Dos franceses que descubrieron el virus del sida y un alemán

Anuncio
Dos franceses que descubrieron el virus del sida y un
alemán comparten Nobel de Medicina 2008
Foto: AFP
De izquierda a derecha: Luc Montagnier, Francoise Barre-Sinoussi, Harald zur Hausen.
Francoise Barre-Sinoussi y Luc Montagnier ayudaron a limitar la propagación del VIH. El alemán Harald zur
Hausen fue el primero en revelar que el virus papiloma humano causa el cáncer cervical.
El científico alemán recibirá la mitad de los 1,3 millones de dólares del premio, y los dos investigadores franceses
compartirán el resto.
"El descubrimiento (del VIH) fue fundamental para la comprensión actual de la biología de esta enfermedad y su
tratamiento retroviral", indicó el Comité Nobel en su comunicado.
El sida fue detectado por primera vez en 1981, cuando médicos norteamericanos observaron una cantidad
inusitada de muertes entre los jóvenes homosexuales de California y Nueva York.
Desde entonces, este azote ha matado a por lo menos 25 millones de personas, mientras otros 33 millones viven
con el VIH, virus que destruye el sistema inmunitario.
El trabajo de los dos científicos franceses "condujo al desarrollo de métodos para diagnosticar a pacientes
infectados y examinar productos sanguíneos, que limitaron la difusión de la pandemia", agregó el comunicado del
Comité Nobel.
Barré-Sinoussi, nacida en 1947, es profesora del Instituto Pasteur en París, donde dirige la Unidad de Regulación
de Infecciones Retrovirales en el Departamento de
Virología.
Montagnier, nacido en 1932, es profesor emérito y director de la Fundación Internacional para la Investigación y
Prevención del sida en París.
El sueco Alfred Nobel, que inventó la dinamita, creó en su testamento los premios en las categorías de medicina,
química, literatura y paz. La presea de economía no es técnicamente un Nobel pues fue establecida en 1968 por el
banco central de Suecia.
Zur Hausen, de 72 años, descubrió que el virus papiloma humano (VPH) es el causante del cáncer del cuello del
útero, o cáncer cervical, el segundo más común en las mujeres.
Este mal es llamado también "el asesino silencioso" de las mujeres, porque a menudo es detectado demasiado
tarde.
1 "Su descubrimiento condujo a la caracterización de la historia natural de la infección provocada por el VPH, y de
la comprensión de los mecanismos de la carcinogénesis y el desarrollo de vacunas profilácticas contra la
adqusición del PVH", afirmó el jurado.
Zur Hausen es profesor emérito y ex presidente y director científico del Centro Alemán de Investigación sobre el
Cáncer de Heidelberg.
Los ganadores del año pasado
Fueron los estadounidenses Mario Capecchi y Oliver Smithies y el británico Martin Evans habían ganado el
Premio Nobel de Medicina por su trabajo en la creación de ratones transgénicos.
Los ratones genéticamente modificados representan para los científicos modelos de laboratorio excepcionales que
permiten estudiar las bases de enfermedades que van desde el Alzheimer al cáncer, así como la respuesta a nuevos
medicamentos.
El Premio Nobel de Física será atribuido el martes y el de Química el miércoles. Seguirán después el Nobel de
Literatura el jueves, el de la Paz el viernes y el próximo lunes el de Economía cerrará la edición de este año.
Los premios serán entregados oficialmente durante una ceremonia celebrada en Estocolmo y Oslo el próximo 10
diciembre.
El origen del Nobel
Los Premios Nobel se entregaron por primera vez en 1901, después de que el rico industrial sueco Alfred Nobel
legase toda su fortuna para la creación del galardón.
Los ganadores recibirán una medalla de oro, un diploma y un cheque de 10 millones de coronas suecas (1,08
millones de euros, 1,52 millones de dólares), que puede ser dividido entre tres ganadores en cada categoría.
Nobel dejó muy pocas instrucciones de cómo seleccionar a los ganadores, pero los galardonados en Medicina
usualmente reciben el premio por un logro específico, en lugar de por el conjunto de sus trabajos.
Hans Jornvall, secretario del comité del premio de Medicina, ha dicho que el galardón y los 10 millones de corona
suecas (1,3 millones de dólares) que paga alientan la investigación científica, pero añadió que no piensa que ganar
es el objetivo central de los científicos.
''Los investigadores probablemente no se ven a sí mismos como ganadores potenciales del Nobel cuando están
trabajando'', dijo Jornvall a The Associated Press. ''Ellos disfrutan sus investigaciones y su interés en cómo
funcionan los mecanismos de la vida''.
Afp y AP
¿Qué son el VPH y el VIH?
El Nobel de Medicina recayó en tres virólogos, el alemán Harald zur Hausen y los franceses Luc Montagnier y
Françoise Barré-Sinoussi, vitales en la guerra contre estos virus.
El virus del papiloma humano (VPH)
Se calcula que entre el 50 y el 80% de la población está infectada por el VPH. Es, de hecho, el agente infeccioso
que se transmite con más frecuencia en las relaciones sexuales.
Hoy se conocen más de 100 tipos de VPH, quince de los cuales incrementan, entre las mujeres que lo portan, el
riesgo de padecer cáncer cervical.
Tanto es así que el 99,7% de las mujeres a las que se les diagnostica cáncer de cuello de útero -medio millón cada
año- están infectadas.
Entre 1983 y 1984, Herald zur Hausen consiguió identificar y aislar dos tipos de VPH, los más dañinos -los que
causan el 70% del total de cánceres de cuello de útero-, el VPH16 y el VPH18, y relacionarlos con la formación de
tumores.
El descubrimiento, gracias al cual ha sido posible el desarrollo de la vacuna que proporciona una protección
superior al 95% contra la infección por VPH16 y VPH18, le ha valido el Nobel.
2 Cuando el VPH llega a la cavidad vaginal infecta las células de la mucosa que revisten la entrada al útero. Entra en
ellas y se multiplica, causando la muerte de esas células y graves daños en los tejidos, que pueden tardar en
cicatrizar más de dos años.
El riesgo de cáncer asociado al VPH radica en su capacidad de incorporar su material genético en el de la célula
que infecta. Es su manera de esconderse del sistema inmune tras causar la muerte celular.
Pero los efectos de esa integración en el funcionamiento de la célula son aún peores. Los genes del VPH
promueven que éstas empiecen a dividirse indefinidamente sin control alguno. El resultado, un tumor, que puede
aparecer entre 10 y 30 años después de la infección.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
Surgió en África a principios del siglo XX, procedente de los chimpancés, pero el VIH, por causas que aún se
desconocen, esperó hasta los años 70 para hacerse con la especie humana y expandirse de un modo drástico.
No es hasta 1981 cuando el Centro para el control y la prevención de enfermedades (CDC) en EEUU dio a
conocer al público la nueva enfermedad: el síndrome de la inmunodeficiencia humana, el sida, que se detectaba en
pacientes víctimas de toda clase de infecciones oportunistas, como la neumonía o el sarcoma de Kaposi (un tipo de
cáncer de origen infeccioso), que sólo aparecen cuando el sistema inmune se encuentra fuertemente debilitado.
Empezó entonces una carrera sin precedentes que había de concluir, en tiempo récord, a la identificación del
agente causal: el VIH.
Entre 1980 y 1984 Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier lograron identificar y aislar el VIH-1, un
descubrimiento que contribuyó al rápido desarrollo de métodos de detección del virus y el control de la expansión
de la pandemia.
El propio Montagnier relató en primera persona cómo se sucedieron los acontecimientos en el libro "Sobre
hombres y virus. La carrera contra el SIDA", donde denunció además las malas artes de su colega estadounidense
Robert Gallo.
El VIH es un retrovirus, una clase de virus cuyo material genético está hecho de RNA y no de DNA, como el de la
mayoría de organismos.
Ataca a linfocitos T del sistema inmune, una clase de glóbulos blancos, donde se multiplica hasta matarlos, con el
consiguiente debilitamiento de las defensas del organismo, expuesto entonces a toda clase de invasores que pueden
acabar por causar la muerte.
Alternativamente, también puede esconderse igual que lo hace el VPH, aunque en este caso el virus tiene que
convertir primero su RNA en DNA. Y a diferencia del VPH y otros retrovirus, el VIH no
promueve la proliferación celular incontrolada, es decir, no causa tumores.
Actualmente, las terapias retrovirales permiten sobrevivir a la infección por VIH; el sida se ha convertido en una
enfermedad crónica, aunque como en otros tantos casos, sólo para los que pueden acceder a estos tratamientos.
Efe
La France, pionnière contre le sida
Il y a tout juste vingt-cinq ans, le 20 mai 1983,
paraissait dans l'hebdomadaire américain Science
l'article d'une équipe de chercheurs français,
trentenaires pour la plupart, identifiant pour la première
fois le virus de l'immunodéficience humaine (VIH),
responsable du sida. Décerné lundi 6 octobre, le prix
Nobel de médecine vient, pour la moitié de son
montant, récompenser Françoise Barré-Sinoussi, dont le
rôle fut déterminant dans la découverte, et le professeur
Luc Montagnier, qui dirigeait l'équipe de l'Institut
Pasteur.
3 Le prologue se joue en 1970. Deux scientifiques américains, Howard Temin et David Baltimore, découvrent
l'existence d'une enzyme très particulière, la transcriptase inverse. De manière tout à fait inhabituelle, elle permet à
certains virus - qu'ils appellent de ce fait des rétrovirus - de fonctionner "à l'envers" : c'est leur ARN qui se
transforme en ADN et non l'inverse, lorsqu'ils infectent une cellule.
Le premier acte commence avec la publication aux Etats-Unis, le 5 juin 1981, dans le bulletin du Centre pour le
contrôle des maladies (CDC) Morbidity and Mortality Weekly Report, d'une communication sur une forme rare de
pneumonie frappant de jeunes homosexuels à Los Angeles. Un mois plus tard, le même bulletin se fait l'écho du
nombre inhabituel de sarcomes de Kaposi, une forme de cancer de la peau, elle aussi peu fréquente, chez des
jeunes gays.
En France, certains médecins cliniciens, comme Willy Rozenbaum, et virologues, telles Françoise Brun-Vézinet et
Christine Rouzioux, pensent être en présence de cas similaires, révélateurs d'une nouvelle maladie. Ils se tournent,
en décembre 1982, vers le département de virologie de l'Institut Pasteur, créé en 1972 par Luc Montagnier. A
partir d'un ganglion prélevé chez un patient du docteur Rozenbaum, l'équipe de l'institut Pasteur détecte une
activité de la transcriptase inverse et identifie un virus inconnu.
De l'autre côté de l'Atlantique, l'équipe de Robert Gallo travaillait elle aussi sur le même sujet. Début 1983, Robert
Gallo est une véritable star. Son laboratoire, situé au dernier étage du bâtiment 37 du National Institute of Health,
est devenu en peu de temps la "Mecque" de la virologie depuis qu'il y a découvert, au début des années 1980, les
deux premiers représentants de la famille des rétrovirus humains, les HTLV1 et HTLV2, responsables de certaines
leucémies.
Très vite, Gallo et un de ses collègues de la Harvard School of Public Health, Max Essex, soupçonnent un
rétrovirus d'être la cause de cette maladie qu'on finira par appeler sida, pour "syndrome d'immunodéficience
acquise".
L'article des Français est publié dans le même numéro que trois autres articles signés par les équipes d'Essex et
Gallo, qui indiquent la présence de virus HTLV chez les malades ayant un sida. L'équipe de l'Institut Pasteur
adresse alors à Gallo un échantillon du sérum dans lequel elle a isolé le virus, afin qu'il l'étudie.
Ce dernier s'engage par écrit à ne pas utiliser les échantillons de Pasteur à des fins industrielles et commerciales.
Lors de réunions qui se tiennent dans les mois qui suivent, Gallo persiste et signe : son HTLV est "la meilleure
piste publiée à ce jour" pour être la cause du sida.
Le 14 septembre 1983, au congrès de virologie de Cold Spring Harbor, il déclare que le HTLV est impliqué dans
le sida. Luc Montagnier, à qui l'on n'accorde que vingt minutes pour s'exprimer, indique que son équipe a retrouvé
des anticorps dirigés contre "son" virus (baptisé à l'époque LAV) chez de nombreux malades du sida.
Le même jour, les avocats de Pasteur déposent une demande de brevet pour le test de dépistage. La bataille
scientifique devient également commerciale : quelle sera la première équipe à bénéficier des royalties liées à la
vente du test de dépistage du virus ?
Le 6 octobre 1983, dans le secret de son laboratoire, Gallo n'a plus de doute. Un de ses collaborateurs, Mikulas
Popovic, lui apporte la preuve que l'équipe parisienne a bel et bien isolé un nouveau rétrovirus différent du HTLV.
Les notes de Popovic confirmant ce fait ne seront révélées qu'ultérieurement.
Le 23 avril 1984 aux Etats-Unis, la secrétaire d'Etat à la santé, Margaret Heckler, annonce en fanfare que l'équipe
de Gallo a identifié le virus responsable du sida, qu'ils baptisent HTLV3, et évoque un vaccin "dans deux ans". Dix
jours plus tard, le 4 mai 1984, paraissent dans Science quatre nouveaux articles de Gallo décrivant ce nouveau
virus. Quand l'avait-il découvert ? Qu'en était-il de la découverte faite à Pasteur ? Le LAV et le HTLV3 étaient-ils
différents ? Le sérum donné par Luc Montagnier à Robert Gallo en juillet 1983, avait-il été utilisé pour la mise en
évidence du HTLV3 ? Autant de questions sans réponse.
La polémique ne va pas tarder car le séquençage génétique met en évidence de troublantes similitudes entre les
virus identifiés par les deux équipes. Elle durera dix ans. Le 28 mai 1985, tout en faisant lanterner Pasteur qui a
déposé le premier sa demande, le gouvernement américain accorde un brevet au test de dépistage de Gallo.
L'Institut Pasteur porte plainte aux Etats-Unis, persuadé que la souche utilisée est bien la sienne. Le 22 septembre
1986, Gallo, Essex et Montagnier reçoivent conjointement le prestigieux prix Lasker. Un accord intervient le 4
4 décembre 1987, sous l'égide de Jacques Chirac et Ronald Reagan : si en Europe les royalties vont entièrement à
l'Institut Pasteur, en revanche, aux Etats-Unis, elles doivent être partagées entre les deux équipes.
La polémique est relancée par John Crewdson, dans le Chicago Tribune du 19 novembre 1989. Dans une enquête
fleuve de 16 pages, il met en cause Robert Gallo : "Ce qui arriva dans le laboratoire de Robert Gallo durant l'hiver
1983-1984 est un mystère qui ne sera jamais, peut-être, entièrement percé à jour. Mais la preuve est faite ici qu'il
n'a pu s'agir que d'un accident ou d'un vol."
Robert Gallo se défendra d'avoir volé la découverte, mais admettra en 1991 que l'échantillon qu'il avait analysé
avait été contaminé par la souche provenant de Pasteur. Le point final est apporté en 1994 par les Instituts
nationaux de la santé américains qui, au terme d'une longue enquête, affirment que la découverte est bien française
et accusent Robert Gallo de "mauvaise conduite scientifique". Gallo et Montagnier finiront par enterrer la hache de
guerre. Gallo a d'ailleurs félicité les deux lauréats.
Au-delà de cette polémique, qui laissait Françoise Barré-Sinoussi dans l'ombre, l'identification du VIH a déclenché
un énorme effort de recherche. De la biologie moléculaire aux sciences humaines, le VIH et le sida mobilise
comme jamais auparavant la communauté des chercheurs. C'est que, dans le même temps, l'épidémie de sida se
développe à une vitesse impressionnante et atteint les proportions d'une pandémie.
Elle touche tous les continents et va peser de plus en plus lourdement sur les pays en développement. L'histoire est
ensuite rythmée par le scandale du sang contaminé qui éclabousse la France lorsqu'il est révélé en 1991, l'arrivée
des trithérapies en 1996, les déceptions dans la recherche d'un vaccin ou encore l'élan pour faire accéder les
malades des pays pauvres aux traitements.
Vu l'ampleur de la pandémie, la découverte de Françoise Barré-Sinoussi, Luc Montagnier et leurs collègues valait
amplement un prix Nobel.
Paul Benkimoun et Franck Nouchi
27 ans d'épidémie et toujours pas de vaccin
Eclairage :
Vingt-cinq ans après l'identification du VIH par l'équipe de Luc Montagnier, les avancées scientifiques ont été
majeures, notamment sur le plan du contrôle de l'infection par les médicaments antirétroviraux. Le développement
de nouvelles molécules a permis de transformer cette pathologie mortelle en une maladie chronique chez les
personnes ayant accès aux traitements.
Malgré les avancées considérables des connaissances scientifiques sur le virus et un déploiement de recherches
dans tous les domaines, y compris les sciences humaines et sociales, le défi à relever demeure considérable. Plus
de vingt-sept ans d'épidémie et toujours pas de vaccin, plus de 25 millions de morts, plus de 33 millions de
personnes vivant avec le VIH, et, en 2007, plus de 2 millions de morts et au moins 2,4 millions de nouvelles
infections. "Lors de la découverte, nous n'avions anticipé ni l'ampleur à venir de l'épidémie ni la complexité des
mécanismes biologiques de l'infection", reconnaissait la virologue Christine Rouzioux, un des codécouvreurs du
VIH (Le Monde du 20 mai). "On ne connaît toujours pas les mécanismes permettant de protéger efficacement
contre cette infection virale", ajoutait Françoise Barré-Sinoussi. Les chercheurs s'intéressent en particulier aux
premières heures qui suivent l'exposition au virus, car le VIH altère dès ce moment les signaux de l'immunité
innée, qui est la première barrière contre l'infection.
Faire régresser la pandémie de sida supposerait plusieurs conditions. Dans le domaine de la prévention, il ne sera
pas possible de se passer d'un vaccin. Sur le plan thérapeutique, l'élargissement du nombre de médicaments, avec
de nouvelles cibles sur le VIH, demeure indispensable en raison de l'apparition inéluctable de résistances. De
même, il faudra trouver le moyen de déloger le VIH des "sanctuaires" dans lesquels il demeure à l'état quiescent
lorsqu'il est devenu indétectable dans le sang. Les stratégies de recherches sont donc multiples et ont en commun
de nécessiter un retour à la recherche fondamentale pour élucider les mécanismes-clés en jeu.
Paul Benkimoun
5 Profil :
Luc Montagnier, un chercheur célèbre et à part
Le parcours professionnel de Luc Montagnier est sans aucun
doute atypique dans la communauté médicale française. C'est
que l'homme a une personnalité complexe. Nombre de ses pairs
lui reprochent volontiers une surexposition médiatique. Ils
dénoncent aussi, en privé, le fait qu'il use publiquement de sa
notoriété pour développer des hypothèses, concernant
notamment la lutte contre les maladies dégénératives, qu'ils
jugent, au mieu
Né le 18 août 1932 à Chabris (Indre) dans un milieu modeste, il se souvient avoir, dès l'enfance, envisagé une
carrière scientifique. C'est d'abord la physique nucléaire, sur laquelle il fait une croix après Hiroshima. Il s'oriente
alors vers des études de médecine et de sciences. En 1955, il est nommé assistant à la faculté des sciences de Paris,
avant de centrer ses recherches sur les virus animaux, notamment ceux dont le patrimoine génétique est constitué
d'ARN, et sur les liens pouvant exister entre ces virus et les processus cancéreux.
Après plusieurs stages à l'étranger, il crée, en 1972, l'unité d'oncologie virale dans le nouveau département de
virologie de l'Institut Pasteur de Paris. Il est l'un des rares en France à élargir le champ de ses recherches à
l'interféron ainsi qu'aux "agents transmissibles non conventionnels". Ces derniers, qui prendront plus tard la
dénomination de prions pathologiques, seront au coeur du drame français de l'hormone de croissance contaminée,
puis de l'affaire internationale de la vache folle.
EN MARGE DES INSTITUTIONS
Diriger l'équipe qui découvre, en 1983, le virus responsable du sida, puis être au centre de la controverse francoaméricaine sur ce thème lui confère bientôt une renommée internationale. Pour autant, on le voit progressivement
développer une activité personnelle en marge des institutions officielles. Meurtri de devoir quitter l'institution
pastorienne dès ses 65 ans, il part un moment aux Etats-Unis avant de créer une fondation internationale sous
l'égide de l'Unesco.
Affirmant haut et fort sa liberté, il ne craint pas de s'aventurer sur de nouvelles frontières, aux confins de la science
officielle et d'une autre qui l'est moins, ou qui peine à le devenir. Mieux, il revendique cette échappée, allant
jusqu'à expliquer que le sida est aussi une pathologie multifactorielle. On le voit alors se passionner pour les
impacts du stress oxydatif et des alimentations déséquilibrées, dénoncer les impasses de la médecine
contemporaine et prononcer de sévères réquisitoires contre l'organisation de la recherche en France. Ses ennemis
le disent hautain, mesquin, parfois méprisant ? Ce solitaire réfute en bloc, dénonce la jalousie, règle quelques
comptes personnels dans un monde qui est tout sauf tendre.
On avait croisé cet agnostique en 1989 au Vatican, où il défendait haut et fort l'usage des préservatifs masculins
contre la progression du sida. On l'y retrouva en septembre 2002, prescrivant d'étranges extraits de papaye
fermentés au pape Jean Paul II alors atteint d'une forme évoluée de la maladie de Parkinson. Ses pairs se gaussent?
Il sourit.
Jean Paul II était alors âgé de 82 ans. Luc Montagnier vient de recevoir le Nobel à 76 ans. Persuadé d'être la cible
de quelques puissants mandarins, il confiait être convaincu de ne pas l'obtenir avant ses 85 ans. Le professeur,
cette fois, s'était trompé.
Jean-Yves Nau
6 Profil :
Françoise Barré-Sinoussi, une combattante
intraitable contre le sida
La première Française à recevoir un prix Nobel de médecine
est une pasteurienne dans l'âme et une combattante intraitable
contre le sida. Née le 30 juillet 1947, un doctorat ès sciences
en poche, Françoise Barré-Sinoussi rejoint l'Institut Pasteur
de Paris en 1977. En compagnie de Jean-Claude Chermann,
avec qui elle avait travaillé sur les rétrovirus animaux, elle
intègre le département de virologie créé cinq ans plus tôt par
Luc Montagnier. La suite est connue : Montagnier met en
culture le prélèvement adressé par l'équipe de l'hôpital
Claude-Bernard, à Paris. Françoise Barré-Sinoussi se campe
derrière son microscope
En inspectant régulièrement les cultures, elle découvre le virus de l'immunodéficience humaine (VIH) en 1983.
Toute sa carrière est dès lors consacrée à la lutte contre le VIH, et pas seulement dans le domaine de la recherche
fondamentale. "Elle a du courage, de la ténacité et un grand sens éthique, souligne Alice Dautry, directrice
générale de l'Institut Pasteur. Françoise se bat depuis vingt-cinq ans dans le monde entier auprès des
gouvernements et des institutions, mais aussi sur le terrain, auprès des malades, souvent dans les pires
conditions."
"C'est une grande dame de la recherche, qu'on adore et qui nous engueule, commente Jean-François Delfraissy,
directeur général de l'Agence nationale de recherche sur le sida (ANRS). Elle possède de très grandes qualités
humaines et éthiques. C'est une constructrice, mais pas du genre "béni-oui-oui"." Responsable du site "Asie" de
l'ANRS, Françoise Barré-Sinoussi se trouvait en mission au Cambodge au moment de l'annonce du prix Nobel. "Je
suis tombée des nues, a-t-elle confié. Je savais que des collègues souhaitaient que le Nobel nous soit attribué, mais
je n'avais plus du tout en tête la période à laquelle il est annoncé." Pour elle, ce prix récompense toute l'équipe,
qui "a su se mobiliser au moment où il le fallait.". Elle se réjouit également de la reconnaissance témoignée à la
recherche européenne, et française en particulier. Surtout, elle espère que le Nobel va "raviver l'attention à l'égard
du sida et attirer des jeunes chercheurs. Nous avons besoin d'idées nouvelles, surtout au moment où il faut revenir
à la recherche fondamentale pour redonner un élan à la recherche pour un vaccin", affirme-t-elle. Présidente du
conseil scientifique de l'ANRS, directrice de recherche "de classe exceptionnelle" à l'Inserm, dirigeant toujours
l'unité "Biologie des rétrovirus" à Pasteur, Françoise Barré-Sinoussi siège également au comité de vigilance
scientifique de l'Institut Pasteur, le comité d'éthique de cette institution.
Jouissant d'une reconnaissance internationale sur le plan scientifique, Françoise Barré-Sinoussi considère que les
efforts accomplis, notamment grâce au Fonds mondial contre le sida, la tuberculose et le paludisme, "doivent
servir à tirer vers le haut les systèmes de soins et à améliorer la santé publique vis-à-vis de toutes les pathologies
affectant les pays en développement". Une démarche conjuguant recherche fondamentale et lutte contre les
infections que n'aurait pas reniée Pasteur.
Paul Benkimoun
7 
Descargar