos se dieron a la fuga; los demás, los más valientes, permanecieron inmóviles, sin dejar de mirarnos con sus ojos fijos y doloridos. Entonces pregunté al guía:
¿Quiénes son esos hombres?
Leprosos ‑me respondió‑.
¿Y por qué están ahí?
Porque son leprosos.
Comprendo, pero ¿no estarían mejor en el poblado?
Son leprosos ‑me respondió el hombre taciturno y testarudo‑.
¿Hay, al menos, quién cuide de ellos? Entonces mi interlocutor se encogió de hombros y se apartó
de mi lado sin decir palabra.
Fue aquel día cuando comprendí que existía un crimen imperdonable digno de Dios sabe qué
castigo, un crimen sin recurso ni amnistía: la lepra. Y aquel día decidí no defender más que una
causa durante toda mi vida: la de esos millones de hombres a quienes nuestra cobardía, nuestro
egoísmo e ignorancia han convertido en leprosos".
Y entonces comenzó Raúl Follereau su lucha en
favor de los leprosos, una lucha persistente que él mismo ha querido librar con ese lema: "La única verdad
es amarse.
El mensaje de Raúl Follereau va perfectamente
sincronizado con su vida.
En 1977, a los 74 años, muere en París. Él dijo
que nadie tiene derecho a ser feliz a solas y que “vivir
es ayudar a vivir". Lo demostró con su vida dedicada a
los leprosos.
50
UN REGALO: LA FE
Objetivos:
Descubrir la Fe como regalo de Dios.
Recordar el Bautismo como el momento en el que nos fue dado este regalo.
Tomar conciencia de que ese regalo hay que cuidarlo y hacerlo crecer.
Se les presentará a los niños/as una caja de regalo (llamativa) que dentro tenga la
palabra FE y el nombre de los niños/as que participen en la dinámica, ya que la
FE, es personal.
Partimos de la propia experiencia de los niños/as.
 ¿Qué es un regalo?
 ¿Qué hacemos con los regalos?
 ¿Cómo preparamos los regalos?
 Cuando nos hacen un regalo, ¿nos sentimos queridos?
Pues Dios nos ha hecho un “Gran Regalo”, el regalo de la FE.
Cuando recibimos un regalo, lo compartimos, lo enseñamos a los otros, para que puedan verlo. Con el
regalo de la FE hay que hacer lo mismo, COMPARTIRLO CON LOS DEMÁS.
Y… ¿cómo?




Estando alegres
Compartiendo nuestras cosas
Haciendo caso a nuestros papás y a nuestros
profes…
Porque la FE, nos ayuda a estar felices y a
sentirnos bien.
11
ORACIÓN DE PABLO VI (PARA REZAR AL FINALIZAR LA CONVIVENCIA)
PROPUESTAS DE TRABAJO:



Señor, yo creo: quiero creer en Ti
Señor, haz que mi fe sea plena, sin reservas, y que penetre
en mi pensamiento, en mi modo de juzgar las cosas divinas
y las cosas humanas.
Se les entrega en un folio la palabra FE, para decorar con distintas técnicas, con plastilina, con gomets, con la huella del dedo… y recordarles que
ese es el mayor regalo que Dios nos ha hecho y que por lo tanto hay que
cuidarlo.
Señor, haz que mi fe sea libre, que tenga el concurso personal de mi adhesión, acepte las renuncias y los deberes que
ella comporta y que exprese la hondura decisiva de mi personalidad: Yo creo en Ti, Señor.
Invitamos a los niños/as a traer fotos de su bautismo y les explicamos
que, a través de él recibieron el don de la FE.
Señor, haz que mi fe sea cierta, cierta por la congruencia
externa de las pruebas, cierta por el testimonio interior del
Espíritu Santo, cierta por su luz que asegure, por sus conclusiones que tranquilicen, por su asimilación que dé el descanso.
Enseñarles las canciones que pueden encontrar en los siguientes enlaces:
http://www.youtube.com/watch?v=ET4PWa_kEf4&feature=related
tuvieras fe)
(Si
http://www.youtube.com/watch?v=cq9QKQcso_c&feature=related
amor de Dios es maravilloso).
(El

Colorear una lámina de dibujo que simboliza que la Fe es regalo de Dios
y por eso sale desde su corazón y crece mucho para compartirla con los
demás. (Ver dibujo anexo).

Finalmente se les repartirán globos de colores y en ellos estará escrita la
palabra FE. Se soltarán por la clase y cantarán las canciones aprendidas,
para agradecer y celebrar el regalo de la FE.
Señor, haz que mi fe sea alegre y dé paz y gozo a mi espíritu, lo capacite para la oración con Dios y para el trato con
los hombres, de modo que irradie en estos contactos
‑sagrado y profano‑ la dicha interna de su afortunada posesión. Amén
ANEXOS
DOCUMENTO 1: PEDRO DE BETANCUR.
El Hermano Pedro nace en Vilaflor (Tenerife) el 19 de marzo de 1626.
Cuando tenía la edad suficiente se dedicó al pastoreo, ayudando así a la economía
de la familia numerosa. Desde muy joven se dedicó a la oración y cultivó algunas
devociones. Después de la muerte de su padre y ante la propuesta de su madre de
que se casara, él advierte su deseo de irse a las Indias para ser sacerdote y misionero entre los infieles, pero con ánimo indiferente acerca del lugar.
Después de un periplo por Cuba y Honduras, llega a La Antigua Guatemala,
cansado y enfermo: “llegó al Hospital de San Juan de Dios a curarse”. En el tiempo de la convalecencia compartió el destino de los muchos menesterosos que vagaban por las calles y dormían debajo de los portales.
Una vez recuperado de su salud y para no ser carga para nadie comenzó a
trabajar junto a 400 esclavos y presos, allí se improvisa catequista de personas
consideradas y tratadas poco más que animales. Compaginó el trabajo con el estudio, cosa que le acarreó muchas incomodidades.
Por su dificultad para el estudio decidió abandonarlo, desvanecido el proyecto de ser sacerdote, el Hermano Pedro entró en verdadera crisis existencial que ofuscó su mente a tal punto de considerarse indigno de
ingresar en la Orden Franciscana y a pensar que servía de estorbo en Santiago. Desalentado huyó de la ciudad,
tal vez con el deseo de volver a su país o de encontrar la muerte por Cristo. Habiendo reflexionado, vuelve a
Santiago y pide entrar en la Tercera Orden y es enviado como encargado a la obra del Calvario que estaba en
construcción, allí recuperó su alegría y su celo apostólico y caritativo. Con su presencia y animación, el Calvario se transformó en un centro de espiritualidad y de devoción popular, sobre todo mariana. Mientras tanto, el
Hermano Pedro se convertía en el corazón de la ciudad, el cirineo de todas las cruces, el despertador de la fe y
la devoción, el andariego de la caridad…
12
49
que les señaló su Maestro. Aceptan a Jesús como el valor central de sus vidas y se deciden a vivir sus mismas
actitudes y a continuar su misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios .
ANEXO: DIBUJOS PARA COLOREAR
Hoy, como ayer, Cristo sigue cruzándose en la vida de muchos hombres
y mujeres y los invita a seguirlo en el servicio a los demás. Algunos han aceptado la invitación: Hermano Pedro de Betancur, San Vicente de Paúl, Santa
Luisa de Marillac, el hermano Roger de Taizé, la Madre Teresa de Calcuta,
Raúl Follereau, etc. Cristo nos invita también a nosotros a seguirlo. Creer en él
es ponerse en camino y seguir sus huellas...EI auténtico seguidor de Cristo es,
en primer lugar, aquel que tiene las ACTITUDES FUNDAMENTALES que
vivió Jesús: actitudes de servicio, de solidaridad, de liberación, de perdón, de
obediencia y entrega total a Dios y a su proyecto de salvación.
El seguidor de Jesús, en segundo lugar, es UN TESTIGO de la fe y del
Evangelio que se pone a anunciar y construir el Reino de Dios que está ya en
marcha. El seguimiento es un CAMINO DE CRUZ Y SERVICIO. El seguidor
no puede esperar mejor suerte que Jesús. El seguimiento exige renuncia, pobreza, humillación, sacrificio. Cruz y servicio son los signos del verdadero seguidor de Cristo.
NOS COMPROMETEMOS: YO CREO PORQUE…
1. Necesito a Dios y de Dios...
2. Busco la paz, la alegría, el amor...
3. Sueño con un mundo donde todos podamos ser hermanos...
4. Deseo la felicidad total, sin...
5. Anhelo la vida para siempre...
6. He visto la belleza de una flor...
7. He contemplado el rostro elocuente de
un niño...
8. He admirado la esperanza y las ganas
de vivir de un enfermo…
9. Me han irritado las cadenas de un preso...
10. No estoy conforme con las injusticias y Alguien tiene que hacer justicia...
11. Algo grita en mi ¡"igualdad!", y demasiadas desigualdades...
12. Creo que el hombre está llamado a ser
mucho más de lo que es...
13. Alguien ha puesto en mí todas estas inquietudes…
14. No me gusta la muerte, ni las lágrimas,
ni...
15. Quiero verme con Dios para hacerle
algunas preguntas…
16. A mi lado hay creyentes “simpáticos”..
17. Hay más bondad que maldad...
18. Mis padres se amaban entrañablemente...
19. La fe es una buena "herencia" familiar...
20. He visto personas cambiadas y transformadas por Jesús...
21. Miles de misioneros entregan su vida
gratuitamente...
22. Vicente amó a los pobres…
23. La historia de la Iglesia está jalonada
de Santos...
24. La experiencia, profundamente humana,
de todas las religiones, nos enriquece. . .
25. La mediocridad de los creyentes no ha
acabado con la Religión.
26. Hay Comunidades Cristianas de las que
se puede decir "Ved cómo se aman...
PARA HACER:
1. De estos motivos ¿Cuáles son los que a ti más te convencen?
2. Haz tu propia lista. Tú ¿por qué crees? Yo creo porque...
3. ¿Qué motivos te parecen más profundos?
4. ¿Qué haces para "alimentar", para “hacer crecer" la FE?
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L 6-8
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T
N
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IN
TALLER
Objetivos:
Permitir el encuentro con Jesús que llama a la puerta del Corazón.
Descubrir las “puertas vicencianas” que nos acercan a nuestros amigos los
más Pobres.
Conocer “los cerrojos” que no nos permiten abrirnos a la puerta del Amor.
Ser “llave” que abra nuestra vida a la Fe y a la comprensión misericordiosa.
DINÁMICA: LOS SEGUIDORES DE JESÚS, ENTRAN POR SU PUERTA
1. OBJETIVOS.

Comprender en qué consiste el seguimiento de Cristo, mediante el testimonio de algunas personas
comprometidas con los demás.

Motivar a los jóvenes a que sigan a Cristo en su vida ordinaria.
1er MOMENTO: SEGUIDORES DE CRISTO.
A. JUEGO DE PISTAS.
Se forman grupos.
A cada grupo se le entrega una PUERTA con los siguientes letreros:
Busca la puerta n. 1:
CRISTO LLAMA PARA DAR VIDA Y DAR LA VIDA
Busca la puerta n. 2:
VIVIR ES AYUDAR A VIVIR
Justificaciones didácticas:
La expresión plástica moviliza al niño de tal manera que todo su ser es absorbido por dicha actividad,
produciéndole tal placer y dedicación solo comparable con el juego.
Dicho entusiasmo podría aprovecharse para canalizar algún momento de oración, de manera que placer,
dedicación y oración estén estrechamente unidos.
El niño realiza una experiencia de fe, vuelve a revivirla e internalizarla cuando puede expresarla a través
de una creación propia. Asimismo, cuando está realizando una expresión de la fe está teniendo una experiencia
de fe. Es un proceso que se retroalimenta permanentemente.
Dibujar ofreciendo a Dios el dibujo, al ritmo de una música tranquila, puede convertirse en un momento
de serena oración. Otra forma, es expresar a través del dibujo nuestras necesidades a Dios, nuestros agradecimientos o sencillamente lo que queremos decirle o contarle.
Siempre que trabajemos con niños, agreguemos el contenido catequístico, bien concreto en el tema del
dibujo, modelaje, etc... En la medida de lo posible, hagamos que el niño se incluya a sí mismo, a sus amigos, a
su familia, a Jesús, etcétera, dentro del dibujo. No estereotipemos ninguna imagen de Dios, ni mucho menos
corrijamos a los niños al respecto. Sí, podemos incentivar el dibujo, la creatividad, a través de sugerencias.
El animador les informa que en el lugar en que se encuentran hay cuatro sobres escondidos. Cada grupo, tomados todos de la mano, deberá
buscar su respectivo sobre.
Terminado lo anterior se vuelven a reunir y cada grupo lee a los demás el mensaje que contiene su sobre.
Los mensajes son los siguientes:
PUERTA N. 1
PUERTA N. 2
Mi nombre: PEDRO DE BETANCUR.
“Agradar a Dios…, hacerlo todo para
honra y gloria de Dios”.
La caridad no tiene fronteras.
Yo me llamo: RAUL FOLLEREAU.
He dedicado mi vida a los "leprosos".
He entendido la felicidad "en compañía”
haciendo felices a los demás.
Propuestas didácticas:
B. TRABAJO GRUPAL.
A través del visionado del montaje “ El amigo inoportuno”
A los grupos que se formaron se les entrega UN DOCUMENTO que contiene algunas ideas acerca de las personas que acaban de presentar. Después de la lectura se contestan las siguientes preguntas:
( http://www.youtube.com/watch?v=S2-5AT-u5hE&feature=related),
los alumnos podrán descubrir dos ideas, manteniendo un diálogo rico con el profesor y con la clase:
Jesús siempre está atento a las necesidades de los demás, no cierra la puerta, está
ágil, busca formas para poder aliviar las necesidades de los que acuden a Él, porque Jesús ama mucho.
Aquí también podremos también reflexionar sobre el carisma vicenciano, sobre
las puertas que abrieron Santa Luisa de Marillac y San Vicente de Paúl: niños
abandonados, escuelas, hospitales, ancianos, galeotes… Estas puertas se han actualizado pero siguen abiertas
desde 1633 hasta hoy.
Otra idea es ver a Jesús como el que llama a la puerta, Él que nos despierta del
sueño de la comodidad, del egoísmo. Jesucristo “golpea” con fuerza a la puerta del
alma, del corazón y nos pide a cada uno compromiso, entrega a su llamada. Él nos
da la llave (amor, oración, los sacramentos, catequesis para recibir la Primera Comunión) para abrir los cerrojos ( falta de generosidad con los compañeros, dificultad para pedir perdón en casa, incumplimiento de la responsabilidad en las tareas
del colegio y de la familia, etc…).
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¿Qué ideas y sentimientos despierta en ustedes lo que acaban de escuchar?
¿Qué nos ha impresionado más?
¿En qué forma esta persona ha seguido a Cristo?
¿A quiénes se les puede llamar "seguidores" de Cristo?
¿Qué cualidades tenía su fe? ¿Qué características o actitudes ha de tener?
C. PUESTA EN COMÚN.
Los secretarios leen las respuestas de sus grupos.
El animador hace una síntesis final de las constantes que resultaron.
2º MOMENTO: "EL SEGUIMIENTO DE JESÚS.
A partir de la resurrección, el proyecto del Reino de Dios, anunciado y
vivido por Jesús, se presenta a los DISCÍPULOS como una exigencia, como
un reto, como un proyecto de vida. Por eso los discípulos siguen el camino
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ACTIVIDAD MÚSICAL:
Escuchamos y aprendemos la canción, podemos cantarla e incluso hacer una pequeña coreografía.
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c
Conviven
+
llama
a tu
uerta
ristO
Señor Jesús, a tu paso por el mundo, inauguraste un nuevo estilo de ser persona; una forma nueva de ser
hombre entre los nombres. De entrada renunciaste al poder y al tener. Por no tener, no tenías ni un palmo de
tierra para recostar la cabeza.
Señor Jesús, como ayer, hoy nos dices: Amigos veniros conmigo; no traigáis ni cayado de mando ni
cartera; dejad los dividendos y vuestra abultada cuenta de egoísmos; el servicio aquí es de balde y a fondo perdido. Desde hoy nos vamos contigo. "Tú lograrás que los sin-amor de esta tierra seamos tu amor; los deformes
y feos, tu hermosura; los inquietos, tu descanso; los sin‑palabra, tu palabra". Aunque no tengas madriguera ni
nido, te seguiremos adonde vayas, entre los más pobres, los más sucios, los más perdidos.
ERES DISCÍPULO DE JESÚS SI…
Si prestas a Cristo tus manos para que siga acogiendo y acariciando a los sin rostro atrayente... si prestas a
Cristo tus labios, tu corazón, tu ser entero, para que siga amando a los desheredados de caricias y de los
más elementales cuidados.
Si pasas por este mundo brindando alegría y disminuyendo las tristezas de los enganchados a las esclavitudes
de la sociedad de consumo.
Si te haces fortaleza para el débil, amistad para el abandonado y sonrisa para el desilusionado y pasota.
Si proclamas que el cristianismo es una convivencia festiva, un estar de fiesta con Jesús, que es El mejor amigo, porque es el amigo que nunca falla. Si das a entender que el elemento festivo es algo esencial al Cristianismo...Si vives todo esto desde tu corazón, tú, chica o chico, serás "discípulo de Jesús".
LAS OPCIONES
DE JESÚS
Jesús opta por no alardear
de su rango de Dios,
de su poder de hacer milagros,
de su condición de Rey o Mesías,
de su sabiduría y santidad.
Jesús opta con preferencia
por los humildes y sencillos,
por los niños y los ancianos,
por los ciegos y los leprosos,
por los pecadores y las prostitutas,
por los pobres y los medios pobres.
Jesús opta siempre por el amor,
por la alegría y la esperanza,
por la igualdad y la libertad,
por la oración íntima con su Padre,
por liberar a los oprimidos,
por quitar carga y fuego a la Ley.
Jesús opta desde su propia libertad interior
‑Él, el hombre libre por excelencia‑;
desde las limpias raíces de su corazón
buscando siempre la voluntad del Padre
desde su profunda comprensión de los hombres.
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REFLEXIONAMOS SOBRE EL MENSAJE DE LA CANCIÓN…
“El que a la puerta de Dios llame tendrá lo que pida en oración…nuestro Padre del Cielo, dará cosas
buenas por amor”.
ACTIVIDAD PLÁSTICA:
Estas ideas se pueden plasmar dibujando en
un folio una casa con una puerta (el tamaño simbólicamente dependerá del corazón-bondad del niño),
con tantos cerrojos como dificultades tengan para
abrir la puerta, etc…
Como señal de querer abrir su corazón a Jesús, con punzones pueden abrir la puerta y descubrir que Jesús está detrás o un corazón.
Colorear el siguiente dibujo de Jesús “Yo soy
la puerta”.
Después de esta actividad, juntos rezaremos la
siguiente oración que copiaran antes:
Señor Jesús, quiero tener el corazón, mis pensamientos y mis manos abiertas
para que puedas abrir la puerta,
y tu Espíritu habite en mi y en todos los que me rodean,
y así ser testigo tuyo, enseñando con mi vida
lo que abunda en mi corazón.
Gracias por la vida de Sta.Luisa de Marillac y S. Vicente de Paúl,
ellos abrieron muchas puertas, la de su corazón y la de muchas personas
para servir a nuestros hermanos los Pobres.
Jesús, yo quiero ser como ellos,
que no me canse nunca de abrirte mi corazón,
porque sé que estás a la puerta y llamas. Amén.
La última propuesta didáctica que se ofrece, tiene un doble objetivo: interiorizar lo reflexionado y orado sobre la llamada y facilitar el posible regalo del día del Padre.
Se propone realizar un llavero que contenga simbólicamente las llaves que abran la puerta de nuestro corazón,
que en las propuestas anteriores ya hemos trabajado y compartido.
LLAVERO DE GOMA EVA ESPUMA.
Necesitas:
Goma Eva Espuma de colores, cordoncito y un aro para llaves por cada llavero de fimo que hagas. Los aros los puedes reciclar de llaveros viejos o de llaveros de publicidad.
Ideas para hacer las figuritas: iniciales de los nombres; puertas, llaves, dados, estrellas,
flores, etc…
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TIL 9
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-12
TAL
Alguien llama a tu puerta… ¡ABRE TU CORAZÓN!
OBJETIVOS:
Que los niños puedan descubrir que Jesús les invita a seguirle, y a vivir como Él, y somos libres de escuchar
y abrir nuestra puerta a su llamada.
Despertar o potenciar su deseo de colaborar con Jesús desde su propia actitud a construir un mundo mejor,
ya que abrir la puerta a Jesús es abrir la puerta al dolor de la humanidad e intentar hacer algo por aliviar a
los que sufren.
Incorporar en ellos las actitudes y valores del carisma de Vicente y Luisa, que se entregaron por entero a
Dios sirviendo a los más necesitados.
Introducción:
Se tratará primero de “comparar y conectar” lo que la lectura sobre la cerradura
nos dice con la cita bíblica (Apocalipsis 3:20) a través del diálogo, centrándonos
primero en la experiencia humana de los niños.
Pasando después a lo que Jesús nos muestra en el Evangelio y en la vida, y al
compromiso concreto que cada uno puede adquirir, con gestos gratuitos de ayuda,
para responder a Jesús que está “tocando a la puerta de nuestro corazón”
La cerradura
“Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista. Llegado el momento, se tiró el paño que revelaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso.
Siempre en la vida hay algo que soñar;
siempre hay una madre a quien rezar;
siempre hay un camino que nos lleva más allá.
¡Siéntete peregrino y echa a andar!
Siempre en la vida hay algo en qué pensar;
un cielo y una tierra que Él nos da;
una oración al Padre que nos haga levantar
un mundo sin privilegios y en igualdad.
Siempre hay algo que crear ...
Solo Él es la Vida y la Verdad,
sólo Él la alegría y la amistad, sólo Él es la ruta
de la nueva humanidad. ¡Síguele muy de cerca y vivirás!
Siempre hay algo que crear ...
Acción de Gracias
Desde una mirada histórica, muchos y variados son los motivos que tenemos para dar gracias al Señor:
 Gratitud por habernos concedido la amable figura de Santa Luisa como ejemplo y modelo. Su vida, sus
escritos y su espiritualidad son estrella y guía en el caminar de la Compañía y de cada Hija de la Caridad.
 Gratitud por la presencia evangelizadora de la Familia Vicenciana, extendida por todo el mundo.
 Gratitud por los frutos de santidad producidos en la figura de nuestros mártires y de otros miembros de
nuestras congregaciones, cuyas causas de beatificación o canonización han sido ya introducidas.
 Gratitud por…………………………...
HIMNO:
Canto en recuerdo a la mujer
que se entregó a la Caridad,
canto a la vida y la ternura,
de Luisa de Marillac.
1.- El amor de Dios es la llama viva,
que mueve su acción y cambia su vida.
2. - Contempla a Jesús en todo el que sufre,
y desde la Cruz gozo y dolor une.
3.- Su gran corazón nuestro ser anima,
para que el Amor en el Pobre viva.
Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía.
Hubo discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte.
Un observador muy curioso, encontró una falta en el cuadro. La puerta no tenía cerradura. Y fue a
preguntar al artista: "Su puerta no tiene cerradura, ¿Cómo se hace para abrirla?" "Así es," respondió
el pintor. "Porque ésa es la puerta del corazón del hombre. Sólo se abre por el lado de adentro."
Texto de la Bíblia.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”(Ap 3,20)
Para el diálogo:
En “la cerradura”, ¿qué significado tiene que sólo se abre por el lado de adentro?
¿ Se parece en algo el significado de la cita del Apocalipsis a la lectura de la cerradura…? ¿En qué?
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En la segunda lectura se ve que el bien que hace Tabita, mujer sencilla, no pasa desapercibido cuando
Dios le devuelve la vida; fortalece la fe de todo un pueblo.
EVANGELIO: San Mateo 25, 31 – 46
Para que uno abra la puerta de su casa y lleguen a cenar juntos, tiene que
haber “algo que les una”, pues no con todo el mundo que llama nos fiamos y cenamos familiarmente juntos. Seguid la lista de lo que hace falta
para llegar a ese encuentro, relación: confianza, …
San Mateo nos recuerda que Cristo viene, ante todo, a dar un sentido a las acciones de los hombres, es
así que la historia del Reino no es más que la historia de la caridad expresada en los más pequeños.
PETICIONES: Se puede hacer entre dos lectores con una pausa entre presentación y súplica.
La Fe engendra libertad, el amor ni ata ni teme, porque es energía creadora, viento impetuoso.
Que este amor nos lleve a la Iglesia y a todos los cristianos a extender el Reino de Cristo, que es salvación por todo el mundo.
ROGUEMOS AL SEÑOR.
La Fe es expresión de un amor responsable. El que ama se preocupa del otro, lo cuida y lo cultiva como el
jardinero a su rosa.
Que en las familias reine la unión, la comprensión, la ayuda mutua y la responsabilidad que ayude
a todos los miembros a vivir en la fe y en el amor. ROGUEMOS AL SEÑOR.
REFLEXIONEMOS:
Cristo te ama, te llama y te espera con los brazos abiertos.
Te están llamando… ¿Le abres tu puerta?
Escucha atentamente e interpreta tu alrededor;
¿No lo oyes? ¿No sientes que alguien te llama?
Sabes muy bien que llaman a tu puerta,
puedes ignorarlo pero allí siempre estará, esperándote;
¿Quieres cambiar, mejorar? ¿O deseas seguir como estás?
Yo abrí la puerta de par en par y mi vida se iluminó:
el vacío y la soledad desaparecieron en un pestañeo,
atrévete a experimentar un cambio positivo en tu vida;
Jesús toca diariamente a tu puerta, te llama con insistencia,
si le dejas entrar cenará contigo y sanará tus heridas;
Él jamás te abandonará, ni decepcionará, pues es fiel;
si deseas conocer el verdadero amor, corre y abre…
No hay amor sin dolor, el amor se alimenta como la llama de la cera de la renuncia, del aceite del perdón y
del pabilo de la paciencia.
Jesús entrará para acompañarte en tu diario caminar,
no viene solo, viene con sus “preferidos”: LOS POBRES
los más desvalidos y frágiles, los niños,
los que sufren por algún motivo…
las familias que han quedado sin trabajo…
los enfermos, los que viven en soledad y están tristes, marginados…
Y JESÚS QUIERE QUE NOSOTROS TAMBIÉN SEAMOS SENSIBLES
A LAS NECESIDADES DE QUIENES VIVEN A NUESTRO ALREDEDOR,
Y HAGAMOS ALGO POR AYUDARLES, PORQUE ÉL MISMO NOS DIJO:
“Y todo lo que hagáis a uno de estos pequeños, me lo hacéis a Mí” (Mt 25,40).
Que sepamos superar los cansancios y los malos ratos de cada día viviendo con generosidad constante. ROGUEMOS AL SEÑOR.
El amor tiene predilección por los pequeños y los pobres, por eso se inclinará con ternura hacia los dolientes
y maltratados de la vida.
Que no falten seguidores de Cristo que como Luisa de Marillac sepan estar al lado de los que sufren. ROGUEMOS AL SEÑOR.
OFERTORIO
Canto:
Dame de comer tu pan, dame de beber de Ti.
Calma mi hambre y mi sed, que no yo no quiero morir.
Dame de tu Ser, la luz y renovarás mi fe.
Y en Espíritu y Verdad, `postrado, te adoraré.
ACTIVIDADES :
1.- LEEMOS DEL EVANGELIO:
Ahora vamos a ver qué colaboradores y amigos llamó Jesús para que le acompañaran, ESTUVIERAN
CON ÉL y siguieran su ejemplo de cercanía a los más sencillos. Jesús llamó así a la “puerta” de sus discípulos: (Mt. 10.1-4; Lc. 6.12-16)
Santo: Cantado
Comunión: SIEMPRE HAY ALGO QUE CREAR
Siempre en la vida hay algo que crear,
siempre en la vida hay cumbres que alcanzar,
siempre en la vida hay flores, siempre hay cruces que llevar.
¡Siéntete peregrino y echa a andar!
Siempre en la vida hay algo que crear,
Mil proclamas al viento que gritar, una casa gigante
que nos pueda cobijar a todos los peregrinos de la paz.
Siempre hay algo que crear, nuevas rutas y horizontes
de hermandad; siempre hay algo que esperar, Jesucristo
es el camino es la verdad.
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“
Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para
que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar
enfermedades y para echar fuera demonios: a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro; a
Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Santiago, a quienes apellidó Boanerges, esto es,
Hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo, Tadeo,
Simón el cananeo, y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa.”
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Vamos a buscar en esta SOPA DE LETRAS
sus nombres. Jesús, con su “invitación personal a seguirle”, llamó a la “puerta” del corazón
de doce apóstoles, para que ESTUVIERAN
CON ÉL… y ellos le abrieron sus puertas:
2.- CANTAMOS:
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MONICIÓN DE ENTRADA
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La fe da sentido a todo lo que ocurre, aporta energías
nuevas para vivir y actuar. La fe crece, se afianza entre luces
y sombras, como la de Santa Luisa de Marillac en el peregrinar de la vida siguiendo a Cristo. Con el paso de los años,
nuestra fe madura, y se convierte en una prolongación incesante de la misericordia y del amor del Señor. La vida de Luisa es un verdadero himno de amor, empecemos nuestra Eucaristía en nombre de Dios Trino y descubramos
cómo Luisa de Marillac supo contagiar e invitar a otros a descubrir a Dios en el servicio de los Pobres. Que
en esta eucaristía sintamos con fuerza la necesidad de comprometernos como comunidad de hermanos, en
esta tarea de crear espacios de Amor.
En el fondo, cada uno de nosotros tiene una puerta en el corazón donde a menudo “tocan” o “llaman” muchas
personas: amigos, desconocidos, compañeros, hermanos, vecinos… todos esperan que ABRAMOS. Cantamos “Manos abiertas”
STÍA
EUCARI
SANTA LUISA
Canto Entrada:
Qué suerte es tener un corazón sin puertas,
qué suerte es tener las manos siempre abiertas.
Manos abiertas para estrechar las de un amigo.
Manos abiertas para ayudar en el camino.
Manos abiertas para buscar un mundo nuevo.
Manos abiertas para un hacer, no para un sueño.
NO PODEMOS CALLAR QUE DIOS ESTÁ AQUÍ,
ABRID EL CORAZÓN ¡DEJADLE ENTRAR!
¡DEJADLE ENTRAR!
Donde dos o más se juntan en su nombre.
Donde haya unas manos que trabajen por la paz.
Donde exista el valor, la entrega y la ilusión
Allí está Dios, allí está Dios.
Manos abiertas, las de Jesús, las del Maestro.
Manos abiertas, las del que supo amar primero.
Manos abiertas llenas de amor, las de María.
Manos abiertas, ellas son nuestra luz y guía.
Cuando crees estar solo ante le peligro
Desesperas de la vida y te hunden los problemas
Donde existe el dolor, la duda y la opresión
Allí está Dios, allí está Dios.
Liturgia de la Palabra
3.- NOS COMPROMETEMOS:
MONICIÓN A LAS LECTURAS
http://www.youtube.com/watch?v=Syqivse0eMg
1era LECTURA: Isaías 58, 1ª. 6 – 11:
Vemos este youtube de la oración MANOS ABIERTAS y después escribimos un compromiso personal
con lo que vamos a hacer a fin de tener el corazón abierto y sensible a DIOS Y A LOS DEMÁS, para aliviar
el sufrimiento de los que nos rodean, los que son nuestros prójimos.
Concluimos recitando juntos la oración de la SEMANA VOCACIONAL.
Santa Luisa nos dice en sus escritos: “Sed muy afables con los Pobres, a los que debemos amar y respetar profundamente. No basta con tener esto en la memoria, hemos de demostrarlo con nuestros cuidados caritativos”… (C. 322.)
El Profeta Isaías nos recuerda que la caridad es totalmente interior, Dios está en el oprimido, en el que
necesita ayuda para realizarse como persona. Sólo por la caridad haremos resplandecer la luz de Dios en el
mundo.
Salmo Responsorial: Salmo 33
“CLAMA EL POBRE Y EL SEÑOR LO ESCUCHA”
2da LECTURA: Hechos 9, 36 - 42:
18
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Para que, en este año de la fe, el Señor suscite en los jóvenes el deseo de seguirle y les conceda la fuerza
para ser sus testigos como misioneros paúles e hijas de la Caridad.
ES
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D
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Canto: “Sigue habiendo tantos pies que lavar”
CENTES
Podemos añadir peticiones…
MATRIX - “EL HOMBRE EN BUSCA DE LA VIDA”
Envío
Se muestra el cartel de la Semana Vocacional 2013.
“Jesús sigue llamando a nuestra puerta”
Se puede rezar la oración de la Semana Vocacional 2013 que aparece en
la estampa.
Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti
Canto Final: Tras las huellas
Objetivos:


ORACIÓN VOCACIONAL

Padre Bueno,
en Cristo, tu Hijo, nos revelas tu amor,
nos abrazas como hijas e hijos
y nos ofreces la posibilidad de descubrirte
en los más pobres y necesitados.

Reflexionar junto con los jóvenes, en la necesidad de vivir desde la fe la autenticidad de ser un miembro
de la familia humana
Contraponer la esencia de la vida, lo que nos hace hombres y auténticos hijos de Dios, con la placidez, o
comodidad de una vida sin “sentido”
Profundizar en el hecho de que el camino de la fe, es un camino personal, pero que siempre se hace acompañado, en comunidad, con otros peregrinos.
Ayudar al joven a plantearse preguntas existenciales. ¿Y si esto que vivo es sólo un sueño y la realidad es
algo que está “mucho más allá”?
PRESENTACIÓN:
Te pedimos especialmente
por quienes están llamados a ser
Hijas de la Caridad y Misioneros Paúles;
por quienes ya has llamado,
y por quienes llamarás.
Haz, Padre Dios,
que esas manos sean receptivas,
respondan a tu llamada
para abrirte la Puerta
y así servirte en tus predilectos.
Necesitamos manos que abran la Puerta.
Manos que muestren la Buena Noticia:
tu amor, tus enseñanzas,
servicialidad y entrega
para este mundo que tanto lo necesita.
Te lo pedimos
por intercesión de nuestra Madre,
María Milagrosa,
«Mujer del Sí incondicional».
Manos que llenen de alegría
la vida de los débiles,
excluidos, marginados,
los enfermos crónicos
y los más necesitados.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
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La catequesis se plantea en sí misma como un cine fórum. La temática existencialista del film, nos facilita el acercarnos a la esencia del ser humano como ser llamado a la vida en plenitud
Solo aquel que vive desde la auténtica esencia de la vida es un hombre que se vive a sí mismo, y no un
ser fagocitado por los intereses del entorno (representado por la máquina Matrix.)
Los diferentes personajes, son símbolos de los acompañantes en el camino de la fe.
El propio personaje de Neo, es a la vez el hombre que camina hacia su plenitud, como la referencia a la
vinculación del hombre de fe con su Salvador Jesucristo y su misión en la instauración del Reino.
La catequesis se trabaja en grupo tras quedar para el visionado de la película.
Hay unas pistas para facilitar la conexión con el mensaje, unas guías para el dialogo, y finaliza con una
oración.
Hoja de trabajo
Antes del visionado.
* Lluvia de ideas sobre la película.
* Leer las referencias de la crítica, datos generales etc. Temas sobre los que creemos que puede tratar la
película
* Acabar centrándose en los aspectos éticos y morales sobre la inquietud en la vida, la búsqueda de algo
indefinido, la necesidad de hacer algo especial…
19
Durante la película
3.- La puerta de la Caridad: AMO
* Apunta las frases que te llamen la atención.
(Se introduce el cartel de la semana vocacional o alguna imagen de ancianos, pobres...)
* Identifica el lugar y personajes entre los que surgen las siguientes frases.
De la carta apostólica Porta fidei
- Eres un esclavo, Neo. Igual que los demás, naciste en cautiverio. Naciste en una
prisión que no puedes ni oler ni saborear ni tocar. Una prisión para tu mente.
“La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un
sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor
se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra
seguir su camino. En efecto, muchos cristianos dedican sus vidas
con amor a quien está solo, marginado o excluido, como el
primero a quien hay que atender y el más importante que
socorrer, porque precisamente en él se refleja el rostro del Señor
resucitado. «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis
hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,40): estas
palabras suyas son una advertencia que no se ha de olvidar, y
una invitación perenne a devolver ese amor con el que Él cuida
de nosotros. Es la fe la que nos permite reconocer a Cristo, y es
su mismo amor el que impulsa a socorrerlo cada vez que se hace
nuestro prójimo en al camino de la vida. Sostenidos por la fe,
miramos con esperanza a nuestro compromiso en el mundo,
aguardando «unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que
habite la justicia» (2 Pe 3,13; cf. Ap 21,1)” (n. 14).
- ¿Por qué, Sr. Anderson?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué lo hace?, ¿por qué?, ¿por
qué se levanta?, ¿por qué sigue luchando?
¿De verdad cree que lucha por algo además de por su propia supervivencia?,
¿querría decirme qué es, si es que acaso lo sabe? ¿Es por la libertad?, ¿por la
verdad?, ¿tal vez por la paz?, ¿quizá por el amor? Ilusiones, Sr. Anderson, desvaríos
de la percepción. Concepciones temporales de un frágil intelecto humano que trata
con desesperación de justificar una existencia sin sentido ni objetivo.
- Yo sólo puedo mostrarte la puerta, tú debes atravesarla.
- Vas a tener que tomar una decisión. Tú eres el que decide. No podemos ver más allá
de las elecciones que no entendemos. Es mi elección, yo debo tomar la mía igual que
Después de la película
* Leer el texto sobre la simbología religiosa, comentarlo entre
todos.
* Poner en común las frases destacadas por cada uno y ubicar
las propuestas en el guión.
* Comentario sobre las siguientes preguntas:
- ¿Hasta qué punto nos sentimos esclavos o a disgusto con la vida que llevamos?
- ¿Qué simbología le darías a las gafas, omnipresentes en toda la película?
- ¿Qué nos motiva en nuestra vida, qué contestarías a las preguntas del Sr. Smith?
- ¿Quién nos muestra dos puertas, la pastilla roja o la azul?
- ¿Qué habrías elegido tú, la comodidad o la verdad?
- ¿Qué piensas sobre que el mundo “real” sea mucho más duro que el mundo “imaginado”?
*Otras cuestiones que te han surgido durante la película.
“Amemos a Dios, hermanos míos, amemos a Dios, pero
que sea a costa de nuestros brazos, que sea con el sudor
de nuestra frente” (S.V.P. XI, 733)
Canto: “Sigue habiendo tantos pies que lavar”
Oremos en este momento por todos nuestro hermanos que sufren, por todos los que están faltos de alimento, de salud, de cultura, de amor. Por todos los que sufren las consecuencias de la injusticia, el egoísmo y
la violencia, por todos los que no cuentan.
Canto: “Sigue habiendo tantos pies que lavar”
Oración

En palabras de San Vicente:
Presentemos al Señor a todos los que viven sin esperanza, a los que no encuentran un sentido a su vida, a
los que no conocen a Dios.
Lectura Mt. 16, 13-19
Canto: “Sigue habiendo tantos pies que lavar”
Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías,
otros, que Jeremías o uno de los profetas.» Jesús les dice: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.» Replicando Jesús le dijo:
«Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino
mi Padre que está en los cielos.
Por todos aquellos que se esfuerzan por anunciar el evangelio, por los que desempeñan el servicio de la
catequesis, por los que trabajan en la misión ad gentes, por todos los miembros de la Congregación de la Misión, enviados a anunciar la Buena Nueva a los Pobres
Canto: “Sigue habiendo tantos pies que lavar”
Pidamos también por todos los que sirven a los pobres, por las Hijas de la Caridad, llamadas a representar la bondad de Dios entre ellos
Canto: “Sigue habiendo tantos pies que lavar”
- Comentario: ¿A quién sigues tú en tu vida?
20
41
Audición “Héroe anónimo” de Luis Alfredo: http://www.youtube.com/watch?v=HVanoojyfNE
“Nosotros, si tenemos amor, hemos de demostrarlo
llevando al pueblo a que ame a Dios y al prójimo, a
amar al prójimo por Dios y a Dios por el prójimo.
Hemos sido escogidos por Dios como instrumentos de
su caridad inmensa y paternal, que desea reinar y
ensancharse en las almas…
…Es cierto que yo he sido enviado no solo para amar a
Dios, sino para hacerlo amar. No me basta con amar a
Dios, si no lo ama mi prójimo” (SVP. XI, 553)
También Santa Luisa nos recuerda, con todo detalle, la necesidad del cuidado espiritual de los pobres:
Su nombre no saldrá
mañana en el periódico,
ni a mediodía su rostro en la televisión,
pero les aseguro que mi amigo es un héroe
de esos que dan su vida por amor.
Tendrá veinte años poco más o menos
y los ojos despiertos como un volcán,
una sonrisa fácil, aunque de hablar reservado
y le encanta el fútbol y salir a bailar.
Hasta aquí me dirán nada de particular
nada que justifique que le vayas a cantar,
pero el fin de semana cuando cierra los libros,
mi amigo se viste de supermán.
Tiene toda una sala solo a su cargo;
diez o quince niños yo diría que mil
y a cada uno de ellos llama por su nombre
y cada uno de ellos le responde, papá.
A Antonio, de quince le da de comer en la boca,
al Rata de once le está enseñando a andar
y por la noche después que los ha acostado, a todos
se mete en la cama a escuchar a mamá.
Y el lunes en la facultad se hablará de mil cosas,
cada uno tendrá una historia que contar,
pero mi amigo que tiene una sonrisa fácil
es más bien reservado a la hora de hablar
Porque es un héroe, un héroe anónimo,
un héroe (oe oe oe) un héroe anónimo.
Es un héroe, oh sí, un héroe.
Materiales para la orientación de los catequistas
“En lo que se refiere a su comportamiento con los
enfermos, ¡por Dios! que no sea para salir del paso,
sino llenas de afecto, hablándoles y sirviéndoles con el
corazón; informándose con detalle de sus necesidades,
hablándoles con mansedumbre y compasión,
proporcionándoles sin importunidad ni agitación la
ayuda que sus necesidades requieran y sobre todo
poniendo gran celo en su salvación; no separándose
nunca del pobre o un enfermo sin haberle dicho
alguna palabra de Dios, y cuando los vean en una
gran ignorancia, enséñenles a hacer actos de fe, de
contrición y de amor, como sería el decir: Creo todo lo
que la Santa Iglesia cree, y quiero vivir y morir en esa
creencia; y a veces pueden sugerirles actos explícitos
de fe en los principales artículos de nuestro
credo” (SLM. E. 182)
Tiempo para la interiorización de los textos de San Vicente y Santa Luisa:



Canto:
¿Qué experiencias de transmisión de la fe y de compartirla han fortalecido mi propia fe?
¿A qué me siento invitado como vicenciano tras escuchar estos textos?
¿Cómo puedo dar testimonio de la fe en los ambientes en que me muevo?
Alma Misionera
Compartimos nuestras experiencias de transmisión de la fe y al hacerlo encendemos una vela que
situaremos junto a las imágenes de Vicente de Paul y Luisa de Marillac. (Sería bueno contar con el testimonio de un Misionero Paul, que expresara brevemente su experiencia de evangelización y/o de una
Hija de la Caridad que transmita su experiencia de evangelización en el servicio)
Después de cada pequeño testimonio se puede cantar como antífona el estribillo de la canción Alma misionera
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Primera Posible Interpretación
The Matrix es una película de ciencia ficción que, dirigida por los hermanos Wachowski y estrenada en
el año 1999, fue ganadora de múltiples Premios Oscar. Resulta novedosa la forma en que los directores han
podido plasmar contenidos teóricos, provenientes de la filosofía antigua, de un modo práctico, simple y dinámico, para que el espectador pueda acercarse e interesarse por estas temáticas.
La imagen del film, futurista y con sofisticados efectos especiales, logra impactar al espectador desde lo visual, haciendo que el elemento de lo filosófico y lo religioso no aparezca, en un primer plano, desde el inicio.
No importa si conocemos, o no, estos conceptos de antemano para verla. No importa si reconocemos
en ella extractos, fragmentos o ideas evangélicas y de los antiguos filósofos. Lo que importa es que
reinstala aquellos planteamientos, que siguen estando, vigentes hoy en día, y los hace accesibles, de
forma masiva, a nuevas generaciones.
El argumento comienza con el “despertar” o el “alumbramiento” del elegido, llamado Neo. Este descubre que la vida que conoce es “virtual”, mientras que la “verdadera” realidad es un depósito de cuerpos humanos que funcionan como grandes baterías, otorgando su energía vital a las máquinas, a quienes sirven como
soporte para subsistir.
Una gran guerra entre el hombre y los aparatos dejó al planeta devastado para el desarrollo de la vida, y
la humanidad fue conquistada y esclavizada por el imperio de las máquinas. El mundo ilusorio en el que viven
los hombres es una invención, ficticia y colectiva, generada por un sistema que recibe el nombre de Matrix y
que es originada por estos enormes artefactos.
A medida que se desarrolla la historia, con un fuerte tinte post-apocalíptico, comienzan a aparecer diversos cuestionamientos del orden espiritual y filosófico, como por ejemplo: ¿Quiénes somos? ¿Dónde estamos?
¿Adónde vamos? ¿Qué es la realidad? ¿Existe el libre albedrío? ¿Cómo estamos seguros de lo que sabemos?
¿Cómo sabemos que es real la realidad? Estas son algunas de las preguntas que se realizan desde el autoconocimiento del propio ser humano.
A continuación, tomaremos algunos puntos de anclaje de la trama para articularlos con los valores de la
fe en el Señor Jesús.
Desde un primer momento, se nos propone una dualidad, el mundo real, representado por las máquinas,
y el mundo virtual, representado por La Matrix. Estas existencias simultáneas, que “luchan”, cuerpo a cuerpo,
nos remiten a la dualidad del existir del hombre desde la creación. La lucha entre el bien y el mal, las opciones
de vivir según las tensiones de las tentaciones o bien según el proyecto del Reino.
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La experiencia de la duda que atenaza nuestro despertar a la autoafirmación, el hombre que asume su fe
como algo propio, personal, experiencial, duda de todo, con especial énfasis en las doctrinas grandilocuentes,
ya que las cree particularmente engañosas. Aunque el conocimiento de algo resulte certero, puede ser que no
sea “verdadero” sino que sea una ilusión perceptual. En un comienzo, Neo se comporta, en cierta forma, con
escepticismo, llegando a la incertidumbre sobre lo que es real.
Lectura: 1 Jn 4, 7 – 16
Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y
conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el
amor que Dios nos tiene: en que Dios mandó al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio
de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó
primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.
Queridos: si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios
no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor ha
llegado a su plenitud en nosotros.
En esto conocemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y
nosotros hemos visto nosotros y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo, para ser Salvador
del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Y nosotros
hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él. Dios es amor y quien permanece en
el amor permanece en Dios y Dios en él.
Dentro de todos los elementos provenientes de la filosofía que aparecen como parte del argumento, uno
de los que se ve manifiesto es el “Mito de la Caverna”, de Platón. Este describe una oscura cueva donde los
hombres permanecen sentados y encadenados de cara a las paredes. Posee una abertura, fuera de la cual se
desarrolla el resto del mundo. El único elemento que estos hombres pueden ver son las sombras del exterior. Y
las voces que escuchan son ecos de las voces que vienen desde las afueras, y que chocan contra las paredes,
hasta llegar a sus oídos. Todo lo que conocen es una burda proyección, o mediación, del mundo real, que crea
en ellos una falsa percepción de lo sensible.
Uno de los esclavos, finalmente, logra romper sus cadenas y salir, dirigiéndose, así, hacia la luz. Con
esta liberación, adviene una gran angustia y confusión, ya que la luminosidad encandila los ojos de estos hombres, y su percepción, que había sido alterada, no puede ajustarse a los nuevos esquemas, impidiéndoles reconocer los objetos que ven y las voces que escuchan. Deciden, entonces, volver a la cueva, y con ella a la oscuridad, pero después de haber recibido tanta luz, no pueden reconocer las sombras que antes habían sido su universo.
En este mito encontramos, nuevamente, la presencia de esta dualidad. Lo “real”, por un lado, representado por el exterior, y en la película por el lugar, o depósito, de todos los cuerpos conectados a las máquinas; y
por otro, el mundo de las sombras y los ecos, que simboliza el sistema “virtual” de La Matrix.
La caverna de Platón, a través del mito, ejemplifica y sintetiza la experiencia del hombre abierto a la fe,
que no está dada de antemano sino mediante la gracia es recibida y con la apertura activa del hombre es experiencia y activada para modificar toda la existencia de quien la experimenta. Neo representaría a este esclavo
que rompe sus cadenas y se escapa, para dirigirse a la luz, a la fe. En un principio, él también se ve confundido
por esta distorsión de la realidad, y teme seguir adelante cuando Morfeo lo convoca para pelear a su lado. Neo
toma una importante decisión al enfrentar su miedo y ponerse del lado de Morfeo. El protagonista, finalmente,
aparece como un héroe valiente, determinado a luchar a favor de la justicia y el amor. Buscando, al fin y al
cabo, el sumo bien; en definitiva, el Reino de Dios y su implantación en la realidad vital del ser humano.
Este film nos despierta un renovado interés sobre cuestiones que han sido trabajadas y estudiadas desde
tiempo inmemorial, y nos da un fuerte pie para la propia reflexión, llevándonos en muchos casos a la investigación y al descubrimiento de otras formas de concebir la sociedad en que vivimos y la propuesta desde el
evangelio de Jesús. Hagamos como Neo, y tratemos de alumbrar esa caverna interna, que muchas veces está
detenida y llena de dudas.
Tiempo para la interiorización de la Palabra:



Agradecemos el amor de Dios que nos sostiene, repasamos nuestra historia de amor con Él
Creo en Dios Padre que me ama, en Dios Hijo que me salva, en Dios Espíritu Santo que me alienta…
¿Con qué palabra definirías al Dios en el que crees?
Gesto: Profesamos la fe en el Dios en quien creemos.
Podemos acercarnos al cirio pascual, a la Biblia abierta o al cuenco con agua
bendita y realizar un gesto: tocar el cirio, besar la palabra, inclinarnos ante
ella, hacer la señal de la cruz … mientras proclamamos nuestra fe:
“Creo en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que es para mí…” (misericordia,
perdón, alegría… cada uno indica la palabra con la que definiría a Dios)
2.- La puerta del testimonio: ANUNCIO
(Se introducen las imágenes de San Vicente y Santa Luisa)
El que ha traspasado la puerta de la fe no puede quedarse él solo con el regalo
que ha recibido, quien ha acogido la Buena Noticia del Evangelio, se siente
llamado a anunciarla a todos los Hermanos.
Quien se ha encontrado con Jesús de Nazaret y ha saboreado la experiencia del
Reino, quedará inquieto hasta convertirse en su seguidor y colaborador.
Es la experiencia de Vicente de Paúl, se ha encontrado con Cristo Evangelizador de los Pobres y se siente urgido a continuar su misión en la tierra: anunciarles a Cristo, su única esperanza.
Segunda Posible Interpretación
The Matrix es una película de ciencia ficción que, dirigida por los hermanos Wachowski y estrenada en
el año 1999, fue ganadora de múltiples Premios Oscar. Resulta novedosa la forma en que los directores han
podido plasmar contenidos teóricos, provenientes de la filosofía antigua, de un modo práctico, simple y diná22
“Entreguémonos a Dios para ir por toda la tierra a llevar su santo
Evangelio…Que no nos arredren las dificultades; se trata de la
gloria del Padre eterno y de la eficacia de la Palabra y de la
pasión de su Hijo. La salvación de los pueblos y nuestra propia
salvación son un beneficio tan grande que merece cualquier
esfuerzo” (SVP. XI, 290)
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CIÓN
A
R
O
E
ILIA D
VIG
ESTÁ A LA PUERTA Y LLAMA
Ambientación.
Bienvenidos todos a este encuentro de oración. En el marco de la Semana Vocacional, dentro del año de
la fe, el Señor nos convoca esta tarde y nos regala un espacio de encuentro en el que podamos sentirnos llamados a reavivar el don de la fe, y a compartir nuestra propia experiencia de fe y caridad.
Una vez más Jesús está a la puerta y llama:
 La puerta de esta comunidad reunida en su nombre para orar
 La puerta de su Palabra, que será proclamada en esta vigilia de oración
 La puerta de los acontecimientos vividos en esta semana vocacional, que son
historia de salvación para cada uno de nosotros
 La puerta de los testigos que nos han precedido, Vicente de Paul y Luisa de
Marillac
si alguien oye y abre…celebrará un banquete estupendo. Animémonos a abrir
las puertas en esta vigilia de oración.
Canto de entrada: (Se sugieren varios)
Firmes en la fe http://www.youtube.com/watch?v=IxpM9l2IJsY ,
Hasta los confines de la tierra,
Estoy a la puerta y llamo http://www.youtube.com/watch?v=GfrgF2eor1w
1.- La puerta de la fe: CREO
(Se introducen el cirio pascual, un cuenco con agua bendita y la Biblia y se
sitúan en un lugar central)
En el Antiguo Testamento, la fe se concretaba en la fórmula “apoyarse en
Dios”. Dios era el punto de apoyo sobre el cual descansaba toda realidad y, sobre todo, la existencia humana. El hombre solo puede encontrar un suelo firme, rocoso, sobre el que sostenerse, si se apoya en Dios. Él es esencialmente
fidelidad y firmeza.
Esta es nuestra experiencia como creyentes: Dios es nuestra roca. Y esta certeza orienta de manera nueva nuestra existencia de forma que encontramos nuestra felicidad, el sentido pleno de nuestra vida, siguiendo el plan que Dios ha
trazado para ella.
Canto: Confío (Ixcís) http://ixcis.org/audio_04.htm#
Sé de quién me he fiado, confío Señor en ti,
y aunque a veces parezca de piedra confío Señor en ti,
y aunque el corazón se pegue a la tierra confío en ti, confío en ti,
mi Señor, mi Señor.
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mico, para que el espectador pueda acercarse e interesarse por estas temáticas.
La imagen del film, futurista y con sofisticados efectos especiales, logra impactar al espectador desde lo
visual, haciendo que el elemento de lo filosófico y lo religiosos no aparezca, en un primer plano, desde el
inicio.
La película muestra por un lado la sociedad, conocida como Matrix, en la cual se encuentra el protagonista, muy semejante a la nuestra. Por otro lado el mundo real, de donde viene Trinity, que conoce la otra dimensión, la sociedad y la mira con otros ojos. Este mundo podríamos decir que es el de las personas que han
encontrado esa respuesta al fin último de la vida, es decir, el mensaje de salvación de Cristo, aceptando y
ofreciendo su vida por Él.
Pero aparece la siniestra presencia de los agentes; estos se podrían considerar como seres esclavizados
por el pecado. La línea telefónica, nexo de unión con el mundo real, puede hacer referencia al Espíritu Santo,
el cual es el que nos mantiene unidos. El Espíritu es la guía que lleva
hacia la salida, hacia la puerta correcta.
Neo recibe una llamada para darle a conocer la verdad, indicándole que
Matrix lo posee y a través de algo que él considera sin sentido, conoce a Trinity, la cual le habla de Matrix, de la respuesta. Tras esta conversación y al día siguiente, en su puesto de trabajo, le entregan un
paquete con un teléfono, del que recibe una llamada de Morfeo, una de
las personas conocidas por él, que conoce la respuesta, le indica que los
agentes le buscan y le muestra la salida, pero él no puede alcanzarla y
es capturado por los agentes.
Morfeo es un hombre que ha encontrado la fe, que ha renunciado a su vida anterior tras su encuentro con
la auténtica Vida (que ha nacido de nuevo), indicando a Neo el camino que debe seguir si quiere conocer la
verdad, pero él, por su falta de Fe, no puede alcanzar la salida.
Los agentes le intentan convencer para que les entregue a Morfeo, alguien peligroso para ellos, pero él
se niega y los agentes muestran su verdadero poder, impidiéndole hablar e introduciéndole un "parásito”. Más
adelante es recogido por Trinity, quien le extrae el parásito, pudiendo así ser conducido al lugar en que se encuentra Morfeo. Él le habla de Matrix; sabe que Neo está buscando la respuesta y se encuentra desconcertado,
le habla de su destino y libertad, pues es esclavo, en una prisión que es su mente. Le brinda la oportunidad de
conocer la verdad: le ofrece dos pastillas; la pastilla azul, que si la toma olvidará todo lo ocurrido y volverá a
su mundo, y la pastilla roja que le abrirá el camino a la verdad. En resumen, lo que hace es ponerle por primera vez ante la libertad de la toma de una auténtica decisión, le sitúa ante un acto de libertad.
Neo está deseoso de conocer la verdad y sabe que en la sociedad no la va a encontrar; por eso, ante su
negativa, intentan, a través de las tentaciones del mundo, poder, posesiones, placeres (parásito) controlar su
mente y su vida; pero él busca la verdad y confía en estas personas para conocerla. El hombre de fe (Morfeo),
le predica la Salvación, le brinda la esperanza y le habla del destino, y de su mente, su ser , que está preso,
preso en el mundo que vivimos, preso de la influencia cultural , preso de nuestros propios engaños, preso de
las comodidades sociales , preso de la indiferencia , preso de la desilusión…. Las pastillas representan la libertad que todo hombre tiene de recibir la fe; puede rechazarla (pastilla azul) y seguir en su mundo o recibirla y
nacer de nuevo (roja).
Neo escoge tomar la pastilla roja y es entonces cuando ocurre lo más inesperado, pues descubre que él
no vivía en un mundo real, sino que era fruto de una manipulación. En este momento se desprende de su unión
al mundo ficticio, conociendo su propia naturaleza y realidad.
Este es el momento en el que se produce el nacimiento de nuevo, (por eso decía con anterioridad que
curiosamente el protagonista se llamaba Neo, es decir, nuevo); cuando una persona escoge el camino que Cristo nos brinda y lo hace presente en su vida, presenta su renuncia a lo que antes ha conocido y comienza una
nueva vida, naciendo de nuevo en Cristo:
"El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará" (Mateo 10.39),
que se representa con la acción del sacarlo del agua, es decir, de pescarlo, como Él nos dice:
"y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres" (Mateo 4.19) .
Me libró, porque se agradó de mí." (Salmo 18.16-19).
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Una vez que es rescatado, se produce su recuperación. Él duda de si está muerto y le responden: en absoluto. En su recuperación conoce a toda la tripulación y a varios que no han sido rescatados de Matrix, sino que
han nacido en libertad. Tras esto se produce su instrucción, exponiéndole las diferencias del mundo real con
Matrix y le hablan del "elegido" y de ese hombre que les libró y les abrió las puertas a la verdad y de su vuelta
al mundo y de Sión, la ciudad donde viven los elegidos. Existe una persona llamada "Oráculo", que conoce
cosas sobre el futuro de los elegidos. Le presentan a Neo y le profetiza, indicándole que no es el elegido, pero
que tendrá la vida de Morfeo en sus manos.
Una vez que ha nacido de nuevo, se siente distinto, pero no está muerto, sino en verdad vivo.
Entiendo que el elegido, que después descubrimos en la película que es Neo, se refiere a una persona que de
verdad confíe y tenga una gran Fe para dominar las potestades espirituales, es decir, un creyente fuerte, con
una Fe afianzada en auténticos pilares de experiencia de Dios, tal y como se nos muestran en las escrituras los
apóstoles y primeros discípulos, que curaban enfermos y hacían milagros, o como nos indica el propio Jesús
"... porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí
allá, y se pasará; y nada os será imposible" (Mateo 17.20).
La figura del Oráculo, muestra a un profeta, que le habla de algo tan importante para un creyente, como
es el dar la vida por sus amigos, tal y como Cristo nos lo indicó: "Este es mi mandamiento: Que os améis unos
a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan
15.13-14).
Pero, como le ocurrió al propio Señor, aquí también existe un traidor, el cual quiere más al mundo irreal,
que representa Matrix, que la realidad y les traiciona. Existe una gran pelea, en la cual es atrapado Morfeo y el
traidor mata a varios de los elegidos, pero es muerto sin conseguir su objetivo. Mostrando un paralelismo con
las Escrituras, existe su "Judas" particular. Las distintas peleas que existen a lo largo de la película, pueden ser
interpretadas en un sentido espiritual como luchas entre seres aferrados a la realidad social y seres que luchan
por la auténtica libertad del Reino de Dios.
Una vez rescatados, Neo debe elegir; tiene en sus manos la vida de Morfeo, tal y como le vaticinó el
Oráculo y decide poner su vida en peligro para salvar a Morfeo. Empieza a tener experiencia de que en él está
el poder para derrotar a los agentes.
Neo empieza a tener consciencia de lo que se puede lograr con la fuerza de la Fe, para nosotros en Cristo el Señor. Y con esa fuerza ser capaz de arriesgar su vida por Morfeo, al igual que desde la fe en el Señor
nosotros podemos ser capaces de ofrecer nuestra vida por los hermanos. Se produce una gran lucha entre Neo
y los agentes, en la cual Neo muere; pero gracias a la confianza de Trinity, él resucita y ve de otra manera todo
Matrix, consiguiendo vencer a los agentes. Esta experiencia de muerte y resurrección hace que pueda afrontar
este paso que representa la negación de sus propios miedos naturales, y vencer al maligno.
La película concluye con Neo haciendo
llamadas a otras personas que habitan dentro
de Matrix, ofreciéndoles la verdad y ayuda
para encontrar el camino.
Ambientación
Oramos
Señor:
En este último día de la Semana Vocacional Tú llegas a nuestro mundo
damos gracias al Señor porque se hace presente en y nos invitas a abrir la puerta
nuestras vidas a través de los demás y le pedimos que
nos ayude a ser “puerta abierta” para todos ..
de nuestro corazón a todos los hombres.
Canto: Brotes de olivo- CD: Dame vida
Tú ya nos dijiste que eres Tú quien viene
cuando alguien llama a nuestra puerta.
Nada nos separará, nada nos separará.
Nada nos separará del amor de Dios.
Tu palabra es ésta:
“He aquí que estoy a la puerta y llamo.
Si alguno oye mi voz y abre la puerta,
Yo entraré y cenaré con él y él conmigo”.
Háblame Ap. 3,20
Mira que estoy a la puerta llamando. Si uno
escucha mi llamada y abre la puerta, entraré en su
casa y cenaré con él y él conmigo.
Quiero hablar contigo, quiero ver tu mirada,
quiero sentir que me quieres como soy.
Entra en mi vida, te abro la puerta.
Te escucho
Señor:
que sepamos escuchar tu voz,
esa voz que nos llega
por nuestros hermanos.
Que abramos la puerta para acogerte a Ti,
y en Ti a todos los hombres.
Haz silencio y prepara el corazón.
 El Señor está a tu puerta llamando.
 ¿Le abrirás para hablar con Él de corazón a corazón?
Comparte lo que has ido escribiendo en la puerta durante toda la semana.
Canto:
Abro mi puerta (Leo y reflexiono)
Nada nos separará, nada nos separará.
Nada nos separará del amor de Dios.
“Aquí nos preguntamos: ¿Cómo podemos recibir y conservar este don de la alegría profunda, de la
alegría espiritual?
Un Salmo dice: «Sea el Señor tu delicia, y él
te dará lo que pide tu corazón» (Sal 37,4). Jesús explica que «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo
vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender
todo lo que tiene y compra el campo» (Mt 13,44).
Encontrar y conservar la alegría espiritual surge del
encuentro con el Señor, que pide que le sigamos, que
nos decidamos con determinación, poniendo toda
nuestra confianza en Él. Queridos jóvenes, no tengáis miedo de arriesgar vuestra vida abriéndola a
Jesucristo y su Evangelio; es el camino para tener la
paz y la verdadera felicidad dentro de nosotros mismos, es el camino para la verdadera realización de
nuestra existencia de hijos de Dios, creados a su
imagen y semejanza.”
Benedicto XVI – Mensaje JMJRoma 2012
24
37
ENES
V
O
J
E
LER D
TAL
Y llevaré todo aquello que no pesa:
Muchos nombres con su historia,
mil rostros en el recuerdo,
la vida en el horizonte,
Ambientación
La figura y la presencia de María será la que
nos ayude hoy a salir al encuentro de nuestros hermanos, así como Ella lo hizo con aquellos que más
la necesitaban.
proyectos para el camino.
Valor si tú me lo das,
amor que cura y no exige.
Tú como guía y maestro,
y una oración que te haga presente:
Canto: IXCÍS- CD: Confío
Hágase en mí, cuanto quieras, como quieras dónde
quieras.
Aquí estoy para vivir tu palabra..
“A ti, Señor, levanto mi alma, en ti confío,
no me dejes. Enséñame tu camino,
Mira mi esfuerzo. Perdona mis faltas.
Ilumina mi vida, porque espero en ti".
Háblame Lc. 1,39-45
Entonces María se levantó y se dirigió apresuradamente a la serranía, a un pueblo de Judea. Entró
en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel
oyó el saludo de María, la criatura dio un salto en su
vientre; Isabel, llena de Espíritu Santo, exclamó con
voz fuerte: ---Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que me
visite la madre de mi Señor? Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura dio un salto de
gozo en mi vientre. ¡Dichosa tú que creíste! Porque
se cumplirá lo que el Señor te anunció.
Canto:
Hágase en mí, cuanto quieras,
como quieras dónde quieras.
Aquí estoy para vivir tu palabra..
“ Mira que estoy a la puerta y llamo…”
Es verdad. Estoy a la puerta de tu corazón, día y noche. Aún
cuando tú no estás escuchando, aún cuando dudas de que pueda
ser Yo, Yo estoy ahí. Yo estoy esperando aún la señal más pequeña de tu respuesta, el menor susurro para invitarme, y que
Me permitas entrar.
No se cansa de llamar: al amanecer, al mediodía, al atardecer y a media noche. Siempre. Llama porque está enamorado de
nosotros; porque no se cansa de amar; porque quiere que todos
los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad;
porque ha venido a liberamos del mal.
Llama porque es respetuoso: no fuerza, no obliga, no violenta el seguimiento. Llama con insistencia: propone, sugiere,
invita... “Venid con conmigo y os haré pescadores de hombres”.
Te escucho
Haz silencio y prepara el corazón.
 Ponerse en camino, dejar una casa, nuestras seguridades, nos obliga a llevar lo imprescindible. Hay
muchas cosas que “nos atan”.
Como María lo hizo, ¿estás dispuest@ a salir
“apresuradamente” al encuentro de los que más lo
necesitan?
Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las
autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor,
reconocido artista. Llegado el momento, se tiró el paño que velaba el cuadro. Hubo un caluroso
aplauso.
Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa.
Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le
respondía.
Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Un observador muy curioso, encontró un fallo en el
cuadro. La puerta no tenía cerradura.
Y fue a preguntar al artista:
Su puerta no tiene cerradura!, ¿Cómo se hace para abrirla?.
El pintor tomó su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera: Apocalipsis 3,
20: 'He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y
cenaré con él, y él conmigo.'
Así, respondió el pintor. Ésta es la puerta del corazón del hombre. Solo se abre por dentro.
Oramos (recitamos junt@s)
Mi equipaje será ligero,
para poder avanzar rápido.
Tendré que dejar tras de mí la carga inútil:
las dudas que paralizan
y no me dejan moverme.
Los temores que me impiden
saltar al vacío contigo.
Las cosas que me encadenan y me aseguran.
Tendré que dejar tras de mí el espejo de mí mismo,
el “yo” como únicas gafas, mi palabra ruidosa.
Canción: Tan solo he venido https://www.youtube.com/watch?v=6jNwip488CA
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25
DESCUBRO MI VERDAD
Mi verdad está hecha de errores, de heridas, de miedos,
de inquietud y duda, de silencios que a veces son vacíos
y a veces sonoros.
Mi verdad también tiene complejos,
miedo al ridículo, soledad, incomprensión y malos ratos.
Mi verdad no es una bonita estatua perfecta e impasible,
sino más bien un mimo con la cara alegre y triste a un tiempo,
que puede resultar azotado por el viento,
sufrir el frío y mezclar las gotas de lluvia con llanto,
o por el contrario puede agradecer un rayo de sol o una brisa fresca...
Mi verdad tiene heridas, sí. ¿Y quién no?
En esta jornada que comienza nos ponemos
ante el Señor como aquel ciego, y le pedimos que
sea Él la luz de nuestro camino.
Canto: AIN KAREM- CD: Alégrate
Mi verdad tiene secretos. Pero contigo no sirven las máscaras.
No sirven porque no las necesito.
Y no las necesito porque cuando tú me miras ves lo bueno
que a veces ni siquiera yo sé ver.
Cuando tú me miras ves todas las posibilidades que a mí se me escapan.
SÉ MI LUZ, ENCIENDE MI NOCHE (3),
MI NOCHE, SÉ MI LUZ.
El camino sin ti es tan largo
y tu llanto acoge mi dolor.
Tu Palabra acalla mi miedo
y tu grito se expresa en mi canto.
Donde yo me encuentro petrificado tú ves posibilidades.
Donde yo me sé frágil tú ves otro tipo de fuerza.
Donde yo me intuyo egoísta tú adivinas puertas.
Donde yo temo tú sonríes. Donde yo dudo tú encuentras fe.
Háblame Mc. 10,46-52
¿Qué ves cuando me miras, Señor?
Ojalá yo fuese capaz de ver lo mismo.
Ojalá yo fuese capaz de adivinar toda la fuerza,
la pasión, el torrente de vida que está llamado a salir de mí.
Ojalá pueda hacerlo, vivir sin miedo... gritar sin reparo...
hacer sin condiciones... amar sin barreras...
trabajar sin límites... y así construir, en este mundo,
en mi mundo, tu Reino. Con la fuerza que tú pones en mí.
SÉ QUE NO ESTOY SOL@
Oigo tus palabras: “Yo estoy contigo”.
Y es que contigo, Señor nada temo.
Cuando Jesús bajó de la ladera de la montaña, lo siguieron grandes multitudes. Un hombre que tenía
lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. Señor, si quieres, puedes limpiarme.Jesús extendió la
mano y tocó al hombre.
Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano de la lepra. (Mt 8,1-3)
¿Sientes que en tu vida hay cosas que
sobran, que te quitan autenticidad,
que te impiden moverte con libertad,
que te restan dignidad?
Quiero limpiarme de :


Quiero abrir los ojos del corazón y con 'nuevos ojos
de ver' mirar la luz y buscar el bien y la belleza,
la verdad y el amor en mi corazón escondido y
silencioso.
Quiero, Señor, construir mi vida desde la Vida.
Quiero levantar mi vuelo
desde una libertad responsable.
Quiero hacer verdad en mi camino
desde la Verdad.
Quiero, Señor, vivir el amor y el servicio
desde el Amor.
Te necesito, Tú que eres la respuesta
a mi búsqueda.
Ambientación
Señor Jesús, abre mis ojos a la luz de tu verdad.
Abre mis ojos al corazón del hombre que transciende; a los valores de tu Reino.
Abre mis ojos a la bondad y la ternura, al perdón,
a la justicia, a la fraternidad, a la verdad,
a la pureza y a la sencillez.
Señor Jesús, abre mis ojos a los valores que no se
acaban.
Llegaron a Jericó. Y cuando salía de allí con
sus discípulos y un gentío considerable, Bartimeo,
hijo de Timeo, un mendigo ciego, estaba sentado a
la vera del camino. Al oír que era Jesús de Nazaret,
se puso a gritar: ---¡Jesús, Hijo de David, ten piedad
de mí! Muchos lo reprendían para que se callase.
Pero él gritaba más fuerte: ---¡Hijo de David, ten
piedad de mí! Jesús se detuvo y dijo: ---Llamadlo.
Llamaron al ciego diciéndole: ---¡Ánimo, levántate,
que te llama! Él dejó el manto, se puso en pie y se
acercó a Jesús. Jesús le preguntó: ---¿Qué quieres de
mí? Contestó el ciego: ---Maestro, que recobre la
vista. Jesús le dijo: ---Vete, tu fe te ha salvado. Al
instante recobró la vista y lo seguía por el camino.
Señor Jesús:
¡quiero vivir con fuerza y desde dentro!.
Señor Jesús, quiero pedirte fuerza para optar.
Fuerza para optar como persona, como joven.
Fuerza para optar por una fe recia en ti.
Fuerza para optar por un proyecto de vida; para
optar por los necesitados de ayuda.
Fuerza para optar por una vida sin término;
para optar y vivir siempre decidid@ a comenzar
de nuevo.
Te escucho
Haz silencio y prepara el corazón.
 ¿Qué cosas nos “ciegan” y no nos dejan ver las
necesidades de los demás?
Jesús nos dice, como al ciego, “¿Qué quieres de
mí?”, y tú, ¿te acercas a Jesús para pedirle su ayuda?
Canto: Sé mi luz,…….
Oramos (hacemos eco del Salmo)
Como si empezara a salir de un sueño, así me siento,
Señor Jesús.
Comienzo a saborear el alba de un nuevo amanecer,
y es algo así como la paz después de la tormenta.
Un arco iris se abre sobre mi vida en búsqueda y
ahora sé que después de la tempestad viene la calma.
Señor Jesús, Señor del sosiego y de la serenidad,
acompáñame en este nuevo camino.
Yo quiero Señor, poner mis ojos dentro.
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35
Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en
casa paralítico con terribles sufrimientos.». Le dijo Jesús: «Yo iré a curarle.» Replicó el centurión:
«Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi criado quedará
sano. (Mt 8, 5-8)
Ambientación
Oramos (hacemos eco del Salmo 136)
Nos ponemos ante el Señor para comenzar este
día siempre a su lado porque queremos que sea Él, el
que nos dé la verdadera vida para ofrecerla a lo demás.
Te doy gracias, Señor, porque eres bueno,
porque es constante y eterno tu amor conmigo.
…..
Estoy contigo cuando necesitas una palabra a la que agarrarte, cuando necesitas a alguien en quien confiar, cuando un solo gesto, una mirada, son suficientes para creer firmemente en que “Yo estoy contigo”.
Te doy gracias, Señor, Dios de todo,
porque en todo lo mío Tú intervienes,
porque es constante y eterno
tu amor conmigo.
Canto:
IXCÍS- CD: Abrazando la noche
Fíate de Mí.
Yo estaré contigo, a tu lado siempre. Fíate.
Fíate de Mí. No tengas miedo.
Fíate de Mí, de Mí, de Mí, de Mí fíate.
Tú haces grandes maravillas:
la potencia del Universo, el misterio de la Vida,
la fuerza del Amor, mi propio ser.....
porque es constante y eterno tu amor con todo
y también conmigo.
Háblame Jn. 6,1-14
Después de esto pasó Jesús a la otra orilla del
lago de Galilea --el Tiberíades--. Le seguía un gran
gentío, pues veían las señales que hacía con los enfermos. Jesús se retiró a un monte y allí se sentó con
sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los
judíos. Alzando la vista y viendo el gentío que acudía
a él, Jesús dice a Felipe: ---¿Dónde compraremos pan
para que coman ésos? --lo decía para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer--. Felipe le
contestó: ---Doscientos denarios de pan no bastarían
para que a cada uno le tocase un pedazo. Uno de los
discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dice: ---Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes
de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es eso para tantos? Jesús dijo: ---Haced que la gente se siente. Había hierba abundante en el lugar. Se sentaron. Los
varones eran cinco mil. Entonces Jesús tomó los panes, dio gracias y los repartió a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados: dándoles todo
lo que quisieron. Cuando quedaron satisfechos, dice
Jesús a los discípulos: ---Recoged las sobras para que
no se desaproveche nada. Las recogieron y, con los
trozos de los cinco panes de cebada que habían sobrado a los comensales, llenaron doce cestas. Cuando
la gente vio la señal que había hecho, dijeron: ---Éste
es el profeta que había de venir al mundo.
¿Qué me produce desasosiego,
miedo, intranquilidad?
Estoy contigo en la dificultad, en los
momentos de temor, duda e incertidumbre.
Estoy aunque parezca dormido. (Mt 8, 2327)
Cuando no tenía fuerzas, me abriste el camino: pasé y fui salvado por Ti desde la experiencia del antiguo Egipto sentí en mi vida una vez más que es
constante y eterno tu amor conmigo.
Me llevas al desierto, pero vienes conmigo,
me sacas... y me guías a tu estilo haciendo brotar
fuera aquello que en mí, tú pusiste escondido, rompiste mis cadenas y viniste conmigo; yo, a tientas,
descubría porque es constante y eterno tu amor
conmigo.
Tú me das, Señor, el pan que necesito,
el pan que me da vida.
Si recuerdo mi historia....
has puesto en cada instante el pan que necesito.
No me dejes, ahora que estoy cansado hazme experimentar que es constante y eterno tu amor conmigo.
Canto: Fíate de Mí…….
Te escucho
Haz silencio y prepara el corazón.
¿Eres como el niño? ¿Ofreces lo que tienes, “tus cinco panes y dos peces”(tu tiempo, tu disponibilidad),
para que se beneficien los que más lo necesitan?
CONTIGO DESCUBRO MI VOCACIÓN
Marta, Marta…. Jesús llama a Marta por dos veces, evocando el modo en que fue llamado Moisés ante
la zarza ardiente, porque el lugar que ella pisa, su propia casa es también sagrada, y hay en ella un fuego que
no se consume. ¿Cómo irá Marta aprendiendo a descalzarse? El deseo de Jesús es que Marta viva acompañada
y aquietada con él en la casa. Lo que quiero es que puedas sentir mi amor hacia ti.
El aprendizaje que va a hacer Marta es el de acoger lo que viene y acogerse a si misma soltando aquello que provoca los ruidos: la comparación, el juicio, el rechazo, la queja...y entrando en la realidad desde un
silencio que respeta. Las cosas aparentemente se desarrollan igual pero nosotros estamos situados de forma
distinta y somos capaces de dar la bienvenida a lo que acontece, aunque no podamos alcanzar a comprenderlo
del todo.
¿Y si elegir la mejor parte fuera vivir desde este centro, acoger lo de Dios en nosotras en toda realidad,
a través de todas las cosas?
“Seis días antes de la fiesta judía de la Pascua, llegó Jesús a Betania donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Ofrecieron allí una cena en honor de Jesús. Marta servía la mesa y Lázaro era uno de los comensales” (Jn 12,2)
Marta nos enseña que “servir” no es nada que añadimos a nuestra vida, ni nada que dependa de mérito
alguno por nuestra parte; que el servicio es despliegue natural de lo que somos. Cuando el árbol se sabe enraizado en la tierra, va amando su semilla, se abandona al tiempo que lo madura, y acoge con sorpresa el fruto
que asoma; no puede más que entregarlo.
El servicio es lo que nuestra vida da de si cuando la vivimos en profundidad. Servir es darnos por desbordamiento. Entonces la vida se hace ancha y amable, cobran luz las cosas y los rostros; y cuanto más se
ofrece más se desborda el corazón y más recibe
¿Cómo puedo darme, entregarme, servir…?
¿Qué puedo ofrecer?
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ULTOS
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A
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ESIS
CATEQU
TRANSMITE LA FE CON TU VIDA
Introducción:
Nuestra vida es un camino con diferentes etapas, vamos caminando hacia una meta a la que todos somos llamados: ser en plenitud. Mientras tanto somos seres menesterosos, que por unas cosas u otras no acabamos de sentirnos realizados. El ser humano se define como buscador, buscador de un encuentro que transforme su vida de una vez para siempre.
Este año se nos llama a tomar conciencia, a reflexionar y experimentar nuestra Fe. El Papa nos invita a
entrar en la dimensión profunda del don que se nos dio en nuestro bautismo. La Fe es el pilar que sostiene
nuestra vida de seguidores de Cristo, sin ella es difícil adherirse a Cristo.
Por eso, uniéndonos a toda Iglesia, juntos, vamos a reflexionar sobre la importancia de nuestra Fe. Para
ello nos centraremos en tres aspectos:
La Fe que nos mueve a relacionarnos con Dios.
La Fe que nos ayuda a vivir y celebrar en la Iglesia.
La Fe que nos impulsa a ser testigos en medio de la sociedad.
Como vicencianos no podemos olvidar que esa Fe nos acerca a la realidad de los más pobres y desheredados de la sociedad, abriéndonos la mente y los ojos, moviendo nuestro corazón y activando nuestras manos
para ser signo vivo del amor de Dios en medio de las pobrezas de nuestro mundo.
1.- La Fe que nos mueve a relacionarnos con Dios.
Como dice Benedicto XVI: “La Fe no es fruto del esfuerzo humano, de su razón, sino que es un don
de Dios” (Homilía JMJ 2011).
Dios capacita a todo ser humano para poder relacionarse con él. La persona en su realidad personal tiene diferentes necesidades que cubrir y una de ellas es la necesidad espiritual, la necesidad de transcendencia,
la necesidad de responder a preguntas que la razón se ve incapaz de dar respuesta. En definitiva, toda persona
tiene la capacidad de relación con el Absoluto, con Dios. Que desarrolle o no esa capacidad depende de muchos factores.
Nosotros hemos recibido el don de la Fe, un regalo que nos posibilita dar respuestas a preguntas como:
¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy?. Hablamos mucho de la Fe, sobre todo en nuestros ambientes
cristianos, pero en realidad ¿qué es la Fe?
Piensa por un momento y comparte con el grupo qué es para ti la Fe (lluvia de ideas)
A la luz de la Palabra: (Lc 18,35-43)
Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino
mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. Y le dijeron que pasaba
Jesús nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los
que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten
misericordia de mí! Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le
preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo:
Recíbela, tu fe te ha salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando
vio aquello, dio alabanza a Dios.
28
Ambientación
Abro mi puerta (Leo y reflexiono)
En esta mañana empezamos el día dando gracias al
Señor por el don de la fe, por el don de la vida, porque siempre está a nuestro lado y nos da su amor
para que se lo ofrezcamos a los demás.
“Se trata de que vosotros seáis los artífices del futuro de vuestro país, y cumpláis con vuestro papel en
la sociedad y en la Iglesia. Tenéis un lugar privilegiado en mi corazón y en toda la Iglesia, porque la
Iglesia es siempre joven. La Iglesia confía en vosotros. Cuenta con vosotros. Sed jóvenes en la Iglesia.
Sed jóvenes con la Iglesia. La Iglesia necesita vuestro entusiasmo y creatividad. La juventud es el momento en el que se aspira a grandes ideales, y el periodo en que se estudia para prepararse a una profesión y a un porvenir. Esto es importante y exige su
tiempo. Buscad lo que es hermoso y gozad en hacer
el bien. Dad testimonio de la grandeza y la dignidad
de vuestro cuerpo, que es «para el Señor» (1
Co6,13b). Tened la delicadeza y la rectitud de los
corazones puros. Como el beato Juan Pablo II, yo
también os repito: «No tengáis miedo. Abrid las
puertas de vuestro espíritu y vuestro corazón a Cristo». En él encontraréis la fuerza y el valor para
avanzar en el camino de vuestra vida, superando así
las dificultades y aflicciones. En él encontraréis la
fuente de la alegría. Cristo os dice:”Mi paz os doy”.
Aquí está la revolución que Cristo ha traído, la revolución del amor.”
Benedicto XVI a los jóvenes del Líbano.
Canto: Brotes de olivo- CD: Desde tu fuente
Sentarme a tu lado, estar contigo
todos los días de mi vida.
Gustar tu dulzura, saber que me amas
y que en mi noche me iluminas.
Mi luz, mi salvación, mi refugio,
siempre estarás tú, mi Señor, conmigo.
Escucha mi canto, también, mi plegaria,
que sepa que nunca me engañas.
tú eres mi amigo, ¡jamás me abandonas!
me llevarás por senda llana.
Mi luz, mi salvación, mi refugio,
siempre estarás tú, mi Señor, conmigo.
Señor de mi cielo, señor de mi entraña,
me has hecho a tu semejanza.
Me pides, con otros, que obremos unidos
y seamos juntos tu Palabra.
Háblame Lc. 6,6-11
Canto:
Otro sábado entró en la sinagoga a enseñar. Había
allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
Los letrados y los fariseos lo espiaban para ver si sanaba en sábado, para tener algo de qué acusarlo. Él,
leyendo sus pensamientos, dijo al hombre de la mano
paralizada: ---Levántate y ponte de pie en medio. Él
se puso en pie. Después se dirigió a ellos: ---Yo os
pregunto qué está permitido en sábado: ¿Hacer el
bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla? Después, mirando a todos en torno, dijo al hombre: --Extiende la mano. Lo hizo y la mano quedó sana.
Ellos montaron en cólera y deliberaban qué hacer
con Jesús.
Mi luz, mi salvación, mi refugio,
siempre estarás tú, mi Señor, conmigo.
Te escucho
Haz silencio y prepara el corazón.
El sábado para los judíos era el día del
“descanso sagrado”. ¿Estás dispuest@ a renunciar a
tu “día sagrado” para salir al encuentro y ayuda del
que te necesita?
33
Ambientación
Oramos
Comenzamos la primera mañana de esta Semana Vocacional presentando ante el Señor nuestra
vida. Necesitamos oír su voz entre tanto ruido que
hay a nuestro alrededor. Él nos va a hablar a través
de pequeños detalles, de pequeños gestos. Abramos
nuestro corazón y respondamos con generosidad.
Quiero, Señor, en tus manos grandes,
dejarme moldear como arcilla cremosa,
dejarme abandonar en el amor.
Haz, Señor, que en este día
sienta que tú eres mi fortaleza,
mi refugio en los momentos de peligro.
Canto: Brotes de olivo-CD: Cómo te podré pagar
Quiero vivir como un niño en brazos de su madre.
Déjame, Señor, que de verdad crea que tú eres mi
Padre,
que me cuidas más que al pájaro y la rosa.
Déjame acurrucarme en la noche,
en la ternura de tu inmenso cariño.
En mi debilidad, me haces fuerte.
En mi debilidad, me haces fuerte.
Sólo en tu amor me haces fuerte,
sólo en tu vida me haces fuerte.
En mi debilidad, te haces fuerte en mí.
Háblame
Quiero dejarme en tus manos,
abandonado de todas las preocupaciones,
con el gozo de que tú me sostienes.
Quiero abandonarme, pues sé que tú no fallas,
eres la fidelidad a la cita,
la alegría que nadie me podrá arrebatar.
Tú eres mi confianza, pues todo lo que me ocurre
sé que está pesado en la balanza del amor. Amén
Lc. 10,25-37
En esto un doctor de la ley se levantó y, para ponerlo a prueba, le preguntó: ---Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? Jesús le contestó: --¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees?
Respondió: ---Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con
toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo. Entonces le dijo: ---Has respondido correctamente: obra
así y vivirás. Él, queriendo justificarse, preguntó a
Jesús: --- ¿Y quién es mi prójimo? Jesús le contestó:
---Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Tropezó
con unos asaltantes que lo desnudaron, lo hirieron y
se fueron dejándolo medio muerto. Coincidió que
bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verlo,
pasó de largo. Lo mismo un levita, llegó al lugar, lo
vio y pasó de largo. Un samaritano que iba de camino llegó a donde estaba, lo vio y se compadeció.
Le echó aceite y vino en las heridas y se las vendó.
Después, montándolo en su cabalgadura, lo condujo
a una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó dos
denarios, se los dio al posadero y le encargó: Cuida
de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a la vuelta.
¿Quién de los tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los asaltantes? Contestó: ---El que lo trató con misericordia. Y Jesús le
dijo: ---Ve y haz tú lo mismo.
Canto:
En mi debilidad, me haces fuerte.
Sólo en tu amor me haces fuerte,
sólo en tu vida me haces fuerte.
En mi debilidad, te haces fuerte en mí.
Hemos podido dar muchas respuestas a la pregunta ¿qué es la Fe?: confianza, capacidad para creer,
virtud teologal, fundamento de lo que se espera, aceptación de la revelación… Por medio de la Fe, Dios actúa
en nuestra persona. Cuando Jesús cura al ciego de Jericó le dice: “tu fe te ha salvado”. Por medio de la fe Bartimeo se adhiere a Jesús y deja obrar a Dios en su persona. El texto nos recuerda que la Fe nos da la posibilidad de poder relacionarnos con Dios, de poder ver con otros ojos que no son los físicos, de poder ir más allá
de lo tangible y medible. Para ello Bartimeo escucha la llegada de Jesús, está atento, y le pide su ayuda.
Para pensar
¿Qué te anima a encontrarte con Jesús?
¿Qué momentos tienes de encuentro con Cristo que estimulen y ayuden a hacer crecer tu
Fe?
Hoy Jesús te pregunta a ti: ¿qué quieres que te haga? ¿Qué necesitas que Jesús haga por ti
para adherirte más a él?
2.- La Fe que nos ayuda a vivir y celebrar en la Iglesia.
Como personas sabemos que tenemos una dimensión social que hemos de cuidar. Las relaciones sociales son imprescindibles para el crecimiento de la persona. La Fe también se vive con los demás, tiene su dimensión comunitaria. Nuestra vida de Fe no la podemos vivir aislados, hemos de vivirla con el resto de hermanos en las comunidades pequeñas y en la gran Comunidad que es la Iglesia.
Como seguidores de Jesús, como un pilar clave para nuestro crecimiento de Fe, hemos de compartir,
orar y celebrar la fe en comunidad, sobre todo en la celebración comunitaria de la oración y los sacramentos.
Nuestra vida sacramental nos lleva a vivir la comun-unidad, a crear y reforzar los lazos de la fraternidad por
medio del don de la Fe y de la presencia de Jesús entre nosotros.
“La misma profesión de fe es un acto personal y al mismo tiempo comunitario. En efecto, el primer
sujeto de la fe es la Iglesia. En la fe de la comunidad cristiana cada uno recibe el bautismo, signo
eficaz de la entrada en el pueblo de los creyentes para alcanzar la salvación. Como afirma el
Catecismo de la Iglesia Católica: «“Creo”: Es la fe de la Iglesia profesada personalmente por cada
creyente, principalmente en su bautismo. Como se puede ver, el conocimiento de los contenidos de la
fe es esencial para dar el propio asentimiento, es decir, para adherirse plenamente con la inteligencia
y la voluntad a lo que propone la Iglesia. El conocimiento de la fe introduce en la totalidad del
misterio salvífico revelado por Dios. El asentimiento que se presta implica por tanto que, cuando se
cree, se acepta libremente todo el misterio de la fe, ya que quien garantiza su verdad es Dios mismo
que se revela y da a conocer su misterio de amor”. (Benedicto XVI, Porta Fidei, 17-18)
Un cristiano no puede vivir su fe aisladamente. Es cierto que la Fe tiene un aspecto personal, es un regalo que Dios da a cada uno, pero esa Fe es compartida por todo aquel que vive el seguimiento de Jesús como
manera de vivir y ser en medio de la sociedad, y nos hace partícipes de la gran familia que es la Iglesia. La Fe
nos lleva a estar atentos a la voz de Dios, a buscar su voluntad personal y comunitariamente, lo que me lleva a
encontrar mi lugar dentro de la Iglesia, a implicarme y comprometerme.
Para pensar
¿Cómo vivo la dimensión comunitaria de la Fe?
¿Cuál y cómo es mi comunidad de referencia?
¿Cómo es mi celebración de la Fe en los sacramentos?
Por medio de la Fe ¿Qué implicación y compromisos adquiero en la gran comunidad que
es la Iglesia?
Te escucho
Haz silencio y prepara el corazón.
Y tú, ¿con cuál de los tres personajes te identificas?
¿En qué ocasiones has sido un “buen samaritano”?
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3.- La Fe que nos impulsa a ser testigos en medio de la sociedad.
Juan Pablo II en su encíclica “Fides et ratio” nos recuerda:
“La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la
contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón de la persona el deseo de conocer la
verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar
también la plena verdad sobre sí mismo”.
ORACIÓN
Canto:
Confío en Ti, de Ti me fié,
no andaré tus pasos, si no es desde la fe.
Justo he de vivir, si en Ti confié.
Dame Dios tu Espíritu, dame Tú la fe.
Salmo 130
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
El conocer la verdad sobre nosotros mismos, desde la Fe, nos lleva a centrar nuestra vida en Dios, en
Cristo. Al darle sentido a nuestra vida no podemos callar y se nos llama a dar testimonio de aquello que nos
sostiene. Así nos lo dicen los apóstoles en sus cartas. Así el apóstol Pedro nos dice que debemos estar dispuestos a dar razón de nuestra esperanza (1ª Pe 3,15) y el apóstol Santiago nos recuerda que la Fe sin obras está
muerta (St 2,17-18). Estamos llamados a ser testigos por medio de la Fe en Cristo de la Buena Noticia.
Como nos dice San Vicente de Paúl “no basta con que yo ame a Dios si no lo ama mi prójimo”(C.XII,
262), no podemos vivir nuestra vida de fe sin testimoniarla, sin aceptar las oportunidades que Dios pone en
nuestro camino, en nuestra jornada, de transmitir nuestra Fe, siempre mostrando aquello que nos llena, que nos
hace felices. Cuando realmente Cristo llena nuestra vida, de lo que está lleno el corazón hablan los labios, y al
mostrarlo no suena a imposición, sino a compartir experiencia de vida, para acercar a los demás a la Vida.
Nos pide Benedicto XVI que nos dejemos impulsar por el Espíritu y que dejemos que la Caridad de
Cristo nos inquiete, nos motive y no nos acomode, sino que nos haga estar atentos a las realidades de la sociedad que necesitan del amor de Dios. Así nos dice en el documento “Porta Fidei”:
“«Caritas Christi urget nos» (2 Co 5, 14): es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y
nos impulsa a evangelizar. Hoy como ayer, él nos envía por los caminos del mundo para proclamar su
Evangelio a todos los pueblos de la tierra (cf. Mt 28, 19). Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los
hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio,
con un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más
convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a
encontrar el entusiasmo de comunicar la fe”. (PF,7)
PADRENUESTRO
Oración final:
Señor, que tu gracia inspire,
sostenga y acompañe nuestras obras
para que nuestro trabajo comience siempre en ti
como en su fuente y tienda siempre a ti como a su fin.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
NES
ORACIO
PARA CADA DIA DE LA SEMANA
Nosotros como vicencianos no podemos obviar este mandato. Nuestra vida de fe se fundamente en el
encuentro con Cristo en el pobre, con transmitir a los más pobres el amor de Dios por medio de la palabra y el
servicio. Cuando dejamos actuar la Caridad, el amor de Dios en nosotros, estamos más atentos a su voz, hacemos una lectura creyente de la realidad y de los signos de los tiempos, buscando recursos y acciones creativas
para dar respuesta a las necesidades de los pobres, haciendo de nuestra vida un servicio integral, cuidando sus
necesidades espirituales y materiales.
Para pensar
Al principio de la semana colocamos el dibujo de una puerta en
el aula o local donde estemos, y cada día al finalizar la oración escribimos en el dibujo de una puerta pequeña aquellas actitudes o cosas que
no nos permiten abrir la puerta de nuestra vida a los demás y al proyecto de Dios sobre nosotros, y lo pegamos en la puerta grande.
¿Miro la realidad con los ojos de la Fe?
¿Cómo transmito mi fe en la realidad donde vivo?
Como vicencian@ ¿Cuál es mi compromiso a favor de los pobres?
En relación a los pobres ¿evangelizo de palabra y obra?
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