violencia 01-C

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Violencia y
Derechos
La realidad de niños, niñas
y adolescentes en datos
Violencia y Derechos.
La realidad de niños, niñas y adolescentes en datos
Investigador Principal: Rubén Capdevila
Dirección Ejecutiva: Heve Otero
Equipo técnico:
Javier Chamorro · Coordinación del Observatorio de Políticas Públicas
y Derechos de la Niñez y la Adolescencia (cdia-Observa)
Ricardo Derene · Coordinación de Comunicación cdia
Maika López Ferreiro · Coordinación de Participación
Protagónica de Niños, Niñas y Adolescentes
Asistente de Dirección: Violeta Franco
Asistente de cdia Observa: Gustavo Ferreira
Coordinadora del Proyecto «Fortalecimiento de las Redes de defensa
de derechos de niños, niñas y adolescentes»: Soledad Cáceres
Edición:
Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (cdia)
Brasil 455; Asunción, Paraguay. Telefax (595 21) 227 061
www.cdia.org.py · [email protected] · [email protected]
Consejo Directivo 2010 - 2012:
Roberto Stark (ceniju) Secretario General; Karina Bianchi, cectec; Marta Benítez
Carrillo, Global Infancia; Hna. Elena Barrios, Hermanas del Buen Pastor; Natalia González
Rahi, Rondas; Leticia Rodríguez y Alejandra Rodríguez Yakisich, EnfoqueNiñez
Observatorio de Políticas Públicas y Derechos de la Niñez y la Adolescencia (cdia-Observa)
Asunción, Paraguay
www.cdiaobserva.org.py · [email protected] · [email protected]
Monitoreo de medios: Agencia Global de Noticias.
María Silvia Calvo, Diego Brom, Ramón Romero
Corrección: Heve Otero y Javier Chamorro
Diseño y diagramación: Juan Heilborn, Diseño tercermundo
Impresión: sv Gráficas
Tirada: 1.000 ejemplares
isbn: 978-99967-626-0-4
Asunción, Paraguay. Abril de 2011.
Ficha bibliográfica:
Observatorio de Políticas Públicas y Derechos de la Niñez y la Adolescencia (CDIAObserva). Violencia y Derechos de la Niñez y la Adolescencia. Análisis de los tipos
de violencia en base al monitoreo de medios de comunicación. Asunción: CDIA.
Este documento fue desarrollado como parte de las investigaciones impulsadas por
el Observatorio de Políticas Públicas y Derechos de la Niñez y la Adolescencia, creado
por la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (cdia).
Violencia y
Derechos
La realidad de niños, niñas
y adolescentes en datos
El proceso de edición, diseño gráfico e impresión de
este material se realiza en el marco del proyecto de
Fortalecimiento de Redes de Defensa de Derechos de
Niños, Niñas y Adolescentes en cinco Departamentos del
Paraguay, ejecutado por la cdia y codehupy, en cooperación
con Ayuda en Acción (AeA) y la Agencia Española de
Cooperación Internacional para el Desarrollo (aecid).
La presente publicación goza de la protección de los
derechos de la propiedad intelectual. No obstante,
extractos breves de la misma pueden reproducirse sin
autorización, con la condición de que se mencione la
fuente, tal como se indica en la ficha bibliográfica. Para
obtener los derechos de reproducción deben formularse
las correspondientes solicitudes a la cdia, solicitudes
que serán bien recibidas. Se agradece el envío de
ejemplares en que se cite la obra a los editores.
El uso de un lenguaje que no discrimine entre varones
y mujeres por cuestiones de género así como que evite
la segregación por otros motivos entre las personas,
especialmente cuestiones vinculadas a la estigmatización de
condiciones individuales y colectivas, es una preocupación
ampliamente difundida en el ámbito de la protección y la
promoción de los derechos humanos y asumida por cdia.
Índice
9 · presentación
11 · prólogo
capítulo I
15 · Marco Teórico
capítulo Ii
29 · Antecedentes de investigaciones
capítulo Iii
43 · Marco Jurídico
capítulo Iv
55 · Diagnóstico de fuentes de
información e indicadores
sobre violencia contra niños,
niñas y adolescentes.
capítulo v
73 · Monitoreo de medios
de la prensa escrita
91 · Recomendaciones
Presentación
Este estudio representa un esfuerzo de investigación que ha logrado una revisión a profundidad de fuentes de información mundiales regionales y nacionales en relación a la temática de la violencia
hacia niños, niñas y adolescentes, relevando también fuentes de
prensa y la confección inicial de indicadores nacionales en la materia.
Ha sido de interés particular en esta investigación, demostrar
que la violencia hacia este sector no es diferente al fenómeno de
la violencia en general, sino una expresión de los mecanismos
de poder instalados que la perpetúan y legitiman. Como primera
aproximación a profundidad revela tendencias, algunas de ellas ya
conocidas, lo que permite reafirmarlas como líneas estabilizadas
en el tiempo y otras nuevas, que abren conocimiento sobre medios,
actores y formas de la violencia hacia la población en estudio.
Estas nuevas líneas pretenden arrojar conocimientos que
precisan continuar siendo estudiados, pero son de hecho ya, datos
útiles para la incidencia y la prevención en políticas públicas.
También revela la situación de los datos e información a nivel
nacional sobre el tema y como la dispersión y fragmentación
del registro de los hechos de violencia es el diagnostico general
mas típico que se puede realizar a las instituciones que generan,
recopilan, informan o se ocupan de una u otra forma sobre
de los hechos d e violencia. En este sentido profundizar en los
sistemas de clasificación y registro de la información, obedece a
una prioridad señalada en la recomendación numero 11 al Estudio
de violencia hacia niños, niñas y adolescentes de las Naciones
Unidas.
Es del interés sostenido de las organizaciones miembros de
la CDIA apoyadas en la convivencia y necesidad de dar respuesta
9
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a las transgresiones cotidianas a los derechos de niños, niñas
y adolescentes, condujo al Observatorio de Políticas Públicas y
Derechos de la Niñez y Adolescencia a determinar esta temática
como eje de prioridad en los estudios e impulsó la conformación
de un grupo estable de investigadores, que se proyecta en nuevas
tareas a ser encaminadas en el futuro cercano.
ma Heve Otero
Directora Ejecutiva
Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia
Prólogo
Esta investigación se realiza en el marco del proyecto «Fortalecimiento de las Redes de defensa de derechos de niños, niñas y adolescentes», impulsada por la Coordinadora por los Derechos de la
Infancia y la Adolescencia (cdia), la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (codehupy) y la organización internacional
Ayuda en Acción con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (aecid).
Surge ante la necesidad, indispensable, de generar información
y analizar la situación de la violencia contra niños, niñas y adolescentes en el Paraguay. Y también ante la importancia de responder a las recomendaciones de organismos internacionales de llevar
adelante estudios sobre la temática de violencia, de relevar datos
que en el futuro puedan nutrir un sistema de información sobre la
situación de niños, niñas y adolescentes.
El objetivo general de esta investigación es el de «Describir y
analizar la situación de la violencia contra niños, niñas y adolescentes en el Paraguay». Y además tiene tres objetivos específicos
que amplían y la vez comprometen el estudio de forma considerable, a saber:
▶ Sistematizar y analizar datos de fuentes de información
oficiales sobre violencia contra niños, niñas y adolescentes del
Paraguay.
▶ Analizar y describir datos sobre violencia contra niños, niñas y
adolescentes monitoreados en 5 medios de la prensa escrita en
el Paraguay.
▶ Identificar y analizar indicadores de violencia contra niños,
niñas y adolescentes en el Paraguay.
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Si bien los objetivos propuestos son amplios, el estudio mismo
fue realizado en un considerable periodo de tiempo, y contemplando diversas metodologías.
Por una parte, hemos realizado un diagnóstico de fuentes de información que ha incluido una jornada de trabajo y discusión con
diversos actores de instituciones del Estado y organizaciones de la
sociedad civil para analizar la situación de las fuentes de información, así como validar y analizar algunos indicadores de violencia y
maltrato contra niños, niñas y adolescentes.
Por otra, el monitoreo de medios de la prensa escrita se desarrolla con su propia metodología, la cual está ampliamente expuesta
en el capítulo 5, que es el último.
Este estudio está compuesto, entonces, de 5 capítulos o apartados en el sentido de que cada uno de ellos puede ser leído y utilizado de forma independiente, según el interés y necesidad del lector
o lectora. El Capítulo 1, Marco Teórico, aborda algunos conceptos
fundamentales y analíticos en torno a la definición estandarizada
de la violencia, abordando diversos paradigmas teóricos. Y trata de
revisar, también, tres formas generales de violencia: la Simbólica,
la Estructural y la Fáctica o Factual.
El Capítulo 2, Antecedentes, consiste en una revisión y síntesis
de los principales estudios, investigaciones e informes sobre la temática de violencia y maltrato contra niñas, niños y adolescentes,
realizados tanto a nivel mundial, regional, como a nivel nacional.
Se exponen los resultados, los principales datos y en algunos casos
se realizan comparaciones.
El Marco Jurídico, Capítulo 3, representa un doble esfuerzo: por
una parte relatar la historia del devenir de los derechos de la niñez
y, por otra, exponer un inventario de normas y leyes, tanto nacionales como internacionales que deberían garantizar y proteger los
derechos de niñas, niños y adolescentes. En este sentido reconocemos las limitaciones y así también la necesidad de un mayor análisis crítico.
El Capítulo 4 expone los resultados de jornadas de trabajo en torno a indicadores del dominio de Protección y así también los resultados de un ensayo de diagnóstico de fuentes de información sobre
violencia contra niños, niñas y adolescentes. A continuación, presentamos un inventario breve de indicadores.
Como último apartado, presentamos, en el Capítulo 5, los resultados del monitoreo de 5 medios de la prensa escrita (Abc Color, Última Hora, La Nación, Crónica y el Diario Popular) del año 2010. Datos éstos que fueron gestionados por la Agencia Global de Noticias
y que hemos analizado sin descuido del marco teórico que hemos
desarrollado en este estudio.
Finalmente, el estudio presenta una serie de recomendaciones
que consideramos de suma importancia y que se desprende de todo
el análisis que hemos realizado en estas páginas.
Es nuestro deseo más sincero que el humilde trabajo que aquí
presentamos sirva tanto a investigadores e investigadoras, a trabajadores y trabajadoras por los derechos de la infancia y la adolescencia, así como a la ciudadanía en general, para comprender
y dimensionar la importancia de prevenir y evitar la violencia allí
donde ella se manifieste.
13
capítulo
i
Marco Teórico
niña: ¿Si me preguntan en la escuela que me
pasó? ¿qué les tengo que contar?
abuela: ¡¿Y qué les vas a decir?! ¿Que te
estuvo garroteando tu mamá?
15
N
o ha habido quizá época en la historia de la humanidad
que haya estado exenta de violencia, muy pocos han sido
los años de paz que ha tenido el mundo. Sin embargo, todavía hoy, cuando ya se ha logrado hacer visible por diversos medios la cruel y terrible realidad de la violencia, cuando las
ciencias y disciplinas de regulación, bio-políticas, como las ha llamado Foucault, permiten no solo un mayor control y conocimiento
del comportamiento grupal de las personas, sino una cuantificación de estas conductas (de ahí el auge y la gran importancia que
hoy día recae sobre la estadística, la psicometría, etc.). Aun así, y
en evidente conocimiento de los datos, es muy pobre la reacción, y
todavía exiguas las medidas que, tanto los gobiernos y la sociedad,
han tomado para prevenir y evitar las situaciones de violencia.
Y no estamos hablando, en este momento, de las simples y muy
poco efectivas campañas de prevención contra el maltrato, el abuso sexual, la explotación, la trata de personas, actividades que por
demás malgastan recursos y arrojan muy pocos e invisibles resultados; estamos refiriéndonos a verdaderos planes que contemplen
la violencia como un fenómeno estructural e histórico, anclado
fuertemente en la sociedad y que tiene, evidentemente, sus causas,
no solo en el consumo de drogas o en las conductas individuales
«desviadas» sino, esencialmente, en un injusto modelo económico,
en modelos socioculturales «arcaicos» fuertemente presentes aun
en las relaciones familiares y comunitarias, en el choque de estos
modelos con el fácil acceso al ciber espacio, a lo que bien ha llamado
Regis Debray como «videoesfera»(Debray, 1996), es decir, internet y
la televisión como reemplazos del sistema educativo, como usurpadores del espacio vaciado de la educación. Estamos hablando pues
de una violencia que ha tomado dimensiones descomunales, que
tiene pues toda una tecnología y unas estrategias de proliferación y
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reproducción, que escapa y se desliza entre los dientes de un análisis superfluo y de políticas «parche» en un mundo cada vez mas
desbocado.
En lo referente a la violencia y al maltrato hacia niños, niñas
y adolescentes la cuestión es más grave. Los datos están a la vista.
La realidad nos limpia los vidrios del auto y nos canta en el colectivo una melodía desesperada y dolorosa. Hoy ya no podemos hablar de una realidad escondida detrás de toda una estructura social,
estamos muy lejos ya de aquella «conciencia ingenua», engañada
y enceguecida por la suprema ideología. Sin duda existen aun las
ideologías, pero ya no podemos hablar de una falsa conciencia de
las cosas, es decir, aquella frase que definió la falsa conciencia en
tiempos de Marx: «no lo saben y sin embargo lo hacen», ya no tiene
validez. Estamos todos, pues, perfectamente enterados de la realidad. Y sin embargo opera una nueva forma de conciencia o como la
llamaría Slavoj Zizek (Zizek, 2003, pág. 56) una «razón cínica», basada en la frase «ellos saben muy bien lo que hacen y aun así lo hacen».
Esta razón implica la plena conciencia de la cosas, implica un reconocimiento del estado de las cosas. Es decir, tanto gobernantes como
la sociedad toda sabemos de la existencia de la violencia, estamos
en perfecta conciencia de lo que implica y, sin embargo, seguimos
aplicándola, permitimos su proliferación, le damos rienda suelta, la
auspiciamos y aun así, en especial el gobierno de turno, se vale del
discurso de los derechos humanos, a sabiendas de que poco se hará al
respecto y de que al final de cuentas «no queremos tomar las cosas demasiado seriamente». Esta forma de racionalidad imperante, muy
típica de la cultura dominante y de la clase política no es pues, al
decir de Zizeck, una posición directa de inmoralidad sino la moralidad puesta al servicio de la inmoralidad… la probidad, la integridad, como una forma suprema de deshonestidad, y la moral como una forma suprema de libertinaje,
la verdad como la forma más efectiva de mentira. (Zizek, 2003, pág. 57).
Es esta razón cínica, razón de estado, diría Foucault, la que ratifica Convenciones para luego dar la espalda en el momento de implementar políticas de protección; sí, pero es esta la nueva razón
también, que ya sin mayores rodeos, sencillamente, no pretende
ratificar mas convenciones, ni apoyar programas de prevención de
la violencia, o la discriminación ahí donde la palabra género o derechos humanos represente una afrenta para el derecho privado –de la
sagrada familia– de corregir conductas y enderezar personalidades.
Este tipo de contradicciones, que en el discurso auspicia los derechos de la niñez y en la práctica los transgrede, está muy presente
en el Paraguay. Uno de los tantos países que ha ratificado la Convención de los derechos del niño, y que sin embargo más tendiente es a
criminalizar a la niñez y la adolescencia, como bien lo refleja el pri-
mer estudio sobre Seguridad Ciudadana en el 2010. Un país, entre
los pocos, en que la propia sociedad se organiza, de forma exclusiva,
para rechazar programas que protegen a los niños y niñas contra
toda forma de discriminación, programas en virtud a los cuales se
pueda, finalmente, respetar las singularidades de género en el ámbito de la educación, rechazados bajo el arcaico pretexto de la salvaguarda moral de «nuestro hijos». Es esto quizás lo más cercano a lo
que Bourdieu ha convenido en nombrar como «violencia simbólica»,
una forma silenciosa y solapada de redes de maltrato negligente, de
prácticas tendientes a eternizar la disciplina y el control familiar, y
a esconder, quizás, lo que inevitablemente se está gestando: la decadencia de la función paterna, el declino de la familia nuclear. ¿Es
esto un síntoma? Sin duda, un síntoma del «malestar de la cultura».
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Violencia y poder. Conceptos
Es muy notable encontrar que, siempre que se trate de definir la
palabra «violencia», ésta deba ir acompañada de la palabra «poder».
Sin embargo, en la práctica, como en la comprensión y relacionamiento diario con las diversas formas de violencia que se suscitan
tendemos a olvidar la existencia de este componente tan importante. Nuestra mirada misma sobre la violencia, es una mirada condicionada, la pensamos de forma tan automática y natural, olvidando
la existencia de una voluntad detrás de los actos. Lo más paradójico
de esto es que, todavía hoy, puedan existir sistemas de moralidad y
convivencia que sustenten formas de castigo y maltrato contra niños, niñas y adolescentes, y justifiquen a quienes los aplican.
La definición de violencia comúnmente aceptada y utilizada es
la que aparece en el Informe mundial sobre la Violencia y la Salud (OMS/OPS,
2003, Pág. 5) como «El uso intencional de la fuerza o el poder físico,
de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un
grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de
causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones».
Por otra parte la Convención sobre los Derechos del Niño (Cdn)
en su artículo 19, define que la violencia contra niños, niñas y
adolescentes consiste «…en toda forma de perjuicio o abuso físico
o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación,
incluido el abuso sexual…». (Cdn, 2004).
Finalmente encontramos que Pinheiro en su Informe la Violencia
contra niños y niñas la define de la siguiente manera: «Violencia física
es el uso deliberado de fuerza física contra un niño o una niña que
resulta en, o tiene gran probabilidad de resultar en, daño para la
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salud, supervivencia, desarrollo o dignidad del niño o niña» (Pinheiro, 2006, pág. 52). Esta última definición, si bien corresponde a
la de violencia física, consideramos necesaria exponerla con la finalidad de realizar ciertas comparaciones.
Es importante, por lo tanto, aclarar y ampliar algunos términos
utilizados en estas tres definiciones.
Poder. En casi todas las definiciones que hemos analizado encontramos la palabra Poder en relación directa con fuerza física, siempre se habla pues de la fuerza o poder físico, olvidando que el Poder
posee otros aspectos mucho más complejos. Si bien es cierto, que
a través de la historia de las relaciones humanas se observa la preponderancia de utilizar la fuerza física para someter al otro, no es si
no a partir de la aparición de la política, de lo que implica pues una
organización política, de los saberes generados en torno al ejercicio del poder, a cierta tecnología del poder, cuando verdaderamente empieza desatarse una violencia organizada, y de proporciones
impensables. De ahí que la fuerza física pasa a ser apenas un instrumento más. Desde esta perspectiva el poder no se ejerce simplemente con la aplicación fáctica de la violencia, en el momento en
que el niño es golpeado o la mujer es golpeada, sino que es ejercido
a través de complejas redes y relaciones de fuerza, que sostienen
determinadas prácticas de disciplina, un concepto de la educación,
una representación social de niños y de la niña.
En este sentido, siguiendo la línea teórica de Michel Foucault,
podemos afirmar que la violencia es un instrumento del poder. Y
que el poder consiste en un tipo particular de relaciones entre los
individuos, «donde algunos hombres pueden, más o menos, determinar por completo la conducta de otros hombres, pero jamás de
forma exhaustiva o coercitiva» (Ferrer, 1999, Pág. 314).
Existe, sin dudas, una dinámica muy especial entre la violencia y el poder, según Foucault, no ejerciéndose necesariamente en
todos los casos, el poder a través de la violencia. Existen si unas determinadas relaciones basadas en la fuerza, por ejemplo en la violencia que se ejerce entre dos hombres adultos. Allí pues el objetivo
es el uso de la fuerza y la violencia, sin necesidad de una finalidad.
Sin embargo, detrás del acto de la negligencia y del abandono, detrás de la omisión de servicios de salud, para niños en situación de
pobreza, se esconde pues un evidente abuso del poder, un mal uso
del poder y una forma de violencia casi siempre invisible o ignorada.
Es en esta dimensión donde se observan aquellas tecnologías del
poder históricamente conformadas, y que aún subsisten en nuestra
sociedad, es decir la anatomopolítica (disciplina de los cuerpos) y la
biopolítica (regulación y control de los cuerpos).
Finalmente, cuando nos referimos a la forma de relaciones de
poder que se dan entre los adultos y los niños y niñas, se ve pues
una doble situación de sometimiento, primero, por la fuerza, en
el sentido de que el niño es visto como un ser débil, un pequeño
ser humano, sin las suficientes fuerzas para valerse por sí mismo.
Segundo y, desde el punto de vista de las complejas relaciones de
poder, a nivel de la estructura de la sociedad, desde la mirada del
poder político y de nuestra forma de cultura característica, el niño
no es, aún no es, ya que no es ciudadano y no se le reconocen sus
derechos, y su fuerza de trabajo es subvalorada, su conocimiento y
sus saberes subestimados. De ahí que para el mundo de la cultura,
de nuestra forma particular de cultura, el Niño no Existe.
Trato negligente y descuido. También consideramos importante el
uso de estos términos en cualquier definición de violencia, ya que
la negligencia, el descuido y la omisión representan, pues, vacíos
del poder, es decir es una cierta forma de violencia, sustentada por
esa otra cara del poder, aquella que somete, genera dependencia y
luego desaparece. Es la forma pues en que se ejerce típicamente la
violencia estructural, y donde no existiendo el uso de fuerza física,
se ha conseguido el mayor daño en sectores vulnerabilizados como
el de la niñez y al adolescencia.
Tipos de Violencia. Violencia Simbólica.
Violencia Fáctica. Violencia Estructural.
Existen diversas clasificaciones de los «tipos de violencia». Así por
el ejemplo el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud de la OMS (OMS/
OPS, 2003, pág. 6) clasifica los tipos de violencia, según su naturaleza, como violencia física, psíquica, sexual y descuido y privaciones; a su vez estas formas de violencia pueden tomar la forma
de auto-infligida, interpersonal y colectiva. Como se notará, esta
clasificación es lo suficientemente general como para abarcar prácticamente todas las formas en que se manifiesta la violencia, sin
embargo, consideramos que es posible presentar una forma de clasificación que sea a la vez más amplia y que profundice otras formas
históricas de violencia.
La violencia simbólica
Utilizamos este término siguiendo la línea teórica de Pierre Bourdieu, quien la define de la siguiente manera: «La violencia simbólica
es esa violencia que arranca sumisiones que ni siquiera se perciben
21
22
como tales apoyándose en unas «expectativas colectivas», en unas
creencias socialmente inculcadas» (Bourdieu, 1999, pág. 173). Y en
este sentido transforma las relaciones de dominación y de sumisión
en relaciones afectivas, el poder en carisma, exactamente como se
da en la relación padre–madre e hijo-hija donde la violencia queda,
pues, solapada bajo la frágil conciencia de la protección familia.
Es también esta particular relación de dominación, dice Bourdieu, que el reconocimiento de la deuda se convierte en agradecimiento, sentimiento duradero respecto al autor del «acto generoso»,
que puede llegar hasta el afecto, el amor o la «pasajera ternura materna» de la que nos advirtió Korczak, como resultado particularmente manifiesto en las relaciones entre generaciones (Fernández,
2005, pág. 9). De esto último queda pues justificado el acto del castigo donde el niño y la niña como «deudores» de protección quedan
siempre a expensas de las exigencias paternas, so pena de castigos y
reprimendas al no cumplir sus obligaciones como hijo e hija.
Pero, ¿de dónde surge esta forma tan peculiar de violencia?, ¿por
qué mecanismos misteriosos es conferido este poder a las personas?
Para explicar esto colocamos otro concepto imprescindible para
comprender la violencia simbólica: el capital simbólico. Bourdieu
lo define como «…una propiedad cualquiera, fuerza física, riqueza,
valor guerrero, que, percibida por unos agentes sociales dotados de
las categorías de percepción y de valoración que permiten percibirla,
conocerla y reconocerla, se vuelve simbólicamente eficiente, como
una verdadera fuerza mágica» (Bourdieu, 1999, págs., 172-173). Por
otra parte el capital simbólico confiere autoridad legítima, de la
que se deriva el poder de nombrar, de representar el sentido común
y de crear «la versión oficial del mundo».
No en vano el propio Bourdieu consideraba que esta teoría, la
de la violencia, resultaría indispensable para explicar fenómenos
como el de la dominación masculina y por tanto el patriarcado.
La violencia simbólica nos remite pues a dos elementos fundamentales:
• En primera instancia la violencia simbólica como poder que logra imponer significados, logra crear, como colocaría Ferrán Casas, representaciones sociales sobre el niño y la niña, y de dar la
versión oficial del mundo, esencialmente adultocéntrica, tratando de ocultar las relaciones de fuerza en las que se sustenta.
Una forma de violencia que impone regímenes de verdad y que
define qué es lo normal y qué es lo natural. Un ejemplo claro
de esto es la normalización del castigo tanto en el ámbito de la
familia, como en el ámbito educativo, forma de disciplina hasta
hoy sustentada.
• En segunda instancia, la violencia simbólica como instauradora
de una forma de cultura, de un tipo de relaciones sociales, marcada, en cierto sentido por lo dominación masculina, en eso que
hemos llamado el patriarcado. Entendiendo por patriarcado una
estructura «que se caracteriza por el predominio, arraigado en
las instituciones, de los hombres sobre las mujeres e hijos e hijas en la estructura familiar» (Hurtado, 2000, pág. 170). Un patriarcado que además permea y modela la organización de la sociedad en su conjunto, incluyendo las relaciones sociales, pero
cuyo caldo de cultivo se encuentra en el tipo de relaciones que se
generan en el ámbito domestico y que tiene gran resistencia al
cambio.
23
La violencia estructural
Cuando hablamos de violencia estructural, lo hacemos en el mismo
sentido que la definió y caracterizó Johan Galtung. La violencia estructural se trata de la violencia intrínseca a los sistemas sociales,
políticos y económicos mismos que gobiernan las sociedades, los
estados y el mundo. Es una forma de violencia indirecta e invisible
originada por la injusticia y la desigualdad como consecuencia de
la propia estructura social, ya sea dentro de la propia sociedad o entre el conjunto de las sociedades. Decimos que es invisible, porque
cuando se castiga físicamente a un niño, a una niña, puede identificar a la víctima y al agente, los cuerpos están ahí, y en cierto sentido se puede intervenir de alguna u otra forma. Cuando hablamos de
la pobreza extrema que afecta a miles de niños y niñas en el mundo,
se trata de un fenómeno mucho más complejo que desborda nuestras capacidades, ya que los mismos responsables están ocultos detrás de una gigantesca estructura política y social. Combatir este
tipo de violencia se convierte entonces en una tarea desoladora.
En palabras del propio Galtung: «La violencia personal se manifiesta. Normalmente, las víctimas de actos de violencia personal
ven la violencia y pueden defenderse, en cambio, a los objetos de
violencia estructural, se les puede hacer creer que no ven ni perciben nada. La violencia estructural es silenciosa» (Galtung, 1975,
pág. 16). Es pues una forma de violencia «aparentemente anónima,
pero cuyos orígenes siempre son personas, o las decisiones políticas
o económicas tomadas por ellas» (Ifejant, 2009, pág. 120).
También en los años 70 Galtung y otros definieron la violencia
estructural como «aquello que provoca que las realizaciones efectivas, somáticas y mentales, de los seres humanos estén por debajo
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de sus realizaciones potenciales». Y especificó que la violencia estructural que englobaría a la pobreza condicionada estructuralmente (cuando no estuviera garantizado el acceso a bienes como
alimentos, agua, vestido, vivienda, medicamentos y escolaridad),
a la represión política (cuando se vulnere derechos como los relativos a la libertad de expresión, de reunión, de movimiento, de protección jurídica, de movilización, de formación de la conciencia, al
trabajo...), y a la alienación (cuando hubiera obstáculos, evitables,
a la satisfacción de necesidades tales como las de comprender las
condiciones de la propia existencia, de comunidad, de compañerismo, de amistad, de solidaridad, de alegría, de dar significados
a la propia vida, de tener algún tipo de comunicación con la naturaleza...). Siendo, además, la pobreza una de las formas de violencia considerada más peligrosa y que más afecta a los niños, niñas y
adolescentes.
La violencia fáctica o factual
También llamada por Galtung violencia directa, y como su nombre
lo dice está basada en los actos mismos. Consiste en el uso deliberado del poder y de la fuerza física de una persona sobre otra. Es la
forma de violencia más visible, ya que los efectos se observan de
forma inmediata o a corto plazo.
Esta forma de violencia implica no solo el maltrato o castigo físico, sino también el abuso sexual, la violencia psíquica y verbal, el
abandono y la negligencia. Y puede ser aplicada de diversas formas,
auto infligida, de manera interpersonal y de manera colectiva, tal
como lo especifica la clasificación presentada en el Informe Mundial
sobre la Violencia y la Salud de la OMS/OPS.
La violencia fáctica esta además instrumentada de una forma
tal en que el uso del poder y la fuerza física no tienen desperdicios,
se aplica de forma metódica, sistemática. Existen pues detrás de
este tipo de violencia una serie de instrumentos, y toda una tecnología históricamente desarrollada.
Los diversos instrumentos para la aplicación de la violencia, las
formas de aplicación del castigo (nalgadas, cachetadas, golpes en
las palmas de la mano, en la cabeza, las penitencias de rodilla sobre
sal gruesa o granos, los tirones de oreja, los cintarazos- latigazos, la
preparación de los objetos para aplicar el castigo, etc.) no son pues
meras improvisaciones, ni escogidos al azar, responden a prácticas
que han venido desarrollándose y perfeccionándose a través de la
historia, normalizándose, instituyéndose en formas de disciplinamiento y de formación del carácter.
Violencia directa
Violencia
fáctica
Visible
Invisible
Violencia
simbólica
Violencia cultural
Violencia estructural
Finalmente presentamos un esquema de comparación entre el modelo que presentamos y el modelo presentado por Galtung, con el
cual hemos encontrado algunas similitudes. De acuerdo a Galtung
existen tres tipos de violencia:
• La violencia directa, la cual es visible, se concreta con comportamientos y responde a actos de violencia.
• La violencia estructural (la peor de las tres), que se centra en
el conjunto de estructuras que no permiten la satisfacción de las
necesidades y se concreta, precisamente, en la negación de las
necesidades.
• La violencia cultural, la cual crea un marco legitimador de la
violencia y se concreta en actitudes.
25
Una tipología de la violencia
Comportamiento
suicida
Naturaleza de la violencia
Física
Sexual
Psíquica
Privaciones o descuido
Autolesiones
Pareja
Violencia
Colectiva
Social Política Económica
Fuente: Informe mundial sobre la violencia y la
salud. Washington, D.C., Organización Panamericana
de la Salud, Oficina Regional para las Américas
de la Organización Mundial de la Salud, 2003.
Conocidos Extraños
Comunidad
Interpersonal
Ancianos
Familia o pareja
Menores
La tipología esquematizada por el Informe mundial sobre la Violencia y la Salud, sintetiza muy bien
los 3 tipos de violencia citados, aunque muchas veces es difícil identificar donde juega su papel preponderante la violencia simbólica, que en cierto sentido permea toda la sociedad y es móvil.
26
Bibliografía
Bourdieu, Pierre, Razones prácticas. Sobre la teoría de la
acción, 2ª edic, Anagrama. Barcelona. 1999.
Calderón, Percy , Teoría de conflictos de Johan Galtung. 2009. Recuperado
de: http://www.ugr.es/~revpaz/tesinas/rpc_n2_2009_dea3.pdf
Casas, Ferrán, Infancia: perspectivas psicosociales. Paidós. Barcelona. 1998.
Fernández, Manuel, La noción de violencia simbólica en la obra de Pierre
Bourdieu: una aproximación crítica. 2005. Recuperado de http://
revistas.ucm.es/trs/02140314/articulos/CUTS0505110007A.PDF
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27
capítulo
ii
Antecedentes de
investigaciones
Revisión de principales experiencias de
investigación a nivel nacional y regional
sobre temática de violencia contra niños,
niñas y adolescentes.
29
N
o es mucho lo que se ha producido a nivel investigativo en
nuestro país en lo referente a violencia y maltrato hacia
niños, niñas y adolescentes. Existen investigaciones aisladas, estudios realizados desde organizaciones de la sociedad civil, encuestas específicas que abordan algunos aspectos de
la problemática. Estas investigaciones, sin embargo, nos permiten
tener una visión de la problemática de la violencia y de la penosa
realidad por la que atraviesan miles de niñas, niños y adolescentes
en el Paraguay.
Lamentablemente, todavía no existe la suficiente voluntad política y una adecuada política pública para que el propio Estado paraguayo, en base a los reiterados mandatos y recomendaciones de los
organismos internacionales, emprenda un estudio serio y minucioso que se exprese en datos oficiales sobre la situación de la violencia
contra niños, niñas y adolescentes. Consideramos, en este sentido,
que el desarrollo de estudios a nivel país sobre la problemática del
maltrato hacia niños, niñas y adolescentes y la violencia en general
pudieran conducir a la necesaria concreción de un sistema de indicadores, que a su vez contribuiría al fortalecimiento de las políticas
de protección. Si bien sabemos que los datos en sí mismos no transforman la realidad, son, sin embargo, instrumentos indispensables para el ejercicio de la exigibilidad.
Nos interesa ahora realizar una revisión de ciertas experiencias
de investigación, informes de carácter mundial, regional y nacional que, además de servirnos como antecedentes, acaban por darnos una imagen realista de la problemática de la violencia y de los
vacios insalvables entre los compromisos asumidos y la dureza de lo
que cotidianamente sufren miles, millones de niños, niñas y adolescentes en el mundo entero.
31
Informe mundial sobre la salud y la violencia –Oms/Ops. 2002
32
La implementación de este estudio está basada en el mandato de
la Organización Mundial de la Salud (Oms) de prevención de toda
forma de violencia. La Asamblea Mundial de la Salud, órgano rector
de la Oms, declaró en la resolución Wha 49.25 (1996) que la violencia
es uno de los principales problemas mundiales de la salud pública y
expresó particular preocupación por los niveles de la violencia contra las mujeres y niños. En respuesta a esta resolución la Oms preparó el primer informe mundial referente a la violencia y la salud
lanzado en el 2002. (Pinheiro. 2006)
El capítulo 3 de este informe, titulado Maltrato y descuido de los menores por los padres u otras personas a cargo, aborda la problemática que
nos interesa. Según se informa, en el año 2000 hubo unas 57.000
defunciones atribuidas a homicidios de menos de 15 años de edad.
Teniendo en cuenta que estos se refieren a datos registrados. Por
otra parte las tasas de homicidios en el grupo de 0 a 4 años de edad
equivalen a más del doble de las observadas en los niños de 5 a 14
años. (Oms/Ops. 2003, pág.66)
Otra dato interesante indica que para los niños y niñas con menos de 5 años que viven en los países de ingreso alto, la tasa de homicidios por 100.000 es de 2,2 para los varones y de 1,8 por 100.000
para las niñas. Y en los países de ingreso mediano y bajo las tasas
son 2 o 3 veces más altas: 6,1 por 100.000 para los niños y 5,1 para las
niñas. Lo cual indica que ser pobre es un factor de riesgo importante en lo que se refiere a muertes violentas. (Oms/Ops. 2003, pág.66)
Por otra parte se calcula que 150 millones de niñas y 73 millones
de niños han experimentado relaciones sexuales forzadas u otras
formas de violencia sexual que implican contacto físico.
También informa que, según estudios internacionales realizados desde 1980, existe una tasa media de prevalencia a lo largo de
toda la vida de victimización sexual en la niñez, que es del 20% en
las mujeres, y de 5% a 10% en los varones. (Oms/Ops. 2003, pág.71)
Informe mundial sobre violencia contra los niños
Este es el primer estudio mundial y de mayor alcance acerca de todas las formas de violencia contra los niños y las niñas. Basado en
el modelo del Estudio sobre el Impacto de los Conflictos Armados en los Niños,
presentado por presentado por Graca Machel a la Asamblea General
de la Organización de las Naciones Unidas en 1.996, sigue además
los lineamientos del Informe Mundial Sobre la Violencia y la Salud al cual ya
nos hemos referido.
El informe preparado por Graca Machel reveló que en el mundo
hay más de 1.000 millones de niños que viven en países o territorios
afectados por los conflictos armados, casi una sexta parte de la población total del mundo. De este total, unos 300 millones son niños
y niñas menores de cinco años, que no sólo sufren las consecuencias directas del conflicto, sino también otras repercusiones a largo
plazo sobre su desarrollo y bienestar.
En el año 2001, por recomendación del Comité de los Derechos del Niño, la Asamblea General de la Naciones Unidas, en su
Resolución56/138, solicitó al Secretario General que realizara un estudio en profundidad de la cuestión de la violencia contra los niños y
niñas y presentara recomendaciones para su consideración por parte
de los Estados Miembros, con el fin de emprender las acciones apropiadas. En febrero de 2003 Paulo Sergio Pinheiro es nombrado por el
Secretario General de Naciones Unidas para dirigir este Estudio.
El Informe mundial sobre violencia contra los niños (Pinheiro, 2006) informa que 5,7 millones de niños son forzados al trabajo esclavo,
1,8 millones a la prostitución y 1.2 millones son víctimas de tráfico. Mientras que comúnmente se piensa que la esclavitud terminó
hace décadas, hoy en día hay más esclavos que en ningún otro momento en toda la historia. Sólo el 2,4% de los niños del mundo están
legalmente protegidos del castigo corporal. De los 11 millones de bebés nacidos cada año en América Latina y el Caribe, 2 millones –en
general entre el sector afectado por la pobreza, los afroamericanos,
los campesinos e indígenas– nunca serán registrados. Nacen pero
no existen en términos legales o administrativos (Pinheiro, 2008,
p.77).
Por otra parte y coincidente con los resultados arrojados por el
informe de la Oms/Ops, se informa que el riesgo de muerte es alrededor de 3 veces mayor para niños y niñas menores de 1 año en
comparación con los de 1 a 4 años, que a su vez enfrentan el doble
de riesgo que los niños y niñas de 5 a 14 años. Cuanto menor sea el
niño, mayor es la probabilidad de que su muerte sea causada por un
miembro cercano de la familia (Pinheiro, 2006, pág. 51). En algunas regiones, especialmente en América Latina, las mayores tasas
de homicidio de cualquier grupo de edad de la población se dan entre personas de 15–19 años.
Los datos de violencia intrafamiliar que se registran son alarmantes. Según estudios, entre el 14% y el 56% del abuso sexual de
niñas, y hasta el 25% del abuso sexual de niños, fueron perpetrados
por parientes o padrastros/madrastras.
33
Mapa de la Violencia
34
Un proyecto de investigación reciente, denominado Mapa de la violencia (Waiselfisz, 2008) realizado en el Brasil, revela datos alarmantes
en cuanto a la violencia en América Latina y en especial la que afecta a jóvenes. En esta investigación sale a relucir que de entre las formas de muerte violenta, el homicidio es la más común y la que más
afecta a los jóvenes. Las tasas de homicidio en América Latina son
16 veces más altas que las tasas europeas, y cuando se trata de víctimas jóvenes son 31 veces más altas. En cuanto a la mortalidad por
armas de fuego la tasa regional duplica a la de América del Norte y
es además 14 veces mayor a la europea; cuando se trata de jóvenes
el panorama empeora y dobla a la de América del Norte, y resulta 40
veces mayor que la europea. La tasa de mortalidad por accidentes
de tránsito en la región es también elevada, a saber de 18,5 muertes
por cada 100 mil jóvenes de América Latina. Por otra parte, si bien
según dicho informe las tasas de suicidios son relativamente bajas,
la victimización juvenil en la región es la más elevada del planeta,
es decir que de las víctimas de suicidio en un 45% son jóvenes. De
ahí que 7 de los 10 países con índices de victimización juvenil más
altos pertenecen a América Latina.
Paraguay no escapa de esta realidad y, en relación a los cuatro
indicadores (más arriba citados) de gran prioridad para la comprensión y el análisis de la violencia, se encuentra en un puesto
preocupante; las tasas así lo indican. Las tasas de homicidio se incrementaron considerablemente (y lo siguen haciendo): tan solo
en el periodo 1994–2004 las cifras se dispararon de 12,1 homicidios
por cada 100.000 jóvenes pasa 22,3, lo que implica un aumento del
84,3%. Esto comparado a la tasa total de homicidios en ese periodo,
que pasó de 9,7 a 12, 3 por cada 100.000 habitantes, o sea un incremento del 27,7 %, esto saca a la luz una alta tasa de victimización
juvenil (Waiselfisz, 2008, p. 30), lo cual ubica a Paraguay en la 12°
posición de los homicidios totales en la escena internacional. Sólo
para tener cifras, entre los años 2006–2008, según cálculos realizados a partir de datos del Departamento de Estadísticas de la Policía
Nacional (DGEEC, 2006, 2008), se reportó un promedio 750 denuncias de homicidio doloso por año.
Un dato alarmante es la facilidad de acceso a las armas de fuego en la región, de ahí la importancia que se le ha dado al indicador tasa de muertes por arma de fuego; en este sentido Paraguay ocupa un lugar medio en relación a las tasas regionales: para
el 2004 la tasa era de 8,4 por cada 100.000 habitantes, esta tasa se
ha mantenido relativamente estable entre los años 2008 y 2009, llegando disminuir a 7,35 para este último año. Sin embargo, la tasa
de mortalidad juvenil por armas de fuego manifiesta un alto grado
de victimización juvenil, con una tasa de 15,8 para esta población
(Waiselfisz, 2008, p. 98).
En cuanto a los accidentes de tránsito, también en Paraguay se
manifiesta un alto nivel de victimización juvenil, ya que en las tasas totales Paraguay ocupa la posición 15 de 16 países; sin embargo,
la tasa juvenil de víctimas de accidente de tránsito habla de 11,9 víctimas por cada 100.000 jóvenes, lo que ubica al país en la posición
número 11. Es decir que muere un 41% más de jóvenes que de no
jóvenes, lo cual representa la mayor tasa de victimización juvenil
en la región (Waiselfisz, 2008, p. 62).
El Mapa de la violencia señaló un incremento notable del 151,7% en
la tasa de muertes por suicidio para el periodo 1994/2004, o sea que
de 3,2 suicidios por cada 100.000 jóvenes, en 1994, se elevó a unos
8,1 suicidios, en 2004 (Waiselfisz, 2008, p.67). Esto representa el
mayor aumento registrado en los países de América Latina que se
analizaron, estando Paraguay en la posición número 3 en el contexto internacional en lo que a victimización juvenil por suicidios
se refiere. En la actualidad esta tasa ha disminuido notablemente,
para los años 2008 y 2009 la tasa de muertes por suicidio ha ido de
5,57 a 4,98 respectivamente.
De entre los indicadores relacionados a la temática de la violencia, y según los últimos informes presentados por el Ministerio del
Interior al Ses, resalta notablemente la tasa de denuncias de maltrato a niñas, niños y adolescentes por cada 100.000 personas con
menos de 18 años, siendo esta tasa de 29,41 para el año 2009 a la
cual, sin lugar a dudas, podemos sumar la tasa de denuncias de
violencia intrafamiliar por cada 100.000 habitantes, que es de 31,16
para el año 2009. Estas tasas están íntimamente relacionadas, pues
toda violencia dentro del seno la familia afecta de forma directa o
indirecta a los niñas, niños y adolescentes (Ses, 2009).
La violencia hacia niños, niñas y adolescentes en el Paraguay
Según la Encuesta Nacional sobre Violencia Doméstica e Intrafamiliar realizada por investigadoras del Centro de Documentación y Estudios en
el año 2003 y aplicado a una muestra de 1.206 personas en edades
comprendidas entre 15 y 65 años, en cuanto a las experiencias de
violencia doméstica e intrafamiliar, un 84 % de las personas encuestadas manifestó haber tenido alguna vivencia directa o indirecta
35
36
de violencia doméstica e intrafamiliar. El 81% conoce casos de este
tipo de violencia o a personas que la han sufrido. El 49 % manifiesta
haber tenido alguna experiencia de violencia en su propia casa o
familia. Un 28% informa haber sido víctima de algún tipo de violencia en su casa o familia, mientras que un 18% afirma haber ejercido
algún tipo de violencia en su hogar o hacia algún integrante de la
familia (Soto, González, Elías, 2003).
Por otra parte, en cuanto a las opiniones acerca de la violencia
intrafamiliar y doméstica un 28 % de los encuestados manifestó
la creencia de que el castigo físico ayuda a educar a niños y niñas,
mientras que la mayoría (un 71%) opina lo contrario, indicador de
que el castigo físico ya no es un método generalmente aceptado
para educar (Soto, González, Elías, 2003).
Sin embargo, y a contra mano de los datos citados, en cuanto a
la admisión y aceptación del castigo físico contra niños y niñas, un
12 % de los encuestados opina que no se lo debe aplicar en ninguna ocasión, un 33% opina que se podría aplicar en raras ocasiones,
mientras que un 53% opina que el castigo físico puede ser aplicado
de vez en cuando (Soto, González, Elías, 2003).
Cada año en el Paraguay cientos de niños, niñas y adolescentes son víctimas de todo tipo de violencia; son miles las llamadas
que han sido recibidas por el servicio de atención telefónica para
niñas, niños y adolescentes en situación de maltrato FONO AYUDA
LÍNEA 147. Por lo menos 16.000 llamadas entre el 2002 y el 2009 (Capdevila, 2010), de las cuales más de 3.500 llamadas hacen referencia a situaciones de maltrato y a otro tipo de vulneraciones hacia
niños, niñas y adolescentes. Cientas son las derivaciones y lo más
significativo de esto es que en la mayor parte de los casos el agresor
resultó ser un miembro de la familia (en más ocasiones la madre o
el padre), de ahí que la violencia intrafamiliar sea la que más afecta
a los niños, niñas y adolescentes en el Paraguay.
La prensa escrita publica cotidianamente denuncias policiales
de hechos de violencia. Estas noticias, que presentan casos de violencia de todo tipo, han sido objeto de análisis por diversas organizaciones como la Agencia Global de Noticias; así también el Centro
de Documentación y Estudios (CDE) ha sistematizado por años los
casos relacionados a la violencia sexual, observándose, por ejemplo,
en el año 2002 que en la franja etaria de hasta 14 años un 75% de las
víctimas resultaron ser mujeres y en la franja etaria de 15 a 24 hasta
un 90%. Por otra parte, de acuerdo a los datos del Departamento de
Asistencia a las Víctimas por Delito de la Policía, las niñas son las
principales víctimas de violencia, por lo que ser menor de edad y
mujer resulta ser un importante factor de riesgo.
Violencia Social y Derechos de la niñez en el Paraguay 2009
Otra investigación que analiza las publicaciones de la prensa escrita es el informe Violencia Social y Derechos de la niñez en el Paraguay (Capdevila, Chamorro, Cabrera, 2009) realizado desde el Observatorio
de Políticas Públicas y Derechos de la Niñez y la Adolescencia, en
el cual se lleva a cabo el análisis de 3 años (2003, 2004 y 2005) de publicaciones en tres medios de la prensa escrita. El monitoreo arrojó
interesantes datos como, por ejemplo, que el 15% de los víctimas de
diversos tipos de violencia eran niños, niñas y adolescentes; que el
50% de estos niños, niñas y adolescentes a la vez fueron víctimas de
violencia por golpes, armas blancas y armas de fuego. Otro aspecto
destacado es el ensañamiento y la brutalidad de los castigos a que
son sometidos los niños, niñas y adolescentes, en muchos de los
casos de víctimas de venganzas relacionadas a sus padres.
Existen por otra parte, dos estudios que, vale la pena mencionarlo,
llegaron a resultados bastante coincidentes.
Estudio de Línea de Base. Violencia y Maltrato. 2007
Por una parte, el Estudio de Línea de Base. Violencia y Maltrato, de Plan Paraguay, ejecutado por el consorcio CECTEC-BECA, realizado en el año
2006, y publicado en el 2007, abarcó datos de cuatro departamentos
del país: Paraguarí, Caaguazú, Guairá y San Pedro.
Esta investigación refleja, por una parte, los resultados de la
aplicación de por lo menos 400 encuestas a niños, niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años, así como la aplicación de entrevistas a
profundidad y por lo menos 32 grupos focales. Si bien los datos no
son representativos por haber sido tomados tan solo de 4 departamentos, no están muy lejos de los datos obtenidos en otras investigaciones.
Informa que del total de la población encuestada el 63,2% afirma
haber sido castigado alguna vez. El 36,8% refiere no haber pasado
por situaciones de maltrato. El 56,1% recibió castigo en la casa y el
31,2% afirma que en la casa y colegio/escuela. El 10,3% del grupo de
encuestados refiere que recibió maltrato en el colegio/escuela. Lo
cual confirma la tesis de que la forma de violencia más instalada es
la intrafamiliar.
En la misma línea, el 54,6% afirma haber sido castigada/o por la
madre y el 50,7% por el padre.
37
38
Del total de la población encuestada el 66,8% considera que las
niñas, niños y adolescentes que son castigados son más obedientes.
Un 37,3 % cree que no es conveniente intervenir cuando se aplican
los castigos.
Del total de la población encuestada el 72,3% justifica el maltrato
a niñas, niños y adolescentes cuando toman bebidas o fuman; el
67,5% si son rebeldes o retobados, y el 55,5% cuando salen de la casa
sin permiso (Plan Paraguay, 2007, pág. 53).
Al ser indagada la población encuestada sobre quienes sufren
más violencia en la familia, se encuentran, en primer lugar, los
niños (65,3%), las niñas (45,3%) y la mujer (28,3%) (Plan Paraguay,
2007, pág. 54).
En cuanto a la frecuencia, el 86,3% alega ser maltratado de vez en
cuando; un 6,2% una vez al mes; el 3,5% más de una vez por semana,
y el 2,2% una vez por semana.
Por último, los tipos de maltrato más aplicados, según los encuestados, son 80,2% golpes, 68,7 retos y el 24,2% gritos. Entre los instrumentos de violencia utilizados se cuentan golpes con mano abierta,
rama de árbol, cinto, cables, zapatillas y pedazos de madera.
Estudio sobre maltrato infantil en el ámbito familiar. 2010
Un importante avance representa uno de los últimos estudios presentados por Unicef Paraguay en colaboración con la organización
BECA, nos referimos al Estudio sobre maltrato infantil en el ámbito familiar.
Estudio que ha tenido como universo 132.687 niños, niñas y adolescentes de entre 10 a 18 años de escuelas públicas o privadas, en población urbana y rural, incluyendo indígenas. Habiéndose aplicado
un total de 806 cuestionarios para la recolección de los datos.
Según esta investigación el 61% de las niñas, niños y adolescentes reportó haber sido víctima de maltrato (dato significativamente
coincidente con el Estudio de línea de Base); un 35% manifestó violencia física grave (golpes con objetos, patadas, quemaduras, asfixia); un 13 % manifestó violencia física leve (nalgadas, cachetadas,
tirón de pelos); y un 13% de los encuestados manifestó ser víctima
de violencia psicológica.
Por otra parte, aunque 6 de cada 10 niños declararon ser víctimas
de maltrato en el ámbito del hogar, 91,9% considera tener una buena relación con sus padres.
El 52% de los niños, niñas y adolescentes que participó de este
estudio declaró ser víctima de algún tipo de maltrato antes del in-
greso al primer grado, entre los 3 y 5 años de edad generalmente.
Informa también que los varones son más víctimas de maltrato
físico grave y las niñas de maltrato psicológico. Entre las conductas disciplinarias adoptadas por los padres y las madres prevalece
la discusión calma, sin embargo, un 13% de los niños encuestados
declara haber sido golpeado hasta sangrar y un 8 % declara haber
sido hospitalizado al menos una vez.
Otro dato alarmante que revela es que el 53,4% de los niños, niñas y adolescentes encuestados/as considera que el castigo es útil, y
apenas el 2,7 % declara haber denunciado el maltrato. Existe pues
una estrecha relación entre naturalización de la violencia, el desconocimiento de los derechos y de las instancias de denuncia (Unicef,
Paraguay, 2010, pág. 8).
No menos importantes son los datos arrojados por la Primera Encuesta Nacional de Seguridad Ciudadana (2010). Es uno de los primeros y
pocos estudios que ha impulsado desde el Estado paraguayo para
comprender y dimensionar la problemática de la violencia y la seguridad. Este estudio fue impulsado por el Ministerio del Interior,
con el apoyo de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y
Censos.
De este informe podemos destacar que el quinto delito más importante abarca lesiones, ataques y amenazas de los que el 2,7 % de
la población es víctima, donde 2 de cada 5 víctimas de agresión grupal son niños, niñas y adolescentes.
Es de notar la escasa producción de investigaciones y estudios
impulsados y gestionados desde las instituciones del gobierno, esto
nos pone en la lamentable situación de no tener, ante la mirada
interrogante de los organismos internacionales, datos oficiales que
por lo menos visualicen la situación de maltrato y negligencia a la
que está sometida más del 40% de la población nacional.
39
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capítulo
iii
Marco Jurídico
Siempre que se hable de Derechos de la
Niñez y de la Adolescencia es importante
tener sumo cuidado y reconocer, por sobre
todo, que no siempre que se pronunciaron
Declaraciones o que se proclamaron
Derechos del Hombre, como una conquista
del espíritu libre, éstos, necesariamente,
han incluido o reconocido los derechos de
niños, niñas y adolescentes, así tampoco los
derechos de las mujeres.
Por eso, como un ejercicio crítico y de
la memoria, consideramos importante
señalar en este marco jurídico, algunos
antecedentes normativos que se han
convertido en verdaderos hitos de la historia
de los Derechos de los niños, las niñas y los
adolescentes, tratando de hacer mención,
por supuesto, de todos aquellos artículos
relacionados a la protección contra toda
forma de violencia.
43
S
e puede decir que, el primer paso en materia de Derechos
Humanos fue La Declaración de los Derechos Humanos y Ciudadanos, proclamado en el año 1789, en vísperas de la Revolución
Francesa. Esta Declaración formula el principio de que «toda
persona posee derechos incondicionales e inalienables –como el derecho a la dignidad– aunque éstos no estaban establecidos legalmente» (Ifejant, 2009, pág. 23).
Aunque se pretenda afirmar que, tácitamente, estos derechos
comprendían a los niños y niñas, es poco probable afirmarlo, ya
que los mismos aun no eran reconocidos en su subjetividad, sino
más bien como «propiedad natural» de los padres y más específicamente del padre, en una sociedad androcéntrica, antropocéntrica
y patriarcal. Sociedad, además, de tinte disciplinaria, como bien
lo ha indicado Michel Foucault al caracterizar las formas institucionales de disciplina, castigo, corrección, control de los cuerpos
y almas que proliferaban en el siglo xix europeo. (Foucault, 2005).
La naciente industrialización supo ver en la infancia una delicada
fuerza de trabajo y la supo explotar.
No en vano se dice que la historia de los Derechos Humanos tiene sus orígenes en la lucha por la libertad, mientras los Derechos de
los Niños y las Niñas en el reclamo de la protección. Ya que no era
posible ni siquiera pensar en el sueño de la libertad, en el mundo
de la infancia. Una infancia privada y en constante secuestro institucional.
Un primer esfuerzo tendiente a la exigibilidad de los derechos
de los y las niñas, que a la vez constituye una muestra clara de la
situación en que éstos vivían, es la carta escrita y presentada en el
año 1836 por un grupo de niños, niñas y adolescentes trabajadores
al Parlamento Inglés, mediante la cual exigían «más horas de descanso, estudio y juego, ya que trabajaban desde el lunes de madrugada al sábado de noche» (Ifejant, 2009, pág. 25) Paradójicamente,
45
46
los primeros reclamos van dirigidos a las condiciones laborales a
las que eran sometidos y no precisamente para reconocerles como
sujetos de derechos, sino, por su futura utilidad social; práctica que
subsiste aun hoy, en el desafortunado discurso de «los niños como
futuro de la sociedad».
En el año 1918 aparece una experiencia, para muchos hasta hoy
insuperable, con la Declaración de Moscú sobre los Derechos del niños y la
niña, donde por primera vez se considera al niño y a la niña como
sujetos de derechos, y se proclaman no solo la exigencia de atención, cuidado y protección, sino que se debían generar condiciones
en que los niños, niñas y adolescentes puedan vivir libremente y
desenvolver sus habilidades y capacidades.
Es también esta declaración la primera en la que se hace mención al tema del castigo. En el Artículo 7 proclama: «Ningún niño
puede ser sometido a la privación de su libertad o algún castigo. Las
infracciones y las faltas que el niño comete se corregirán con ayuda
de las instituciones educativas… pero no mediante castigos u otras
medidas represivas» (Ifejant, 2009).
Una vez proclamada la necesidad de la abolición del trabajo infantil a finales del siglo xix y principios del siglo xix, la inminencia de los conflictos armados, como es el caso de la Primera Guerra
Mundial, pasa a ser el tema de preocupación.
En el año 1924, en Asamblea General, la Liga de las Naciones
aprueba la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño. Si bien todavía no reconoce a los niños y las niñas como sujetos de derechos,
sino como objetos de preocupación de personas con autonomía, estas preocupaciones, vale decirlo, se basaban en los horrores de la
Primera Guerra Mundial y sus repercusiones sobre la infancia.
La Declaración enuncia en su Artículo 3 –en evidente alusión
a los conflictos armados– que «en tiempos de emergencia se debe
ayudar primero a la infancia antes que a la demás ciudadanía». El
Artículo 4 exige que «se creen las condiciones para permitir que los
niños puedan ganarse la vida y protegerlos de cualquier forma de
explotación».
En el año 1934 la Liga de las Naciones ratifica la Declaración de
Ginebra comprometiendo a los Estados a tomar en cuenta los principios de ésta en sus legislaciones internas.
Con la Segunda Guerra Mundial y la aparición del nazismo y el
fascismo el debate sobre los derechos de la niñez se pierde. Si bien
se sabía sobre los peligros a los que se verían sometidos millones
de niños, niñas y adolescentes, nada se pudo hacer. Janusz Korczak, médico, pedagogo y luchador por los derechos de la infancia,
muere, junto a cientos de niños y niñas, en las cámaras de gas de
Treblinka. Su visión del mundo de la infancia y su propia lucha servirían de inspiración a la Convención de los Derechos del Niño.
En el año 1948, bajo presiones, las Naciones Unidas –ya no Liga
de las Naciones– vuelve a ratificar la Convención de Ginebra y se
aprueba una versión revisada y con unas pocas modificaciones.
Pero como, precisamente, en el mismo año se proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos el debate retornaba a la
pregunta de si era necesaria una Declaración de los Derechos del
Niño o si estos ya estaban incluidos en la Declaración Universal. Finalmente, en el año 1959 se aprobó una Declaración ampliada de
los Derechos del Niño. Esta declaración de 10 artículos prescribía
nuevamente la protección contra la explotación y va complementada por el «derecho a ser protegido contra toda forma de abandono y
crueldad» (Ifejant, 2009, pág. 29).
Por otra parte, aunque sí reconocía al niño como sujeto de derechos, todavía no era, esta declaración, reclamable legalmente a
nivel internacional.
En el año 1978, nuevamente entra en debate la necesidad de la
creación de una declaración especial de los derechos de la niñez. Así,
por iniciativa del gobierno de Polonia –algunos dicen, inspirados en
la persona de Janusz Korczak– y en los debates de la Comisión de
Derechos Humanos del Consejo Económico y Social de las Naciones
Unidas se propone aprobar nuevamente la Declaración de los Derechos del Niño del año 1959, como acuerdo vinculante.
«Considerando la situación de los niños y las niñas que vivían
bajo el yugo de la violencia, de la guerra, el colonialismo, el racismo y el apartheid, tal escenario demandaba la creación inmediata de un acuerdo de derecho internacional vinculante…» (Ifejant,
2009, pág. 30).
En el año 1979 se declara el Día Mundial de la Infancia. Y finalmente, 10 años más tarde, entra en vigencia la Convención de los Derechos del Niño que, en el año 1989, se convierte en el primer tratado vinculante de derecho internacional que reúne derechos civiles y políticos, con derechos
sociales económicos y culturales. Y que además pasa a ser la convención
que por más países ha sido ratificada. La Convención de los Derechos del Niño se fundamenta sobre conceptos claves que son: el interés superior del niño y la niña, la no discriminación, la supervivencia y el desarrollo y la participación infantil.
Antes de seguir con el contenido de la Convención de los Derechos del Niño –en adelante Cdn– es importante mencionar que dicen los otros instrumentos del Sistema de Protección de los Derechos Humanos de las NN.UU. en relación al castigo, el maltrato y la
violencia hacia niños, niñas y adolescentes.
47
48
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
aprobado en el año 1966, incluye una disposición que exige que los
niños y niñas sean protegidos contra la explotación económica y
social y que el empleo de niños y niñas en trabajos perjudiciales
para su moral o salud, peligrosos para su vida o que puedan impedir su desarrollo normal, debe ser castigado por la ley (Pinheiro,
2006, pág. 31).
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, también proclamado en el año 1966, prohíbe expresamente la imposición de sentencias de muerte a personas menores de 18 años (Pinheiro, 2006,
pág.31).
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer, aprobada en el año 1979, es plenamente aplicable a
las niñas que tienen menos de 18 años. Y ha adoptado una Recomendación General relativa a las obligaciones de los Estados que
han ratificado la Convención con respecto a la mutilación genital
femenina (MGF) y dos Recomendaciones Generales con respecto a
la violencia contra la mujer basada en el género. (Pinheiro, 2006,
pág. 32).
Volviendo a la Cdn, es importante resaltar el dato de que siendo
una de las Convenciones que más países han ratificado, no ha sido
ratificada, sin embargo, por EEUU y Somalia, países con una gran
deuda en materia de Derechos Humanos. Una posible razón por la
cual Estados Unidos no ha ratificado la Convención es que en este
país aun es aplicable la pena capital desde los 16 años, lo cual además de ser un crimen va contra todos los principios de la Cdn.
Citamos a continuación algunos Artículos y Observaciones relacionadas a la temática de la Violencia contra Niños, Niñas y Adolescentes presentes en la Cdn.
El Artículo 19 de la Cdn enuncia: «Los Estados Partes adoptarán
todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio
o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o
explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de
cualquier otra persona que lo tenga a su cargo».
Los Artículos 32 a 36 establecen el derecho de los niños y niñas
a la protección contra todas las formas de explotación económica
y contra «cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer
su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo
físico, mental, espiritual, moral o social» (Artículo 32); contra «el
uso ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas» y contra la
participación en «la producción y el tráfico ilícitos de esas sustancias» (Artículo 33); contra «todas las formas de explotación y abu-
so sexual,» incluidas la prostitución y la pornografía (Artículo 34);
contra el secuestro, la venta y la trata (Artículo 35), y contra «todas
las demás formas de explotación que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar» (Artículo 36).
El Artículo 37, Inciso a, declara que los Estados Partes velarán
porque: «Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes. No se impondrá la pena
capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de excarcelación por
delitos cometidos por menores de 18 años de edad».
Se emitieron además dos Protocolos Facultativos, a partir de
ciertos artículos de la Convención. Primero, en el año 2000, el Protocolo Facultativo sobre la participación de niños y niñas en los conflictos armados. Y
luego el Protocolo Facultativo de lucha contra el tráfico de niños, la prostitución
y la pornografía infantil, promulgado también en el 2000 pero puesto en
vigencia desde el 2002.
La Observación General N° 8, adoptada por el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas en su cuadragésima segunda
sesión de junio del 2006 resalta la obligación de todos los estados de
actuar rápidamente para prohibir y eliminar todo castigo físico y
otras formas crueles o degradantes de castigo a niños y niñas (Pinheiro, 2006, pág. 33).
«Abordar la aceptación o la tolerancia generalizadas de los castigos corporales de los niños y poner fin a dichas prácticas en la familia, las escuelas y otros entornos, no sólo es una obligación de
los Estados Partes en virtud de la Convención, sino también una
estrategia clave para reducir y prevenir toda forma de violencia en
las sociedades.» Comité de los Derechos del Niño, Observación General N° 8, párrafo 3.4.
Existen además otros instrumentos políticos de carácter no vinculante, pero muy persuasivos, aplicables en el contexto de la violencia contra niños y niñas. Así, por ejemplo, el Informe Mundial sobre
la Violencia y la Salud, 2002, de la OMS/OPS describió el alcance de la
violencia como problema de salud pública mundial, definió una estrategia de prevención con una orientación de salud pública e hizo
nueve recomendaciones. El informe inspiró a la Asamblea Mundial
de la Salud a adoptar una resolución (WHA 56.24) que instaba a los
Estados Parte a promover las recomendaciones del informe, nombrar en el Ministerio de Salud un punto focal para la prevención de
la violencia y preparar un informe nacional acerca de la violencia y
la prevención de la misma (Pinheiro, 2006, pág. 41).
De igual forma, a partir del Informe Mundial sobre la Violencia Contra
los Niños y las Niñas, 2006, presentado por el Experto Independiente
para el Estudio del Secretario General de las Naciones Unidas sobre
la Violencia contra los Niños, Paulo Sergio Pinheiro, se enuncian
49
importantes recomendaciones a los Estados Parte, como la prevención de la violencia en el ámbito de la familia y en la comunidad, la
creación de sistemas efectivos de denuncia de la violencia contra
niños, niñas y adolescentes, y la creación de sistemas de información que pongan en evidencia la situación por la que atraviesan los
niños, las niñas y los adolescentes dentro de sus países (Pinheiro,
2006, págs. 333, 334, 335).
Marco jurídico del Paraguay
50
El Estado paraguayo, siempre en deuda en lo que respecta al cumplimiento de compromisos asumidos en cuanto a la protección y la
garantía de los derechos de la niñez, posee, sin embargo, un importante marco jurídico, empezando por la Constitución Nacional, en
varios artículos, el Código de la Niñez y la Adolescencia, ley 1680/01
(CNA), la Convención sobre los Derechos del Niño Ley 57/90 (Cdn)
(Codehupy, 2009, Pág. 383). También el Código Penal establece artículos que penalizan el maltrato y las lesiones ocasionadas a niños,
niñas y adolescentes.
Paraguay ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño el
25 de setiembre de 1990 y los dos Protocolos Facultativos a saber, el
Protocolo Facultativo sobre la participación de niños en conflictos
armados, en el 2002; y el Protocolo Facultativo a la Convención relativa a la venta de niños, la prostitución Infantil y la utilización de
niños en la pornografía el 18 de agosto del 2003, todos con jerarquía
superior a las leyes nacionales. Ya hemos mencionado el artículo 19
de la Cdn donde se menciona las medidas de protección que han de
prever los Estados Parte.
En el año 1992, la Constitución Nacional de la República del Paraguay, otorga a los derechos de la niñez el rango de constitucional
al expresar en su Artículo 54 – De la Protección del Niño: «La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de garantizar al
niño su desarrollo armónico e integral, así como el ejercicio pleno
de sus derechos protegiéndolo contra el abandono, la desnutrición,
la violencia, el abuso, el tráfico y la explotación. Cualquier persona
puede exigir a la autoridad competente el cumplimiento de tales
garantías y la sanción de los infractores. Los derechos del niño, en
caso de conflicto, tienen carácter prevaleciente».
El Artículo 60 – De la protección contra la violencia, enuncia
que: «El Estado promoverá políticas que tengan por objeto evitar la
violencia en el ámbito familiar y otras causas que atenten contra su
solidaridad».
El Código de la Niñez y la Adolescencia «cuerpo jurídico más
completo y avanzado en materia de niñez y adolescencia en el país y
uno de los más destacados en la región» (Codehupy, 2009, pág. 383)
dedica varios artículos a la protección y a la denuncia de toda forma
de maltrato hacia niños, niñas y adolescentes.
Así el Artículo 5 – De la obligación de denunciar, establece que:
«Toda persona que tenga conocimiento de una violación a los derechos y garantías del niño o adolescente, debe comunicarla inmediatamente a la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña
y Adolescente (CODENI) o, en su defecto, al Ministerio Público o al
Defensor Público». El Artículo 25 habla sobre el «derecho del niño y
adolescente a ser protegidos contra toda forma de explotación». Y el
Artículo 191 – Del procedimiento para la atención del maltrato,
consigna que: «En caso de maltrato del niño o adolescente, recibida
la denuncia por el Juzgado de la Niñez y la Adolescencia, éste deberá adoptar inmediatamente las medidas cautelares de protección
al niño o adolescente previstas en este Código, sin perjuicio de las
acciones penales que correspondan».
También es importante mencionar que «con el Código de la Niñez y la Adolescencia se instala el Sistema Nacional de Promoción y
de Protección Integral a la Niñez y Adolescencia. El mismo implica
un conjunto de acciones y organismos intervinculados y coordinados, y dirigidos hacia un mismo fin, cual es la protección y promoción de los derechos de la niñez y la adolescencia» (CDIA Observa,
2009, pág. 27).
Algunos artículos del Código Penal define como hecho punible
al maltrato físico, y establece sus penas en el Capítulo III. La exposición de determinada persona a peligro de vida e integridad física,
en los siguientes artículos:
Art. 119. Abandono: «El que expusiera a otro a una situación de
desamparo o se ausentara, dejando en situación de desamparo a
quien esté bajo su guarda o a quién independientemente del deber
establecido en el artículo 117, deba prestar amparo y con dicha conducta pusiera en peligro su vida o integridad física será castigado
con pena privativa de libertad de hasta 5 años».
El Art. 134. Maltrato de menores: El encargado de la educación,
tutela, o guarda de un menor de 16 años que sometiera a éste a dolores psíquicos considerables, le maltratara grave y repetidamente
o le lesionara la salud, será castigado con pena privativa de libertad
de hasta 2 años o con multa, salvo que el hecho sea punible con
arreglo al artículo 112.
El Art. 135. Abuso sexual en niños: «El que realizara actos
sexuales con un niño o lo indujera a realizarlos en sí mismos o a
terceros, será castigado con pena privativa de libertad de hasta 3
51
52
años o con multa. Cuando ocurran varios agravantes el autor será
castigado con pena privativa de libertad de hasta seis años».
Ya que la violencia intrafamiliar es una de las más comunes en
nuestro medio es importante mencionar que el Art. 229 estipula
que: «El que, en el ámbito familiar, ejerciera o sometiera habitualmente a violencia física o dolores psíquicos considerables sobre otro
con quien conviva, será castigado con pena privativa de libertad de
hasta dos años o multa».
En esta misma línea cabe mencionar la Ley 1600/2000, Contra
la Violencia Doméstica, que «Establece las normas de protección
para toda persona que sufra lesiones, maltratos físicos, psíquicos o
sexuales por parte de alguno de los integrantes del grupo familiar,
que comprende el originado por el parentesco, en el matrimonio o
unión de hecho, aunque hubiese cesado la convivencia; asimismo,
en el supuesto de pareja no convivientes y los hijos, sean o no comunes».
Al nivel de las políticas públicas orientadas a la protección, promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes
cabe mencionar la implementación de la POLNA (Política Nacional
de Niñez y Adolescencia), la cual pretende «asegurar el desarrollo
integral de niñas, niños y adolescentes en Paraguay, así como el
ejercicio efectivo y disfrute pleno de sus derechos». Propone la implementación de políticas universales básicas y políticas focalizadas en cuestiones que afectan a niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad (CDIA Observa, 2009, pág. 28).
Finalmente es importante mencionar el Plan Nacional de Promoción de la Calidad de Vida y Salud con Equidad de la Infancia
2010 – 2015 y el Plan Nacional de Promoción de la Calidad de Vida
y Salud con Equidad de la Adolescencia 2010 – 2015, del Ministerio
de Salud Pública y Bienestar Social en los que se establecen acciones de prevención y atención integral para las víctimas de violencia. Desde los principios rectores de este Plan, en el 2010 se lanza
un importante programa denominado, Programa Nacional para la
Prevención y la Atención Integral de Mujeres, Niñas, Niños y Adolescentes en situación de Violencia basada en Género, Doméstica e
Intrafamiliar. Desde este programa se implementa la unificación
de los protocolos médicos, en lo que se ha denominado «módulo experto», que incluye un protocolo sobre maltrato infantil y otro protocolo de maltrato contra la mujer. La aplicación de estos protocolos
es, desde la implementación del programa, de carácter obligatorio
y la no implementación y posterior denuncia en el caso de maltrato
infantil sería factible de pena.
Bibliografía
Pinheiro, P. S, Informe de América Latina en el marco del Estudio Mundial de
las Naciones Unidas sobre Violencia contra niños, niñas y adolescentes.
Secretaría Regional de América Latina. Unicef. 2006.
Capdevila, R., Chamorro, J., Cabrera, C., Violencia social y derechos de
la niñez en Paraguay 2003 – 2005. Asunción. cdia Observa. 2009.
Codehupy, Informe Derechos Humanos en Paraguay 2009. Asunción. 2009.
IFEJANT, Infancia y Derechos Humanos. Hacia una ciudadanía
participante y protagónica. Lima. 2009.
Foucault, Michel, La verdad y las formas jurídicas. Gedisa. 2005.
Unicef, Convención Internacional sobre los Derechos del
Niños y de la Niña. Asunción. 2009.
Unicef, Código de la Niñez y Adolescencia de Paraguay. Asunción. 2009.
53
capítulo
iv
Diagnóstico de
fuentes de
información e
indicadores sobre
violencia contra
niños, niñas y
adolescentes.
Este capítulo se desarrollo con aportes importantes de Javier Chamorro
55
R
ealizar un diagnostico de fuentes de información existentes en el Paraguay es una necesidad y al mismo tiempo una
exigencia orientada a enriquecer la investigación sobre la
Violencia y Derechos de la Niñez y la adolescencia en el Paraguay y por otra de nutrir el incipiente Sistema de Indicadores (en
proceso de construcción) en el Observatorio de Políticas Públicas y
Derechos de la niñez y adolescencia de la cdia.
Consideramos además que realizar un diagnostico de este tipo
pondría al descubierto la situación en que nos encontramos a nivel país en relación a la producción de datos que describan la realidad nacional. Nuestra experiencia de investigación en los años
2008 y 2009 por otra parte, nos puso en alerta sobre la situación ya
que, a excepción de la Dirección de Estadísticas Encuestas y Censos
(dgecc), no encontramos otras fuentes confiables de datos relacionados a Violencia. Tuvimos acceso muy limitado a los datos de la Dirección de Estadísticas de la Policía y notamos las falencias existentes en materia de datos administrativos, la carencia de protocolos,
y e inventarios básicos de informes presentados en las instituciones
públicas, de ahí que procurar datos en internet, y de fácil acceso al
público, sobre la situación del país en temas como seguridad, convivencia ciudadana, muertes por causas violentas, maltrato hacia
niño, niñas y adolescentes resulto una tarea infructuosa.
La no disponibilidad de datos, la falta de sistematización de protocolos e informes de carácter administrativo, la falta de desagregación de los datos existentes y la poca voluntad para socializar los
datos por parte de las instituciones son algunos de los inconvenientes con los que hemos tropezado en el momento de recolectar datos
para nutrir nuestro informes.
Por otra parte «existen hechos violentos, como la violación y la
violencia doméstica, que rara vez son denunciados, incluso si son
reconocidos por el sistema legal como crímenes y contando con un
57
58
marco normativo vigente en la mayoría de estos temas. Esta falta
de denuncia se debe, en parte, a la falta de capacidad –real o percibida por la población– de las autoridades para combatir el comportamiento violento...» (Buvinic, M., Morrison, A., Orlando, M. B.
2005), de ahí que a falta de información oficial confiable y actualizada se tenga que recurrir a encuestas de victimización, de percepción
de la violencia y monitoreo de los medios de comunicación.
La carencia de un sistema de información en niñez y adolescencia, y más específicamente la carencia de datos a nivel país sobre la
situación de la violencia hacia niños, niñas y adolescentes, se ve
reflejada en la falta de una política pública orientada, articulada y
esmerada en mejorar la calidad de vida en este sector. No en vano
las reiteradas recomendaciones y preocupaciones expresadas por
la Convención de los Derechos del Niño que desde hace años viene
recomendando al Paraguay «...que intensifique sus esfuerzos para
desarrollar un sistema integral de acopio de datos sobre la aplicación de la Convención mediante el establecimiento de un sistema
nacional de estadística. Los datos deberían abarcar a todos los niños
hasta los 18 años de edad y estar desglosados por sexo, edad y otros
indicadores pertinentes. El comité recomienda también al Estado
Parte que utilice estos datos para evaluar eficazmente los progresos
logrados en la aplicación de la Convención...» (onu, 2010)
Así mismo y como seguimiento del Estudio de la Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños (A/61/299), el Comité recomienda que el Estado Parte tome todas las medidas necesarias para
poner en práctica las recomendaciones que figuran en el informe
del experto independiente para el estudio de las Naciones Unidas
sobre la violencia contra los niños; y de forma muy especial el Comité recomienda que preste atención a algunas recomendaciones,
entre ellas la de «elaborar y aplicar sistemáticamente sistemas nacionales de recopilación de datos e investigación» (onu, 2010), haciendo clara alusión a un sistema de información sobre violencia
contra niños, niñas y adolescentes. En este sentido poco y nada se
ha avanzado.
Fuentes y tipos de datos
El primer paso que se debe dar en el proceso de construcción de un
sistema de información, es la identificación de las fuentes existentes y el tipo de datos que producen en ese sentido consideramos de
mucha importancia las recomendaciones de la oms/ops, que en su
«Informe mundial sobre la violencia y la salud» propone una estructura básica a tener en cuenta en la búsqueda de información y que
se presenta en la siguiente tabla:
Ejemplos de la
información recopilada
Características de
la víctima, causa de
muerte, lugar, fecha,
forma de la muerte
Fuentes
Mortalidad
Tipos de datos
Certificados de defunción,
registros de estadísticas
demográficas, informes
de los médicos, de los
forenses o de depósitos
de cadáveres
Morbilidad y
otros datos
de salud
Expedientes médicos
de hospital, de consultorio
o de otro tipo
Enfermedades,
lesiones,información
sobre la salud física,
mental o reproductiva
Por respuesta
directa
Encuestas, estudios
especiales, grupos de
discusión, medios
informativos
Actitudes, creencias,
comportamientos,
prácticas culturales,
victimización y
perpetración, exposición
a la violencia en el
hogar o la comunidad
Comunitarios
Registros de población,
registros del gobierno
local, otros registros
institucionales
Recuentos de población,
densidad demográfica,
niveles de ingreso
y educación, tasas
de desempleo, tasas
de divorcio
Sobre delitos
Registros policiales,
registros del poder judicial,
laboratorios criminológicos
Tipo de delito,
características del
agresor, relación entre
la víctima y el agresor,
circunstancias del hecho
Económicos
Registros del programa,
institución u organismo,
estudios especiales
Gastos en salud,
alojamiento o servicios
sociales, costos de tratar las
lesiones relacionadas con la
violencia, uso de servicios
De política y
legislación
Registros gubernamentales
o legislativos
Leyes, normas y
procedimientos
institucionales
Fuente: Informe mundial sobre la violencia y la salud. Washington, D.C., Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud, 2003.
Tipo de datos y posibles fuentes para la recopilación de información
59
Esta estructura coincide de forma general con la experiencia presentada por La Infancia Cuenta en México que propone 4 tipos de
datos básicos a tener en cuenta como fuentes de datos, a saber:
• Datos censales o de totales
Los datos que provienen de censos o del total de una población,
tienen la ventaja de ser la información más precisa que se pueda
obtener, pues da la totalidad en un momento particular (Redim
/2005)
60
• Datos provenientes de encuestas
El dato que proviene de una encuesta es una estimación basada
en una muestra, es decir cuando es aplicado un instrumento a
una población que se estima representativa del total, así que depende mucho del tipo de diseño muestral (Redim /2005)
• Datos administrativos
Los datos administrativos son aquellos que se obtienen mediante el registro continuo de algún proceso. Una base de datos administrativos se refiere a una población total en un periodo específico, normalmente es una población usuaria de un servicio
(Redim/2005). Ejemplo: Certificados de nacidos vivos.
• Datos que son parte de un sistema de indicadores
(Redim/2005)
Aunque no tenemos la certeza de la existencia de sistemas de
indicadores aparte del desarrollado por la dgeec, es importe de
todas maneras hacer un sondeo sobre proyectos o sistemas en
construcción.
Principales fuentes de información
sobre violencia en el Paraguay
Es importante aclarar que este trabajo es el resultado de un primera
revisión y basado en la experiencia de contacto y acercamiento con
las instituciones identificadas como fuentes de información. Así,
mismo los datos fueron corroborados en una jornada de trabajo
sobre Indicadores de Protección llevado a cabo en el año 2010, que
contó con la participación de referentes de las instituciones citadas
y la participación especial de Gerardo Sauri, principal referente de
la experiencia Infancia Cuenta de México (Redim).
Fuentes
Características
Sistema
Acceso
Policía Nacional
–Departamento
de Estadísticas–
Departamento de
asuntos familiares.
División
Especializada para
la atención a las
mujeres, niños, niñas
y adolescentes
Reporte de los
Funcionarios
Policiales enviados
por el conducto
institucional, a partir
de las denuncias
(sistema 911). Existen
datos desagregados
por edad, sexo y zona
y departamentos. Y
por tipos de delitos.
Los datos están
disponibles en
formato Excel.
A pesar de existir
mecanismos de
recepción de denuncia
telefónica y de atención
personal los datos son
de difícil acceso, y de
muy poca validez por la
forma de presentación.
No hay posibilidad
de trabajar desde
la base de datos.
Ministerio de Salud
Pública y Bienestar
Social –Dirección
General de Información
Estratégica en Salud
– Bioestadísticas.
Datos de mortalidad
y lesiones por causas
externas. Existen datos
desagregados por edad,
sexo y tipos de lesiones.
Existe un software
y una base de datos.
Modulo experto. En
Construcción.
Si bien la base de
datos es compleja
es posible acceder
a la información y
construir indicadores
a partir de los mismos.
Por otra parte existe
voluntad institucional
tanto para producir
información como para
socializarla. Existen
planes y programas
nacionales para este fin.
Dirección de Medicina
Legal y Ciencias
Forenses – (Fiscalía)
Estadística Interna
Informes y dictámenes
Base de datos
protegida
Posee un sistema
basado en Oracle
Los datos son
remitidos al Ministerio
Público y es posible
acceder desde ahí.
Corte Suprema de
Justicia –Unidad
de estadísticas.
Todas las actuaciones
procesales que integran
los expedientes
constituyen las
fuentes del Sistema:
Escritos Judiciales
Providencias de
mero trámite
Autos Interlocutorios
Sentencias Definitivas
y Acuerdos y Sentencias
El Software utilizado
es el Software de
Estadística Judicial
(judisoft). En desarrollo.
Debido a que el
software esta en
desarrollo es difícil
acceder a los datos.
61
Fuentes
Características
Sistema
Acceso
Ministerio Público - Dir.
de Planificación - Dpto
de Estadística
Tipos de datos que
recoge, todos los que
vienen de mesa de
entrada, Gestión fiscal,
Atención a víctimas,
medicina legal
Sistema informático
SIAC - SIGEFI
A pesar de contar
con importante
información
proveniente de
todas las fiscalías e
instituciones del país,
es difícil acceder a los
datos desagregados
Cuenta con un
Atlas Criminológico
de acceso público
en la Web.
Dirección general de
estadística, encuestas,
y censos (dgeec)
Censos de Población
y Viviendas
Encuestas de Hogares
Datos estadísticos
producidos por otras
instituciones públicas
del país. – Encuesta
de victimización.
PARINFO
Procesa y divulga datos
propios y de otras
instituciones. Pero
tienen acceso limitado
a datos como los de
la policía nacional.
snna – Secretaría
Nacional de la Niñez
y la Adolescencia)
Centro de referencia
de casos. Servicio
Fono Ayuda 147
Sistema de información
(SINNA) en desarrollo.
El servicio Fono
Ayuda 147 posee
un software para
registrar y procesar
estadísticamente
las denuncias.
Los datos producidos
por el Servicio
Fono Ayuda son
de fácil acceso.
Datos provenientes de
todas las fuerzas del
orden público, Policía
Nacional, fuerzas
Militares, Ministerio
Público, MSP y BS y
otras instituciones
del Estado
Sistema de información
en desarrollo.
Representa al Paraguay
ante el Sistema
regional de indicadores
Estandarizados de
Seguridad y convivencia
Ciudadana. Subunidad
Técnica Paraguay
Ha desarrollado un
Encuesta Nacional
de Seguridad
Ciudadana, cuyos
datos están al acceso.
62
Ministerio del Interior
–Vice Ministerio de
Seguridad Interna–
Dirección de Políticas
de Seguridad
Ciudadana
Existen además otras fuentes menores que no hemos mencionado
como el Centro de Emergencias Médicas y el Observatorio de violencia y lesiones por causas externas que reciben gran cantidad de
casos y concentran gran cantidad de información pero poseen un
precario sistema de registro. Pero, de forma muy básica el cuadro
refleja la situación de las fuentes de información.
Como se puede observar no existen Sistemas de Indicadores y
muchos menos relacionados a la violencia y el maltrato hacia niños
y adolescentes. Existen de indicadores básicos de sobrevivencia que
ya se han presentado en PARINFO, sistema que por otra parte aun
no ha sido oficialmente puesto al acceso, pero que promete buenas
prestaciones.
63
Indicadores de Violencia
Como ya hemos observado en la tabla de fuentes de información
resulta sumamente difícil pretender hablar en esta investigación
sobre la situación de los indicadores sobre violencia y maltrato contra niños, niñas y adolescentes desde el punto de partida de que no
existe un sistema de indicadores básicos, y mucho menos uno que
vaya más allá de los indicadores de sobrevivencia.
Sin embargo no podemos obviar que «los indicadores y el uso de
datos son una herramienta estratégica, que permite producir diversos reportes sobre la situación que vive la infancia y sus derechos.
La construcción de un sistema de indicadores permitiría reconocer
la utilidad del uso de datos, como materia prima necesaria para
avanzar en el monitoreo y evaluación de políticas públicas». (ACEF /
REDIM. 2008) De ahí la importancia de instalar el debate y trabajar
arduamente en proyectos orientados al desarrollo de indicadores.
Por otra parte el Informe de Desarrollo Humano del 2000, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), señala que los
indicadores se pueden usar como instrumentos para (Redim, 2005,
pág. 20):
· Formular mejores políticas y vigilar los progresos realizados.
· Determinar los efectos no deseados de
leyes, políticas y prácticas.
· Determinar qué actores están influyendo
en la realización de los derechos.
· Poner de relieve si esos actores están
cumpliendo sus obligaciones.
· Advertir de antemano posibles violaciones y
poder adoptar medidas preventivas.
· Fortalecer el consenso social respecto de decisiones difíciles
que deban adoptarse frente a la limitación de recursos.
· Sacar a la luz cuestiones que han sido
desatendidas o silenciadas.
64
La construcción de un sistema de indicadores no consiste pues
simplemente en un inventario de datos estadísticos ya que no toda
estadística necesariamente puede ser un indicador. Se debe entender
que un sistema de indicadores nos va a proveer un conjunto de medidas que nos servirán para apreciar desde una dimensión numérica, la situación de ciertos dominios
o aspectos (Redim, 2005, pág. 36)
Un ejemplo de sistema de indicadores de nivel internacional y
muy importante es el de la Infancia Cuenta en México, Kids Count
en Estados Unidos. El objetivo del proyecto Kids Count es visualizar
la situación del bienestar de la niñez y la adolescencia a nivel nacional, estatal y
local para: a) Aumentar la visibilidad de temáticas sobre la niñez y la adolescencia; b) Hacer a las personas gobernantes responsables por sus hechos; c) Proveer a
defensores de la niñez y diseñadores de políticas públicas con datos e información
para que desarrollen decisiones oportunas para planificar y evaluar programas de
infancia; Mejorar los resultados para niños/as y sus familias. Esto nos da una
visión clara del uso y la importancia de un sistema de indicadores
en niñez y adolescencia.
Otra iniciativa que confirma la importancia de la implementación de sistemas de información y construcción de indicadores en la
temática de violencia es la reciente creación del «Sistema regional
de indicadores estandarizados de convivencia y seguridad ciudadana (SES)», proyecto de carácter regional financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (bid). Son varios los países de la región,
entre ellos el Paraguay, que forman parte de este proyecto, que durante el 2009 se ha centrado en identificar y definir una serie de indicadores, todos ellos relacionados a la temática de violencia. Para
tal efecto se realizaron una serie de talleres de validación de indicadores a partir de la experiencia y datos de los países miembros.
El conjunto de indicadores básicos que ha venido trabajando el
SES se puede apreciar en la siguiente tabla:
Concepto
Definición consensuada
Indicador
Homicidio
Lesiones intencionales ocasionadas
por una persona a otra que causan
la muerte. (Excluye las muertes
por lesiones de tránsito y otras
lesiones no intencionales)
Tasa de
homicidios
por 100.000
habitantes
Suicidio
Es la muerte causada por lesiones
intencionales auto-infligidas en
personas mayores de 5 años.
Tasa de suicidios
por cada 100.000
habitantes
Muertes por
armas de fuego
Toda muerte causada por lesiones
de proyectil(es) disparado(s)
con arma de fuego.
Tasa de muertes
por armas
de fuego por
cada 100.000
habitantes
Violencia
intrafamiliar
Todo acto u omisión que genere
violencia entre los miembros
de la familia o pareja/ex-pareja,
excluye los delitos sexuales.
Tasa denuncias
de violencia
intrafamiliar/
familiar por
cada 100000
habitantes
Maltrato de
niños, niñas y
adolescentes
Cualquier acción u omisión de
personas con quien exista una
relación o instituciones que vulneran
la integridad física o psicológica
de los niños, niñas y adolescentes,
excluye delitos sexuales.
Tasa de maltrato
infantil por cada
1000 personas
menores de 18
años de edad
Delitos sexuales
Cualquier acto de carácter sexual que
se realice sin el consentimiento de una
persona, haya o no penetración y en el
caso de los niños, niñas y adolescentes,
aun con su consentimiento.
Tasa de
denuncias de
delitos sexuales
por cada 100000
habitantes
Secuestro
Privación de la libertad de una
persona, plenamente identificada, en
contra de su voluntad, con la exigencia
de una ventaja económica o de otra
índole a cambio de su liberación.
Tasa de secuestro
por cada 100
mil habitantes
65
Concepto
Definición consensuada
Indicador
Hurto
Apoderarse de un bien ajeno sin
ejercer violencia ni fuerza sobre
las cosas o sobre las personas.
Tasa de hurto
por cada 100
mil habitantes
Robo agravado
66
Apoderarse de una cosa o mueble
ajena con el propósito de obtener
provecho para sí o para otro mediante
el ejercicio de cualquier tipo de
violencia sobre las personas y/o cosas.
Los objetos robados que se pueden
considerar en este indicador son:
• Bienes: Hace referencia a los robos
ocurridos en: vivienda, vehículo
automotor, motocicleta y/o bicicleta,
establecimientos comerciales,
entidades financieras (bancos).
• Personal: Hace referencia a los
robos de los cuales las personas
fueron las víctimas directas.
Tasa de robo
agravado por
cada 100 mil
habitantes
A continuación se presenta un listado de indicadores de violencia y
maltrato contra niños, niñas y adolescentes elaborados desde los
datos compilados por el equipo de investigadores del Observatorio
de Políticas Públicas y Derechos de la Niñez y la Adolescencia de la
CDIA. Estos Indicadores representan el resultado de un largo trabajo de pesquisa de fuentes de información y de datos que, por su importancia, en algún momento pueden formar parte de un Sistema
de indicadores sobre la situación de niños, niñas y adolescentes del
Paraguay.
Este resumen incluye, además, una seria de indicadores sobre
un tipo de violencia prácticamente invisible y que nos interesa destacar, la violencia estructural, representada por porcentajes de niños, niñas y adolescentes en situación pobreza.
Resumen de Indicadores sobre violencia que afectan
niños, niñas y adolescentes del Paraguay
Indicador
Valor
Año
Fuente
Tasa de denuncia de maltrato
contra niños, niñas y
adolecentes por cien mil.
31,01 por cien mil
2009
29,5 por cien mil
2008
29,6 por cien mil
2007
Elaboración propia del
Observatorio de cdia en base
a datos registrados en el
Departamento de Estadística
de la Dirección de Planificación
del Ministerio Publico.
0,31 por mil
2009
0,30 por mil
2008
0,30 por mil
2007
Tasa de denuncias de violencia
intrafamiliar/familiar por
cada 100.000 habitantes
31,16 por cien mil
2009
Sistema regional de indicadores
estandarizados de convivencia
y seguridad ciudadana (ses)
fuente Ministerio Público
Tasas de homicidios de jóvenes
de 10 a 29 años de edad
12,1 por cien mil
1994
Mapa de la Violencia: Los jóvenes
de América Latina 2008. ritla.
22,3 por cien mil
2004
Porcentaje de mujeres que
antes de los 15 años fueron
maltratadas físicamente
16,8%
2008
Encuesta Nacional de
Demografía y Salud Sexual y
Reproductiva 2008. cepep.
Porcentaje de mujeres que
durante su niñez o adolescencia
(antes de los 15 años) alguna
vez vio o escuchó a sus padres
maltratarse físicamente
20,2%
2008
Encuesta Nacional de
Demografía y Salud Sexual y
Reproductiva 2008. cepep.
Porcentaje de mujeres de 15
a 19 años que reportaron
haber sido forzadas a tener
relaciones sexuales (violación)
1,9%
2008
Encuesta Nacional de
Demografía y Salud Sexual y
Reproductiva 2008. cepep.
Tasa de denuncia de
maltrato contra niños, niñas
y adolecentes por mil
Elaboración propia del
Observatorio de cdia en base
a datos registrados en el
Departamento de Estadística
de la Dirección de Planificación
del Ministerio Publico.
67
68
Indicador
Valor
Año
Fuente
Porcentaje de mujeres
de 15 a 19 años que
reportaron abuso sexual
4,9%
2008
Encuesta Nacional de
Demografía y Salud Sexual y
Reproductiva 2008. cepep.
Porcentaje de niños, niñas y
adolescentes víctimas de algún
tipo de maltrato por parte de
sus familiares más cercanos
61%
2009
Encuesta. Estudio sobre
maltrato infantil en el ámbito
familiar - Paraguay. Los datos
fueron recogidos durante el
año 2009. BECA-UNICEF.
Porcentaje de niños, niñas y
adolescencia que reportaron
haber recibido violencia física
grave (golpes con objetos,
patadas, quemaduras y asfixia)
13%
2009
Encuesta. Estudio sobre
maltrato infantil en el ámbito
familiar - Paraguay. Los datos
fueron recogidos durante el
año 2009. BECA-UNICEF.
Porcentaje de niños,
niñas y adolescencia que
reportaron haber recibido
violencia psicológica
13%
2009
Encuesta. Estudio sobre
maltrato infantil en el ámbito
familiar - Paraguay. Los datos
fueron recogidos durante el
año 2009. BECA-UNICEF.
Porcentaje de niños, niñas y
adolescencia que reportaron
haber sido golpeado hasta
sangrar como consecuencia del
maltrato o castigo físico. (por
parte del padre o la madre)
13%
2009
Encuesta. Estudio sobre
maltrato infantil en el ámbito
familiar - Paraguay. Los datos
fueron recogidos durante el
año 2009. BECA-UNICEF.
Porcentaje de niños, niñas y
adolescencia que reportaron
haber sido hospitalizado como
consecuencia del maltrato
o castigo físico. (por parte
del padre o la madre)
8%
2009
Encuesta. Estudio sobre
maltrato infantil en el ámbito
familiar - Paraguay. Los datos
fueron recogidos durante el
año 2009. BECA-UNICEF.
Porcentaje de niños, niñas
y adolescentes victimas
de agresión grupal
2 de cada 5
víctimas son
niños, niñas y
adolescentes
2010
Encuesta. Primera encuesta
nacional de seguridad ciudadana.
Ministerio del Interior/dgeec
Indicador
Valor
Año
Fuente
Porcentaje de niños, niñas y
adolescentes en Pobreza
45,4%
2009
dgeec. Encuesta Permanente
de Hogares 2007/2008/2009
49,5%
2008
51,8%
2007
25,5 %
2009
26,2 %
2008
31,8 %
2007
19,9 %
2009
23,3 %
2008
20,8 %
2007
Porcentaje de niños, niñas y
adolescentes en Pobreza extrema
dgeec. Encuesta Permanente
de Hogares 2007/2008/2009
69
Porcentaje de Niños,
niñas y adolescentes en
Pobreza no extrema
dgeec. Encuesta Permanente
de Hogares 2007/2008/2009
La posibilidad de acrecentar esta tabla de indicadores es proporcional a la cantidad y calidad de políticas de estado relacionadas a la
gestión de sistemas de información, departamentos de estadísticas
y de derechos humanos en las instituciones. En este sentido consideramos de gran importancia iniciativas como el «Programa Nacional para la Prevención y la Atención Integral de Mujeres, Niñas,
Niños y Adolescentes en situación de Violencia basada en Género,
Doméstica e Intrafamiliar» del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, programa que aparte de trabajar un fuerte componente
de denuncia y prevención, estaría produciendo información valiosísima, a partir de la implementación de protocolos estandarizados,
en lo que han llamado el «modulo experto».
Este tipo de iniciativas por parte del Estado, así como reconocimiento de la importancia de la construcción de sistemas de indicadores y la implementación de sistemas de información que revelen
la situación que día a día sufren y viven miles de niños y niñas y
adolescentes en nuestro país más que una necesidad, son una exigencia para poder comprender los complicados y agresivos cambios
que se van suscitando en la actualidad.
Finalmente nos resta decir que este incremento de los indicadores objetivos de la violencia, incremento en las tasas de homicidio,
en las tasas de muerte por armas de fuego, en la tasas de maltrato
hacia niños, niñas y adolescentes, debe estar acompañado de «una
mayor compresión de la violencia, una re-conceptualización, por
sus peculiaridades actuales y los nuevos significados que asume el
concepto. A modo de incluir y nombrar como violencia a los acontecimientos que anteriormente pasaban como prácticas cotidianas de
regulación de las relaciones sociales» (Wieviorka, 1997) como lo son,
la violencia intrafamiliar y la violencia contra niños, niñas y adolescentes, que si bien es cierto son problemáticas que han pasado de
lo privado a lo público, hace falta todavía un paso más y de suma
importancia, esto es, que ocupen el primer lugar en la agenda política de los gobernantes y que esto se vea reflejado en una política
pública de Estado cada vez más justa, cada vez más humana.
70
Bibliografía
Buvinic, M., Morrison, A., Orlando, M. B. (2005) Violencia, Crimen y desarrollo
social en América Latina y el Caribe. Papeles de Población, enero-marzo,
número 043. Universidad Autónoma del Estado de México. Toluca. México,
pp. 167-214.
Chamorro, Javier (2010) Hacia la construcción de un Sistema de Indicadores en Niñez
y Adolescencia en Paraguay. cdia. Documento de Trabajo.
Cruz, J.M. (1.999) La victimización por violencia urbana: niveles y factores asociados
en ciudades seleccionadas de América Latina y España. Coordinación de
investigaciones División Salud y desarrollo humano. Organización
Panamericana de la Salud. Washington dc. Recuperado en : http://www.
paho.org/Spanish/HDP/HDR/serie04composite.PDF
Red por los Derechos de la infancia en México (2005) ¿Cuenta la Infancia en México?
Diagnóstico sobre fuentes de información de la infancia y sus Derechos en México.
México. D.F.
Sistema Regional de Indicadores Estandarizados de Convivencia y Seguridad
Ciudadana.(ses) (2009) Informes y resúmenes ejecutivos del año 2009.
Recuperados en Enero 2010 en: http://bprindicadoresbid.univalle.edu.co/
info.html
Wieviorka, M.(1997) O novo paradigma da violência. Tempo Social: Revista de
Sociologia da usp, v. 9, nº 1.Sao Paulo. Recuperado en Mayo de 2010 de:
http://www.fflch.usp.br/sociologia/temposocial/site/images/stories/
edicoes/v091/o_novo.pdf
71
capítulo
v
Monitoreo de
medios de la
prensa escrita
Este capítulo se desarrollo con aportes importantes de Javier Chamorro
73
Los Medios y la violencia
E
xisten opiniones encontradas sobre la validez o no del monitoreo de medios de prensa como método de estudio y análisis del fenómeno de la violencia. Se ha dicho que carece de
validez científica. Nosotros consideramos, sin embargo, y
en especial a partir de la experiencia de especialistas como la Agencia Global de Noticias, de que el monitoreo de medios no solo arroja
datos importantes para el conocimiento del fenómeno de la violencia contra niños, niñas y adolescentes sino que además es una necesidad en dos sentidos. Por una parte, permite ver de qué manera,
con qué frecuencia, con qué lenguaje y en virtud de qué intereses
los medios presentan las notas de hechos de violencia contra niños,
niñas y adolescentes. Y por otra, porque nos permite llenar el vacío
de información existente en la temática de violencia, debido a la escasa producción y sistematización y acceso la información por parte
de las instituciones, en particular del Estado.
Existen, además, otras razones importantes y profundas que nos
conducen a relevar y analizar información de los medios de prensa.
Una de estas razones es, sin dudas, la gran importancia que ocupan
los medios de comunicación en la vida de las personas. No en vano
se ha dicho que los medios han venido a ocupar los huecos de la educación o, por lo menos, le han arrebatado súbitamente el puesto a la
institución educativa, y no necesariamente en un sentido positivo.
«La actual avalancha de comunicación mediática equivale a un
curso permanente y acelerado en valores, ideas, hábitos, costumbres, conocimientos y sensibilidades. De tal forma que comunicar
es educar, y educar a través de los medios de comunicación es un
negocio no neutral que acaba configurando decisivamente a las
personas, su capacidad de percepción e intereses, introduciendo
en la vida elementos que marcan preferencias, elecciones y formas
de desenvolvimiento en un constante proceso de socialización que
configura a la humanidad» (Rayuela, 2010, pág. 57).
75
76
No se puede pasar por alto, entonces, el tipo de información que
se expone en un lugar donde se generan y se forman no solo opiniones acerca de los niñas y las niñas sino, esencialmente, y siguiendo
a Ferrán Casas, «representaciones sociales». Este concepto es fundamental para entender la gran importancia del tipo de información y del efecto que ejercen los medios, en este caso los de la prensa
escrita, sobre los niños, las niñas y los adolescentes y en quienes
acceden a la información.
«Las representaciones sociales que acerca de la infancia tiene
una comunidad dada constituyen un conjunto de implícitos o saberes cotidianos resistentes al cambio (sean verdaderos o falsos desde
cualquier disciplina científica) y tiene un cuerpo de realidad psicosocial, ya que no solo existen en las mentes de las personas, sino que
generan procesos (interrelaciones, interacciones e interinfluencias
sociales) que se imponen a la infancia y condicionan a niños y niña,
limitando la posibilidad de experiencias o perspectivas de análisis
fuera de esta lógica» (Casas, 1998, pág. 24). Al final de cuentas los
niños y las niñas terminan siendo lo que la gente piensa o cree que
son, en bases a una imagen colectivamente compartida.
Tal imagen o representación de la infancia se genera según Ferrar Casas en tres ámbitos:
1 En las relaciones y dinámicas intrafamiliares;
2 En las interrelaciones generales de la población hacia la
infancia y, finalmente,
3 A partir de las imágenes que se privilegian y las pautas
de relación que se modelan por parte de los medios de
comunicación social.
Por lo cual no parece raro que, en virtud de determinadas representaciones sociales que, acerca del niño y de las niñas, se han venido configurando, la sociedad reaccione de determinada manera.
Solo basta con dar un ejemplo.
Desde hace años se viene forjando una representación de los niños y niñas en situación de calle en torno a la imagen de «pirañita».
Imagen que además de ser totalmente negativa ha sido paulatinamente criminalizada. Esta representación del niño y de la niña ha
sido ostensiblemente reforzada por los medios hasta el punto de ser
un lugar común. El «pirañita» además de ser un vago, un callejero,
es también un criminal, un pordiosero, una persona peligrosa, un
delincuente en pocas palabras, todo menos un niño o una niña. Es
una representación que descalifica al niño y a la niña y los somete
al nivel de la marginación.
Las consecuencias a nivel social son funestas, ya que como bien
lo indica Casas, estas representaciones son resistentes al cambio
y por supuesto generan reacciones, tales como el reciente caso
de un niño que fue víctima de un disparo a quemarropa por pedir
limosna¹. Hecho que me mereció este comentario del medio digital
La Vanguardia: «La reacción del conductor, que aquí no se pretende
justificar, es una clara señal de que la ciudadanía se hartó de los niños mendigos, que pueblan las esquinas con semáforos de la capital
departamental». Esto no es más que la cristalización de años de criminalización del «niño de la calle» como mal se le ha denominado.
Consideramos, de tal suerte, que la metodología aplicada nos
permitiría, en cierto sentido, ir midiendo de qué manera los medios reflejan esta violencia que día a día se va desatando contra niños, niñas y adolescentes, aclarando que el tipo de información levantada es en cierto sentido diferente la que típicamente ha venido
registrando la Agencia Global, ya que en nuestro caso no haremos
un análisis del tipo de lenguaje utilizado en los medios de la prensa,
sino más bien la cantidad de notas sobre hechos de violencia, los
tipos e instrumentos de violencia que son nombrados, la frecuencia
y la zona geográfica que fueron registrados.
Marco Metodológico
En base a la revisión y el análisis de la metodología implementada
en nuestro primer estudio Violencia Social y derechos de la niñez – Monitoreo de medios de la prensa escrita 2003 – 2005, se arribó a dos conclusiones
esenciales. La primera que hace referencia a la relevancia de los datos obtenidos y la segunda que hace referencia a la necesidad de
mejorar el instrumento de recolección de datos².
El nuevo diseño metodológico ha seguido los siguientes pasos:
1 Clipping de noticias: es el proceso de selección y captura de las
noticias producidas por medios de comunicación sobre temas de
interés y que serán consideradas en una investigación de monitoreo de medios. Puede realizarse desde las versiones impresas o digitales de dichos medios; lo importante es unificar los
criterios y realizar el clipping de todos los medios seleccionados
desde un mismo tipo de versión.
1 Se hace referencia al caso ocurrido en el mes de marzo de 2011 en Ciudad
del Este. Fuente http://diariovanguardia.com.py/index.php?option=com_
content&view=article&id=10803:la-violencia-contra-los-ninos-de-la-calle-se-debe-a-lainaccion-del-gobierno&catid=98:editorial&Itemid=474
2 En este sentido el Observatorio de la cdia se ha valido de la experiencia y pericia de la
Agencia Global de Noticias para el desarrollo del monitoreo.
77
Los criterios básicos para el clipping fueron los siguientes:
• Periódicos: Abc Color, Crónica, La
Nación, Popular, Última Hora.
• Periodo: 01 de enero al 31 de diciembre 2010, tomando
una muestra a partir del 2 de enero, considerando
las noticias publicas día de por medio.
• Temas: se contemplaron todas las noticias que aborden
directa o indirectamente el tema de la violencia y
niñez. La vinculación con la niñez debe ser explícita.
78
• Secciones: se incluyeron todas las secciones del
periódico, incluso revistas y suplementos de fin de
semana, tapa y contratapa; siempre y cuando sean
producciones periodísticas dirigidas a público adulto.
• Tipo de texto: se tuvieron en cuenta todos los formatos
periodísticos: entrevistas, nota, artículo, opinión.
No se consideran las cartas de lectores, solicitadas,
espacios reservados ni espacios publicitarios.
• Tamaño: fueron capturadas las noticias que tuvieran más de
500 caracteres de extensión y cuya mención a la temática de
análisis –violencia y niñez– sea mayor a los 200 caracteres.
• Imágenes: No se realizó análisis de imágenes y, por
lo tanto, tampoco se consideran las mismas como
criterio de inclusión o no de una noticia.
2Diseño de muestra: una vez realizado y completado el proceso
de clipping atendiendo a los criterios establecidos, en base a los
archivos de la Agencia Global de Noticias se elaboró la muestra
objeto de clasificación y análisis. Como resultado del proceso de
monitoreo se han seleccionado un total de 1.272 noticias en los 5
periódicos monitoreados, distribuidos de la siguiente manera:
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Total
Abc
17
32
40
19
3
13
12
8
21
13
7
6
193
Crónica
28
37
26
47
15
31
25
24
29
16
32
15
325
La Nación
22
26
9
18
13
15
10
11
17
9
18
10
178
Popular
19
39
28
32
23
37
29
27
41
33
43
22
373
Última Hora
15
20
13
15
5
12
15
18
31
25
18
16
203
Total
101
154
116
131
59
108
89
90
139
98
118
69
1.272
3 Clasificación de noticias: La clasificación es el proceso de la organización de las noticias consideradas en un determinado proceso de monitoreo de medios. La clasificación tiene lugar después de la etapa de captura o clipping y el muestreo.
En líneas generales, el proceso de clasificación consiste en:
• Registro de las principales informaciones sobre el origen del artículo, como nombre y sección del periódico, título, fecha, autor
y palabras clave que identifiquen su contenido;
• Relleno del formulario de clasificación creado para la investigación a partir de parámetros predefinidos y que serán presentados
a continuación;
Las informaciones de cada artículo son incluidas por el clasificador, persona responsable del proceso, en el Banco de Datos de
Clasificación seleccionado.
79
Es importante acotar que en este informe se plantea una clasificación que responde al análisis de contenido, no al análisis de
discurso. Este tipo de análisis nos muestra lo que los medios publican y cómo lo hacen, pero no nos da información en relación al
por qué los medios se comportan de una determinada manera.
80
4Procesamiento y manejo estadístico de la información: una
vez clasificadas las noticias se procedió trabajar con los datos obtenidos. A solicitud de los investigadores el equipo de la Agencia
Global ha procesado la información cruzando datos y arrojando
una seria de tablas y gráficos. Para tal efecto se han tomado los
aspectos más relevantes para los objetivos y fines de la investigación y que pueden ayudar a ahorrar mucho trabajo al dejar fuera
aquellos aspectos menos significativos.
5Análisis de datos: en este paso se procedió al análisis y descripción de los datos resultados del monitoreo.
Análisis de Datos
1 Aspectos generales
De la muestra elaborada, el monitoreo clasificó y procesó finalmente la cantidad de 1272 notas de los 5 principales medios de la prensa
escrita del Paraguay escrita (Abc Color, Crónica, La Nación, Popular,
Última Hora), tomadas de las publicaciones en el periodo que abarca del 1 de enero al 31 de diciembre del 2010, teniendo en cuenta que
el sistema de muestreo consistió en tomar las noticias día de por
medio de tal suerte a alcanzar representatividad y contemplar las
publicaciones de todo el año.
Tal como puede observarse en la Ilustración 1 y en la Tabla 1 el
54% de las notas relacionadas a la temática de violencia se centran
en dos periódicos Popular y Crónica, medios que se caracterizan por
exponer gran cantidad de notas sobre violencia, con excesiva crudeza de contenido e imagen, pero que por otra parte ofrecen escaso
análisis y debate sobre el tema.
Ilustración 1 · Distribución de notas
Periódicos
14,0%
La Nación
29,3%
Popular
15,2%
Abc Color
25,6%
Crónica
16,0%
Última Hora
Tabla 1 ·
Notas por periódico
Periódico
Popular
Crónica
Última Hora
Abc Color
La Nación
Total Obs.
Nb. cit.
373
325
203
193
178
1.272
81
Ilustración 2 · Franja de edad de niños y niñas mencionados
21,5%
0a6
16,4%
7 a 11
7,3%
No define
54,9%
12 a 17
82
El 54,9% de las notas clasificadas (Ilustración 2) hace mención a niños, niñas y adolescentes de entre 12 a 17 años relacionados a notas
sobre violencia, esto pone en evidencia lo que otras investigaciones
ya vienen advirtiendo sobre la edad preponderante de exposición a
la violencia. Recordemos que según el reciente Estudio sobre Maltrato
infantil en el Ámbito familiar del año 2010, aplicado a niños, niñas y adolecentes de entre 10 a 18 años, 6 de cada 10 niños declararon ser víctimas de maltrato en el ámbito del hogar, y en general el 61% de las
niñas, niños y adolescentes reportó haber sido víctima de maltrato.
Por otra parte, como se observa en la ilustración 3, más del 50 %
de los mencionados pertenece al sexo masculino, lo cual también
confirma datos de otras investigaciones de que si bien la violencia
contra las mujeres y las niñas está bastante invisibilizada, mayormente los varones están más expuestos a situaciones de violencia, o
se ven envueltos en hechos de violencia.
Ilustración 3 · Niños y niñas mencionadas según sexo
7,5%
No define
52,5%
Masculino
40%
Femenino
En cuanto a la zona geográfica, los resultados de este monitoreo son
lo suficientemente coincidentes con los resultados de nuestra primera investigación Violencia Social y Derechos de la Niñez y la Adolescencia,
donde se hace evidente la escasa cobertura de los medios hacia las
zonas rurales.
El 54,6% de las notas que hacen mención a la violencia son de la
zona urbana, y apenas el 7, 9 % hace referencia a zonas rurales. Y
más llamativo aún, debido a la gran escalada de violencia que se
desata en la zona fronteriza, es que en los medios analizados solo se
observa un 4,3% en frontera, tal como puede observarse en la Tabla
2 y en la Ilustración 4³.
Tabla 2 · Zonas geográficas
83
Localización geográfica
Urbano
Rural
Frontera
Capital
Interior
Barrios Marginados
No menciona
Total Obs.
Nb. cit.
694
101
55
150
113
18
262
1.272
Freq.
54,6%
7,9%
4,3%
11,8%
8,9%
1,4%
20,6%
100%
Ilustración 4 · Localización geográfica
Urbano
694
Rural
101
Frontera
55
Capital
150
Interior
113
Barrios marginados
18
No menciona
262
0
100
200
300
400
500
3 Aquí es importante aclarar que una misma noticia puede clasificar
para más de un criterio, por ejemplo, una noticia de Ciudad del Este
puede al mismo tiempo ser: interior, urbano y frontera.
600
700
Finalmente, otro aspecto que se refiere a los aspectos generales de
las noticias relevadas, de las 1272 notas apenas 35 hacen mención
a acciones de prevención de la violencia, 22 mencionan políticas
públicas, 7 la legislación de niñez y adolescencia y apenas 3 hacen
mención a la Convención Internacional de los Derechos del Niños.
Esto nos da la pauta de la baja intensidad social de al temática de
niñez en los medios.
Tabla 3 · Contextualización de las noticias
84
Contextualización
No hay datos de contextualización
Menciona proyectos o programas específicos
Menciona acciones de prevención
Menciona políticas públicas
Menciona datos estadísticos
Menciona causas estructurales
Menciona datos o citas de
investigaciones o estudios
Menciona legislación en general
Menciona legislación de niñez y adolescencia
Menciona Convención Internacional
de los Derechos del Niño
Menciona presupuesto
Menciona inversión / gasto social
Total Obs.
Nb. cit.
1.184
41
35
22
19
18
Freq.
93,1%
3,2%
2,8%
1,7%
1,5%
1,4%
17
15
7
1,3%
1,2%
0,6%
3
0
0
1.272
0,2%
0,0%
0,0%
También cabe resaltar la escasa mención de causas estructurales,
apenas el 1,4%, teniendo en cuenta que la violencia estructural,
como ya la hemos definido, tiene gran presencia en nuestro país.
En cuanto a la vinculación de la niñez y la adolescencia con la
violencia el monitoreo a arrojada al siguiente tendencia.
El 70,8%, es decir más de 900 notas, ubican a niños y adolescentes
como víctimas de algún tipo de violencia, y por lo menos el 30% de las
notas lo ubican como agente, tal como puede apreciarse en la tabla
Tabla 4 · Vinculación con la violencia
Víctima/Agente
Como Víctima
Como Agente
Ambos
No se define
Total Obs.
Nb. cit.
901
389
71
31
1.272
Freq.
70,8%
30,6%
5,6%
2,4%
2 Enfoque de presentación, tipos e instrumentos de violencia
El monitoreo ha arrojado como tres enfoques en la presentación de
la violencia en los medios escritos: factual, cuando hace referencia
a la aplicación directa de la violencia; de denuncia, cuando hace referencia a hechos denunciados y por tanto registrados por las fuerzas del orden público; y de búsqueda de solución.
El 65,1%, es decir más 800 notas, hacen referencia a violencia
factual, o sea a la aplicación directa de algún tipo de violencia; el
30,3% refiere casos que fueron denunciados y apenas el 4,6% indican
una búsqueda de solución, tal como se puede observar en la tabla y
el gráfico.
85
Tabla 5 · Enfoque de la Violencia
Enfoque
Factual
Denuncia
Búsqueda de Solución
Total Obs.
Nb. cit.
828
385
59
1.272
Freq.
65,1%
30,3%
4,6%
Ilustración 5 · Enfoque de la Violencia
65,1%
Factual
30,3%
Denuncia
4,6%
Búsqueda
de solución
En cuanto a los tipos de violencia⁴, casi todas las investigaciones
revisadas coinciden que las dos primeras formas más frecuentes de
violencia son el robo y el homicidio.
4 Una noticia puede al mismo tiempo contener más de un tipo de violencia.
Por ejemplo cuando se produce un robo seguido de un homicidio.
Tabla 6 · Tipos de violencia
86
Tipos de violencia
Violencia otros
Robos o hurtos
Homicidios
Abuso sexual
Maltrato físico
Explotación sexual
Abandono o negligencia
Lesiones
Maltrato psicológico
Trata de personas
Violencia en general
Suicidio
Tráfico de personas
Pornografía
Actos vandálicos o de pandillas
Tortura
Cyber violencia
Conflictos armados
Total Obs.
Nb. cit.
291
287
277
271
100
88
73
58
51
42
31
25
23
21
15
14
11
9
1.272
Freq.
22,9%
22,6%
21,8%
21,3%
7,9%
6,9%
5,7%
4,6%
4,0%
3,3%
2,4%
2,0%
1,8%
1,7%
1,2%
1,1%
0,9%
0,7%
100,0%
El monitoreo refleja casi la misma tendencia, dejando de lado el
indicador «violencia otros», la primera forma que con más frecuencia aparece es el robo/hurto con un 22,6%, con 267 notas; en segundo
lugar tenemos el homicidio con un 21,8%, es decir, 277 notas; y en
tercer lugar figura el abuso sexual con 271, 21,3% de las notas. Con
esto tenemos que más del 65% de las notas clasificadas hacen referencia a tres de las formas más comunes y graves de violencia. Ya
que, es importante tener en cuenta, como ya lo hemos observado
en el monitoreo realizado en el 2009, casi todos los casos de robo van
acompañados de agresión física y lamentablemente de homicidio.
Otro dato interesante es el que hace referencia a los ámbitos, en
que más comúnmente refieren las notas, se da la violencia. En la
investigación del año 2009 (Capdevila, Chamorro, Cabrera, 2009)
hemos observado que, en el caso de los hechos de violencia relacionados a los adultos, en la gran mayoría de las notas se menciona
la calle o la vía publica como lugares de ocurrencia, en especial en
caso de los adultos del sexo masculino.
Ilustración 6 · Tipos de violencia
Violencia otros
Robos o hurtos
Homicidios
Abuso sexual
Maltrato físico
Explotación sexual
Abandono o negligencia
Lesiones
Maltrato psicológico
Trata de personas
Violencia en general
Suicidio
Tráfico de personas
Pornografía
Actos vandálicos o de pandillas
Tortura
Cyber violencia
Conflictos armados
291
287
277
271
100
88
73
58
51
42
31
87
25
23
21
15
14
11
9
0
50
100
150
200
250
300
El actual monitoreo, que además está enfocado enteramente a
niños, niñas y adolescentes, tenemos un tendencia diferencia y
además alarmante.
El 48, 6% de las notas clasificadas mencionan como ámbito de la
violencia el ámbito privado, hogar o domicilio. Lo cual indica el alto
nivel de violencia y maltrato intrafamiliar. Estamos hablando de
618 notas que hacen mención de hechos de violencia que ocurren en
un ámbito donde el niño y la niña debieran estar protegidos, pero
donde sin embargo, aparentemente están en el mayor riesgo. Este
dato también es coincidente con aquel dato que ha arrojado la tendencia de llamadas de sistema Fono Ayuda, donde se identifica que
en la mayoría de los casos el agente de violencia viene a ser la madre
o algún pariente cercano.
Otro ámbito común de la violencia, según lo indican las notas
clasificadas, es el de la calle o vía público, como puede observarse
en la ilustración 7.
Ilustración 7 · Ámbitos de la Violencia
33,1
Calle o vía pública
32,6
Ámbito privado
18,6
No especifica
16,6
Hogar o domicilio
1,9
Instituciones
0,9
Internet
88
0
5
10
15
20
25
30
35
Finalmente es importante mencionar otro indicador que venimos
desarrollando y que consideramos de suma importancia para hacer
una morfología de la violencia. Es el que se refiere a los instrumentos y técnicas de la violencia.
Tabla 7 · Instrumentos y técnicas de violencia
Instrumentos y técnicas de violencia
No especifica
Arma de fuego
Otros
Arma blanca
Golpes
Objetos contundentes
Envenenamiento/Intoxicación
Asfixia
Cremación
Ahorcamiento
Lanzamiento al vacío
Estrangulamiento
Ahogamiento
Electrocución
Mordedura humana
Total Obs.
Nb. cit.
559
202
191
178
121
38
12
10
9
9
4
3
3
2
0
1.272
Freq.
43,9%
15,9%
15,0%
14,0%
9,5%
3,0%
0,9%
0,8%
0,7%
0,7%
0,3%
0,2%
0,2%
0,2%
0,0%
En la investigación del 2009 habíamos concluido que, según las notas clasificadas y analizadas, por lo menos el 50% de los niños, niñas adolescentes aparecía en los medios como víctimas de violencia
por golpes, armas blancas y armas de fuego. No es casualidad que
en el presente monitoreo hayamos encontrado semejante resultado,
ya que las tendencias por lo general se mantienen y no presentan
grandes variaciones en pocos años.
Dejando de lados los indicadores «no especificado» y «otros», observamos en la tabla que en primer lugar tenemos la violencia aplicada con arma de fuego, en segundo con arma blanca, y en tercer
lugar con golpes, alcanzando casi un 40% de violencia aplicada con
este tipo de instrumentos. Esto indica, pues, en primer lugar, el fácil acceso que existe en nuestro país a las armas de fuego y también
a las graves formas de violencia a que están sometidos los niños, las
niñas y los adolescentes.
Estos datos son indicadores claros de que la violencia se va diversificando en sus métodos y técnicas. Las formas de castigo son cada
vez más crueles, por lo que, si bien no hemos incluido la tortura
como una técnica de violencia, cada vez se disminuye más la brecha entre el castigo físico en el ámbito familiar y la tortura como
una forma de violencia estructural, ya que si bien los ámbitos son
diferentes, en muchos casos las técnicas y los instrumentos son los
mismos.
89
Bibliografía
Capdevila, R., Chamorro, J., Cabrera, C., Violencia social y derechos de la niñez en
Paraguay 2003 - 2005. Asunción. cdia Observa. 2009.
Casas, Ferrán, Infancia: perspectivas psicosociales. Barcelona. Paidos. 1998.
Ednica, Revista Rayuela. Año 1. Número 2. Ednica iap. 1998.
90
Recomendaciones
▶ Incorporar dentro de los sistemas de información y prevención
de la violencia la detección de situaciones de tortura y malos
tratos contra niños, niñas y adolescentes.
▶ Articulación de todos los programas y planes elaborados por el
Estado dirigidos a la prevención y atención de la violencia contra niños, niñas y adolescentes a fin de establecer mecanismos
de comunicación y coordinación para maximizar la eficiencia e
impacto de los mismos.
▶ Aprobación de la ley que prohíba toda forma de violencia contra
la infancia y en particular del castigo físico contra niños, niñas
y adolescentes.
▶ Propiciar un espacio de coordinación de todas las oficinas e iniciativas existentes en el país que producen datos e información
sobre la violencia contra niños, niñas y adolescentes a fin de
poder articular y compartir información a fin de monitorear y
tomar decisiones de forma oportuna que contribuyan a la protección de la infancia y la adolescencia.
▶ Regular y modular el tratamiento de contenido violento y en especial aquellos que hacen referencia directa o indirectamente a
la vulneración de los derechos de niños, niñas y adolescentes en
los medios de comunicación, en particular de la prensa grafica y
televisiva.
▶ Garantizar el ejercicio del derecho a la participación de niños/as
en la formulación, ejecución y evaluación de las políticas públicas orientadas a la protección de la infancia y la adolescencia.
91
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