Reflexiones sobre los límites del lenguaje en "El espejo y la

Anuncio
Reflexiones sobre los límites del
lenguaje
en "El espejo y la máscara", de Jorge
Luis Borges
María Elvira Luna Escudero-Alie
[email protected]
Localice en este documento
"Sabemos que no el
desocupado jardinero
Adán,
sino el Diablo -esa
pifiadora culebra, ese
inventor de la
equivocación y de la
aventura, ese carezo
del azar, ese eclipse
de ángel- fue el que
bautizó las cosas del
mundo. Sabemos que
el lenguaje es como la
luna y tiene su
hemisferio de sombra."
(Borges Jorge Luis, El
idioma de los
argentinos. p.182)
"Las lenguas son en
último término,
simplificaciones de una
realidad que siempre
las rebasa, y sólo
pueden justificarse con
un fin práctico".
(Borges, Inquisiciones.
p. 65-66)
El objetivo de este artículo es reflexionar sobre el problema de los
límites del lenguaje en el relato:"El espejo y la máscara", de Jorge
Luis Borges. Haré también unas referencias generales sobre algunas
afirmaciones de Borges acerca del lenguaje y su condición de
"paráfrasis de la realidad".
El relato de Borges “El espejo y la máscara” presenta una fábula
que tiene lugar durante la primera época de la Edad Media en
Irlanda. En esta narración se puede ver claramente la preocupación y
desconfianza del narrador frente al lenguaje y las limitaciones y
desventajas que tiene el lenguaje con respecto a la realidad que
intenta describir.
La trama ocurre en el marco inmediatamente posterior a la batalla
de Clontarf, el "Alto Rey" de Irlanda le propone al poeta de la Corte
que escriba una oda inmortalizando la victoria sobre los noruegos. Al
cabo de un año "el Ollán" le entrega al rey su oda. El rey acepta la
obra, premia al poeta por su esfuerzo; pero no está del todo
satisfecho con el poema y le pide una segunda oda que el poeta le
presenta puntualmente al siguiente año. Nuevamente el Rey alaba y
premia al poeta por su esfuerzo; pero aún espera una oda mejor:
" De tu primera loa pude afirmar que era un feliz resumen de
cuanto se ha cantado en Irlanda. Ésta supera todo lo anterior y
también lo aniquila. Suspende, maravilla y deslumbra."
Luego con una sonrisa, el Rey agregó: “Somos figuras de una
fábula y es justo recordar que en las fábulas prima el número tres.” A
lo cual, el poeta acotó: “Los tres dones del hechicero, las tríadas y la
indudable Trinidad”. Al tercer año el poeta regresó frente al rey sin
ningún manuscrito:
"En el alba -dijo el poeta- me recordé diciendo unas palabras
que al principio no comprendí. Esas palabras son un poema.
Sentí que había cometido un pecado, quizá el que no perdona
el Espíritu."
El poeta le susurró al rey en voz baja su tercera oda que constaba
de un sola línea. El rey le dio al Ollán el último regalo que era una
daga. El poeta se suicidó al salir del palacio, el rey dejó de ser rey
para convertirse en un vagabundo y jamás repitió el poema-línea.
SIMBOLOGÍA:
La concepción antigua del arte decía que éste debía ser un reflejo
de la realidad, una suerte de mímesis de la naturaleza. El término
"espejo", en la tradición cultural desde los griegos, nos habla del
concepto de mímesis justamente, de imitación de la realidad. El rey le
obsequia al poeta un espejo de plata como recompensa a la primera
oda ejecutada. El regalo corresponde perfectamente al motivo que lo
causa. En el poema del Ollán hay una descripción minuciosa y prolija
de la batalla. La primera oda del poeta es un fiel reflejo de la realidad,
de la realidad que es observable a través de los sentidos, un espejo
de ella.
El término "máscara", alude al teatro griego, a la comedia, a la
tragedia. En latín persona significa máscara. La finalidad de la
máscara en el teatro griego era ocultar la propia apariencia, para que
un solo actor pudiera representar muchos personajes sólo
cambiándose de máscara. El rey le obsequia una máscara de oro al
poeta por su segunda loa, la cual ya no era una descripción lineal de
la batalla, sino que era de acuerdo al Rey: “la misma batalla”.
Podemos concluir que el poeta de la fábula había logrado de alguna
manera aprehender la realidad mediante el lenguaje. En efecto, el
segundo poema, exento de artificios, se acerca al núcleo, no es la
apariencia lo que muestra, hay una ruptura con la literatura anterior,
el lenguaje se rompe. La batalla ensalzada en la oda tiene su
correlato en el esfuerzo realizado por el poeta al escribir el poema; él
también libró su propia batalla con el lenguaje. En esta segunda oda
hay pues, un lenguaje de ruptura que evita la descripción como en el
primer poema y permite apreciar la capacidad creativa del mejor
usuario del idioma; el poeta. El rey decide que se guarde en un cofre
de marfil el único ejemplar.
El tercer poema que constaba de una sola línea, dicha en un
susurro cual si fuera una blasfemia, y sólo oída por el Rey, es el más
breve, el más intenso, el más penetrante, es la maravilla síntesis de
todas las maravillas, es algo así como el Aleph. El poeta alcanza el
Absoluto Estético, es un poema "revelación", que ha aprehendido la
realidad tal cual, que manifiesta la verdad, lo real, en términos de
Platón; la episteme. El poeta ha logrado superar los límites del
lenguaje, trascender. El rey le regala al poeta una daga como tercer
premio y el poeta sabe bien lo que debe hacer con ella. El haber
trasgredido los límites del lenguaje lo desautoriza para vivir entre los
hombres. Ha cometido una "hamartía" como dirían los griegos; ha ido
más allá de sus propios límites como ser humano. Ha “destruído” el
lenguaje al trascenderlo, y por tanto debe destruirse también. El Rey,
en su condición de testigo de la maravilla, ya no puede seguir siendo
rey, ni pronunciar lo impronunciable, lo inefable. Su destino será en
adelante el de una sombra que deambule sin rumbo.
En la medida en que el poema se va haciendo más perfecto, el
hombre representado por el poeta, se va acercando más a su
autoaniquilación, a su destrucción; porque comprender el vasto
universo es infinitamente superior a sus fuerzas y a su capacidad.
ANÁLISIS:
Este cuento-fábula de Borges podría entenderse también como una
breve historia de la concepción del poema en Occidente. El primer
poema estaría vinculado al género épico, el segundo poema aludiría
más bien al género dramático y el tercero sería una identificación con
lo lírico puro, con el Absoluto Estético, que va más allá de todo
lenguaje, que es esencia inefable, infinita, inabarcable en un sistema
de signos lineal como es el lenguaje, siempre arbitrario con respecto
a la realidad que tiene muchas más dimensiones, que es múltiple,
diversa, simultánea.
La misión del arte no sería otra que la de revelar la relación entre el
hombre y el universo que lo circunda. Para los griegos el poeta era
aquel capaz de "revelar"; aunque sabemos que Platón tenía una idea
muy distinta.
El poeta de la fábula de Borges estaría moviéndose dentro del
ámbito de las apariencias, de la "doxa", cuando declama con mucha
seguridad la primera oda. Porque la descripción puntual y lineal de lo
observable no agota la realidad. El lenguaje crea una apariencia de
realidad que es una parte mínima de todo lo existente. El lenguaje,
pues no dice suficientemente, desde que es una creación humana, y
por tanto limitada.
< los para fue que lo sería lenguaje el no si y ideas, las mundo en
fundamentado está olvidar hay pero lenguaje; por demarcado es
pues entorno, nuestro conforma existe, interpreta cosas, nombre da
le universo, ordena realidad, estructura mundo, configura decir, Es
cosas. esencia previo conocimiento requiere todo comprendido, ha ya
Ollán poema, tercer En lenguaje. del límites con paso cada
tropezándose Verdad, Es, Absoluto, al llegar intenta cosas pluralidad
desde aquel filósofo efecto, dialéctico. filósofo, labor desemejante
semejante separa une sino lenguaje, artífice sólo poeta segundo
realidad. copiar trata o copia, El valorativo. juicio tampoco personal,
aporte poema primer expresarse. dificultades propias sus ritmo crítica
posición una asumiendo va narración>
Borges es un escéptico, si es posible enmarcarlo dentro de alguna
postura. Cree que el ser humano no está en condiciones de entender
la infinita complejidad del universo, que todos nuestros conocimientos
son relativos, discutibles, que toda verdad lleva en sí su propia
contradicción. La constatación de lo relativo le lleva a Borges a
admirar el itinerario del hombre en su imposible afán por buscar el
conocimiento, es decir la episteme. Para Borges, el ámbito de la
irrealidad se confunde con el de la realidad, el sueño puede ser la
vigilia, y los seres humanos meras apariencias, sombras, como en
"Las ruinas circulares", el mundo en general producto de un dios
lúdico, que ha construído un universo laberíntico y caótico.
Puede resultar paradójico que precisamente Borges, creador de una
prosa tan hermosa como precisa e impecable, poseedor de una
visión del mundo amplia y lúcida, sea un escéptico con respecto al
lenguaje, al tiempo, a la existencia misma de la realidad, etc. Citaré
varias líneas de Borges, que graficarán esta afirmación.
"Negar la sucesión temporal, negar el yo, negar el universo
astronómico, son desesperaciones aparentes y consuelos
secretos. Nuestro destino (a diferencia del infierno de Swedenborg
y del infierno de la mitología tibetana) no es espantoso por irreal;
es espantoso porque es irreversible y de hierro.” (p. 120)
Con un lirismo extraordinario, Borges nos regala estas líneas:
“El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río
que me arrebata; pero yo soy el río; es un tigre que me destroza;
pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume; pero yo soy el
fuego. El mundo desgraciadamente es real; yo, desgraciadamente,
soy Borges".
(En Otras Inquisiciones, p. 220)
Borges, a través de sus obras nos manifiesta la dificultad de
interpretar una realidad que se nos escapa y el "deseo de mostrar
con humildad lo precario de nuestro conocer".
Según Borges, el hecho de que una sola palabra pueda manifestar
experiencias distintas resalta la pobreza del lenguaje en toda su
magnitud.
"...Como se ve, ni éste (Spinoza) con su metafísica
geometrizada, ni aquél (Lulio) con su alfabeto traducible en
palabras y éstas en oraciones, consiguió eludir el lenguaje.
Ambos alimentaron de él sus sistemas. Sólo pueden soslayarlo
los ángeles que conversan por especies inteligibles; es decir
por representaciones directas y sin misterio alguno verbal. Y
nosotros los nunca ángeles, los verbales, los que en este bajo,
relativo suelo escribimos, los que sotepensamos que ascender
a letras de molde es la máxima realidad de las experiencias?
Que la resignación -virtud a que debemos resignarnos- sea con
nosotros. Ella sería nuestro destino; hacernos a la sintaxis, a su
concatenación traicionera, a la imprecisión, a los tal veces, a los
demasiados énfasis, a los peros, al hemisferio de mentira y de
sombra en nuestro decir".
(Borges, El idioma de los argentinos, pp. 26-27)
Como señala Alazraki, en su libro La prosa narrativa de Jorge Luis
Borges: "La realidad procede por hechos y es inasible, la literatura
procede por el lenguaje y es convencional". La inaprehensibilidad de
la realidad condiciona y limita las posibilidades del arte reduciéndolo
a una mera representación o mímesis. Las realidades que subyacen
en los cuentos de Borges, son un sistema de símbolos. El símbolo
intenta aprehender la idea que está en el fenómeno y por eso tiene
un carácter de revelación. Borges confiere a lo concreto una mayor
intensidad al enmarcarlo dentro de la perspectiva de lo genérico. Así
el Rey de Irlanda, es un rey en particular cuyo nombre no se
menciona, no está individualizado; el poeta representa a todos los
poetas. Los personajes de Borges en este relato son arquetipos
platónicos; se explican genéricamente. Según Bioy Casares, las
fantasías de Borges son “fantasías metafísicas”. La metafísica será el
intento de conceptualizar la idea abstrayéndola de su efecto, del
fenómeno. El laberinto; símbolo dentro del símbolo, es la explicación
más aproximada a la visión de mundo que tiene Borges.
"¿Por qué no crear una palabra, una sola, para la percepción
conjunta de los cencerros insistiendo en la tarde y la puesta de
sol en la lejanía ? ¿Por qué no inventar otra para el ruinoso y
amenazador ademán que muestran en la madrugada las
calles?
...¿Y otra para la inconfidencia con nosotros mismos después
de una vileza ? "
("El tamaño de mi esperanza", pp. 48-49. Ed. Proa, Buenos
Aires, 1926)
Definiendo el 'clásico literario', Borges ha escrito en el ensayo "El
primer Wells":
"La obra que perdura es siempre capaz de una infinita y plástica
ambigüedad; es todo para todos, como el Apóstol; es un espejo
que declara los rasgos del lector y es también un mapa del
mundo. Ello debe ocurrir además de un modo evanescente y
modesto, casi a despecho del autor; éste debe aparecer
ignorante de todo simbolismo".
(Otras Inquisiciones, Ed. Emecé, Buenos Aires, 1964, p.162)
Y en El Informe de Brodie, nos recuerda Borges:
"Cada lenguaje es una tradición, cada palabra un símbolo
compartido, es baladí lo que un innovador es capaz de alterar;
recordemos la obra espléndida pero no pocas veces ilegible de
un Mallarmé o de un Joyce".
(En el prólogo de El Informe de Brodie; Ed. Emecé, Buenos
Aires, 1970, p. 10)
Según Borges, hay que “sentir” las palabras para de alguna manera
ganarnos el derecho a usarlas:
"La variedad de palabras es otro error. Todos los
preceptivistas la recomiendan, pienso que con ninguna verdad.
Pienso que las palabras hay que conquistarlas, viviéndolas, y
que la aparente publicidad que el diccionario les regala es una
falsía. Que nadie se anima a escribir suburbio sin haber
caminoteado largamente por sus veredas altas; sin haberlo
deseado y padecido como a una novia; sin haber sentido sus
tapias, sus campitos, sus lunas a la vuelta de un almacén; como
una generosidad... Yo he conquistado ya mi pobreza, yo he
reconocido, entre miles, las nueve o diez palabras que se llevan
bien con mi corazón; yo he escrito más de un libro para poder
escribir acaso una página.
La página justificativa, la que sea abreviatura de mi destino,
laque sólo escucharán tal vez los ángeles censores cuando
suene el juicio final".
(Inquisiciones, p. 153)
En otras líneas Borges se refiere de manera optimista a las
posibilidades expresivas del lenguaje:
"Yo personalmente, creo en la riqueza del castellano pero juzgo
que no hemos de guardarla en haragana inmovilidad, sino
multiplicarla hasta lo infinito. Cualquier léxico es perfectible y
voy a probarlo. El mundo aparencial es un tropel de
percepciones barajadas. Una visión de cielo agreste, ese olor
como de resignación que alientan los campos, la acrimonia
gustosa del tabaco enardeciendo la garganta, el viento largo
flagelando nuestro camino, y la sumisa rectitud de un bastón
ofreciéndose a nuestros dedos, caben aunados en cualquier
conciencia, de golpe. El lenguaje es un ordenamiento eficaz de
esa enigmática abundancia del mundo. Dicho sea con otras
palabras: Los sustantivos se los inventamos a la realidad.
Palpamos una realidad, vemos un montoncito de luz color de
madrugada, un cosquilleo nos alegra la boca, y mentimos que
esas tres cosas heterogéneas son una sola y que se llama
naranja. La luna misma es una ficción, fuera de convenciones
astronómicas que no deben atarearnos aquí, no hay semejanza
alguna entre el redondel amarillo que ahora está alzándose con
claridad sobre el paredón de la Recoleta, y la tajadita rosada
que vi en el cielo de la Plaza de Mayo, hace muchas noches.
Todo sustantivo es abreviatura.
(En El tamaño de mi esperanza, pp. 45-46)
CONCLUSIONES:
De lo expuesto en las líneas anteriores, se puede afirmar, a manera
de conclusión lo siguiente:
•
Todo lenguaje es para Borges, una mera
"paráfrasis" de la realidad. Como ya lo decía él mismo en
1925, en Inquisiciones.
•
El relativismo es la base común a todos los
relatos borgeanos. Este relativismo nos incita a ver el
mundo en contínuo movimiento, a trascender el aquí y el
ahora, a buscar todas las dimensiones posibles, a
intentar socavar la realidad.
•
Según Borges, el mundo es impenetrable. El
Universo es incomprensible a los seres humanos.
Cualquier intento por descifrarlo llevará ineludiblemente l
fracaso. Sin embargo, "las metafísicas de todos los
tiempos no cesan de proponer esquemas".
•
Borges plasma en sus narraciones su visión
laberíntica del universo. Los relatos borgeanos son por
tanto, siempre simbólicos, plurisignificativos.
Recordemos que el laberinto es un símbolo dentro del
símbolo.
•
Dentro del esfuerzo de representar la realidad,
tarea de los narradores que Borges asume
responsablemente, la dificultad estriba en plasmar esta
representación con eficacia. Borges ha elegido el género
fantástico para lograr este esfuerzo. Recordemos que la
literatura fantástica se sirve de varios argumentos,
permite varias lecturas posibles, confunde al lector
porque lo coloca en la incertidumbre, rompe las reglas de
juego de la realidad, la acosa desde distintos ángulos.
Cito a Alazraki, en La Prosa Narrativa de Jorge Luis
Borges:
"Los enigmas que rodean nuestra vida podrían
simbolizarse- pues los cuentos de Borges son
eminentemente simbólicos- como un sendero que se
bifurca sin cesar o como una letra mágica, primordial
en la que estarían prefiguradas todas las letras y
todas las palabras y todos los secretos. Cuanto nos
rodea, en suma es misterioso como nosotros
mismos".
•
Borges capitaliza las hipótesis de las filosofías y
las teologías en sus cuentos, para penetrar e interpretar
la realidad dentro de la ficción.
Nuevamente con Alazraki: "Borges ha negado la validez
de la metafísica en el contexto de la realidad, pero la ha
aplicado a un contexto donde recobra su vigencia; la
literatura."
Termino estas reflexiones citando una líneas de Loy, tomadas por
Borges en Otras Inquisiciones, página 162:
"...no hay en la tierra un ser humano capaz de declarar quién
es. Nadie sabe qué ha venido a hacer a este mundo, a qué
corresponden sus cantos, sus sentimientos, sus ideas, ni cuál
es su nombre verdadero..."
Bibliografía Consultada
Alazraki, Jaime, La prosa narrativa de Jorge Luis Borges. Ed.
Gredos. Madrid,1974
Barrenechea, Ana María, La expresión de irrealidad en la obra de
Jorge Luis Borges. Ed. Paidós. Buenos Aires, 1967.
Borges, Jorge Luis, El libro de arena. Ed. Emecé-Alianza Buenos
Aires, 1975.
Echeverría, Arturo, Lengua y literatura de Borges. Ed. Ariel.
Barcelona, 1983.
Marco, Joaquín, Asedio a Jorge Luis Borges. Ed. Ultramar.
Barcelona 1982.
© María Elvira Luna Escudero-Alie 2002
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de
Madrid
El URL de este documento es
http://www.ucm.es/info/especulo/numero22/espejo.html
2010 - Reservados todos los derechos
Permitido el uso sin fines comerciales
_____________________________________
Súmese como voluntario o donante , para promover el crecimiento y la difusión de la
Biblioteca Virtual Universal. www.biblioteca.org.ar
Si se advierte algún tipo de error, o desea realizar alguna sugerencia le solicitamos visite
el siguiente enlace. www.biblioteca.org.ar/comentario
Descargar