Jurisdicción: Social Recurso de Suplicación núm

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Jurisdicción: Social
Recurso de Suplicación núm. 293/2005.
Ponente: Ilmo. Sr. D. Víctor Cubero Romeo
VACACIONES: retribución: conceptos computables: alcance: principio de equivalencia
retributiva: interpretación; inclusiones: plus de nocturnidad: procedencia; legislación
aplicable: art. 7 del Convenio núm. 132 de la OIT.
SALARIOS: absorción y compensación: desestimación: conceptos no homogéneos:
supuestos.
El TSJ desestima el recurso interpuesto por la empresa demandada contra la Sentencia del
Juzgado de lo Social núm. 2 de Navarra, dictada en autos promovidos en reclamación de
conflicto colectivo, en base a lo reseñado en la fundamentación jurídica.
En la Ciudad de Pamplona/Iruña, a nueve de septiembre de dos mil cinco.
La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, compuesta por los Ilmos.
Sres. citados al margen y
EN NOMBRE DEL REY
ha dictado la siguiente
SENTENCIA
En el Recurso de suplicación interpuesto por Don Ignacio Javier Marcelino Santamaria, en
nombre y representación de Metalcomponentes Mb Navarra, SA, frente a la Sentencia del
Juzgado de lo Social núm. 2 de Pamplona/Iruña sobre CONFLICTO COLECTIVO; ha sido
Ponente el Ilmo. Sr. Magistrado Don Victor Cubero Romeo, quien expresa el parecer de la
Sala.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO Ante el Juzgado de lo Social núm. DOS de los de Navarra, se presentó demanda
por Federacion de Asociaciones Obreras Sindicales-Langile Abertzaleen Batzordeak (LAB),
en la que tras exponer los hechos y fundamentos de derecho que estimó de aplicación,
terminaba suplicando se dicte sentencia por la que se declare que la retribución
correspondiente a las vacaciones anuales en la empresa demandada debe interpretarse y
aplicarse en el sentido de incluir el plus nocturno devengado por los trabajadores que
realicen su jornada, en todo o en parte, en el turno de noche y conforme al promedio
obtenido en los tres meses anteriores al período vacacional, procediendo su abono a dichos
trabajadores y con efectos desde la retribución vacacional relativa al año 2004,
condenando a las demandadas a estar y pasar por las anteriores declaraciones.
SEGUNDO Admitida a trámite la demanda, se celebró el acto del juicio oral en el que la
parte actora se ratificó en la misma, oponiéndose la demandada según consta en el acta
extendida a tal efecto por el Sr. Secretario. Recibido el juicio a prueba se practicaron las
propuestas y declaradas pertinentes.
TERCERO Por el Juzgado de instancia se dictó sentencia, cuya parte dispositiva dice: «Que
estimando la demanda interpuesta por la Federacion de Asociaciones Obreras Sindicales
Langile Abertzaleen Batzordeak (LAB) frente a la empresa MEtalcomponentes Mb Navarra,
SA, la Union General de Trabajadores (UGT), y Comisiones Obreras (CCOO), debo declarar
y declaro que la retribución correspondiente a las vacaciones anuales en la empresa
demandada debe incluir el plus nocturno devengado por los trabajadores que realicen su
jornada en todo o en parte en turno de noche y conforme al promedio obtenido en los tres
meses anteriores al período vacacional, procediendo su abono a dichos trabajadores y con
efectos desde la retribución vacacional relativa al año 2004, condenando a los demandados
a estar y pasar por este pronunciamiento».
CUARTO En la anterior sentencia se declararon probados:
«I.- El Comité de Empresa de la empresa Metalcomponentes Mb Navarra, SA, se encuentra
conformado por integrantes de las candidaturas de los sindicatos UGT, CCOO, y LAB.- El
Sindicato LAB tiene en el Comité de Empresa un representante, alcanzando el número de
tres los representantes pertenecientes a Sindicato Comisiones Obreras y a cinco el número
de representantes de el Sindicato UGT.II.- Las relaciones laborales en el ámbito empresarial se regulan mediante las disposiciones
contenidas en el convenio colectivo de trabajo para la industria siderometalúrgica de
Navarra, siendo el último convenio el publicado en el Boletín Oficial de Navarra de 5 de
julio del año 2004 con vigencia para los años 2004 a 2007 ( LNA 2004, 241) .- Con carácter
complementario al convenio colectivo mencionado y en relación a determinadas materias, las
representaciones de la empresa y de los trabajadores, han alcanzado pactos o acuerdos
colectivos concretos.- El 24 de marzo de 1999 se suscribió entre las representaciones de
la empresa y de los trabajadores un acuerdo para los años 1999, 2000 y 2001 en donde se
contenían acuerdos sobre categorías, sobre rendimientos, sobre absentismo y sobre
empleo. Este acuerdo fue complementado el 10 de mayo del año 2000 mediante un nuevo
acuerdo en donde se regulaban diversos incrementos salariales a determinadas categorías.
El contenido completo de este complemento de acuerdo, obra a los folios 120 a 124 de las
actuaciones, dándose por reproducidos.- El 6 de marzo del año 2002, la representación de
la empresa y el comité de MB Navarra, SA, alcanzaron un nuevo acuerdo para los años
2002, 2003, 2004 y 2005, en donde se regulaban determinados aspectos como eran la
jornada laboral, los salarios, la clasificación profesional, la formación, el anticipo de
determinadas cantidades, la incapacidad temporal, aspectos relativos a la salud laboral, a
los trabajos en fin de semana, a las temperaturas en la prestación de servicio, a las
inversiones y planes de empleo, al abono del plus de kilometraje, al plan de jubilación, al
alquiler de vehículos para viajes de empresa, o al seguro colectivo de accidentes
individuales. El contenido completo de este acuerdo obra a los folios 125 a 130 de las
actuaciones, dándose por reproducido.
II.- Según consta en los archivos de administración de nóminas de la empresa MB Navarra,
SA, el período de vacaciones, ha sido abonado a los trabajadores con la retribución de los
conceptos salariales siguientes: Salario base, plus carencia incentivos, salario garantizado,
plus convenio, asistencia puntualidad, y retribución voluntaria.- En la retribución de
vacaciones, nunca se ha incluido el plus nocturno ni tampoco ha sido solicitado su pago por
los trabajadores.III.- La parte demandante estima que el plus nocturno en el promedio obtenido en los tres
meses inmediatamente anteriores a los períodos de vacaciones, debe abonarse igualmente
en la retribución vacacional.
IV.- El salario mínimo garantizado según el convenio colectivo para la industria
siderometalúrgica de la Comunidad Foral, asciende a 15.749,68 euros anuales y el salario
mínimo garantizado a los trabajadores de MB Navarra, asciende a 20.649 Euros.- La
cuantía del plus de nocturnidad en vacaciones entre la media de todos los trabajadores,
asciende a 128,27 Euros.
V.- El día 8 de abril del año 2005 se celebró el preceptivo acto de conciliación, sin que en él
se alcanzara acuerdo alguno».
QUINTO Anunciado recurso de Suplicación por la representación letrada de la Empresa
demandada, se formalizó mediante escrito en el que se consignan dos motivos, el primero al
amparo del artículo 191.b) de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) ,
para revisar los hechos declarados probados, a la vista de las pruebas practicadas, y el
segundo amparado en el artículo 191.c) del mismo Texto Legal, para examinar las
infracciones de normas sustantivas o de la jurisprudencia, denunciando infracción del
artículo 29.d) del Convenio Colectivo para la Industria Siderometalúrgica de Navarra para
los años 2004 a 2007 ( LNA 2004, 241) , en relación con el artículo 46 de dicho Convenio y
con los artículos 38 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) y artículo 7 del
Convenio 132 de la O.I.T ( RCL 1974, 1356) .
SEXTO Evacuado traslado del recurso fue impugnado por la parte demandante.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO La sentencia de instancia, estimatoria de la pretensión deducida en demanda de
Conflicto Colectivo, frente a la empresa Metal Componentes Mb de Navarra, SA, es
recurrida en Suplicación por la misma mediante la alegación de tres motivos; el primero de
ellos, con adecuada cobertura procesal del artículo 191 b) de la Ley de Procedimiento
Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , solicita la revisión del párrafo segundo del hecho probado
cuarto de la sentencia, a fin de sustituir la cantidad de 128,27 euros, relativa a la cuantía
del plus de nocturnidad en vacaciones, por la de 118,27 euros, al desprenderse ésta del
certificado obrante al folio 140 de los autos, no impugnado de adverso, de forma que el
párrafo segundo del ordinal Cuarto quedaría redactado en los siguientes términos: «La
cuantía del plus de nocturnidad en vacaciones entre la media de todos los trabajadores,
asciende a 118,27€».
De los artículos 191, b) y 194, 3 de la vigente Ley Procesal Laboral y de la que viene siendo
su interpretación jurisprudencial pacífica, deriva la siguiente doctrina general, respecto al
motivo de Suplicación consistente en la revisión de los hechos tenidos como probados en la
Sentencia de instancia recurrida:
1) Que se debe señalar en el motivo, con una absoluta claridad, cual sea el concreto hecho o
hechos probados de los que se pretende obtener su modificación, con detalle en su caso del
particular párrafo que se quiere hacer objeto de la misma. Y si lo postulado es su
eliminación o su sustitución por otro texto alternativo, debe entonces ser ofrecido en su
redacción literal, al igual que si lo que se pretende es adicionar al relato de hechos
probados un determinado texto nuevo y particular, o añadir un completo hecho probado.
2) Debe igualmente indicarse con detalle, el concreto documento obrante en los autos, o
bien la pericia practicada contradictoriamente en el acto de juicio oral, que, en opinión de la
parte recurrente, sirvan de soporte a la revisión fáctica pretendida en el motivo, al ser
estos los únicos medios de prueba que permite el artículo 191, b) de la Ley de
Procedimiento Laboral citada que pueden ser empleados para apoyar, en este particular
trámite, una pretensión de revisión fáctica. De tal modo que, por ejemplo, no cabe una
invocación genérica o inespecífica de la documental obrante en los autos ( STS de 11-7-96 [
RJ 1996, 5773] ). Y no siendo tampoco válida, a efectos de este recurso, la prueba de
interrogatorio de parte, ni tampoco la prueba testifical; con independencia ello del eventual
valor probatorio que, en ejercicio razonado de la función que le atribuye el artículo 97, 2 de
la norma procesal citada, le pueda conferir el juzgador de instancia.
3) Se tiene que tener en cuenta, en concreto respecto a la cita de documentos, lo siguiente:
a) Que deben de tener realmente tal cualidad los que sean señalados, de tal modo que no
cabe basarse en el contenido de la prueba testifical o en el interrogatorio de partes
(artículo 299, 1, 1º LECiv [ RCL 2000, 34, 962 y RCL 2001, 1892] , respecto a este último
medio probatorio), pues pese a que se encuentre resumen suficiente de las mismas en el
acta de juicio [como obliga el artículo 89, 1, c), 1º de la Ley Procesal Laboral ( RCL 1995,
1144, 1563) ], no pierden por ello su concreta cualidad probatoria ( STS de 16-5-90 [ RJ
1990, 4337] ), no transformándose por lo tanto en prueba documental; b) Que tampoco
cabe acogerse a meras fotocopias que no estén adveradas con su original, que carecen, a
estos efectos de Suplicación, de esa naturaleza de documento (así, SSTS de 19-12-89 [ RJ
1989, 9250] , 2-11-90 [ RJ 1990, 8543] , 25-2-91 [ RJ 1991, 869] o 25-1-01 [ RJ 2001,
2065] , entre otras); c) Además, el soporte documental que sirva de base al motivo, debe
ostentar, inexcusablemente, una literosuficiencia probatoria, de tal modo que se desprenda
ineluctablemente la modificación pretendida del mismo, sin que exista necesidad de tener
que acudir a conjeturas, razonamientos añadidos, deducciones o elucubraciones ( SSTS de
19-7-85 [ RJ 1985, 3819] o de 14-7-95 [ RJ 1995, 6259] ).
4) Dado el carácter de recurso extraordinario de la Suplicación, distinto de la Apelación (
STC 18-10-93 [ RTC 1993, 294] ), no se puede pretender que se realice una nueva lectura,
por parte de la Sala, de todo el material probatorio obrante, al no ser esa su función, que le
viene normativamente atribuida al órgano judicial de instancia por el artículo 97, 2 de la
Ley de Procedimiento Laboral citada; ni por tanto, tampoco cabe que sea este órgano
judicial el que construya el recurso a la parte recurrente, pues ello iría en contra de su
obligación esencial de imparcialidad, y vulneraría tanto el derecho a la defensa como a la
contradicción de las demás partes personadas, con infracción del artículo 24, 1 del Texto
Constitucional ( RCL 1978, 2836) ( STS de 28-9-93 [ RJ 1993, 8339] ).
5) Debe derivar claramente la modificación pretendida, sea de sustitución, de adición, o de
eliminación, del apoyo útil alegado, sin necesidad de tener que acudir para ello a
deducciones, elucubraciones o argumentaciones añadidas. De tal modo que se desprenda de
ese apoyo probatorio señalado, de modo contundente e ineluctable, tanto la nueva situación
fáctica propuesta, como la pertinente y paralela equivocación del órgano judicial de
instancia al alcanzar su propia convicción, que se pretende revisar.
6) Por último, se requiere que la modificación que se pide sea relevante a los efectos de la
resolución de la causa, acreditando error, omisión o arbitraria interpretación de las
pruebas por parte del Juzgador, de manera que lo pretendido no quede desvirtuado por
otras probanzas que hayan podido ser consideradas por el juzgador de instancia, de las que
quepa deducir una interpretación distinta a aquella que obtiene la parte, pues ante posibles
contradicciones debe prevalecer el criterio del órgano jurisdiccional, que actúa en el pleito
de manera imparcial y objetiva frente a la parte; a su vez, no basta con aportar con la
modificación una puntualización o matización, al ser preciso, como ya decíamos, que la
revisión sea trascendente y de entidad suficiente para variar los hechos de la sentencia
recurrida.
Pues bien, en el presente caso, la modificación pretendida debe prosperar, dado que,
gozando de la trascendencia necesaria -al cuantificar el promedio del importe de plus de
nocturnidad entre todos los trabajadores de la empresa-, la cifra señalada por la
recurrente se desprende claramente del certificado del Jefe de Recursos Humanos de la
empresa, obrante al folio 140 de los autos, que fija el citado promedio en 118,27 euros, y no
128,27, como con buena técnica procesal del Recurso de Suplicación expone el Sr. Letrado,
por lo que el motivo debe ser estimado, procediendo la sustitución del párrafo segundo del
Hecho Probado Cuarto, por el propuesto por la parte recurrente.
SEGUNDO El segundo motivo, correctamente formulado al amparo de lo dispuesto en el
artículo 191 c) de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , denuncia
infracción del artículo 29.d) del Convenio Colectivo para la Industria Siderometalúrgica de
Navarra para los años 2004 a 2007 ( LNA 2004, 241) , en relación con el artículo 46 de
dicho Convenio, y con los artículos 38 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , y
7 del Convenio 132 de la OIT ( RCL 1974, 1356) .
Considera la parte accionante que el artículo 29 del Convenio Colectivo aplicable, es claro,
concreto y cerrado, no debiendo ser interpretado en el sentido de la sentencia de
instancia, existiendo además una regulación específica del plus nocturno en el artículo 46
del citado acuerdo, por lo que no hay que buscar la integración de lo que el convenio ha
regulado por separado.
Añade igualmente que el Tribunal Supremo especifica que cuando el plus está regulado en el
Convenio, su no inclusión en la paga de vacaciones debe ser respetada.
La cuestión que aquí se plantea, ha sido ya resuelta por esta Sala en Sentencias de fechas
16-7-2004 ( JUR 2004, 243763) , 19-11-2004 ( AS 2004, 3717) , 28-2-2005 ( AS 2005,
703) , en cuya fundamentación se recuerda que el artículo 40.2 de la Constitución Española
( RCL 1978, 2836) , señala que los poderes públicos garantizarán el descanso necesario,
mediante, entre otros medios, las vacaciones periódicas retribuidas. A este derecho le
resulta de plena aplicación el canon hermenéutico del artículo 10.2 de la Constitución
Española al decir que las normas relativas a los derechos fundamentales y las libertades
que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal
de Derechos Humanos ( LEG 1948, 1) y los Tratados y acuerdos internacionales sobre las
mismas materias ratificados por España. No se olvide que el carácter de este no-trabajo
(vacaciones) se inserta entre los «principios rectores de la política social y económica»,
ubicado dentro del Título I, Capítulo 3º de la Constitución Española, precisados de ulterior
desarrollo normativo si han de ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria, sin perjuicio de
que mientras informen la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos (artículo
53.3 de la Constitución Española). Repárese que el Texto Constitucional ha preferido la
referencia a la periodicidad (género) por encima de su concreción anual (especie).
Un elemental principio de honestidad intelectual obliga a mencionar a los Profesores
Antonio V. Sempere Navarro y Pilar Charro Baena, autores de la completa monografía «Las
Vacaciones Laborales» y a quienes se sigue en esta exposición.
Es también dato a destacar que las vacaciones se configuran implícitamente como un
período intercalado en el normal de actividad, al suponer precisamente una cesura en el
mismo. Cuando se afirma que la vacación tiene que garantizar el descanso necesario se
quiere decir que no puede haber vacaciones sin previo trabajo o, por lo menos, sin actividad
correlativa.
Al decir que las vacaciones han de proporcionar un «descanso necesario» debe hacerse
referencia a las propias previsiones constitucionales, entre las que destaca, «la adecuada
utilización del ocio» (artículo 43.3 Constitución Española).
De entre las normas internacionales que se refieren a esta institución de las vacaciones,
debe destacarse la Declaración Universal de Derechos del Hombre de 10 de diciembre de
1948, cuyo artículo 23 menciona el derecho de toda persona a «vacaciones periódicas
pagadas» así como al «disfrute del tiempo libre» (artículo 24). Como toda Declaración
procedente de Naciones Unidas, no constituyen normas de aplicación directa sino que
tienen carácter programático. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, de 16 de diciembre de 1966 ( RCL 1977, 894) constituye junto al Pacto
Universal de Derechos Civiles y Políticos de ese mismo año ( RCL 1977, 893) los
instrumentos con los que Naciones Unidas intentaron otorgar fuerza jurídica plena a la
protección de los derechos humanos enunciados en la Declaración de Derechos del Hombre.
Y esencialmente deben mencionarse los Convenios núms. 132 de la OIT, sobre vacaciones
pagadas, de 24 de junio de 1970 ( RCL 1974, 1356) ; 101, sobre vacaciones pagadas en la
agricultura, de 26 de junio de 1952 ( RCL 1972, 946) y 146, sobre vacaciones pagadas de la
gente del mar, de 29 de octubre de 1976 ( RCL 1980, 651) . Estos Convenios de la OIT, una
vez ratificados forman parte del ordenamiento jurídico español, tal y como prescriben los
artículos 96.2 y 51.1 de la Constitución.
Por último, debe hacerse también mención a la Directiva 93/104/CE, de 23 de noviembre
de 1993 ( LCEur 1993, 4042) , al establecer que los estados miembros deberán adoptar las
medidas necesarias para que todos los trabajadores dispongan de un período de al menos
cuatro semanas de vacaciones anuales retribuidas, de conformidad con las condiciones de
obtención y concesión establecidas en el ordenamiento jurídico interno de cada país
(artículo 7.1).
La Sentencia del Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea de 26 de junio de 2001 (
TJCE 2001, 179) , ha interpretado el alcance del mentado artículo 7 manifestando que «el
derecho de cada trabajador a vacaciones anuales retribuidas debe considerarse un
principio del Derecho Social comunitario de especial importancia», respecto del cual no
pueden establecerse excepciones y cuya aplicación por parte de las autoridades nacionales
competentes únicamente pueden efectuarse respetando los límites establecidos en la
propia Directiva 93/104 ( LCEur 1993, 4042) o «un derecho otorgado directamente por
dicha Directiva a cada trabajador como disposición mínima necesaria para garantizar la
protección de su seguridad y salud».
El Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) contempla el tema de las vacaciones en el
artículo 38 que se remite, en cuanto a su contenido, a lo pactado en convenio colectivo o
contrato individual, sin que en ningún caso su duración pueda ser inferior a treinta días
naturales.
Este derecho a las vacaciones ha sido calificado como de derecho unitario pero de
contenido complejo, de manera que engloba la interrupción periódica de la prestación
laboral y el mantenimiento del crédito salarial; y así el extinto Tribunal Central de Trabajo
en su sentencia de 19 de diciembre de 1984 declaró que el concepto legal de vacaciones no
puede dividirse en sus dos componentes esenciales, descanso y retribución, para excluir uno
de ellos, porque si se da retribución sin descanso se tratará de la compensación económica,
y si se da descanso sin retribución, será un permiso sin sueldo. Con esto se quiere expresar
que es consustancial a la institución de las vacaciones el que sean retribuidas, así lo
menciona el artículo 40.2 de la Constitución Española ( RCL 1978, 2836) al aludir a que los
poderes públicos garantizarán el descanso necesario mediante las vacaciones periódicas
retribuidas, e insiste en dicho carácter el artículo 38.1 del Estatuto Laboral, en su
condición de cumplimiento garantista de la norma fundamental.
Como este precepto laboral no facilita los conceptos incluidos y excluidos de su cómputo
económico, se hace necesario acudir al artículo 7 del Convenio 132 ( RCL 1974, 1356) que
dispone: «Toda persona que tome vacaciones de conformidad con las disposiciones del
presente Convenio percibirá, por el período entero de esas vacaciones, por lo menos, su
remuneración normal o media (incluido el equivalente en efectivo de cualquier parte de esa
remuneración que se pague en especie, salvo si se trata de prestaciones permanentes de
que disfrute el interesado independientemente de las vacaciones pagadas), calculada en la
forma que determine en cada país la autoridad competente o el Organismo apropiado».
Como manifiestan los Profesores, antes citados, Antonio V. Sempere Navarro y Pilar Charro
Baena, a la vista del contenido de este precepto puede afirmarse que la retribución
vacacional se encuentra presidida por el principio de equivalencia o, lo que es lo mismo, de
omnivalencia entre el período de actividad y el vacacional: lo que se busca es la máxima
similitud con las percepciones normales que recibe el trabajador en activo. En aplicación de
dicho principio habría que inferir el abono de todas las cantidades que hubiera percibido el
trabajador desarrollando su jornada habitual, como si efectivamente hubiere prestado él
servicio, porque en el período de disfrute de las mismas las atenciones del sustento y de la
satisfacción de las necesidades del trabajador y de su familia no son inferiores a las de
cualquier otro período ( Sentencia Tribunal Central de Trabajo de 3 de julio de 1981).
Intuitivamente se comprende, pues, que el nivel retributivo de las vacaciones ha de ser
semejante al habitual, a fin de poder permitir realmente el disfrute de una vacación con un
nivel de vida similar al que se tiene durante el período de actividad. Tal como lo tiene
declarado la doctrina judicial al decir que «el trabajador deberá percibir lo que
correspondería por actividad normal en un mes de trabajo» ( Sentencia Tribunal Superior
de Justicia de Cataluña de 29 de marzo de 1994 [ AS 1994, 1299] ); «la totalidad de los
conceptos salariales que se abonan en época de actividad» ( Sentencia Tribunal Superior de
Justicia de Galicia de 17 marzo de 1994 [ AS 1994, 913] ; «sin merma alguna de sus
emolumentos» ( Sentencia Tribunal Superior de Justicia de Canarias/Las Palmas de 5 de
mayo de 2000 [ AS 2000, 4088] ); «sin que el disfrute del descanso deba ocasionar
pérdida alguna de sus retribuciones» ( Sentencia Tribunal Superior de Justicia de Navarra
de 25 de abril de 2001 [ AS 2001, 2236] ).
Ahora bien, no se desconoce que existe en esta cuestión una doctrina jurisprudencial y
judicial que reputa válidas las cláusulas de los convenios colectivos que establecen una
retribución vacacional, omitiendo alguno de los elementos integrantes del salario en jornada
ordinaria, como puede ser el denominado plus de nocturnidad, objeto del presente
enjuiciamiento. ( Sentencias Tribunal Supremo de 22 de septiembre de 1995 [ RJ 1995,
6789] ; 29 octubre de 1996 [ RJ 1996, 8181] ; 9 noviembre de 1996 [ RJ 1996, 8414] y 30
de marzo de 1999 [ RJ 1999, 3776] ).
Sin embargo, también se ha sostenido el carácter autosuficiente de aquella norma
internacional, en el sentido de que el Convenio 132 de la OIT es suficiente para colmar la
laguna en materia de retribución de las vacaciones, en aquellos casos en los que el convenio
colectivo guarda silencio sobre la materia. «Acreditada la percepción del plus
controvertido, por parte de los trabajadores mes a mes en sus nóminas, no puede constituir
óbice para su devengo en las nóminas correspondientes a los respectivos períodos
vacacionales, el hecho de que en la norma convencional no se contemple el referido plus» (
Sentencia Tribunal Supremo 21 [ RJ 1992, 10351] y 29 diciembre de 1992 [ RJ 1992,
10373] ; Sentencia Tribunal Superior de Justicia de Galicia 3 mayo de 2002 [ AS 2002,
2341] ; Sentencia Tribunal Superior de Justicia de Cataluña 13 abril 2000 [ AS 2000,
1063] ).
Consiguientemente, esta Sala entiende que, de acuerdo con los Profesores Antonio V.
Sempere Navarro y Pilar Charro Baena, el artículo 7 del Convenio 132 de la OIT contiene el
principio de equivalencia retributiva, que debe ser de obligado cumplimiento y no puede ser
objeto de interpretación restrictiva, de manera que la regla general sobre los conceptos
retributivos computables durante el período de vacaciones debe ser la normal o media; que
el convenio colectivo tiene como función típica en esta materia de retribución de
vacaciones la precisión o especificación de los factores de cálculo, complementando la regla
general de la remuneración normal o media; y dicha norma convencional no puede apartarse
de esa regla general de remuneración siempre y cuando se respeten en cómputo anual los
mínimos indisponibles de derecho necesario.
TERCERO En el presente supuesto, la entidad demandada, se rige por el Convenio Colectivo
para la Industria Siderometalúrgica de Navarra ( LNA 2004, 241) , cuyo artículo 29 d)
establece: «Las vacaciones se abonarán computándose los mismos conceptos salariales que
hubiesen sido tenidos en cuenta para pagar las del año anterior, con el valor económico que
tengan en el año de que se trate y los días que, dentro del período de vacaciones, tengan la
condición de laborales se incrementarán con el promedio de la Prima; Incentivo o plus de
Carencia de Incentivo, en su caso, que el trabajador hubiera obtenido en los tres meses
anteriores a su disfrute, contándose únicamente los días de presencia en el trabajo
durante los tres meses citados».
Reiteradamente tiene declarado el Tribunal Supremo -entre otras, en Sentencias de 24 de
diciembre 1964, 27 febrero y 7 de marzo de 1967, 4 diciembre 1971, 5 julio de 1973, 18
febrero 1974, 13 junio de 1978, 6 mayo y 5 de noviembre 1982 ( RJ 1982, 6496) y 9
diciembre de 1983 ( RJ 1983, 6240) -, que el Convenio Colectivo crea derechos y deberes
entre las partes que lo conciertan y tiene eficacia normativa -artículos 37.1 de la
Constitución Española ( RCL 1978, 2836) y 3.1, b) y 82 del Estatuto de los Trabajadores (
RCL 1995, 997) -con atribución incluso de una extraordinaria eficacia «erga omnes», y con
un contenido dual como resultado de la negociación desarrollada por los representantes de
los trabajadores y los empresarios y de su carácter de fuente de la relación laboral, de
cuya naturaleza jurídica especial-«híbrido con alma de Ley y cuerpo de contrato», en la
clásica síntesis doctrinal de Carnelutti- con el doble efecto normativo y obligacional, en
cuanto que funde en un todo unitario la fuente del derecho y la fuente de la obligación, han
de obtenerse las lógicas consecuencias de la necesidad de velar por la observancia de sus
mandatos e interpretarlos de análoga manera a como se hace con las Leyes por un lado
artículo 3 del Código Civil ( LEG 1889, 27) - y por otro, las reglas propias de la
interpretación de los contratos, que primordialmente se recogen en los artículos 1281 y
siguientes del Código Civil.
Así el artículo 1281 del Código Civil ( LEG 1889, 27) dispone que «si los términos de un
contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de los contratantes se estará al
sentido literal de sus cláusulas. Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente
de los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquéllas».
Las reglas básicas de interpretación literal y sistemática son similares para la Ley y para el
contrato, aquélla ha de ser interpretada «según el sentido literal de sus palabras» -artículo
3 del Código Civil-, como en éste ha de estarse «al sentido literal de sus cláusulas», si éste
es claro en cuanto a la intención de los contratantes -el ya transcrito artículo 1281 del
Código Civil-; y tanto el precepto legal como las cláusulas contractuales deben
interpretarse «en relación con el contexto» el primero, y «las unas por las otras,
atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del cómputo de todas» las segundas artículo 1285 del Código Civil-.
La doctrina científica viene distinguiendo dos tipos de interpretación de los contratos: La
«subjetiva», que pretende la averiguación de la voluntad real o intención (interna) común de
los contratantes, y la «objetiva», que atribuye a las declaraciones de intención (externa) de
las partes un sentido y alcance objetivo, incluso con independencia de la intención subjetiva
o voluntad interna de los contratantes. El Código Civil mantiene en los artículos 1281 a 1283
una interpretación «subjetiva», mientras que en los artículos 1284 a 1289 se inclina por una
interpretación «objetiva», de donde se deduce que la interpretación subjetiva tiene
carácter prioritario, y que la objetiva se aplicará cuando no sea posible averiguar la
intención común o ésta no se haya producido verdaderamente.
Además de esas pautas hermenéuticas, no debe olvidarse el canon interpretativo, como
antes de dijo, del artículo 10. 2 de la Constitución Española.
De toda esta contextualidad de las directrices interpretativas, resulta que en el caso
ahora sometido a enjuiciamiento, el artículo 29 d) del Convenio Provincial para la Industria
Siderometalúrgica de la Comunidad Foral de Navarra para los años 2004-2007 ( LNA 2004,
241) , al regular el contenido retributivo del período vacacional, no excluye expresamente
el litigioso Plus de Nocturnidad, por lo que no existe violencia interpretativa ni intelectual,
-sino al contrario, es más acorde con lo anteriormente razonado-, para incluir dicho Plus en
el cálculo retributivo correspondiente al tiempo de disfrute de las vacaciones anuales,
calculándose con el promedio de las horas nocturnas realizadas en los tres meses
inmediatamente anteriores.
CUARTO Con carácter subsidiario al anterior motivo de derecho, y con correcto amparo en
el artículo 191.c) de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , la empresa
recurrente denuncia infracción del artículo 26.5 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL
1995, 997) y del artículo 6 del Convenio Provincial para la Industria Siderometalúrgica de
la Comunidad Foral de Navarra ( LNA 2004, 241) , al entender que se debe aplicar el
instituto de la compensación y absorción de dicho plus de nocturnidad, con las mejoras
salariales que disfrutan los trabajadores de la empresa con respecto a los salarios del
citado Convenio.
El artículo 26.5 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) establece que «operará
la compensación y absorción cuando los salarios realmente abonados en su conjunto y
cómputo anual sean más favorables para los trabajadores que los fijados en el orden
normativo o convencional de referencia».
La doctrina de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha señalado con reiteración, entre
otras en Sentencia de 6-7-2004 ( RJ 2004, 6960) , que la institución de la compensación y
absorción que en el precepto citado se recoge tiene por objeto evitar la superposición de
mejoras salariales que tengan su origen en diferentes fuentes reguladoras, de forma que el
incremento de un concepto salarial contenido en una fuente normativa o convencional quede
neutralizado por cualquier otro incremento con origen en fuente distinta ( sentencias de 10
de noviembre de 1998 [ RJ 1998, 9548] , 9 de julio de 2001 [ RJ 2001, 7437] , 18 de
septiembre de 2001 [ RJ 2001, 8447] y 2 de diciembre de 2002 [ RJ 2003, 515] ). Ello
implica que, en principio, la compensación tenga que producirse necesariamente en el marco
de retribuciones que presenten la necesaria homogeneidad ( sentencias de 15 de octubre
de 1992 [ RJ 1992, 7641] y 10 de junio de 1994 [ RJ 1994, 5419] ), al menos en el orden de
la función retributiva.
Por su parte la Sentencia de la misma Sala de 26-3-2004 ( RJ 2004, 2715) , añade que la
doctrina jurisprudencial, y anteriormente el Tribunal Central de Trabajo, ha llevado una
amplia tarea interpretativa del fenómeno de la absorción y compensación a lo largo de un
nutrido número de resoluciones, en las que cabe considerar, en primer término, que
normalmente la solución del caso que se resuelve en cada una de ellas, es objeto de un
análisis muy concreto, ajustado a cada situación de hecho, y no siempre es fácil extraer una
doctrina universal en esta materia con la que puedan resolverse todos los supuestos.
No obstante, sí se puede decir que la compensación y absorción, como se afirma en la
Sentencia del Tribunal Supremo de 10 de noviembre de 1998 ( Recurso 4629/97 [ RJ 1998,
9548] ) «... ha tenido como objeto evitar la superposición de las mejoras salariales que
tuvieran su origen en diversas fuentes reguladoras del mismo, de forma que el incremento
de un concepto salarial contenido en una fuente normativa o convencional quedaba
neutralizado por cualquier otro incremento con origen en fuente distinta; así, el incremento
del salario mínimo interprofesional es absorbido, y por lo tanto no acrece, el salario
superior que percibiera ya un trabajador en base a lo previsto en el convenio o pacto
regulador de sus condiciones de trabajo, y, por lo mismo, el incremento salarial previsto en
un convenio colectivo es absorbido y queda neutralizado por el salario mayor que ya
percibiera el trabajador afectado como consecuencia de gozar de un acuerdo particular
entre él y su empresario».
Como ya dijo la Sala del Alto Tribunal en sentencia de 26-12-1989 ( RJ 1989, 9276) , la
absorción y compensación de salarios juegan, en principio, siempre que se establece un
nuevo cuadro de retribuciones, en virtud de un acto normativo o convencional, pues para
poder operar necesita, en cualquier caso la existencia de dos situaciones que permitan la
comparación y, en su caso, la compensación o absorción de los incrementos, cual se
desprende de la propia literalidad del apartado 5 del artículo 26 de referencia.
Pues bien, de la doctrina anterior se desprende con claridad que el instituto de la absorción
y compensación no puede ser aplicado al supuesto ahora enjuiciado, no sólo por carecer los
conceptos cuya compensación se pretende, de la necesaria homogeneidad, dado que no nos
hallamos ante «dos situaciones que permitan comparación», sino principalmente porque tal
pretensión se opone frontalmente a las anteriores consideraciones acerca de los principios
de equivalencia y omnivalencia entre los períodos de actividad y de vacaciones, que en todo
caso deberán presidir la retribución de las mismas.
Y al haberlo entendido así la sentencia recurrida procede su confirmación previa
desestimación de los motivos de derecho interpuestos frente a la misma.
FALLAMOS
Que debemos desestimar y desestimamos el Recurso de Suplicación, en cuanto al fondo de
la cuestión planteada, interpuesto frente a la Sentencia dictada por el Juzgado de lo Social
núm. Dos de los de Navarra en autos seguidos a instancia de la Federación de Asociaciones
Obreras Sindicales- Langile Abertzaleen Batzordeak- contra Metalcomponentes Mb
Navarra, SA, Union General de Trabajadores y Comisiones Obreras, sobre Conflicto
Colectivo, y en su consecuencia debemos confirmar y confirmamos dicha sentencia respecto
al reconocimiento del plus de nocturnidad reclamado excepto la cuantificación del mismo
cuyo promedio debe ascender a 118,27 €, estimando en este extremo el Recurso de
Suplicación.
Notifíquese a las partes y al Ministerio Fiscal la Sentencia dictada, con la advertencia que
contra la misma, puede interponerse Recurso de Casación para la unificación de doctrina
ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, anunciándolo a través de esta Sala por
escrito, dentro de los DIEZ DIAS hábiles siguientes a su notificación debiendo, la parte
condenada si recurre y no tuviese reconocido el beneficio de justicia gratuita, constituir un
depósito de 300,51€. en la cuenta corriente que a nombre de la Presidencia de la Sala IV del
Tribunal Supremo figura abierta en la oficina del Banco Español de Crédito (Banesto), calle
Barquillo, núm. 49 de Madrid, bajo el núm. 2410 debiendo hacer entrega del resguardo
acreditativo en la Secretaría de la Sala al tiempo de personarse en élla.
Firme que sea esta resolución, devuélvanse los autos al Juzgado de lo Social de procedencia
con certificación de la misma, dejándose otra certificación en el rollo a archivar por esta
Sala.
Así, por nuestra Sentencia, definitivamente juzgando, lo pronunciamos, mandamos y
firmamos.
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